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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
21 de enero a 1 de febrero de 1946

Cuadragésimo Cuarto Día: Lunes, 28 de enero de 1946
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P: ¿Qué pasó con los que se quedaron?

R: ¿Los que se quedaron cuando partió el último convoy? Es una historia complicada. Sufríamos mucho por ellos. Hacia el 1 de abril, aunque no puedo asegurar la fecha exacta, el Comandante del Campo, Pister, reunió a un gran número de prisioneros y se dirigió a ellos de la siguiente forma: "El avance Aliado ha llegado ya a las cercanías de Buchenwald. Quiero entregar a los Aliados las llaves del campo. No quiero ninguna atrocidad. Deseo entregar el campo completo". La realidad es que el avance Aliado fue frenado, o por lo menos más de lo que queríamos, y se comenzó la evacuación. Una delegación de prisioneros fue a ver al comandante, recordándole su promesa, ya que había dado su palabra destacando que era "su palabra de honor como soldado". Pareció estar muy avergonzado, y explicó que Sauckel, el gobernador de Turingia, le había dado órdenes de que no permaneciera ningún prisionero en Buchenwald, ya que eso constituía un peligro para la provincia.

Además, sabíamos que todos los que conocían los secretos de la administración del campo de Buchenwald serían eliminados. Pocos días antes de que fuéramos liberados, cuarenta y tres de nuestros camaradas, de distintas nacionalidades, fueron llamados para ser eliminados. Entonces ocurrió un fenómeno inusual, el campo se rebeló. Se ocultó a los hombres y nunca los entregaron. También sabíamos que bajo ninguna circustancia se permitiría abandonar el campo a nadie que hubiera trabajado en el bloque de exterminio o en el hospital. Eso es todo lo que tengo que decir sobre los últimos días.

P: Este oficial al mando del campo que según usted acaba de decir dio su palabra de honor como soldado, ¿era un soldado?

R: Su actitud hacia los prisioneros era implacable, pero cumplía órdenes. Francamente, era un tipo especial de soldado, pero no actuaba por iniciativa propia al tratar a los prisioneros de esta forma.

P: A qué sección pertenecía?

R: Era de la División Totenkopf de las SS.

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P: ¿Era de las SS?

R: Sí, era de las SS.

P: ¿Dice que actuaba cumpliendo órdenes?

R: Sin duda actuaba cumpliendo órdenes.

P: ¿Con qué fines se usaba a los prisioneros?

R: Se usaban de tal forma que no se prestaba ninguna atención al hecho de que eran seres humanos. Se les usaba para experimentos. En Buchenwald los experimentos tenían lugar en el Bloque 46. Los hombres que trabajaban allí eran siempre seleccionados a través de un examen médico. En las ocasiones en las que estuve presente, fue realizado por el Dr. Schidlowsky, del que ya he hablado.

P: ¿Era doctor?

R: Sí, era doctor. Se les usaba para los trabajos más duros, en las minas de Laura, o trabajando en las minas de sal, como por ejemplo en el destacamento de Mansleben am See, o retirando escombros producidos por bombardeos. Se ha de recordar que cuanto más difíciles eran las condiciones de trabajo, más dura era la supervisión de los guardias.

Se les usó en Buchenwald para todo tipo de trabajos: preparación de terrenos, en canteras, fábricas y otros lugares. Por citar un caso concreto: había dos fábricas adjuntas a Buchenwald, la fábrica Gustloff y la fábrica Mibao. Eran fábricas de munición bajo gestión técnica y no militar. En este caso particular había cierta clase de rivalidad entre las SS y la dirección técnica de la fábrica. La dirección técnica, preocupada de su producción, se puso de parte de los prisioneros hasta el punto de conseguir ocasionalmente raciones suplementarias para ellos. El trabajo de internos tenía ciertas ventajas. El coste era insignificante, y desde un punto de vista de seguridad, se conseguía el máximo de secreto, ya que los prisioneros no tenían contacto con el mundo exterior, y por tanto, no podía haber filtraciones.

P: ¿Se refiere a filtraciones de información militar?

R: Me refiero a filtraciones de información militar.

P: ¿Podía ver gente del exterior que los prisioneros eran maltratados y desdichados?

R: Esa es otra cuestión.

P: ¿La responderá después?

R: La responderé después. He omitido un detalle. Los internos también eran usados hasta cierto punto tras su muerte. Las cenizas producidas por la cremación eran arrojadas a la fosa de excrementos y servían para fertilizar los campos cercanos a Buchenwald. Añado este detalle porque me afectó vívidamente por aquel entonces.

Finalmente, como dije, el trabajo, cualquiera que fuese, era la única posibilidad de supervivencia de los prisioneros. En cuanto dejaban de tener algún posible uso, eran eliminados.

P: ¿No se usó a internos como "donantes de sangre", por supuesto involuntarios?

R: Olvidé ese punto. Los prisioneros asignados a trabajos menores cuya producción era pobre eran usados como donantes de sangre. Miembros de la Wehrmacht venían varias veces. Les vi dos veces en Buchenwald sacando sangre a estos hombres. La sangre se sacaba en una sala conocida como CP-2, es decir, sala de operaciones 2.

P: ¿Se hacía esto por orden de autoridades superiores?

R: No veo si no cómo se podría haber hecho.

P: ¿Por iniciativa propia?

R: No por iniciativa de nadie del campo. Estos elementos no tenían nada que ver con la administración del campo o los guardias. Debo dejar claro que las personas a las que vi eran de la Wehrmacht, mientras que nos vigilaban SS, todos ellos de la División Totenkopf. Al final se hizo un uso especial de ellos.

En los primeros meses de 1945 miembros de la Gestapo vinieron a Buchenwald

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y se llevaron todos los papeles de los que habían muerto para cambiar su identidad y preparar papeles falsificados. Se utilizó especialmente a un judío para que tomara fotografías para adaptar los papeles que habían pertenecido a los muertos para que los usaran personas a las que por supuesto no conocíamos. El judío desapareció, y no sé lo que le ocurrió. Nunca más le vimos.

Pero esta utilización de papeles de identificación no se limitó a los muertos. Varios centenares de prisioneros franceses fueron convocados a la "Fliegerverwaltung" y se les sometió allí a un interrogatorio muy preciso sobre su identidad, sus convicciones y sus orígenes. Después se les dijo que bajo ningún concepto se les permitiría recibir ninguna correspondencia, o ni siquiera paquetes, a aquellos que alguna vez habían recibido alguno. Desde un punto de vista administrativo se borró toda traza de ellos, y el contacto con el mundo exterior se volvió aún más imposible para ellos de lo que ya había sido en circunstancias normales. Estábamos muy preocupados por la suerte de nuestros camaradas. Nos liberaron muy poco después de aquello, y sólo puedo decir que se usó a los prisioneros de esta forma, es decir, que se usaron sus papeles de identificación para fabricar documentos falsos.

P: ¿Cuál era el efecto de este tipo de vida?

R: ¿El efecto de este tipo de vida en el organismo humano?

P: En el organismo humano.

R: En el organismo humano había un único efecto: la degradación del ser humano. Las condiciones de vida que acabo de describir eran suficientes de por sí para producir esa degradación. Era un proceso sistemático, parecía estar actuando una voluntad implacable de reducir a esos hombres a un nivel, el nivel más bajo posible de degradación humana.

Para comenzar, el primer factor degradante era la forma indiscriminada en la que eran mezclados. Era permisible mezclar nacionalidades, pero no mezclar indiscriminadamente todo tipo de prisioneros, políticos, militares (los miembros del movimiento de Resistencia francés eran soldados), elementos raciales y criminales comunes.

Se juntaba a criminales de todas las nacionalidades con sus compatriotas, y prisioneros de todos los países vivían juntos.

Además, había aglomeraciones, condiciones insalubres y trabajos forzados. Citaré unos pocos ejemplos para demostrar que los prisioneros eran mezclados indiscriminadamente.

En marzo de 1945 vi morir al General francés Duval. Había estado trabajando conmigo todo el día en la "terraza". Cuando volvimos, estaba cubierto de barro y totalmente agotado. Murió pocas horas después.

El General francés Vernaud murió en un colchón de paja, sucio de excrementos, en la sala nº 6, a donde se llevaba a los que estaban a punto de morir, rodeado de hombres agonizantes.

Vi al Sr. de Tessan morir...

P: ¿Puede explicarle al Tribunal quién era el Sr. de Tessan?

R: El Sr. de Tessan fue un antiguo Ministro francés, casado con una americana. También murió en un colchón de paja, cubierto de pus por una enfermedad llamada septicemia.

También fui testigo de la muerte del Conde de Lipokowski, que sirvió brillantemente en esta guerra. El Ejército Alemán le había concedido Honores de Guerra y había sido invitado a ir a París por Rommel, que deseaba demostrar la admiración que sentía por su habilidad militar. Murió miserablemente en el invierno de 1944.

Otro ejemplo más. El Ministro belga Janson vivía en el campo en las condiciones que ya he descrito, y de las que ustedes deben haber oído hablar ya con frecuencia. Murió miserablemente, una ruina física y mental. Su mente estaba ida y había perdido la razón en parte.

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Cito sólo casos extremos y especialmente los de generales, ya que se decía que se les concedían condiciones especiales. No vi la más mínima señal de eso.

La última etapa de este proceso de la degradación de seres humanos fue el volver a los prisioneros unos contra otros.

P: Antes de tratar este punto, ¿puede describir las condiciones en las que encontró a su antiguo profesor, Leon Kindberg, Profesor de Medicina?

R: Estudié medicina en la clase del Profesor Leon Kindberg, en el Hospital de Beaujon.

P: ¿En París?

R: Sí, en París. Era un hombre de mucha cultura y una inteligencia brillante.

En enero de 1945 me enteré de que acababa de llegar de Monovitz. Le encontré en el Bloque 58, un bloque que en circunstancias normales habría alojado a trescientos hombres y en el que se había apelotonado a mil doscientos, húngaros, polacos, rusos, checos, con una gran proporción de judíos. No reconocí a Leon Kindgberg porque no había nada que lo distinguiera del tipo habitual de prisionero que se encontraba en estos bloques. Ya no quedaba ninguna señal de inteligencia en él y era difícil encontrar algo del hombre que había conocido anteriormente. Conseguimos sacarlo de ese bloque, pero su salud estaba terriblemente quebrantada y murió poco después de su liberación.

P: ¿Puede decirle al Tribunal en la medida que usted sepa qué crímenes fueron cometidos por estos hombres?

R: Después del Armisticio, Leon Kindberg se trasladó a Toulouse para ejercer "fisiología". Sé de una fuente totalmente fiable que no tomó parte de ninguna manera en actividades de resistencia dirigidas contra las autoridades alemanas de ocupación en Francia. Descubrieron que era judío y por eso lo arrestaron y deportaron. Terminó en Buchenwald después de pasar por Auschwitz y Monovitz.

P: ¿Qué crimen había cometido el General Duval para ser encarcelado junto a proxenetas, degenerados y asesinos? ¿Qué había hecho el General Vernaud?

R: No sé nada de las actividades del General Duval y el General Vernaud durante la ocupación. Todo lo que puedo decir es que sin duda no eran antisociales.

P: ¿Y el Conde de Lipokowski y el Sr. de Tessan?

R: Ni el Conde de Lipokowski ni el Sr. de Tessan habían cometido ninguno de los delitos usualmente atribuidos a elementos asociales o criminales comunes.

P: Continúe.

R: El medio usado para lograr la degradación final de los prisioneros en su totalidad fue la tortura de prisioneros perpetrada por sus compañeros prisioneros. Déjenme darles un ejemplo especialmente brutal. En el Kommando R:S.6, ubicado en Mansleben am See, a 70 kilómetros de Buchenwald, había prisioneros de toda nacionalidad, incluida una gran proporción de franceses. Tenía dos amigos allí: Antoine d'Aimery, hijo del General d'Aimery, y Thibani, que estaba estudiando para ser misionero.

P: ¿Católico?

R: Católico.

En Mansleben am See se ahorcaba en público a prisioneros en la entrada de una fábrica relacionada con la mina de sal. Los SS estaban presentes en estos ahorcamientos de uniforme y llevando sus condecoraciones.

Se obligaba a los prisioneros a estar presentes en estos ahorcamientos bajo amenaza de las palizas más crueles. Cuando colgaban a los pobres desgraciados, los prisioneros tenían que hacer el saludo nazi.

Aún peor, se escogía a un prisionero para que empujara la banqueta sobre la que estaba la víctima. No podía rechazar la orden, ya que las consecuencias para él

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habrían sido demasiado graves. Al terminar la ejecución, los prisioneros tenían que ponerse en fila enfrente de las víctimas entre 2 hombres de las SS. Se les hacía tocar el cuerpo y mirar al muerto a los ojos.

Creo que hombres que han sido obligados a pasar por esos rituales tienen inevitablemente que perder el sentido de su dignidad como seres humanos.

En Buchenwald todo el trabajo administrativo se confiaba a los prisioneros, es decir, los ahorcamientos eran llevados a cabo por un prisionero alemán ayudado de otros prisioneros. El campo era controlado por prisioneros. Cuando alguien del campo era condenado a muerte, su deber era encontrarle y traerle al lugar de ejecución.

La selección para los pelotones de trabajo, que conocíamos bien, en especial Dora, Lora y S III, destacamentos de exterminio, era llevada a cabo por prisioneros, que decidían quién de nosotros debía ir allí.

De esta forma se sometía a los prisioneros al peor nivel posible de degradación, en tanto en cuanto todo hombre era obligado a convertirse en el ejecutor de su compañero.

Ya he hablado del Bloque 61, donde se llevaba a cabo el exterminio de los no aptos físicamente y de otros no aptos para trabajar por otros motivos. Estas ejecuciones también eran llevadas a cabo por prisioneros bajo supervisión y control de las SS. Desde el punto de vista humanitario en general, este era quizás el peor crimen de todos, ya que se permitía vivir a estos hombres que eran forzados a torturar a sus compañeros, pero cambiaban profundamente.

P: ¿Quién considera que fue responsable de estos crímenes en la medida en la que lo permite lo que usted conoce personalmente?

R: Una cosa que me llama la atención como especialmente importante es que los métodos que observé en Buchenwald parecen haber sido los mismos, o casi los mismos, que se emplearon en todos los demás campos. El grado de uniformidad en la forma en la que se controlaban los campos es una evidencia clara de órdenes de instancias superiores. En el caso de Buchenwald en particular, el personal, sin importar lo duro que pudiera ser, no habría hecho esas cosas por iniciativa propia. Además, ellos, el jefe del campo y el doctor de las SS, solían alegar órdenes superiores. El nombre más frecuentemente invocado era el de Himmler. También se mencionaron otros nombres. El oficial médico jefe de todos los campos, Lolling, fue mencionado en numerosas ocasiones en relación con el Bloque 61, el bloque de exterminio, en especial por un doctor de las SS del campo llamado Bender. En cuanto a la selección de prisioneros físicamente no aptos y de judíos para enviarlos a Auschwitz o Bergen-Belsen para gasearlos, oí mencionar el nombre de Pohl.

P: ¿Cuáles eran las funciones de Pohl?

R: Era jefe de la administración de las SS en Berlín, Div. D 2.

P: ¿Es posible que el pueblo alemán en su totalidad ignorara estas atrocidades, o es inevitable que las conocieran?

R: Como estos campos existieron durante años, es imposible que no hayan sabido de ellos. Nuestro transporte se detuvo en Tréveris en su camino. Los prisioneros de algunos vagones iban completamente desnudos, mientras que en otros iban vestidos. Había una multitud de gente alrededor de la estación, y todos vieron el transporte. Algunos molestaron a los hombres de la SS que patrullaban el andén. Pero había otros canales por los que podía llegar información a la población. Para comenzar, había pelotones que trabajaban fuera de los campos. Pelotones de trabajo iban de Buchenwald a Weimar, Erfurt y Jena. Salían por la mañana y volvían por la noche, y durante el día estaban entre la población civil. Además, en las fábricas los supervisores no eran miembros de las fuerzas armadas. El "Meister" no era de las SS. Se iban a su casa cada noche después de supervisar el trabajo de los prisioneros todo el día. Algunas fábricas, como por ejemplo la fábrica Gustloff de Weimar, incluso contrataban a mano de obra civil.

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Las autoridades civiles eran las responsables de los suministros de los campos y se les permitía entrar, y he visto camiones civiles entrando en el campo.

Las autoridades ferroviarias estaban necesariamente informadas de esos asuntos. Numerosos trenes llevaban a prisioneros diariamente de un campo a otro, o de Francia a Alemania, y estos trenes eran conducidos por ferroviarios. Además, había un tren regular diario a Buchenwald. La estación de Buchenwald era el final del recorrido. Las autoridades administrativas ferroviarias tienen por tanto que haber estado bien informadas.

También se dieron órdenes en las fábricas, y no es posible que los industriales no fueran informados del personal que empleaban en sus fábricas. Debo añadir que hubo visitas, a veces los prisioneros alemanes recibían visitas. Conocí a ciertos internos alemanes, y sé que durante esas visitas hablaban con sus familiares, y es imposible que no informaran a sus allegados de lo que estaba ocurriendo. Sería imposible negar que el pueblo alemán conocía los campos.

P: ¿Y el Ejército?

R: El Ejército conocía los campos. Al menos, por lo que pude observar.

Todas las semanas venían a Buchenwald las llamadas comisiones, un grupo de oficiales que venía a visitar el campo. Había oficiales de las SS entre ellos, pero muy frecuentemente vi a miembros de la Wehrmacht, oficiales de la Fuerza Aérea que venían en estas visitas. A veces pudimos identificar a los que visitaban el campo, aunque no con mucha frecuencia, al menos por mi parte. El 22 de marzo de 1945 el General Bougrowski vino a visitar el campo. Pasó un buen rato en el Bloque 61 en particular. Le acompañaban en esta visita un General de las SS y el Oficial Médico Jefe del campo, el Dr. Schidlowsky.

Otro punto, durante los últimos meses, los guardias de Buchenwald, y hombres de las SS...

P: Disculpe la interrupción. ¿Puede hablarnos del Bloque 61?

R: El Bloque 61 era el bloque de exterminio para los que sufrían malnutrición, en otras palabras, para los que llegaban en tal estado de agotamiento que estaban totalmente incapacitados para trabajar.

P: ¿Puede hablarnos de esa visita al Bloque 61 según su observación personal?

R: Es lo que observé personalmente.

P: ¿A quién concierne?

R: Al Dr. Bougrowski.

P: ¿Del Ejército?

R: No. Un doctor y General de las SS.


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