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Zyklon B


zyklon-can.jpg Dos empresas alemanas, Tesch/Stabenow y Degesch, producían gas Zyklon B tras adquirir la patente de Farben. Tesch proporcionaba dos toneladas al mes, y Degesch tres cuartos de tonelada. Las empresas que producían el gas poseían una amplia experiencia en fumigación.
"En pocas palabras, esta industria empleaba gases muy poderosos para exterminar roedores e insectos en espacios cerrados; el que ahora se viera envuelta en una operación para exterminar a cientos de miles de judíos no era un mero accidente" (Hilberg, Commandant, 567).
Acabada la guerra, los directores de las empresas insistieron una y otra vez en que habían vendido sus productos para que se emplearan en fumigaciones y en que no sabían que se hubieran usado con personas. Pero los fiscales encontraron cartas de Tesch en las que no sólo se ofrecían a proporcionar el gas, sino que además daban consejos sobre el uso de los equipos de ventilación y calefacción. Höss declaró que era imposible que los directores de Tesch no supieran qué uso se daba a su producto porque le vendieron suficiente como para aniquilar a dos millones de personas. Dos socios de Tesch fueron condenados a muerte en 1946 y ahorcados. El directior de Degesch fue condenado a cinco años de prisión". (Feig) (Ver también en Breitman, 203-204, un estudio de la temprana implicación de Heerdt-Lingler).

 De la declaración de Hans Stark, el encargado de registrar las nuevas llegadas, Auschwitz (Klee, 255):

En otro gaseamiento posterior -también en otoño de 1941- Grabner* me ordenó que vertiera Zyklon B en la abertura porque sólo se había presentado uno de los auxiliares médicos. Durante un gaseamiento, había que verter el Zyklon B por las dos aberturas de la cámara de gas a la vez. Este gaseamiento también era un transporte de 200 a 250 judíos, de nuevo hombres, mujeres y niños. Ya que el Zyklon B -como se ha dicho antes- venía en forma de gránulos, caía por encima de la gente al verterlo.

Entonces empezaron a gritar terriblemente porque ahora sabían lo que les estaba ocurriendo. No miré por la abertura porque había que cerrarla tan pronto como se vertía el Zyklon B. Tras unos pocos minutos se hizo el silencio. Después de que pasara un rato, debieron ser entre diez y quince minutos, se abrió la cámara de gas. Los muertos yacían retorcidos y revueltos por todas partes. Fue una visión horrible.

 * Maximillian Grabner, Director del Departamento  Político, Auschwitz

El Zyklon-B es un poderoso insecticida que se utiliza como portador de un gas, el ácido cianhídrico o cianuro de hidrógeno (HCN). Normalmente viene en forma de pequeñas bolitas o discos.  (Ver Breitman, 203, para más detalles sobre los primeros usos dados al gas en Auschwitz) El HCN es la causa de la muerte producida por la aplicación de Zyklon-B. Al reaccionar con el hierro y el cemento, crea compuestos hidrociánicos, de los que Leuchter admitió que se encontraron en las ruinas de la cámara de gas del Crematorio II. Sus hallazgos fueron confirmados por las investigaciones del gobierno polaco.

El HCN es extremadamente tóxico para los humanos. Se usa en las cámaras de gas empleadas en las ejecuciones de condenados a muerte en Estados Unidos; la primera se construyó en Arizona en 1920.

Como se ha señalado, estas "dificultades" fueron ya resueltas en 1920. Más aún, los alemanes conocían bien el HCN, ya que se empleaba ampliamente para despiojar.

Había dos tipos de cámaras de gas en Auschwitz: las empleadas para despiojar ropa ("cámaras de despiojado") y las empleadas para exterminar masivamente a personas ("cámaras de gas de exterminio"). Las cámaras de despiojado eran algo normal, y los hombres de las SS no las destruyeron antes de abandonar el campo (sin embargo, las cámaras de gas fueron dinamitadas, intentando así eliminar pruebas del crimen).
 

El HCN es mucho más eficaz empleado contra animales de sangre caliente (incluyendo a los seres humanos) que contra insectos, por lo que el tiempo de exposición al HCN  y la concentración son mucho mayores para despiojar ropa que para gasear a personas.  Para matar insectos se suele usar una concentración de unas 16.000 ppm (partes por millón), con tiempos de exposición de hasta 72 horas, mientras que unas 300 ppm bastan para causar la muerte a personas en unos quince minutos.

Debido a las relativamente pequeñas concentraciones y el mucho menor tiempo requerido para exterminar humanos en comparación con los piojos, el HCN de las cámaras de gas de exterminio difícilmente tuvo tiempo para formar compuestos químicos en los muros. Algunos dicen que el gas habría necesitado mucho tiempo para matar a las personas, porque habría tenido que extenderse por toda la cámara, pero esto no es cierto; las cámaras de gas no eran muy grandes (las de los Kremas II y III eran de unos 210 metros cuadrados), y el Zyklon B se arrojaba a través de agujeros practicados en el techo (aún visibles en las ruinas de las cámaras de gas). Dado que la concentración usada era superior a la letal, la muerte era muy rápida.

Más aún, las cámaras de despiojado permanecieron intactas, mientras que las cámaras de exterminio fueron dinamitadas. Por tanto, sus muros han estado expuestos a la acción de los elementos durante los últimos cincuenta años. Las ruinas de la cámara de gas del Krema II están cubiertas por casi un metro de agua durante unos meses al año; los compuestos de HCN se disuelven fácilmente en estos entornos. Y a pesar de todo, se hicieron tantos gaseamientos que todavía quedan restos de algunos compuestos.

Resumiendo, los muros de las cámaras de exterminio estuvieron en contacto con el HCN durante mucho menos tiempo que los de las cámaras de despiojado, y durante los últimos 45 años han estado expuestos a un entorno en el que los compuestos de disuelven, mientras que las cámaras de despiojado no. Por tanto, es obvio que queden menos restos de compuestos en las cámaras de exterminio.

Este hecho- que todos, o casi todos los compuestos se disuelven tras una exposición de 45 años- aparece claramente en el informe escrito por los expertos del Instituto de Cracovia de Investigación Forense. (Ver también la FAQ sobre Leuchter)
 

Pero -como ellos mismos admiten- la cámara de gas del Krema I se usó sólo durante un breve espacio de tiempo, y después fue transformada en un refugio antiaéreo. Después de la liberación del campo, fue reconstruida para que recuperara su aspecto original. Esto, y el que "sólo" se asesinara allí a 10.000 personas (comparadas con las 350.000 y 400.000 de los Kremas II y III) explican por qué quedan allí cantidades relativamente pequeñas de compuestos de cianuro. En cuanto a los Kremas IV y V, fueron completamente destruidos por las SS antes de que el Ejército Rojo liberara el campo.

Finalmente, se encontraron compuestos de cianuro en las rejillas de ventilación de las cámaras de exterminio, probando aún más claramente que allí se realizaron gaseamientos.
 

La concentración de HCN necesaria para causar la muerte es unas doscientas veces inferior a la concentración explosiva. Aunque las SS emplearon una concentración superior a la letal, aún así era muy inferior a la explosiva.

Como referencias, se puede recurrir a "The Merck Index" y al "CRC handbook of Chemistry and Physics", o consultar cualquier manual sobre toxicología y capacidad de arder de compuestos químicos. Para el HCN, una concentración de 300 ppm (partes por millón) mata a seres humanos en pocos minutos, mientras que la concentración explosiva es de 56.000 ppm.
 

Es verdad que si se desinfecta un edificio de uso comercial ordinario, no se debe entrar en él hasta pasadas 20 horas. Esta cifra, sin embargo, no tiene nada que ver con las cámaras de exterminio, que tenían ventilación mecánica. Quince minutos era
tiempo más que suficiente para reintroducir aire fresco después de un gaseamiento. Cuando no se recurría a la ventilación, el Sonderkommando (prisioneros empleados como mano de obra en trabajos forzados) que retiraba los cadáveres llevaba máscaras
antigás.

Los alemanes poseían una gran experiencia en gases, en especial el HCN, que era ampliamente utilizado para despiojar. Sabían como trabajar con él de forma segura. Es absurdo recurrir a la cifra de 20 horas en este contexto, ya que no tiene en cuenta la ventilación mecánica y establece unos niveles de seguridad enormes. Y sea como sea, a las SS no les importaba demasiado la seguridad del Sonderkommando que tenía que entrar en las cámaras de gas para sacar los cadáveres. Para precisar más, lo que hace difícil y larga la ventilación es la presencia de alfombras, muebles, cortinas, etc. No hace falta decir que no había nada de esto en las cámaras de gas - sólo hay hormigón sin revestir, por lo que la ventilación era rápida y eficiente.  Si el "periodo de ventilación de 20 horas" fuera cierto, esto implicaría que los cuerpos de los condenados a muerte ejecutados con gas cianhídrico en las prisiones americanas permanecerían atados a la silla hasta 20 horas después de su muerte...
 

Esta teoría surgió para tratar de explicar desde el punto de vista negador el que se encontraran compuestos de cianuro en las rejillas de ventilación de las cámaras de gas de los Kremas II y III (el análisis químico fue realizado por el Dr. Jan Robel del Instituto Forense de Cracovia en Diciembre de 1945, y fue parte de las pruebas presentadas en el juicio al comandante de Auschwitz, Höss). Esto prueba que se realizaron gaseamientos en estas cámaras. El Zyklon-B no mata bacterias anaerobias - sólo organismos aerobios. Por tanto, sería inútil para desinfectar cadáveres.

Para terminar, el testimonio del soldado de las SS Hoeblinger: (Langbein)

Fui destinado al servicio de transporte, y era el conductor de la Sanka [abreviatura de Sanitatskraftwagen, ambulancia] empleada para transportar a los prisioneros...

Fuimos a las cámaras de gas. Los auxiliares médicos subieron por una escalera, tenían máscaras antigás allí arriba, y vaciaron las latas. Pude observar a los prisioneros mientras se desnudaban. Siempre se hacía tranquilamente y sin que ellos sospecharan nada. Todo ocurría muy deprisa.

Obsérvese la mención que hace el soldado Hoeblinger de las máscaras antigás - algunos negadores insisten en que los hombres de las SS encargados de arrojar el gas habrían muerto al inhalarlo, lo que lleva a especular sobre si entienden las cosas que leen. Finalmente, una prueba innegable es que las SS ordenaron a Degesch que dejara de añadir al Zyklon B el aroma indicador, obligatorio bajo las leyes alemanas para advertir a las personas que olieran Zyklon-B de que era un gas letal. Esto demuestra unas claras intenciones criminales- las SS no se habrían preocupado de eliminar este aroma indicador si hubieran pretendido, como dicen los negadores, emplearlo sólo con insectos y cadáveres... (Ver farben.001. para más información sobre esta exigencia de las SS. Borkin, 123)

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