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Los Crematorios


Document image showing the number of stokers employed on a givenday Konnilyn Feig escribió un texto conciso sobre el funcionamiento de los crematorios,  describiendo el proceso por el que los grupos que trabajaban en los hornos agrupaban  los cuerpos en categorías de combustibilidad siguiendo los experimentos realizados por las SS para reducir el consumo de combustible. En este trabajo dispusieron de la ayuda de la compañía Topf e Hijos, que construyó los crematorios. (Ver auschwitz/auschwitz.01)
Resumiendo, se incineraron cuerpos bien alimentados con cuerpos desnutridos para determinar la combinación más eficiente. Se quemaron de tres a cuatro cadáveres en una vez, y se usaron diferentes clases de coque, registrando después los resultados:
Después, se dividieron los cadáveres en las categorías antes mencionadas, siendo el criterio la cantidad de coque necesaria para reducirlos a cenizas. Así se estableció que el procedimiento más económico y que ahorraba más combustible sería quemar los cuerpos de un hombre bien alimentado y una mujer desnutrida, o viceversa, junto al de un niño porque, como los experimentos habían concluido, con esta combinación, una vez hubieran prendido, los cuerpos seguirían quemándose sin necesitar más coque. ( Müller, 60-61; Klarsfield, 99-100)
La necesidad de una eficiencia a gran escala para hacer frente al enorme número de cadáveres producidos por las cámaras de gas, llevó al diseño y construcción de nuevos crematorios, y la capacidad diaria subió de 648 cadáveres al día (cifra de 1942 de Müller) a diez mil ( Höss, Gricksch), pero, como nos cuenta Feig, las SS tuvieron que recurrir a veces a grandes piras y fosas para deshacerse de las pilas de cadáveres:
El 13 de junio de 1943, no todo iba bien en las nuevas instalaciones... Los hornos empezaron a fallar. El Crematorio Cuatro se averió totalmente después de un breve periodo de funcionamiento, y hubo que cerrar el Crematorio Cinco de vez en cuando. (TWC, V:624) (Entre 1945 y 1962, funcionarios polacos encontraron cinco manuscritos escritos por miembros de Sonderkommandos antes de morir. Los manuscritos publicados y documentos se refieren al proceso específico de exterminio en Birkenau, y muestran descripciones detalladas de los crematorios y las cámaras de gas).

Los crematorios, científicamente planeados, deberían haber podido hacer frente a todo el proyecto, pero no podían. El complejo tenía cuarenta y seis nichos de horno, cada uno con capacidad para entre tres y cinco personas. La incineración en un nicho duraba una media hora. Llevaba una hora al día limpiarlos. Así, en teoría era posible incinerar unos 12.000 cadáveres en 24 horas, 4.380.000 al año.

Pero los bien construidos crematorios fallaron en varios campos, y sobre todo en Auschwitz en 1944. En agosto, el total de incineraciones alcanzó un pico de 24.000 al día, pero aún así había un cuello de botella. Las autoridades del campo necesitaban un método de eliminación de los cadáveres económico y rápido, así que de nuevo cavaron seis enormes fosas tras el Crematorio Cinco y reabrieron antiguas fosas cavadas en el bosque.

Así, un tiempo después, la incineración en fosas se convirtió en el método principal de eliminación de cadáveres. Las fosas tenían canalizaciones en un lado que recogían la grasa humana. Para mantener las fosas ardiendo, los trabajadores asignados a esta tarea vertían aceite, alcohol y grandes cantidades de grasa humana hirviendo sobre los cadáveres.


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