The Nizkor Project: En Memoria del Holocausto (Shoah)

Nuremberg, crimenes de guerra, crimenes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
12 de marzo a 22 de marzo de 1946

Octogésimo Primer Día: Miércoles, 13 de marzo de 1946
(7 de 8)


[el DR. STAHMER continúa con el interrogatorio de HERMANN WILHELM GORING]

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Cuando el Presidente Hacha llegó, habló primero con el Ministro del Reich de Exteriores. Por la noche fue a ver al Führer; le saludó brevemente. Primero habló a solas con el Führer; después nos dijeron que entráramos. Hablé con él en presencia de su Embajador y le insté a satisfacer lo más rápido posible la exigencia del Führer de contener a las tropas cuando marcharan los alemanes para evitar un derramamiento de sangre. Le dije que nada ayudaría, que el Führer había tomado una decisión y la consideraba necesaria, y que sólo habría un derramamiento inútil de sangre, ya que era imposible resistir por mucho tiempo. En relación a eso, dije que lamentaría tener que bombardear la hermosa Praga. No había intención de bombardear Praga, ni se dio ninguna orden en ese sentido, ya que, incluso si hubiera habido resistencia, no habría sido necesario. Era más fácil doblegar la resistencia sin ese bombardeo. Pero consideré que ese punto podía servir como argumento y acelerar todo el asunto.

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Logré que llamara por teléfono a su Gobierno en Praga. Dio la orden, y la ocupación y la marcha sobre Praga tuvieron lugar al día siguiente.

Dr. STAHMER:

P: ¿Acompañó al Führer a Praga?

R: No, no le acompañé a Praga. Estaba bastante airado. No fui ni a Checoslovaquia ni a los Sudetes Alemanes en ningún momento después de ese incidente, salvo el 21 de abril de 1945, cuando pasé por parte de Checoslovaquia.

P: ¿Por qué estaba usted enfadado?

R: Porque se había llevado todo ese asunto a mis espaldas en su mayor parte.

P: ¿Participaron otras potencias en la ocupación de Checoslovaquia?

R: Sí. Polonia se hizo con el territorio de Olsa.

P: La fiscalía ha presentado un documento con el que concluyen que el asesinato del Embajador alemán iba a tener lugar vinculado a manifestaciones antialemanas en Praga. Se ha presentado como si este asesinato del Embajador alemán hubiera sido preparado para dar una excusa a la anexión.

R: Esa historia es anterior a la solución del problema de los alemanes de los Sudetes, y escuché muy atentamente cuando se expuso ese punto. También recuerdo los hechos verdaderos. No se trató el asunto de esa manera, y no se debería presentar como si quisiéramos asesinar a nuestro propio Embajador, o ni siquiera que hubiéramos considerado la posibilidad, para tener ocasión de resolver este problema. Simplemente consideramos las posibilidades de que hubiera un choque inmediato. En vista de la tensión existente entre Checoslovaquia y Alemania por los Sudetes Alemanes, también se consideró la posibilidad de que los checos asesinaran al Embajador alemán en Praga, y que esto requeriría una acción inmediata por parte de Alemania bajo cualquier circunstancia y sin tener en cuenta ninguna otra accion política.

Esta posibilidad surgió del hecho de que en el exterior de la Embajada alemana en Praga había habido varias manifestaciones, un hecho que no se puede negar, motivo por el cual Alemania había enviado armas a la Embajada para su defensa. Es por estas razones por lo que hablamos de esa posibilidad. Esto se ha tergiversado aquí. No queríamos que se asesinara al Embajador como provocación, o como una posible provocación, pero vimos que existía la posibilidad de que otros cometieran ese asesinato, y el Führer habría actuado de inmediato en respuesta.

P: ¿Hasta qué punto hubo confiscaciones en Checoslovaquia?

R: Antes de la guerra no hubo ninguna confiscación en Checoslovaquia, es decir, no se requisó ningún bien. Por el contrario, la fuerte y grande economía de Checoslovaquia fue incluida en su totalidad en la economía de Alemania. Es decir, dábamos importancia por encima de todo al hecho de que, ahora que habíamos creado el Protectorado y así culminado una acción, era natural integrar las fábricas de Skoda y Armamentos Brunn en el potencial armamentístico de Alemania como las importantes fábricas de armamento que eran. Eso quiere decir que se les hicieron pedidos en cantidades considerables. E incluso creamos nuevas industrias allí y les dimos nuestro apoyo.

Se nos ha acusado, entre otras cosas, de desmantelar líneas férreas nuevas de allí y sustituirlas por raíles viejos de Alemania. Creo que es un completo error, ya que el sistema de transporte de Checoslovaquia, del Protectorado, era uno de los más importantes para Alemania. Todo el transporte sureste desde y hacia los Balcanes pasaba por el Protectorado, primero, en la dirección de Viena, Praga, Dresde y Berlín, y segundo, por la línea principal Viena- Lundenburg- Odelberg- Breslau; y dado que no se había terminado el canal,

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todo el transporte de bienes tomaba el camino más corto en lugar de rodear la frontera. Habríamos estado locos si hubiéramos debilitado este sistema de transporte. Sólo se me ocurre una explicación, y es que durante la ampliación del sistema de transporte existente, es posible que se usaran muchos raíles de Alemania, y éstos figuraban en el informe del Gobierno como "viejos". Pero es un completo sinsentido que desmanteláramos raíles nuevos para poner viejos.

Además, dado que los Sudetes fueron anexionados al Reich, la acusación de que las propiedades y bosques estatales pasaron a ser propiedad del Estado Alemán no tiene fundamento; es obvio que, si se toma un país, sus propiedades estatales han de pasar a ser también propiedades del nuevo Estado.

Asimismo, tampoco está justificada la acusación, con respecto a los Sudetes Alemanes, de que los bancos se afiliaron a bancos alemanes, ya que se introdujo la moneda alemana en el país. Por tanto, los bancos afiliados tenían que adaptarse a eso.

En cuanto al Protectorado posterior, ya he destacado que, incluso antes de la creación de ese Protectorado, Checoslovaquia había sido preparada por mi, por un lado adquiriendo acciones de otros propietarios que nos dieron voz en empresas checas y eslovacas, y por otro lado, creo, gracias a que reemplazamos ciertos préstamos originalmente concedidos y después reclamados por las Potencias Occidentales.

En este contexto, la Fábrica del Reich Hermann Goering hizo su aparición, dado que habían adquirido un gran número de acciones de Skoda, para usar esta última como industria de acabado de los productos de sus metalúrgicas y acerías, al igual que utilizaban otras industrias de Alemania.

Es por tanto lógico que tras la creación del Protectorado se uniera toda la economía del Protectorado a la economía de Alemania.

P: El 15 de noviembre de 1937 tuvo lugar una reunión con el Führer en la Cancillería del Reich, de la que preparó un acta el Coronel Hoszbach, y se ha hablado de ella como el testamento de Hitler. Se ha tratado repetidas veces aquí. Querría pedirle una breve explicación de la importancia que tuvo esta conferencia. Haré que le muestren ese documento. Es el documento 386-PS.

R: Ya me han mostrado aquí este documento, y conozco muy bien el contenido. Este documento ha tenido un papel importante en la Acusación, ya que figura como "Última Voluntad del Führer". De hecho, Hoszbach utiliza esta expresión, "última voluntad", en un punto.

En cuanto al aspecto técnico de esta acta, quiero decir lo siguiente: Hoszbach era el adjunto del Führer, el adjunto jefe. Como tal, estaba presente en las reuniones y tomaba notas. Cindo días después, según he calculado, elaboró esta acta en base a sus notas. Es por tanto un acta que contiene todos los errores que fácilmente aparecen en un acta que no elaboran al momento taquígrafos, y que bajo determinadas circunstancias contiene las opiniones del que toma las notas o sus propias interpretaciones.

Contiene varios puntos, como dije en su momento, que se corresponden con exactitud con lo que el Führer había dicho repetidas veces; pero hay otros puntos y cuestiones que puedo decir que no representan las palabras del Führer.

En los últimos meses he visto muchos documentos e interrogatorios que en parte no tenían nada que ver con el sentido de lo que se había dicho. Por este motivo, debo aquí también señalar los orígenes de los errores.

Por lo que respecta a la palabra "testamento", el uso de esta palabra contradice completamente el punto de vista del Führer. Si alguien sabe algo de estos puntos de vista, soy yo.

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La decisión de que yo fuera el sucesor no se tomó el 1 de septiembre de 1939, fue ya a finales de otoño de 1934. He tenido con frecuencia oportunidad de tratar el asunto de un así llamado testamento político con el Führer. Lo descartó, aduciendo el hecho de que nunca se podría nombrar un sucesor por medio de un testamento político, ya que los acontecimientos y hechos políticos debían darle una total libertad de acción en todo momento. Muy posiblemente, se podían exponer deseos o puntos de vista políticos, pero nunca declaraciones vinculantes en forma de testamento. Ese era, tanto entonces como durante todo el tiempo en que confió en mi, su punto de vista en todo momento.

Pasemos ahora a sus intenciones en esta reunión. Se convocó al Ministro de Guerra, al Comandante en Jefe del Ejército, a los Comandantes en Jefe de la Armada y de la Fuerza Aérea, y al Ministro del Reich de Exteriores. Poco antes de eso el Führer me había informado, ya que estaba allí antes, de que iba a convocar esta reunión principalmente para, según lo expresó, presionar al General von Fritsch, ya que no estaba satisfecho con el rearme del Ejército. Dijo que no causaría ningún mal que Herr von Blomberg ejerciera también una cierta presión sobre von Fritsch.

Pregunté por qué iba a estar presente von Neurath. Dijo que no quería que el asunto pareciera demasiado militar, que conmigo no era tan importante la cuestión, pero quería dejarle muy claro al Comandante en Jefe Fritsch que la situación política en el extranjero requería trabajar a marchas forzadas en el armamento y que por esa razón le había pedido al Ministro de Exteriores que viniera, ya que éste no conocía los detalles.

Todo quedó entonces fijado de la manera que el Führer prefería en esas ocasiones. Hizo un gran esfuerzo para exponer los hechos dentro de un gran marco político, y habló de toda la situación mundial desde todos los ángulos. Y para alguien que lo conocía tan bien como yo, era obvio el fin que buscaba. Estaba señalando claramente que tenía grandes planes, que la situación política era esto y lo otro, y que todo acababa apuntando hacia un programa de armamento más fuerte. Querría decir que si el Führer hubiera hablado una o dos horas más tarde con otro grupo, por ejemplo, diplomáticos del Ministerio de Exteriores, o funcionarios del Partido, probablemente habría expuesto la situación de una manera muy distinta.

No obstante, algunas de estas declaraciones reflejan lógicamente la actitud general del Führer, pero con la mejor de las intenciones, no puedo darle al documento la misma importancia que se le está dando aquí.

P: Usted ha dicho que se le consideraba el sucesor del Führer. ¿Fue usted incluido por Hitler como tal en todos los problemas políticos?

R: Hablaré ahora del periodo de mis buenas relaciones, que duró hasta casi el final de la guerra. Por supuesto, me informaba de todos los problemas políticos y militares importantes. Me detallaba estos problemas la mayoría de las veces en conversaciones muy extensas, que duraban horas, un día tras otro. Muchas veces, es cierto, me veía sorprendido por cuestiones políticas extranjeras, pero siempre que era posible me incluía a mi mismo, y en una ocasión dijo de hecho que yo tenía una opinión propia en política exterior, y que no siempre le resultaba fácil llegar a un acuerdo conmigo. Pero quiero destacar que en todas las cuestiones políticas importantes, yo siempre era, por supuesto, incluido.

P: El 23 de mayo de 1939 tuvo lugar una reunión con el Führer que fue tratada brevemente en el interrogatorio del testigo Milch. También se redactó un acta de ésta, el documento L-79. Según lo que dice esta acta, usted asistió a esta reunión, pero el testigo Milch dijo que usted no asistió.

R: Lo cierto es que no asistí. Se convocó a Milch en el último momento para que me representara. Pero por supuesto, si el testigo dice que el Führer no le dio permiso de informarme, deben ustedes entender entonces que el Führer no quería que mi Secretario de Estado me informara de este asunto,

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y que prefería informarme en persona. No, disculpen, lo cierto es que asistí a esta reunión. Me he dado cuenta ahora por otra cosa; pero incluso aunque no hubiera estado presente, creo que Milch estaba pensando en otra reunión. Eso no debería tener ninguna importancia, ya que está claro que era imposible que el Führer convocara una reunión con esos caballeros sin notificármelo antes o después, si yo estaba ausente. Por tanto, no tiene importancia. Es obvio que en esos casos, o bien se me informaba de antemano, o bien si no estaba presente, el Führer me informaba a posteriori y detalladamente. Pero entiendo que Milch ha debido equivocarse, y posiblemente pensara en otra reunión, ya que hasta el final estuve ocupándome de cuestiones del programa de armamento, que ahora recuerdo muy bien.

P: ¿Qué importancia tuvo esta reunión?

R: Fue una reunión convocada por el Führer en la que expuso una vez más sus puntos de vista sobre la situación y las tareas exigidas a las Fuerzas Armadas como resultado de esta situación. De nuevo el tema principal era informar a las Fuerzas Armadas del armamento y la preparación que estaba considerando en relación a todos los posibles escenarios, políticos y de otra índole, y que quería tener una completa libertad para decidir.

Mirando hacia atrás los hechos ocurridos hasta este momento, y no es necesario que destaque con qué facilidad se ven en retrospectiva los asuntos desde un contexto diferente al que se dio en su momento, mirando hacia atrás puedo decir con seguridad que incluso entonces quería esto y lo otro, dado que mientras tanto lo había logrado, y también puedo decir con seguridad, es inevitable, que esta fue siempre mi intención, incluso aunque es sabido que originariamente se dependía mucho de otros factores y que bajo ciertas circunstancias las intenciones en ese momento habrían sido muy diferentes.

En general, este es otro de esos casos en los que hay malentendidos por parte del adjunto, pero es típico de las reuniones que solía convocar el Führer cuando tenía un objetivo concreto en mente que quería lograr y quería darle a este fin el énfasis necesario.

P: De 1935 a 1938 usted hizo muchas visitas de Estado a Polonia. ¿Cuál era el objetivo de estas visitas?

R: Una vez quedaron aclaradas las relaciones germano-polacas en 1934, el Führer quiso reforzar ese pacto y crear una atmósfera mejor. Me pidió que me encargara de esta misión porque creía que me resultaría fácil hablar con estos caballeros polacos, y ciertamente fue así. Me invitó el Presidente del Estado Polaco. Eso fue en 1935, y a partir de entonces, en 1935, 1936 y 1937, pasé cada año una o dos semanas en Polonia. Mantuve una larga conversación con el entonces Mariscal Pilsudski y posteriormente con el Ministro de Exteriores Beck.

En ese momento el Führer me había encargado un trabajo serio, no un trabajo destinado al engaño, mejorar las relaciones y decirle a Polonia que estábamos interesados en que Polonia fuera fuerte, porque una Polonia fuerte sería una barrera excelente entre Alemania y Rusia. El Führer había destacado la solución de la cuestión de Danzig y la cuestión del Corredor al hablar conmigo por aquel entonces, y había dicho que algún día llegaría la oportunidad de resolver esto, pero que mientras tanto, habría oportunidad de llegar a un acuerdo con Polonia sobre ese problema. El problema lituano ejerció un papel en esto. Pero el factor decisivo es que no dijo: "Haga que Polonia se adormezca. Después, atacaré Polonia". Nunca ocurrió lo que se ha dicho aquí repetidas veces, no nos pusimos a conspirar juntos desde el primer momento ni a elaborar planes para las décadas venideras. Todo surgió de las tendencias debidas a las fuerzas e intereses políticos, como ha ocurrido siempre en todas partes en asuntos de política de Estado. Se me encomendó esta misión, y consideré conscientemente que era una misión importante y la llevé

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a cabo creyendo honestamente en ella. Por tanto, cuando tuvo lugar el choque con Polonia, la situación no resultó ser muy agradable para mi.


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