The Nizkor Project: En Memoria del Holocausto (Shoah)

Nuremberg, crimenes de guerra, crimenes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
12 de marzo a 22 de marzo de 1946

Octogésimo Día: Miércoles, 13 de marzo de 1946
(9 de 10)


[el Dr. STAHMER continúa el interrogatorio de HERMANN WILHELM GORING]

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P: En su opinión, ¿el Partido había llegado al poder de una forma legal?

R: El Partido llegó al poder, por supuesto, de una forma totalmente legal, ya que el Presidente del Reich había llamado al Partido a formar gobierno de acuerdo con la Constitución, y de acuerdo con los principios vigentes, se debería haber llamado al Partido mucho antes. El Partido se reforzó y llegó al poder por medio de elecciones normales y de la ley electoral vigente.

P: ¿Qué medidas se tomaron para reforzar este poder tras el nombramiento de Hitler?

R: Todos entendimos que en cuanto llegáramos al poder, teníamos que mantener ese poder bajo cualquier circunstancia. No queríamos el poder y la autoridad gubernamental simplemente por el poder, pero necesitábamos el poder y la autoridad gubernamental para hacer que Alemania fuera libre y grande. No queríamos dejar esto una vez más en manos de la suerte, las elecciones y las mayorías parlamentarias, y queríamos llevar a cabo la tarea para la que nos considerábamos llamados.

Para consolidar este poder ahora, era necesario reorganizar las relaciones políticas de poder. Esto se llevó a cabo de tal manera que, poco después de asumir la autoridad gubernamental en el Reich y en Prusia, los otros Estados siguieron el mismo camino de forma automática y se formaron en todos gobiernos nacionalsocialistas más o menos fuertes.

En segundo lugar, los llamados funcionarios políticos, que según la Constitución del Reich podían ser convocados en cualquier momento, es decir, podían ser despedidos, tuvieron que ser lógicamente reemplazados, como es habitual, por personas del partido más fuerte, tal y como se hace en todas partes.

En cuanto a la legalidad de nuestra llegada al poder, querría señalar dos puntos en particular.

(1) Entre los años 1925 y 1932, hubo no menos de treinta elecciones al Reichstag, a Landtag o presidenciales en Alemania. El hecho de que 37 partidos tuvieran candidatos en una elección al Reichstag muestra claramente cómo podía ser que una coalición fuerte formara la llamada mayoría gubernamental y que otro grupo fuerte formara la oposición, cada uno con un punto de vista totalmente diferente. Piensen en una oposición formada por comunistas

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y nacionalsocialistas, por ejemplo, y en el hecho de que un pequeño partido con ocho representantes se convertía en el elemento clave del equilibrio del poder, y que en dos lecturas de una ley, en especial de una ley decisiva, todas las leyes tenían que tener tres lecturas, votara contra el Gobierno, y que después, con la seguridad de lograr ventajas políticas y materiales suficientes, apoyara la ley del Gobierno en su tercera y decisiva lectura. Esto puede dar una idea de las condiciones.

El segundo punto que quiero señalar, en especial en lo relacionado con la legalidad de nuestra llegada al poder, es lo siguiente.

Si hubiera existido el sistema electoral democrático de Inglaterra o Estados Unidos en Alemania, el Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes habría acabado haciéndose a finales de 1931 de forma legal con todos los escaños del Reichstag, ya que en todos los distritos electorales de Alemania por aquel entonces, o a principios de 1932 como muy tarde, en todos ellos, insisto en esto una vez más, el NSDAP era el partido más fuerte. Con un sistema electoral como el de Gran Bretaña o Estados Unidos, todos estos partidos más débiles no habrían conseguido ningún escaño, y a partir de ese momento sólo habrían quedado nacionalsocialistas en el Reich, de una manera totalmente legal, según los principios democráticos de estas dos grandes democracias.

Asimismo, para lograr un mayor control del poder, se hicieron nuevos nombramientos en los cargos políticos principales, como se hace en otros países cuando ha habido un cambio del partido político en el poder. Aparte de los ministros, había, tomo Prusia como ejemplo, gobernadores de provincias, gobernadores de distritos administrativos, comisarios de policía, gobernadores de distritos. Había además un grado adicional, creo que los directores ministeriales eran considerados funcionarios políticos, y también estaban los fiscales de distrito. Todo esto describe en general el grupo de cargos que eran reemplazados cuando había un cambio en el poder político, y que anteriormente habían sido negociados entre los partidos que formaban la mayoría. No se fue tan lejos como en otros países; hubo un cambio de las personas que ejercían los cargos, pero sólo en los cargos más importantes.

A pesar de esto, al principio hicimos poca cosa en este aspecto. En primer lugar, solicité a Herr von Papen que me otorgara el cargo de "Ministro Presidente" de Prusia, dado que él, al no tener ningún partido que lo apoyara, no podía hacerse cargo muy correctamente de este reemplazo de cargos, mientras que yo, es decir, uno de nosotros, podía hacerlo. Nos pusimos de acuerdo de inmediato. Así, nombré a nacionalsocialistas para ocupar algunos, una parte relativamente pequeña, de los cargos superiores administrativos de las provincias prusianas. A su vez, permití generosamente que algunos socialdemócratas siguieran en otros cargos durante muchas semanas. Nombré para unos pocos cargos provinciales importantes a destacados católicos que simpatizaban mucho más con el Partido de Centro que con nosotros. Pero lentamente, con el transcurso del tiempo, estos cargos, en la medida en que eran cargos presidenciales clave, fueron ocupados, por supuesto, por nacionalsocialistas. Difícilmente podía ser de otra manera al ir avanzando el cambio, ya que estos cargos se correspondían con los del Gau político. Pero hasta el final hubo jefaturas de distrito que eran en parte nacionalsocialistas, y en parte, ejercidas por simples funcionarios. Lo mismo se puede decir de las jefaturas de distrito (Landrate). En el caso de los comisarios de policía, querría destacar como información para el Tribunal que al principio los comisarios de policía no tuvieron ninguna relación con la Gestapo. Un comisario de policía de una ciudad grande ejercía las mismas funciones que un jefe de distrito en áreas rurales, en parte al menos. Estos comisarios de policía, hasta la toma del poder, siempre habían sido elegidos por los partidos más grandes. Así, me encontré a socialdemócratas ejerciendo estos cargos, y, aun con las mejores intenciones, no podían permanecer en ellos, ya que hasta la fecha habían sido siempre opositores nuestros. Habría sido absurdo. Nombré para estos cargos de comisarios de policía en parte a nacionalsocialistas, y en parte a personas que no tenían nada que ver con el partido.

Recuerdo que para el cargo policial más importante de todo el Reich Alemán, el de Berlín, nombré al Almirante (retirado) von Levetzow, que no era

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miembro del Partido. Para algunos de estos cargos nombré a antiguos líderes de las SA.

Con el fin de consolidar el poder, que me parecía algo importante no sólo a mi, sino a todos los demás, ya que era la condición básica para avanzar en nuestro trabajo, se pasó a ejercer una influencia más fuerte en el Gabinete del Reich. Se nombró ministros a más nacionalsocialistas. Se crearon nuevos ministerios. Además, se promulgaron varias leyes básicas.

Todo el mundo tenía claro, no podía caber ninguna duda en la mente de nadie que conociera las condiciones de Alemania, tanto en el extranjero como en Alemania, que íbamos a acabar lo más rápido posible con el Partido Comunista. Prohibirlo era una consecuencia absolutamente necesaria. Estábamos convencidos de que si el Partido Comunista, que era el segundo más fuerte después de nosotros, hubiera llegado al poder, no habría nombrado a ningún nacionalsocialista para su Gabinete, ni habría tolerado su presencia en ninguna otra parte. Éramos conscientes de que habríamos sido eliminados de una manera totalmente diferente.

Otro punto necesario para la consolidación del poder era eliminar hasta cierto punto al Reichstag como Parlamento, al menos durante un periodo de tiempo mientras tenía lugar la reorganización, debido a su hasta entonces incrementada influencia. Esto tuvo lugar gracias al hecho de que gozábamos de mayoría absoluta en el Reichstag tras las últimas elecciones. En algunos casos sugerimos a los anteriores partidos que se disolvieran, ya que habían dejado de tener alguna finalidad, y los que no podían autodisolverse, los disolvimos nosotros. Me refiero al Partido Comunista y al Partido Socialdemócrata. Aparte de eso, queríamos por fin lograr algo deseado durante mucho, mucho tiempo por el pueblo alemán, el no tener simplemente la estructura de un Reich, sino además, finalmente, convertirnos realmente en un Reich Alemán unificado. Este objetivo externo se logró estableciendo firmemente la idea del Reich y el poder del Reich en las innumerables provincias. Si había sido difícil para un patriota alemán ferviente soportar a una pila de pequeños príncipes hasta la Primera Guerra Mundial, era aún peor con los que ocuparon sus lugares, ya que en lugar de una pequeña autoridad, había ahora los diversos cargos vinculados al Partido.

En el Reich había una mayoría basada en una cosa; en Prusia, en otra, en Baviera, en otra; y en Hesse, en otra totalmente diferente. Era imposible de esta manera establecer la soberanía del Reich y un Reich que pudiera volver a ser grande.

Le sugerí por tanto al Führer disolver y eliminar los Parlamentos Estatales. En Prusia comencé así la eliminación de los Parlamentos Estatales, que consideraba totalmente superfluos, por el simple motivo de que ya estaba en vigor el principio según el cual "la soberanía del Reich se imponía a la del Estado". No vi razones para que existieran tantas autoridades diferentes que, con sus innecesarias fricciones y discusiones, impedían llevar a cabo un trabajo constructivo. Sin embargo, por mucho que quisiera ver y hacer que el Reich estuviera unificado estructuralmente, el Führer y yo siempre apoyamos por encima de todo la idea de que dentro de los Estados Alemanes y de las provincias (Gaue), se mantuviera una vida cultural con muchas facetas y vinculada a tradiciones locales; es decir, que todos los antiguos centros culturales que, como es sabido, se habían formado alrededor de Munich, Dresde, Weimar... siguieran existiendo en este sentido y que fueran apoyados.

Para continuar con la consolidación del poder se aprobaron leyes que primero de todo eliminaban todo obstáculo adicional al avance; es decir, en base al párrafo 48, la ley eliminó las así llamadas libertades. El concepto de estas libertades es un asunto controvertido. Se promulgó la "Ley para la Protección del Pueblo y el Estado", una ley urgentemente necesitada. En los años anteriores se habían prohibido muchas cosas que constituyeran o simularan actividades patrióticas, mientras que se había vuelto permisible difamar sin sentido al pueblo alemán, la historia de Alemania, al Estado Alemán y a los símbolos y

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objetos que, después de todo, son cosas absolutamente sagradas para un patriota. No habían sido protegidas de ninguna manera.

Es cierto que en relación al concepto de "Co-ordenación" que surgió en este tiempo, se hicieron muchas cosas innecesarias y excesivas, ya que tras la toma del poder todo el movimiento siguió líneas revolucionarias. Aunque esto no tuviera el sentido de las revoluciones que habían tenido lugar en la Historia hasta entonces, como la Revolución Francesa, o la gran Revolución Bolchevique, es decir, no en el sentido de grandes luchas y cambios sangrientos, tribunales revolucionarios que ejecutaran a cientos o miles de personas, con todo, se llevó a cabo con un fuerte sentido revolucionario hacia la unificación del Estado, el Partido y el Nacionalsocialismo como base del liderazgo y la ideología.

Esta "Co-ordinación" que acabo de mencionar tuvo lugar por tanto gradualmente. Pero como he dicho, cuando se dan tales transformaciones políticas fuertes, siempre hay personas que se exceden. Personalmente, no consideraba necesario que todas las organizaciones pasaran a ser nacionalsocialistas, ni que, si se me permite expresarme de una forma un tanto drástica, que todos los clubs y organizaciones similares fueran obligadas a tener un presidente nacionalsocialista. Pero en cuestiones políticas decisivas, y en principios básicos, nuestras ideas y nuestra ideología tenía que ser aceptadas cada vez más, ya que era la condición básica para una reorganización, un establecimiento y un refuerzo del Reich.

Un refuerzo adicional, que tuvo lugar tras el fallecimiento del Presidente del Reich von Hindenburg en 1934, fue la unión de los cargos del Jefe del Estado y Canciller del Reich en una sola persona. Sobre esto querría añadir que en aquel momento mantuve una larga conversación con Milner. Desde el primer momento hablamos de si Hitler asumiría, y de si debería asumir, la Cancillería. En vista del temperamento y actitud del Führer, era impensable que él, por así decir sentado en un trono sobre las nubes políticas, figurara tan sólo como Jefe del Estado. Era sin lugar a dudas un líder político, y por tanto, un líder del Gobierno. Además, la idea de poner a alguna otra persona como un Jefe del Estado títere era una idea que no considerábamos digna de la situación.

El Führer me dijo entonces que lo más sencillo sería seguir el ejemplo de los Estados Unidos de América, donde el Jefe del Estado es además el Jefe del Gobierno. Así, siguiendo el ejemplo de Estados Unidos, unimos el cargo de Jefe del Estado y el de Jefe del Gobierno, con el nombre de "Führer del Pueblo Alemán y Canciller del Reich del Reich Alemán".

El que así se convirtiera automáticamente también en el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Alemanas fue natural, acorde con la Constitución, y también acorde con la anterior Constitución, como ocurre en otras naciones.

Esos son en líneas generales, aunque puedo haber obviado un cierto número de acontecimientos que probablemente tendrán que ser mencionados en mi testimonio más adelante, como por ejemplo, el establecimiento del poder policial, los elementos básicos de la consolidación del poder.

Para concluir, quiero decir que: (1) Es cierto que yo, y hablo sólo por mi, hice todo lo que estuvo en manos de mi poder personal para reforzar el movimiento nacionalsocialista, y para incrementarlo, y he trabajado incesantemente para hacer que llegar al poder bajo cualquier circunstancia y como el único poder existente. (2) Hice todo lo posible para conseguir que el Führer se convirtiera en el Canciller del Reich, cargo que tenía todo el derecho a ejercer. (3) Mirando atrás, creo que para consolidar nuestro poder hice todo lo posible para que no tuviera que someterse a las casualidades del juego político ni a acciones violentas, y para que, a lo largo de la reorganización,

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se convirtiera en el único factor de poder que llevaría al Reich, y que llevó, como esperábamos, hacia grandes avances.


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