The Nizkor Project: En Memoria del Holocausto (Shoah)

Nuremberg, crimenes de guerra, crimenes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
12 de marzo a 22 de marzo de 1946

Heptagésimo Noveno Día: Martes, 12 de marzo de 1946
(7 de 9)


[El Dr. BÖHM continúa con su interrogatorio del Secretario de Estado Paul Körner]

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P: Entonces usted también sabe que Heines, en virtud de su autoridad como Jefe de Policía, podía crear este campo.

R: Sí, es posible.

P: Gracias.

EL PRESIDENTE: Dr. Stahmer, ¿tiene alguna otra pregunta?

Dr. STAHMER: No tengo más preguntas para este testigo.

EL PRESIDENTE: Entonces el testigo puede retirarse.

Dr. STAHMER: Con el permiso del Tribunal, llamo a declarar al testigo siguiente, el Mariscal de Campo Kesselring.

(El testigo Albert Kesselring subió al estrado y declaró lo siguiente):

EL PRESIDENTE:

P: ¿Puede decirme su nombre?

R: Albert Kesselring.

P: Repita este juramento.

Juro por Dios Todopoderoso y Omnisciente que diré toda la verdad, y que no me guardaré ni añadiré nada.

(El testigo repitió el juramento).

EL PRESIDENTE: Puede sentarse si lo desea.

INTERROGATORIO DEL Dr. STAHMER:

P: Testigo, ¿desde cuándo ha servido en la Luftwaffe?

R: Desde el 1 de octubre de 1933.

P: ¿Qué rango tenía usted al ser transferido a la Luftwaffe?

R: Hasta entonces era coronel y comandante de artillería en Dresde. Después me retiré como comodoro del aire.

P: ¿Ayudó a construir la Luftwaffe?

R: Durante los tres primeros años fui jefe de la oficina administrativa, después Jefe del Estado Mayor, y después serví en el Gruppenkommando.

P: ¿La Luftwaffe se construyó con fines defensivos o agresivos?

R: La Luftwaffe alemana era un arma meramente defensiva. Debo sin embargo añadir que un avión individual, así como toda una fuerza aérea, son por su carácter un arma agresiva. Incluso en el combate terrestre, la mera defensa, no acompañada de ataque, se considera que no lleva a ningún resultado apreciable ni a ningún éxito. Esto se aplica en un grado aún mayor a la guerra aérea. La Fuerza Aérea cubre un rango más amplio, tanto en defensa como en ataque. De esto se dieron cuenta tanto el Reichsmarschall como los generales.

Es obvio que cuando se crea una fuerza aérea sólo se producen máquinas ligeras, o son las primeras que llegan a las formaciones. Así, hasta 1936-1937, sólo tuvimos cazas ligeros, Stukas, aviones de reconocimiento, y unos pocos "viejos trineos", como solíamos llamarlos, como el Ja 52, el Do 11 y el Do 13, todos bombarderos obsoletos.

Se podría decir que se puede sostener una defensa exitosa con estos aviones ligeros. Por otro lado, querría señalar la situación existente al final de la Guerra Mundial, cuando la Fuerza Aérea defensiva alemana fue aplastada por la fuerza aérea de ataque del enemigo.

EL PRESIDENTE: Dr. Stahmer, el Tribunal considera que el testigo está entrando en demasiados detalles en este asunto.

R: Continuaré. Hasta 1937-38 no hubo una Fuerza Aérea de ataque, en concreto ningún bombardero, y los bombarderos que se construyeron posteriormente no tenían ni el alcance ni la capacidad de carga necesarios para el ataque. No había bombarderos cuatrimotores.

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P: ¿Ejerció usted algún papel en el ataque a Varsovia?

R: Dirigí este ataque como Jefe de la Flota Aérea nº 1.

P: ¿La situación militar del momento justificó este ataque? ¿Cómo se llevó a cabo?

R: Hubo varios ataques contra Varsovia. Desde el punto de vista alemán, Varsovia era una fortaleza, y además tenía fuertes defensas aéreas. Así, se cumplían los preceptos de la Convención de La Haya sobre guerra terreste, que son aplicables también a la guerra aérea.

En cuanto a la primera fase del ataque a Varsovia, según el principio operativo que regía el empleo de la Luftwaffe, se tenía que atacar a la fuerza aérea enemiga y a las fábricas de aviones cercanas a los aeródromos. Estos ataques estaban en mi opinión totalmente justificados y respetaron las reglas.

La segunda fase concierne al combate contra los movimientos de operaciones de los polacos. Debo añadir que Varsovia era un cruce de carreteras que unía el norte y el centro de Polonia. Cuando nuestro reconocimiento de largo alcance informó, y esto lo confirmó la fase final, que las estaciones de ferrocarril estaban abarrotadas de suministros, y que se estaban moviendo refuerzos a Varsovia en un número cada vez mayor, se ordenó y se llevó a cabo el ataque contra estos movimientos.

Se dirigió principalmente contra estaciones de ferrocarriles y apeaderos, y contra los puentes del Vístula. Para llevar a cabo estos ataques empleé Stukas y aviones de ataque al suelo, ya que la precisión de estas máquinas garantizaba que se alcanzarían principalmente objetivos militares.

La tercera fase fue el bombardeo de Varsovia. Considero este bombardeo una acción del Ejército en la que, a petición del Ejército, se emplearon pequeñas unidades de la Fuerza Aérea contra objetivos militares. Yo mismo sobrevolé Varsovia, y después de casi cada bombardeo, pregunté a los comandantes del Ejército sobre los resultados. Por mi propia experiencia y por los informes, puedo afirmar que se hizo todo lo humanamente posible para alcanzar sólo objetivos militares y evitar daños a los civiles.

P: ¿Puede confirmar de forma concluyente que estos ataques se mantuvieron siempre dentro de los límites de la necesidad militar?

R: Sin duda.

P: ¿Tuvo usted algo que ver con el ataque a Rotterdam?

R: Como Jefe de la Segunda Flota Aérea, rango al que había sido ascendido, dirigí en el flanco derecho el ataque a Holanda, Bélgica y Francia, y el Cuerpo Aerotransportado también operó bajo mi mando. El Cuerpo Aerotransportado era comandado por el General Student, que pidió que sus paracaidistas fueran apoyados por un bombardeo aéreo. El General Student tenía un conocimiento tan completo de la situación en el terreno que se le ha de considerar el único responsable de la preparación y ejecución del ataque. Se ordenó al Cuarto Cuerpo Aéreo proporcionar apoyo aéreo, y se empleó un grupo, la unidad más pequeña posible para este objetivo. El ataque se llevó a cabo de acuerdo con las necesidades tácticas y las posibilidades técnicas. Las órdenes del General Student llegaron a mi mando muy pronto. Así, se pudieron hacer todos los preparativos con calma y según el plan. A petición del Reichsmarshal, se informó a las tropas de posibles cambios dentro de Rotterdam y de la proximidad de divisiones Panzer. El objetivo fijado por el General Student estaba muy claro con respecto a alcance, puntos centrales y clave, y ocupación. No fue difícil para estas tropas experimentadas el alcanzar el objetivo. Había comunicación por radio entre el mando del General Student, mi mando y otros mandos, incluido el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea. Si hubo alguna interrupción en esta comunicación, tuvo que ser muy breve, ya que las órdenes por radio las transmitíamos el Reichsmarshal y yo. La técnica del momento permitía mantener el contacto, a través de esta comunicación por radio, entre la estación táctica de tierra y la unidad en vuelo a través de su estación en tierra. Las comunicaciones terrestres habituales en aquel tiempo,

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como bengalas y señales, se mantuvieron en el frente según el plan. Funcionaron sin ningún fallo. De acuerdo con su adiestramiento y sus órdenes, la formación había enviado un avión de reconocimiento que les mantenía informados de la posición y el objetivo. Además, por orden del Reichsmarshal, había un oficial del Estado Mayor adjunto a mi flota aérea que tenía la misma misión.

P: Si se hubiera ordenado que la situación y el objetivo...

R: Yo nunca dudé de que se tenía que llevar a cabo el ataque; de lo único de lo que no estaba seguro es de si se debía repetir. Esta es la cuestión a la que se referían las señales. En base a lo que sé del General Student y, y destaco esto especialmente, lo que sé de su técnica al dirigir un ataque y sus claramente indicadas necesidades, yo tenía que esperar que se llevara a cabo el ataque.

El ataque se llevó a cabo según el plan y la planificación temporal prevista. El informe según el cual el objetivo había sido bombardeado con precisión llegó muy rápido, junto con el mensaje que decía que no eran necesarios más ataques. Durante los tres días de combate en Holanda, mantuvimos plenamente informado al Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea. En particular en el tercer día, el día del que estoy hablando, el Reichsmarshal, con su directo estilo, intervino más de lo habitual en la dirección de la flota aérea e hizo, en mi opinión, todo lo que se podía hacer desde ese puesto de mando. No recuerdo ningún mensaje que dijera que el bombardeo ya no era requerido por la situación táctica.

P: Se dice que se lanzaron bombas cuando ya habían comenzado las negociaciones para la capitulación.

R: Como he dicho, el Mando no recibió ningún mensaje a tal efecto, ni recibió desde el terreno ningún mensaje la formación que operaba sobre Rotterdam. Es posible que hubiera alguna confusión en el Mando en Rotterdam. Desconozco los acuerdos alcanzados entre el General Student y el oficial al mando de las tropas holandesas en Rotterdam. Quise hablar con el General Student sobre este asunto, pero no fue posible porque fue gravemente herido en la cabeza. Si el ataque no estaba justificado por la situación, aunque estoy convencido de que no fue el caso, entonces fue algo lamentable. Como soldado con 42 años de servicio, como artillero, como aviador, como oficial del Estado Mayor y como líder durante muchos años, quiero decir que fue uno de esos accidentes imprevisibles de la guerra que, lamento decirlo, ocurren en las Fuerzas Armadas de todos los países con más frecuencia de lo que se pudiera pensar, aunque el mundo exterior no sepa que eso es así.

P: ¿Cómo explica los grandes incendios que seguían iniciándose en Rotterdam?

R: Cuando recibí el informe de la formación, me vi gratamente sorprendido al saber que el efecto del bombardeo se limitó a la zona del objetivo, pero esta guerra ha demostrado que la mayor parte de la destrucción no es causada por las bombas en sí, sino por la propagación de incendios. Por desgracia, una bomba había caído sobre una fábrica de margarina o algo similar de Rotterdam, haciendo fluir el aceite y expandiendo así el fuego. Como después del ataque la capitulación ya era efectiva, debería haber sido posible evitar la propagación de los incendios poniendo a trabajar a los servicios de bomberos y a las tropas.

P: ¿Cuáles fueron las consecuencias militares de este ataque?

R: La consecuencia inmediata del ataque fue la rendición de las tropas de Rotterdam. El General Wenninger, que era el Jefe Aéreo en ese momento y que después estuvo en mi flota aérea, me dijo que debido a este ataque, capituló todo el Ejército Holandés.

P: ¿Dirigió usted el ataque a Coventry de noviembre de 1940?

R: Tomé parte en este ataque como Jefe de la Segunda Flota Aérea. No sé si la Tercera Flota Aérea también participó, pero yo lo hice.

P: ¿Cuál era el objetivo de este ataque?

R: Según los documentos del departamento de archivos del Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, Coventry era un centro armamentístico inglés: la

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llamaban la "Pequeña Essen". Estos documentos fueron elaborados por expertos, ingenieros y oficiales con un cuidado meticuloso, e incluían diagramas, fotografías, descripciones de objetivos, puntos clave, etc. Tanto mis hombres como yo conocíamos en profundidad todos estos detalles. Además, hice que el antes mencionado General Wenninger y varios ingenieros de la Jefatura de la Fuerza Aérea dieran charlas a las tropas sobre los objetivos, para darles a conocer las características de los objetivos, sus vulnerabilidades y los efectos de un bombardeo. Se hicieron preparativos a conciencia para un ataque. Yo solía estar presente, y el Reichsmarshal hacía inspecciones en ocasiones. El caso de Coventry era extremadamente simple, ya que en esas noches de noviembre prevalecieron condiciones meteorológicas favorables, así que se podía llegar a Coventry sin radionavegación. La distribución de los objetivos en Coventry era asimismo muy simple, así que se podían lanzar las bombas sin requerir la ayuda de bengalas, y era difícil fallar los objetivos. Pero las bombas siguen la misma ley que otros explosivos, en otras palabras, tanto en la guerra terrestre como en la aérea, la dispersión cubre un amplio rango. Así que en un bombardeo, si se emplean formaciones numerossas, no se puede atacar a un objetivo individual y hay que atacar toda el área del objetivo, lo que naturalmente causa una desviación del objetivo en sí. Por orden del Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea y por iniciativa del piloto de reconocimiento, se examinaron al día siguiente las fotos que mostraban los impactos. La visibilidad del terreno era buena, pero como ya he dicho en el caso de Rotterdam, la destrucción del objetivo fue causada más por la propagación de incendios que por las bombas en sí. No sé si debería añadir algo más. La Convención de La Haya sobre Guerra Terrrestre no se ajusta a las necesidades de la guerra aérea. Para evitar una selección arbitraria de objetivos, el Mando Supremo tuvo que tratar la cuestión y promulgar directrices generales basadas en el preámbulo de la Convención de La Haya, en la bibliografía publicada desde entonces, y en las condiciones especiales que dominan las operaciones aéreas. Sólo se asignaban a la flota aérea o formación los objetivos que se consideraban admisibles según el Derecho Internacional. Esto no excluía la reconsideración y cambio de objetivos en casos individuales, que se trataban con el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, y asumíamos la responsabilidad...

EL PRESIDENTE: Está hablando demasiado rápido.

R: A través de visitas en persona y otros métodos inculcamos en nuestras formaciones la necesidad de estudiar y aplicar cuidadosamente el trabajo preparatorio, los aparatos de puntería y las condiciones meteorológicas, para lograr así el grado más alto posible de precisión. El caso de Coventry fue especialmente afortunado, ya que es un objetivo militar importante, así que nadie podría decir que se trataba de un ataque dirigido contra la población civil.

Dr. STAHMER: No tengo más preguntas.

EL PRESIDENTE: ¿Quiere hacer alguna pregunta algún otro abogado de la defensa?

Dr. LATERNSER (abogado del Estado Mayor y del Alto Mando):

P: Testigo, ¿desde cuándo fue usted Comandante en Jefe de un Grupo de Ejército?

R: Me convertí en Comandante en Jefe de un Grupo de Ejército en septiembre de 1943, después de haber servido en un cargo de supervisor de cuestiones generales estratégicas y tácticas.

P: ¿El Grupo de Ejército que usted comandó estuvo en Italia?

R: El Grupo de Ejército estuvo en el área mediterránea.

P: ¿Conoce la composición del Grupo del Estado Mayor y el Alto Mando presentada por la acusación?

R: Sí.

P: Primero le haré una pregunta preliminar. ¿Qué se entiende, estrictamente hablando, por el Estado Mayor alemán de las diversas Secciones?

R: El Estado Mayor de las diversas Secciones comprende a todos los oficiales que son asistentes de los Comandantes en Jefe de cada Sección y que comparten su responsabilidad.

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P: ¿Podría por favor indicar cómo estaba formado y organizado este grupo, por ejemplo, en la Fuerza Aérea?

R: El Estado Mayor de la Fuerza Aérea era el equivalente al Estado Mayor del Ejército, y estas dos organizaciones eran absolutamente idénticas. El Estado Mayor estaba formado por el Departamento Central, denominado en la Fuerza Aérea el "Estado Mayor de Operaciones", dirigido por el Jefe del Estado Mayor, los departamentos de operaciones, los grupos organizativos, los jefes de departamento de la Fuerza Aérea, el Intendente General, etc. Los diversos mandos, desde la flota aérea hasta la división, con la excepción del personal de tierra y las Luftgaue, tenían oficiales de Estado Mayor adscritos a ellos para ayudar en el mando. El Jefe del Estado Mayor ya no asumía una responsabilidad compartida, como era antes acostumbrado, ya que se consideraba que no concordaba con el "Principio de Liderazgo". Estos Jefes de Estado Mayor y el Jefe del Departamento Central del Estado Mayor ejercían su influencia sobre el adiestramiento militar e ideológico de todos los oficiales del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas sin perjuicio de la responsabilidad del comandante militar individual.

P: Si resumiera su respuesta diciendo que por Estado Mayor de la Fuerza Aérea podemos entender el Jefe del Estado Mayor y los oficiales de Estado Mayor de los regimientos, ¿estaría describiendo correctamente la composición del Estado Mayor de la Fuerza Aérea?

R: Sin duda.


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