Quincuagésimo Séptimo Día: Martes, 12 de febrero de 1946
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Al terminar la presentación de documentos sobre la constitución de un bloque de agresores contra la Unión Soviética por los criminales de guerra fascistas, considero necesario hacer unos pocos comentarios de carácter general derivados de estos documentos.
Los conspiradores fascistas comenzaron a adoptar medidas inmediatas para lograr la participación de Rumanía, Finlandia y Hungría en los preparativos para el ataque depredador a la Unión Soviética ya en septiembre de 1940, cuando se envió una misión militar a Rumanía.
Las negociaciones sobre los preparativos militares para la agresión contra la Unión Soviética en todos estos países se concluyeron principalmente en el periodo que va de septiembre a diciembre de 1940. Las negociaciones estuvieron a cargo del Estado Mayor Alemán y los Estados Mayores de los países satélites. El objetivo de las negociaciones en todos los casos fue de un carácter puramente militar, tratando el readiestramiento de tropas, el transporte de unidades militares, la coordinación de planes estratégicos, decisiones sobre el número de divisiones requeridas para atacar la Unión Soviética, etc.
El carácter de estas negociaciones demuestra que entre el Gobierno Fascista de Alemania y los Gobiernos de Rumanía, Finlandia y Hungría existía un acuerdo preliminar con respecto a agredir a la Unión Soviética incluso antes de que comenzaran las negociaciones.
Y finalmente, los documentos presentados revelan que a todos estos países, de una forma o de otra, los conspiradores fascistas les prometieron algún territorio perteneciente a la Unión Soviética.
Querría señalar un hecho más.
Para darnos cuenta plenamente de las consecuencias del depredador ataque fascista a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, no basta con limitarnos al Plan "Barbarroja". Es un plan estratégico, un plan para un ataque militar, un plan para iniciar una agresión.
Pero tras el ataque venía pisando los talones la llamada "asimilación" y "organización" de los territorios ocupados. Los planes de "asimilación" y "organización", que eran planes de exterminio de la población civil y de saqueo de los territorios ocupados de la Unión Soviética, también se prepararon de antemano, igual que el Caso "Barbarroja".
La acusación soviética declara que los documentos a disposición del Tribunal, y en especial documentos como la directriz del 13 de marzo de 1941 (documento 447-PS), firmada por el acusado Keitel; la orden de aplicación de la ley marcial del 15 de mayo de 1941 (documento 50-C), también firmada por Keitel; la directriz sobre propaganda del Caso "Barbarroja" (documento 26-C), y otros, demuestran la destrucción, no sólo de toda norma legal, sino también de todas las normas morales de comportamiento perpetrada por las hordas del usurpador fascista en los territorios soviéticos temporalmente ocupados, habiendo sido esta destrucción premeditada y planeada mucho antes del ataque a la Unión Soviética.
Antes del ataque a la Unión Soviética los hitlerianos ya habían decidido e indicado en los párrafos apropiados de estas instrucciones, directrices y órdenes los métodos con los que tratar a la población civil, y las medidas y medios de saqueo de la tierra de la Unión Soviética, reduciéndola a un apéndice del Tercer Reich. Y cuando estalló la guerra y quedó al descubierto todo el secreto, los fascistas no tuvieron inconveniente en hacer públicos todos estos planes en su prensa.
Presento al Tribunal como prueba URSS 59 un artículo publicado el 20 de agosto de 1942 en "Das Schwarze Korps", (un periódico de las SS y órgano del
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Reichsführer de las SS). Este artículo, titulado "¿Deberíamos Germanizar?", página 180 del libro de documentos, dice abiertamente:
Nuestra misión en el Este no es la germanización en el antiguo sentido del término, es decir, imponer el idioma alemán y las leyes alemanas a la población, sino garantizar que vivan en el Este sólo personas de pura sangre alemana".
El rechazo de la idea de germanizar la población de los territorios ocupados, y la afirmación de que "en el Este vivirán sólo personas de pura sangre alemana" supuso en la práctica el exterminio masivo de ciudadanos soviéticos, su expolio y deportación a campos de trabajo esclavo, la aniquilación de siglos de cultura rusa, y la destrucción de nuestros pueblos y ciudades. Me limitaré a lo que ya he dicho, ya que este tema, o mejor dicho estos temas, ya han sido estudiados y serán expuestos al Tribunal por mis colegas.
El 22 de junio de 1941, tras largos preparativos, las hordas alemanas fascistas se arrojaron sobre la Unión Soviética. Ciento setenta divisiones concentradas en la frontera de la Unión Soviética desde el Océano Ártico hasta el Mar Negro comenzaron la invasión.
Los problemas militares relacionados con el ataque se expusieron en el Caso "Barbarroja".
A tal fin el Ejército tendrá que utilizar todas las unidades de las que disponga, con la única condición de proteger adecuadamente los territorios ocupados contra toda eventualidad inesperada".
Como objetivo final, el Caso "Barbarroja" preveía el refuerzo de la línea Astrakhan-Archangelsk; la destrucción por medio de bombardeos de las industrias de los Urales, la toma de Leningrado y Kronstadt, y finalmente, la captura de Moscú.
EL PRESIDENTE: ¿Es buen momento para terminar la sesión?
(Se levantó la sesión hasta el 13 de febrero de 1946 a las 10 horas).
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"El Reichsführer de las SS escogió el siguiente tema para una de las ediciones del periódico 'Deutsche Arbeit', dedicado a los problemas del reasentamiento en el Este:
Esta negación de la germanización no es nueva. Sin embargo, en boca del Reichsführer de las SS, como Ministro de Estado para el refuerzo de la nación alemana, se convierte en una orden. Es el significado exacto de estas palabras.
"Las Fuerzas Armadas Alemanas deberían estar preparadas, incluso antes del final de la guerra con Inglaterra, para derrotar a la Rusia Soviética actuando a la velocidad del rayo.
El Caso "Barbarroja" previó la necesidad de la aniquilación del Ejército Rojo, de cortar toda posible retirada hacia el interior de todas las unidades del Ejército Rojo aún aptas para el combate y de permitir a los invasores fascistas alemanes alcanzar con rapidez una línea de frente que pusiera el territorio alemán fuera del alcance de la Fuerza Aérea Soviética.