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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
2 de febrero a 13 de febrero de 1946

Quincuagésimo Día: Lunes, 4 de febrero de 1946
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En el momento en el que la batería de Lovengule iba a comenzar a disparar, el oficial que la dirigía le pidió a un habitante del pueblo de Vigneros que le acompañara por el campo; cuando llegaron a un lugar desde donde podían ver la torre de la biblioteca, el oficial preguntó, "¿Es esa la torre de la biblioteca de la Universidad?". La respuesta fue, "Sí". El oficial insistió, "¿Está seguro?" "Sí", respondió el campesino, "La veo cada día, tal y como la ve usted ahora".

Cinco minutos después comenzó el bombardeo, y de inmediato se elevó una columna de humo muy cerca de la torre.

No puede haber por tanto ninguna duda de que este bombardeo fue sistemático y dirigido sólo contra la biblioteca.

Además, está demostrado que un escuadrón de 43 aviones sobrevoló la biblioteca y arrojó bombas sobre el monumento.

P: Sr. van der Essen, ¿es usted miembro de la Comisión Belga de Crímenes de Guerra oficial?

R: Sí.

P: ¿Ha investigado debido a este cargo los hechos de los que habla?

R: Sí, así es.

P: ¿La información que le ha dado al Tribunal es por tanto el resultado de una investigación que usted hizo y de declaraciones de testigos a los que usted mismo tomó declaración?

R: Lo que acabo de declarar es ciertamente el resultado de la investigación oficial hecha por la Comisión Belga de Crímenes de Guerra, asistida por varios testigos que declararon bajo juramento.

P: ¿Puede dar información sobre el intento de nazificar Bélgica por parte de los alemanes, y especialmente sobre el intento de minar la organización normal y constitucional de las autoridades públicas?

R: Sin duda. Primero, creo que es interesante señalar que los alemanes quebrantaron uno de los principios fundamentales de la Constitución y las instituciones belgas, la separación de poderes, es decir, la separación de poderes judiciales, poderes ejecutivos y poderes legislativos. Lo digo porque en las numerosas organizaciones del nuevo orden que crearon, ya sea por decreto o sugiriendo la creación de estas organizaciones a sus colaboradores, nunca hicieron una distinción entre poderes legislativos y ejecutivos. Además, en estas organizaciones la libertad de expresión para la defensa nunca, o casi nunca, fue respetada. Pero lo que es muy importante es que atacaron a una organización que está muy anclada en nuestra Historia, que procede de la Edad Media; me refiero a la autonomía comunal, que salvaguarda al pueblo de cualquier interferencia demasiado peligrosa por parte de la autoridad central. Esto es lo que ocurrió en este ámbito:

Bastaría con leer, o hacer que lean durante un breve tiempo, los periódicos belgas actuales para observar que los burgomaestres, es decir, los jefes de las comunas, los concejales de las principales ciudades belgas como Bruselas, Gante, Lieja, Charleroi, y de también muchas ciudades de importancia secundaria, todos estos concejales y burgomaestres están o bien en prisión o a punto de comparecer ante un consejo de guerra.

Esto creo que demuestra suficientemente que estos burgomaestres y estos concejales no son los que nombraron el Rey y el Gobierno Belga antes de 1940, sino que son todos personas que fueron impuestas por el enemigo, por medio de grupos de colaboradores, el V.N.V. o los "Rexistas".

Es de una importancia capital exponer ese hecho, porque el burgomaestre, tan pronto como actuó directamente a las órdenes de la autoridad central, en otras palabras, en cuanto se aplicó el principio de liderazgo, pudo interferir de todas las maneras posibles en la vida administrativa, política y social. El burgomaestre nombraba a los concejales; los concejales nombraban a los funcionarios y empleados comunales, y dado que el burgomaestre pertenecía a ese partido y era nombrado por ese partido, nombraba como funcionarios comunales a miembros del partido, que podían

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negarse a proporcionar cartillas de racionamiento a personas que no obedecieran las órdenes, u ordenar a la policía proporcionar, por ejemplo, una lista de comunistas o de sospechosos de ser comunistas; resumiendo, podían interferir de casi cualquier manera que quisieran, y por todos los medios posibles, en la vida comunal de Bélgica.

Si examinamos las ciudades grandes y las ciudades pequeñas, podemos decir que en todas partes había una verdadera red de espionaje e interferencia siguiendo los hechos o actos de los que acabo de informarles.

P: ¿Es correcto entonces decir que esta interferencia de los alemanes en la administración de las comunas supuso una usurpación de la soberanía nacional belga?

R: Sin duda, ya que causó la desaparición del principio fundamental de la Constitución Belga, es decir, la soberanía que pertenece a la nación, y más específicamente a los consejos comunales, que nombraban a concejales y burgomaestres. A partir de entonces les fue imposible hacerse oír de la manera normal, así que la soberanía del pueblo belga fue atacada directamente por este hecho.

P: Dado que usted es profesor de educación superior, ¿puede darnos información sobre la interferencia en la educación?

R: Sí, Señor, por supuesto.

Primero, hubo interferencia en el entorno de la educación elemental y secundaria, a través del Secretario General de Educación Pública, que era presionado por los alemanes. Se creó una comisión a la que se encomendó purgar los libros de texto. Estaba prohibido usar libros de texto que mencionaran lo que los alemanes hicieron en Bélgica durante la guerra de 1914-1918; esto estaba absolutamente prohibido. Los libreros y las editoriales podían seguir vendiendo estos libros a condición de que el librero o la biblioteca arrancaran estos capítulos.

En cuanto a los libros nuevos que se tenían que reimprimir o volver a publicar, esta comisión indicó exactamente cuáles debían ser cancelados o retirados.

Esto fue una interferencia grave y alarmante en la educación primaria y secundaria.

En cuanto a la educación superior, la interferencia se desató, por así decirlo, desde el primer momento de la ocupación, y en primer lugar, por motivos que no necesito explicar aquí pero que son bien conocidos, en la Universidad Libre de Bruselas.

Los alemanes impusueron primero a la Universidad de Bruselas un Comisario alemán, que tenía en sus manos toda la organización de la Universidad y la controlaba incluso, por lo que sé, en el ámbito de la contabilidad. Además impusieron profesores de intercambio. Pero las dificultades serias comenzaron el día en el que, tanto en Bruselas como en todas partes, exigieron que se les informara de todos los nuevos nombramientos previstos, y de todos los nuevos nombramientos, de profesores, así como de la asignación de lectorados y de otras materias enseñadas en la Universidad. El resultado fue que en Bruselas, en virtud de este derecho que se arrogaron, quisieron imponer a tres profesores, de los que dos no eran obviamente aceptables para cualquier belga digno de serlo. Habían uno especialmente que, habiendo sido miembro del Consejo de Flandes durante la ocupación de 1914-1918, había sido condenado a muerte por la justicia de este país, y querían imponerlo como profesor de la Universidad de Bruselas en 1940. Bajo estas condiciones, la Universidad se negó a aceptar a este profesor, y esto fue considerado sabotaje por las autoridades de ocupación.

Como castigo, el presidente del Consejo de la Universidad, los principales miembros del consejo, decanos de las facultades principales y unos pocos profesores que eran bien conocidos como antifascistas, fueron arrestados y encarcelados en la prisión de Witte, con la circunstancia agravante de que

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eran considerados rehenes, y si había cualquier acto de sabotaje o resistencia, se les podía fusilar al ser rehenes.

En cuanto a las otras universidades, como acabo de decir, desearon imponer profesores de intercambio. No había ninguno en Lovaina porque se negaron categóricamente a recibirlos, máxime ya que parecia que estos profesores de intercambio no eran principalmente estudiosos que habían venido a comunicar el resultado de sus investigaciones y su trabajo científico, sino más bien en muchos casos observadores de las autoridades de ocupación.

P: En relación a esto, ¿es cierto que las autoridades belgas descubrieron el informe elaborado por uno de estos llamados profesores "invitados"?

R: Así es. Las autoridades belgas se hicieron con un informe del Profesor van Mackensen, enviado como profesor de intercambio a la Universidad de Gante. En este informe, elaborado con un infinito cuidado y que es extraordinariamente interesante de leer debido a las observaciones personales y psicológicas que contiene sobre los diversos miembros de la facultad de Gante, en este informe vemos que todos fueron observados y seguidos día a día, que sus tendencias fueron etiquetadas, y que se anotó si estaban a favor o en contra del sistema de la potencia ocupante, o si tenían relaciones con estudiantes que fueran del N.V. o rexistas. Los más mínimos movimientos y acciones de todos los profesores fueron anotados cuidadosamente, y, añado, con gran cuidado y precisión. Es casi una obra científica, pero fue el trabajo de un informador.

P: Sr. van der Essen, le describí al Tribunal esta mañana varios incidentes que tuvieron lugar en la Universidad de Lovaina, de la que usted era el Secretario General.

Por tanto, querría que le narrara al Tribunal brevemente los hechos relacionados con estos incidentes, especialmente los relacionados con el encarcelamiento del Rector, Monseñor van Wayenberg.

R: Sí, por supuesto, Señor. Empezó a haber serias dificultades en la Universidad de Lovaina tras la publicación del Decreto de Trabajo Obligatorio del 6 de marzo de 1943 por el que los estudiantes de la Universidad estaban obligados a aceptar trabajos forzados, y añadiré, no en territorio del Reich, sino en Bélgica. Pero esta acción, que se presentó a los estudiantes de la Universidad como una especie de privilegio, era totalmente inaceptable para los patriotas belgas, por la simple razón de que si los estudiantes universitarios aceptaban ir a trabajar a las fábricas belgas, echaban automáticamente a trabajadores, que entonces habrían sido enviados a Alemania.

Esa fue la primera razón por la que no quisieron trabajar para el enemigo; la segunda fue que desde un punto de vista social, querían solidarizarse con los trabajadores, que sufrieron mucho por la oposición de los estudiantes.

Al menos dos tercios de los estudiantes de Lovaina se negaron a hacer trabajos forzados. Se convirtieron en opositores, las clases se quedaron vacías, se ocultaron lo mejor que pudieron, y algunos se unieron al Maquis.

Las autoridades alemanas, al ver lo que estaba ocurriendo, exigieron que se les entregara la lista de estudiantes, con sus direcciones, para arrestarlos en sus casas o, si no los encontraban, arrestar a un hermano o hermana o al padre, o a cualquier miembro de la familia en su lugar. Este era el principio de responsabilidad colectiva, que se aplicó aquí de la misma forma que en el resto de los casos.

Tras usar medios sutiles, recurrieron al chantaje, y terminaron adoptando medidas brutales. Renovaron las redadas, destituyeron al Dr. Tschacke y al Dr. Kalische, creo, y a muchos otros. Ordenaron registros en las oficinas de la Universidad para hacerse con la lista de estudiantes, pero como se escondió cuidadosamente esta lista, tuvieron que irse con las manos vacías.

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Fue entonces cuando decidieron arrestar al Rector de la Universidad, Monseñor van Wayenberg, que había ocultado las listas en un lugar que sólo él conocía. Declaró que sólo él conocía el lugar para no poner en peligro a sus colegas y a miembros de la facultad.

Una mañana de junio, dos miembros de la Policía Secreta de Bruselas, acompañados de Policía Militar, vinieron al Rectorado. Arrestaron al Rector en su oficina y lo enviaron a la prisión de Saint-Gilles, en Bruselas, donde fue encarcelado. Poco después compareció ante un tribunal alemán que le condenó a 18 meses de prisión por sabotaje. A decir verdad, estuvo en la cárcel sólo 6 meses porque el doctor de Saint-Gilles vio que la salud del Rector estaba empezando a decaer y que sería peligroso mantenerle allí por más tiempo si se quería evitar un grave incidente, y también debido a las numerosas peticiones de toda clase de autoridades. Así, el Rector fue liberado. Sin embargo, se le prohibió poner pie en el territorio de Lovaina, y exigieron a la Universidad que nombrara de inmediato a otro Rector. Se negaron.

P: Muy bien. ¿Es correcto decir que las autoridades alemanas persiguieron más sistemáticamente a personas que pertenecían a la élite intelectual?

R: Sí, no hay duda de esto. Podría dar como ejemplos los siguientes hechos:

Cuando se tomaban rehenes, casi siempre eran profesores de universidad, doctores, abogados u hombres de letras, que eran tomados como rehenes y enviados como escolta de trenes militares. En la época en la que la Resistencia estaba llevando a cabo actos de sabojate contra vías férreas y volando trenes, se tomaba como rehenes a profesores de Gante, Lieja y Bruselas que conozco, y se les ponía en el primer vagón, detrás de la locomotora, así que en caso de explosión, no podrían evitar morir. Conozco un caso típico que demostrará que no era precisamente un viaje de placer. Dos profesores de Lieja que estaban en un tren de este tipo fueron testigos de la siguiente escena: la locomotora pasó por encima del explosivo. El vagón en el que estaban, por pura suerte, también pasó por encima, y fue el segundo vagón, el de los guardias alemanes, el que lo hizo estallar, y todos los guardias alemanes murieron.

Por otro lado, varios profesores e intelectuales fueron deportados al siniestro campo de Breendock que ustedes conocen, algunos por actos de resistencia, otros por razones totalmente desconocidas; otros fueron deportados a Alemania. Profesores de Lovaina fueron enviados a Buchenwald, a Dora, a Neuengamme, a Grossrosen, y quizás a otros lugares también. Debo añadir que no se deportó sólo a profesores de Lovaina, sino también a intelectuales que jugaban un papel importante en la vida del país. Puedo darles pruebas de inmediato. En Lovaina, en ocasión de la ceremonia de reapertura de la Universidad este año, como Secretario General de la Universidad leí la lista de los que habían muerto durante la guerra. Esta lista era de 348 nombres. Si lo recuerdo bien, unos 30 eran soldados que murieron en las batallas del Scheldt y el Lys en 1940; todos los demás fueron víctimas de la Gestapo o murieron en campos en Alemania, en especial en los campos de Grossrosen y Neuengamme.

Además, es cierto que los alemanes odiaban especialmente a los intelectuales, ya que de vez en cuando organizaban en la prensa una campaña sincronizada para destacar el hecho de que la gran mayoría de los intelectuales se negaba categóricamente a someterse al nuevo orden y se negaba a entender la necesidad de la lucha contra el bolchevismo. Estos artículos siempre terminaban destacando la necesidad de tomar medidas contra ellos. Recuerdo bien ciertos artículos de prensa que proponían abiertamente enviar a estos intelectuales a campos de concentración. No puede haber dudas, por tanto, de que los alemanes iban a por los intelectuales.

P: No le haré preguntas sobre nada relacionado con deportaciones o campos, ya que el Tribunal conoce ya muy bien todo esto. Le pediré que al contestar a la siguiente pregunta, no mencione la deportación.

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Mi pregunta se refiere a la totalidad de las atrocidades que cometieron los alemanes en Bélgica, y especialmente durante la ofensiva de diciembre de 1944 en las Ardenas. ¿Puede darnos información sobre estas atrocidades?

R: Sí, Señor. De hecho, puedo darle información exacta y detallada si es necesario sobre los crímenes y atrocidades cometidos durante la ofensiva de von Rundstedt en las Ardenas, ya que como miembro de la Comisión de Crímenes de Guerra, fui allí a hacer una investigación, e interrogué a testigos y supervivientes de estas masacres, y sé muy bien, por mi experiencia directa, lo que ocurrió.

Durante la ofensiva de von Rundstedt en las Ardenas se cometieron crímenes verdaderamente abominables en 31 localidades de las Ardenas, crímenes contra hombres, mujeres y niños. Estos crímenes fueron cometidos, por un lado, igual que en otros lugares y tal y como ocurre en todas las guerras, por soldados individuales, así que no entraré en eso; lo que quiero destacar especialmente son los crímenes cometidos por organizaciones conocidas. Si no recuerdo mal, eran llamados "Kommandos mit besonderer Verwendung", es decir, Comandos con Misiones Especiales, que no sólo actuaron sin control en las Ardenas Belgas, sino que también cometieron el mismo tipo de crímenes de la misma manera en el Gran Ducado de Luxemburgo.

Con respecto al primero, los crímenes cometidos por unidades enteras, querría solamente... no quiero emplear demasiado tiempo del Tribunal, pero daré un ejemplo que es muy típico. Ocurrió en Stavelot, donde unas 140 personas, la cifra varía, digamos entre 137 y 140, primero fueron 137, después descubrieron más cuerpos, unas 140 personas, de las que 36 eran mujeres y 22 eran niños, de los que el mayor tenía 14 años y el más pequeño 4 años, fueron masacradas salvajemente por unidades alemanas de las Divisiones Panzer SS, una la División Hohenstaufen, la otra la División SS Leibstandarte Adolf Hitler. Esto es lo que hicieron las divisiones, tenemos información completa de esto a través del testimonio de un soldado que desertó durante la campaña de von Rundstedt, se vistió de civil y trabajó después como jornalero en una granja de las Ardenas. Un día, mientras trabajaba desnudo de cintura para arriba, lo vieron gendarmes belgas, que vieron por los tatuajes de su cuerpo que era de las SS. Fue arrestado inmediatamente e interrogado. Su testimonio indicó que este fue el método seguido por los soldados de la División Hohenstaufen:

Había una columna de tanques, algunos de ellos Königstigers (Tigre Real) seguidos y precedidos de Schützenpanzer. En un momento determinado el Obersturmführer de este grupo hizo a sus hombres parar y dio un pequeño discurso, diciendo a los hombres que debían matar a todos los civiles que encontraran. Volvieron a sus tanques, y a medida que los tanques avanzaban por la carretera, el Obersturmführer señalaba alguna casa, y los soldados entraban con ametralladoras en la mano. Si encontraban a gente en la cocina, los mataban en la cocina; si los encontraban escondidos en el sótano, los ametrallaban en el sótano; si los encontraban en la carretera, los asesinaban en la carretera. La División Hohenstaufen no fue la única que actuó así, también lo hizo la División Leibstandarte Adolf Hitler y otras, cumpliendo órdenes formales según las cuales se debía matar a todos los civiles. ¿Y cuál fue la razón de esta medida? Se debió a que durante la retirada de septiembre, fue sobre todo en esa parte de las Ardenas donde actuó más la Resistencia, y un buen número de soldados alemanes murió durante esa retirada. Fue por tanto para vengar esta derrota, para vengarse por la acción de la Resistencia, por lo que se dio orden de matar sin piedad a todos los civiles durante la ofensiva lanzada en esta región.

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En cuanto al otro método, es aún más importante desde el punto de vista de la responsabilidad, ya que afecta a personas que dirigían tropas de la Sicherheitspolizei, la Policía de Seguridad, que en la mayoría de pueblos a los que fueron se pusieron a interrogar de inmediato a la gente para averiguar quién había tomado parte en la Resistencia, saber cosas del ejército secreto, dónde vivían estas personas, si todavía estaban allí o si habían huido. En breve, tenían cuestionarios especiales escritos a máquina con 27 preguntas, siempre las mismas, y que se pasaban a todo el mundo en los pueblos a los que iban.

Aquí de nuevo procederé como lo hice con el nº 1. Para no emplear demasiado tiempo del Tribunal, tan sólo daré el ejemplo de Bande, en el Arrondissement de Marche. En Bande, uno de estos destacamentos del SD, cuyos oficiales decían que habían sido enviados especialmente por Himmler para ejecutar a miembros de la Resistencia, detuvieron a todos los hombres de entre 17 y 32 años de edad. Tras interrogarlos detalladamente y tras organizarlos de una manera bastante arbitraria... no dejaron a ninguna persona que perteneciera a la Resistencia, ya que la mayoría nunca había tomado parte en ella... sólo había cuatro que fueran miembros de la Resistencia, se los llevaron por la carretera que va de Marche a Bostcuil, con las manos en la cabeza. Cuando llegaron a una casa en ruinas que se había quemado en septiembre, el oficial que dirigía el destacamento se puso en la entrada de la casa, se le unió un Feldwebel, y puso su mano sobre el hombro del último hombre de la tercera fila, que estaba yendo hacia la entrada de la casa, y allí el oficial, armado con una ametralladora, mató a un prisionero con una bala en la nuca. Después este mismo oficial ejecutó de esta manera a los 34 jóvenes que iban detrás.

No contento con matarles, metió los cuerpos a patadas en el sótano y disparó una ráfaga de balas de ametralladora para asegurarse de que estaban muertos.


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