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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
2 de febrero a 13 de febrero de 1946

Quincuagésimo Día: Lunes, 4 de febrero de 1946
(4 de 8)


Pediré ahora al Tribunal que tome el archivo titulado "Bélgica". Indicaré de inmediato al Tribunal que este archivo no incluye ningún libro de documentos. Esta declaración, que trata hechos muy generales, basará su demostración en el informe del Gobierno Belga, que ya ha sido presentado por mis colegas como prueba RF 394. La sección que voy a tratar ahora es una sección general sobre la administración militar de Bélgica y Francia, y comenzaré con el archivo sobre Bélgica.

En Bélgica, las usurpaciones de la soberanía nacional por parte de la potencia ocupante pueden imputarse al mando militar que las cometió, ya sea [N.T: Frase incompleta en el original]

[Página 37]

Sobre la creación de este aparato de usurpación, leeré al Tribunal dos párrafos del informe belga, Capítulo 4, sobre Germanización y Nazificación. Página 3, párrafo 3:
"Tras retirarse el Gobierno legal de Bélgica primero a Francia y después a Londres, los Secretarios Generales de los Ministerios, es decir, los funcionarios de mayor rango en el orden jerárquico, son los que en virtud del Artículo 5 de la ley del 10 de mayo de 1940 ejercieron dentro del marco de su actividad profesional y en casos de urgencia, todos los poderes de la autoridad suprema".
En otras palabras, estos funcionarios de alto rango, animados al menos durante los primeros meses de la ocupación por el deseo de mantener a las autoridades de ocupación lo más lejos posible de la administración del país, asumieron poderes gubernamentales y administrativos. Cumpliendo órdenes de los alemanes, este poder administrativo terminó pasado un tiempo convertido en un poder legislativo real.

Este régimen de los Secretarios Generales agradó a los alemanes, que lo adoptaron. Al nombrar para estos puestos a belgas que estaban a su sueldo, pudieron introducir en Bélgica bajo una apariencia de legalidad reformas absolutamente radicales que transformarían este país en un Estado vasallo nacionalsocialista.

Es interesante señalar en este punto que para reforzar su control de la vida pública a través de las autoridades locales, a los alemanes no les supuso ningún problema, con un decreto del 14 de mayo de 1942, citado en el informe oficial, suprimir el control judicial sobre la legalidad de las órdenes de los Secretarios Generales, quebrantando así el Artículo 107 de la Constitución Belga. El informe belga dice en los párrafos siguientes en quién recae la responsabilidad por este quebrantamiento del orden público, y citaré los términos exactos de este informe en la página 4, párrafo 3:

"En conclusión, el que la transformación de las instituciones legales fuera consecuencia de decretos alemanes o de órdenes de los Secretarios Generales no supone ninguna diferencia. Los alemanes fueron los responsables de esto, siendo los Secretarios Generales en relación a ellos nada más que fieles agentes que ejecutaban sus instrucciones".
Creo que serían también interesantes los tres párrafos siguientes del informe, ya que revelan hechos característicos sobre los métodos alemanes en su toma de la soberanía.
"Si es necesario proporcionar un argumento nuevo para apoyar esta tesis aún más, basta recordar que la potencia ocupante empleó todos los medios posibles para introducir en la estructura que se iba a transformar, de arriba a abajo, a fieles agentes nacionalsocialistas. Fue un verdadero trabajo de termitas.

El decreto del 7 de marzo de 1941, con el pretexto de introducir a hombres más jóvenes en la administración, permitió destituir a un gran número de funcionarios. Fueron lógicamente reemplazados por germanófilos.

Finalmente, los alemanes pusieron a la cabeza del Ministerio de Interior a uno de sus agentes más devotos, que se arrogó, como veremos después, el derecho de nombrar a concejales, diputados permanentes, burgomaestres, etc. y usó sus poderes en el caso de ciertos nombramientos de comisionados de distrito, por ejemplo, dando cargos a personas que eran instrumentos del enemigo".

El informe belga analiza después de una manera especialmente remarcable las alteraciones alemanas del orden público belga, clasificadas en dos apartados. El primero es "Modificaciones hechas en la estructura constitucional original".

En este apartado encontramos una mención especial al decreto del 18 de julio de 1940 que abolió de inmediato toda actividad pública; después una serie de decretos con los que

[Página 38]

los alemanes suprimieron la elección de concejales y decidieron que estos concejales serían a partir de entonces nombrados por la autoridad central. Esto supuso la eliminación del tradicional orden democrático de la administración comunal.

De la misma manera, y quebrantando el Artículo 3 de la Constitución Belga, los alemanes ordenaron con el decreto del 26 de enero de 1943 la absorción de numerosas comunidades por parte de grandes áreas urbanas.

El informe menciona después las exenciones fiscales concedidas, quebrantando la Constitución, a quien se pusiera al servicio del Ejército Alemán o las Waffen SS. Encontramos aquí un nuevo ejemplo de los métodos alemanes criminales y generales de reclutamiento militar en los países ocupados.

El segundo apartado del informe dice así: "Introducción en la vida pública belga de instituciones nuevas inspiradas por el nacionalsocialismo y la idea del Estado". Esas instituciones fueron de hecho creadas por las autoridades alemanas. Las más destacadas fueron la Corporación Nacional Agrícola y Alimentaria y las Oficinas Centrales de Mercancías. El informe analiza las características de estas instituciones y demuestra que tenían como objetivo destruir las libertades tradicionales. Eran órganos de inspiración totalitaria en los que se aplicó el "Führerprinzip", como hemos visto en instituciones similares en Holanda.

Querría ahora leer la breve pero reveladora conclusión del informe belga sobre germanización. Consideramos que ha quedado suficientemente demostrado con las citas anteriores que la Constitución y las leyes belgas fueron quebrantadas deliberadamente por la potencia ocupante alemana, y ello con el fin, no de garantizar su seguridad, que es obvio, sino con la cuidadosamente meditada intención de convertir a Bélgica en un Estado nacionalsocialista, y por tanto, en condiciones de ser anexionado, ya que dos Estados nacionalistas que son vecinos deben necesariamente eliminar el uno al otro, con el más fuerte absorbiendo al más débil.

Esta política se llevó a cabo contraviniendo las leyes y costumbres internacionales, la Declaración de Bruselas de 1874 y las Regulaciones de La Haya de 1899.

No daré indicaciones detalladas sobre otras aplicaciones de la usurpación en relación a Bélgica ya que ya se han proporcionado muchas indicaciones al Tribunal, especialmente en el aspecto económico, además de en la presentación del Sr. Dubost y debido a que el régimen de Bélgica estaba estrechamente vinculado al régimen de Francia. Las indicaciones que daré en las dos otras secciones de mi informe hablan en particular de estos dos países, Francia y Bélgica.

Sin embargo, antes de terminar la presentación que ahora me ocupa, querría mencionar los abusos cometidos por los alemanes contra las universidades de Bélgica. Vemos aquí el mismo fenómeno de hostilidad, muy comprensible por supuesto, por parte de los líderes y adoctrinadores nazis hacia los centros culturales, y esta hostilidad se manifestó especialmente en las cuatro grandes universidades belgas, que tienen una gran tradición de vida espiritual. Debo señalar al Tribunal que las observaciones que quiero presentar sobre este punto se han tomado de apéndices del informe belga, del que leeré algunos fragmentos. Debo señalar que estos apéndices no se han presentado como documentos, aunque están incluidos en uno de estos originales, lo que demuestra su autenticidad. Haré que traduzcan y entreguen estos apéndices más tarde, y le pediré por tanto al Tribunal que considere las indicaciones que daré como afirmaciones, que serán demostradas por un lado con el depósito de los documentos, y por otro lado, con un testimonio verbal, ya que he llamado a declarar a un testigo sobre lo tratado en estas cuestiones. Si este método le parece correcto al Tribunal, y ruego me disculpen por el hecho de que no se han presentado los apéndices con el documento, continuaré con mi presentación.

EL PRESIDENTE: Sr. Faure, ¿cuáles son los apéndices de los que está hablando?

[Página 39]

Sr. FAURE: Son documentos que están en el apéndice al informe belga.

El asunto tratado en este informe se encuentra en el propio informe belga, que ya se ha presentado. Por otro lado, se ha presentado otra copia de la misma sección como el original, con una serie de apéndices. Es por esto por lo que los apéndices no fueron traducidos y presentados a la vez que el informe principal, del que sólo son una parte. Son notas adjuntas que relatan hechos ocurridos en la vida universitaria. Pero, como indiqué al Tribunal, tengo intención de demostrar estos puntos presentando un testigo. Pensé así que podría hacer una declaración que constituyera una afirmación de la acusación, y sobre la que presentaría pruebas verbales. Por otro lado, presentaré los apéndices en cuanto se hayan traducido al alemán, algo que aún no se ha hecho.

EL PRESIDENTE: Sí. El Tribunal está de acuerdo con las acciones que propone, Sr. Faure.

Sr. FAURE: Diré primero que en la Universidad de Gante los alemanes distribuyeron propaganda especial entre los estudiantes con la idea de germanizarlos. Utilizaron para este fin a una organización llamada "Gentsch Studenten Verband", pero sus esfuerzos no obtuvieron el éxito que esperaban. Establecieron en esta Universidad y en otras un verdadero sistema de espionaje bajo la cobertura de una fórmula ingeniosa, la de los "profesores invitados", profesores alemanes que se suponía habían sido invitados y que eran observadores y espías.

Se ha encontrado en Bélgica el informe de uno de estos "profesores invitados". Este informe muestra el procedimiento adoptado, así como el completo fracaso de los intentos alemanes de ejercer una influencia.

En todas las universidades los alemanes hicieron arrestos y deportaron a profesores y estudiantes, y se recurría a esta acción sobre todo cuando los estudiantes se negaban -y hacían lo correcto- a obedecer las órdenes alemanas ilegales que les obligaban a entrar en el servicio de trabajo.

En cuanto a la Universidad de Bruselas, se debería señalar que esta Universidad tuvo desde el principio a un Kommissar alemán, y que se despidió irregularmente a catorce profesores. Después se obligó a la Universidad de Bruselas a suspender sus clases debido a un incidente característico:

En un momento en el que hubo tres vacantes en la Universidad, los alemanes se negaron a aceptar el nombramiento de los candidatos propuestos de la manera habitual, y decidieron que nombrarían a profesores cuyos puntos de vista les resultaran correctos. Esto expone claramente el método alemán aplicado generalmente consistente en interferir en todo y en dar cargos en todas partes a agentes influidos por ellos.

El 22 de noviembre de 1941 la administración militar alemana notificó al Presidente de la Universidad esta decisión. La Universidad decidió ir a la huelga, y a pesar de todos los esfuerzos de los alemanes, esta huelga de la Universidad de Bruselas continuó hasta la liberación.

Querría leer ahora ante el Tribunal algo sobre esta cuestión de las universidades belgas. Es relativo a la Universidad de Lovaina. Antes de leerlo, debo exponer al Tribunal las circunstancias.

Los alemanes habían impuesto en esta Universidad, al igual que en el resto, trabajo obligatorio a los estudiantes. Esto ya lo sabemos. Pero lo que voy a leer tiene que ver con una obligación adicional que es impactante.

Los alemanes querían obligar al Rector de la Universidad, Monseñor van Wayenberg, a darles una lista completa con las direcciones de los estudiantes que debían hacer el servicio obligatorio y no se habían presentado para hacerlo. Deseaban además imponerle al Rector un acta por la que se convertiría en un informador, y esto bajo la amenaza de duros castigos. El Cardenal Arzobispo de Malinas intervinió y el 4 de junio de 1943 envió

[Página 40]

una carta al General von Falkenhausen, Comandante Militar de Bélgica. Querría leerle esta carta al Tribunal. La carta se encuentra en un libro que tengo aquí y que se publicó en Bélgica, titulado "El Cardenal van Roey y la Ocupación Alemana de Bélgica". No presento esta carta como documento. Solicito al Tribunal que la considere una cita de una publicación. Esto es lo que escribió el Cardenal van Roey:
"A través de una comunicación verbal que he pedido en vano que se me confirme por escrito, el Jefe de la Militaerverwaltung, Reeder, me ha informado de que en caso de que el Rector de la Universidad Católica de Lovaina siga negándose a proporcionar la lista con las direcciones de los estudiantes de primer curso, la autoridad ocupante tomará las siguientes medidas: cerrar la Universidad; prohibir a los estudiantes matricularse en otra Universidad; someter a todos los estudiantes a trabajos forzados en Alemania, y si huyen para evitar la aplicación de esta medida, tomar represalias contra sus familias.

Esta comunicación es totalmente sorprendente, ya que unos días antes, tras una nota dirigida a Su Excelencia por Monseñor el Rector, éste último recibió del Kreiskommandant de Lovania una notificación según la cual la autoridad académica no sería molestada más veces por esta cuestión de las listas. Es cierto que el Jefe de la Administración Militar, Reeder, me informó de que esta respuesta se debió a un malentendido.

Como Presidente del Consejo de la Universidad de Lovaina, he informado a los obispos belgas que constituyen este consejo del grave carácter de la comunicación que he recibido, y tengo el deber de informarle en nombre de todos los obispos de que nos es imposible pedirle a Monseñor el Rector que entregue las listas de sus estudiantes, y que aprobamos la actitud pasiva que ha mantenido hasta ahora. Proporcionar las listas supondría una cooperación positiva con medidas que los obispos belgas han condenado en la pastoral del 15 de marzo de 1943 como contrarias a la Ley Internacional, al derecho natural y a la moral cristiana.

Si la Universidad de Lovaina fuera sometida a sanciones por negarse a cooperar, consideramos que sería castigada por cumplir con su deber, y que por duras y dolorosas que fueran las dificultades por las que tuviera que pasar temporalmente, su honor al menos no se vería manchado. Creemos, al igual que el famoso obispo de Milán, San Ambrosio, que el honor está por encima de todo, 'Nihil praeferandum honestati'.

Además, Su Excelencia no puede ignorar el hecho de que la Universidad Católica de Lovaina depende de la Santa Sede. Fundada canónicamente por el Papado, está bajo la autoridad y el control de la Congregación Romana de Seminarios y Universidades, y es la Santa Sede la que aprobó el nombramiento de Monseñor Van Wayenberg como Rector Magnífico de la Universidad. Si las medidas anunciadas se aplicaran, sería un ataque violento a los derechos de la Santa Sede. Por tanto, se informará a Su Santidad el Papa de los peligros extremos que amenazan a nuestra Universidad Católica".

Terminaré aquí la cita de la carta, pero debo señalarle al Tribunal que a pesar de esta protesta y cualquier consideración de simple interés práctico que los alemanes pudieran tener en mantener una actitud correcta en esta cuestión, el Rector Magnífico fue arrestado el 5 de junio de 1943 y condenado por el tribunal militar alemán a dieciocho meses de prisión.

Tras recordar los dolorosos hechos que se acaban de presentar al Tribunal, querría señalar que podrían casi darnos la impresión de que un hecho como el arresto y condena de un prelado, rector de una universidad, por una razón equivocada fue, ya que no hubo consecuencias trágicas, de una importancia relativamente secundaria. Pero creo que no debemos someter nuestro juicio intelectual

[Página 41]

a la prueba directa de nuestra sensibilidad, que ahora se ha acostumbrado tanto al horror, y si pensamos en ellos debemos concluir que esa barbaridad es muy típica, y el hecho de que ese tratamiento fuera considerado por los alemanes una expresión de justicia es verdaderamente típico del plan de germanización, con sus repercusiones en el mundo.

(Se hizo un receso hasta las 14 horas).

ALGUACIL: Con la venia, deseo anunciar que el acusado Kaltenbrunner se ausentará de la sesión de esta tarde por enfermedad.

Sr. FAURE: Con la venia, querría llamar a declarar al testigo van der Essen.

EL PRESIDENTE: Muy bien.

(El Sr. VAN DER ESSEN subió al estrado).

EL PRESIDENTE:

P: ¿Cómo se llama?

R: Van der Essen.

P: ¿Jura hablar sin odio ni temor, decir la verdad, toda la verdad, y sólo la verdad?

Levante la mano derecha y diga "lo juro".

R: Lo juro.

EL PRESIDENTE: Puede sentarse si lo desea.

Sr. FAURE:

P: Sr. van der Essen, ¿es usted profesor de Historia de la Facultad de Letras de la Universidad de Lovaina?

R: Sí.

P: ¿Es el Secretario General de la Universidad de Lovaina?

R: Sí.

P: ¿Ha permanecido en Bélgica durante todo el periodo de la ocupación?

R: Hasta el final, y desde finales de julio de 1940, apenas salí de Bélgica.

P: ¿Puede darnos información sobre la destrucción de la Biblioteca de Lovaina?

R: Recordarán que en 1914 esta biblioteca, que sin duda era una de las mejores bibliotecas universitarias de Europa y que contenía muchos de los primeros libros impresos, manuscritos, y libros de los siglos dieciséis y diecisiete, fue destruida sistematicamente con materiales incendiarios por los soldados alemanes del Noveno Cuerpo de Reserva, comandado por el General von Ston. Esta vez, en 1940, volvió a pasar lo mismo. Esta biblioteca fue destruida sistemáticamente por el Ejército Alemán, y para que traten de entenderlo, debo primero decir que el fuego comenzó, según todos los testigos, en la noche del 16 al 17 de mayo de 1940, a eso de las 13 horas [sic]. El Ejército Inglés hizo el 17 al amanecer la necesaria maniobra de retirada para abandonar la línea de defensa Q.W. Por otro lado, hay una absoluta certeza de que las primeras tropas alemanas no llegaron hasta la mañana del 17, hacia las 8. Este intervalo entre la marcha de las tropas británicas por un lado y la llegada de los alemanes por el otro, permitió a estos últimos tratar de hacer ver que la biblioteca había sido destruida sistemáticamente por las tropas británicas. Debo desmentir aquí categóricamente esa versión: la biblioteca de la Universidad de Lovaina fue destruida sistemáticamente por fuego alemán.

Se apostaron dos baterías, una en el pueblo de Corbek y la otra en el pueblo de Lovengule. Estas dos baterías, una a cada lado, dirigieron su fuego sistemáticamente hacia la biblioteca, y hacia nada más que la biblioteca. La mejor prueba de esto es que todos los proyectiles cayeron sobre la biblioteca; sólo una casa cercana a la biblioteca recibió un impacto por accidente. Se alcanzó la torre once veces, cuatro la batería que disparaba desde Lovengule, y siete la batería que disparaba desde Corbek.


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