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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
Del 20 de noviembre al 1 de diciembre de 1945

Décimo Día: sábado, 1 de diciembre de 1945
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EL PRESIDENTE: Sería de ayuda para el Tribunal si se formulara sólo una pregunta cada vez y si los testigos respondieran "sí" o "no" a la pregunta y si se explicaran a continuación si es necesario. Se deberían expresar las preguntas y las respuestas lo más brevemente posible, y sólo se debería hacer una pregunta cada vez.

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P (continuando): Bien, testigo, hay algo más que me llama la atención.

EL PRESIDENTE: Ha oído lo que he dicho, ¿no? ¿Lo entiende?

P (continuando): Esto me llama la atención. Ayer usted dijo que estas observaciones de Ribbentrop no están en el diario, si le entendí bien.

R: No; esto no es del diario, sino que es una contribución al diario de Canaris. Es una observación que fue...

P: Usted dijo también ayer que esta observación llamó su atención especialmente.

R: Sí.

P: Y hoy usted dijo que el entonces General Blaskowitz también hizo una observación importante. También mencionó usted, sin embargo, que estas observaciones de Blaskowitz no se añadieron al diario.

R: No.

P: Bien, querría saber, y querría que contestara a esta pregunta: ¿por qué, si esta observación del acusado Ribbentrop llamó su atención especialmente, no se escribió en el diario?

R: Sobre Blaskowitz tengo que decir, o más bien repetir, lo siguiente:

He dicho: no oí el tema que mencionó Blaskowitz de esta forma durante la reunión, y no puedo suponer que este tema entrara en esta categoría, ya que si no habría sido introducido en el diario. Puede ser también, por supuesto, que el tema que discutió Blaskowitz se presentara cuando yo no estaba presente. Sólo he explicado lo que oí o lo que Canaris me dijo que escribiera para registrarlo.

P: ¿Pero oyó personalmente a Ribbentrop decir eso?

R: Sí, pero lo esencial no se vio alterado. El análisis final lleva a que, fuera exterminio, eliminación o el incendio de granjas, todas eran medidas terroristas.

P: ¿Habló von Ribbentrop realmente de asesinar a judíos? ¿Recuerda eso sin lugar a dudas?

R: Sí, recuerdo sin lugar a dudas esa observación concreta que le hizo a Canaris, porque Canaris habló no sólo conmigo sino también con otros en Viena sobre este asunto, y recurrió al tiempo y de nuevo a mi como testigo.

P: También oyo eso.

R: La cuestión no quedó cerrada con esto, pero estas palabras de Ribbentrop fueron discutidas con frecuencia.

P: Testigo, algo más. Usted nos ha hablado de planes de asesinato que se le encargaron a usted, o a su departamento, o a otras oficinas. ¿Presentó el debido informe en alguna comisaría de policía? Querría señalar que el no informar de la intención de un crimen según la Ley Alemana se castiga con la cárcel y en algunos casos graves con la muerte.

R: Bien, cuando usted habla de la Ley Alemana, no puedo seguirle. No soy un abogado, tan sólo un hombre corriente.

P: Por lo que sé, esto también se castiga según la Ley Austriaca.

R: En aquel momento la Ley Austriaca, que yo sepa, ya no estaba en vigor.

EL PRESIDENTE: Demasiado rápido.

P (continuando): En otras palabras, ¿usted nunca informó de la intención del crimen ni como persona ni como oficial?

R: Habría tenido que hacer un gran número de informes sobre los planes de unos 100.000 asesinatos de los que tuve conocimiento y no pude hacer más que saberlo. Puede leerlo en los archivos, y sobre fusilamientos y hechos similares, de los que necesariamente tuve conocimiento, lo quisiera o no porque, por desgracia, estaba en medio de todo.

P: Esto no se trata de fusilamientos que habían tenido lugar y ya no podían ser evitados, sino de planes para cometer asesinatos en un momento en el que quizás se podrían haber evitado.

R: Sólo puedo responder que por qué la persona que recibió esta orden de primera mano no hizo lo mismo. ¿Por qué no informó él a Hitler, por ejemplo?

P: Usted, como General de la Wehrmacht Alemana, debería haberle preguntado a Hitler...

R: Lo siento, sobreestima mi rango; sólo llegué al rango de General de la

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Wehrmacht Alemana el uno de enero de 1945, es decir, sólo lo fui cuatro meses. En aquel tiempo era Teniente Coronel del Alto Mando, y después Coronel adscrito al Estado Mayor, no un miembro del Estado Mayor.

P: Pero en 1938, justo después del ataque a Austria de Hitler, usted pidió inmediatamente que Hitler le transfiriera a la Wehrmacht Alemana.

R: No hice una petición, no tuve que hacerlo. En cualquier lugar en el servicio era conocido por mi eficiencia. No era un extraño. Con el conocimiento del Gobierno austriaco y también, de forma restringida, con el de las autoridades alemanas (es decir, con el conocimiento de ciertas personas) trabajaba para el Gobierno austriaco en una tarea que atañía exclusivamente asuntos fuera del alcance de la política interna austriaca. Cooperé con la Wehrmacht y los Gobiernos italiano y húngaro cumpliendo la voluntad del Gobierno austriaco y las autoridades competentes. Eran cuestiones políticas que no eran de mi nivel.

P: Pero creo, testigo, que su memoria le engaña, porque inmediatamente después del ataque de Hitler a Austria, usted llamó al Estado Mayor de Berlín y trató de obtener -algo que usted niega- un puesto en la Wehrmacht Alemana. También hizo un cuestionario en el que usted declaró su completa lealtad al Gran Reich Alemán, a Adolf Hitler, y poco después usted hizo el juramento de lealtad a Adolf Hitler.

R: Sí, por supuesto que lo hice, como todos los que estaban en situación de ser transferidos de una oficina y cargo a otros.

P: Anteriormente usted dijo que no trató de obtener este nombramiento, pero se me ha informado de lo contrario; que usted, en compañía de otros dos o tres oficiales, fue el primero en ir a Berlín con el único propósito de pedirle al Jefe del Estado Mayor Alemán -Beck- que le admitiera en el Ejército alemán.

R: Me alegra que hable de esto, especialmente para que pueda aclarar mi situación. Necesitaba hacer una solicitud para obtener mi nuevo puesto en la Wehrmacht alemana. Era conocido debido a mis actividades militares, al igual que cualquier agregado militar es conocido en el país en el que sirve.

Además, puedo explicar fácilmente por qué me cambié de puesto tan rápido. He dicho que mis actividades y esta cooperación con otros Estados, que no fue decidida por mi sino por mi oficial superior austriaco en el Servicio de Inteligencia austriaco, se dirigieron en aquel tiempo contra un país vecino, Checoslovaquia; Checoslovaquia era el siguiente país después de Austria. Por tanto, era natural que mi posterior jefe, Canaris, que me conocía de mi antiguo puesto, estuviera muy interesado en que fuera a su departamento. Solicitó mi traspaso y también lo hizo Beck, al que visité. Hay otras personas que también saben esto, y ahora he dicho todo lo que el General Beck me dijo entonces.

P: ¿Es entonces cierto que usted fue a Berlín y trató de ser transferido a la Wehrmacht alemana, lo que usted al principió negó?

R: No, no es cierto, no traté de hacerlo. Otros hicieron la petición. Puedo incluso decir que no fui allí, volé allí. Canaris, que me conocía, no sólo por mi actividad como militar, sino también por mi actitud personal (al igual que me había conocido Maroga y al igual que el Coronel-General Beck, al que Canaris habló de mi), pidió mi traspaso. No pedí el puesto, sino que otros lo pidieron por razones que sólo después tuve claras, porque conocían mi actitud personal, al igual que mis camaradas austriacos; lógicamente, pocos podían saber esto y de mi. Así fue como ocurrió.

DR. SAUTER: No tengo más preguntas que hacerle al testigo.

EL PRESIDENTE: Antes del interrogatorio quiero anunciar que esta tarde el Tribunal no celebrará sesión pública.

DR. STAHMER: Soy el abogado del acusado Goering, y querría hacerle unas pocas preguntas al testigo.

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INTERROGATORIO DEL DR. STAHMER (abogado del acusado Goering):

P: Testigo, si le entendí correctamente, usted dijo ayer que, de acuerdo con las convicciones interiores básicas del General Canaris, la guerra en Polonia, que no tuvo éxito, era el fin de Alemania y nuestra desgracia. Esta desgracia, sin embargo, habría sido mayor si hubiera triunfado el sistema, lo que trataba de evitar el General Canaris. ¿Le entendí bien?

R: No me entendió bien, con una excepción. No fracasó en su intento de evitarlo; el ataque no era evitable, y Canaris no tenía forma de saber esto.

P: ¿Sabe usted que el Almirante Canaris, durante los primeros años de la guerra, tuvo organizaciones de sabotaje muy activas tras el frente, y que estaba personalmente muy ocupado con estas organizaciones?

R: Naturalmente conozco esto, y he informado ampliamente a los departamentos americanos que han estado interesados en esto, en este tema.

P: ¿Pero cómo es eso posible? Esto no concordaría con sus creencias políticas interiores.

R: Esto se explica por el hecho de que en el círculo en el que era activo nunca pudo decir lo que realmente pensaba, al igual que otros miles no pudieron hacerlo. Lo esencial no es lo que dijo, o lo que tuvo que decir, sino lo que hizo y cómo lo hizo. Esto es lo que sé y otros también lo saben.

P: La cuestión no es lo que dijo, sino lo que realmente hizo. No sólo propuso esas medidas, sino que se aplicó en su ejecución, ¿no es así?

R: Tenía por supuesto que permanecer ostensiblemente en los límites de su oficina para mantener su puesto. Eso era lo importante, que tenía que mantenerse en ese puesto para evitar en 1939 lo que finalmente ocurrió en 1944. Entonces trató de controlar las cosas, y quiero comparar a Canaris con Himmler; no es necesario mencionar cuál era el objetivo ya que tomó partido.

P: Usted ha mencionado el nombre de Himmler; querría hacerle las siguientes preguntas en relación a ello.

¿Sabe que el Almirante Canaris, durante los primeros años de la guerra, mantuvo estrechas relaciones con las SS y que la necesidad de una cooperación estrecha con las SS fue destacada por él repetidas veces hasta el punto de que el acusado Goering tuvo que aconsejarle que fuera más independiente en sus funciones militares?

EL PRESIDENTE: Está yendo muy deprisa y no creo que esté respetando lo que he dicho hace un momento, que ayudaría al Tribunal que hiciera una sola pregunta cada vez.

DR. STAHMER: Querría resumir mi pregunta de esta forma: ¿sabía el testigo que el Almirante Canaris, durante los primeros años de la guerra, tuvo buenos contactos con las SS y reconoció la necesidad de una cooperación estrecha con la formación, un hecho que él siempre destacó?

EL TESTIGO: Sí, sé esto, y también por qué.

P: (continuando): ¿Y por qué?

R: Porque de esta forma podía ver y obtener información de todo lo que le pasaba a estas personas, y así poder intervenir cuando hubiera ocasión.

P: ¿Era labor de su organización y del departamento de Canaris respectivamente proporcionar información de inteligencia enemiga a tiempo a los Cuarteles Generales?

R: No entiendo qué tiene que ver la oficina de Canaris con esto.

P: ¿Su sección, de la oficina de Canaris?

R: ¿Por qué?, por supuesto, el Departamento I...

P: Bien, de acuerdo con mi información su oficina no proporcionó información sobre el desembarco anglo-americano en el Norte de África. ¿Es cierto?

R: No lo sé, no quiero responder por el Departamento. Es una pregunta que podría ser respondida fácilmente por el Oberst Pieckenbrock, pero no por mi.

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P: En cuanto al caso Rowehls, usted dijo ayer que un coronel de la Fuerza Aérea, Rowehls, dirigía una tropa especial que tenía como misión realizar vuelos de reconocimiento sobre Polonia, Inglaterra y el Sureste antes de la campaña polaca, y también dijo que el Coronel Rowehls fue a ver al Almirante Canaris y a informarle del resultado de estos vuelos, y que le presentó sus mapas fotográficos. ¿Es cierto?

R: Sí. ¿Cómo lo sabría si no? No me lo inventé.

P: No he dicho eso.

¿Cómo fue el Coronel Rowehls a informar al Almirante Canaris de esto?

R: Creo que lo mencioné ayer, esto era una función del departamento Ausland-Abwehr, Obere Abteilung.

P: ¿Ha visto usted las fotografías que se hicieron sobre Inglaterra?

R: Sí, las he visto.

P: ¿Cuándo y dónde le mostraron esas fotografías?

R: En la oficina de Canaris, pero no eran asunto mío. Coincidió que estaba presente en aquel momento. Me interesaba ver lo que pasaba.

P: ¿Qué se veía en esas fotos?

R: No recuerdo los detalles. Eran fotografías tomadas desde aviones.

P: ¿No le mostraron las fotografías?

R: No, no me mostraron las fotografías, era meramente un observador casual e interesado en esta ocasión, como le he dicho antes.

P: ¿Le entregó Rowehls algún informe escrito sobre estos vuelos de prueba a la Amt?

R: No lo sé.

P: ¿No lo sabe?

Usted dijo también que el escuadrón de Rowehls hizo vuelos desde Budapest más tarde

R: Sí.

P: ¿Sabe usted esto a través de su propia información o conocimiento?

R: Lo conozco por mi investigación personal; la época está registrada en el diario de la sección, y debido a que en aquel momento estaba en Budapest, y porque en aquel momento se me pidió que asistiera a una Ceremonia de Nombramiento en el Palacio.

P: ¿Y por qué se hicieron estos vuelos desde Budapest?

R: No lo sé, lo dije ayer. Tendría que responder a esto algún caballero de la Fuerza Aérea.

DR. DIX (abogado del acusado Schacht): Probablemente no me conoce. Soy el Dr. Dix, el abogado del acusado Schacht.

INTERROGATORIO DEL DR. DIX

P: Testigo, ¿conoce usted al Capitán Struenck del Abwehr?

R: Querría que me dijera algo sobre ese nombre. El nombre por sí solo no me dice nada. Deme alguna pista que refresque mi memoria.

P: Es un abogado que era un oficial en la reserva del Abwehr, no sé de qué departamento, pero debería decir que del departamento de Pieckenbrock. Sin embargo, si usted no lo conoce, no le haré más preguntas.

R: Si estaba con Pieckenbrock, no le conozco. Conocía a pocos. ¿Vive aún Struenck?

DR. DIX: No, está muerto.

EL TESTIGO LAHOUSEN: ¿Fue ejecutado?


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