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Segundo Día: Miércoles, 21 de noviembre de 1945
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4. CRÍMENES EN EL TRANSCURSO DE LA BATALLA

Incluso los pueblos más belicosos han reconocido en nombre de la humanidad algunas limitaciones al salvajismo de la guerra. Se han elaborado reglas a tal fin en convenciones internacionales de las que Alemania formaba parte. Estas leyes habían establecido ciertos límites al trato dado a los beligerantes. El enemigo tenía derecho a rendirse y a que se le diera cuartel y buen trato como prisionero de guerra. Demostraremos por medio de documentos alemanes que se negaron estos derechos, que se dio un trato brutal a los prisioneros de guerra y que con frecuencia fueron asesinados. Esto fue cierto en particular en el caso de pilotos capturados, con frecuencia compatriotas míos.

Se ordenó que se dejaría de dar a los pilotos ingleses y americanos el status de prisioneros de guerra. Serían tratados como criminales, y se ordenó al Ejército que evitara protegerles de ser linchados por el populacho (R-118). El Gobierno Nazi, a través de sus agencias de política y propaganda, tuvo dificultades para incitar a la población civil a atacar y asesinar a los pilotos que se estrellaban. La orden, dada por el Reichsführer de las SS, Himmler, decía que

"No es tarea de la policía interferir en choques entre alemanes y pilotos ingleses y americanos que hayan saltado en paracaídas"
Esta orden fue transmitida el mismo día por el Obersturmbannführer de las SS Brandof, Mando del Personal de Himmler, a todos los Mandos de las SS y Oficiales de Policía, con estas indicaciones:
"Les envío la orden incluida aquí pidiendo que se informe al Jefe de la Policía Regular y de la Policía de Seguridad. Deben dar a conocer esta orden a sus oficiales subordinados verbalmente (R-110)".
De forma similar, mostraremos la orden de alto secreto de Hitler, del 18 de octubre de 1942, indicando que los Comandos, sin importar su condición, "fueran masacrados hasta el último hombre" tras su captura (498-PS). Mostraremos la circulación de órdenes secretas, una de ellas firmada por Hess, que debían transmitirse oralmente a los civiles, de que se arrestara o liquidara a los pilotos o paracaidistas enemigos (062-PS). De esta forma se incitaron y dirigieron los asesinatos.

Esta campaña nazi de tratamiento sin piedad de fuerzas enemigas alcanzó sus mayores proporciones en la lucha contra Rusia. Todos los prisioneros de guerra eran apartados del control del Ejército y puestos en manos de Himmler y las SS (058-PS). En el Este, la furia alemana se desbordó. Se ordenaba marcar a los prisioneros

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de guerra rusos. Se les mataba de hambre. Citaré párrafos de una carta escrita el 28 de febrero de 1942 por el acusado Rosenberg al acusado Keitel:
"La suerte de los prisioneros de guerra soviéticos en Alemania es, por el contrario, una tragedia de la mayor magnitud. De 3,600.000 prisioneros de guerra, sólo unos centenares de miles siguen siendo capaces de trabajar a pleno rendimiento. Una gran parte de ellos ha pasado hambre, o ha muerto debido a las inclemencias del tiempo. Miles han muerto también por enfermedades.  

Los comandantes de campo han prohibido a la población civil poner comida a disposición de los prisioneros, y más bien les están dejando morir de hambre

En muchos casos, cuando los prisioneros de guerra ya no pueden seguir la marcha por el hambre y el cansancio, se les dispara ante los ojos de la horrorizada población, y se abandonan los cuerpos. 
En numerosos campos no se proporciona refugio a los prisioneros de guerra.

Duermen al raso cuando llueve o nieva. Ni siquiera se dieron herramientas para cavar hoyos o cuevas.

Finalmente, hay que mencionar los fusilamientos de prisioneros de guerra; por ejemplo, en varios campos se fusiló a todos los 'asiáticos' " (081-PS).

Las costumbres civilizadas y las convenciones, de las que Alemania formaba parte, habían establecido ciertas inmunidades para la población civil que sufriera la desgracia de vivir en tierras ocupadas por ejércitos hostiles. Las fuerzas de ocupación alemanas, controladas o dirigidas por hombres que están siendo juzgados ante ustedes, cometieron una larga serie de desmanes contra los habitantes de territorio ocupado que serían increíbles de no ser por las órdenes e informes capturados que muestran la obediencia con la que se ejecutaron esas órdenes.

Trataremos aquí una fase de criminalidad común diseñada por los conspiradores como parte del Plan Común. Podremos apreciar por qué estos crímenes contra sus enemigos europeos no fueron casuales, sino que fueron crímenes planeados y organizados, cuando lleguemos a su razón de ser. Hitler le dijo a sus oficiales el 22 de agosto de 1939 que "el objetivo principal en Polonia es la destrucción del enemigo y no el alcanzar cierta línea geográfica" (1014-PS). Esas palabras son una cita. El proyecto de deportar a la juventud prometedora de los territorios ocupados fue aprobado por Rosenbeg según la teoría de que "se logrará un deseado delibitamiento de la fuerza biológica del pueblo conquistado" (03I-PS). Germanizar o destruir, ése era el programa. Himmler dijo: "O nos ganamos a cualquier buena sangre que podamos utilizar para nosotros y les hacemos un lugar entre nuestro pueblo, o caballeros, -puede que consideren que esto es cruel, pero la naturaleza es cruel- destruiremos esa sangre". En cuanto a los "buenos tipos raciales", Himmler añadió: "así, creo que es nuestra misión llevarnos a sus hijos, apartarlos de su entorno, si es necesario, secuestrándolos o robándolos" (L-90). Solicitó con apremio la deportación de niños eslavos para librarse de enemigos potenciales de futuros soldados.

El propósito de los nazis era dejar a los enemigos de Alemania en tal estado de debilidad que incluso perdiendo Alemania la guerra, siguiera siendo todavía la nación más poderosa de Europa. En este contexto debemos considerar el plan de la guerra sin cuartel, que implica un plan para la comisión de Crímenes de Guerra y Crímenes contra la Humanidad.

Se capturó y asesinó a rehenes en gran número. Se infligieron castigos en masa, tan salvajes que se extinguieron comunidades enteras. Se comunicó a Rosenberg la aniquilación de tres pueblos no identificados en Eslovaquia. En mayo de 1943, se ordenó borrar del mapa otro pueblo de unas 40 granjas y 220 habitantes. Se ordenó fusilar a toda la población, hacerse con todo el ganado  y propiedades, y que se destruyera "totalmente el pueblo por medio del fuego". Un informe secreto del Ministerio para el Territorio del Este de Rosenberg, del que era responsable, revela que: 

"Las raciones de alimento que se conceden a la población rusa son tan bajas que no pueden asegurar su existencia y sólo proporcionan una subsistencia mínima de duración

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limitada. La población no sabe si seguirá viva. Se enfrentan a la muerte por hambre. 

Las carreteras están llenas de cientos de miles de personas, a veces hasta un millón según la estimación de expertos, que vagan en busca de alimento

La acción de Sauckel ha causado gran malestar entre los civiles. Chicas rusas fueron despiojadas por hombres, se hicieron fotos de desnudos en poses forzadas, se encerró a doctoras en vagones de carga para el disfrute de los comandantes del transporte, se llevó encadenadas a mujeres en camisón de las ciudades a las estaciones de tren, etc. Todo este material ha sido enviado a la OKH".

Quizás la deportación a campos de trabajo en régimen de esclavitud fue la operación de esclavismo más horrible y extensa de la Historia. En pocas cuestiones tenemos pruebas tan abundantes e inculpatorias. En un discurso del 25 de enero de 1944 el acusado Frank, Gobernador General de Polonia, alardeó de lo siguiente: "He enviado 1,200.000 trabajadores polacos al Reich". El acusado Sauckel informó de que "de los cinco millones de trabajadores extranjeros que llegaron a Alemania, como mucho 200.000 vinieron voluntariamente". Se informó de este hecho al Führer y a los acusados Speer, Goering y Keitel (R-124). Se utilizó también a niños de entre 10 y 14 años a través de una orden transmitida por telégrafo por el Ministerio para los Territorios Ocupados del Este, de Rosenberg:
"Se encarga además al Mando la transferencia de la juventud rusa apta de entre 10 y 14 años de edad al Reich. La autoridad no se ve afectada por los cambios relacionados con la evacuación y transporte a los campos de recepción de Bialystok, Krajewo, y Olitei, el Führer incluso desea que esta actividad se incremente aún más". (200-PS).
Cuando no se disponía de suficientes trabajadores, se hacía trabajar a los prisioneros de guerra, en flagrante violación de convenciones internacionales (016-PS). Se trajeron trabajadores esclavos de Francia, Bélgica, Holanda, Italia y el Este. Los métodos de reclutamiento eran violentos (R-124, 018-PS, 204-PS). El trato dado a estos trabajadores esclavos fue definido en términos generales, no difíciles de traducir en privaciones concretas, en una carta al acusado Rosenberg del acusado Sauckel, que decía:
"Todos los prisioneros de guerra, tanto de los territorios del Oeste como de los del Este, ahora en Alemania, deben incorporarse completamente a las industrias alemanas de armamento y munición. Se ha de llevar su producción al nivel más alto posible. 

El empleo completo de prisioneros de guerra, así como el uso de un número gigantesco de nuevos trabajadores civiles, hombres y mujeres, se ha convertido en una necesidad indiscutible para la solución de la movilización del programa de trabajo en esta guerra. 

Se ha de alimentar, proporcionar alojamiento y tratar a todos los hombres de tal forma que se les explote lo más posible con el gasto más bajo concebible" (016-PS).

Siguiendo el plan nazi de reducir permanente el nivel de vida de sus vecinos y debilitarles física y económicamente, se cometió una larga serie de crímenes. Hubo una gran destrucción, sin fines militares, de propiedades de civiles. Se abrieron diques en Holanda casi al final de la guerra no para lograr objetivos militares, sino para destruir los recursos y dañar la economía de los ahorradores holandeses

Se hizo un trasvase económico cuidadosamente planificado de los bienes de los países ocupados. Un ejemplo del plan se ve en un informe sobre Francia del 7 de diciembre de 1942, elaborado por el Departamento de Investigación Económica del Reichsbank. Surgió la cuestión de si los costes de la ocupación francesa debían incrementarse de 15 millones de Reichsmarks por día a 25 millones. El Reichsbank analizó la economía francesa para determinar si podría soportar la carga. Señaló que el armisticio había hecho que Francia entregara hasta la fecha 18.250,000.000 Reichsmarks, equivalentes a 370 mil millones de francos. Indicó

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que la carga de esos pagos en dos años y medio equivalía a los ingresos totales nacionales de Francia en 1940, y que la cantidad de pagos hechos a Alemania en los primeros seis meses de 1942 se correspondía con la estimación de ingresos totales de Francia para todo el año. El informe concluía: "en cualquier caso, la conclusión inevitable es que se han impuesto tributos relativamente mayores a Francia desde el armisticio de junio de 1940 que a Alemania tras la Primera Guerra Mundial. Teniendo esto en cuenta, se ha de señalar que la potencia económica de Francia nunca igualó la del Reich Alemán, y que la Francia vencida no ha podido recurrir a la economía y recursos financieros internacionales en el mismo grado que Alemania tras la Primera Guerra Mundial".

El acusado Funk fue Ministro de Economía del Reich y Presidente del Reichsbank; el acusado Ribbentrop fue Ministro de Exteriores; el acusado Goering fue Plenipotenciario del Plan de Cuatro Años; todos ellos participaron en el intercambio de opiniones del que este documento capturado es una parte (2149-PS). Sin importar este análisis del Reichsbank, procedieron a incrementar la carga impositiva a Francia de 15 millones de Reichsmarks al día a 25 millones.

No es sorprendente que se hundiera la economía francesa. El objetivo y finalidad de la cuestión aparece ya el 14 de septiembre de 1940 en una carta del General Stupnagel, jefe de la Comisión Alemana del Armisticio, al acusado Jodl , cuando escribió: "realmente, el lema 'Debilitación sistemática de Francia' ya ha sido conseguido de lejos".

No sólo había intención de debilitar y desmoralizar la economía de los vecinos de Alemania con el fin de destruir su competitividad, sino que además hubo saqueos y robos en una escala sin precedentes. No es necesario ser hipócritas en la cuestión del saqueo. Reconozco que ningún ejército atraviesa territorio ocupado sin que haya algún robo. Normalmente, la cantidad de robos se incrementa a medida que se debilita la disciplina. Si las pruebas en este caso demostraran que no hubo más saqueo que los de esta clase, ciertamente no  incluiría este cargo en la acusación.

Pero demostraremos que el saqueo no se debió a la falta de disciplina o a las típicas debilidades del carácter humano. Los alemanes organizaron el expolio, lo planearon, lo controlaron y lo hicieron oficial de la misma forma que organizaron todo lo demás, y después elaboraron informes de lo más meticulosos para demostrar que habían hecho el mejor trabajo posible de saqueo bajo las circunstancias existentes. Y tenemos esos informes.

El acusado Rosenberg fue puesto al frente de un expolio sistemático de los objetos de arte de Europa por orden directa de Hitler del 29 de enero de 1940 (136-PS). El 16 de abril de 1943, Rosenberg informó de que hasta el 7 de abril se habían enviado noventa y dos vagones con 2.775 cajas conteniendo objetos de arte a Alemania; y que se habían enviado directamente cincuenta y tres piezas a Hitler, y 594 al acusado Goering
(015-PS). El informe mencionaba unas 20.000 piezas de arte robadas y los principales lugares donde se almacenaban.

Es más, este saqueo fue glorificado por Rosenberg. Aquí tenemos treinta y nueve volúmenes encuadernados en piel, llenos de tablas, de su inventario, que presentaremos como prueba a su debido tiempo. No se puede evitar admirar el arte de este informe de Rosenberg. El gusto nazi era cosmopolita. De los 9.455 artículos inventariados, había 5.255 pinturas, 297 esculturas, 1.372 piezas de mobiliario antiguo, 307 tejidos y 2.224 pequeños objetos de arte. Rosenberg observó que todavía estaban por inventariar aproximadamente otros 10.000 objetos (015-PS). El propio Rosenberg estimaba que el valor de los objetos ascendía a mil millones de dolares (090- PS).

No daré más detalles sobre los Crímenes de Guerra y Crímenes contra la Humanidad cometidos por los gangsters nazis cuyos líderes están ante ustedes. No es mi propósito en este caso analizar los crímenes individuales. Estoy tratando el Plan Común o diseño de crímenes y no entraré en casos particulares. Mi tarea es mostrar la escala en la que se cometieron esos crímenes,                                                  

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y demostrar que estos son los hombres que estaban en puestos de responsabilidad y que concibieron el plan  y diseño por el que han de responder, sin importar el hecho de que el plan fuera en realidad ejecutado por otros.

En general, estas insensatas e ilegales acciones provocaron la ira del mundo. Se recobró de la desmoralización producida por el ataque por sorpresa, reunió sus fuerzas y detuvo los pasos de estos hombres. Una vez que les abandonó el éxito, los satélites nazis cayeron uno tras otro. El César de Serrín se vino abajo. Se alzaron fuerzas de resistencia en todos los países ocupados para hostigar al invasor. Incluso en casa, los alemanes vieron que Alemania estaba siendo conducida a la ruina por esos locos, y el intento del 20 de julio de 1944 de asesinar a Hitler, un intento llevado a cabo por hombres de elevada posición, fue un esfuerzo desesperado por parte de fuerzas internas de Alemania para atajar la ruina. Hubo conflictos entre los conspiradores en su caída, y el declive del poder nazi fue mucho más rápido que su ascenso. Las fuerzas armadas alemanas se rindieron, su gobierno se desintegró, sus líderes se suicidaron por docenas, y por la suerte de la guerra, estos acusados cayeron en nuestras manos. Aunque no son, de ninguna manera, los únicos culpables, son los supervivientes de los más responsables. Sus nombres aparecen una y otra vez en los documentos y sus rostros aparecen en las pruebas fotográficas. Tenemos aquí a los supervivientes de los políticos, militares, financieros, diplomáticos, administradores y propagandistas de más alto nivel del movimiento nazi. ¿Quién fue responsable de estos crímenes si no ellos?

El final de la guerra y la captura de estos prisioneros le planteó a los victoriosos Aliados la cuestión de si el personal de alto rango tenía alguna responsabilidad legal de los hechos que he descrito. ¿Que había que hacer con aquellos males, ignorarlos o resarcirlos con sangre? ¿No hay ninguna norma en la ley para juzgar libre y razonadamente dicha conducta?

El Estatuto de este Tribunal prueba una fe en que la ley no sólo sirve para gobernar la conducta de los hombres de poca importancia, sino que incluso los gobernantes están, como dijo el Lord Presidente del Tribunal Supremo de Gran Bretaña Coke al rey Jaime. "bajo Dios y la ley". Estados Unidos consideraba que la ley ha proporcionado ejemplos suficientes a través de los que llevar a cabo un juicio que asegure que se castigue sólo a los hombres correctos y por las razones adecuadas. Siguiendo las instrucciones del difunto Presidente Roosevelt y la decisión de la Conferencia de Yalta, el Presidente Truman encargó a congresistas de Estados Unidos que formularan una propuesta de Acuerdo Internacional, que se presentó durante la Conferencia de San Francisco a los Ministros de Exteriores del Reino Unido, la Unión Soviética y el Gobierno Provisional de Francia. Con muchas modificaciones, esa propuesta se ha convertido en el Estatuto de este Tribunal.

Pero el Acuerdo que estableció las normas por las que estos prisioneros han de ser juzgados no expresa sólo los puntos de vista de las naciones firmantes. Otras naciones con sistemas judiciales distintos pero altamente respetados también han expresado su adhesión. Son Bélgica, Holanda, Dinamarca, Noruega, Checoslovaquia, Luxemburgo, Polonia, Grecia, Yugoslavia, Etiopía, Australia, Haití, Honduras, Panamá, Nueva Zelanda, Venezuela e India. Se juzgará, por tanto, por medio de un actuación coordinada que representa el sentido de justicia y la voluntad de veintiún gobiernos que representan una abrumadora mayoría de los pueblos civilizados.

El Estatuto por el que este Tribunal existe incluye ciertos conceptos legales que son inseparables de su jurisdicción y que deben gobernar su decisión. Son, como he dicho, también condiciones que han de garantizar a los acusados que sean escuchados. La validez de lo previsto en el Estatuto es definitiva para todos nosotros, sea que hayamos aceptado la tarea de juzgar o la de acusar, así como para los acusados, que no pueden ampararse en ninguna otra ley que les dé derecho a ser escuchados. Mis experimentados y capacitados colegas creen, como yo, que contribuiré a la agilidad y claridad de este juicio si expongo brevemente la aplicación de la filosofía legal del Estatuto a los hechos que he citado.

Aunque esta declaración del Estatuto como ley es definitiva, puede alegarse

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que los prisioneros juzgados tienen derecho a que se se les aplique de la forma más caritativa. Se puede decir que es una ley nueva, no declarada con autoridad en el momento en el que cometieron los actos que la ley condena, y que esta declaración de ley les ha cogido por sorpresa.

No puedo, por supuesto, negar que estos hombres estén sorprendidos de que esta es la ley; realmente están sorprendidos de que haya alguna ley. Estos acusados no se basaron en ninguna ley en absoluto. Su programa ignoró y desafió toda ley. El que esto es así quedará demostrado en muchos actos y declaraciones, de los que cito unos pocos. En el discurso del Führer a todos los comandantes militares del 23 de noviembre de 1939, les recordó que en aquel momento Alemania tenía un pacto con Rusia, pero declaró: "los acuerdos sólo han de mantenerse mientras sirvan a algún fin". Más adelante, en ese mismo discurso, anunció: "no tendrá ninguna importancia una violación de la neutralidad de Holanda y Bélgica" (789-PS). Un documento de alto secreto, titulado "La Guerra como Problema de Organización", enviado por el Jefe del Alto Mando a todos los Comandantes el 19 de abril de 1938, declaró que "ha de considerarse la aplicación de las reglas de la guerra habituales hacia neutrales en base a si la puesta en práctica de esas reglas creará mayores ventajas o desventajas a los contendientes" (L-211). Y de los archivos del Mando de la Marina Alemana tenemos un "memorándum sobre la Guerra Naval Intensificada", del 15 de octubre de 1939, que empieza expresando un deseo de ajustarse a las Leyes Internacionales. "Sin embargo", continúa, "si se esperan éxitos decisivos de cualquier medida considerada como necesidad de guerra, se ha de llevar a cabo incluso aunque no se ajuste a la Ley Internacional" (L-184). La Ley Internacional, la Ley Natural, la Ley Alemana, cualquier ley era para estos hombres tan sólo un instrumento de propaganda que se podía invocar cuando era de ayuda, e ignorar cuando condenaba lo que querían hacer. El que los hombres puedan protegerse basándose en la ley existente en el momento en el que actúan es la razón por la que consideramos que las leyes retroactivas son injustas. Pero estos hombres no pueden acudir a la razón por la que en algunos sistemas de jurisprudencia se prohiben las leyes ex post facto. No pueden demostrar que respetaron la Ley Internacional de ninguna forma o que siquiera le prestaron la más mínima atención.

El Tercer Cargo de la Acusación se basa en la definición de Crímenes de Guerra contenida en el Estatuto. He destacado el curso sistemático de acción contra población civil y fuerzas combatientes que viola convenciones internacionales de las que Alemania formaba parte. Los acusados tenían como mínimo, como demostraremos, conocimiento de la naturaleza criminal de estos actos. Por tanto, dedicaron grandes esfuerzos a ocultar sus violaciones. Se verá que los acusados Keitel y Jodl fueron informados por asesores legales oficiales de que las órdenes de marcar a prisioneros de guerra rusos, encadenar a prisioneros de guerra británicos y ejecutar a comandos prisioneros eran claras violaciones de la Ley Internacional. Sin embargo, se ejecutaron esas órdenes. Lo mismo se aplica a las órdenes dadas para asesinar al General Giraud y el General Weygand, que no se llevaron a cabo sólo gracias a una treta del Almirante Canaris, que fue más tarde ejecutado por su participación en el complot para asesinar a Hitler el 20 de julio de 1944. 

El Cuarto Cargo de la Acusación se basa en Crímenes contra la Humanidad. Entre éstos destacan asesinatos masivos de incontables seres humanos a sangre fría. ¿Le sorprende a estos hombre que se considere el asesinato un crimen?

Los Cargos Primero y Segundo de la Acusación suman a estos crímenes el crimen que constituye la planificación y provocación de guerras en violación de nueve tratados de los que Alemania era parte. Hubo un tiempo, de hecho, creo, el tiempo de la Primera Guerra Mundial, en el que no se podría haber dicho que la incitación a la guerra o la guerra era un crimen según la ley, por muy moralmente censurable que fuera.

Por supuesto, era, según la ley de todos los pueblos civilizados, un crimen que un hombre ataque a otro con sus manos desnudas. ¿Como puede ser que si se multiplica ese crimen por un millón y se añaden armas de fuego a las manos desnudas, se convierta en un acto legalmente inocente? La doctrina era que no se podía considerar a alguien un criminal por cometer los típicos actos violentos en el transcurso de una guerra legítima. La edad de la                                                 

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expansión imperialista durante los siglos XVIII y XIX añadió la abyecta doctrina, contraria a las enseñanzas de los primeros sabios cristianos y los estudiosos de la Ley Internacional como Grocio, de que todas las guerras han de ser consideradas legítimas. La suma de estas dos doctrinas le dio a la provocación de una guerra una inmunidad completa frente a la ley.

Esto era intolerable en una edad que se llamó a sí misma civilizada. La gente corriente, con su terrenal sentido común, se rebeló contra esas ficciones y legalismos tan contrarios a los principios éticos y demandaron controles a las inmunidades de la guerra. Hombres de estado y juristas internacionales respondieron en primer lugar cautelosamente adoptando normas diseñadas para hacer la guerra más civilizada. La intención era fijar límites legales a la violencia que se podía ejercer tanto sobre población civil como sobre los combatientes.

El sentido común de los hombres tras la Primera Guerra Mundial demandaba, sin embargo, que la condena legal de la guerra llegara más lejos, y que la ley condenara no sólo las formas incivilizadas de llevar a cabo una guerra, sino también la provocación de cualquier manera de guerras incivilizadas- guerras de agresión. Los hombres de estado del mundo de nuevo sólo fueron tan lejos como se les forzó. Sus esfuerzos fueron tímidos y cautelosos y con frecuencia menos explícitos de lo que habría sido de esperar. Pero los años '20 hicieron ilegal la guerra de agresión.

Se pueden seguir claramente los pasos que llevaron al restablecimiento del principio de que hay guerras injustas y de que las guerras injustas son ilegales. Uno de los más significativos fue el Pacto Briand-Kelloggde 1928, por el que Alemania, Italia y Japón, junto a casi todas las naciones del mundo, renunciaron a la guerra como una política nacional clave, se comprometieron a buscar la resolución de disputas sólo por medios pacíficos, y condenaron el recurrir a la guerra para solucionar controversias internacionales. Este pacto alteró el status legal de una guerra de agresión. Como dijo el Sr. Stimson, Secretario de Estado de Estados Unidos en 1932, una guerra así "ya no es fuente ni objeto de derechos. Ya no es el principio alrededor del cual giran los deberes, conductas y derechos de las naciones. Es ilegal... Con ello hemos dejado obsoletos muchos precedentes legales y le hemos dado a los juristas la tarea de examinar muchos de sus códigos y tratados".


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