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Segundo Día: Miércoles, 21 de noviembre de 1945
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Para añadir burda crueldad, se recurrió a la ciencia. Los "indeseables" eran exterminados por medio de la inyección de drogas en la sangre, por asfixia en cámaras de gas. Se les disparaba con balas envenenadas para estudiar los efectos (L-103).

Entonces, alos experimentos crueles los nazis añadieron otros obscenos. No eran el trabajo de subordinados degenerados, sino de grandes mentes de alto rango en la conspiración nazi. El 20 de mayo de 1942, el Mariscal de Campo Milch autorizó al General de las SS Wolff a continuar en el campo de Dachaucon los llamados "experimentos fríos"; y cuatro mujeres gitanas fueronseleccionadas para ello. Himmler dio permiso para realizar estos "experimentos" también en otros campos (1617-PS). En Dachau, los informes del "doctor" responsable de los experimentos muestran que las víctimas eran sumergidas en agua fría hasta que su temperatura corporal bajaba a 26 grados centígrados(8,24 grados Fahrenheit), momento en el que morían inmediatamente (1618-PS.)Esto ocurrió en agosto                                                   

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de 1942. Pero la técnica del "doctor" mejoró. En febrero de 1942 pudo informar de que treinta personas fueron congeladas a entre 27 y 29 grados, con sus manos y pies blancos y helados, y "recalentados" con un baño caliente. Pero el triunfo científico nazi fue "recalentar con calor animal". La víctima, congelada mortalmente, era rodeada de los cuerpos de mujeres vivas hasta que revivía y respondía a su entorno manteniendo relaciones sexuales (1616-PS.) Aquí la degeneración nazi alcanzó su punto más bajo.

No me gusta llenar el acta con estos relatos morbosos, pero estamos realizando la cruel tarea de juzgar a hombres como criminales, y estas son las cosas que sus propios agentes dicen que ocurrieron. Les mostraremos esos campos de concentración en películas, tal y como los ejércitos Aliados los encontraron cuando llegaron, y las medidas que tuvo que adoptar el General Eisenhower para limpiarlos. Nuestras pruebas serán desagradables y ustedes dirán que no les voy a dejar dormir. Pero estas son las cosas que han revuelto el estómago del mundo y han hecho que cualquier persona civilizada actúe contra la Alemania nazi.

Alemania se convirtió en una vasta cámara de torturas. Los gritos de sus víctimas se oyeron por todo el mundo y estremecieron a las personas civilizadas de todo el mundo. Soy una de las personas que durante esta guerra recibió la mayoría de las historias sobre atrocidades con sospechas y escepticismo. Pero las pruebas son tan abrumadoras que me aventuro a predecir que nada de lo que he dicho será negado. Estos acusados sólo negarán su responsabilidad personal o su conocimiento.

Bajo las garras de la red más intricada de espionaje e intriga que haya creado ningún estado moderno, y con persecuciones y torturas de una clase que no se veía en el mundo desde hacía muchos siglos, los elementos de la población alemana que eran buenas personas y valientes fueron aniquilados. Los que eran buenas personas pero débiles fueron intimidados. La resistencia abierta, que nunca había sido nada más que débil y poco decidida, desapareció. Pero puedo decir felizmente que siempre existió resistencia, aunque se manifestó sólo en hechos como el fracasado intento de asesinar a Hitler el 20 de julio de 1944. Con la resistencia aplastada, los nazis tenían el Estado alemán en sus manos.

Pero los nazis no sólo silenciaron a las voces discordantes. Crearon controles positivos tan efectivos como los negativos. Los órganos de propaganda, en una escala nunca conocida, estimularon al partido y sus formaciones con un entusiasmo permanente y un desenfreno que nosotros, los demócratas, sólo podemos soportar durante unos pocos días antes de unas elecciones. Inculcaron y practicaron el Führerprinzip, que centralizaba el control del Partido y el Estado -controlado por el Partido- de las vidas y pensamiento del pueblo alemán, que está acostumbrado a mirar al Estado alemán, sin importar quién lo controle, con un misticismo incomprensible para mi pueblo.

Todos estos controles, desde su comienzo, fueron ejercidos con una energía y determinación sin parangón para poner a Alemania en pie de guerra. Mostraremos a partir de los propios documentos nazis su entrenamiento secreto de personal militar, su creación secreta de una fuerza aérea militar. Finalmente, se creó un ejército de reclutas. Financieros, economistas y empresarios de la industria se unieron al plan y promovieron elaboradas alteraciones en la industria y las finanzas para soportar una concentración sin precedentes de recursos y energías como preparativo para la guerra. El rearme de Alemania sobrepasó tanto a sus vecinos que en un año tenía fuerza como para aplastar toda la fuerza militar de la Europa continental, excluida Rusia, y empujar después a los ejércitos rusos hasta el Volga. Estos preparativos eran de una magnitud que sobrepasaba toda necesidad de defensa, y todos los acusados, y cualquier alemán inteligente, sabían bien que los fines eran agresivos.

Antes de lanzarse a una guerra de agresión abierta, los nazis llevaron a cabo algunos experimentos más bien cautelosos para poner a prueba el espíritu de resistencia de los que se cruzaban en su camino. Avanzaban sólo si otros retrocedían, y se mantenían en una posición en la que podían retirarse si se encontraban con un temperamento que hiciera peligrosa la insistencia.

El 7 de marzo de 1936 los nazis reocuparon Renania y procedieron a                                              

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fortificarla, violando así el Tratado de Versalles y los Pactos de Lucerna. No se encontraron con ninguna resistencia sólida y se atrevieron a dar el siguiente paso, que era la adquisición de Austria. A pesar de dar repetidas garantías de que Alemania no tenía ningún plan referido a Austria, se preparó la invasión. La amenaza de ataque forzó la renuncia de Schuschnigg como Canciller de Austria, permitiendo así que el acusado nazi Seyss-Inquart ocupara su puesto. Éste abrió inmediatamente la frontera e invitó a Hitler a invadir Austria "para mantener el orden". El 12 de marzo comenzó la invasión. Al día siguiente, Hitler se proclamó a sí mismo Jefe del Estado Austriaco, se hizo con el mando de sus fuerzas armadas, y se emitió una ley que anexionaba Austria a Alemania.

Las amenazas de agresión habían triunfado sin que se planteara resistencia. Sin embargo, los miedos empezaron a agitarse. Fueron adormecidos con una garantía al Gobierno Checoslovaco de que no se atacaría el país. Demostraremos que el Gobierno Nazi ya disponía entonces de planes detallados del ataque. Presentaremos los documentos con los que esos conspiradores planearon crear un incidente para justificar su ataque. Incluso consideraron asesinar a su propio embajador en Praga para crear un incidente suficientemente grave. Precipitaron una crisis diplomática que empeoró a lo largo del verano. Hitler fijó el 30 de septiembre como el día en que las tropas debían estar listas para la acción. Bajo la amenaza de la guerra inmediata, el Reino Unido y Francia firmaron un pacto con Alemania e Italia en Munich el 29 de septiembre de 1938 que obligaba a Checoslovaquia a ceder los Sudetes a Alemania. Se consumó con la ocupación alemana el 1 de octubre de 1938.

El Tratado de Munich prometía que no habría más agresiones contra Checoslovaquia, pero la promesa nazi se hizo a la ligera y se olvidó rápidamente. El 15 de marzo de 1939, desafiando el propio Tratado de Munich, los nazis ocuparon Bohemia y Moravia, que constituían la mayor parte de Checoslovaquia aún no cedida a Alemania. De nuevo Occidente asistió horrorizado a los hechos, pero tenía pavor a la guerra, no veía más remedio que la guerra, y esperaba contra toda esperanza que la fiebre expansionista nazi hubiera terminado. Pero el mundo nazi se emborrachó de estos éxitos sin resistencia en alianza abierta con Mussolini y encubierta con Franco. Después, tras firmar una engañosa y dilatoria paz con Rusia, los conspiradores entraron en la fase final de su plan para una nueva guerra.

No haré más larga esta sección detallando los pasos que condujeron ala guerra de agresión que comenzó con la invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939. Esta historia será expuesta ante ustedes por la Delegación Británica a partir de documentos, incluidos los del propio Estado Mayor Alemán. Los planes habían sido elaborados mucho antes. Ya en 1935 Hitler nombró al acusado Schacht "Comisionado General para la Economía de Guerra" (2261-PS). Tenemos el diario del General Jodl (1780-PS); el "Plan Otto", la orden de Hitlerde atacar Austria en caso de que los engaños fallaran (C-102); el"Plan Verde", que fue el diseño del ataque a Checoslovaquia (338-PS);el plan de la Guerra en Occidente (376-PS, 375-PS); la carta de Funk a Hitler del 25 de agosto de 1939 en la que detalla el largo camino de la preparación económica para la guerra (699-PS); la orden altamente secreta de movilización  de Keitel para 1939-40 indicando los pasos a seguir durante un "periodo de tensión", como fue descrito, durante el que no se declararía públicamente "ningún 'estado de guerra' incluso aunque se adoptaran medidas de guerra abierta contra el enemigo". Esta última orden (1699- PS) está en nuestro poder a pesar de una orden secreta del 16 de marzo de 1945, cuando las tropas Aliadas avanzaban hacia el corazón de Alemania, de quemar estos planes. También tenemos la orden de Hitler del 18de diciembre de 1940 de la "Contingencia Barbarroja", su nombre en clave,estableciendo la estrategia del ataque a Rusia. El original de ese plan incluyelas iniciales de los acusados Keitel y Jodl. Estaban planeando el ataquey planeándolo mucho antes de la declaración de guerra. Tenemosinformación detallada sobre el "Caso Blanco", el plan de ataque aPolonia (2327-PS). Ese ataque comenzó la guerra. El plan fue presentadopor Keitel el 3 de abril de 1939. El ataque no tuvo lugar hasta septiembre.Los pasos preparatorios del ataque fueron                                             

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dados por comandantes subordinados, uno de los cuales dio una orden el 14 de junio indicando que:
"El Comandante en Jefe de los Ejércitos ha ordenado la elaboración de un plan de acción contra Polonia que tenga en cuenta las demandas del liderazgo político de un comienzo de la guerra por sorpresa y de un éxito rápido... Declaro que es tarea de los Generales al Mando, los Comandantes de División y los Comandantes limitar lo más posible el número de personas que serán informadas y la amplitud de la información, y pido que se tomen todas las medidas adecuadas para evitar que personas ajenas obtengan información... 

La operación, para poder contrarrestar una correcta movilización y concentración polacas, ha de iniciarse por sorpresa con fuerzas que sean en su mayor parte blindadas y motorizadas, puestas en alerta cerca de la frontera. La superioridad inicial sobre los guardafronteras polacos y la sorpresa que con certeza es de esperar se han de mantener desplazando rápidamente otras partes del ejército y contraatacando el avance del ejército polaco...

Si el desarrollo de la situación política hace que no se pueda lograr la sorpresa al comienzo de la guerra, debido a buenas preparaciones para la defensa por parte del Ejército Polaco, el Comandante en Jefe del Ejército ordenará la apertura de hostilidades tan sólo tras reunir suficientes fuerzas adicionales. La base de todos los preparativos será sorprender al enemigo..." (2327-PS)

También tenemos la orden de ataque a Inglaterra, de nuevo con las iniciales de Keitel y Jodl. Es interesante que comience reconociendo que, aunque la posición militar británica es "desesperada", no muestran ninguna señal de rendición (442-PS).

No menos incriminadoras son las actas de las reuniones de Hitler con sus más estrechos colaboradores.

Ya el 5 de noviembre de 1937 Hitler le dijo a los acusados Goering, Raeder y Neurath, entre otros, que el rearme alemán se había cumplido prácticamente y que había decidido asegurarse por la fuerza, comenzando con un ataque relámpago contra Checoslovaquia y Austria, un mayor espacio vital para los alemanes en Europa no más tarde de 1943-1945, y quizás ya en 1938 (368-PS). El 23 de mayo de 1939, el Führer dijo a su mando que

"Es una cuestión de expandir nuestro espacio vital en el Este y asegurar nuestros suministros de alimentos por encima de la fertilidad natural, ya que la explotación alemana incrementará enormemente los excedentes.  

Por tanto no hay ninguna duda en atacar Polonia, hemos tomado esta decisión:

Atacar Polonia a la primera oportunidad.

No podemos esperar una repetición de la cuestión checa. Habrá guerra" (L-79).

El 22 de agosto de 1939, Hitler se dirigió de nuevo a miembros del Alto Mando, diciéndoles cuándo se ordenaría el comienzo de las operaciones militares. Reveló que con fines propagandísticos, provocaría una buena razón: "No supondrá ninguna diferencia", anunció, "el si esta razón sonará convincente o no. Después de todo, al vencedor no se le preguntará si decía la verdad o no. Tenemos que proceder brutalmente. El más fuerte siempre tiene la razón" (1014-PS). El 23 de noviembre de 1939, después de que los alemanes hubieran invadido Polonia, Hitler dio esta explicación: "Por primera vez en la Historia sólo tenemos que luchar en un frente. El otro frente está por el momento libre, pero nadie puede saber cuánto tiempo permanecerá así. He dudado durante mucho tiempo de si atacar en el Este y luego en el Oeste. Básicamente, no organicé las fuerzas armadas para que no atacaran. La decisión de atacar siempre fue mia. Quería resolver el problema tarde o temprano. Bajo presiones, se decidió que se atacaría primero el Este" (789-PS).

Conocemos las sangrientas consecuencias. Se provocaron incidentes fronterizos. Se hicieron                              

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demandas territoriales. Cuando Polonia rehusó, las fuerzas alemanas invadieron el 1 de septiembre de 1939. Se destruyó Varsovia; Polonia cayó. Los nazis, de acuerdo con sus planes, se movieron rápidamente para extender su agresión por Europa y hacerse con la ventaja de la sorpresa sobre sus vecinos no preparados. A pesar de repetidas garantías solemnes de intenciones pacíficas, invadieron Dinamarca y Noruega el 9 de abril de 1940; Bélgica, Holanda y Luxemburgo el 10 de mayo de 1940; Yugoslavia y Grecia el 6 de abril de 1941.

Como parte de la preparación nazi para la agresión contra Polonia y sus aliados, Alemania, el 23 de abril de 1939 había firmado un pacto de no agresión con la Rusia Soviética. Fue sólo un tratado dilatorio que Alemania tenía la intención de respetar sólo el tiempo necesario para preparar su violación. El 22 de junio de 1941, según planes largo tiempo madurados, los nazis lanzaron tropas sobre territorio soviético sin declaración de guerra. Toda Europa estaba en llamas.

Los planes nazis de agresión requerían el uso de aliados asiáticos, y los encontraron entre aquellos japoneses con los que compartían mentalidad y fines. Eran hermanos bajo la piel.

Himmler registró una conversación que tuvo el 31 de enero de 1939 con el General Oshima, embajador japonés en Berlín. Escribió

Además, (Oshima) había tenido éxito hasta ahora al enviar a diez rusos con bombas a través de la frontera caucásica. Estos rusos tenían como misión asesinar a Stalin. Otros cuantos rusos, a los que había también había enviado, habían sido fusilados en la frontera" (2195-PS).
El 27 de septiembre de 1940 los nazis firmaron una alianza militar y económica germano-italiano-japonesa de diez años por la que estas potencias acordaron "permanecer junto al resto y cooperar en sus esfuerzos en la Gran Asia Oriental y en las regiones de Europa respectivamente, donde es su principal fin establecer y mantener un nuevo orden".

El 5 de marzo de 1941 el acusado Keitel emitió una orden de alto secreto. Decía que "el Führer había ordenado instigar la participación activa de Japón en la guerra" y ordenaba que "el poder militar japonés ha de fortalecerse con la revelación de experiencias de guerra alemanas, y se ha de dar apoyo militar, económico y técnico". Se decía que el fin era aplastar a Inglaterra rápidamente, manteniendo así a Estados Unidos fuera de la guerra (C-75).

El 29 de marzo de 1941 Ribbentrop le dijo a Matsuoka, el Ministro de Exteriores japonés, que el ejército alemán estaba preparado para atacar a Rusia. Por su parte, Matsuoka volvió a asegurarle a Ribbentrop el cumplimiento de lo acordado en Extremo Oriente. Japón, informó, estaba actuando en ese momento como si no tuviera ningún interés en Singapur, pero "pretende atacar cuando llegue el momento adecuado" (1877-PS). En abril de 1941, Ribbentrop insistió a Matsuoka en la cuestión de la entrada de Japón en la guerra, que "aseguraría la victoria" y sería de más interés para Japón que para Alemania, dado que daría a Japón una oportunidad única de conseguir sus objetivos nacionales y jugar un papel de liderazgo en Extremo Oriente (1882-PS).

Las pruebas de este caso también demostrarán que los líderes deAlemania estaban planeando la guerra contra Estados Unidos desde el Atlántico, así como instigando a ella a su aliado del Pacífico. Un informe capturado del cuartel general de Führer, del 29 de octubre de 1940, pide cierta información sobre bases aéreas e informa además de que:

"En este momento el Führer está analizando la cuestión de la ocupación de las islas del Atlántico con la idea de la guerra contra América en una fecha posterior. Se enviarán las deliberaciones sobre el asunto"  (376-PS).
El 7 de diciembre de 1941, un día que como dijo el difunto Presidente Roosevelt "permanecerá en la memoria de la infamia", la victoria de la agresión alemana parecía segura. La Wehrmacht estaba a las puertas de Moscú. Tomando ventaja de la situación, y mientras sus plenipotenciarios ponían en marcha una acción diplomática de distracción en Washington,                                                   

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Japón, sin declaración de guerra, atacó traicioneramente a Estados Unidos en Pearl Harbour y las Filipinas. Se sucedieron rápidamente ataques a la Commonwealth y a Holanda en el Pacífico Suroeste. Estas agresiones fueron respondidas de la única forma con la que se las podía responder, con instantáneas declaraciones de guerra y con resistencia armada que creció lentamente durante muchos meses de situaciones adversas hasta que finalmente el Eje fue aplastado y se logró liberar a sus víctimas.

Señoría, voy a comenzar con los "Crímenes en el Transcurso de la Batalla", que es una cuestión bastante distinta. Quedan cinco minutos para la hora del receso. Sería muy conveniente para mi si está de acuerdo.

EL PRESIDENTE: Reanudaremos la sesión en 15 minutos.

(Se hizo un receso).

EL PRESIDENTE: El Tribunal ha de pedir que si se levanta la sesión durante quince minutos, los miembros de la defensa y demás personas estén en sus asientos tras quince minutos. Sr. Letrado Jackson, entiendo que desea continuar hasta las 5:15, momento en el que podrá concluir su discurso, ¿es así?

LETRADO JACKSON: Creo que será lo más adecuado.

EL PRESIDENTE: Sí, al Tribunal le gustará que sea así. 

LETRADO JACKSON: Con la venia, Señoría, pasaré a la cuestión de los "Crímenes en el Transcurso de la Batalla".


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