The Nizkor Project: En Memoria del Holocausto (Shoah)

Nuremberg, crimenes de guerra, crimenes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
12 de marzo a 22 de marzo de 1946

Octogésimo Quinto Día: Martes, 19 de marzo de 1946
(6 de 8)


[SIR DAVID MAXWELL FYFE continúa con el interrogatorio de Birger Dahlerus]

[Página 230]

EL PRESIDENTE: ¿Quiere algún otro miembro de la fiscalía interrogar al testigo?

Dr. Stahmer, ¿quiere volver a interrogar al testigo?

(El Dr. Stahmer indica que no).

Dr. HORN: Sr. Presidente, querría hacer una pregunta. ¿Me permite preguntar, sin que se me malinterprete, por qué no se podían leer estos nombres esta mañana, cuando el Dr. Stahmer los preguntó?

EL PRESIDENTE: ¿Por qué hace esa pregunta? ¿Qué tiene que ver con el caso de von Ribbentrop?

Dr. HORN: El testigo Dahlerus también fue aprobado para el acusado von Ribbentrop, y había acordado con el Dr. Stahmer ciertas preguntas. Estaba interesado en estas preguntas esta mañana, y también en la pregunta relativa a las personas que asistieron a esa reunión.

EL PRESIDENTE: El motivo por el que no se revelaron los nombres esta mañana fue que queríamos continuar con este juicio, y no considerábamos que fueran relevantes los nombres de estos caballeros. Pero dado que Sir David Maxwell Fyfe pidió que se revelaran para que no se pudiera dar a entender que se estaba intentando ocultar algo, el Tribunal ha permitido que se revelen.

[Página 231]

Dr. HORN: Gracias.

SEGUNDO INTERROGATORIO DE LA DEFENSA. DR. STAHMER:

P: Sr. Dahlerus, usted dijo esta mañana que el 23 de agosto Goering le llamó a Estocolmo, y que le dijo que la situación se había vuelto grave y que, por tanto, tenía que hablar con usted como fuera. ¿Le dijo la razón por la que consideraba grave la situación en ese momento?

R: No.

P: ¿Y usted no se lo preguntó?

R: No.

P: Usted fue entonces a Berlín el 24 y de inmediato se reunió con Goering. ¿Le dijo en esa ocasión Goering qué es lo que había hecho que la situación se volviera más grave?

R: No de manera clara.

P: ¿Qué le dijo del peligro? ¿En qué consistía la gravedad de la situación?

R: Indicó que el hecho de que la cuestión polaca no se hubiera resuelto y de que no hubiera indicios de que se fuera a resolver hacía grave la situación. También dijo que dependía enteramente de la actitud e iniciativa británicas el que se encontrara una solución.

P: Con esta respuesta supo usted entonces que Polonia estaba en peligro.

R: Sí.

P: ¿Transmitió usted entonces el 27 de agosto propuestas que tenían como principal objetivo la solución del problema polaco?

R: Sí.

P: En respuesta a mi pregunta sobre los hechos del 26 de septiembre, usted dijo esta mañana, según mis notas, que usted opinaba entonces que los planes de Hitler no estaban muy claros. Pero esta tarde usted habló de Goering. ¿Cómo explica esa diferencia en su respuesta?

R: En aquel momento tenía que suponer que los líderes del Gobierno Alemán cooperaban estrechamente entre ellos.

P: ¿Entonces usted concluyó eso en base a ese hecho? Usted también dijo antes que si hubiera sabido lo que sabe hoy, no habría intervenido. ¿Qué ha causado su cambio de opinión?

R: Los hechos revelados, principalmente a través del proceso de este Tribunal, así como los publicados.

P: ¿De qué hechos se trata?

R: Los incidentes que he citado, la declaración del 11 de abril, la del 23 de mayo y la del 22 de agosto.

P: ¿No dispone de más hechos?

R: Sí, pero esos son los puntos principales.

P: ¿Cuáles son los puntos menores? ¿Cuáles son sus otros recelos?

R: Lo vivido el 26 de septiembre de 1939, el discurso de Hitler del 6 de octubre de 1939, y varias declaraciones hechas desde entonces.

P: Si le he entendido bien, usted mencionó antes un accidente de avión que quería provocar Ribbentrop. ¿Lo dijo en serio realmente?

R: Bueno, corregí mi declaración para decir que suponía que se trataba de Ribbentrop, ya que se había mencionado su nombre un momento antes.

P: Tengo una pregunta más para el testigo. ¿Qué puede decirnos del mapa de Polonia que se acaba de mostrar, y que se dice que fue dibujado por Goering?

R: Tengo en mi poder el mapa original.

P: ¿Y qué explicación se le dio?

[Página 232]

R: Que era un territorio que tenía una mayoría de alemanes, y no de polacos.

P: ¿Cómo explica entonces la diferencia entre la oferta posterior y ese mapa?

R: Sólo se me ocurre que la cuestión no había sido tratada en detalle y que se habían hecho varias propuestas antes de que se presentara la propuesta definitiva.

EL PRESIDENTE: El testigo puede retirarse, y el Tribunal hará un descanso.

(Se hizo un receso)

EL PRESIDENTE: Sr. Juez Jackson, ¿continuará usted con su interrogatorio?

Sr. JUEZ JACKSON: Había supuesto, Señoría, que dado que el testimonio de Goering fue interrumpido para que declarara Dahlerus en base a que podría modificar parte de su interrogatorio, el Dr. Stahmer debería terminar con cualquier interrogatorio que aún tenga pendiente sobre este asunto con el testigo Dahlerus, antes de que yo finalice mi interrogatorio.

EL PRESIDENTE: Discúlpeme, sí. Dr. Stahmer, ¿va a hacerle usted al acusado Goering alguna pregunta surgida del testimonio del testigo Dahlerus?

Dr. STAHMER: No puedo hacerle esas preguntas hasta que no haya hablado con él, y considero por tanto aconsejable que el Juez Jackson continúe con su interrogatorio, y después del interrogatorio de la fiscalía, trataré estas preguntas.

EL PRESIDENTE: Dr. Stahmer, el Tribunal considera que debería estar preparado para continuar ahora. Fue usted quien pidió que se interpusiera el testimonio de Dahlerus, y Dahlerus era testigo suyo, no de la fiscalía, y por tanto es de suponer que usted sabía lo que Dahlerus iba a decir.

Dr. STAHMER: Entonces solicito que se me dé una oportunidad de tratar el asunto con el acusado.

EL PRESIDENTE: El Tribunal acaba de hacer un descanso de diez minutos.

Dr. STAHMER: No pude acabar con este asunto en ese breve periodo de tiempo.

EL PRESIDENTE: El Tribunal opina que debe hacer ahora estas preguntas y continuar con el interrogatorio. Si desea interrogar al acusado Goering sobre estos asuntos, debe hacerlo ahora.

Dr. STAHMER: Muy bien.

HERMANN WILHELM GOERING (continúa)

Dr. STAHMER:

P: Se ha mencionado antes un mapa que se supone que dibujó usted y que se encuentra en el libro del Sr. Dahlerus, y éste ha confirmado su autenticidad esta mañana al responder a una pregunta mía. Haré que le muestren este mapa, que se encuentra en la página 53 de su libro, y le pediré que lo explique.

R: En la conversación con Dahlerus que tuvo lugar la noche del 29 al 30 de agosto, creo que en el despacho del Führer, arranqué de un atlas un mapa con las prisas del momento y tracé con un lápiz rojo y con un lápiz, creo, azul o verde, las regiones, no las regiones que exigiríamos como ha afirmado la fiscalía, sino las regiones de Polonia en las que viven alemanes. Se puede ver claramente que el testigo Dahlerus opinaba lo mismo en el hecho de que repitió las mismas marcas en otro mapa y escribió lo siguiente, junto a la sección marcada: "Población alemana según Goering", y junto a la sección punteada: "Habitantes polacos según Goering".

[Página 233]

Después continúa escribiendo y traza fronteras: "Primera propuesta de frontera de Goering", que coincide con las marcas de las regiones de población alemana y polaca. Eso no era una propuesta de frontera, sino una separación de las dos poblaciones. Y después escribe: "Propuesta de Hitler". Esa es la única y correcta propuesta final comunicada a los polacos y al Gobierno Británico. Si se compara con mi mapa, se puede ver que está hecha más bien espontáneamente y a toda prisa, con un lápiz de dos colores, una delimitación muy superficial de regiones aproximadas en base a población, es decir, una en la que la mayoría son alemanes, y otra en la que la mayoría son polacos. Junto a esto, se dio al Sr. Dahlerus desde el principio, aunque sólo en líneas generales, la propuesta de frontera que después fue revisada para ser más exacta. Es la única en cuestión, la misma que fue publicada, que fue leída al Embajador Henderson, y, dado que Henderson no la entendió, de la que hice a Dahlerus informar por teléfono a la Embajada durante la noche para que la comprobaran al día siguiente.

P: ¿Puede por favor repetir la última frase? Creo que no se ha entendido.

R: He dicho que el destino del Corredor, tal y como se trazó aquí en base a la sugerencia de Hitler, fue la propuesta oficial que había elaborado el Führer, siendo la única persona que podía hacer propuestas definitivas. Es la misma propuesta que se leyó al Embajador Henderson, y como no la entendió, entregué la nota que se leyó a Henderson a Dahlerus para hacer que se la dictara, y así estar yo seguro de que el Embajador inglés la entendía en su totalidad.

Hacer esto fue, como ya he dicho, un enorme riesgo, ya que el Führer había prohibido que se hiciera pública esa información por el momento, y como ya he dicho, sólo yo podía arriesgarme. Pero por lo demás, por lo que respecta a mis marcas, muestran claramente lo que pone en el mapa: "Población alemana según Goering; población polaca según Goering". Pero fue sólo una aproximación hecha a toda prisa durante la noche, simplemente para informarle, en un mapa arrancado de un atlas.

P: El Sr. Dahlerus dijo que usted le llamó el 23 de agosto y le pidió que fuera a Berlín de inmediato porque la situación se había vuelto complicada. ¿Qué le hizo considerar que la situación era complicada?

R: Las declaraciones del Führer del 22 de agosto en el Obersalzberg me dejaron claro que la tensión había alcanzado la cúspide. El Führer había dicho que tendría que conseguir solucionar el problema si no era posible hacerlo por la vía diplomática. En aquel momento, dado que era simplemente un discurso sin debate, en presencia de los oficiales superiores de las secciones del ejército que se usarían en caso de guerra, yo, como oficial de más alto rango, me limité a decirle al Führer al final: "La Wehrmacht cumplirá con su deber. Por supuesto, la Wehrmacht tiene que cumplir con su deber, si se le llama a ello". Al mismo tiempo, sin embargo, quería hacer todo lo posible lo antes posible, ya que ahora ya se trataba de una cuestión de días, aún no se había mencionado ese día una fecha fija, el 25 ó el 26, como se decidió al principio, para intentar una vez más que hubiera negociaciones. Quería poder decirle al Führer, si esas negociaciones estaban en marcha exitosamente, que aún había posibilidades, u oportunidades, para una solución diplomática y política.

De ahí la coincidencia de hechos en la tarde del 22, el discurso del Führer y mi reacción inmediata, pedir que trajeran a Dahlerus de Estocolmo. Por supuesto, no le dije, y claro está, como alemán no podía decirle a él, un extranjero, y en especial no como oficial, que mis motivos se basaban en estos factores que he explicado. Ahora se exponen los hechos como si fuera imposible que en Alemania hubiera existido un concepto como el "asunto militar secreto" o "de alto secreto" en la política alemana y en la vida militar, como si hubiéramos estado obligados a dar a conocer todos los pasos dados en el ámbito militar y en política a la prensa extranjera

[Página 234]

de antemano. Señalo por tanto que por supuesto seguimos los mismos procedimientos aceptados en todos los demás países.

P: ¿Por qué gestionó usted las negociaciones personalmente, en lugar de gestionar las negociaciones el Ministerio de Exteriores?

R: Estaba interesado en conseguir, en la medida de lo posible, que esta cuestión se resolviera pacíficamente. El trabajo del Ministerio de Exteriores es oficial. Se estaba trabajando en esto allí de todas maneras, y de acuerdo con la política fijada por el Führer. Sólo podía hacer sentir mi influencia de una manera que fuera lo más directa posible y que no fuera expresamente oficial, porque no tenía el cargo oficial de Ministro de Exteriores para poder llevar a cabo una acción oficial por lo que respecta a los países extranjeros. En ese momento tenía claro que no se trataba de una cuestión de formalidades, sino de la manera más práctica y rápida de lograr algo. Si quería influir en el Führer, sólo podía hacerlo si tenía algo en mis manos, es decir, si podía decirle: bajo mi responsabilidad, pero con su conocimiento y sin comprometerle a usted ni a la política del Reich, estoy llevando a cabo negociaciones para, si las circunstancias lo permiten, crear una atmósfera que podrá facilitar las negociaciones oficiales hacia una solución pacífica.

Además, era un método más rápido.

P: Este hecho tan claro, que fue un paso personal dado por su parte que tenía lugar en paralelo a negociaciones diplomáticas oficiales, ¿es algo que también tenía claro el Gobierno Británico?

R: Deben haberlo tenido claro, porque toda la acción, que no era una negociación oficial, sólo tocó las negociaciones oficiales en uno o dos puntos, es decir, se solapó a éstas. Por ejemplo, la fase en la que el Embajador Henderson, en lugar de volver de inmediato a Berlín, se quedó uno o dos días en Londres para que primero de todo, a través del negociador oficioso Dahlerus, se explicara al Gobierno Británico el fundamento de estas intenciones, o de las negociaciones, o para explicar la nota, como podría llamarla; y una vez hecho eso, la preparación para el inicio de estas discusiones fue así mejorada. Y el que yo no fui el único honestamente convencido ese día de que se había dado un gran paso hacia una solución pacífica en ese momento, creo que fue el 28, está demostrado en el hecho de que la Embajada Británica opinaba lo mismo, como ha dicho muy claramente el Consejero de la Embajada, Sir Ogilvy Forbes. La situación no empeoró hasta el 29.

Durante todas estas negociaciones, no se trató, por lo que a mi respecta, de aislar Polonia y mantener a Inglaterra fuera del asunto, sino que se trataba más bien de una cuestión, dado que había surgido el problema del Corredor y de Danzig, de resolverlo pacíficamente, en la medida de lo posible en la línea de la solución de Munich. Ese fue mi objetivo hasta el último momento. Si se hubiera tratado tan sólo de apartar a Inglaterra del asunto, en primer lugar, la diplomacia inglesa se habría dado cuenta de eso de inmediato, ciertamente tenía suficiente preparación como para darse cuenta de eso. Sin embargo, entró en estas negociaciones. Y en segundo lugar, probablemente yo habría usado tácticas totalmente diferentes.

No estoy reconstruyendo los hechos. Estoy hablando de lo que realmente ocurrió esos días, de lo que yo pensaba y quería. La descripción dada hoy por el testigo Dahlerus y en su libro sobre sus conversaciones con el Führer no es en absoluto un relato veraz de la manera en que tuvieron lugar esas conversaciones. Sus descripciones son bastante subjetivas, ya que el Führer probablemente no habría participado durante mucho tiempo en esas conversaciones.

Hay otras interpretaciones subjetivas en el libro, que quizás no son esenciales, pero que han sido analizadas por el fiscal Sir David Maxwell Fyfe, como por ejemplo que entregué con mucho teatro a dos colaboradores dos espadas para que pudieran llevar a cabo acciones atrevidas con ellas. Uno de los que supuestamente recibió una espada de mis manos era mi Secretario de Estado

[Página 235]

Korner, un civil, no un soldado. Lo máximo que podría haberle dado es una plumana, ya que tenía que redactar decretos del Plan de Cuatro Años. La otra persona era mi jefe de personal, un Ministerialdirektor que tampoco era un soldado y que tampoco recibió ninguna condecoración militar, ya que su trabajo principal durante la guerra consistió exclusivamente en mantener en orden mi personal civil, no el militar, y garantizar el funcionamiento y avance de este trabajo. Para estos asuntos, estos caballeros no necesitaban ni una espada ni ninguna incitación a comportarse de una manera militar.


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