[an error occurred while processing this directive] Nuremberg, crimenes de guerra, crimes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
27 de febrero a 11 de marzo de 1946

Heptagésimo Octavo Día: Lunes, 11 de marzo de 1946
(4 de 12)


[El Sr. JUEZ JACKSON continúa con su interrogatorio del Mariscal de Campo Milch]

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P: Dieciocho días. ¿Cuánto tiempo llevó expulsar a Inglaterra del Continente, incluido el desastre de Dunquerque?

R: Creo que seis semanas.

P: ¿Cuánto tiempo hizo falta para acabar con Holanda y Bélgica?

R: Unos pocos días.

P: ¿Cuánto tiempo hizo falta para invadir Francia y tomar París?

R: Dos meses en total.

P: ¿Y cuánto se tardó en ocupar Dinamarca y hacerse con Noruega?

R: También poco tiempo. Para Dinamarca hizo falta poco tiempo porque Dinamarca se rindió de inmediato, y Noruega requirió unas pocas semanas.

P: Y usted declara, y quiere que este Tribunal considere que usted, como oficial, afirma que los oficiales no supieron de ningún preparativo previo a estos movimientos. ¿Es ese su testimonio como oficial?

R: Discúlpeme, no le he entendido.

P: Usted declaró que todo esto fueron movimientos que cogieron por sorpresa a los oficiales de la Luftwaffe. Usted dijo que se sorprendió de todos ellos.

R: Dije que me sorprendió el estallido de la guerra, porque al principio se trataba tan sólo de Polonia. Las otras acciones tuvieron lugar mucho después, y hubo más tiempo para prepararse para esta guerra.

P: Bien, con respecto a Polonia, no niega que Alemania estaba bien preparada para una guerra con Polonia. ¿O sí?

R: El poder de Alemania, comparado con el de Polonia, era más que suficiente. Al hablar de la preparación para la guerra en mi testimonio, me refería a un grado de preparación para entrar en una guerra mundial. Alemania no estaba preparada para eso en 1939.

P: Pero estaba preparada para la campaña que inició, ¿verdad?

R: Yo no lo diría. Diría que por supuesto tenía armamento, al igual que todas las naciones con fuerzas armadas. Nuestras fuerzas armadas estaban en alerta contra Polonia y, para sorpresa nuestra, demostraron ser suficientemente poderosas como para aplastar a Polonia en no mucho tiempo.

P: ¿Pone usted en duda o niega que en comparación con el resto de potencias del Continente Europeo, Alemania era la mejor preparada para la guerra el primer día de septiembre de 1939?

R: Creo que, teniendo todo en cuenta, la Fuerza Aérea Británica en aquel momento era más fuerte que la alemana.

P: Le he preguntado por las potencias continentales. ¿Pone usted en duda que Alemania estaba mucho mejor preparada para la guerra que todos sus vecinos?

R: Estoy convencido de que Francia y Polonia, de acuerdo con la fuerza de cada una, estaban tan bien preparadas para la guerra como Alemania. Tenían la ventaja de disponer de un tiempo mayor para armarse, mientras que Alemania sólo pudo comenzar a armarse cinco años antes del estallido de la guerra.

P: ¿Cuándo conoció a Hermann Goering?

R: Creo que en el año 1928.

P: ¿Qué era él entonces, qué cargo ejercía?

R: Por aquel entonces era miembro del Reichstag.

P: ¿Y qué hacía usted? ¿A qué se dedicaba?

R: Yo era entonces Director de la compañía alemana "Lufthansa", una compañía aérea civil.

P: ¿Mantuvo usted alguna conversación con Hermann Goering por aquel entonces sobre el uso de una Fuerza Aérea si el Partido Nazi llegaba al poder?

R: En aquel momento no. Fue mucho después.

P: ¿Cuándo habló de eso por primera vez con Goering?

R: Creo que Goering me habló de este asunto en 1932, cuando se elaboró un plan para hacerse con el Gobierno en 1932. Ya entonces se pensaba que los demás partidos formarían un Gobierno de coalición con los nacionalsocialistas. En esa ocasión, creo, Goering habló de la posibilidad, si

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llegaba a haber un Gobierno en el poder que incluyera a los nacionalsocialistas, de liberar a alemania de las restricciones de armamento.

P: Después de eso usted se hizo miembro del Partido Nazi, ¿verdad?

R: Me uní al Partido después de 1933. Cuando volví a ser oficial, mi afiliación caducó.

P: ¿Esperó a que se hicieran con el poder?

R: Sí.

P: ¿Recuerda una conversación que mantuvo con Hermann Goering el 28 de enero de 1933?

R: Sí.

P: ¿Y dónde tuvo lugar?

R: En mi piso.

P: ¿Vino él a verle?

R: Tenía invitados en mi casa esa noche, y llegó sin avisar porque quería hablar conmigo urgentemente.

P: ¿Podría relatarle al Tribunal la conversación que mantuvo con Goering en ese momento?

R: Me dijo que se había llegado a un acuerdo con todas las demás partes en cuestión para la formación de un gobierno de coalición con los nacionalsocialistas. El Presidente del Reich von Hindenburg había aceptado el nombramiento de Adolf Hitler como Canciller de este gobierno.

Me preguntó si estaría dispuesto a ofrecer mi colaboración en el Ministerio del Aire que se iba a crear. Propuse a otras dos personas en lugar de mi, explicando que no quería dejar mi Lufthansa. Goering las rechazó e insistió en que me pusiera a su disposición.

P: ¿Lo aceptó?

R: Le pedí que me permitiera meditar el asunto, y di mi consentimiento dependiendo de que Hitler insistiera en ello.

P: ¿Y bien, qué hizo Hitler?

R: Acepté el 30, después de que Hitler me hubiera dicho de nuevo que consideraba indispensables mis capacidades y conocimientos técnicos en el ámbito de la aviación.

P: ¿Así que el día que el Partido Nazi llegó al poder, usted asumió el trabajo de construir una fuerza aérea nazi?

R: No, no una fuerza aérea. El problema inmediato era la vinculación de todas las diversas secciones de aviación que existían por aquel entonces. Por ejemplo, había una compañía de transporte aéreo civil, o puede que hubiera dos. Estaban las industrias de aviación, las escuelas de entrenamiento de pilotos civiles, el servicio meteorológico, y creo que había varios institutos de investigación. Creo que esto cubre todo el campo de la aviación, pero no tenía nada que ver con una fuerza aérea.

P: Quizás podríamos decir que usted asumió el trabajo de convertir a Alemania en la potencia dominante en el aire.

R: No, no estoy de acuerdo con eso.

P: Expréselo con sus propias palabras. Díganos qué hizo, cuál era su objetivo al asumir este nuevo trabajo.

R: Mi primer objetivo era desarrollar las diversas secciones para crear un gran sistema de transporte aéreo.

P: Usted hizo entonces visitas a Francia e Inglaterra, y al volver informó a Hitler en persona, ¿verdad?

R: Sí.

P: Cuando volvió de Inglaterra, ¿avisó a Hitler de las acciones de Ribbentrop?

R: Sí.

P: ¿Qué le dijo a Hitler sobre las acciones de Ribbentrop en Inglaterra?

R: Que me había quedado con la impresión en Inglaterra de que von Ribbentrop era persona non grata.

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P: Cuando le interrogaron tras su captura, ¿declaró que le dijo a hitler que si no se deshacía rápido de Ribbentrop, iba a tener problemas con Inglaterra? ¿No es en líneas generales lo que le dijo a Hitler?

R: No recuerdo ahora las palabras exactas.

P: ¿Pero no es eso más o menos lo que dijo?

R: Yo opinaba que se debía enviar a Inglaterra a otro hombre para poder llegar a un entendimiento mutuo en política, de acuerdo con el deseo frecuentemente expresado por Hitler.

P: ¿Antes de hablar con Hitler de eso, lo habló con Goering?

R: ¿Con quién?

P: Con Goering.

R: ¿Del viaje? ¿O de qué?

P: De Ribbentrop.

R: No, no hablé de él con el Reichsmarshal.

P: ¿Se envió a algunos ingenieros a Rusia para inspeccionar la construcción de aviones allí, sus fábricas, instalaciones y toda esa clase de cosas?

R: Sí, correcto.

P: Se trataba de un grupo de ingenieros, y usted tuvo algo que ver con su envío allí, ¿verdad?

R: No, no tuve nada que ver con ese grupo. En aquel tiempo yo no controlaba la investigación técnica.

P: ¿Bajo el mando de quién estaban?

R: Bajo el mando del General Udet, que a su vez estaba a las órdenes del Reichsmarshal.

P: Y cuando volvieron, usted se enteró de que habían informado de que Rusia tenía mayores capacidades de construcción de motores de avión que todas las seis fábricas alemanas juntas, ¿verdad?

R: Sí, correcto.

P: ¿Qué orden dio Goering sobre revelar esa información, incluso al Führer?

R: Goering no creía entonces en que esa información fuera veraz. Lo sé por lo que me dijo el General Udet.

P: ¿No es cierto que usted dijo anteriormente a los interrogadores que Goering llamó derrotistas a estos expertos, les prohibió comunicar esa información a nadie, y les amenazó con mandarles a un campo de concentración si comunicaban esa información? ¿Es cierto que dijo esto o no?

R: Nunca lo dije de esa manera.

P: Bien, exprésese en sus propias palabras y díganos lo que dijo Goering sobre ese asunto.

R: En una fecha muy posterior, cuando surgió la cuestión de las cifras de armamento americanas, el Reichsmarshal me dijo: "Ahora usted también se va a volver un derrotista y va a creer esas grandes cifras". Le dije que ciertamente creía estas cifras, pero que eso no tenía nada que ver con el asunto ruso.

P: ¿Se llegó en algún momento a informar de esas cifras rusas a Hitler, al Reichstag o a comunicarlas de alguna manera al pueblo alemán?

R: ¿Las cifras rusas? No sabría decirlo. No tuve nada que ver con este asunto. Sin duda, las cifras americanas se comunicaron a Hitler, pero Hitler no las creyó.

P: Usted declaró el viernes, creo, que sabía que el comienzo de la guerra con Rusia supondría la aniquilación de Alemania. Le recuerdo esto, y es correcto, ¿no?

R: No la destrucción [NOTA: la palabra "aniquilación" dicha por Jackson fue traducida por el intérprete como "Zerstörung", "destrucción"], la derrota. Creo que dije aniquilación o derrota.

P: ¿Fue a ver al Reichsmarshal Goering para protestar contra la entrada en guerra con Rusia?

R: Sí.

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P: ¿Y Goering estaba de acuerdo con usted en que supondría la derrota de Alemania?

R: No, no estaba de acuerdo. Tenía que ser extremadamente cuidadoso en sus declaraciones debido a su relación con Hitler. Le expuse las razones de las dificultades de Alemania, y asintió. Sus palabras me dieron la impresión de que le había expuesto los mismos argumentos a Hitler, sin tener éxito.

P: En otras palabras, estaba de acuerdo con usted en que supondría la derrota de Alemania, pero no quería que se dijera a Hitler, ¿verdad?

R: No, yo no diría eso. Cuando dije que esto supondría la derrota de Alemania, estaba expresando la conclusión a la que llegué. Él simplemente dijo estar de acuerdo con que esa guerra se debería haber evitado a toda costa, y que acabaría siendo una desgracia para Alemania. Eso es la forma en la que se expresó. No usó la palabra "derrota" en relación a esto.

P: ¿La mencionó usted?

R: Dije que abrir un segundo frente contra un enemigo tan fuerte supondría la derrota de Alemania.

P: ¿Y dijo estar en desacuerdo con usted? ¿Discutió con usted por esto?

R: No, no discutió, simplemente se declaró opuesto a hacer algo, ya que lo veía imposible. Lo que nosotros pensáramos no supondría ninguna diferencia, y sólo daría a Hitler la impresión de que en la Luftwaffe éramos derrotistas.

P: ¿Y no hizo ningún otro intento de transmitir esta información, que usted pensaba que Alemania sería derrotada si entraba en guerra con Rusia, a Hitler o a algún otro oficial del Alto Mando?

R: Eso habría sido imposible para mi. No podía actuar en contra de las órdenes de mi oficial superior.

P: ¿El Reichsmarshal?

R: Sí, el Reichsmarshal.

P: Y que usted sepa, tras esta conversación con usted, nunca le reveló a Hitler esa información, que en su opinión la guerra acabaría en desastre.

R: Me dio la impresión de que había tratado anteriormente el tema con Hitler, pero sin el más mínimo éxito, porque con Hitler eso era imposible.

P: Bien, pero usted había estado en el extranjero al servicio de Hitler, y le informó, y él al parecer confiaba en usted, y le pregunto si Hermann Goering informó a Hitler de que usted, en base a su información, consideraba que era un desastre entrar en esa guerra.

R: Mis viajes no se hicieron por orden de Hitler. Se hicieron en respuesta a invitaciones hechas por gobiernos extranjeros a la Luftwaffe y por orden del Reichsmarshal. Consideré que debía informar personalmente a Hitler porque era consciente de la importancia de estos viajes y porque sin querer obtuve información política, aunque ciertamente, sin ser muy de mi agrado, ya que no me concernía como soldado.

P: ¿Le ordenó Goering hacer eso?

R: ¿Ir a ver a Hitler? Sí, Goering le habló de esto a Hitler, y Hitler me ordenó informarle a él en persona. Yo no dije: "Voy a ver a Hitler", pero recibí una orden del propio Hitler a tal efecto.

P: Y no le mandó a Hitler hasta que supo de qué iba usted a informarle.

R: No, él mismo...


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