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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
2 de febrero a 13 de febrero de 1946

Quincuagésimo Octavo Día: Miércoles, 13 de febrero de 1946
(19 de 19)


Es difícil decir si lo que los hitlerianos le hicieron a los prisioneros de guerra soviéticos en el llamado "Grosslazarett" de Slavuta, en la región de Kamenetsk-Podolsk, se debería considerar el límite de la vileza humana. Sea como sea, el exterminio de prisioneros de guerra soviéticos por parte de los hitlerianos en el "Grosslazarett" es una de las páginas más negras de los anales del crimen fascista.

Presento al Tribunal como prueba URSS 5 el informe de la Comisión Estatal Extraordinaria, y leeré ante el Tribunal varios fragmentos del informe, así como de los apéndices.

Tras expulsar a las hordas fascistas de la ciudad de Slavuta, unidades del Ejército Rojo descubrieron en el área militar restringida el lugar que los alemanes llamaban el "Grosslazarett" para prisioneros de guerra soviéticos. Se encontró a unos 500 hombres demacrados y gravemente enfermos en el "Lazareto". El interrogatorio de estos hombres y la investigación especial llevada a cabo por los expertos médico-forenses y por expertos del Instituto Central de Alimentos del Comisariado del Pueblo de Salud de la URSS, consiguieron una reconstrucción detallada del exterminio de un número inmenso de prisioneros de guerra soviéticos en esa atroz institución.

Encontrarán el fragmento que voy a citar en la página 153 del libro de documentos:

"En otoño de 1941, invasores fascistas alemanes ocuparon la ciudad de Slavuta, donde organizaron un "Lazareto" para oficiales y hombres heridos y enfermos del Ejército Rojo, con el nombre de 'Grosslazarett, Slavutu' ".
El "Lazareto" estaba a entre 1,5 y 2 kilómetros al sureste de Slavuta, y eran 10 edificios de piedra de tres pisos. Los hitlerianos cercaron estos edificios con una espesa alambrada. A lo largo de toda

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la valla de alambre espino y separadas diez metros se construyeron torres con ametralladoras, focos y guardias.

El personal administrativo, los doctores alemanes y los guardias del "Grosslazarett", estos últimos dirigidos por el Oficial al Mando, el Capitán Plank (después sustituido por el Mayor Pavlisk), el Vicecomandante Capitán Kronsdorfer, el Capitán Noe, el Cirujano Jefe Borbe y su ayudante el Dr. Sturm, el Sargento Mayor Ilseman y el Sargento Bekker, llevaron a cabo un exterminio masivo de prisioneros de guerra soviéticos imponiendo un régimen especial de hambre, hacinamiento y condiciones insalubres, por medio de torturas y asesinatos, privando a los enfermos y heridos de toda asistencia médica, y forzando a hombres completamente exhaustos a realizar trabajos pesados.

La Comisión Estatal Extraordinaria denomina al "Grosslazarett" el "Hospital de la Muerte". Citaré un breve fragmento de una sección así titulada. Está en la página 3 del original ruso, y en la página 153 del libro de documentos:

Las autoridades alemanas del "Grosslazarett" concentraron entre 15.000 y 18.000 prisioneros de guerra soviéticos heridos leve y gravemente junto a prisioneros que sufrían varias enfermedades contagiosas y no contagiosas.

Para reemplazar las filas de los muertos, se traían continuamente nuevos grupos de prisioneros de guerra enfermos y heridos. Durante el viaje, los prisioneros eran torturados, no les daban de comer y eran asesinados. Los hitlerianos sacaban cientos de cadáveres de cada vagón de los transportes a su llegada al "Lazareto".

Según los datos recibidos de la Comisión de Investigación, se sacaban entre 800 y 900 cadáveres de cada tren cuando se descargaba en un ramal ferroviario. Otro informe de la Comisión decía lo siguiente:

"Miles de prisioneros soviéticos morían en las marchas de hambre, sed, falta de cuidados, y debido a la salvaje ley de la porra de los guardias alemanes... Era una práctica habitual que los hitlerianos dieran la bienvenida a los grupos de prisioneros a las puertas del "Lazareto" con golpes de culatas de rifle y porras de goma, tras lo cual se privaba a los recién llegados de su calzado de cuero, ropa de abrigo y objetos personales".
En la sección siguiente, en la misma página, la Comisión Estatal informa de que oficiales médicos alemanes diseminaban enfermedades infecciosas deliberadamente entre los prisioneros de guerra en el "Lazareto":
"En el 'Grosslazarett' los oficiales médicos alemanes crearon artificalmente una increible situación de hacinamiento. Se obligaba a los prisioneros a mantenerse de pie pegados unos a otros; sucumbían al agotamiento, se desplomaban y morían".
Los fascistas recurrieron a varios métodos para reducir el espacio habitable en el "Lazareto". Un antiguo prisionero de guerra, I.Y. Chuazhev, informó de que:
"Los alemanes, disparando ametralladoras, reducían el espacio del suelo en el 'Lazareto', dado que los prisioneros, a la fuerza, se juntaban unos contra otros; después los hitlerianos empujaban dentro a más enfermos y heridos y cerraban la puerta".
La diseminación premeditada de enfermedades infecciosas en este campo de exterminio burlonamente denominado "Lazareto" se consiguió con medios extremadamente primitivos:
"Se ponía en el mismo bloque y la misma sala a pacientes que sufrían tifus, tuberculosis o disentería, y a heridos, tanto graves como leves".
En una sala destinada en condiciones normales a albergar no más de 400 pacientes, el número sólo de casos de tifus y tuberculosis ascendía a 1800.
"Nunca se limpiaban las salas. Los enfermos permanecían durante meses con la misma ropa interior con la que habían sido capturados. Dormían en tablas sin cubrir.

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Muchos estaban vestidos a medias, otros totalmente desnudos. Los edificios no tenían calefacción y las primitivas estufas que construían los prisioneros se caían a trozos. No había agua para lavarse, ni siquiera para beber. Como resultado de estas condiciones insalubres, el "hospital" estaba invadido por un número monstruoso de piojos".
La aniquilación por medio de la diseminación premeditada de enfermedades iba de la mano del hambre. La ración diaria de comida eran 250 gramos de un sucedáneo de pan y dos litros de la llamada "Balanda". La harina usada para el pan de los prisioneros de guerra enfermos y heridos se traía de Alemania. Se encontraron quince toneladas de harina en uno de los almacenes del "Lazareto". Los sacos de papel, envasados en una factoría y de 40 kilos cada uno, llevaban una etiqueta con la palabra "Spelmehl". Se llevaron muestras de este sucedáneo de harina para ser analizadas en el Instituto Central de Alimentos del Comisario del Pueblo de Salud Pública de la URSS.

Presento el documento que trata la aniquilación de los prisioneros de guerra soviéticos por parte de los hitlerianos en el "Grosslazaret" como prueba URSS 5(a). En las páginas 9, 10 y 11 de este documento el Tribunal puede ver la copia fotostática del informe del Instituto Central de Alimentos.

Este informe se elaboró en base a, por un lado, un análisis hecho por el Laboratorio Militar de Campaña, y por otro lado, un análisis llevado a cabo en el propio Instituto Central de Alimentos. Se cocieron panes de muestra con el sucedáneo de harina y con el sucedáneo de harina mezclado con un poco de harina de verdad. Parece que era imposible hornear un pan sólo con el sucedáneo de harina. El informe del Instituto dice así:

"Es evidente que el pan se hacía con la adición de una cierta cantidad de harina natural para ligar la masa. Una dieta basada en este supuesto 'pan', sin ningún otro alimento o producto alimenticio de pleno valor dietético, llevaba inevitablemente al hambre y la inanición aguda".
El análisis demostró que la "harina" no era más que paja muy triturada, aunque no finamente. Algunas partículas eran de entre 2 y 3 milímetros de longitud. Bajo el microscopio, en todos los campos de visión ópticos (según el informe) se descubrieron:
"junto con alimentos y fibras vegetales, pequeñísimas cantidades de granos de almidón que parecían granos de avena".
El Instituto llegó a la conclusión de que:
"El uso de este pan, debido a la acción irritante de la suave corteza, provocaba enfermedades del tracto digestivo".
Adelantándome un poco, querría informar de los resultados de las autopsias médico-forenses realizadas a 112 cadáveres exhumados del Área nº 1 y del examen externo de unos 500 cuerpos. En el primer caso, se demostró que la inanición causó la muerte de 96 víctimas. En el segundo caso, como se dice en las conclusiones (ver página 7) mencionadas en la prueba URSS 5(a):
"El hecho de que la inanición fue la causa fundamental de muerte en el campo de prisioneros fue probado igualmente por los resultados de los exámenes externos de unos 500 cadáveres cuando se reveló que la proporción de víctimas muertas por inanición aguda se aproximaba al 100 por cien".
Un poco más adelante en el mismo informe, en el apartado (g) del párrafo 5, los expertos, basándose en numerosos testigos, afirman que la dieta del "Grosslazarett" de Slavuta puede considerarse completamente inútil para el organismo humano. Cito:
"El pan contenía un 64 por ciento de serrín; la 'Balanda' se hacía con patatas podridas a las que se añadían restos de comida, heces de ratas, etc."
Los prisioneros de guerra que sobrevivieron a la tiranía de los verdugos de Hitler y vivieron para ver la liberación de Slavuta declararon, cito un fragmento de la página 4 de la prueba URSS 5, página 153 del libro de documentos:

[Página 340]

"En el 'Grosslazarett' observamos epidemias periódicas de una enfermedad misteriosa de carácter desconocido denominada 'paracólera' por los doctores alemanes. La aparición del 'paracólera' fue el resultado de bárbaros experimentos de los doctores alemanes. Estas epidemias desaparecían tan repentinamente como aparecían. La tasa de mortalidad del 'paracólera' era del 60-80 por ciento. Los médicos alemanes hicieron autopsias de los cuerpos de algunas de las víctimas, y nunca se admitió la participación en esas autopsias de ningún oficial médico ruso capturado".
En conclusión, se afirma en el apartado 8 del informe de los expertos médicos forenses (página 7 de la prueba URSS 5(a), página 159 del libro de documentos) que:
"No hay ninguna circunstancia objetiva que pueda justificar las condiciones en las que estaban alojados los prisioneros de guerra en el campo. Máxime teniendo en cuenta que detalladas investigaciones han revelado que había enormes cantidades de comida en los almacenes militares alemanes de Slavuta y que en los dispensarios militares había abundantes suministros médicos y vendas".
Entre el personal del "Grosslazarett" había un número considerable de personal médico. Sin embargo, según lo afirmado por la Comisión del Gobierno, los hombres y oficiales enfermos y heridos del Ejército Rojo no recibieron ni siquiera las atenciones médicas más básicas. ¿Y cómo se podría hablar de atención médica cuando el objetivo del "Grosslazarett" era completamente opuesto a dicha atención? La administración del "Grosslazarett" no sólo trató de destruir físicamente a los prisioneros de guerra, sino que además se propuso llenar los últimos días de los enfermos y heridos de sufrimiento y angustia.

Una parte de la declaración de la Comisión se titula "Tortura y ejecución de prisioneros de guerra soviéticos". Leeré ante el Tribunal un fragmento tomado de esta parte. Está en la página 4, prueba URSS 5, página 153 del libro de documentos:

"Los prisioneros de guerra soviéticos del 'Grosslazarett' fueron sometidos a torturas y tormentos, golpeados cuando se repartía la comida y de nuevo cuando iban a trabajar. Los asesinos fascistas ni siquiera dejaban tranquilos a los que agonizaban. El examen médico forense de los cuerpos exhumados reveló, entre un cierto número de cuerpos de prisioneros de guerra, el cadáver de un prisionero al que, en su agonía de muerte, habían herido en la ingle con un cuchillo. Le habían arrojado a la tumba aún vivo, con el cuchillo sobresaliendo de la herida, y después lo cubrieron de tierra.

Uno de los métodos de tortura masiva en el 'Lazareto' consistía en encerrar a los enfermos y heridos en una celda de detención, una sala sin calefacción y con suelo de cemento. Los prisioneros de esta celda no recibían comida durante días y muchos morían allí. Para agotar aún más a los prisioneros, los hitlerianos obligaban a los pacientes enfermos y debilitados a dar vueltas al edificio del 'Lazareto'. Los que no podían correr eran azotados casi hasta la muerte. Hubo muchos casos en los que los guardias alemanes asesinaron a prisioneros por diversión.

Un antiguo prisionero de guerra, Buchtichyuk, informó de cómo los alemanes tiraban intestinos de caballos muertos en la alambrada que rodeaba el interior del campo. Cuando los prisioneros enloquecidos por el hambre corrían hacia la alambrada, los guardias les disparaban con subfusiles. El testigo Kirsanov vio a un prisionero de guerra acuchillado con una bayoneta por sacar de la tierra una patata. Un antiguo prisionero de guerra, Shatalov, fue testigo ocular de la ejecución de un prisionero por su escolta simplemente por tratar de conseguir una segunda ración de 'Balanda'.

En febrero de 1942 Shatalov vio a un centinela herir a un prisionero que estaba rebuscando entre la basura restos de comida de la cocina del personal alemán; el herido fue llevado inmediatamente a una fosa, desnudado y ejecutado".

EL PRESIDENTE: Se levanta la sesión.

(Se levantó la sesión hasta el 14 de febrero de 1946 a las 10 horas)


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