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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
2 de febrero a 13 de febrero de 1946

Quincuagésimo Cuarto Día: Viernes, 8 de febrero de 1946
(18 de 22)


[Página 201]

CORONEL Y. V. POKROVSKY: Sr. Presidente, los discursos de apertura de los Fiscales Jefe nos han aclarado cómo la Alemania Fascista llevó a cabo la preparación ideológica para la guerra de agresión.

La relación entre la propaganda hitleriana y actos de agresión contra la paz también fue revelada en la declaración del fiscal jefe de la URSS. Si se me permite, citaré un breve fragmento del libro de Horst von Metzsch titulado "Krieg als Saat" (La Guerra como Semilla), publicado en Breslau en 1934. Dice lo siguiente:

"Es imposible concebir el movimiento nacionalsocialista sin la guerra: la gloria marcial alemana es su madre; su mejor mosquetero es su líder; y el fuerte espíritu de la guerra es su alma".
Eso no es simplemente una frase de un charlatán escritorzuelo fascista; es un programa lo que se está espetando. La guerra, y sólo la guerra, era considerada por los conspiradores hitlerianos el medio más efectivo para lograr los objetivos de su política exterior. Es por tanto natural que Alemania se convirtiera en una base armada y que fuera una amenaza constante para sus vecinos una vez los fascistas se hicieron con el poder en el país.

El Este fue el primer objetivo de los conspiradores fascistas.

Voy a citar un fragmento de "Mein Kampf". Este fragmento se encuentra en el Volumen I, página 1, del libro de documentos que se está entregando ahora al Tribunal, y está marcado en rojo. Hitler escribió ya en 1930 en "Mein Kampf":

"El movimiento hacia el Este continúa, incluso aunque se deba borrar a Rusia de la lista de potencias europeas" (página 732 de "Mein Kampf", edición de 1930).
Proclamando hipócritamente su amor por la paz y dando a sus vecinos garantías de su intención de vivir en paz con ellos, la Alemania hitleriana simplemente trató de ocultar sus siempre presentes y reales intenciones agresivas.

Los conspiradores firmaban alegremente cualquier acuerdo de arbitraje, no agresión, etc. Lo hacían no porque realmente buscaran la paz, sino con la única intención de esperar a un momento adecuado para dar el siguiente golpe traicionero e inducir en las naciones del mundo una falsa sensación de seguridad. Tras cometer alguno de sus actos agresivos planificados, trataban con aún mayor energía de convencer a todo el mundo de que a partir de entonces ya no tenían ningún plan de agresión. Una combinación de hipocresía y fraude, de traición y agresión, gobernó todo el sistema de la política exterior alemana.

Con una insolencia increíble los conspiradores fascistas quebrantaron todos sus tratados y acuerdos internacionales, incluidos los que directamente prohibían el uso de la guerra como solución de disputas internacionales. Ni una sola de las guerras provocadas por los hitlerianos puede clasificarse bajo el concepto de "guerra defensiva". En todos los casos los fascistas alemanes actuaron como agresores. Ellos mismos admitieron que no dudaban en recurrir a la provocación para tener una excusa para atacar a su próxima víctima en el momento más propicio.


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