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XIII: Conclusiones


Esquema de esta sección de la sentencia

13.1 Tengo la impresión de que las acusaciones presentadas contra el análisis histórico de Irving mienten en la esencia de lo que Lipstadt escribió sobre él en Denying the Holocaust . Propongo por tanto considerar en primer lugar si los Demandados han logrado demostrar su alegación de que, con lo que Irving ha escrito y dicho sobre el Tercer Reich, ha falsificado y malinterpretado las pruebas históricas.

13.2 Hay varios aspectos en esto. La falsificación y mala interpretación alegadas por los Demandados se refieren a (a) las críticas específicas individuales al análisis histórico de Irving que he analizado en la sección V; (b) su forma de hablar de Hitler, analizada en la sección VI; (c) sus afirmaciones en relación a Auschwitz, cubiertas en la sección VII y finalmente (d), el bombardeo de Dresde, estudiado en la sección XI.

13.3 La cuestión sobre la que tendré que decidir es si los Demandados han logrado demostrar la esencia de la verdad de su alegación que dice que Irving ha falsificado las pruebas históricas. En este punto debería repetir la advertencia expresada al comienzo de esta vista: la cuestión que he de estudiar es el trato dado por Irving a las pruebas disponibles. No es parte de mis funciones tratar de estudiar lo que realmente ocurrió durante el régimen nazi. La distinción puede ser sutil, pero es importante tenerla en mente.

13.4 Si la acusación de malinterpretación y falsificación de las pruebas históricas es demostrada, todavía queda la cuestión de si se hizo deliberadamente. Irving insiste correctamente en que los Demandados le han acusado de distorsionar deliberadamente las pruebas. Por su parte, los Demandados reconocen que les incumbe a ellos demostrar, según las normas habituales referidas a las pruebas, que la malinterpretación y falsificación se vieron motivadas por las creencias ideológicas o prejuicios de Irving. En este contexto, analizaré la alegación de Irving de que como mucho es culpable de cometer errores al manejar pruebas históricas. Como explicaré al analizar los motivos de Irving, también tendré en cuenta las pruebas referidas a declaraciones públicas de Irving en las que se dice que negó el Holocausto; las pruebas con las que los Demandados le acusan de antisemitismo y racismo y las pruebas de su supuesta asociación con la extrema derecha.

13.5 Esto deja únicamente las cuestiones que surgen de las visitas de Irving al Archivo de Moscú en 1992 para inspeccionar los diarios de Goebbels, sobre todo la cuestión de si Irving no respetó un acuerdo al que llegó con los rusos al llevarse placas del archivo y si puso las placas en peligro.

13.6 Finalmente, dependiendo de mis decisiones sobre los asuntos a los que me he referido, puede ser necesario analizar la relevancia, si la hay, de mis conclusiones sobre la defensa por justificación de las imputaciones hechas en Denying the Holocaust que los Demandados no hayan logrado o tratado de demostrar. También determinaré, si surge la necesidad, si los Demandados tienen derecho a lo previsto en la sección 5 de la Ley de Difamación.

La alegación de que Irving ha falsificado y malinterpretado pruebas históricas

Irving el historiador

13.7 Mi conclusión es que, como historiador militar , Irving ha de recibir elogios. Con sus trabajos de Historia Militar, Irving ha realizado investigaciones exhaustivas en archivos. Ha descubierto y hecho públicos para los historiadores y otras personas muchos documentos que, sin sus esfuerzos, habrían permanecido desconocidos durante años. Quedó claro por la forma en que llevó su caso y se enfrentó a un interrogatorio profundo y bien preparado que su conocimiento de la Segunda Guerra Mundial no tiene parangón. Su maestría en los detalles de los documentos históricos es remarcable. Sin lugar a dudas, tiene grandes capacidades y es inteligente. Fue invariablemente rápido al señalar la importancia de documentos que no había visto antes. Más aún, escribe su Historia Militar con un estilo vívido y claro. Acepto las evaluaciones favorables hechas por el Profesor Watt y Sir John Keegan sobre el nivel de la Historia Militar de Irving (mencionadas en el párrafo 3.4) y rechazo como demasiado radical la evaluación negativa de Evans (citadas en el párrafo 3.5).

13.8 Pero las cuestiones que ha planteado esta causa no se refieren a la calidad de la Historia Militar de Irving, sino a la forma en que ha escrito sobre la actitud adoptada por Hitler hacia los judíos y en particular sobre su responsabilidad en el destino que sufrieron bajo el régimen nazi.

Las críticas historiográficas específicas a Irving

13.9 Como se ve en la sección V, los Demandados han seleccionado diecinueve ejemplos en los que alegan que Irving ha distorsionado las pruebas de una forma u otra. Habiendo considerado los argumentos, que he resumido hasta cierto punto, he llegado a la conclusión de que las críticas hechas por los Demandados tienen casi invariablemente una demostración real. Acepto que en la mayoría de los casos citados por los Demandados, Irving, por la razón que sea (y analizaré más tarde la cuestión de los motivos de Irving), ha malinterpretado significativamente lo que las pruebas, objetivamente examinadas, revelan.

13.10 Aunque no es de ninguna forma una consideración concluyente, es correcto que tenga en cuenta que las críticas hechas por los Demandados al análisis historiográfico de Irving se ven apoyadas por el testimonio de historiadores del más alto nivel. Se exponen (junto a muchas otras críticas similares que los Demandados no han presentado en las alegaciones de esta causa) en el meticuloso informe escrito de Evans, que es también un historiador destacado. Durante su prolongado interrogatorio, Evans justificó todas y cada una de las críticas que los Demandados escogieron para presentar su caso. En varios casos sus críticas se vieron apoyadas por los otros expertos de los Demandados, van Pelt, Browning y Longerich. Acepto que cada uno de ellos tienen unos grandes conocimientos en este campo. Tomo nota del hecho de que los testigos expertos que fueron citados por Irving para declarar en su defensa no discutieron en sus testimonios la validez de los puntos planteados por Evans; ni trataron de apoyar o justificar la descripción hecha por Irving de Hitler.

13.11 Aunque tenga en cuenta la postura de los testigos que han hablado sobre las críticas hechas a Irving como historiador, he de llegar a mi propia evaluación de las pruebas referidas a los diecinueve ejemplos planteados por los Demandados. Al hacerlo, tengo presente que muchos de los documentos que tendré que analizar fueron escogidos por el propio Irving porque demuestran, según él, que Hitler era un amigo de los judíos. Habiendo expuesto los argumentos extensamente en la sección V, puedo expresar mis conclusiones más sucintamente de lo habitual. Aunque no trataré de enfrentarme a cada argumento que se ha presentado, indicaré en cada caso las razones por las que he concluido que Irving ha malinterpretado las pruebas.

El juicio a Hitler de 1924 (párrafos 5.17-28)

13.12 Considero que está demostrado que en Goering, y en menor medida en Hitler's War, Irving no interpreta correctamente el papel de Hitler en el putsch . Las pruebas no demuestran que Hitler estuviera tratando de mantener el orden. Irving presenta el incidente en el que se castiga al ex-teniente del Ejército de una forma en la que se presenta a Hitler comportándose de forma responsable. Pero las pruebas sobre el papel de Hitler en el putcsh sugieren otra cosa. Irving debería haber visto que la vinculación de Hofmann con Hitler hacía que su testimonio no fuera fiable.

Estadísticas de delincuencia en Berlín en 1932 (párrafos 5.29-36)

13.13 En mi opinión, es válido criticar a Irving porque decidió citar, sin calificarlas, las declaraciones de Daluege, un nazi reconocido, según las cuales en 1930 una grandísima parte de los delitos de fraude fueron cometidos por judíos. La entusiasta pertenencia de Daluege al partido nazi, junto a sus actividades en el Frente Oriental durante la guerra, deberían haber llevado a Irving a dudar de cualquier declaración suya referida a los judíos. Aunque reconozco los problemas de Irving para poder acceder a documentos de los archivos alemanes, no considero que existan documentos que justifiquen que Irving citara sin reservas las afirmaciones de Daluege.

Los hechos de la Kristallnacht (párrafos 5.37-72)

13.14 Fue, creo, algo reconocido por ambas partes que la Kristallnacht marcó un momento clave en la evolución de la actitud de los nazis hacia los judíos y su forma de tratarlos. Fue la primera ocasión en la que se dio una destrucción masiva de propiedades judías, y violencia sin control dirigida contra judíos, en toda Alemania. Como historiador del régimen nazi, era por tanto importante para Irving analizar con cuidado las pruebas referidas a cómo surgió aquella violencia y al papel jugado por Hitler.

13.15 Irving dio a entender a los lectores del relato de los hechos del 9 y 10 de noviembre de 1938 incluido en Goebbels que Hitler no tuvo ninguna responsabilidad en el comienzo del pogrom y que, una vez que se enteró, reaccionó airadamente e intervino para detener la violencia. Acepto el testimonio de Evans y Longerich según el cual esto malinterpreta seriamente las pruebas disponibles.

13.16 La intención de Irving de culpar únicamente del pogrom a Goebbels se aleja completamente de las pruebas documentales. El diario de Goebbels del 9 de noviembre, el telegrama enviado por Muller a las 23:55 aquella noche y el mensaje enviado por Bohmcker sugieren que Hitler conocía y aprobaba los ataques antijudíos. Dada la importancia de los hechos de la Kristallnacht, un historiador objetivo en mi opinión desestimaría la idea de que se mantuvo a Hitler en la ignorancia de los hechos hasta que estuvieron muy avanzados. Pero Irving presta poca atención a las pruebas que implican a Hitler. Da un relato parcial del texto del diario de Goebbels que lleva al error. No puedo aceptar la explicación de Irving de su omisión del telegrama de Muller y el mensaje de Bohmcker, principalmente el que sean de poca importancia, ya que ambos demuestran la tesis de que Hitler conocía y aprobaba la violencia. Irving también omite referirse a las declaraciones contenidas en el informe de la investigación interna del partido sobre los hechos de la Kristallnacht según las cuales Goebbels había dicho en su discurso en el Antiguo Ayuntamiento que se había informado a Hitler de los incendios de tiendas judías y sinagogas y que había decidido que continuaran esas acciones espontáneas.

13.17 El relato de Irving de la reacción de Hitler tras conocer (por primera vez, según Irving) lo que estaba ocurriendo depende grandemente de lo que le dijeron a Irving los adjuntos a Hitler muchos años después de los hechos. Aunque se ha de reconocer el esfuerzo de Irving de buscar y entrevistar a estos testigos, en mi opinión está clara la alegación de los Demandados que dice que Irving no estudia críticamente su uso de esos testimonios, en especial cuando contradicen documentos de la época. No sugiero que Irving debería haber desestimado de un plumazo los testimonios obtenidos de Bruckner, Schaub, von Below, Hederich y Futkammer. Pero en mi opinión, debería haber estudiado sus declaraciones con un escepticismo considerable y rechazarlos cuando entraran en conflicto con las pruebas de documentos de la época sobre antes y después de la 1 a.m. del 10 de noviembre. Esas pruebas documentales no concuerdan, como debería haber visto Irving, con la noción de que Hitler se enfadó cuando supo por primera vez de la destrucción de propiedades judías que estaba teniendo lugar. Escribir, como hizo Irving, que Hitler "no era consciente en absoluto de lo que Goebbels había hecho" es desde mi punto de vista una tergiversación de las pruebas.

13.18 Considero que el relato dado por Irving de la actuación de los líderes nazis durante la noche del 9 al 10 de noviembre tergiversa las pruebas. La interpretación de Irving en la página 276 de Goebbels, y en su testimonio en esta causa, del teletipo enviado por Heydrich a la 1:20 a.m. del 10 de noviembre es errónea. Los términos del teletipo demuestran, en mi opinión, que Heydrich no trataba de proteger las propiedades judías, sino que estaba autorizando la continuación de la destrucción, salvo en determinadas circunstancias muy concretas. De forma similar, acepto las pruebas aportadas por Evans para demostrar que el teletipo enviado por Hess a las 2:56 a.m. del 10 de noviembre (del que se sabe que provino de Hitler) no era una orden general de "detener la locura", sino de detener los incendios de tiendas judías y similares, permitiendo así que continuaran otros actos de destrucción y que se incendiaran hogares judíos y sinagogas. Más aún, Irving debería haber dudado de la afirmación de Wiedemann de que Goebbels dedicó la mayor parte de la noche a hacer llamadas telefónicas para detener los excesos más violentos. La afirmación de que durante esa noche Hitler hizo todo lo que pudo para evitar la violencia contra los judíos y sus propiedades se basa en mi opinión en malinterpretaciones, tergiversaciones y omisiones de pruebas documentales.

Los hechos posteriores a la Kristallnacht (párrafos 5.73-89)

13.19 A pesar de los argumentos de Irving, no he podido encontrar ninguna prueba de que Goebbels estuviera inquieto cuando fue a ver a Hitler en la mañana del 10 de noviembre. Considero que no concuerda con las pruebas de lo que Hitler había ordenado durante la noche anterior. El texto del diario de Goebbels sobre esta reunión con Hitler en el Osteria es una clara prueba de la aprobación del pogrom por parte de Hitler. Irving cita muy adecuadamente el texto, pero a continuación de la cita afirma categóricamente que Goebbels estaba mintiendo en su diario acerca de la aprobación de Hitler. No acepto que las pruebas disponibles justifiquen la desestimación por parte de Irving de este texto del diario de Goebbels.

13.20 Acepto las pruebas presentadas por Evans de que el relato de Irving de la investigación sobre los hechos de la Kristallnacht y la acción disciplinaria llevada a cabo posteriormente lamentablemente no consigue mostrarle a sus lectores lo mucho que tuvo de encubrimiento. He resumido en los párrafos 5.79 y 5.80 las pruebas sobre la breve investigación y la irrisoria e inadecuada acción disciplinaria llevada a cabo. Irving, en Goebbels, ignora estas deficiencias.

La expulsión de los judíos de Berlín en 1941 (párrafos 5.90-110)

13.21 Los Demandados hacen dos críticas al tratamiento dado por Irving a las notas tomadas por Himmler sobre su conversación con Heydrich el 30 de noviembre de 1941. En mi opinión ambas críticas están justificadas. La primera es que Irving se equivocó al afirmar que la orden Keine liquidierung (no liquidar) tenía como objetivo que se aplicara a los judíos en general. Irving reconoció que la inclusión en las notas de Himmler de las palabras "aus Berlin " son una prueba clara de que la orden se refiere sólo a los judíos deportados de Berlín, y no a los de otros lugares. Tras algunas evasivas durante el juicio, Irving también reconoció que se equivocó cuando leyó Judentransport (en singular) como un término que se refería a los transportes de judíos (en plural). La segunda crítica (que es más importante para los fines de este caso) es que Irving se equivoca cuando dice que la orden de no liquidar a los judíos de ese transporte procedía de Hitler. No hay pruebas de que Hitler "convocara" a Himmler a su cuartel general y le "obligara" a telefonear a Heydrich una orden de que no se liquidara a los judíos.

13.22 Aunque acepto que un historiador tiene derecho a especular, debe dejarle claro al lector en qué momento está especulando en lugar de recitando hechos demostrados. En Hitler's War  (edición de 1977) Irving presenta las notas de Himmler como "pruebas incontrovertibles" de que Hitler emitió una orden general que prohibía la liquidación de judíos. Las declaraciones de Wisliceny y Greiser, no mencionadas por Irving, apoyan el punto de vista según el cual Hitler fue cómplice de la deportación y asesinato de judíos en 1941. No acepto el argumento de Irving que dice que la orden a Jeckeln de ir a Berlín y la referencia en el diario de Himmler el 4 de diciembre de 1941 a "directrices" prueben que es razonable deducir que había una prohibición general del asesinato de todos los judíos de Europa en vigor en aquel momento.

13.23 Con respecto a las notas de Himmler del 1 de diciembre de 1941, es difícil descifrar su letra. Irving dijo que esa fue la razón por la que se confundió y leyó "haben" como "Juden ". Sea como sea, Irving reconoció que tergiversó este documento. No acepto que este error sea banal: si ordenara que se dejara a los judíos donde estaban, lejos de sufrir daño, habría dado protección a un gran número de judíos cuyas vidas estaban en peligro si eran trasladados. Pero, como reconoce Irving, eso no era lo que Himmler estaba ordenando.

El fusilamiento de los judíos en Riga (párrafos 5.111-122)

13.24 Un historiador objetivo está obligado a ser imparcial en su estudio de pruebas históricas: no puede escoger sin unas razones adecuadas. Considero que está justificada la queja de los Demandados de que Irving no fue imparcial en el tratamiento que dio en Hitler's War al testimonio del General Bruns sobre el fusilamiento de miles de judíos en Riga. Irving parece aceptar sin dudar esa parte del testimonio de Bruns en la que dice que Altemeyer le dio una orden que prohibía que en el futuro tuvieran lugar fusilamientos masivos. Por otro lado, Irving no tiene en cuenta el hecho de que, según Bruns, eran sólo los fusilamientos "a esa escala" los que no iban a tener lugar en el futuro (se fusiló a un total de 5.000 judíos en Riga el 30 de noviembre de 1941). E Irving tampoco menciona que la orden al parecer decía que los fusilamientos debían tener lugar "más discretamente". En otras palabras, los fusilamientos iban a continuar. Además, Irving ignora la anterior referencia a Altemeyer hecha por Brun hablando de una orden según la cual los judíos de Berlín debían ser fusilados según órdenes de Hitler. Mi conclusión es que en este punto Irving ha tergiversado el sentido del testimonio de Bruns. No me convenció la explicación dada por Irving de su tratamiento de estas pruebas.

13.25 Hay otra crítica relacionada hecha por los Demandados en relación al fusilamiento de Riga, principalmente que Irving suprimió el testimonio de la viuda de Schultz-Dubois sobre la reacción de Hitler a una protesta por el fusilamiento. No me parecen satisfactorias las pruebas de esta crítica. En primer lugar, las pruebas no me convencen de que en aquel momento Irving conociera el testimonio de Frau Schultz-Dubois: declaró que no había leído el párrafo relevante del libro del Profesor Fleming. En segundo lugar, considero que las características de la prueba son tales que Irving tenía que descartarla: era un testimonio de tercera mano y procedía del Almirante Canaris, que era antinazi y no era amigo de Hitler.

Los puntos de vista de Hitler sobre la cuestión judía (párrafos 5.123-150)

13.26 Considero que las alegaciones de Irving en este punto tienen un aire de irrealidad que las distingue. Ambas partes reconocen que, hasta la última parte de 1941, la solución al problema judío que prefería Hitler era la deportación masiva. Los Demandados alegan, sin embargo, que desde finales de 1941 la política que Hitler conocía y aprobaba era el exterminio de judíos en gran número. Irving, por otra parte, alegó que Hitler siguió siendo amigo de los judíos hasta al menos octubre de 1943. La irrealidad de la afirmación de Irving, según la veo, se deriva de su insistencia en esa afirmación, a pesar de reconocer durante esta vista que las pruebas demuestran que Hitler conocía y aprobaba el fusilamiento masivo de judíos en el Este y que posteriormente fue cómplice en el gaseamiento de cientos de miles de judíos en los campos Reinhard y otros.

13.27 Las pruebas demuestran sin ninguna duda (y parece que Irving no lo discute) que Hitler era fanáticamente antisemita desde el principio. Habló, en su famoso discurso del 30 de enero de 1939 y en otras ocasiones, empleando los términos más siniestros y amenazadores, sobre el destino que aguardaba a los judíos: eran un bacilo que tenía que ser destruido. Los Demandados no sugieren que en los años '30 se entienda que Hitler hablara de genocidio. Pero, según los Demandados, la postura cambió a finales de 1941. No me convencen los vigorosos esfuerzos de Irving para refutar la siniestra interpretación hecha por los Demandados sobre las declaraciones hechas por Hitler sobre la cuestión judía desde finales de 1941.

13.28 No me propongo llegar a conclusiones individuales sobre las críticas de los Demandados al tratamiento dado por Irving a esas declaraciones de Hitler. Las he resumido, junto a las alegaciones de las partes sobre ellas, en los párrafos 5.125-136. La mayoría de los argumentos se referían a cuestiones de traducción. No me ayuda mucho la discusión sobre cómo se han de traducir palabras como ausrotten, vernichten, abschaffen, umsiedeln y abtransportieren . Creo que Irving aceptó el argumento de los expertos de los Demandados que dice que los nazis recurrían con frecuencia a eufemismos y lenguaje en clave al hablar de soluciones radicales a la cuestión judía. Por esta y otras razones, las partes reconocieron que todo depende del contexto.

13.29 Desde mi punto de vista, analizar el contexto obliga a un historiador objetivo a tener en cuenta cuestiones como el historial de antisemitismo de Hitler; la importancia en la ideología nazi del logro de la pureza racial; los ataques a judíos y sus propiedades antes del estallido de la guerra;  la política de deportación de judíos y el programa sistemático, aprobado por Hitler, de fusilamiento de judíos en el Este. Considerando esto, concluyo que la mayoría, si no todas, de las declaraciones de Hitler presentadas por los Demandados tienen las connotaciones siniestras que ellos les dan. Por poner un ejemplo, cuando Frank dijo el 16 de diciembre de 1941 que en Berlín le habían dicho "liquiden [a los judíos] ustedes mismos", concluyo que las pruebas demuestran claramente que estaba hablando de lo que Hitler había dicho a los Gauleiter el 12 de diciembre y que Hitler había dado órdenes de liquidar a los judíos. Eso es después de todo lo que las pruebas sugieren que ocurrió en una escala cada vez mayor en los siguientes meses. La alegación de Irving de que Frank le estaba diciendo a su público lo que le había dicho a las autoridades de Berlín (y no a la inversa) me parece totalmente insostenible.

13.30 Como he dejado registrado en los párrafos 5.137 y 5.138, Irving presentó otra "cadena de documentos" para demostrar su alegación de que la actitud de Hitler hacia la cuestión judía era la de simpatizar con ellos y protegerlos. Acepto que en algunos casos, en particular en los primeros años, Hitler intervino en favor de los judíos (normalmente individuos o grupos identificados). Reconozco también (como ya he dicho) que hasta 1941 Hitler favoreció la deportación de judíos. Pero destaco que pocos documentos de esta cadena son de después de otoño de 1941. Los que lo son, son como mínimo equívocos. Me parece retorcido interpretar que la comprometedora carta de Himmler a Berger del 28 de julio de 1942 se refiere a deportación. La consideración objetiva de ese documento sugiere claramente que la responsabilidad que según Himmler le había confiado Hitler era la puesta en práctica de la política de exterminio de judíos. Acepto la conclusión de Evans, que la cadena de documentos sirve de poco para justificar o excusar la forma que tiene Irving de plantear los puntos de vista de Hitler sobre la cuestión judía.

13.31 Concluyo que los Demandados han demostrado su alegación, que Irving ha tergiversado seriamente los puntos de vista de Hitler sobre la cuestión judía. Lo ha hecho en algunos casos malinterpretando y traduciendo incorrectamente documentos, y en otros omitiendo documentos o parte de ellos. Como resultado, el cuadro que muestra a sus lectores sobre Hitler y su actitud hacia los judíos no concuerda con las pruebas.

Las fechas de la "Solución Final" al problema judío: la nota Schlegelberger

13.32 En mi opinión, el tratamiento que da Irving a la nota Schlegelberger y la importancia que le da exponen con claridad la calidad de su análisis histórico.

13.33 Hay que tener presente que la nota no tiene fecha ni firma. Es un rumor, en el sentido de que su autor está dejando por escrito lo que Lammers afirma que le dijo Hitler. Es una Abschrift   (copia), y no un documento original. Tiene una serie de características insatisfactorias que pueden llevar a dudar de su autenticidad. No hay pruebas claras del contexto en el que se creó la nota. Pero Irving considera que la nota, citando sus propias palabras, es "un documento de la categoría de un diamante". Según Irving, la nota demuestra que Hitler deseaba que se pospusiera la cuestión judía hasta el final de la guerra. Por tanto, es el eje de su argumento según el cual Hitler era amigo de los judíos. La cuestión es si es una conclusión a la que podría haber llegado un historiador objetivo de forma sensata, teniendo en cuenta las circunstancias del contexto.

13.34 No dedicaré tiempo a discutir la cuestión de si el documento es de 1941 (en cuyo caso sería un documento sin ningún valor a destacar, dado que en aquel tiempo Hilter opinaba que los judíos debían ser deportados a su debido tiempo) o de 1942, dado que Evans estuvo dispuesto a aceptar que la última fecha fuera la correcta.

13.35 Asumiendo que la nota es un documento de 1942, considero que, a la luz de todas las circunstancias y los hechos posteriores, es (como mínimo) muy dudoso que la nota Schlegelberger sea prueba del deseo de Hitler de posponer la cuestión judía hasta después de la guerra, es decir, no realizar ninguna acción ofensiva contra ellos de ningún tipo hasta el cese de las hostilidades. No creo que Irving haya logrado dar una respuesta satisfactoria a la pregunta de los Demandados: por qué Hitler iba a decidir de repente en marzo de 1942 detener un proceso que había estado teniendo lugar con su autorización a escala masiva durante al menos seis meses. Considero que, por las razones planteadas por Evans, es al menos igualmente probable que la nota se refiera a los complejos problemas surgidos de la cuestión del tratamiento de los medio judíos (mischlinge). Es de destacar que las pruebas sugieren que en la Conferencia de Wannsee de enero de 1942 (en la que Heydrich afirmó hablar autorizado por Hitler) se había discutido y acordado en términos generales un programa para el exterminio de los judíos. Los delegados no pudieron, sin embargo, resolver el espinoso asunto de los mischlinge. Esta cuestión causó preocupación en el Ministerio de Justicia (donde trabajaban tanto Lammers como Schlegelberger). Se llevó a cabo una nueva sesión de la conferencia de Wannsee el 6 de marzo de 1942, en la que la que se discutió de nuevo la cuestión de los mischlinge. No hay pruebas en los documentos que demuestren la afirmación de Irving de que en esa ocasión se discutió en general la cuestión judía. Al no haber acordado ninguna solución, las pruebas desde mi punto de vista sugieren que se decidió que se trasladaría el asunto de los mischlinge a Hitler para que tomara una decisión. Si esto es cierto, la nota simplemente registra lo que Hitler decidió para ese limitado caso. Si la explicación de la nota dada por los Demandados es correcta (y considero que es como mínimo tan probable como la explicación dada por Irving), la nota no tiene la importancia que le da Irving.

13.36 No considero que los argumentos presentados por Irving, que he expuesto en los párrafos 5.165 a 167 no tengan mérito: merece la pena tenerlos en cuenta. Pero considero que la crítica de los Demandados tiene una base correcta: Irving presenta la nota Schlegelberger como una prueba decisiva e indiscutible (ver Hitler's War, pág. 464) cuando, como debería haber visto, hay razones poderosas para dudar de que tenga la importancia que le da. La percepción que tiene Irving de la importancia de la nota parece no tener en cuenta el asesinato masivo de judíos que tuvo lugar poco después.

Texto del diario de Goebbels del 27 de marzo de 1942 (párrafos 5.170-186)

13.37 Concluyo sin lugar a dudas que la forma en la que Irving trata en Hitler's War (ambas ediciones) el texto del diario de Goebbels del 27 de marzo de 1942 es equívoca y no se ve apoyada por las pruebas circunstanciales. Una comparación entre el texto del diario (ver párrafo 5.174) y el relato dado por Irving a sus lectores (ver párrafo 5.173) revela discrepancias enormes.

13.38 Reconozco que Irving está en lo cierto al afirmar que Goebbels mentía con frecuencia en su diario, por lo que estos textos han de ser examinados a la luz de las circunstancias que les rodean. Pero no acepto que las circunstancias de marzo de 1942 demuestren la afirmación de Irving de que Goebbels le ocultó a Hitler la realidad de lo que ocurría en los campos de exterminio. No considero que Irving lograra demostrar su punto de vista contrario a la alegación de los Demandados, que en marzo de 1942 la "solución radical" que prefería Hitler era el exterminio y no la deportación. Concluyo por tanto que es correcto afirmar que la forma en la que Irving trata este texto del diario es tendenciosa y no está justificada.

Orden del día de Himmler del 22 de septiembre de 1942 (párrafos 5.187-198)

13.39 Considero que la interpretación del orden del día de Himmler es problemática. Reconozco que hay cuestiones (como por ejemplo la referencia a Globocnik) que llevan a pensar que es un documento incriminador. Pero tiene cierta base el argumento de Irving de que pruebas internas como el lenguaje usado en el texto (auswanderung o emigración) concuerda con que la discusión entre Himmler y Hitler tratara de reasentamiento y no de exterminio.

13.40 Dicho esto, acepto la crítica consistente en que no hay pruebas de la afirmación de Irving según la cual en esa reunión Himmler le ocultó la verdad a Hitler. Considero que esa afirmación ignora las pruebas circunstanciales sobre el conocimiento de Hitler en septiembre de 1942 del uso de cámaras de gas para asesinar a judíos. También contradice las pruebas sobre la relación entre Hitler y Himmler, un hombre que no parece que fuera capaz de engañar así a su Führer. Por tanto, acepto la alegación de los Demandados de que el planteamiento de Irving favorece injustificadamente a Hitler.

Anotaciones de Himmler sobre su reunión con Hitler el 10 de diciembre de 1942 (párrafos 5.194-198)

13.41 Este es otro documento en el que la mayor parte de la argumentación giró en torno a una cuestión de traducción, principalmente si se debía traducir abschaffen como "trasladar" o como "liquidar". No critico a Irving por optar por la primera. Sin embargo, acepto el argumento de los Demandados, que la referencia en la nota a mantener a los judíos franceses ricos "vivos y saludables" debería haber alertado a un historiador objetivo sobre el siniestro sentido de la nota con respecto al destino que le aguardaba a los otros judíos franceses. Por tanto, acepto la crítica a Irving por la forma en la que ha tratado esta nota en Hitler's War.

Reuniones de Hitler con Antonescu y Horthy en abril de 1943 (párrafos 5.199-214)

13.42 Considero la cuestión planteada por las críticas a los relatos de Irving de estos encuentros como algo importante para evaluar el análisis histórico de Irving. Considero que es importante que haya actas de ambas reuniones tomadas por funcionarios que (como creo que reconoció Irving) no tenían ninguna razón para ocultar el sentido de lo que se dijo.

13.43 Concluyo que están demostradas las críticas de los Demandados al tratamiento dado por Irving a las pruebas sobre el encuentro con Antonescu y, más en particular, al encuentro con Horthy. Al estudiar las pruebas, he visto que un historiador objetivo debería tener en cuenta, primero, el objetivo aparente de Hitler al reunirse con los dos líderes: era para conseguir que los nazis tuvieran en sus manos a los judíos de Rumanía y Hungría. Un historiador así estudiaría si las conversaciones recogidas en las actas concuerdan con un deseo por parte de los nazis de asegurar la deportación de los judíos y nada más. También tendría en cuenta lo ocurrido posteriormente a los judíos de Rumanía y Hungría.

13.44 No creo que, en relación a estas reuniones, Irving hiciera un planteamiento objetivo de las pruebas. Su relato de la reunión con Antonescu fue parcial y tergiversó los hechos. En cuanto a la reunión con Horthy, Irving no expuso lo que para mi son pruebas claras de que el segundo día, 17 de abril, tanto Hitler como Ribbentrop hablaron en términos estrictos e inequívocos sobre sus intenciones genocidas con respecto a los judíos de Hungría.  Irving tuvo que aceptar que el pretexto que planteó para explicar la reunión con Horthy (la rebelión del gueto de Varsovia tuvo lugar después) era falso, como lo era su explicación de la dura actitud mostrada por Hitler en la reunión (bombardeos Aliados recientes). No se me demostró que Irving pudiera explicar satisfactoriamente su cambio de fecha del 16 al 17 de abril de la observación tranquilizadora de Hitler, hecha el 16 de abril, que decía que no había necesidad de asesinar o eliminar a los judíos húngaros. Concluyo que Irving tergiversó totalmente las pruebas de lo que ocurrió entre los nazis y Horthy el 17 de abril.

La deportación y asesinato de los judíos de Rumanía en octubre de 1943 (párrafos 5.215-221)

13.45 No acepto que un análisis ojetivo de las pruebas disponible demuestre la afirmación de Irving según la cual el efecto de la intervención de Hitler era evitar que se llevaran a cabo los planes asesinos de Himmler contra los judíos. Considero que es engañoso que Irving alegue, como hizo, que la intervención de Hitler fue para beneficiar a los judíos rumanos, cuando el resultado de esa intervención fue que los judíos rumanos fueron enviados a Mauthausen, indiscutiblemente un campo de concentración, donde estuvieron a merced de las SS. También considero que fue una omisión imperdonable por parte de Irving no informar a sus lectores de que finalmente estos judíos fueron asesinados.

Discursos de Himmler del 6 de octubre de 1943 y el 5 y el 24 de mayo de 1944 (párrafos 5.222-230)

13.46 Ambas partes reconocen que en estos tres discursos Himmler estaba hablando, con franqueza, del asesinato de los judíos. La cuestión es si Irving utilizó de forma objetiva y limpia las pruebas que proporcionan esos discursos sobre el conocimiento y complicidad de Hitler en los asesinatos de judíos. Concluyo que no es así. Dos de los discursos proporcionan pruebas firmes de que Hitler ordenó que se llevara a cabo el exterminio de los judíos. Pero en la edición de 1977 de Hitler's War Irving sugiere que la existencia de una orden de Hitler era una invención de Himmler. Considero que las pruebas no demuestran esa sugerencia. Pienso que la deducción de Irving de que la transcripción del discurso del 5 de mayo fue alterada después de que Himmler diera el discurso o depurada antes de que se mostrara a Hitler es fantasiosa. La ausencia de cualquier mención a ese discurso en la edición de 1991 de Hitler's War fue en mi opinión otra omisión culpable.

Discurso de Hitler del 26 de mayo de 1944 (párrafo 5.235-239)

13.47 Irving citó al completo la parte en cuestión de este discurso en Hitler's War . No acepto el argumento de los Demandados según el cual el comentario introductorio haga que Irving tergiverse o cambie las palabras de Hitler. El lector puede juzgar por sí mismo.

Declaración de Ribbentrop desde su celda en Nuremberg (párrafos 5.235-239)

13.48 Acepto que los historiadores se ven obligados por el límite de espacio a editar las citas. Pero tienen la obligación de no dar al lector una impresión distorsionada al citar selectivamente. Desde mi punto de vista Irving no cumplió con su deber cuando en la edición de 1977 de Hitler's War citó la creencia de Ribbentrop de que Hitler no ordenó la destrucción de los judíos sin citar el comentario que hizo a continuación de que como mínimo sabía lo que estaba ocurriendo.

Marie Vaillant-Couturier (párrafos 5.240-244)

13.49 No tengo la menor duda al concluir que la crítica de los Demandados a Irving en relación al testimonio de Vaillant-Couturier está demostrada. Las pruebas me demuestran claramente que la anotación del juez "Dudo de esto" se refería única y exclusivamente a la suposición (ya que no era más que eso) de Vaillant-Couturier de que otros campos (que ella no conocía directamente) tenían sistemas de selección de internas para usarlas como prostitutas de los oficiales de las SS. No hay razón para suponer que el juez tenía reservas sobre el vívido, detallado y creíble testimonio de Vaillant-Couturier sobre el campo de mujeres de Auschwitz. La afirmación de Irving según la cual el juez Biddle pensó que ella era una "maldita mentirosa" es una total tergiversación de las pruebas.

Kurt Aumeier (párrafos 5.245-249)

13.50 No me convence el argumento de Irving de que Aumeier es un testigo no creíble. Prefiero la alegación de van Pelt y Evans en nombre de los Demandados de que es un testigo importante y creíble sobre los procedimientos de gaseamiento que tuvieron lugar en Auschwitz. Como segundo del comandante, estaba en una posición en la que conocía muchos detalles. Aunque claramente hay errores en su testimonio, la mayor parte de sus declaraciones son convincentes. Irving tenía todo el derecho, por supuesto, a sugerir que su testimonio era el resultado de una presión brutal por parte de sus captores británicos, si hubiera tenido pruebas de esa afirmación. Pero no me quedó claro en qué pruebas se basaba Irving. Por tanto, considero que Irving minimizó la importancia del testimonio de Aumeier (si no es que lo suprimió del todo) cuando redujo sus referencias a éste a una nota al pie en Nuremberg.

Conclusiones sobre los ejemplos del análisis histórico de Irving presentados por los Demandados

13.51 Por las razones que he dado, considero que en la mayor parte de los casos citados, las críticas de los Demandados están justificadas. En esos casos concluyo que, juzgando objetivamente, Irving trató las pruebas históricas de una forma muy lejana a la norma que se ha de esperar de un historiador que hace bien su trabajo. Irving tergiversó y malinterpretó las pruebas de las que disponía.

Pruebas de la actitud de Hitler hacia los judíos y del alcance, si lo hubo, de su conocimiento y responsabilidad por la cambiante política de exterminio

13.52 Algunas de las conclusiones a las que ya he llegado en relación con las críticas específicas hechas por los Demandados al análisis histórico de Irving entran en la cuestión más amplia de la actitud de Hitler hacia los judíos y su implicación, si la hubo, en la limpieza étnica de judíos. No repetiré esas conclusiones en esta sección. Aunque las cuestiones a las que me enfrento en esta parte son amplias, se limitaron y concretaron durante el juicio. Como se puede ver en la sección VI, los Demandados centraron su atención en el tratamiento dado por Irving a las pruebas sobre los siguientes asuntos: el antisemitismo de Hitler; la escala de la denominada ejecución de judíos en el Este; el supuesto uso de cámaras de gas en los campos de la Operación Reinhard para asesinar a judíos, y las pruebas referidas a la cuestión del conocimiento y autorización de Hitler del exterminio de judíos por fusilamiento o gaseamiento. En relación a todas estas cuestiones, salvo la primera, tuve la impresión de que el planteamiento de Irving varió durante el juicio.

El antisemitismo de Hitler (párrafos 6.3-9)

13.53 Habiendo reconocido Irving que Hitler era profundamente antisemita hasta que llegó al poder, la cuestión es si, como dijo Irving, perdió interés en el antisemitismo a partir de 1933 porque dejaba de suponerle una ventaja política.

13.54 En su completo y detallado informe, Longerich analizó las pruebas del antisemitismo de Hitler tanto antes como después de 1933. Examinó en particular las declaraciones públicas de Hitler sobre la cuestión judía. Ya he expuesto muchas de estas declaraciones. Ignorando por el momento la cuestión de si Hitler defendía la deportación de los judíos o su exterminio, considero que no tiene base el argumento de que después de 1933 Hitler perdió interés en el antisemitismo o dejó de ser antisemita cuando llegó al poder. A pesar de su creciente preocupación por otros asuntos, Hitler siguió dedicando tiempo a la cuestión de los judíos y lo que se iba a hacer con ellos. Siguió hablando de ellos en términos duros y amenazadores. Por las razones que ya he expresado en los párrafos anteriores de esta sección, considero, en base a las pruebas de sus declaraciones públicas, que el antisemitismo de Hitler se mantuvo firme después de 1933.

13.55 Pero también se ha de tener en cuenta no sólo lo que Hitler dijo, sino también lo que hizo o autorizó que se hiciera, o como mínimo conocía que se estaba haciendo, con los judíos. En los siguientes párrafos resumiré lo que para mi son pruebas de la implicación de Hitler en los sucesivos programas de fusilamiento, deportación y gaseamiento de judíos en gran número. Estas pruebas (en gran parte aceptadas por Irving) desde mi punto vista harían que un historiador imparcial se convenciera del continuo antisemitismo de Hitler. Incluso si (y considero que no es así) las pruebas demostraran que la política de Hitler hacia los judíos siguió siendo la de su deportación, considero que no es sensato decir que arrancar a hombres, mujeres y niños judíos de sus hogares y dejarlos en condiciones con frecuencia lamentables en algún lugar muchas millas al Este no es ser antisemita. Por tanto, rechazo como contraria a las pruebas la afirmación de Irving de que Hitler dejó de ser antisemita a partir de 1933.

La escala y naturaleza sistemática de los fusilamientos de judíos perpetrados por los Einsatzgruppen (párrafos 6.10-59)

13.56 Puedo tratar brevemente las extensas pruebas recopiladas por las partes sobre este asunto. La razón por la que haré esto es que Irving, a medida que el caso avanzó, pareció aceptar buena parte de lo que Longerich y Browning dijeron en sus informes y en su declaración oral. En particular, Irving reconoció que las pruebas, principalmente en forma de informes de los Einsatzgruppen , parecen demostrar que entre 500.000 y 1,500.000 de personas (incluyendo una gran proporción de judíos) fueron fusiladas por estos grupos y por unidades auxiliares de la Wehrmacht empleadas para asistirlos. Entiendo que los Demandados sugieren que la cifra real fue superior. Pero no veo que en el contexto del caso sea útil que trate de concluir si las pruebas demuestran que fue una cifra mayor.

13.57 Irving también reconoció que las pruebas indican que el programa de fusilamiento de judíos en el Este fue sistemático, en el sentido de que se originó en Berlín y fue organizado y coordinado desde allí. Es más, Irving aceptó que las pruebas demuestran la alegación de los Demandados de que Hitler aprobó los fusilamientos. Irving declaró que, si le dio al público la impresión, por lo que dijo en Australia en 1986, de que los fusilamientos en el Frente Oriental habían tenido lugar sin el conocimiento y aprobación de Hitler y sus compinches, cometió un error. Declaró que "ciertamente Hitler aprobó el asesinato de judíos en el Frente Oriental". Las pruebas que llevaron a Irving a hacer estas concesiones fueron los informes regulares enviados por los Einsatzgruppen a Berlín; la preparación por parte de la RHSA en Berlín de
Ereignismeldungen (anuncios de eventos) y el informe número 51, con fecha del 29 de diciembre de 1942, que registraba la "ejecución" de 363.112 judíos y que (como reconoció Irving) posiblemente se mostró a Hitler. Los Demandados también se basaron en la llamada orden Muller del 1 de agosto de 1941 a la que volveré después. Considero que Irving hizo correctamente estas concesiones. Aparte de la existencia de las pruebas a las que me acabo de referir, la vasta cantidad de hombres requerida para llevar a cabo el programa en un momento crítico de la guerra habría requerido sin duda la aprobación de Hitler.

13.58 Inexorablemente se concluye que Irving tergiversó las pruebas históricas cuando le dijo al público en Australia, Canadá y Estados Unidos (como reconoció que hizo) que el fusilamiento de judíos en el Este fue arbitrario y no autorizado y que fue llevado a cabo por grupos o mandos individuales.

La deportación de los judíos (párrafos 6.60-67)

13.59 Como ya he indicado, las partes tienen poco que discutir en cómo, según el informe de Longerich, surgió y evolucionó la política de deportación. Ya he rechazado el argumento de Irving de que las pruebas, en la forma de la nota Schlegelberger o cualquier otra, demuestren su afirmación según la cual a principios de 1941 Hitler decidió que se debía posponer totalmente la cuestión judía hasta después de la guerra. En cualquier caso, Irving no discute que la deportación de los judíos de Europa continuara sin interrupción en los meses y años posteriores a la Conferencia de Wannsee. La cuestión real es si la deportación era el preludio de su exterminio, y si es así, a qué escala tuvo lugar ese exterminio.

Escala en la que se gaseó a los judíos en campos de exterminio, incluyendo los Campos Reinhard pero excluyendo Auschwitz (párrafos 6.73-144)

13.60 No se discute que el uso por parte de los nazis de gas para asesinar a seres humanos tuvo sus orígenes en el programa de eutanasia. Cuando terminó, se trasladaron los furgones de gaseamiento a los territorios orientales donde (como reconoce Irving) se usaron para asesinar a judíos sanos en gran número. De nuevo hay una cierta discusión sobre el número de asesinados con los furgones de gaseamiento: Irving se mostró reticente a hacer una estimación del número de muertos, pero reconoció que era del orden de miles. En estas circunstancias no pretendo estudiar ninguna otra prueba sobre el número de asesinados en los furgones.

13.61 Aunque estrictamente hablando los campos de Chelmno y Semlin no formaron parte de la Operación Reinhard, que se limitó al área del Gobierno General, por conveniencia me referiré colectivamente a esos dos campos y a los campos de Belzec, Sobibor y Treblinka como los "Campos Reinhard". En relación a los Campos Reinhard hay dos cuestiones: la primera es cuántos judíos fueron asesinados con gas en estos campos. La segunda es si Hitler conocía y aprobaba el exterminio de judíos en estos campos (trataré de forma separada las pruebas sobre Auschwitz).

13.62 Estudiando primero la cuestión de la escala de los gaseamientos en los Campos Reinhard, Longerich opinó que la política de exterminio de judíos por medio de gas fue una extensión o desarrollo del programa de fusilamiento de judíos que había comenzado a finales de otoño de 1941. Como se ha visto, Irving reconoció que se fusiló a judíos en números gigantescos en los meses siguientes. En los párrafos 6.75 a 6.105 he tratado de analizar y resumir las pruebas en las que se basan los Demandados para demostrar que el gaseamiento que tuvo lugar en los Campos Reinhard se hizo a una escala de genocidio. Las pruebas pueden dividirse en las categorías de: pruebas documentales (aunque la mayoría de los documentos Reinhard fueron destruidos); demográficas; y testimonios de testigos presenciales. En base a estas pruebas tanto Browning como Longerich concluyeron que cientos de miles murieron en las cámaras de gas de los Campos Reinhard.

13.63 He resumido en los párrafos 6.106 a 108 algunos de los argumentos planteados por Irving para decir que las muertes en los campos Reinhard no alcanzaron la escala afirmada por los Demandados. Pero, como se señala en los párrafos 6.109 y 110, Irving finalmente aceptó que los campos de Chelmno, Treblinka y Sobibor eran centros nazis de muerte. Afirmó, en mi opinión mintiendo, que reconoció esto para hacer avanzar el juicio y poder así examinar con más detalle la cuestión de Auschwitz. Sea como sea, entendí que Irving aceptó que se asesinó a cientos de miles de judíos en los Campos Reinhard a los que me he referido. Reconozco que discutió las estimaciones del número de gaseados hechas por Longerich y Browning. Pero dado el enorme número de muertes reconocido por Irving, creo que tiene poca importancia la discusión sobre las estimaciones.

Pruebas del conocimiento y/o complicidad de Hitler en el exterminio de judíos en cámaras de gas en los Campos Reinhard (párrafos    6.81-95 y 6.114-144)

13.64 Analizo ahora la cuestión del conocimiento y complicidad de Hitler en el programa de gaseamiento en los Campos Reinhard. En mi opinión hay que examinar esa cuestión a la luz de tres proposiciones, que entendí que fueron reconocidas por Irving. La primera es que, desde noviembre de 1941 aproximadamente, los nazis pusieron en marcha un programa, que Hitler conocía y autorizó, para asesinar por fusilamiento a centenares de miles de judíos y otros colectivos inicialmente en Rusia para después extenderse a las ciudades del Warthegau (la parte de Polonia anexionada al Reich), el Gobierno General (el resto de Polonia) y Serbia. La segunda es que cientos de miles de judíos fueron asesinados en los campos de exterminio creados dentro de la Operación Reinhard. La tercera es que, como Irving reconoció explícitamente, Hitler no pudo mantenerse en la ignorancia del programa de exterminio tras octubre de 1932. A la vista de estas proposiciones, es legítimo formular la pregunta de esta forma: ¿demuestran o sugieren las pruebas que, aunque aprobó la política genocida de fusilamiento de judíos en el Este, Hitler no aprobó o sancionó el uso genocida de cámaras de gas en los Campos Reinhard en los meses que van de diciembre de 1941 a octubre de 1942, y por tanto se le mantuvo en la ignorancia de que estuviera teniendo lugar un gaseamiento a tal escala?

13.65 He usado la expresión "mantenido en la ignorancia" en el párrafo anterior porque es parte del caso planteado por Irving que el uso genocida de cámaras de gas en los Campos Reinhard fue planeado y puesto en práctica por Heydrich con la supervisión de Himmler. ¿Demuestran las pruebas la alegación de Irving de que se mantuvo a Hitler en la ignorancia de la forma en la que Heydrich y Himmler se pusieron a resolver la cuestión judía?

13.66 En los párrafos 6.81 a 6.105, he examinado algunos de los documentos en los que los Demandados se basan para demostrar la implicación de Hitler en el exterminio en los campos Reinhard, comenzando con la reunión de Hitler, Himmler y Heydrich el 25 de octubre de 1941 y culminando en la carta escrita en 1977 por el ex secretario personal de Hitler. Contra estos documentos se ha de contrastar el comentario de Irving, que acepto como cierto, de que no hay ninguna referencia a una Hitler Befehl (orden de Hitler) autorizando el exterminio de judíos por gaseamiento en los Campos Reinhard. Pero dado el secreto que rodeaba a las cámaras de gas, no habría esperado encontrar un documento así. Por la misma razón considero que el argumento de Irving sobre la ignorancia de Hitler no recibe mucha ayuda del hecho de que puede señalar una serie de documentos en los que se ve a Hitler hablando todavía del Plan Madagascar o de la deportación a otro lugar. La necesidad de secreto requería el uso de lenguaje en clave cuando se discutía públicamente el destino de los judíos.

13.67 Mi conclusión en este punto es que las pruebas revelan razones sustanciales, si no incluso irrefutables, para concluir no sólo que Hitler conocía los gaseamientos en los Campos Reinhard, sino que además se le consultó y aprobó el exterminio. Mis razones para llegar a esta conclusión son, en primer lugar, que (como reconoce Irving) si Hitler conocía y aprobaba el programa de fusilamiento de judíos, es razonable suponer que se le consultaría y aprobaría una política de exterminio por otros medios, principalmente usando gas. Considero que hay un cierto número de documentos que sugieren que Hitler conocía y aprobaba la puesta en práctica de la nueva política: por ejemplo, el acta de la Conferencia de Wannsee, en la que se discutió el programa de exterminio, deja constancia de que Heydridh dijo en su discurso inicial que hablaba con la autoridad de Hitler. Pero la razón principal de mi conclusión es que considero irreal suponer que Himmler no obtuviera la autorización de Hitler del programa de gaseamiento (y aún más improbable que se lo ocultara al Führer). La Dienstkalendar  de Himmler proporciona pruebas  claras de la regularidad de las reuniones entre Hitler y Himmler y de que  discutieron la cuestión judía en el momento en el que Himmler  estaba supervisando activamente la planificación y funcionamiento de las cámaras de gas en los Campos Reinhard. Por tanto, acepto las pruebas de Longerich y Browning que he resumido en el párrafo 6.105.

Auschwitz

Identificación de la cuestión

13.68 Cuando comenzó el juicio, parecía, a partir de su declaración escrita, que Irving se adhería a la postura adoptada con frecuencia en sus discursos sobre Auschwitz, principalmente que no se construyeron ni usaron cámaras de gas en el campo, y que en consecuencia ningún judío perdió la vida en una cámara de gas allí.

13.69 Como ya he señalado en el párrafo 7.11, durante el juicio Irving cambió de postura: aceptó que hubo al menos una cámara de gas (o "sótano") en Auschwitz, aunque usado solamente, o principalmente, para la fumigación de ropa. También aceptó que tuvo lugar el gaseamiento de judíos en el campo "en cierta escala". No indicó qué escala. Irving negó firmemente la afirmación hecha por van Pelt de que 500.000 judíos fueron asesinados en la Morgue 1 del Crematorio 2. Por otra parte, los Demandados plantearon que, como he dicho, casi un millón de judíos fueron asesinados en las cámaras de gas de Auschwitz.

13.70 En estas circunstancias, consideré que la pregunta principal es determinar si las pruebas demuestran o no la alegación de los Demandados de que el número de muertes se cifró en centenares de miles, o si, como dijo Irving, las muertes por gas tuvieron lugar en una escala pequeña.

Escala de los asesinatos de judíos en las cámaras de gas

13.71 Tengo que confesar que, al igual que intuyo que le ocurre a la mayoría de la gente, había supuesto que las pruebas del exterminio masivo de judíos en las cámaras de gas de Auschwitz eran indudables. Sin embargo, he dejado a un lado esta idea preconcebida al evaluar las pruebas presentadas por las partes en esta vista.

La "convergencia" de pruebas

13.72 El caso según los Demandados, resumido anteriormente, consiste en que existe lo que van Pelt describió como una "convergencia" de pruebas, para alguien imparcial aplastantes, de que cientos de miles de judíos fueron gaseados sistemáticamente en Auschwitz, principalmente usando las bolas de cianuro de hidrógeno llamadas Zyklon-B. He expuesto en los párrafos 7.15 a 7.74 los elementos individuales que crean esa convergencia de pruebas. Lo he hecho hasta cierto punto (aunque no con la extensión que lo hizo van Pelt en su informe) porque considero que es importante tener en mente la diversidad de categorías y la extensión en la que esas categorías se corroboran mutuamente.

13.73 Reconozco la firmeza de muchos de los comentarios de Irving sobre algunas de esas categorías. Está en lo cierto al señalar que los documentos de la época, como dibujos, planos, correspondencia con proveedores y similares, no demuestran gran cosa sobre la existencia de cámaras de gas diseñadas para asesinar a personas. Las referencias aisladas al uso de gas que se encuentran entre estos documentos pueden explicarse por la necesidad de fumigar ropas para así reducir la incidencia de enfermedades como el tifus. Las cantidades de Zyklon-B enviadas al campo pueden explicarse por la necesidad de fumigar ropas y otros objetos. También es correcto que uno de los documentos más comprometedores, la carta de Muller del 28 de junio de 1943, en la que se indica el número de cadáveres que se pueden quemar en los incineradores, tiene una serie de características curiosas que plantean la posibilidad de que no sea auténtico. Además, las pruebas fotográficas de la existencia de chimeneas saliendo del tejado de la Morgue 1 del Crematorio 2 son, lo reconozco, difíciles de interpretar.

13.74 De forma similar, Irving hizo algunos comentarios válidos sobre los testimonios de los supervivientes del campo y de los oficiales del campo. Algunos de estos testimonios fueron declaraciones en los juicios de posguerra. Existe la posibilidad de que algunos de estos testigos inventaran parte o incluso todas las experiencias que describen. Irving sugirió la posibilidad del "cruzamiento", con el que dio a entender la posibilidad de que los testigos repitieran e incluso adornaran los testimonios (inventados) de otros testigos con la consecuencia de que se creó un corpus de declaraciones falsas. Irving señaló que hay partes de algunos de los testimonios de algunos testigos que son obviamente incorrectas o (como algunos de los dibujos de Olere) exageradas. Sugirió varios motivos por los que los testigos podrían haber mentido en sus testimonios, como la avaricia y el resentimiento (en el caso de los supervivientes) y el miedo y el deseo de congraciarse con sus captores (en el caso de los oficiales del campo). Van Pelt aceptó la existencia de estas posibilidades. Estoy de acuerdo.

Las pruebas documentales

13.75 Por vulnerables que sean las categorías individuales de pruebas a las críticas mencionadas en los párrafos anteriores, considero que el efecto acumulativo de las pruebas documentales del uso genocida de cámaras de gas en Auschwitz es considerable.

13.76 Considero que las características del rediseño en 1942 del Crematorio 2, por las razones resumidas en los párrafos 7.59 a 7.63, constituyen pruebas claras de que se iba a usar la morgue para gasear a seres humanos vivos que habían  bajado por las escaleras. Por pocos y dispersos que puedan ser, hay documentos para los que es difícil encontrar una explicación inocente. Pienso por ejemplo en el acta de la reunión del 19 de agosto de 1942 (párrafo 7.66) que habla de Badenanstalten fur Sonderaktionen ("baños para acciones especiales") y el llamado informe Kinna (párrafo 7.67). En cuanto a la carta de Muller sobre la capacidad de incineración de los hornos (ver párrafos 7.69 a 7.106), creo que, a pesar de sus características inusuales, un historiador objetivo no la desestimaría de golpe, como hizo Irving, por considerarla falsa. Van Pelt consideraba que era genuina. Señaló que hay dos copias en archivos diferentes (en Domburg y en Moscú, donde ha estado desde 1945). Se usó en el juicio a Hoss en 1948. Si hubiera sido falsificada antes de 1948, es improbable que se hubiera dado la cifra de capacidad de 4.756 cuerpos por día, dado que es una cifra inferior a las dadas por rusos y polacos al final de la guerra. Acepto el razonamiento de van Pelt. Si el documento Muller es auténtico, es una prueba convincente del gaseamiento genocida, ya que la capacidad a la que se refiere Muller no habría sido necesaria para incinerar a los que murieran por enfermedad. Finalmente, están las pruebas científicas recopiladas por la Comisión Central Polaca de 1945 a 1947 (párrafo 7.2) y la prueba del informe Markiewicz (ver párrafos 7.73 y 74).

Las declaraciones de testigos presenciales

13.77 Aunque reconozco que la credibilidad de los testimonios de testigos presenciales es variable, lo que me sorprende es la similaridad de los relatos y lo mucho que concuerdan con las pruebas documentales. El testimonio de, por ejemplo, Tauber, es tan claro y detallado que considero que ningún historiador objetivo lo desestimaría por considerarlo una invención a no ser que hubiera razones poderosas para hacerlo. El testimonio de Tauber se ve corroborado y corrobora los testimonios de otros testigos, como Jankowski y Dragon. Sus descripciones casan con los dibujos de Olere. Considero que las declaraciones de otros testigos presenciales, como Hoss y Broad, serían creíebles para un estudiante objetivo de Auschwitz. No hay pruebas de "cruzamiento". Dadas las circunstancias, es una explicación improbable de las amplias similitudes en los testimonios de esta categoría.

13.78 Concluyo que las diversas categorías de pruebas "convergen" en la forma sugerida por los Demandados. Acepto su alegación que he resumido en el párrafo 7.75. Mi conclusión general sobre la totalidad de las pruebas de que se asesinó a un gran número de judíos en las cámaras de gas de Auschwitz es que harían faltas razones extremadamente fuertes para negarlo. Irving ha alegado que existen esas razones.

El Informe Leuchter

13.79 La razón por la que Irving negó  inicialmente la existencia de cámaras de gas en Auschwitz fue, como  se ha visto, el Informe Leuchter. He resumido con cierto detalle las conclusiones de Leuchter en los párrafos 7.82 a 7.89. No las repetiré.También he expuesto en los párrafos 7.104 a 7.108 las razones por las que van Pelt, en nombre de los Demandados, desestimó el Informe Leuchter como erróneo y no creíble. Esas razones le fueron planteadas a Irving en el interrogatorio. Es un buen resumen de su testimonio decir que aceptó la validez de la mayoría. Reconoció que el Informe Leuchter fallaba completamente en la base. Con respecto al análisis químico, Irving no puedo responder al testimonio del Dr. Roth (resumido en el párrafo 7.106), que decía que dado que el cianuro habría penetrado los ladrillos y el yeso en una profundidad no superior a una décima del grosor de un cabello humano, cualquier cianuro presente en las relativamente grandes muestras tomadas por Leuchter (que tuvieron que ser pulverizadas antes del análisis) habría estado tan diluido que los resultados en los que se basó Leuchter no tenían ninguna validez. Lo que es más significativo es que Leuchter asumió erróneamente, como aceptó Irving, que habría hecho falta para asesinar a personas una concentración mayor que la necesaria para fumigar ropas. De hecho, la concentración requerida para asesinar a seres humanos es 22 veces menor que la requerida para fumigar. Como se indicó en el párrafo 7.105. y como tuvo que aceptar Irving, la suposición falsa de Leuchter vició sus conclusiones. Irving reconoció la existencia de muchos errores de hecho en el Informe Leuchter.

13.80 A la vista de las pruebas aportadas por van Pelt y las respuestas de Irving en el interrogatorio, considero que un historiador objetivo no podría usar el Informe Leuchter como razón suficiente para desestimar, o incluso dudar, de la convergencia de pruebas en la que se basan los Demandados para demostrar la existencia de cámaras de gas usadas con fines homicidas en Auschwitz. No he ignorado el hecho de que Irving afirmó que las conclusiones de Leuchter se repitieron en un informe de Germar Rudolf. Pero ese informe no fue presentado en este juicio, así que me es imposible evaluar su valor probatorio.

¿Agujeros en el tejado de la Morgue 1 del Crematorio 2?

13.81 La fuerza de las críticas al Informe Leuchter pueden explicar por qué, a medida que avanzó el juicio, el énfasis del caso sobre Auschwitz, según Irving, pareció dejar de estar en la ausencia de cianuro en los ladrillos y el yeso para pasar al tejado de la Morgue 1 del Crematorio 2. Como he explicado en los párrafos 7.91 a 7.93, Irving alega que no hay pruebas de la presencia de chimeneas o conductos por los que, según los Demandados, se arrojaba el Zyklon-B al interior de la cámara de gas desde el tejado de la Morgue 1 (cámara en la que según los Demandados tuvo lugar la mayor parte de las muertes). En particular, Irving se basó en una fotografía de parte del tejado hundido en la que no se veían pruebas de las aberturas por las que habrían salido las chimeneas.

13.82 Como señalan los Demandados, este argumento tiene algunas características curiosas. En primer lugar, Irving lo adoptó recientemente, a finales de 1998 (así que no se puede considerar que es la base de sus negaciones anteriores a esa fecha sobre la existencia de cámaras de gas en Auschwitz). En segundo lugar, Irving pareció en un momento dado reconocer que había una cámara de gas en la Morgue 1 del Crematorio 2, aunque usada para fumigar y no para matar. En ese caso, parece que habrían hecho falta conductos o alguna otra abertura para introducir las bolas de Zyklon-B en la cámara, dado que la morgue no tenía ventanas y una única puerta a prueba de gas. En tercer lugar, el argumento se limita a la Morgue 1 del Crematorio 2. Aunque Irving apenas dedicó tiempo en su interrogatorio a van Pelt a las pruebas de que tuvieran lugar gaseamientos en algún lugar de Auschwitz, los Demandados alegan que hubo gaseamientos en otros lugares, principalmente en el Crematorio 3.

13.83 A pesar de estas características curiosas, el argumento de Irving se merece ser tomado en serio. He resumido la respuesta de los Demandados en los párrafos 7.109 a 7.111. En esencia, la tarea de un historiador es evaluar las pruebas de la ausencia de señales de agujeros en el tejado de la morgue frente a las pruebas contrarias de que había chimeneas que atravesaban el tejado. En mi opinión, van Pelt está en lo cierto al decir que tras tantos años es difícil verificar si hubo o no en algún momento agujeros en un tejado que se hundió en 1944. No está claro cuánto se ve del tejado en la fotografía que presentó Irving. El tejado está en mal estado, así que es difícil decir si había agujeros en él. Existe la posibilidad de que se rellenaran los agujeros. Hay declaraciones de testigos que observaron o al menos describieron el vertido del Zyklon-B a través del tejado de la morgue. En los dibujos de Olere se ven claramente chimeneas que ascienden al techo de la cámara de gas. Su aspecto en el dibujo se corresponde con la descripción de Tauber y otros. Las fotografías hechas en 1942 (o 1943) y en 1944, aunque difíciles de interpretar, concuerdan con la presencia de chimeneas salientes. En estas circunstancias, considero que un historiador objetivo, teniendo en cuenta todas las pruebas, concluiría que la aparente ausencia de evidencia de agujeros en el tejado de la morgue del Crematorio 2 está lejos de ser una buena razón para rechazar el efecto acumulativo de las pruebas presentadas por los Demandados.

Cámaras de gas empleadas para fumigar o para usarse como refugios antiaéreos

13.84 No tengo ninguna duda de que Irving está en lo cierto al decir que había necesidad de instalaciones de fumigación en el campo. Hay pruebas documentales de la preocupación por el efecto en el suministro de obra que tenían los niveles de mortalidad predominantes. Como reconoció van Pelt, habrían hecho falta hornos para incinerar a los muchos que murieron por enfermedad. Pero considero que hay grandes pruebas que habrían convencido a cualquier estudioso objetivo de que también había cámaras de gas usadas para asesinar a seres humanos. En primer lugar están las declaraciones de testigos de los hechos a las que me he referido. En segundo lugar, están las pruebas presentadas por van Pelt de que el rediseño del Crematorio 2 a finales de 1942 tenía como fin permitir que seres humanos vivos bajaran caminando a un vestuario antes de ser conducidos a la cámara y eliminar la rampa usada anteriormente para arrojar cadáveres abajo. En tercer lugar, hay pruebas de que un médico del campo pidió en enero de 1943 un vestuario, que no habría sido necesario si el crematorio se hubiera usado para cadáveres. Finalmente están las pruebas de la carta con fecha del 31 de marzo de 1943 en la que Bischoff solicita urgentemente una puerta a prueba de gas con una escotilla de grosor extra. Es difícil explicarse para qué hacía falta una escotilla en la puerta de una cámara usada sólo para fumigar cadáveres u otros objetos. Por estas razones, considero que un historiador objetivo no podría deducir que las cámaras de gas se usaron sólo para fumigar. Las pruebas apuntan claramente a un uso homicida.

13.85 Vuelvo al argumento alternativo de Irving que dice que las obras de rediseño hechas a principios de 1943 tenían como fin convertir el Crematorio 2 (y el Crematorio 3) en refugios antiaéreos. Acepto su alegación de que en aquel momento había cierta preocupación por la posibilidad de bombardeos Aliados en la región. Estoy dispuesto a aceptar en favor de Irving que era una práctica típica equipar refugios con puertas a prueba de gas que se abrían hacia afuera y con una escotilla (aunque posiblemente no con una rejilla metálica en el interior). Sin embargo, me parece que lo más coherente para un historiador es concluir que las pruebas no demuestran el argumento del refugio antiaéreo.

13.86 Si el rediseño hubiera sido para convertir los edificios en refugios antiaéreos, no habría habido razones para que los dibujos y documentos asociados no lo dijeran. Pero no hay ninguna indicación en los documentos de que esa fuera la intención. Surge la pregunta de para quién se habrían construido esos refugios. Considero improbable que los nazis se preocuparan de proporcionar refugio a los internos del campo. En cualquier caso, los refugios habrían sido demasiado pequeños para acomodar más de una pequeña parte de ellos. Pero los refugios tampoco habrían sido adecuados para el personal de las SS, dado que sus barracones estaban a milla y media de allí. Así que no puedo aceptar que este argumento pueda rebatir ni de lejos la conclusión que se extrae de las pruebas convergentes presentadas por los Demandados para demostrar su alegación sobre los fines del rediseño.

"Libros de muertes", mensajes descifrados y consumo de coque

13.87 Irving presentó una serie de argumentos secundarios. Puedo analizarlos brevemente, ya que no me convencieron. Considero que tampoco habrían interesado a un historiador imparcial.

13.88 Irving presentó el hecho de que los registros del campo o "libros de muertes" hechos públicos por los rusos registran muertes en Auschwitz, pero no hacen mención a ninguna muerte por gaseamiento. La respuesta breve a este punto es que, de acuerdo con los testimonios no refutados de un gran número de testigos, los libros sólo registran las muertes de los que estaban formalmente registrados como internos del campo. Los judíos que eran seleccionados para morir a su llegada al campo eran llevados directamente a las cámaras de gas sin ser registrados. Por tanto, no sería de esperar encontrar menciones a la causa de la muerte de esos judíos en los libros de muertes.

13.89 Se enviaban regularmente informes cifrados a Berlín desde el campo. Fueron interceptados y descifrados en Bletchley Park. Aunque estos informes daban con frecuencia la causa de la muerte, no mencionan gaseamientos. Considero que hay dos razones por las que se ha de dar poca importancia a esto: la primera es que había una estricta norma de secreto sobre el gaseamiento, y la segunda es que, al igual que los libros de muertes, estos informes se referían sólo a internos registrados.

13.90 Irving alegó que la cantidad de coque requerida para incinerar un cuerpo habría sido de 35 kilos. Afirmó que la cantidad de coque que según los documentos fue enviada a Auschwitz no es ni mucho menos suficiente para incinerar al número de judíos que según los Demandados perdieron sus vidas en las cámaras de gas. Pero acepto las pruebas de van Pelt, que se basan en documentos de la época (ver párrafo 7.125) que dicen que si se usaban continuamente los incineradores y se quemaban juntos muchos cuerpos para que se proporcionaran a sí mismos combustible, no habría hecho falta más de 3,5 kilos de coque por cadáver.

Conclusión

13.91 Habiendo estudiado los distintos argumentos presentados por Irving para refutar el efecto de las pruebas convergentes presentadas por los Demandados, concluyo que ningún historiador objetivo habría podido dudar seriamente de que hubo cámaras de gas en Auschwitz y de que se usaron a gran escala para asesinar a centenares de miles de judíos.


La cuestión de si Irving es un "negador del Holocausto"

13.92 Acepto el testimonio de Evans, que no fue contestado por Irving, sobre que lo que caracteriza a un "negador del Holocausto", en el sentido en el que Lipstadt usa ese término en Denying the Holocaust, que es alguien que expresa algunos o todos los puntos de vista listados en el párrafo 8.5.

Declaraciones de Irving sobre el Holocausto

13.93 En los párrafos 8.16 a 8.36 he citado párrafos de una selección de declaraciones de Irving sobre el Holocausto (sólo es una selección: los Demandados presentaron muchas más declaraciones). He dividido las declaraciones en grupos que se corresponden ampliamente con los criterios incluidos en la definición de Evans de un negador del Holocausto. La categoría principal consiste en declaraciones hechas por Irving en las que niega la existencia de una política amplia de exterminio de judíos. También hay declaraciones sobre el número de judíos asesinados en Auschwitz y en el Holocausto. Finalmente, hay afirmaciones suyas de que las cámaras de gas fueron una mentira inventada por la Inteligencia británica.

13.94 Al analizar la cuestión de si está justificado describir a Irving como un negador del Holocausto, hago una concesión al hecho de que, al dirigirse en directo a un público en lugar de escribir libros de Historia, Irving tenía que mantener la atención del público expresándose en un estilo vivo y florido. Acepto que es necesario vigilar que no se esté citando fuera de contexto a Irving. Acepto que el mero hecho de cuestionar aspectos del Holocausto no convierte a una persona en negador del Holocausto. Reconozco también que Irving llegó relativamente tarde a la cuestión del Holocausto: afirmó que le prestó poca atención hasta 1989.

13.95 Incluso así, considero incuestionable que Irving es un negador del Holocausto. No sólo ha negado la existencia de cámaras de gas en Auschwitz y afirmado que ningún judío fue gaseado allí, lo ha hecho con frecuencia y a veces empleando términos de lo más ofensivos. Como ejemplo, cito su historia del judío entrando en la cabina telefónica móvil con cámara de gas; su afirmación de que murió más gente en el asiento trasero del coche de Kennedy en Chappaquiddick que en las cámaras de gas de Auschwitz; su desprecio en bloque a los testigos presenciales por considerarlos mentirosos o enfermos mentales; su referencia a una Asociación de Supervivientes de Auschwitz y Otros Mentirosos, o "ASSHOLS"; y la pregunta que le hizo a la Sra. Altman sobre cuánto dinero había ganado con su tatuaje. Rechazo como falsa la afirmación de Irving en su testimonio de que en su negación de la existencia de cámaras de gas en Auschwitz, se refería únicamente a la cámara de gas construida por los polacos tras la guerra para los visitantes del lugar o, como dijo Irving, como "atracción turística". En relación a esto hago referencia al párrafo 9.13. Incluso aunque Irving se hubiera referido a una cámara de gas en singular, no habría estado claro que hablaba de la cámara de gas reconstruida en el campo.

13.96 Irving ha hecho también algunas declaraciones más generales que tienden a minimizar el Holocausto. Por ejemplo, ha dicho que los judíos en el Este eran fusilados por criminales y delincuentes individuales y que no había ninguna orden ni política de exterminio masivo. Sin embargo, reconozco que Irving se expresó al hablar de esta cuestión empleando un lenguaje más mesurado que el usado al hablar de las cámaras de gas. Pero también ha minimizado el número de los asesinados por medios distintos al gas en Auschwitz y otros lugares. Habiendo estimado a la baja de forma muy imprecisa el número de los que perdieron su vida en los campos, Irving suele declarar que murió un número mayor de personas en los bombardeos Aliados sobre Dresde y otros lugares. Además, ha afirmado repetidas veces que el Mando de Guerra Psicológica británico inventó ingeniosamente la mentira de que los nazis estaban asesinando a judíos en cámaras de gas para usarla como propaganda.

La cuestión de si las negaciones de Irving son producto de pruebas

13.97 Parte de la justificación de los Demandados es que las declaraciones hechas por Irving que son calificadas por los Demandados de negación del Holocausto son falsas en el sentido de que no hay pruebas que las demuestren. He resumido en los párrafos 8.16 a 8.36 las razones por las que los Demandados afirman eso.

13.98 Ya he concluido que las pruebas demuestran las siguientes afirmaciones: que el fusilamiento de judíos en el Este fue sistemático y dirigido desde Berlín con el conocimiento y aprobación de Hitler; que hubo cámaras de gas en varios de los campos de la Operación Reinhard y (como reconoció Irving durante el juicio) cientos de miles de judíos fueron asesinados en ellos; y que hubo cámaras de gas en Auschwitz, en las que cientos de miles de judíos más fueron gaseados hasta la muerte. Concluyo por tanto que las negaciones de Irving de estas cuestiones son contrarias a las pruebas.

13.99 Sólo queda la cuestión de si las pruebas demuestran la afirmación de Irving de que las cámaras de gas fueron una mentira propagandística inventada por la Inteligencia británica. He citado las alegaciones en disputa por las partes en los párrafos 8.31 a 8.36. Hay tres cuestiones: en primer lugar, si los británicos inventaron que los nazis estaban asesinando a judíos en cámaras de gas; en segundo lugar, si los británicos no inventaron la historia, si no la creyeron; y en tercer lugar, si se hizo uso de la historia con fines propagandísticos. En cuanto a la primera cuestión, Irving no pudo presentar ninguna prueba de que los británicos inventaran la historia. Le fue proporcionada al Foreign Office por el secretario del Consejo Mundial Judío, que a su vez la había recibido de una fuente en Berlín. En cuanto a si los británicos no creyeron la historia, la única prueba que pudo presentar Irving fue la nota escrita por Cavendish-Bentinck que decía que no había pruebas que demostraran la historia. Creo que esto está muy lejos de no creer la historia. En cuanto a si la Inteligencia británica hizo un uso propagandístico de la historia, las pruebas presentadas por Irving no fueron más allá de relatos de segunda mano sobre emisiones de la BBC referidas a los gaseamientos. No hubo nada que indicara que la Inteligencia británica tuviera algo que ver en esas emisiones. Considero que las pruebas no demuestran las afirmaciones de Irving.

La cuestión de si Irving es un antisemita y un racista

13.100 He expuesto con cierta extensión en el párrafo 9.5 las declaraciones hechas por Irving que según los Demandados demuestran su antisemitismo, y en el párrafo 9.6, las declaraciones que según los Demandados son racistas. Espero y creo que ninguna de las citas se ha sacado de contexto. Tengo en cuenta que Irving señaló que esas declaraciones son una selección de los muchos millones de palabras dichas y escritas por él entre las que los Demandados han rebuscado para este juicio.

Antisemitismo

13.101 Considero innegable que la mayoría, si no todas, las declaraciones expuestas en el párrafo 9.5 son pruebas claras de que, en ausencia de alguna excusa o explicación adecuada de lo que dijo o escribió, Irving es un antisemita. Sus palabras se dirigen contra los judíos, tanto individual como colectivamente, en el sentido de que son hostiles, críticas, ofensivas y denigrantes en sus referencias a las personas semíticas, sus características y aspecto. Unos pocos ejemplos bastarán: Irving ha dicho que los judíos se merecen ser despreciados; que provocaron el Holocausto; que los financieros judíos son delincuentes; que los judíos generan antisemitismo por su avaricia y maldad; que es una mala suerte para el Sr. Wiesel que le llamen 'Weasel'; que los judíos están entre la escoria de la Humanidad; que los judíos se escurren y ocultan furtivamente, incapaces de soportar la luz del día; que Simon Wiesenthal tiene un rostro desagradable y maligno...

13.102 En el párrafo anterior introduje la cuestión de que las pruebas del antisemitismo de Irving son claras en ausencia de excusas o alguna explicación sensata de sus palabras. Es posible imaginar circunstancias en las que palabras que a primera vista son antisemitas, tras analizarlas, resultan tener una explicación inocente. Irving presentó un cierto número de razones por las que dice que no es razonable considerar que es un antisemita. Las he resumido en los párrafos 9.9 a 9.17 anteriores.

13.103 La principal explicación o justificación ofrecida por Irving de sus comentarios sobre los judíos es la de que está tratando de explicarle a los judíos por qué existe el antisemitismo, y no que él sea antisemita. Pero no creo que éste fuera el mensaje que Irving trataba de dar a su público, y ciertamente no es el sentido en el que se entendieron sus declaraciones. Irving presenta una justificación similar de su descripción del estereotipo judío como un intento de advertir a los judíos de que no fomenten con su conducta la imagen pública negativa que se tiene de ellos. Si éste fuera el objetivo de Irving, no creo que hubiera usado ese lenguaje tan ofensivo. Si (como dice Irving) su comentario sobre Wiesenthal era un chiste, era un chiste antisemita.

13.104 Tengo mejor consideración hacia el argumento de Irving que dice que los judíos no pueden ser inmunes a sus críticas. Dijo que simplemente estaba expresando críticas legítimas a ellos. Irving dio como ejemplo lo que dijo que era su justificada crítica a los judíos por suprimir su libertad de expresión. Otra base legítima para criticar puede ser la forma en la que judíos de ciertas partes del mundo parecen explotar el Holocausto. Reconozco que los judíos son tan criticables como cualquier otra persona. Pero considero que Irving ha cruzado repetidas veces la línea que separa la crítica legítima de la denigración racista del pueblo y la raza judía. Puedo comprender también que, debido a sus puntos de vista, Irving y su familia se han visto sometidos de vez en cuando a grandes presiones, por ejemplo cuando su casa fue asediada por manifestantes en 1994 (ver párrafo 9.14). En un momento tan tenso es frecuente hacer declaraciones demasiado encendidas. Pero es justo en esas circunstancias en las que se manifiesta el prejuicio racial. Considero que eso es lo que ocurrió en 1994.

13.105 Considero entonces que lo que se puede deducir lógicamente de lo que Irving ha dicho y escrito es que es antisemita.

Racismo

13.106 He concluido que la alegación de que Irving es racista también se ve demostrada por razones en general análogas. Esto no es sorprendente, ya que el antisemitismo es una forma de racismo. Considero que las citas usadas como ejemplo en el párrafo 9.6 son claras pruebas de racismo. Las estrofas compuestas por Irving para su hija son indudablemente racistas al poner en sus labios las palabras "Soy una Niña Aria... No pienso casarme con un Mono o un Rastafari". De forma similar, la referencia de Irving a que "uno de ellos" lee las noticias de la televisión me ha impactado como una prueba de racismo de lo más insidioso. Lo mismo se aplica a la repugnancia que dice sentir Irving al ver a hombres negros jugar al cricket defendiendo los colores de Inglaterra. La forma en la que habla Irving de la epidemia de SIDA como algo que barre a negros, homosexuales, drogadictos y otros tiene un claro estilo racista. Las declaraciones de Irving sobre la inmigración de gente de color también son racistas incluso más abiertamente.

13.107 No puedo aceptar que las diversas explicaciones dadas por Irving de lo que dijo y escribió priven a sus palabras de su tono racista. Es posible contratar a miembros de minorías étnicas y seguir manteniendo puntos de vista racistas. No acepto que las declaraciones presentadas por los Demandados puedan defenderse recurriendo al sentimiento patriótico. Rechazo las explicaciones de Irving, expuestas en los párrafos 9.19 y 9.21, de sus comentarios sobre la extensión del SIDA en África y de que se sentía humillado cuando su pasaporte era comprobado en Heathrow por un pakistaní.

13.108 Reconozco que Irving no está obsesionado con la raza. Ciertamente no ha sido condescendiente ni ha excusado la violencia racista. Pero en muchas ocasiones ha hablado empleando términos que son claramente racistas. El racismo ha de ser condenado incluso si se limita, como en el caso de Irving, a expresiones del tipo que he mencionado.

La supuesta vinculación de  Irving con grupos de extrema derecha

13.109 Soy consciente de la queja de Irving de que en esta parte de su caso los Demandados están tratando de demostrar que es culpable por asociación. Al evaluar si hay una motivación ideológica en lo que ha escrito Irving sobre los nazis y los judíos, tendré por tanto que concentrarme en lo que él ha dicho o escrito sobre el tema. Aunque Irving me invitó a no tener en cuenta lo que ha dicho y hecho en sus muchos discursos en Europa y otros lugares y a que me concentrara en sus obras históricas, considero que hacer esto sería artificial y potencialmente llevaría a engaño.

13.110 Considero sin embargo que hay o puede haber una cierta legitimidad en los motivos de Irving al examinar esos grupos y personas con los que se relaciona. No se puede utilizar contra Irving, por supuesto, que en algunas ocasiones por casualidad haya coincidido en el mismo encuentro, o incluso en el mismo estrado, con algún extremista reconocido. Es una cuestión del grado de asociación.

13.111 En su informe Funke hizo referencia a un embarullado grupo de organizaciones y personas. Dedicó muchas páginas a un detallado análisis de las vinculaciones y relaciones entre organizaciones políticas y sus puntos en común en sus doctrinas. Pero la vinculación de Irving con muchas de esas organizaciones es tenue, por no decir menos. Considero que Irving no ha tenido una vinculación significativa con la gran mayoría de ellas. Lo mismo se aplica a las personas nombradas por Funke . Por ejemplo, acepto que no se ha visto conscientemente con Thomas Dienel o Michael Kuhnen. Las pruebas no me demuestran que Irving supiera que Dienel estaba en el encuentro de Halle del 9 de noviembre de 1991.

Organizaciones políticas de extrema derecha

13.112 Irving reconoció que de vez en cuando ha mantenido contactos por el Partido Democrático Nacional Alemán y con la Unión del Pueblo Alemán. Reconozco que estas organizaciones no han sido prohibidas por considerarlas inconstitucionales, pero acepto las pruebas aportadas por Funke de que estas organizaciones y sus miembros pertenecen a la extrema derecha del espectro político. Muchos rechazarían cualquier invitación a acudir a mitines de grupos así. Irving tenía que ser consciente de la inclinación política de estas organizaciones. Su disposición a hablar en sus mitines indica, como mínimo, que tolera el extremismo de derechas. Pero acepto que cuando ha hablado en sus mitines, Irving no se ha expresado en términos extremistas o antisemitas.

13.113 Durante la vista se dedicó un tiempo a ver un video de un mitin en Halle el 9 de noviembre de 1991, al que asistió Irving por invitación de Ursula Worch (ver párrafo 10.12). Irving se queja de que el video ha sido editado y reeditado para dar una imagen con prejuicios de él. No acepto que el efecto de la edición distorsione materialmente las características del encuentro. Se puede ver a Irving mirando a grupos ordenados, muchos de ellos de uniforme, marchando hacia el lugar del encuentro. Se ve a Irving en el estrado cuando fue presentado a la multitud. Comenzó entonces su discurso. No hay nada discutible en lo que quedó grabado de lo que dijo. Se le puede ver negando con la cabeza desaprobando lemas nazis como "Sieg Heil" cuando los gritaban. Habló al principio de la tarde y declaró que se marchó poco después. En su diario, sin embargo, queda registrado que se marchó a las 5 p.m. Creo que se quedó en el encuentro más tiempo del que está dispuesto a admitir. La importancia del video del mitin de Halle es que, en mi opinión, prueba la disposición de Irving a participar en un encuentro en el que también estaba presente una variada colección de militantes neonazis.

13.114 Las pruebas demuestran que Irving se ha asociado con varias organizaciones de extrema dercha de Estados Unidos. Tiene una larga y estrecha relación con el Institute of Historical Review (ver párrafo 10.23). Es una reconocida organización revisionista a la que pertenecen sin duda muchas personas de extrema derecha. Irving reconoció que entre los miembros del IHR hay "antisemitas chiflados". Las pruebas indican que Irving también está vinculado a la Alianza Nacional. Acepto el caso de los Demandados según se expone en el punto 10.24. Considero que Irving no puede decir que no se dio cuenta de que la Alianza Nacional es una organización neonazi y antisemita. La regularidad de los contactos de Irving con la Alianza Nacional y sus dirigentes confirma la actitud de simpatía de Irving hacia una organización cuyos principios repugnan a la mayor parte de la gente.

Personas de la extrema derecha

13.115 Considero que está demostrado que Irving se ha relacionado con una cierta extensión con las siguientes personas: Frey, Deckert, Althans, Philip, los Worch, Christophersen, Staglich, Rami, Varela, Zundel, Remer, Weckert y Faurisson. Se les describe en los párrafos 10.8 a 10.25. Todos pertenecen a la extrema derecha. No dudo de que la mayoría, si no todos, son neonazis que niegan el Holocausto y que son racistas y antisemitas. Dudo de que Irving no fuera consciente de sus ideas políticas. Su relación con esas personas indica en mi opinión que Irving comparte muchas de sus creencias políticas.


El relato de Irving del bombardeo de Dresde

13.116 La pregunta inmediata es si los Demandados han justificado sus críticas al relato de Irving, sobre todo en The Destruction of Dresden , de las circunstancias y consecuencias del bombardeo Aliado sobre Dresde en la noche del 13 y la del 14 de febrero de 1945. La alegación principal es que Irving se basó en pruebas falsas. Pero los Demandados también le acusan de tergiversaciones, falsificaciones, supresión de pruebas y cambio de los hechos para que satisfagan sus fines (ver párrafo 11.5).

La confianza de Irving en el falso Tagesbefehl nº 47

13.117 La prueba falsa en la que según se dice Irving confió es el Tagesbefehl (Orden del día) nº 47 ("TB47"). La mayoría de las críticas de los Demandados se refieren o están conectadas a la forma en la que Irving usó este documento.

13.118 He expuesto con detalle en los párrafos 11.9 a 11.40 la historia del falsificado TB47 y los argumentos de las partes sobre el uso que le dio Irving. Considero que se ha de criticar seriamente el uso de este documento por parte de Irving. En primer lugar, Irving sabía que había razones poderosas para dudar de la autenticidad del supuesto TB47. Seydewitz denunció que era fraudulento. Además, el propio Irving sabía que Goebbels había tratado de buscar ventajas propagandísticas al bombardeo haciendo declaraciones exageradas sobre el número de víctimas. Irving calificó en 1963 al llamado TB47 de "falso" (aunque reconozco que en aquella fecha no había visto una copia). Cuando recibió la copia, Lange, el archivista de Dresde, le advirtió de que era claramente una falsificación. Acepto el testimonio de Evans, resumido en el párrafo 11.18, en el que dice que había características del documento que arrojan dudas sobre su autenticidad. Irving por tanto tenía todas las razones para sospechar de la afirmación de que la cifra de muertes fue de 250.000.

13.119 Ya en 1964, cuando Irving recibió una copia del TB47 de Funfack a través de Hahn, parece haber dudado de que el documento fuera una copia auténtica y de que las cifras contenidas en él fueran ciertas. No se me ha demostrado que haya alguna explicación válida del cambio de opinión de Irving sobre la autenticidad del documento. Es más, en un escrito elaborado poco después de que obtuviera su copia del TB47, Irving expresó distintas reservas sobre su autenticidad y la precisión de las cifras. En estas circunstancias, considero que Irving, como historiador responsable, tenía que haber tratado el documento con extrema cautela. Debería haber verificado la procedencia del documento con Funfack y con cualquier otra persona que hubiera podido ayudarle. Mientras tanto, no debería haber usado un documento tan sospechoso.

13.120 No hay pruebas de que Irving le pidiera a Funfack su opinión sobre el documento. No hizo nada para disipar las dudas que había tenido anteriormente. En estas circunstancias, considero que es condenable que Irving le escribiera al Deán de la Catedral de Coventry enviándole una copia del supuesto TB47 y diciéndole que no dudaba en absoluto de su autenticidad. También es condenable que Irving le escribiera en términos similares a su editor alemán.

13.121 La conducta posterior de Irving es aún menos defendible. Como ya he descrito en el párrafo 11.14, Funfack le dijo que no podía responder por el TB47. Acepto que Funfack le habló a Irving de las estimaciones de 180.000 y 140.000 víctimas hechas por Mehnert y Fetscher respectivamente. Pero esa información (que nunca fue verificada) no sirvió de mucho para eliminar las sospechas que rodeaban al TB47. No acepto la explicación de Irving de que no creyó lo que le dijo Funfack porque vivía bajo un régimen comunista y temía las consecuencias de que le vincularan al régimen nazi. Y tampoco puedo aceptar que el testimonio de Frau Grosse sobre las estimaciones que hizo su marido del número de víctimas tuvieran algún peso significativo para Irving al evaluar la autenticidad de las cifras del TB47.

13.122 Irving hizo referencia al falso TB47 como un documento auténtico en la edición italiana de Dresden en términos que sugerían que era genuino. Las dudas sobre la autenticidad del documento se incrementaron todavía más con las cartas de Miller a las que me he referido en el párrafo 11.19. El que Irving no tuviera en cuenta esas al parecer pruebas creíbles fue, en mi opinión, un fallo aún más grave por su parte. Su explicación de que consideró que Miller "fantaseaba" al dar la cifra de 30.000 muertes me choca porque la considero absurda. No había nada en lo que escribió Miller que le sugiriera a un estudioso objetivo que Miller no era un testigo creíble y fiable (la cifra del auténtico TB47 resultó ser 25.000, cercana la cifra de Miller). La posterior publicación del TB47 en un apéndice de la edición Corgi de Dresden sin expresar reservas sobre su autenticidad o sobre las cifras fue en mi opinión otro grave fallo por parte de Irving.

13.123 El Informe Final y el Informe de Situación nº 1404, a los que me he referido en los párrafos 11.23 y 11.24, habrían sido considerados por cualquier historiador imparcial pruebas concluyentes de que la supuesta copia del TB47 era una falsificación y de que había buenas razones para suponer que la cifra de muertes rondaba los 25.000. Fue la cifra aceptada por Reichert en su libro sobre el bombardeo, considerado una autoridad por Evans. Acepto que se ha de reconocer a Irving por haber dado el poco habitual paso de escribir al Times  sobre la nueva cifra de víctimas. Pero considero que eso no le excusa de las dudas que siguió pronunciando sobre la precisión de la nueva cifra, y menos aún de las cifras enormemente infladas que siguió usado en una posterior edición de Dresden y en los discursos detallados en los párrafos 11.6 y 11.7.

13.124 Cuando se le preguntó por las pruebas que demuestran esas cifras infladas, Irving presentó las estimaciones de víctimas hechas por Mehnert y Fetscher y el relato de Frau  Grosse que he mencionado. También declaró que sus alegaciones se habían basado en estimaciones de hasta 250.000 víctimas que había recibido a través de muchas personas. Irving no identificó a esas personas ni presentó las cartas que le enviaron. Se apoyó también en el hecho de que en aquel momento en Dresde había un número no cuantificado de refugiados que huían del avance del ejército ruso. Finalmente, presentó la estimación de Hans Voigt, resumida en el párrafo 11.52, según la cual habían muerto 135.000 personas. Pero, como se vio en el párrafo 13.126, ninguna de estas pruebas arroja dudas significativas sobre la gran cantidad de pruebas que apuntan a una cifra real de muertes de entre 25.000 y 30.000 personas.

La cuestión de si Irving le ha dado credibilidad a pruebas no fiables y/o no ha tenido en cuenta pruebas fiables

13.125 Las pruebas no fiables que, según los Demandados, no está justificado que empleara Irving, se exponen en el párrafo anterior. Las pruebas históricas, por supuesto, no pueden dividirse en pruebas creíbles y no creíbles. Es parte del trabajo de un historiador evaluar las características individuales de las pruebas para tratar de adoptar un planteamiento coherente.

13.126 Considero que las pruebas que he resumido en el párrafo 13.124 proporcionan una base muy débil para las cifras de muertos en los bombardeos que Irving ha dado. Los testimonios de Mehnert, Fetscher y Frau Grosse eran de segunda mano y no habían sido verificados. En ausencia de indicación de en qué se basaron, considero que Irving no debería haber dado ningún crédito a las estimaciones dadas en cartas de personas no identificadas. Su especulación sobre el número de refugiados arroja pocas dudas sobre la veracidad de las cifras dadas en informes oficiales. El testimonio de Voigt no fue corroborado y es improbable que sea correcto a la luz del número de muertes registradas en las tarjetas oficiales de recuento. Considero que Irving no debería haber citado cifras basadas en ese testimonio. Irving debería haber tenido mucho más en cuenta las dudas sobre la autenticidad del TB47; el testimonio coherente y creíble de Miller; y por encima de todo, las cifras del Informe Final y el Informe de Situación nº 1404. Si hubiera hecho esto, Irving habría desestimado las pruebas insatisfactorias mencionadas en el párrafo 13.124. Considero que las estimaciones de 100.000 y más víctimas que Irving siguió usando en los '90 carecían de toda base y no podrían haber sido utilizadas por ningún historiador responsable.

Si Irving ha tergiversado o falsificado pruebas

13.127 Considero que no se me ha probado que las críticas a Irving por la forma en la que presentó las pruebas estadísticas del Dr. Sperling estén justificadas. Acepto la explicación dada por Irving de por qué decidió emplear su cifra más alta, principalmente el que la estimación que dio de forma extraoficial en una carta era la más fiable. A la luz de la afirmación de Irving de que había visto pruebas que demostraban que Mehnert había informado a Kleiner de que su estimación de víctimas era 40.000, no puedo aceptar la alegación de los Demandados de que esto era una invención de Irving. Las otras críticas hechas a Irving en este asunto ya han sido tratadas en los puntos anteriores de esta sección.

La conducta de Irving con respecto a los Diarios de Goebbels en el Archivo de Moscú

13.128 Considero que las cuestiones referidas a la conducta de Irving en relación a los diarios de Goebbels del Archivo de Moscú no tienen relación con la cuestión central de la conducta de Irving como historiador. Pero Irving se queja del relato de Lipstadt sobre su actuación, y los Demandados tratan de justificar estas críticas. Por tanto, analizaré ahora esta cuestión.

13.129 Las dos cuestiones que surgen de esta parte de la justificación son, en primer lugar, si Irving no respetó (o, usando las palabras de Lipstadt, violó) un acuerdo con el Archivo de Moscú referido a su uso de las placas de cristal en las que estaban grabados los diarios de Goebbels y, en segundo lugar, si por la forma en la que manejó las placas, Irving las puso en peligro de dañarse.

La supuesta falta de respeto del acuerdo

13.130 Hubo dos momentos en los que Irving se llevó placas del Archivo: la primera fue el 10 de junio de 1992, cuando quiso hacer copias de las placas; la segunda fue al día siguiente, cuando sacó dos placas más para llevarlas a Londres para hacer pruebas. Se han de analizar por separado las dos ocasiones.

13.131 En relación a la primera ocasión, como he resumido en los párrafos 12.9 y 12.17, hubo una conversación entre Millar y Tarasov, que telefoneó a Bondarev para decirle que le permitiera a Irving acceder a los diarios. Irving destacó (y Millar lo confirmó) que no había ningún acuerdo como tal con los rusos. Acepto que no hubo más que una conversación entre Millar y Tarasov. Pero es posible deducir un acuerdo de esa conversación y de la conducta posterior de las partes. En mi opinión, es correcto pensar esto.

13.132 ¿Estaba acordado implícitamente que Irving no debía sacar las placas del archivo? Esta cuestión ha de responderse a través de las circunstancias existentes en Moscú en aquel momento. Según Irving, el archivo estaba sumido en el caos. Los rusos estaban dispuestos a vender material del archivo si el precio era bueno. No hay sistemas de copia en el archivo. Irving declaró que al archivista le daba igual si sacaba o no las placas. Tengo en cuenta que Irving reconoció que sacó las placas "ilícitamente". Pero negó que no hubiera respetado algún acuerdo y vi que dio a entender que el sacar las placas era ilícito en el sentido de que en circunstancias normales un historiador no se llevaría material de un archivo. En estas en cierta forma circunstancias inusuales, considero que Irving no rompió ningún acuerdo cuando sacó las placas disimuladamente para copiarlas.

13.133 La segunda ocasión en la que se sacaron placas fue muy diferente en el sentido de que Irving pidió permiso, y lo obtuvo, para sacar las placas del archivo. La ruptura del acuerdo, según los Demandados, se dio porque Irving, tras sacar las placas del archivo, las llevó a Inglaterra para hacer pruebas antes de devolverlas. ¿No se respetó el acuerdo? Irving no le habló a los rusos de sus intenciones. Pero no hay pruebas de que los rusos mostraran interés o preocupación por lo que pudiera ocurrirles a las placas mientras estaban fuera del archivo. No dudo de que Irving tenía la intención de devolver las placas. Considero que no se ha demostrado que no se respetara un término implícito del acuerdo según ha sido expuesto por los Demandados.

El supuesto riesgo de daño de las placas

13.134 Tengo claro que, según lo que Lipstadt escribió en Denying the Holocaust  y según el Resumen del caso de los Demandados, Lipstadt alegó que las placas estuvieron en peligro de dañarse en la segunda ocasión en la que se sacaron placas del archivo. Según Lipstadt, fue el traslado de las placas a Inglaterra y las pruebas que se hicieron allí, seguidas del viaje de vuelta a Moscú, lo que provocó el riesgo de daño. Fue esto lo que causó "seria preocupación en los círculos de los archivistas" sobre el daño sufrido por las placas. Considero que las pruebas no demuestran la alegación de que hubo algún riesgo real de daño significativo. Según el testimonio no refutado de Irving, las placas iban empaquetadas de forma segura en todo momento. Cuando estuvieron en manos de otras personas, no veo razones para suponer que estuvieron en peligro. Mostrar una placa en un encuentro en Munich no me parece que pueda provocar un riesgo de daño. Cuando Irving dejó las placas en Munich, mientras hacía una excursión a Roma, se dejaron en la caja fuerte de un hotel. En Inglaterra, las pruebas se llevaron a cabo en laboratorios reputados de Kodak y Pilkington. Considero que la interferencia física fue mínima y no puso en peligro la integridad de las placas. No se hicieron pruebas con la emulsión de las placas. Irving puede estar en lo cierto al decir que las placas estuvieron más seguras en su poder que en el archivo. Por tanto, no acepto la alegación de que hubiera un riesgo de daño al trasladar las placas del archivo a Inglaterra para hacer pruebas.

13.135 Pero los Demandados presentaron como argumento que, durante la primera ocasión, el 10 de junio, las placas estuvieron en peligro cuando se dejaron durante la tarde ocultas tras un muro en un descampado cercano al archivo. Considero que las placas fueron envueltas cuidadosamente en cartón y plástico, eliminando el riesgo de daño físico. Así que el único riesgo podría haber surgido si alguien hubiera encontrado las placas y se las hubiera llevado. Teniendo en cuenta lo lejos que está esto del riesgo del que habló Lipstadt y de las pocas posibilidades que había de que alguien que pasara por allí se hubiera interesado en un paquete con un par de piezas de cristal, no puedo aceptar que se me haya demostrado que las placas estuvieron en peligro.

Análisis de Irving como historiador

La cuestión de la motivación de Irving

13.136 Tras esta breve digresión sobre Moscú, vuelvo a la cuestión principal del análisis histórico de Irving. Como ya he dicho, los párrafos de
Denying the Holocaust de los que se queja Irving incluyen como una parte importante de su carga acusadora que deliberadamente ha falsificado y tergiversado pruebas históricas porque es un partidario de Hitler y hace apología de él, así que trata de exonerarle.

13.137 Irving considera, correctamente, que es una grave acusación, porque pone en duda su integridad como historiador. Es una acusación que los Demandados han tratado de justificar. Debido a lo seria que es, el nivel de las pruebas requeridas, de acuerdo con el planteamiento que resumí en el párrafo 4.10, ha de ser muy superior a la norma. No hace falta decir que es una cuestión que requiere una cuidadosa consideración.

13.138 Es necesario definir claramente cuál es la cuestión sobre la que se ha de llegar a una conclusión. En las secciones anteriores de esta sentencia, he llegado a conclusiones contrarias a Irving en relación a su análisis histórico y a sus estudios sobre la actitud de Hitler hacia los judíos, incluyendo en particular la complicidad de Hitler en la política de exterminio. He llegado a conclusiones adicionales, también contrarias a Irving, en relación a sus afirmaciones sobre Auschwitz y a su relato del bombardeo del Dresde. Irving trató de defender lo que escribió y dijo que era un relato correcto y fiel de las evidencias históricas disponibles. En los aspectos ya expuestos con detalle en esta sentencia, en la mayor parte de los casos he fallado contra él. Pero los Demandados deben, como aceptaron hacer, ir más allá para que tenga éxito su justificación: han de demostrar que la tergiversación hecha por Irving de las pruebas históricas fue deliberada en el sentido de que Irving tenía como motivo un deseo surgido de su ideología para presentar a Irving de un modo favorecedor. El caso según Irving es que, si (algo que él niega, pero que yo he concluido que ha hecho) ha tergiversado las pruebas, esa tergiversación fue inocente en el sentido de que se produjo por simples errores y malinterpretaciones. Negó la acusación de una falsificación deliberada o alteración de las pruebas. La cuestión sobre la que he de decidir es si los Demandados han demostrado que esa negación es falsa.

Las consideraciones relevantes

13.139 Las cuestiones referidas a los motivos de una persona han de decidirse en base a no sólo las pruebas directas referidas a la persona en cuestión (en este caso, Irving), sino también a las circunstancias de las que se pueden deducir sus motivos. En este caso, entre esas circunstancias están la naturaleza y extensión de las tergiversaciones de pruebas junto a la explicación o excusa dada por Irving. Pero considero que es relevante también tener en cuenta aspectos como la conducta y actitudes de Irving exteriores al contexto inmediato de su trabajo como historiador profesional, incluyendo las evidencias de sus creencias políticas o ideológicas según se extraen de sus discursos, sus diarios y sus vinculaciones con otras personas. También considero que es importante tener en cuenta la forma en la que ha actuado en este juicio. De todas estas cuestiones se pueden extraer conclusiones legítimas sobre la motivación de Irving.

La convergencia de los análisis históricos erróneos

13.140 Los historiadores son humanos: cometen errores, hacen lecturas y análisis erróneos de documentos y no tienen en cuenta pruebas. Considero que, en numerosos aspectos, Irving ha expuesto erróneamente pruebas históricas; ha adoptado posturas que van en contra del peso de las pruebas; ha dado credibilidad a pruebas no fiables y ha desestimado pruebas creíbles. Considero que un análisis de estas situaciones puede ilustrar la cuestión de si la tergiversación de Irving de las pruebas históricas fue deliberada.

13.141 He concluido que la mayoría de las críticas hechas por los Demandados al análisis histórico de Irving expuestas en la sección V de esta sentencia están justificadas. En la gran mayoría de los casos, el efecto de lo que Irving ha escrito ha sido dar una imagen favorecedora de Hitler y acusar a otros de los hechos acaecidos. He concluido que las pruebas no justifican esto. Algunos ejemplos son la descripción de Irving de la conducta y actitud de Hitler durante los hechos de la Kristallnacht y la importancia dada por Irving a la actitud de Hitler hacia la cuestión judía que según dice se ve demostrada en la nota Schlegelberger. No he visto ningún caso en el que Irving haya malinterpretado o expuesto erróneamente los hechos de una forma que haya ido en detrimento de Hitler. Irving parece aprovechar cualquier oportunidad para exculpar a Hitler. Lo mismo se aplica a la crítica más amplia hecha por los Demandados a la injustificada descripción favorable hecha por Irving de Hitler con respecto a su actitud hacia los judíos, críticas que considero que han sido demostradas en la sección. Irving trató en sus escritos de distanciar a Hitler del programa de fusilamiento de judíos en el Este y del posterior genocidio en los campos de exterminio de una forma no apoyada por las pruebas. Irving ha alegado, injustificadamente como he concluido, que las pruebas indican que Hitler no conocía ningún programa de exterminio de judíos en Auschwitz. En su relato del bombardeo de Dresde Irving (como he determinado en la sección XI) exagera constantemente el número de víctimas, permitiéndose así hacer comparaciones entre el número de civiles muertos en los bombardeos Aliados y el número de judíos asesinados en los campos.

13.142 Considero que tiene fundamento la opinión expresada por Evans de que todos los "errores" historiográficos de Irving convergen, en el sentido de que todos tienden a exonerar a Hitler y a reflejar la simpatía de Irving por el líder nazi. De hecho, si fueran errores verdaderos, no sería de esperar esta coherencia. Acepto la alegación de los Demandados de que esta convergencia es una clara razón para suponer que las pruebas han sido deliberadamente manipuladas por Irving.

La naturaleza de algunos de los errores de Irving

13.143 Como ya he indicado, es un punto clave tener en cuenta la naturaleza o calidad de lo que Irving dice que son malinterpretaciones o errores. Ciertas malinterpretaciones de Irving de las pruebas históricas pueden parecer simples errores por su parte, por ejemplo, la lectura errónea de haben como Juden en el registro de llamadas telefónicas de Himmler del 1 de diciembre de 1941. Pero hay otras ocasiones en las que el tratamiento dado por Irving a las pruebas históricas es tan perverso y atroz que es difícil aceptar que es involuntario. Como ejemplos tenemos el rechazo de las pruebas de la existencia de cámaras de gas en Auschwitz; su afirmación de que Hitler perdió interés en el antisemitismo cuando llegó al poder; su relato de la reunión de Hitler con Horthy de abril de 1943; su rechazo total al testimonio de Marie Vaillant-Couturier y su continuo uso del falso Tagesbefehl nº  47 que supuestamente daba el número de víctimas de Dresde. Me he referido a lo largo de este juicio a otros ejemplos en los que las narraciones de Irving hacen caso omiso de las pruebas.

13.144 Considero improbable que errores y conceptos falsos como éstos sean inocentes. Concuerdan más con un deseo de Irving de conscientemente tergiversar o manipular o darle la vuelta a las pruebas para hacer que cuadren con sus ideas preconcebidas. Considero que las características de estas exposiciones erróneas y estos errores de juicio por parte de Irving son otro punto a favor de concluir que ha alterado deliberadamente las pruebas para que casen con sus ideas políticas.

La explicación dada por Irving de sus errores

13.145 Durante su interrogatorio, a Irving se le pidió en numerosas ocasiones que diera explicaciones de lo que había escrito o dicho. Así, se le preguntó por qué había evitado mencionar hechos aparentemente significativos; por qué había confiado en fuentes de las que había buenas razones para dudar de su credibilidad; y sobre cuáles eran las pruebas de determinadas afirmaciones . Me parece que una forma de averiguar si los errores de Irving fueron producto de fallos inocentes es examinar sus explicaciones.

13.146 En sus respuestas, Irving ofreció diversas  explicaciones de su omisión de hechos aparentemente significativos.  Dio como razón por la que no hizo referencia al testimonio de Hofmann al hablar del juicio a Hitler en 1924 que era demasiado largo para incluirlo. Pero el texto de la declaración de Hofmann no ocupaba más de cinco páginas. Trató de excusar su omisión, al relatar el fusilamiento de los judíos de Berlín en Riga, de las declaraciones de Bruns en las que decía que había habido una orden de Hitler diciendo que "habría aburrido al público". Al pedirle que explicara por qué no se refirió en la edición de 1991 de Hitler's War al siniestro destino que le esperaba a los 600.000 judíos franceses que no eran ricos, y por tanto no se les iba a mantener con vida y sanos, Irving respondió que la edición de 1991 era una edición abreviada y se tuvo que omitir por razones editoriales. Su explicación de por qué no informó a sus lectores de las razones que había para suponer que la nota Schlegelberger podía referirse al problema de los mischlinge fue que estaba escribiendo un libro que tenía que limitarse a un único volumen. Irving dio una explicación similar de su supresión (tal y como la califican los Demandados) de partes importantes del texto del diario de Goebbels del 27 de marzo de 1942. Irving excusó su incapacidad para responder a ciertas preguntas sobre Auschwitz (por ejemplo, sobre las incineraciones y sus razones para no haber visitado Auschwitz) diciendo que no es un experto en Auschwitz. Irving acusó a su editor de que se mantuviera la traducción errónea de haben zu bleiben , "los judíos han de permanecer" después de que se le informara de su error. Cuando se le pidió que identificara a los testigos presenciales que le hablaron de la historia de la cabina telefónica con cámara de gas, Irving respondió que no podía recordarlo, pero que lo leyó o vio hará como unos diez años. En puntos anteriores he citado otros ejemplos de las explicaciones de Irving de sus errores.

13.147 Reconozco que no siempre es fácil para Irving remontarse a años atrás para explicar por qué y cómo cometió sus errores. Sin embargo, considero que en muchos casos, incluidos los expuestos en el párrafo anterior, las explicaciones que ofreció no fueron convincentes. La ausencia de explicaciones creíbles apoya aún más el argumento de los Demandados de que la tergiversación hecha por Irving de las pruebas históricas no es casual.

La disposición de Irving a dudar de la autenticidad de documentos inconvenientes y de la credibilidad de testigos aparentemente de fiar

13.148 Acepto que es necesario que los historiadores, y no menos los historiadores de la era nazi, estén en guardia contra documentos que han sido falsificados o no son auténticos por algún otro motivo. Pero me pareció que durante este juicio Irving dudó de la autenticidad de ciertos documentos, no porque hubiera alguna razón verdadera para dudar de su autenticidad, sino porque no se ajustaban a sus tesis.

13.149 El ejemplo más importante es la desestimación hecha por Irving de la carta Bischoff del 28 de junio de 1943, que se refería a la capacidad de incineración de los hornos de Auschwitz (a la que me he referido en los párrafos 7.106 y 7.120). Como ya he dicho en el párrafo 13.76, estoy de acuerdo con el análisis de van Pelt según el cual hay pocas razones para dudar de la autenticidad de este documento. Pero Irving argumentó enérgicamente que se debería desestimar por ser falsa. Considero que hizo esto porque no se ajusta a sus ideas. De forma similar, Irving dedicó mucho tiempo a dudar de la autenticidad de la orden de Muller por la que se debía proporcionar a Hitler informes de los fusilamientos. Creo que hizo esto porque era un documento inconveniente para él y no porque hubiera dudas reales de su autenticidad (Irving finalmente aceptó que era auténtico). Hubo otras ocasiones en las que Irving trató de arrojar dudas sobre la autenticidad de documentos en los que se basaron los Demandados (por ejemplo, los diarios de Ana Frank y el informe sobre el gaseamiento de 97.000 judíos en Chelmno, del que se habla en el párrafo 6.71). En ningún caso me pareció que las dudas de Irving tuvieran fundamento. Su actitud con estos documentos constrataba crudamente con su tratamiento de otros documentos que eran obviamente más cuestionables. Un ejemplo es la aceptación sin dudar del informe Schlegelberger a pesar de la incertidumbre sobre su procedencia. Otro es su empleo del Tagesbefehl nº 47 a pesar de las claras pruebas de que era una falsificación. Considero que está demostrada la alegación de los Demandados de que Irving en ciertas ocasiones aplica un doble rasero a las pruebas documentales, aceptando documentos que encajan con sus tesis y rechazando otros que no.

13.150 Como ya he señalado durante el análisis  de las críticas a la historiografía de Irving, hay una comparable  falta de imparcialidad en el tratamiento que da Irving a los testigos de los hechos. Utiliza un planteamiento muy escéptico con los testimonios  de los supervivientes y oficiales del campo de Auschwitz y otros lugares que confirman el uso genocida de cámaras de gas en el campo (Tauber, Olere, Wisliceny, Hoss y Miller). Pero cuando se trata de otros testigos (como los asistentes de Hitler, Christa Schroder y Voigt), con los que hay muchas más razones para ser cuidadoso con sus declaraciones, Irving parece creerles sin dudar. Acepto que Irving había entrevistado personalmente a muchos de los testigos de la segunda categoría, y así pudo formarse su propia opinión. Pero aún así, el contraste en el planteamiento es remarcable.

13.151 Considero que el doble rasero que Irving adopta con algunos documentos y algunos testigos es otra prueba de que está tratando de manipular las pruebas en lugar de estudiarlas como un historiador objetivo que puede equivocarse a veces.

Concesiones de Irving

13.152 Fue algo sorprendente que durante el caso Irving hizo, o pareció hacer, concesiones sobre cuestiones clave. Al hacerlo, reconsideró la postura adoptada sobre esos temas antes del juicio. Esas concesiones fueron hechas por Irving en relación al fusilamiento de judíos en el Este; el uso de furgones de gaseamiento en Chelmno y Yugoslavia; el gaseamiento de judíos en los campos de la Acción Reinhard; la existencia y uso genocida de cámaras de gas en Auschwitz; y el Informe Leuchter.

13.153 Así, los Demandados alegan que, habiendo afirmado previamente que el fusilamiento de judíos en el Este en general no era autorizado y era perpetrado por pequeñas bandas de criminales, con un conocimiento parcial de Hitler, pero sin ninguna orden suya, Irving reconoció en el tribunal que quizás 1 millón y medio de judíos fueron asesinados con la autorización de Heydrich y de forma sistemática. Reconoció también que Hitler no sólo sabía del fusilamiento de judíos en el Este, sino que también aprobó su asesinato. Aceptó que Hitler tomó la iniciativa de eliminar a los judíos del Altreich. Las concesiones hechas por Irving en estos asuntos contrastaron enormemente con su planteamiento del caso antes del juicio.

13. 154 En una etapa posterior del juicio, sin embargo, Irving se retractó, al menos en parte, de las concesiones que había hecho. Rechazó parcialmente su aceptación de la responsabilidad de Hitler en los fusilamientos. En una declaración escrita Irving argumentó que el tratamiento de los judíos deportados sugería una falta de sistema y coordinación y que no había pruebas claras y contundentes del conocimiento por parte de Hitler del asesinato masivo en el Este de judíos europeos. Irving afirmó que había adoptado la postura anterior al juicio de que el asesinato de judíos en el Este había sido en su mayor parte sistemático y que la mayor parte se había perpetrado cumpliendo órdenes. Dijo que no había un cambio de postura significativo por su parte. Pero considero que Irving cambió de postura significativamente durante el juicio, en especial en la cuestión de la autorización de Hitler de los asesinatos.

13.155 Con respecto al uso de furgones de gaseamiento, antes del juicio Irving sólo estaba dispuesto a aceptar que había tenido lugar la "supuesta liquidación" de 152.000 judíos en Chelmno, y que se habían usado furgones de gaseamiento de forma experimental y a una escala muy limitada. En el juicio reconoció que se había hecho un uso sistemático de furgones de gaseamiento en el campo; que en un periodo de tiempo relativamente corto se había asesinado allí a 97.000 judíos; y que se había equivocado al decir que el uso de los furgones fue experimental. También reconoció que los nazis usaron furgones de gaseamiento para asesinar a judíos en Yugoslavia en lugar de fusilarles. La explicación dada por Irving de estos cambios en su postura fue que estaba haciendo concesiones para poder dejar de discutir estos asuntos.

13.156 En relación a los campos Reinhard, tras haber dicho antes del juicio que no hubo cámaras de gas en Treblinka, Sobibor o Belzec, Irving reconoció que no podía discutir las cifras reconocidas de judíos asesinados en esos campos, que fueron de 700 a 950.000, 200.000 y 550.000 respectivamente. De nuevo explicó sus concesiones diciendo que las había hecho "formalmente" para acelerar el juicio, añadiendo después que no había visto ninguna prueba documental que demostrara las cifras de víctimas. Ya he expuesto mi reacción a esa respuesta.

13.157 He resumido anteriormente la forma en la que Irving cambió de postura en relación al número de judíos asesinados allí con gas, pero también en relación a la existencia de cámaras de gas con fines homicidas en Auschwitz. En estos dos asuntos hubo, en mi opinión, un cambio radical. Irving dice que siempre ha aceptado que muchos judíos murieron en Auschwitz, pero no por gaseamiento.

13.158 También he descrito las concesiones de Irving en relación al Informe Leuchter: ver párrafo 7.89. Irving había expresado previamente el punto de vista de que las conclusiones del informe eran irrefutables. En el juicio, como se ha visto, reconoció sin protestar demasiado que la gran mayoría de las conclusiones de Leuchter eran erróneas y que el informe era un fracaso.

13.159 ¿Cuál es la importancia de estos cambios en la postura de Irving en relación a la cuestión de la que me estoy ocupando ahora, los motivos de Irving? Considero que los Demandados pueden justificadamente decir que la disposición de Irving a renunciar a puntos de vista que había adoptado en lo que ha escrito o dicho sobre aspectos importantes del Holocausto demuestra su disposición a hacer afirmaciones sobre la era nazi que, como ha de reconocer, no concuerdan con las pruebas disponibles. También considero que tiene fundamento la alegación de los Demandados de que el que Irving se retractara de algunas de sus concesiones, hechas cuando se tuvo que enfrentar a las pruebas de los Demandados, demuestran una disposición a adherirse a su versión preferida de la Historia, incluso aunque no esté apoyada por pruebas.

Circunstancias externas: la negación del Holocausto de Irving, su racismo, su antisemitismo y su vinculación con grupos de extrema derecha

13.160 He señalado en el párrafo 13.139 que puede haber circunstancias externas a la práctica de Irving de su profesión como historiador de las que puede ser legítimo extraer conclusiones sobre si su tergiversación de las pruebas históricas ha sido deliberada. Si las pruebas demuestran que Irving es un estudioso y cronista objetivo e imparcial de la era nazi, esto tendría mucha fuerza en contra de la conclusión de que está trabajando con unos fines. Y viceversa, si las pruebas externas indican que Irving tiene puntos de vista que son pronazis y antisemitas y que es un protagonista activo y partidario de políticas de extrema derecha, esto apoyaría la conclusión de que tergiversa las pruebas históricas para hacer que se ajusten a sus creencias políticas.

13.161 Ya he expuesto en la sección VIII mi conclusión de que Irving tiene todas las características de un negador del Holocausto. Hace repetidas afirmaciones sobre el Holocausto que son ofensivas para los judíos en sus términos y que no tienen pruebas que las demuestren, o son contrarias a las pruebas disponibles. También he expuesto en la sección IX las razones que me han llevado a concluir que Irving es un antisemita y un racista. Como he concluido en la sección X, Irving se asocia regularmente con organizaciones y personas extremistas y neonazis. La conclusión que extraigo de las pruebas es que Irving simpatiza con, y en ocasiones promueve, los puntos de vista de esas personas y organizaciones.

13.162 No es difícil discernir un patrón en las actividades y actitudes a las que he aludido en el párrafo anterior. Durante los últimos quince años, Irving parece haber incrementado su actividad política. Habla regularmente en encuentros políticos o cuasipolíticos en Alemania, Estados Unidos, Canadá y Oceanía. El contenido de sus discursos y entrevistas suele estar lleno de ideas pronazis y antijudías. Hace afirmaciones sorprendentes y con frecuencia no probadas sobre el régimen nazi que tienden a exonerar a los nazis de las terribles atrocidades que cometieron con los judíos. Se alegra de mezclarse con neofascistas y parece compartir muchos de sus prejuicios racistas y antisemitas. El retrato de Irving que surge de las pruebas de sus actividades no profesionales revela que es un orador de extrema derecha pronazi. Considero que los Demandados han demostrado que Irving tiene un plan político. Es un plan del que es legítimo concluir que le lleva a, cuando lo considera necesario, manipular las pruebas históricas para hacer que se ajusten a sus creencias políticas.

Conclusión sobre la motivación de Irving

13.163 Habiendo analizado lo que para mi son las consideraciones relevantes, vuelvo a la cuestión que definí en el párrafo 13.138. Considero que no puedo aceptar la alegación de Irving de que su falsificación de las pruebas históricas es producto de malinterpretaciones, errores inocentes  o incompetencia. Cuando se tienen en cuenta todas las consideraciones expuestas en los párrafos 13.140 a 13.161, me parece que la conclusión correcta e inevitable ha de ser que en su mayor parte la falsificación de pruebas históricas fue deliberada y que Irving tenía como motivo un deseo de presentar los hechos de una forma que concordara con su ideología incluso aunque implicara la tergiversación y manipulación de pruebas históricas.


Conclusión extraída de la defensa por  justificación

La prueba

13.164 Como ya he expuesto en los párrafos 4.7 a 4.9, la prueba que se ha de aplicar al decidir la suerte de la defensa por justificación es si los Demandados han demostrado según la norma habitual que las imputaciones publicadas sobre Irving están, según los significados que he considerado que tienen, justificadas sustancialmente. Como he señalado, los Demandados tienen que, en la extensión que pueda ser necesaria, aprovecharse de lo estipulado en la sección 5 de la Ley de Difamación de 1952.

La conferencia antisionista, el Archivo de Moscú y la Sección 5 de la Ley de Difamación de 1952

13.165 Mi conclusión general en relación a la defensa por justificación es que los Demandados han demostrado la verdad fundamental de las imputaciones, muchas de las cuales se refieren a la conducta de Irving como historiador, que he analizado en los párrafos 13.7 a 13.127. Considero que los significados difamatorios expuestos en el párrafo 2.15 y en (i), (ii), (iii) y la primera parte de (iv) están justificados sustancialmente.

13.166 Pero hay ciertas imputaciones difamatorias que considero que atacan a Irving, pero que no han sido demostradas. Los Demandados no trataron de demostrar la verdad de la afirmación de Lipstadt que dice que Irving fue invitado a hablar en una conferencia antisionista en Suecia en 1992, a la que también iban a acudir varios representantes de organizaciones terroristas como Hezbollah y Hammas. Y tampoco trataron de justificar la afirmación de Lipstadt de que Irving tiene un autorretrato de Hitler colgado en su despacho. Además los Demandados no han logrado, como he dicho, justificar las imputaciones difamatorias hechas contra Irving en relación a los diarios de Goebbels del Archivo de Moscú. La cuestión que tengo que preguntarme es si la consecuencia del fracaso de los Demandados al probar la verdad de estas cuestiones es que la defensa por justificación fracasa por completo.

13.167 La respuesta a esa pregunta requiere que decida si (estoy parafraseando la sección 5 de la Ley de Difamación de 1952) el fracaso de los Demandados al probar la verdad de esas acusaciones hiere materialmente la reputación de Irving, a la vista del hecho de que se ha demostrado que las otras acusaciones difamatorias hechas contra él están justificadas. Los acusaciones que he concluido que son sustancialmente verdad incluyen las acusaciones de que Irving, debido a razones ideológicas, ha tergiversado y manipulado persistente y deliberadamente pruebas históricas; que por las mismas razones ha dado una imagen incondicionalmente favorable de Hitler, principalmente en relación a su actitud hacia los judíos y su responsabilidad en el trato que recibieron; que es un activo negador del Holocausto; que es un antisemita y una racista y que está vinculado a extremistas de derecha que promueven el neonazismo. Considero que las acusaciones contra Irving que han sido probadas como ciertas son de suficiente gravedad como para que esté claro que el fracaso al probar la verdad de las cuestiones expuestas en el párrafo 13.165 no tiene un efecto material sobre la reputación de Irving.

13.168 Por tanto, la defensa por justificación es válida.


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