[an error occurred while processing this directive]

VI. Justificación: Pruebas de la actitud de Hitler hacia los judíos y de la amplitud, si la hubo, de su conocimiento y responsabilidad por la cambiante política de exterminio


Preámbulo

6.1 Aparte de las críticas específicas hechas por los demandados al análisis histórico de Irving, que ya he tratado en la anterior sección V de esta sentencia, los demandados hacen contra él una crítica más amplia: malinterpreta constante y seriamente lo que las pruebas, analizadas objetivamente, demuestran sobre la actitud adoptada por Hitler hacia los judíos en general y su implicación en la política que fue evolucionando para exterminarlos. Los demandados plantean que para poder llegar a alguna conclusión sobre la extensión del conocimiento de Hitler de la persecución que culminó en el genocidio que tuvo lugar en las cámaras de gas, es necesario tomar nota de su conducta (incluidas sus declaraciones públicas) a lo largo de su vida política. Si se adopta este planteamiento, los demandados sostienen que resulta claro que decir que Hitler no conocía o no autorizaba el comienzo del programa de gaseamiento es insostenible.

6.2 En esta sección plantearé los argumentos de cada parte sobre esta cuestión. Comenzaré con la cuestión de si, y si es así, en qué época, las pruebas demuestran que Hitler era antisemita. Después trataré las argumentaciones sobre la extensión, si lo hubo, de su conocimiento y responsabilidad por las políticas de fusilamiento, deportación y exterminio de judíos por medios que incluían el gas. En aras de la claridad, trataré estos asuntos en secciones separadas, reconociendo que hay cierto grado de artificialidad en este sistema. La política de exterminio de judíos no tuvo lugar en fases. Reconozco también que se superponen las cuestiones tratadas en esta sección y las de las sección V (especialmente en el punto (vi)). Inevitablemente, habrá algunas cuestiones repetidas.
 

El antisemitismo de Hitler

Cuestión disputada por las partes

6.3 Irving no discute que Hitler fuera profundamente antisemita desde al menos el final de la Primera Guerra Mundial. Pero afirmó que, una vez que llegó al poder, perdió interés en el antisemitismo. Hitler había abrazado el antisemitismo en primer lugar por razones que eran esencialmente políticas, según Irving. Los demandados plantean que Hitler fue siempre fanáticamente antisemita y jugó un papel activo supervisando y controlando la política antijudía antes de y durante la guerra.

El caso según los demandados

6.4 Longerich examinó en su informe la evolución del papel de Hitler en la persecución de los judíos. Comenzó con el surgimiento del antisemitismo de Hitler tras la Primera Guerra Mundial. En 1919, Hitler señaló las diferencias entre lo que llamó las formas emocional y racional de antisemitismo. La segunda forma llevaba a Hitler a pedir la eliminación total de los judíos. En 1920 ya usaba términos como extirpación, aniquilación y exterminio en relación a los judíos. Se refería a los judíos como una plaga, una epidemia, como portadores de gérmenes, como un bacilo dañino o un cáncer o como gusanos. En sus escritos y discursos, Hitler culpaba de la situación de Alemania al final de la Primera Guerra Mundial a una conspiración judía internacional. Básicamente su deseo había sido conseguir por un medio u otro eliminar a los judíos de suelo alemán. Como se puede ver en los diarios de Goebbels, Hitler y Goebbels dedicaron mucho tiempo a la definición de una política antisemita.

6.5 En Mein Kampf, publicado en 1926, Hitler desarrolló su antisemitismo exponiendo su deseo de eliminar a los judíos en el contexto de una teoría más amplia sobre la lucha entre razas por espacio vital. Según el punto de vista de Hitler, los judíos, al no tener un Estado propio, eran parásitos que trataban de destruir los Estados creados por razas superiores. Esta idea fue desarrollada en su 'Libro Segundo', escrito en 1927, aunque no publicado en vida. En sus discursos de finales de los años '20, Hitler declaró que los judíos no podían trabajar productivamente porque carecían de una relación adecuada con el lugar que habitaban. Por tanto, eran parásitos y gorrones. Esto no impedía a Hitler afirmar a la vez que los judíos habían logrado dominar la economía y controlar y manipular los medios en su favor. Habló de la necesidad de eliminar el poder económico de los judíos, si era necesario a través de su eliminación física. Longerich afirmó que el antisemitismo era parte integral del Weltanshauung de Hitler.

6.6 Según Longerich, cuando el partido nazi comenzó a atraerse un apoyo masivo a principios de los años '30, se recurrió al elemento antisemita por razones políticas. Incluso así, Hitler siguió refiriéndose a los alemanes como un pueblo envenenado por otro pueblo. A partir de 1935, la actitud de Hitler hacia los judíos quedó reflejada en las políticas antisemitas ejecutadas por el gobierno nazi. Longerich citó, como ejemplos de estas políticas, el papel de Hitler en la organización del boicot a los negocios judíos el 1 de abril de 1933 y la aprobación entre 1935 y 1937 de varias leyes discriminatorias. Se excluyó a los judíos del funcionariado y la administración de justicia. Se fijaron cuotas de estudiantes judíos. Longerich señala que tras llegar al poder en 1933, hay ejemplos de una influencia moderada de Hitler en la política judía, pero en su opinión, esto vino dictado por razones tácticas.

6.7 El antisemitismo de Hitler es evidente en sus declaraciones públicas de los años '30. En su discurso al Congreso del Partido del Reich en 1937, Hitler habló de la subversión judeo-bolchevique. El pogrom del 9 de noviembre de 1938, la Kristallnacht, marca el primer momento en el que los judíos y sus propiedades se vieron sujetos a una violencia y destrucción generalizadas. Ya he expuesto en las secciones V(iii) y (iv) las razones por las que los demandados alegan que Hitler aprobó y promovió el pogrom. Hitler se dirigió al Reichstag el 30 de enero de 1939 con respecto al asunto de la cuestión judía. Dijo:

"Durante mi vida he sido con frecuencia un profeta, y normalmente se han reído de mi. Durante mi lucha por el poder, eran sobre todo los judíos quienes se reían de mis profecías en las que decía que algún día alcanzaría el liderazgo del Estado, y por tanto de todo el Volk y que entonces, lograría una solución al problema judío. Creo que ahora la entonces resonante risa de los judíos de Alemania se ahoga en sus gargantas.

Hoy seré de nuevo un profeta; si los judíos de Europa y el resto del mundo tienen éxito una vez más en empujar a los pueblos a una guerra mundial, la consecuencia será no la bolchevización del mundo, y por tanto la victoria de los judíos, sino lo contrario, la aniquilación de la raza judía en Europa".

Según los demandados, Hitler volvió a este asunto en numerosas ocasiones durante la guerra a medida que la doctrina nazi contra los judíos se endurecía. Ya me he referido en la sección 5(viii) a las declaraciones de Hitler sobre la cuestión judía, y no las repetiré aquí.

Respuesta de Irving

6.8 Como ya he indicado, Irving aceptó, inevitablemente, que en sus primeros años Hitler fuera profundamente antisemita, aunque dijo que el odio de Goebbels hacia los judíos era más intenso que el de Hitler. También reconoció que el antisemitismo fue desde el principio uno de los puntales de la política nazi. Sin embargo, sugirió que el antisemitismo de Hitler era cínico en el sentido de que lo adoptó como forma de conseguir el poder. Una vez que llegó al poder, el antisemitismo de Hitler desapareció. Irving destacó las ocasiones en las que Hitler intercedió en favor de judíos concretos. Tuvo incluso entre su personal a un judío. Mantuvo en su puesto al general Milsch, medio judío.

6.9 En relación a las declaraciones públicas en las que se basan los demandados como pruebas del continuado antisemitismo de Hitler tras el establecimiento del Tercer Reich, se puede resumir la postura de Irving de la siguiente manera: acepta que ciertas ocasiones Hitler empleó un lenguaje crudo para referirse a los judíos. Pero la preocupación y objetivo de Hitler en relación al problema judío era que debía resolverse por medio de su deportación y reasentamiento fuera del Reich. He expuesto con cierto detalle en la sección V(viii) y en otros puntos las razones presentadas por Irving para decir que los demandados han malinterpretado las declaraciones públicas hechas por Hitler en relación a la cuestión judía. Irving afirmó que su descripción de Hitler como "el mejor amigo" que tenían los judíos en el Tercer Reich estaba justificada.
 

La política de fusilamiento de los judíos

Introducción

Pruebas del sistema y escala de los fusilamientos

6.10 Ambas partes están de acuerdo en que durante un periodo de tiempo que comenzó en el verano de 1941 y siguió a lo largo de 1942, un vasto número de judíos del área del Gobierno General (el nombre que recibía entonces la Polonia ocupada) fueron asesinados por medio del fusilamiento. Los demandados alegan, sobre todo a través de los informes y pruebas de Browning y Longerich, que un gran número de judíos fue ejecutado de esta forma y que las ejecuciones se llevaron a cabo siguiendo un programa sistemático que Hitler conocía y aprobaba.

6.11 Irving acepta que el número de judíos que fueron ejecutados fue elevado, pero discute el que ocurriera en la escala afirmada por los demandados. Acepta que el asesinato fuera sistemático. Tras ciertas vacilaciones, reconoció que las pruebas de las que dispone ahora indican que Hitler conocía y aprobaba lo que estaba ocurriendo.

6.12 La mayor parte de la información y pruebas documentales referidas a los fusilamientos en el Este fue destruida. Lo que queda basta para demostrar que (como aceptó Irving) el adjunto de Himmler, Heydrich, jefe de la Policía de Seguridad y los Servicios de Seguridad, creó cuatro unidades móviles de las SS llamadas Einsatzgruppen. Los Einsatzgruppen proporcionaban información referida, entre otras cosas, al número de judíos y otras personas que habían sido fusiladas. Los datos se recopilaban en informes que se enviaban a Berlín, donde el personal de Heydrich procesaba la información en informes de hechos (Ereignismeldungen). También se elaboraban informes de actividades. Estos documentos son la principal fuente de conocimiento de los fusilamientos en el frente oriental hasta la primavera de 1942. Además de los Einsatzgruppen, existían otras unidades que también se encargaban de los asesinatos. Por ejemplo una unidad de policía, dirigida por Jeckeln, un alto mando de las SS y la Policía, asesinó a 44.125 personas en agosto de 1941. Otras unidades llevaron a cabo asesinatos masivos de una escala similar, si no mayor.

6.13 En numerosas ocasiones antes del comienzo de este juicio, y en las primeras etapas de esta vista, Irving afirmó que el fusilamiento de judíos en el Este era aleatorio, no estaba autorizado, y era llevado a cabo por grupos o mandos individuales. Irving comparó los fusilamientos con los trágicos hechos de Mi-Lai, durante la guerra de Vietnam. Sin embargo, durante el transcurso del juicio, Irving cambió radicalmente de postura: aceptó que el asesinato por fusilamiento había tenido lugar en una escala masiva de entre 500.000 y 1,500.000 personas, y que el programa de ejecuciones había sido llevado a cabo de una forma sistemática y de acuerdo con órdenes de Berlín. En cuanto a la cuestión vital de si Hitler conocía y aprobaba el fusilamiento de judíos en el Este, Irving fue ambiguo. Finalmente, entendí que su postura era que ahora reconoce que Hitler conocía y aprobaba lo que estaba ocurriendo. Pero en el tiempo en el que estaba escribiendo sobre el tratamiento dado a los judíos en el Este (que, como destaca claramente es el tiempo material para evaluar los planteamientos hechos contra él por los demandados), las pruebas disponibles no implicaban a Hitler. Me concentraré en los argumentos presentados por las partes en este aspecto.

El caso según los demandados

6.13 Según los demandados, la secuencia de los hechos, a grandes rasgos, fue la siguiente: el 19 de mayo de 1941, se emitieron órdenes para la Wehrmacht llamando a tomar "medidas implacables, enérgicas y drásticas" contra, entre otros, los judíos en general. No había una autorización explícita de las ejecuciones. Sin embargo, a través de su orden del 2 de julio de 1941, Heydrich identificó las categorías de judíos a ser asesinados. Las instrucciones que dio a los Einsatzgruppen en una sección de la orden con título "Ejecuciones" incluía las siguientes categorías que se debían fusilar:

"Se ha de ejecutar a todos los funcionarios de la Komintern (así como a todos los comunistas profesionales), los funcionarios de medio y bajo nivel del partido, el Comité Central, los comités de distrito y regionales, los comisarios del pueblo, los judíos que cumplan funciones en el partido o para el Estado, otros elementos radicales (saboteadores, propagandistas, francotiradores, asesinos y agitadores, etc.)"
Al mismo tiempo, Heydrich dio instrucciones para fomentar subrepticiamente pogroms en los guetos judíos. Se ordenó a los Einsatzgruppen que animaran a elementos antijudíos locales a promover dichos pogroms, pero sin dejar ningún rastro de implicación nazi. Longerich señaló que una vez que los pogroms han comenzado, no hay forma de ejercer control sobre a qué personas se asesinará.

6.14 Browning presentó pruebas de que en las primeras etapas, los judíos objetivo eran hombres en posiciones de liderazgo y de determinadas profesiones (excluyendo a los doctores, aunque no, según Browning, por razones militares). Longerich declaró que en una economía dirigida por el Estado habría un gran número de judíos ocupando puestos en el partido o la Administración del Estado, quizás cientos o miles. Destacó la amplitud de la última categoría de la orden de Heydrich, que concluye con un "etc" que potencialmente puede abarcar a todos. De hecho, según Longerich, permitió que los hombres encargados de hacer cumplir estas órdenes realizaran ejecuciones a voluntad.

6.15 Las instrucciones de Heydrich fueron interpretadas con amplitud: los informes de los Einsatzgruppen indican que un gran número de judíos adultos fueron llevados a la muerte sin tener en cuenta si ocupaban algún cargo en el partido o el Estado. Browning señala que se marcó como objetivos a los profesionales y otros líderes de la comunidad. Cita como ejemplo el informe de julio de 1941 del Einsatzgruppe C, en el que se dice que "se ha liquidado a líderes intelectuales judíos (en particular, profesores, abogados, funcionarios del soviet)". Hay una indicación de la escalada en las dimensiones de los fusilamientos en una nota al pie de un informe elaborado por el jefe de un Einsatzkommando, Jager, con fecha del 2 de agosto de 1941. Jager había defendido el encierro de los judíos en guetos en el Ostland, pero su superior, Stahlecker, le informó de que se habían recibido "órdenes generales de arriba que no se pueden comentar por escrito". Posteriormente, el Kommando de Jager fusiló a judíos, incluidos mujeres y niños, en un número rápidamente creciente. Así que parece, dicen los demandados, que las restricciones que se habían impuesto con respecto a qué judíos se había de fusilar se habían relajado.

6.16 En agosto de 1941, la campaña de asesinatos había aumentado para incluir a las mujeres y los niños judíos. El 1 de agosto de 1941 Himmler emitió una "orden explícita" para las unidades de las SS que se preparaban para barrer los pantanos del Pripiat:

"Se ha de fusilar a todos los judíos. Lleven a las mujeres a los pantanos".
Browning alegó que la respuesta a estas instrucciones por parte del Obersturmbannführer Magill demuestra  que comprendió bien la intención que se ocultaba tras ellas, que se había de asesinar a los judíos en cuestión:
"El llevar a las mujeres y los niños a los pantanos no tuvo el éxito esperado porque los pantanos no eran suficientemente profundos como para hundirse en ellos".
Longerich también interpretó que las instrucciones ordenaban la muerte de los judíos en cuestión, incluidas las mujeres. Pero reconoció que no eran de aplicación general, sino que se limitaban a la operación destinada a barrer los pantanos del Pripiat. Longerich estimó el número de víctimas en 14.000.

6.17 Los demandados dicen que el número total de personas asesinadas se puede derivar o extrapolar de los informes basados en información proporcionada por los Einsatzgruppen. Dichos informes, tomados al pie de la letra, indican que cada uno de los cuatro grupos dijo haber asesinado a decenas de miles de judíos en los últimos meses de 1941. No todos los informes distinguen entre judíos y no judíos, pero otros sí. Browning cita como ejemplo típico el llamado Informe Jager. Este informe indica que la cifra de no judíos asesinados por un único Kommando, el Einsatzkommando 3, en Lituania, durante diciembre de 1941, fue de 2.042 personas, es decir, aproximadamente el 1,5% de total de muertes registradas, 134.000. Otros informes indican unas proporciones similares. Browning concluyó que hay pruebas claras que permiten decir que la gran mayoría de personas que se indica en los informes que fueron asesinadas eran judíos. Los demandados se basan para demostrar su afirmación de que los fusilamientos se llevaban a cabo de forma sistemática en el hecho de que se enviaban regularmente informes de los fusilamientos a Berlín.

6.18 Según Browning, hubo todavía otra ampliación de la campaña de asesinatos a partir de finales de septiembre, cuando comenzaron las Grossaktionen (acciones a gran escala), en las que se eliminó a comunidades judías al completo. Por ejemplo, se asesinó a 33.000 judíos en Kiev del 29 al 30 de septiembre de 1941. No sólo se exterminó a judíos habitantes de los guetos de las grandes ciudades, sino que también ciudades más pequeñas y áreas rurales se convirtieron en territorios Judenfrei (libres de judíos). Longerich declaró que en otoño de 1941 el programa de asesinato de judíos pasó a una segunda fase. Hasta entonces, el objetivo habían sido judíos soviéticos, centrándose inicialmente en los círculos intelectuales, para después extenderse a otros judíos. Dijo que las pruebas demuestran que a partir de otoño de 1941, se extendieron los asesinatos a judíos de diversas zonas de Polonia y Serbia. En la primavera y el verano de 1942, los asesinatos se extendieron aún más. Stahlecker, según informa el 15 de octubre de 1941, admitió que se había visto desde el principio que los guetos no resolverían el problema judío y que por tanto se habían emitido "órdenes básicas" para actuar de la forma más completa posible contra los judíos.

6.19 Los demandados recurren a un intercambio de correspondencia que tuvo lugar en noviembre y diciembre de 1941 para explicar cómo era la política de ejecución de los judíos en aquel periodo. El 15 de noviembre de 1941 Lohse, Reichskomissar de los Territorios del Este, escribió a Rosenberg, Reichsminister de esos territorios, informándole de que había prohibido la ejecución "incontrolada" de judíos en una ciudad de Letonia  porque no se había llevado a cabo de una forma que estuviera justificada. Lohse preguntó si había alguna orden de liquidar a todos los judíos del Este sin tener en cuenta los intereses económicos de la Wehrmacht. La respuesta de la oficina de Rosenberg del 18 de diciembre de 1941 decía que "la clarificación de la cuestión judía se ha llevado a cabo más frecuentemente a través de discusión verbal". La carta continuaba diciendo que no se habían de tener en cuenta las consideraciones económicas y que cualquier cuestión que surgiera debería aclararse directamente con oficiales de alta graduación de las SS y la Policía. Longerich interpretó este intercambio como instrucciones para Lohse para que en el futuro se diera a las SS carta blanca para ejecutar a los judíos. No se dieron instrucciones indicando que en el futuro no se deberían realizar fusilamientos masivos. Al contrario, Rosenberg confirmaba que los fusilamientos masivos debían continuar, pero en el futuro, de una forma más organizada bajo la supervisión de las SS. Según Longerich esto se relaciona con la orden a la que hizo referencia Bruns en su relato de los hechos acontecidos en el fusilamiento de judíos en Riga del 1 de diciembre de 1941. He expuesto en la sección V(vii) el relato de Bruns sobre la orden que se le dio, que en adelante se deberían realizar los fusilamientos de una forma más discreta.

6.20 Durante el invierno de 1941-42, hubo un parón temporal de los fusilamientos fuera de las repúblicas bálticas, debido en parte a que el suelo helado impedía cavar fosas para enterrar a los judíos asesinados, y en parte por la necesidad de recurrir a mano de obra judía. Pero en otros lugares, según un informe de situación de Himmler de febrero de 1942:

"Mientras que la cuestión judía en el Ostland puede considerarse casi resuelta y aclarada, se continúa avanzando en la clarificación de este problema en otros territorios ocupados del Este".
En la primavera de 1942 se reanudó la campaña intensiva de asesinatos. Se puede juzgar su escala a partir de un informe fechado el 26 de diciembre de 1942 (al que me referiré con más detalle más adelante), en el que se decía que en Ucrania y Bialystok se exterminó a 363.211 judíos durante los cuatros meses que van de agosto a noviembre. En aquel tiempo ya ni siquiera se perdonó a los trabajadores judíos que podrían haber contribuido al esfuerzo de guerra nazi.

6.21 Se pueden extraer más pruebas de la existencia de un programa sistemático de exterminio masivo de judíos, según los demandados, de lo que Longerich describió como un extraordinario discurso de Himmler a oficiales de las SS en Posnan, el 4 de octubre de 1943. Dijo:

"También quiero hablarles con total franqueza de un asunto muy grave. Podemos hablar de él abiertamente entre nosotros, pero en ningún caso podemos hablar de esto públicamente. Igual que cuando no dudamos el 30 de junio de 1934 al cumplir nuestro deber como nos fue ordenado, y pusimos contra la pared y fusilamos a camaradas que nos habían fallado, nunca hemos hablado de ello y nunca hablaremos de ello. Asumimos de forma natural - una asunción que, gracias a Dios, es inherente a nosotros- el no discutir el asunto entre nosotros, no hablar de ello... La mayor parte de ustedes saben lo que es tener delante un centenar de cadáveres, o quinientos. Haber pasado por esto y- salvo casos excepcionales de debilidad humana- haberse mantenido en la decencia, eso es lo que nos ha hecho duros. Esto es una página gloriosa en nuestra historia, una que nunca ha sido escrita y no podrá ser escrita".
Longerich aceptó la sugerencia planteada por Irving, que Himmler podía haber estado tratando de convertir a sus oficiales de las SS en cómplices tras los hechos. Pero en el discurso Himmler reconoció expresamente las grandes operaciones que las SS habían estado llevando a cabo.

6.22 Browning y Longerich concluyen que en los documentos nazis (algunos de los cuales he analizado anteriormente) hay pruebas claras de un programa de asesinato masivo sistemático de judíos en el territorio soviético ocupado y en el Gobierno General por medio del fusilamiento. El objetivo explícito de esta política era la limpieza del área, dejar libres de judíos estos territorios. La escala de la masacre, dicen los demandados, fue terrible.

El conocimiento de los hechos de Hitler

6.23 ¿Era Hitler consciente de que lo que estaba ocurriendo y lo aprobaba? Aunque (como ya he indicado) Irving estaba dispuesto en un momento del juicio a aceptar que en términos generales la respuesta a esta pregunta es afirmativa, más adelante cambió de idea. En estas circunstancias, es necesario que plantee los argumentos en disputa en este asunto.

6.24 La respuesta de los demandados a esta pregunta es, en primer lugar, que la escala de los asesinatos fue tan inmensa y su efecto en el esfuerzo de guerra tan grande, que es difícil concebir que no consultara a Hitler ni que se buscara su autorización. Los demandados presentaron el testimonio de Sir John Keegan, llamado a declarar por Irving, que dijo que era maligno sugerir que Hitler no fue consciente hasta octubre de 1943 de lo que estaba ocurriéndole a la población judía: desafía al sentido común. Pero los demandados afirman que hubo lo que Browning describió como un proceso incremental de toma de decisiones. Browning presentó pruebas de que en su opinión Hitler le había dejado claro a Himmler y Heydrich lo que quería que se hiciera en términos de limpieza étnica, y dejó a sus subordinados que llevaran a cabo sus deseos. Resumiré las etapas en las que, según los demandados, se puso en práctica el programa.

6.25 Según Himmler, Hitler comentó que un memorándum que Himmler le había presentado el 25 de mayo de 1940 era "muy bueno y correcto". El memorándum había expresado la esperanza de que por medio de una gran emigración de todos los judíos a una colonia africana "el concepto del Judío sería totalmente extinguido". Aunque el memorándum describía la extirpación física de los judíos como "algo no alemán e imposible", Browning señaló que este intercambio tuvo lugar en un momento en el que la limpieza étnica de judíos (como él la describió) se había frenado, ante todo debido a la intervención de Goering y Frank, que estaban interesados en darle prioridad al esfuerzo de guerra. Browning afirmó que, con la victoria nazi aparentemente asegurada en Francia, el memorándum indica que Himmler se dirigió a Hitler para obtener su aprobación para revalidar el programa de limpieza étnica. Necesitaba la aprobación de Hitler para contrarrestar cualquier acción de Goering o Frank destinada a bloquear el programa.

6.26 En la primavera de 1941, mientras tenían lugar los preparativos para la Operación Barbarroja (la invasión de Rusia), Hitler dejó claro que iba a comenzar una guerra de destrucción y pidió la aniquilacón de la intelectualidad judeo-bolchevique. Éste sentimiento generó la propuesta de creación de los Einsatzgruppen, y el programa de fusilamientos masivos que ya he descrito. Este programa no fue, como dijo Browning, "microgestionado" por Hitler. Pero dijo que fueron las ideas y expectativas de Hitler las que crearon una atmósfera genocida que generó propuestas concretas para su puesta en práctica. Browning argumentó que Hitler quería que sus generales vieran la guerra contra Rusia como algo con una  fuerte dimensión ideológica, no como una guerra convencional. Habiendo sido invitadas por Hitler a hacerlo, las SS, junto a los planificadores militares, elaboraron planes concretos para hacer realidad la idea de Hitler.

6.27 Los demandados reconocen que las pruebas documentales que implican a Hitler en una política de fusilamiento sistemático de judíos son escasas. No hay ninguna "pistola humeante". Se destruyó un gran número de documentos, muchos por orden de Heydrich, así que el cuadro descrito por los documentos es parcial. Sin embargo, los demandados destacan un cierto número de documentos que, afirman, señalan, aunque no de una forma no ambigua, la complicidad de Hitler.

6.28 El punto de arranque de los documentos que prueban la complicidad de Hitler es el registro de las instrucciones dadas por éste al general Jodl, Jefe del Alto Mando del Ejército, el 3 de marzo de 1941 en relación a la revisión de las normas a seguir en las áreas de Rusia que se esperaba conquistar. Hitler ordenó:

"Esta próxima campaña es más que una lucha con armas; también llevará a la confrontación de dos formas de ver el mundo. Para terminar esta guerra, no bastará simplemente con derrotar al ejército enémigo... se ha de eliminar (beseitigt) a los intelectuales judeo-bolcheviques, los opresores del pueblo".
Estas instrucciones, junto a otras declaraciones similares hechas por Hitler en este tiempo, evidencian el papel central que, según los demandados, jugó Hitler cuando llegó el momento de convertir la ideología nazi en acciones concretas. Según Browning, se puede discernir que Hitler no hablaba sólo de necesidades militares, sino también ideológicas. Como expresó Longerich, Hitler estaba sentando las bases de una guerra racista de exterminio.

6.29 A continuación vino lo que Longerich describió como un paquete de medidas, en cuya creación intervino estrechamente Hitler, para la puesta en práctica de esa guerra. Jodl, siguiendo las instrucciones recibidas de Hitler, elaboró el 13 de marzo de 1941 una directiva que decía:

"En el área de operaciones del Ejército, El Führer ha otorgado responsabilidades especiales al Reichsführer de las SS para la preparación de la administración política; estas responsabilidades especiales provienen de la lucha decisiva y definitiva entre dos sistemas políticos opuestos. En el contexto de estas responsabilidades, el Reichsführer de las SS actuará de forma independiente asumiendo su responsabilidad".
Longerich deduce que la razón por la que se daban a Himmler estas responsabilidades especiales era que el Ejército no iba a ser lo suficientemente radical a la hora de llevar a cabo las operaciones de policía y seguridad.

6.30 Hitler hizo declaraciones similares, aunque no referidas a los judíos explícitamente, ante oficiales veteranos del ejército el 17 de marzo de 1941. Dijo:

"La intelectualidad creada por Stalin ha de ser destruida (vernichtet). La maquinaria de liderazgo del imperio ruso ha de ser derrotada. En el área de la Gran Rusia, es necesario el uso de la fuerza más brutal".
Habló de una forma similar en un encuentro de generales el 30 de marzo de 1941 donde, según las notas abreviadas del general Halder, Hitler dijo:
"El comunismo es un increíble peligro para el futuro... Los comunistas no son camaradas, ni antes ni después. Hablamos de una guerra de exterminio... No estamos extendiendo la guerra para conservar al enemigo... Guerra contra Rusia: exterminio de los comisarios bolcheviques y de los intelectuales comunistas".
6.31 El 16 de julio de 1941 tuvo lugar una conferencia a la que asistieron entre otros Hitler y Rosenberg. Según un memorándum de Bormann, Hitler dijo:
"Este gigantesco territorio se ha de pacificar lo antes posible; esto ocurrirá si se fusila a cualquiera que tenga un aspecto gracioso" (o siguiendo una traducción alternativa preferida por Irving, "a cualquiera de cuyo aspecto recelemos".
Longerich afirmó que Hitler estaba de una forma demostrada apoyando las brutales masacres que estaban teniendo lugar y autorizando la ejecución por mera sospecha. Como dijo Browning, era un permiso para disparar a cualquiera.

6.32 Los demandados dan una importancia considerable, en conexión con la cuestión del conocimiento de Hitler de los fusilamientos, a unas instrucciones dadas el 1 de agosto de 1941 a los Einsatzgruppen por Muller, jefe de la Gestapo, en la Policía de Seguridad de Heydrich, en la que decía:

"Se ha de mantener informado en todo momento al Führer del trabajo de los Einsatzgruppen en el Este".
Según los demandados, este documento (al que ya he hecho referencia en la sección anterior) demuestra que los informes de los Einsatzgruppen, que proporcionaban información sobre las ejecuciones llevadas a cabo por ellos, se proporcionaban a Hitler de forma continuada. Las listas de distribución demuestran lo ampliamente que circulaban estos informes. Se enviaron copias a la Cancillería del Reich. Según Longerich, hay pruebas de que se envió una copia de al menos uno de esos informes a Bormann. Concluyó que es inconcebible que Hitler no viera esos informes. Las instrucciones de Muller coincidieron con la escalada de los fusilamientos, pasando de grupos seleccionados al asesinato indiscriminado de judíos, incluidos mujeres y niños. Los demandados alegan que el aparente deseo de Hitler de ser informado implica que recibió informes de forma regular sobre el fusilamiento de judíos en esos meses.

6.33 Como ya he mencionado en la sección V(vii), el 25 de octubre de 1941, según su charla de sobremesa, Hitler dijo:

"Esta raza criminal [los judíos] carga en su conciencia la muerte de dos millones de personas en la Guerra Mundial, ahora de nuevo ¿Y quién se preocupa de nuestro pueblo? Es bueno que nos preceda el terror (schrecken) a que estemos exterminando a los  judíos".
Los demandados dicen que se ha de deducir de estas palabras que Hitler recibía informes de los Einsatzgruppen, tal y como se contempla en las instrucciones de Muller del 1 de agosto.

6.34  El 30 de noviembre de 1941, Hitler visitó la Guarida del Lobo. A las 13:30, antes de reunirse con Hitler para el almuerzo, telefoneó a Heydrich a Praga para hablar de un transporte de judíos procedente de Berlín. La nota de Himmler incluye el texto "Keine Liquidierung", discutido por las partes. He explicado los argumentos en disputa en la sección V(vi). Según la interpretación que hacen los demandados de la nota, lo más probable es que Himmler hablara con Hitler de este transporte que iba de Berlín a Riga. Aunque Himmler ordenó que no se asesinara a los judíos que iban en ese transporte, es razonable deducir que Hitler conocía y aprobaba el fusilamiento de otros judíos en el Este.

6.35 En los párrafos 5.127 a 131 anteriores, he hecho referencia a los textos del diario de Goebbels referidos a su reunión con Hitler el 21 de noviembre de 1941, al discurso dado por Hitler ante los Gauleiter el 12 de diciembre de 1941, y al informe de Frank sobre dicho discurso el 16 de diciembre de 1941. No lo repetiré, salvo para decir que los demandados se basan en estos documentos para demostrar que Hitler conocía y aprobaba la política de ejecución de judíos y otros colectivos en el Este por medio del fusilamiento.

6.36 Una entrada de la agenda de Himmler del 18 de diciembre de 1941 registra que uno de los temas propuestos a tratar con Hitler en su próxima reunión era la Judenfrage (la cuestión judía). Junto a esa entrada, al parecer (dicen los demandados), tras hablar con Hitler, Himmler había anotado "als Partisanane auszurotten" (que sean aniquilados como los partisanos). Según los demandados, esto demuestra que Hitler, tras ser expresamente consultado, aprobó el asesinato de judíos, encubriéndolo como ejecuciones de partisanos, como solución al problema judío.

6.37 Los demandados alegan que esta interpretación de la nota de Himmler se ve confirmada y es coherente con el informe nº 51, con fecha del 26 de diciembre de 1942, sobre la campaña contra los partisanos en Ucrania, el sur de Rusia y Bialystok, que fue reescrito a máquina tres días después con un tipo de letra más grande para que, según dicen los demandados, Hitler pudiera leerlo con su escasa vista. En este último formato, viene encabezado con el título: "Informes al Führer sobre la lucha contra los partisanos". Lleva un sello en la portada que dice "vorgelegt (entregado) 31.12.42". Informa del número de muertos en los cuatro meses anteriores. Se da una cifra de judíos ejecutados de 363.211. Browning deduce que este es un informe de toda una serie que recibió Hitler de acuerdo con las instrucciones dadas por Muller el 12 de agosto de 1941 para que Hitler fuera informado detalladamente de los fusilamientos realizados por los Einsatzgruppen.

6.38 Longerich fue claro en su conclusión al decir que, si se tiene en cuenta la escala de la política de exterminio y lo que suponía en términos de logística y gastos, es completamente inconcebible que Hitler no fuera conocedor de los fusilamientos y su escala. Estas pruebas de la época que han sobrevivido confirman, según los demandados, que Hitler conocía los hechos y los aprobaba. Browning rechazó como absurda la idea de que Himmler, que siempre ejecutaba ansioso las órdenes de su amo, no discutiera regularmente con Hitler las ejecuciones de judíos y otros realizadas por unidades de las SS.

Respuesta de Irving

Pruebas del sistema y escala de los fusilamientos

6.39 Ya he dedicado atención al número de personas que, como Irving admitió, fueron asesinadas en el Este. Irving reconoció que las pruebas demuestran que tuvo lugar una aterradora masacre de judíos en el frente oriental, pero alegó que, al menos en sus etapas iniciales, los fusilamientos fueron selectivos, limitados al colectivo de intelectuales, y sirvieron a una finalidad militar. Discutió que los fusilamientos tuvieran lugar en la escala masiva alegada por los demandados. Sugirió que muchas de las cifras citadas por los expertos de los demandados y en los documentos en los que se basan eran "cifras de fantasía".

6.40 Irving alegó que las "medidas implacables, enérgicas y drásticas" contra los judíos ordenadas en las directrices del 19 de mayo de 1941 no querían decir que se les iba a fusilar, sino que deberían ser arrestados y encerrados. Si las directrices hubieran querido decir que se debía asesinar a los judíos, habrían dicho eso. Longerich rechazó esta hipótesis.

6.41 Irving señaló que las instrucciones de Heydrich del 2 de julio de 1941 limitaron estrictamente los judíos  a ejecutar a aquellos que tuvieran puestos en el partido o la administración del Estado. No aceptó que fuera correcto deducir que las instrucciones tenían la finalidad de ser interpretadas más ampliamente por el mero hecho de que las ejecuciones realizadas se extendieron más allá de esas categorías. Irving alegó que no hay ninguna prueba de que se emitiera una orden que autorizara la ejecución de categorías de judíos más amplias.

6.42 Irving dedicó un extenso tiempo en su interrogatorio a Longerich a los detalles de los asesinatos proporcionados por los Einsatzgruppen A, B, C y D, que derivó en su mayor parte de los informes presentados por éstos. Irving sugirió, por ejemplo, que algunos de esos informes fueron recopilados por gente como el general Bach-Zelewski, que era un asesino en masa, y cuyo informe es por tanto poco fiable. Irving no aceptó que se pudieran tomar al pie de la letra los informes de los Einsatzgruppen. Alegó que los jefes de los Einsatzkommandos, que constituían los Einsatzgruppen, habrían ansiado impresionar a sus superiores con las cifras de muertos, por lo que exagerarían las cifras. Browning y Longerich aceptaron que es posible que algunos kommandos trataran de evitar el aparentar falta de celo y que exageraran sus logros. Pero Browning consideró que las cifras eran precisas como "cifras aproximadas". Añadió (y esto fue aceptado por Irving) que las cifras, aunque no sean del todo precisas, son de cualquier forma enormes. Longerich coincidió en esto. Añadió que las cifras no se derivan sólo de los informes de los Einsatzgruppen; hay otras fuentes.

6.43 Irving expresó sus dudas sobre la viabilidad logística de la realización por parte de los Einsatzgruppen de ejecuciones de la escala indicada, dados sus limitados efectivos y equipamientos y dadas las otras tareas que se les asignaron. Los Einsatzgruppen eran tan sólo 3.000 hombres. Pero Browning señaló que se recurrió al ejército como apoyo. Longerich calculó que, junto con los efectivos auxiliares disponibles, el número total de los implicados en los fusilamientos pudo rondar los 30.000.

6.44 Otro argumento planteado por Irving es que los informes podrían ser imprecisos en sus recuentos del número de judíos fusilados porque los auxiliares de las SS no siempre sabrían si los ejecutados eran o no judíos. Sugirió que esta debe haber sido la reacción de la inteligencia británica cuando interceptaron informes sobre las cifras de ejecutados. Browning respondió que el Informe Jager ilustra el cuidado puesto en contabilizar a los hombres, mujeres y niños judíos. Explicó que la respuesta pasiva británica a la interceptación de los informes probablemente refleja su incapacidad para asimilar el que los nazis dedicaran recursos necesarios para su esfuerzo de guerra a asesinar a un gran número hombres, mujeres y niños judíos en pleno transcurso de una guerra.

6.45 Irving también alegó que habría muchos que, conociendo los asesinatos masivos que estaban perpetrando las SS, huyeran en dirección este hacia Rusia (para encontrar allí, sin duda, el mismo destino). Un informe del 12 de septiembre de 1941 hace referencia a la "evacuación espontánea" de cientos de miles de judíos que al parecer se trasladaron al otro lado de los Urales, constituyendo un éxito indirecto para las fuerzas de seguridad. Según Irving, al calcular la escala de los fusilamientos, se ha de tener en cuenta a los judíos que huyeron al este para evitar ser fusilados. Irving también sugirió que muchos de los judíos asesinados murieron a manos de grupos de población local antijudíos, y no ejecutados por los Einsatzgruppen. Browning declaró que dichos pogroms tuvieron lugar, pero sólo durante un limitado periodo de tiempo, en los primeros días de la guerra.

El conocimiento de los hechos de Hitler

6.46 Como ya he dicho, la postura de Hitler en esta cuestión fluctuó a lo largo del juicio. Al presentar sus pruebas, tras indicar un cierto número de razones por las que dudaba del conocimiento de Hitler de cualquier programa sistemático de ejecución de judíos en Rusia u otros lugares de los territorios orientales, Irving reconoció en el interrogatorio que era legítimo concluir que los fusilamientos en el Este fueron llevados a cabo con el conocimiento y aprobación no sólo de Heydrich, sino también con el de Himmler y Hitler. Aceptó que los informes de las cifras de ejecutados fueron enviadas por los Einsatzgruppen a Berlín de forma regular. Irving dijo que no conoció hasta el verano de 1999 el documento Muller de agosto de 1941, en el que Hitler solicitaba que los Einsatzgruppen le proporcionaran informes. Pero reconoció que las pruebas de las que se dispone ahora indican que hubo un control coordinado y sistemático desde Berlín de los asesinatos en el frente oriental. En particular, Irving aceptó, a la luz de la nota de la agenda de Hitler para el 18 de diciembre de 1941, que la masacre de judíos en el Ostland fue llevada a cabo con la autorización de Hitler. También reconoció que hubo un programa sistemático de fusilamiento de judíos y otros colectivos que Hitler conocía y aprobaba.

6.47 Pero durante su interrogatorio a Longerich, Irving le planteó un gran número de preguntas que parecían sugerir que defendía que Hitler no conocía estos hechos y que no autorizó ningún programa o política de esa clase. Señaló que no ha aparecido ningñun documento que indique que Hitler autorizó expresamente los fusilamientos. Durante su interrogatorio, Irving presentó diversos argumentos sobre por qué sería incorrecto suponer que Hitler fue cómplice en el fusilamiento de judíos y otros colectivos en el periodo 1941-42. Irving planteó la hipótesis (aceptada por Longerich) de que antes de mediados de 1941 no hay ninguna orden de Hitler de exterminar a los judíos. Así, no hay ninguna indicación en las instrucciones o directivas dadas por Hitler al general Jodl y al personal del Alto Mando de Operaciones el 3 de marzo de 1941 de que se debía ejecutar a los judíos cuanto comenzara la campaña de Rusia. Irving alegó que estas instrucciones, así como las directrices emitidas en octubre de 1941, deberían verse como medidas puramente militares. Hitler estaba tratando la cuestión de la disciplina militar, y no autorizando un exterminio ideológico. Estaba diciendo que el Reich se enfrentaba a un enemigo judeo-bolchevique que debía ser destruido por una cuestión de necesidad militar. Hitler no dio ninguna orden que dijera explícitamente que se debía asesinar sistemáticamente a los judíos. Más aún, Irving afirmó que la iniciativa de emitir estas ordenes fue del Alto Mando Nazi, y no de Hitler.

6.48 En cuanto a las "responsabilidades especiales" que Jodl indicó, de acuerdo con las órdenes de Hitler, que se concederían a Himmler, Irving sugirió que esto provino del deseo de Himmler de ampliar su área de responsabilidad. Afirmó que la costumbre de Hitler era darle a Himmler carta blanca sin requerirle que le indicara lo que estaba haciendo. En cualquier caso, dijo Irving, a Hitler le preocupaba por razones militares, y no  ideológicas, asegurar la retaguardia del ejército nazi en su avance hacia Rusia. Longerich manifestó no estar de acuerdo: no se pueden diferenciar los objetivos militares de los ideológicos.

6.49 En relación a las diversas declaraciones hechas por Hitler en la primavera de 1941 sobre la inminente "guerra de destrucción" y el "exterminio de los judíos", Irving señaló que los nazis iban a embarcarse en la Operación Barbarroja, así que se han de considerar esas palabras bajo una óptica militar y no ideológica. Más aún, Hitler era consciente de las brutalidades de las que era capaz el Ejército Rojo, y estaba dando un aviso de lo que supondría la guerra. La respuesta de Browning a esta hipótestis fue que la campaña tenía objetivos tanto militares como ideológicos.

6.50 Irving arrojó dudas sobre la hipótesis de los demandados según la cual se crearon los Einstazgruppen como consecuencia de los preparativos ordenados por Hitler. Su existencia fue producto, sugirió, "de una especie de combustión espontánea".

6.51 Irving dedicó una considerable cantidad de tiempo a la autenticidad del documento con fecha del 1 de agosto de 1941, del que se alega que prueba una orden de Muller de proporcionar a Hitler informes sobre los fusilamientos. Señaló que el documento presentado ante el tribunal no es más que una Abschrift: el original ha desaparecido. Tiene la modesta clasificación de seguridad de geheim (secreto), que no es apropiada para un documento referido a la Solución Final. Irving presentó una carta de los Archivos Federales alemanes según la cual el documento no está en el archivo del que dice proceder. Los demandados respondieron a esta afirmación señalando que se conoce y acepta como auténtico el documento desde hace veinte años. Hay copias de la Abschrift en el Archivo de Moscú y en el de Ludswigsberg. También llamaron la atención sobre diversos documentos igualmente sensibles que también fueron clasificados como geheim. La razón por la que no hay ninguna copia del documento Muller en el archivo referenciado en la carta del archivista alemán es que se dio un número de archivo erróneo. Longerich no tiene ninguna duda de que el documento es una copia auténtica del original. Finalmente, Irving aceptó su autenticidad, aunque siguió expresando sus muchos recelos hacia él.

6.52 Irving declaró que no dudaba de la autenticidad del documento Muller. Alegó, sin embargo, que dado que no conoció su existencia hasta que se le presentó el documento durante el interrogatorio, no se le puede criticar por no tenerlo en cuenta. Los demandados no aceptaron esto. Las razones que alegaron son, en primer lugar, que el documento Muller aparece en la página 86 de la obra de Fleming Hitler und die Endlosung. La copia de este libro de Irving, que tiene notas suyas, parece demostrar que ha leído el párrafo correspondiente de la página 86 (aunque Irving lo negó). La segunda razón es que Fleming hace referencia al archivo de Munich en el que se puede encontrar el documento. La tercera razón es que, cuando se le preguntó por el libro de Fleming en 1983, Irving respondió que era "una mentira". En su declaración, Irving alegó que estaba fundamentando lo que dijo en críticas literarias del libro de Fleming.

6.53 Irving alegó que el documento Muller no tiene en ningún caso el significado que alegan los demandados. No obligaba a los Einstazgruppen a informar a Hitler de los fusilamientos. Como indica el encabezamiento y el texto, se refería tan sólo a proporcionar material visual, como carteles y fotografías, como parte de las operaciones de los grupos de recopilación de información para Inteligencia. A pesar de estas dos cosas, Browning y Longerich se mantuvieron en su alegación de que este documento es el único que se puede usar como prueba de que se mantuvo informado a Hitler de los fusilamientos. Irving destacó que, aparte del Informe de Hechos nº 51, no ha aparecido ningún informe que haya sido reescrito a máquina en el tipo grande que requería la vista de Hitler.

6.54 Otra prueba en la que se basa Irving para demostrar el desconocimiento de Hitler de cualquier programa sistemático de exterminio es la entrada del registro de llamadas telefónicas de Himmler del 30 de noviembre de 1941 referida a una llamada hecha por él desde el búnker de Hitler a Heydrich en Praga. Ya me he referido a este argumento de Irving basado en este registro de llamadas en los párrafos 5.97, 5.98 y 5.104.

6.55 Irving presentó un argumento similar en relación al mensaje enviado el 1 de diciembre de 1941 por Himmler a Jeckeln, el jefe de las SS destinado en Riga, tras el fusilamiento del tren de judíos alemanes a su llegada a Kovno. Esto se analiza en los párrafos 5.107 y 5.108. Browning y Longerich dieron una interpretación opuesta al mensaje de Himmler a Jeckeln: estaba reprendiendo a Jeckeln por fusilar a los judíos que habían llegado a Minsk el día antes desde Berlín. Longerich reconoció que el mensaje indica que Jeckeln se había excedido en su autoridad, pero sugiere que un castigo tan modesto indica que Himmler no estaba realmente preocupado por el asesinato de ese gran número de judíos. Longerich reconoció que el asesinato de judíos alemanes cesó durante algún tiempo. No aceptó, sin embargo, que el hecho de que los judíos llevaran provisiones consigo indique que no había intención de asesinarlos. La Comisión Judía pagó las provisiones y sin duda se engañó a los judíos para que creyeran que se les llevaba a una nueva vida en el Este. Browning alegó que el mensaje, refiriéndose a los asesinatos en Riga, indica que se había autorizado el fusilamiento de judíos en Kovno (por lo que Jeckeln no fue castigado). Browning afirmó que había habido un cambio de política posterior debido a la preocupación sentida por el asesinato de judíos alemanes. Las directrices enunciaban la nueva política.

6.56 En relación a la entrada en la agenda de Himmler del 18 de diciembre de 1941, Irving reconoció que en este contexto ausrotten significa "aniquilar", pero discutió la traducción de als Partisanen como "que sean aniquilados como partisanos", afirmando que realmente significa "por partisanos", es decir, aniquilados debido a que son partisanos. Browning contestó que el significado literal de als es "como", y que la política que se aplicaba era claramente no sólo fusilar a partisanos judíos, ya que las pruebas demuestran que también se fusiló a miles de mujeres y niños. En relación a esa nota, Irving, durante su interrogatorio a Longerich, lanzó por primera vez la hipótesis de que Himmler pudo haber escrito la anotación als Partisanen auszurotten no porque fuera algo que Hitler y él habían discutido y acordado, sino más bien porque durante cierto tiempo la actitud típica de Himmler hacia los judíos había sido la de que tenían que ser exterminados como partisanos. Himmler había expresado ese punto de vista en anteriores ocasiones. Así que, alegó Irving, la nota tan sólo expresa el propio punto de vista de Himmler y no implica a Hitler. Tras pensarlo mejor, Irving no continuó con esta hipótesis. Más adelante, en el interrogatorio, Irving volvió a la hipótesis de que el asunto fue discutido entre Himmler y Hitler, pero que la iniciativa de fusilar a los judíos como a los partisanos vino de Himmler y no de Hitler. Alegó que esto es coherente con la actitud pasiva que adoptó Hitler hacia la cuestión judía.

6.57 Irving destacó que en cierto número de sus informes, los Einsatzgruppen dieron pretextos a la muerte de judíos. Esto, dijo Irving, no cuadra con una política de asesinato indiscriminado de judíos. Pero Longerich respondió a esta hipótesis refiriéndose al llamado Informe Jager, del Einsatzkommando 3 y con fecha del 1 de agosto de 1941, según el cual se había ejecutado a un gran número de judíos (incluidas muchas mujeres y niños) sin que se diera ninguna excusa o pretexto.

6.58 Irving no aceptó en un primer momento que el sello vorgelegt del informe nº 51 del 26 de diciembre de 1942 quisiera decir que Hitler leyó el documento. Preguntó por qué si no se le presentó dos veces (como parece sugerir el sello). La crisis de Stalingrado estaba en su punto álgido en ese momento. Pero después aceptó que era muy probable que se le mostrara. Irving reconoció que de esto se deducía que Hitler estaba por ello implicado en el asesinato de las 363.000 personas mencionadas en ese informe.

6.59 Cuando los demandados objetaron esta línea en base a que Irving se estaba retractando de admisiones que había hecho antes en el interrogatorio sobre el conocimiento de Hitler de los fusilamientos, Irving aceptó exponer su planteamiento por escrito. Irving adoptó la postura en ese momento de que, con respecto a los judíos de Rusia y el Este de Europa, Hitler había autorizado la ejecución sumaria de cifras no especificadas de intelectuales y líderes judeo-bolcheviques; que posiblemente se informó a Hitler de operaciones "antipartisanos", aunque no de forma regular; que hay pruebas de que no fue ningún secreto la inclusión de grandes números de judíos (no alemanes) en el recuento de cadáveres como "partisanos". Con respecto a los judíos occidentales y alemanes, Irving planteó que no hay ninguna prueba clara o no ambigua de que Hitler fuera consciente de ningún asesinato masivo.
 

La política de deportación de los judíos

Introducción

6.60 Aunque no sería correcto decir que no hay ningún asunto en disputa entre las partes en relación con la existencia de una política de deportación de los judíos hacia el Este, las diferencias entre las partes me parecen de relativa poca importancia. Por tanto, se puede analizar el asunto de forma breve.

6.61 Según Longerich, la política nazi hacia los judíos evolucionó con los años. En los años '20 y '30 se aplicaron varias sanciones legales  y económicas contra los judíos en Alemania con la idea de impulsarles a emigrar. Longerich llamó la atención sobre varias declaraciones hechas por Hitler en aquel momento que avanzaban una solución más radical a la cuestión judía. Hacia el final de los años '30 se intensificó la presión para forzar la emigración e incluso la expulsión de los judíos. Se comenzó a usar el término Endlosung (solución final), con la implicación de que se debería eliminar a todos los judíos de la Alemania nazi.

6.62 La actitud de Hitler en este tiempo se refleja en el texto del diario de Goebbels del 24 de agosto de 1938:

"Hablamos de la cuestión judía. El Führer aprueba mis procedimientos en Berlín. Lo que escriba la prensa extranjera es insignificante. Lo principal es que se ha de echar a los judíos. En diez años han de desaparecer de Alemania. Pero mientras tanto, aún queremos mantener aquí a los judíos como prenda".
6.63 Desde el estallido de la guerra en septiembre de 1939, la política hacia los judíos europeos en los países invadidos por los nazis fue la de buscar una "solución territorial", es decir, encontrar un área en la periferia del imperio nazi al que se pudiera deportar a los judíos y en el que pudieran perecer. En esta etapa, reconoce Longerich, la política no era homicida, aunque añade que entonces ya existía lo que denominó la "perspectiva" del asesinato masivo. Argumenta que esto puede discernirse de los comentarios hechos en la época, que sugieren que se reconocía que era improbable que los judíos sobrevivieran durante mucho tiempo después de su deportación. Perecerían por enfermedad o hambre.

6.64 Los demandados plantean, y es algo amplia aunque no totalmente aceptado por Irving, que la política de línea dura hacia los judíos se manifestó por sí misma cuando los nazis invadieron y conquistaron Polonia en septiembre de 1939. Hubo dos aspectos: el primero fue la creación de una reserva en Polonia entre el Vístula y el Bug a la que se deportaría a todos los judíos que estuvieran bajo el dominio nazi. El segundo fue un programa de ejecución de determinados judíos de Polonia como forma, entre otras cosas, de dejar el país sin líderes y destruir la nación. Según Longerich, el primer aspecto comenzó con la deportación desde el otoño de 1941 de judíos de Europa Central a los guetos del Este. La intención era, con el tiempo, deportarles más al Este, probablemente en la primavera de 1942, momento en el que perecerían.

6.65 El 18 de septiembre, Himmler escribió al Gauleiter del Warthegau, Greiser, informándole de lo siguiente:

"El Führer desea que el Viejo Reich y el Protectorado se vacíen y queden libres de judíos de oeste a este lo antes posible. Estoy por tanto esforzándome en conseguir transportar a los judíos del Altreich y el Protektorat a los territorios orientales que pasaron a formar parte del Reich hace dos años. Es de desear que esto se complete a finales de este año, como un paso inicial para deportarles aún más lejos en dirección este la próxima primavera.

Tengo como objetivo el haber trasladado a un total de 60.000 judíos del Altreich y el Protektorat al gueto de Litzmannstadt para cuando llegue el invierno. He oído que tiene espacio para acomodarlos".

Himmler advertía con antelación a Greiser de la llegada de transportes de judíos desde el Reich. Parece así que Hitler inició el programa de deportación en algún momento anterior a mediados de septiembre de 1941.

6.66 Las deportaciones, que fueron inicialmente a los guetos de Lodz, Riga y Minsk, comenzaron entre principios y mediados de octubre de 1941. Aunque seis transportes de judíos fueron ejecutados sumariamente a su llegada a Kovno y Riga, Longerich reconoció que la política en este momento en relación a los judíos europeos era la de deportarles y no la de asesinarles, o al menos no asesinarles en el sitio. Los demandados dicen que se deportó a un gran número de judíos del Altreich, el Protektorat, Austria, Francia, Eslovaquia, Croacia y Rumanía al Este. Puede que se hiciera creer a muchos de estos judíos europeos que iban a iniciar una nueva vida en el Este. Esto explica por qué viajaban con comida y en algunos casos con sus herramientas de trabajo (aunque Longerich destaca que la comida era proporcionada por la Comisión Judía y no por los nazis). Irving le planteó a Browning (y éste lo aceptó) que los registros de deportaciones existentes, sobre todo documentos de transporte, son incompletos. En consecuencia, sugirió Irving, las estimaciones del número de deportados varían enormemente. Irving sostiene que la escala de la deportación planeada en ningún lugar se acercó a ser tan completa como sostienen los demandados. En Francia, por ejemplo, las estimaciones del número de deportados varían de 25.000 a 200.000. (Browning afirmó que existe acuerdo hoy en día en que se deportó a 75.000 judíos franceses).

6.67 Irving reconoció el surgimiento de una política de deportación total de los judíos europeos. Aceptó que Hitler abogaba por esta política. Irving plantea además que la deportación de los judíos siguió siendo la solución preferida por Hitler a la cuestión judía hasta 1942. El llamado "Plan Madagascar", con el que se iba a deportar a los judíos del Reich a esta isla cercana a la costa de África, no fue abandonado hasta entonces. Por tanto, según Irving, Hitler quería que se aplazara la solución de la cuestión judía hasta el final de la guerra (ver sección V(ix), con el título "La nota Schlegelberger" ). Esté Irving o no en lo cierto, rechazó firmemente la afirmación hecha por los demandados según la cual las pruebas demuestran que había implicaciones genocidas conocidas por Hitler bajo la política de deportación.
 

Génesis del programa de gaseamientos

Los orígenes del uso de gas por parte del régimen nazi

6.68 Para ubicar con exactitud los orígenes de la práctica nazi de asesinar por medio de la administración de gas venenoso, es necesario retroceder algunos años. Hubo un cierto acuerdo entre las partes de que los nazis pasaron del gaseamiento de discapacitados al gaseamiento de judíos en el periodo que va de 1939 a principios de 1942.

6.69 Como aceptó Irving, el llamado "programa de eutanasia" fue autorizado por Hitler en septiembre de 1939. Permitía a determinados doctores a provocar la muerte de los que sufrieran graves discapacidades físicas o psíquicas. Se asesinó a miles, principalmente por medio de la administración de monóxido de carbono contenido en bombonas. Pero además se asesinó a muchos usando furgones de gaseamiento a los que se inducía a entrar a las víctimas, para después introducir los gases del tubo de escape del furgón en el interior, matando a los que estaban dentro en unos veinte minutos. El programa de eutanasia fue interrumpido por orden de Hitler en agosto de 1941 porque estaba causando inquietud entre la gente.

El uso de los furgones de gaseamiento para asesinar a judíos sanos

6.70 Como también reconoció Irving, se trasladaron entonces los furgones de gaseamiento y al personal asociado al Este, poniéndolos a disposición de Globocnik, el oficial de las SS a cargo de la policía en Lublin, a donde llegaron a finales de 1941 y principios de 1942. Hay pruebas de que se realizaron gaseamientos experimentales con prisioneros de guerra soviéticos y otras personas en Auschwitz. El 25 de octubre de 1941, Himmler se reunió con Globocnik en Mogilev, donde se planeaba la construcción de un campo de exterminio. El mismo día, Wetzel, del Ostministerium en Berlín se reunió, en primer lugar, con Brack, un funcionario veterano de la Cancillería del Reich que había tomado parte en el programa de eutanasia, y después con Eichmann. Wetzel redactó una carta para Rosenberg (Reichminister de los Territorios Orientales Ocupados) y Lohse (Reichkomissar del Ostland) en la que decía que Brack estaba preparado para ayudar a instalar aparatos de gaseamiento en Riga, y que no había objeciones a que los judíos que no fueran adecuados para trabajar fueran "apartados" con estos aparatos. Esa misma noche, Hitler se reunió con Himmler y Heydrich.

6.71 El uso experimental de furgones de gaseamiento continuó. En noviembre de 1941, se asesinó a treinta prisioneros con los gases de escape de un furgón en Sachsenhausen. Durante la presentación de pruebas, se discutió el número de furgones utilizados y su capacidad de matar. Longerich sostuvo que se usó un mínimo de seis furgones. Irving sugirió que sólo se llegó a construir tres. Los demandados presentaron como prueba un informe de un sargento del parque móvil, con fecha del 5 de junio de 1942, según el cual se había asesinado a 97.000 con tres furgones en los seis meses anteriores. Irving hizo una serie de observaciones sobre el documento que, como él dijo, plantean sospechas. Por ejemplo, preguntó cómo se podía haber asesinado a 97.000, cuando según está registrado sólo se asesinó a 700 en furgones de gaseamiento en una acción "que duró varios días" hacia el final de noviembre de 1941. La cifra de 97.000 le pareció a Browning perfectamente factible. Declaró que la capacidad de carga de los furgones variaba de treinta a ochenta personas, y que la Aritmética indica que tres furgones habrían sido capaces de asesinar a 97.000 en un periodo de 172 días. En cuanto a los 700 asesinados durante varios días al final de noviembre de 1941, Longerich explicó que tras un periodo de experimentación, los nazis mejoraron sus técnicas. Finalmente, Irving aceptó la autenticidad del informe del sargento.

6.72 Aunque Irving no discute que los nazis hicieron un uso homicida de gas durante el programa de eutanasia, y que después se usaron los furgones en el Este para asesinar a judíos en cifras que se fueron incrementando, discute las estimaciones de asesinados de los demandados. Lo que es más importante, Irving discute la afirmación hecha por los demandados según la cual se mantuvo a Hitler informado del asesinato de judíos con gas, y que éste lo aprobó. Resumiré por tanto los argumentos de las partes con respecto a este asunto.
 

Alegación de los demandados con respecto a la magnitud del número de judíos gaseados en campos, excluyendo Auschwitz y la amplitud, si la hubo, del conocimiento y complicidad de Hitler en los asesinatos.

6.73 Los demandados reconocen que inicialmente, la actitud de Hitler hacia la búsqueda de una solución al problema del "bacilo" judío fue la de que se debía deportar a los judíos del Reich. Afirman, sin embargo, que hay pruebas circunstanciales y documentales de que, a partir de otoño de 1941, se cambió esta política y de que, con el conocimiento de Hitler e instigada por él, se adoptó la política de deportar de Europa en masa a los judíos y asesinarlos en campos de exterminio en las fronteras orientales del Reich. Longerich alegó que, a medida que el fusilamiento de judíos en la Rusia ocupada se extendió de otoño de 1941 a primavera de 1942 a otras regiones, en particular al Warthegau, Lublin, Riga, Minsk y Serbia, también se hicieron planes en estas mismas áreas para construir instalaciones de ejecución por medio de gas. Con respecto al territorio del Gobierno General, estos planes recibieron el nombre clave de Operación Reinhard.

6.74 Hay pocas menciones a la Operación Reinhard o Aktion Reinhard en los documentos de la época que han llegado hasta nosotros. Browning hizo referencia en su informe a un documento del 18 de julio de 1942 que menciona la "Einsatz Reinhard". Hay otros documentos marcados con las letras "AR". Según los demandados, sobreviven pocas pruebas documentales porque los archivos relacionados fueron destruidos en enero de 1944. A pesar de todo, dicen los demandados, las pruebas demuestran que la deportación de judíos europeos a guetos y después a campos en Chelmno, Semlin, Belzec, Sobibor y Treblinka tuvo lugar en una escala masiva. Los demandados alegan que Himmler confió la construcción del campo de exterminio de Belzec a Globocnik en una reunión que tuvo lugar el 13 de octubre de 1941. Aunque el documento que registra la finalidad de su reunión se refería a tomar "medidas políticas y de seguridad" contra los judíos y a "limitar su influencia", Longerich dijo que es lícito deducir que el plan de construcción del campo de exterminio de Belzec se elaboró en esta reunión. Globocnik buscaba soluciones más radicales al problema judío, y las obras comenzaron en Belzec al poco tiempo.

6.75 La construcción de Belzec arrancó en octubre de 1941. Se planeó otro enorme complejo de cámaras de gas en Mogilev, pero no llegó a construirse. Se ordenó la construcción de instalaciones similares en Chelmno, Sobibor y Treblinka. Browning declaró que el uso de furgones de gaseamiento en los campos, que empezó en
Chelmno y Semlin, fue una fase intermedia entre los fusilamientos de los Einsatzgruppen y el uso de cámaras de gas primitivas en esos campos y otros. Las cámaras de gas construidas a medida en Auschwitz vinieron después. A su llegada a los campos, la gran mayoría de los judíos eran asesinados en cámaras de gas o empleando otros medios. La situación de estos campos era la siguiente: Chelmno estaba al noroeste de Lublin; Semlin, a las afueras de Belgrado; Belzec y Sobibor estaban en lo que entonces era el sureste de Polonia, no lejos de Lublin, y Treblinka estaba al noreste de Varsovia, cerca de la frontera con Rusia de la época. Longerich declaró que se podría decir en términos generales que la política de exterminio de los judíos evolucionó a partir de la política de deportación. Alegó que es imposible marcar una línea entre ambas políticas. Los nazis eran conscientes de que la política de deportación al Este tendría como resultado la muerte por hambre o enfermedad de muchos de los deportados. Longerich calificó esto como Vernichtung durch Arbeit (aniquilación por trabajo). Se discutió si se empleó ese término en la época. Pero finalmente se consensuó que importaba poco la etiqueta empleada. Longerich dejó claro que opinaba que una política así era equivalente a una política de asesinato directo.

6.76 Otros aspectos de la Operación Reinhard fueron la recopilación y uso de pertenencias de los judíos (relojes y objetos similares), y el uso selectivo de mano de obra judía. Fue una operación de las SS dirigida por Globocnik, que respondía ante Kruger, jefe de la policía del Gobierno General, que a su vez respondía ante Himmler. Según Browning, hay pruebas de que en ciertas ocasiones Globocnik trató asuntos directamente con Himmler.

6.77 Longerich afirmó que parece, viendo las pruebas, que los judíos que fueron enviados a los campos de exterminio en primer lugar fueron los procedentes de pueblos y guetos de la región. Esta fase comenzó en Chelmno el 8 de diciembre de 1941, fecha a partir de la cual se gaseó a 140.000 judíos del Warthegau. Lo mismo ocurrió en Belzec (donde los gaseamientos, principalmente de judíos del área de Lublin, comenzaron en marzo de 1942), Sobibor (donde comenzaron en mayo de 1942) y Treblinka (donde comenzaron en julio de 1942). El exterminio de esos judíos de la región dejó espacio libre en los guetos para que lo ocuparan los judíos europeos.

6.78 En Auschwitz, los gaseamientos comenzaron entre septiembre y diciembre de 1941, cuando 600 prisioneros de guerra soviéticos fueron asesinados por medio posiblemente de la administración de botellas de gas Zyklon-B en los sótanos del Bloque II. Irving, refiriéndose a un párrafo de un libro de van Pelt que hablaba de la muerte de judíos soviéticos debido a la falta de higiene en el campo, sugirió que las muertes no se debieron al envenenamiento por gas.

6.79 A la vez que se asesinaba a los judíos de la región en estos campos, se puso en marcha el programa de deportación de los judíos alemanes (es decir, los judíos de los territorios de Europa bajo control nazi) al Este. Estos judíos (o aquellos que se consideraron sin capacidad para trabajar) fueron enviados inicialmente a los guetos, pero finalmente se les llevó a los campos, donde fueron asesinados en cámaras de gas, sobre todo en Belzec. La liquidación de judíos alemanes comenzó en la primavera de 1942. Esta era la segunda fase del programa de exterminio. Fue, dijo Longerich, un programa sistemático de exterminio, aunque surgió de forma gradual.

6.80 ¿Qué pruebas hay del exterminio masivo de judíos en aquellos campos? La consecuencia de la ausencia de pruebas documentales explícitas de la existencia de cámaras de gas en estos campos, junto con la falta de pruebas arqueológicas, obligan a que se deba confiar en declaraciones de testigos oculares y pruebas circunstanciales, que resumiré brevemente. Al exponer el relato de los hechos según los demandados sobre la escala del exterminio, también resumiré su argumento según el cual Hitler fue cómplice del asesinato masivo. El punto de partida son las evidencias que se encuentran en documentos de la época.

6.81 Me he referido en el párrafo 6.70 a la reunión de Hitler, Himmler y Heydrich que tuvo lugar el 25 de octubre de 1941. Aunque no se puso en práctica el plan de construir cámaras de gas en Riga, es una prueba, dicen los demandados, de la génesis de una política, ratificada a un alto nivel, de empleo del gas como método de exterminio.

6.82 A partir de aquella fecha, según los demandados, Hitler hizo repetidas referencias al exterminio de los judíos y a librarse de ellos. El 16 de noviembre de 1941 Rosenberg se reunió con Hitler y Himmler, que al día siguiente (según su Dienstkalendar), le dijo a Heydrich por teléfono que habían hablado de Beseitigung (librarse) de los judíos. Dos días después, Rosenberg dio una rueda de prensa confidencial en la que habló de la erradicación biológica de la totalidad de los judíos de Europa. A partir de esa fecha, según los demandados, los pronunciamientos de Hitler sobre la cuestión judía fueron más frecuentes y cada vez más categóricos.

6.83 Los demandados dan importancia al discurso de Hitler a los Gauleiter del 12 de diciembre de 1941 (al que ya me he referido en la sección V) cuando, según el diario de Goebbels, Hitler dijo:

"...En cuanto a la cuestión judía, el Führer está decidido a hacer un barrido total. Había anunciado a los judíos que si alguna vez provocaban de nuevo una guerra mundial, sufrirían su propio exterminio
(vernichtung). No era un frase vacía. La Guerra Mundial está aquí, el exterminio de los judíos (Judentum) debe ser la consecuencia necesaria. Se ha considerar esta cuestión sin sentimientos. No estamos aquí para simpatizar con los judíos, con quien simpatizamos es con nuestro pueblo alemán. Si el pueblo alemán ha sacrificado ahora de nuevo a 16.000 muertos en la campaña del Este, entonces los autores de este conflicto sangriento han de pagar con sus vidas"
Según Browning, este discurso fue producto del reconocimiento de que ya no se preveía un final rápido de la guerra. Dejó claro que sea como sea los nazis procederían con el exterminio de los judíos en general y no sólo los de las regiones ocupadas orientales.

6.84 Como ya se ha dicho en la sección V anterior, Hans Frank, Gobernador General del Gobierno General, asistió a la reunión del 12 de diciembre de 1941 (y, según Browning, pudo reunirse con Hitler). Cuatro días después, transmitió lo que había aprendido en Berlín a sus subordinados, contándoles lo expuesto por Hitler y añadiendo:

"Pero, ¿qué le va a ocurrir a los judíos? ¿Creen que serán alojados en los asentamientos del Ostland? Se nos dijo en Berlín: ¿por qué todas estas molestias?, no podemos utilizarles ni en el Ostland ni en el Reichskommissariat; ¡liquídenlos! Caballeros, debo pedirles esto: ármense contra cualquier sentimiento compasivo. Debemos destruir a los judíos, dondequiera que los encontremos y dondequiera que sea posible, para preservar la estructura completa del Reich... [sobre las palabras omitidas, ver más abajo]... no obstante, pondremos en marcha algún tipo de acción que lleve a una destrucción exitosa, en coordinación con las importantes medidas que se estudiarán en el Reich".
Los demandados se basan en lo que dijo Frank como una prueba más de la naciente política de destrucción de los judíos por medio de su asesinato.

6.85 Como se señaló antes, el 18 de diciembre de 1941 Himmler se reunió con Hitler, y éste, según las notas tomadas por Himmler, estuvo de acuerdo con que se aniquilara a los judíos al igual que a los partisanos. Los demandados aceptan que Hitler expresó ese sentimiento en el contexto del programa de fusilamiento de los judíos en el Este, pero es, según ellos, indicativo de sus intenciones asesinas hacia los judíos en aquel tiempo. En enero de 1942 Hitler confirmó de nuevo en su mensaje de Año Nuevo que los que serían ausgerottet (exterminados) de Europa serían los judíos, y no los arios. Habló en términos similares en el Reichstag el 30 de enero de 1942, y de nuevo el 14, el 22 y el 24 de febrero de 1942.

6.86 Como había dicho Frank a su audiencia, se convocó una reunión en Berlín que tuvo lugar el 20 de enero de 1942 y fue presidida por Heydrich. Es conocida con el nombre de Conferencia de Wannsee. Las invitaciones a la conferencia iban acompañadas de una autorización, firmada por Goering, a preparar una Solución Final de ámbito europeo al problema judío. Asistieron secretarios de Estado, cuyo rango era inmediatamente inferior al de los ministros de gabinete, así como entre otros Muller, Hofmann y Eichmann. Según los demandados, es una marca importante en la evolución de la política de exterminio. Irving rechazó totalmente el sentido que le dan los demandados a esta conferencia.

6.87 Heydrich dijo a los presentes:

"Ha surgido una nueva posible solución [de la cuestión judía] en lugar de la emigración. Tras la apropiada aprobación del Führer, la evacuación de los judíos al Este se ha puesto en marcha. Estas acciones, sin embargo, han de considerarse sólo como una solución alternativa. Pero ya se están estudiando experiencias prácticas (praktischen Ehrfahrungen) que son de gran importancia para la Solución Final de la cuestión judía. Organizados en grandes pelotones de trabajo y separados por sexos, se llevará a los judíos capacitados para trabajar a estas áreas para que construyan carreteras, donde sin duda una gran parte de ellos caerá por eliminación natural. Habrá que tratar a los que sobrevivan- que sin duda serán los más resistentes- como corresponde. Porque si se les liberara, serían, según los principios de la selección natural de los más capacitados, la semilla de una nueva generación judía".
Longerich destacó la referencia hecha por Heydrich a la aprobación del Führer. Afirmó que "tratarlos como corresponde" es una expresión típica de las SS que quiere decir liquidación. Así que los judíos que sobrevivieran al trabajo (si sobrevivía alguno) serían liquidados. Además, los demandados llamaron la atención sobre lo que consideran una  notable omisión siniestra hecha en esas declaraciones: ¿qué le iba a ocurrir a los judíos que no fueran capaces de trabajar (como le ocurría a muchos)? La respuesta, según los demandados, es que, tras ser juzgados no aptos para el trabajo, se les condenó a muerte. Los demandados comentan también, como prueba adicional de que la conferencia de Wannsee tuvo el significado que ellos le dan el hecho de que poco después de Wannsee comenzó la construcción de los campos de exterminio de Sobibor y Treblinka, y se construyeron cámaras de gas en Auschwitz. Comenzó la enorme tarea de asesinar a los judíos, dicen los demandados.

Los demandados plantean que Wannsee fue lo que Browning describió como "una conferencia de puesta en práctica" en la que los participantes procuraron establecer una burocracia ministerial, bajo la dirección de Heydrich, que se encargara del exterminio de los judíos. No hubo discusiones teóricas.

6.88 Los demandados también alegan que la escala del programa de gaseamiento aumentó en marzo de 1942. El 3 de marzo de 1942 el primer ministro de Eslovaquia anunció que se había alcanzado un acuerdo con los nazis para deportar a Auschwitz a los 70.000 judíos eslovacos que quedaban en el país.

6.89 La Dienstkalendar de Himmler revela que tras cenar con Hitler el 10 de marzo de 1942, Himmler habló por teléfono con Heydrich el 11 y hablaron de la Judenfrage (la cuestión judía). El 13 de marzo Himmler viajó a Cracovia (donde vio a Frank y Kruger) y el 14 de marzo a Lublin (donde se reunió con Kruger y Globocnik). A su vuelta a Berlín, el 17 de marzo, almorzó y cenó con Hitler en la Wolfschanze (la Guarida del Lobo). El texto del diario de Goebbels del 20 de marzo registra que el día antes, Hitler había mostrado una actitud inmisericorde hacia los judíos y había dicho que había que sacar a los judíos de Europa, si era necesario, empleando los medios más brutales.

6.90 Browning hizo referencia a las pruebas de que a mediados de marzo de 1942 se acordó que había que dividir a los judíos deportados que fueran a Lublin en aptos y no aptos para trabajar. Se debía enviar a estos últimos a Belzec, donde comenzaron los gaseamientos el 17 de marzo. Los gaseamientos a gran escala continuaron en Belzec en los siguientes meses. Aquel mismo mes comenzó la construcción de Sobibor y el Bunker I de Auschwitz comenzó a funcionar como cámara de gas. Los gaseamientos comenzaron en Sobibor en mayo de 1942. La construcción del campo de exterminio de Treblinka comenzó entonces. En los primeros seis meses de 1942 se gaseó a unos 10.000 judíos en Chelmno. Según los demandados, se estaba asesinando por medio del gas a grandes números de judíos del Gobierno General y el Warthegau.

6.91 Los demandados también se basan en una carta con fecha del 11 de abril de 1942 que el Dr. Turner, cuyo rango era equivalente al de un miembro del Consejo Real del Reino Unido, escribió a Karl Wolff, asistente de Himmler y en ocasiones oficial de enlace con Hitler. La carta llevaba la marca "AR" de la Acción Reinhard. Se refería, empleando un código más bien poco sutil, al uso de furgones de gaseamiento en Semlin en una escala que Irving reconoció que no podía describirse como limitada o experimental. Irving aceptó que el documento es siniestro.

6.92 El 1 de mayo de 1942 Greiser escribió a Himmler, tras una reunión con Globocnik, que el "tratamiento especial" (Sonderbehandlung) de unos 100.000 judíos de su distrito que había sido autorizado por Himmler de acuerdo con Heydrich, podría completarse en los siguientes dos o tres meses. Irving reconoció que, a la luz de lo que posteriormente ocurrió (aunque, dijo, no por lo que dice este documento), "tratamiento especial" quería decir asesinato. Criticó a Longerich por, según dijo, "extrapolar hacia atrás", por lo que estaba ocurriendo en los campos, que se había planeado que ocurrieran los asesinatos. Longerich respondió a esta crítica diciendo que con frecuencia los historiadores tienen que recurrir a este método, que no es en absoluto objetable. El documento no decía explícitamente dónde se estaba ejecutando el tratamiento especial, pero en opinión de Browning, es razonable deducir que fue en Chelmno, que estaba en funcionamiento en aquel momento. Irving señala que esta carta no dice que fuera escrita siguiendo órdenes del Führer.

6.93 Browning presentó pruebas de que varios documentos de la época demuestran que a partir del verano de 1942, se llevaron transportes por tren de judíos dirección oeste desde los territorios ocupados orientales hacia Belzec y Treblinka. La importancia de este movimiento hacia el Oeste de judíos, según Browning y Longerich, es que demuestra que se había abandonado la política de deportar a los judíos cada vez más hacia el Este en favor de la política de exterminio.

6.94 El 17 y el 18 de julio de 1942 Himmler visitó Auschwitz. Se había reunido con Hitler para comer en dos ocasiones en los diez días anteriores. En Auschwitz vio al comandante del campo, Höss. Después viajó a Lublin, donde se reunió con Kruger, Globocnik y Pohl. El 19 de julio, Himmler, según el testimonio de Browning, que se basaba en documentos de la época, presentó un programa para el exterminio de toda la población judía del Gobierno General para finales de año (exceptuando a ciertos judíos utilizados en los guetos en trabajos necesarios para la guerra). Los demandados alegan que como resultado, el 22 de julio de 1942 hubo deportaciones masivas de Varsovia y el norte del distrito de Lublin a Treblinka, y de Przemsyl a Belzec. El 23 de julio de 1942 comenzaron los gaseamientos en Treblinka. El 24 y el 27 de julio de 1942, Himmler almorzó con Hitler. Tres días después, Himmler escribió a Berger, un oficial veterano del Cuartel General de las SS, una carta que según los demandados revela datos muy importantes. Escribió que los territorios ocupados orientales iban a estar libres de judíos a finales de año. Himmler añadió que "la ejecución de esta durísima tarea había sido puesta sobre sus hombros por el Führer". En aquel momento comenzó el exterminio de los judíos en una escala masiva en los campos de exterminio.

6.95 Browning recurrió también como prueba al acta de una reunión en Berlín, que tuvo lugar del 26 al 28 de septiembre de 1942, que demuestra que Brunner, cuyo inmediato superior era Himmler, había propuesto que se realizaran transportes por tren hacia los campos de exterminio. Browning señaló que el 28 de julio de 1941 Ganzenmuller, un funcionario veterano del Ministerio de Transporte, informó a Wolff, un oficial de las SS cercano a Hitler (algo que Irving reconoció), de que varios trenes estaban transportando con regularidad gran número de judíos tanto a Treblinka como a Belzec. El 13 de agosto, Wolff, en una carta dirigida al Cuartel General de Hitler, le escribió a Ganzenmuller expresando su alegría al tener la seguridad de que durante las  dos semanas siguientes habría un tren diario que llevaría a 5.000 personas del "pueblo elegido" a Treblinka.

6.96 Los demandados se basan también en lo que según ellos es una mención explícita a la política de exterminio contenida en el llamado Informe Kinna, escrito por un cabo de las SS y con fecha del 16 de diciembre de 1942 desde Zamosk, Polonia, y referido al transporte de 644 polacos a Auschwitz. En este informe está registrado que el Hauptsturmfuhrer de las SS Aumeier dijo que sólo se debía llevar a los polacos aptos para el trabajo a Auschwitz, y que para liberar el campo, "se debía eliminar de allí por medio de la liquidación a los limitados, los idiotas, los tullidos y los enfermos". El informe sigue diciendo que "a diferencia de las medidas aplicadas a los judíos, los polacos han de morir de muerte natural". Esto, dicen los demandados, apunta inequívocamente a una política de exterminio de los judíos llevada a cabo en Auschwitz, y se puede deducir que en otros lugares.

6.97 Aparte de estas referencias documentales dispersas, los demandados se basan en lo que podría describirse como una prueba circunstancial de que tuvo lugar un exterminio a escala masiva. En relación al hecho y la escala del exterminio, confían en las cifras dadas en el informe del Dr. Korherr, el estadístico que trabajaba para Himmler. Dio un cifra total de deportados del Warthegau para ser sometidos a Sonderbehandlung (tratamiento especial) de 1,419.467.

6.98 Browning presentó lo que de hecho es un argumento demográfico como prueba de la alegación de los demandados según la cual se exterminó a judíos en gran número en cámaras de gas en los campos de exterminio. Calculó el número aproximado de deportados desde países occidentales de Europa y de desplazados de los guetos de Polonia; afirmó que las pruebas de la época demuestran que muchos de ellos fueron llevados a Belzec, Sobibor y Treblinka; dado que nunca más se supo de ellos, Browning considera razonable deducir que fueron asesinados en los campos. Los demandados alegan que se asesinó a entre 750.000 y 950.000 judíos en Treblinka; 550.000 en Belzec; 200.000 en Sobibor y entre 150.000 y 200.000 en Chelmno. Son las estimaciones hechas por testigos expertos alemanes y aceptadas en los juicios celebrados en Alemania en los '60.

6.99 Longerich apoyó la estimación de Browning del número de asesinados en Belzec. Basándose en los testimonios  dados en juicio por los implicados en la dirección del campo, dio la cifra de entre 500.000 y 600.000. Reconoció que las estimaciones del historiador Michael Tregenza no eran fiables, pero dijo que no se basó en éstas. Longerich declaró que Belzec se usó en un principio para gasear a judíos de las regiones de Lublin y Galitzia.

6.100 Además de las pruebas circunstanciales, los demandados se basan en las declaraciones de testigos para demostrar que se usaron cámaras de gas en Belzec, Sobibor y Treblinka para asesinar a miles de judíos. Browning dividió a estos testigos en cinco categorías: (i) visitantes alemanes de los campos; (ii) personal alemán destinado allí; (iii) guardias ucranianos destinados en los campos; (iv) polacos residentes en las cercanías de los campos, y (v) judíos que lograron escapar. En vista de la postura adoptada por Irving en la cuestión del gaseamiento en estos campos (a la que me referiré en su debido momento), es innecesario que me extienda en quiénes eran esos testigos o en qué describieron. Según Browning, son aproximadamente un centenar.

6.101 Dentro de la categoría (i) está Eichmann, que es considerado por Browning un testigo creíble en general. Sus declaraciones tienen varias formas: una entrevista concedida a un periodista en Sudamérica tras su detención; recuerdos; y pruebas presentadas en su juicio. (Durante el transcurso de esta vista, el gobierno israelí hizo público lo que Eichmann dijo en el interrogatorio que se le efectuó. Dado, sin embargo, que estas pruebas no estuvieron a disposición de Irving en un tiempo razonable, los demandados no recurrieron a ellas en su justificación). Eichmann declaró que fue enviado por Heydrich a discutir con Globocnik la puesta en práctica de lo que se le dijo que era la orden de Hitler de asesinar a los judíos. En otoño de 1941 se le mostró un edificio en construcción en Belzec, y se le dijo que sería usado como cámara de gas para asesinar a judíos con monóxido de carbono. El verano siguiente vio a judíos entrar en la cámara de gas de Treblinka. También fue testigo del gaseamiento de judíos en Chelmno.

6.102 Kurt Gerstein fue otro visitante alemán de los campos. Describió cómo se le encargó enviar 100 kilogramos de ácido prúsico a Lublin en agosto de 1942. Acompañado de un profesor de Química llamado
Pfannenstiel, viajó a Belzec, donde dijo que fue testigo de cómo se introducía a 750 judíos desnudos en cuatro cámaras de gas. Tras un retraso debido a que el motor no arrancó, se gaseó a los judíos. El proceso llevó 32 minutos. Después se arrojaron los cadáveres a fosas. Al día siguiente, Gerstein fue a Treblinka, donde vio montones de ropa. A su vuelta a Berlín, le dijo a un diplomático sueco lo que había visto. Su relato de los hechos fue puesto por escrito en abril de 1945. Murió poco después. Browning reconoció que muchos aspectos de las declaraciones de Gerstein son problemáticos y que tendía a la exageración, pero concluyó que en cuestiones vitales de las que podía hablar por tener una experiencia directa, es fiable. Su testimonio es ampliamente corroborado por el de Pfannenstiel.

6.103 La categoría (ii) está formada por veintinueve oficiales alemanes de los campos que confirmaron que los campos tenían  cámaras de gas en las que se asesinó a miles de judíos. Esta categoría incluye a testigos que proporcionaron declaraciones firmadas y juradas en las que dieron testimonio detallado y crudo de los procedimientos empleados en cada uno de los campos para administrar el gas y eliminar después los cadáveres. La categoría (iv) incluye a los polacos que vivían en las cercanías de los campos y fueron testigos del interminable fluir de transportes hacia los campos, del olor a muerte de los campos y de los rumores sobre lo que estaba ocurriendo allí. La categoría (v) está formada por los judíos que lograron escapar. Eran fugitivos de Sobibor y Treblinka. Algunos de los cincuenta supervivientes de estos campos dieron testimonio de sus experiencias. En relación a Belzec, un judío llamado Reder dio una detallada descripción de las cámaras de gas, aunque no concuerda del todo con algunos otros testimonios.

6.104 Finalmente, los demandados se basan para demostrar que Hitler conocía el Holocausto en una carta dirigida a una periodista llamada Gita Sereny y escrita en 1977 por Christa Schroeder, antigua secretaria personal de Hitler y, según los demandados, una persona bien situada para juzgar el nivel de conocimiento de Hitler. Frau Schroeder escribió:

"En cuanto a la Judenfrage, considero improbable que Hitler no supiera nada. Mantenía frecuentes conversaciones con Hitler, que tenían lugar cara a cara".
Lo que Irving discutió, sin embargo, fue que los demandados dijeran que el asesinato de los judíos en los campos de exterminio fue llevado a cabo siguiendo alguna clase de política oficial nazi aprobada por Hitler.

6.105 Los demandados, en base a las pruebas que he resumido, alegan que a partir de octubre de 1941 Hitler se embarcó en un gigantesco programa homicida de gaseamientos, en primer lugar de los judíos del Warthegau y Polonia, y, a partir de finales de la primavera de 1942, de los judíos del resto de Europa, en campos especialmente diseñados para este fin. Los demandados reconocen que no hay pruebas explícitas de que Himmler hablara con Hitler del exterminio de judíos por gaseamiento. Pero a la luz de las evidencias citadas anteriormente, incluida la escala del programa; el hecho de que fuera supervisado por Himmler; la frecuencia con la que Himmler y Hitler se reunían y hablaban en aquella época, y las declaraciones públicas y opiniones de Hitler sobre los judíos, los demandados argumentan que es inconcebible que Hitler no conociera y autorizara el exterminio masivo de judíos por gaseamiento.
 

Respuesta de Irving: magnitud de los asesinatos por gaseamiento

6.106 Como ya he indicado, Irving reconoció que el objetivo de la Operación Reinhard era en líneas generales el planteado por los demandados. Lo que discutió fue las afirmaciones de los demandados sobre la escala de la operación y sobre el conocimiento y aprobación de Hitler. En cuanto a la escala del programa de exterminio, Irving analiza la cuestión de si se emplearon cámaras de gas en los campos Reinhard para asesinar a judíos, y si es así, a qué escala parecieron evolucionar. Presentó documentos que demuestran que los nazis emplearon diversos gases tóxicos para fines no letales, en particular para la fumigación de la ropa. Los nazis prepararon a gente en el uso de gas para fumigar. Dedicó cierto tiempo en su presentación de pruebas y durante su interrogatorio a Browning a insistir en la marcada ausencia de pruebas documentales de los gaseamientos, en contraste con la amplia documentación que ha sobrevivido sobre la ejecución de judíos por fusilamiento.  Señaló que, de los muchos mensajes interceptados por los británicos en Bletchley y otros sitios, ninguno menciona el gaseamiento. Browning aceptó que, con excepción de unos pocos documentos que se refieren al uso de furgones de gaseamiento por parte de los Einsatzgruppen y a su uso en Chelmno, no existen documentos. Su explicación es que la Operación Reinhard funcionaba de forma centralizada, requiriendo así poca comunicación, mientras que los fusilamientos se realizaban por medio de numerosas operaciones locales. Añadió que por otro lado la mayoría de los documentos de la Operación Reinhard fueron destruidos sistemáticamente.

6.107 Irving criticó que los demandados se hayan basado en dichos documentos para, como dicen ellos, arrojar luz sobre el supuesto uso genocida que se dio a los campos. Se dedicó mucho tiempo en pruebas y argumentos a discutir el significado y la verdadera importancia de un cierto número de palabras alemanas que se encuentran en discursos de Hitler y en documentos de la época. Irving practicó un prolongado interrogatorio a Longerich sobre el significado de ciertas palabras alemanas que listó en un glosario preparado para la ocasión. Esa lista incluye palabras como ausrotten, vernichten, liquidieren, evakuieren, umsiedeln y abschieben. Se analizó un número considerable de documentos en un intento de comprobar si las palabras en cuestión eran usadas o comprendidas con el sentido de genocidio. Irving afirmó que la mayoría de esas palabras tienen un sentido no genocida. Longerich reconoció que la mayoría, si no todas, de esas palabras pueden usarse sin un sentido genocida. Por ejemplo, ausrotten puede significar cosas normales, como "deshacerse de" o "eliminar", sin que implique un exterminio físico. Pero afirmó que su significado principal y típico es "exterminar" o "matar", en especial cuando se aplica a personas o a un grupo de personas, a diferencia de si se aplica, por ejemplo, a una religión. Dijo que todo depende del contexto en el que se emplean las palabras. Otro ejemplo es Umsiedlung, que puede significar simplemente reasentamiento en un gueto, pero que con más frecuencia tiene un significado homicida. Aunque Longerich estaba dispuesto a reconocer que algunas de las palabras en cuestión podían usarse en un sentido no genocida antes de 1941, alegó que a partir de esa fecha, estas palabras son usadas invariablemente en un sentido siniestro para referirse a asesinatos a gran escala. Por ejemplo, afirma que cuando en un documento del 20 de febrero de 1942 el Reichsicherheitshauptamt (RHSA) usa el término Evakuierung en la promulgación de líneas de actuación para poner en práctica la evacuación de los judíos a Auschwitz, la palabra se usa con un sentido genocida.

6.108 Irving también criticó a los expertos de los demandados por su disposición, según él, a considerar "eufemismos" palabras alemanas que a su entender son normales o imprecisas en sus connotaciones. Ejemplos de dichas palabras son Sonderbehandlung (tratamiento especial), Evakuierung (evacuación) y Umsiedlung (reasentamiento). Según los demandados, esas palabras solían emplearse si el autor del escrito o la persona que hablaba quería emplear evasivas o hablar en un lenguaje codificado para confundir a los no iniciados en el asunto. Browning recurrió al Informe de Hechos 21, del 13 de julio de 1941, junto con una serie de informes similares, para demostrar que Sonderbehandlung se usaba para decir liquidación, fusilamiento o ejecución. También citó un documento que se refiere al Umsiedlung (reasentamiento) en el Kreisgebiet de Brest-Litovsk de 20.000 judíos que se puede demostrar que fueron asesinados. Browning e Irving estuvieron de acuerdo en que en el caso de documentos camuflados como éstos es necesario tener en cuenta cuidadosamente el contexto al decidir lo que realmente significaban esos términos. Según ambos, es legítimo, e incluso necesario, para un historiador tener en cuenta no sólo las circunstancias del momento en el que se elaboró el documento, sino también lo que ocurrió después.

6.109 En cuanto al exterminio masivo de judíos, Irving reconoció que se usaron furgones de gaseamiento para asesinar a judíos en campos del Este. Cuando se le preguntó si reconocía que en Treblinka, Sobibor y Belzec se asesinó a judíos con gas, Irving respondió que, en base a las pruebas contenidas en los documentos privados de Eichmann, acepta que hubo gaseamientos con furgones en Chelmno. Dijo, sin embargo, que no ha visto pruebas del uso de furgones de gaseamiento en los otros campos. Sostuvo que era un método poco eficiente para matar. También señaló que hubo cierto desacuerdo en la forma en que el veneno era administrado y en si era monóxido de carbono o alguna otra sustancia tóxica. Irving también se preguntó si habría sido factible enterrar tantos cadáveres.

6.110 Pero finalmente las dudas de Irving simplemente fueron académicas. Porque, a pesar de su teoría original que decía que los gaseamientos ocurrieron de forma limitada, con el uso de no más de entre seis y ocho furgones, Irving, a la luz de los documentos que había visto en los últimos seis meses, hizo un cierto número de concesiones. No discutió la afirmación de Browning según la cual en un periodo de unas cinco semanas se asesinó en 1942 a 97.000 personas en Chelmno empleando furgones de gaseamiento. Irving sugirió que esa cifra pudo ser una exageración, pero reconoció que no era un gaseamiento limitado o experimental, sino sistemático. Aceptó además que las pruebas demuestran que se gaseó a mujeres y niños judíos hasta la muerte en furgones en Semlin, cerca de Belgrado, en 1942.

6.111 Sin embargo, a pesar de su reconocimiento al principio de la vista de que el gaseamiento en los campos Reinhard había sido sistemático y de una escala considerable, Irving interrogó a Evans planteando que los furgones de gaseamiento se habían usado para asesinar a judíos tan sólo de modo experimental.. Evans declaró que, aunque los furgones se usaron sólo en una fase transitoria, nunca se usaron a gran escala.

6.112 En cuanto a los documentos específicos en los que se basan los demandados, Irving reconoció que la carta de Wetzel del 25 de octubre de 1941 se refería a la liquidación de judíos, pero señaló que, como reconocen los demandados, no se contruyeron cámaras de gas en Riga. Irving también destacó que nunca se abrió un proceso contra Wetzel. La explicación de Browning es que no hay pruebas de que hiciera algo más que proponer la construcción de cámaras de gas.

6.113 En relación a lo dicho por Rosenberg en la rueda de prensa del 18 de noviembre de 1941 sobre seis millones de judíos "llevados a través de los Urales", Irving alegó que la primera intención de los nazis fue la de llevarles hacia el Este, y no la de liquidarlos. Rosenberg se refirió en concreto a la opción de expulsarles a la cara este de los Urales, así que no se debería interpretar que pensaba en que se asesinaría a los judíos. Longerich señaló en respuesta que Rosenberg había hablado de "la erradicación biológica de todos los judíos", en un momento en el que ya se había exterminado a unos 500.000 judíos soviéticos. Rosenberg tenía intención de exterminar a los judíos de una forma u otra, según Longerich, porque dijo:

"Por esto, es necesario empujarles más allá de los Urales o si no [cursiva mía], erradicarles".


Respuesta de Irving: Conocimiento de Hitler de los gaseamientos en los Campos Reinhard

6.114 Con respecto al discurso de Hitler a los Gauleiter del 12 de diciembre de 1941, Irving negó que constituyera una prueba del conocimiento de Hitler de una política de exterminio de los judíos. Lo desestimó como "el viejo y conocido disco sobre Adolf Hitler" evocando su profecía de 1939 sobre el destino que le esperaba a los judíos. Browning consideró que sus términos indican que se había tomado una decisión sobre qué hacer con los judíos ("el Führer ha decidido..."). Irving fue reticente a aceptar que Goebbels registrara con precisión lo que Hitler había dicho y argumentó que pudo estar entremezclando sus propias aspiraciones con respecto a los judíos.

6.115 Irving critica a Browning por la omisión tendenciosa  de la siguiente frase de su relato de los hechos sobre el discurso de Frank del 16 de diciembre de 1941:

"No podemos disparar [los alemanes en el Gobierno General]. No podemos envenenarlos".
Según Irving, esas palabras dejan claro que Frank estaba descartando el exterminio como solución, lo que hace que no tenga sentido el argumento de los demandados, que este discurso es una prueba de una política de exterminio. Browning llamó la atención sobre las palabras que vienen justo después, "Encontraremos una forma de llevar a cabo una destrucción exitosa", que según dice demuestra que lo que decía Frank es que se debían encontrar medios alternativos para deshacerse de los judíos. La respuesta de Irving es que el gaseamiento no es menos inaceptable que el envenenamiento.

6.116 Irving alegó que se puede deducir que la política que se siguió aplicando fue la de deportación más al Este a partir de las declaraciones de Hitler del 27 de enero de 1942 según fueron registradas en su Charla de Sobremesa. Irving también se basó en la referencia hecha por Hitler el 30 de enero de 1942 a que los judíos "desaparecían de Europa" para ser reasentados en África Central. Pero Longerich consideró que estas observaciones, hechas en el momento en el que se celebraba la Conferencia de Wannsee, han de considerarse como camuflaje para el público. El tomar estas declaraciones de Hitler al pie de la letra sería, según Longerich, totalmente irreconciliable con el exterminio masivo que ya estaba teniendo lugar en Chelmno y Belzec. Longerich afirmó que Hitler y Goebbels hablaban constantemente de los judíos y que Hitler era plenamente consciente de los gaseamientos masivos, pero no los mencionaba en sus discursos o escritos.

6.117 Irving se negó a aceptar la afirmación de Longerich de que hay pruebas de que hubo una expulsión sistemática de los judíos del Este de los guetos para enviarles a los campos de exterminio y hacer sitio a los judíos alemanes y europeos que, a su vez, al haber llegado en gran número al Este en trenes de mercancías desde el resto de Europa, estaban un tiempo en los guetos para después ser enviados a las cámaras de gas. Si fue esto lo que ocurrió, argumentó Irving, sin duda se habrían encontrado órdenes y planes. Irving sostuvo que las pruebas necesarias para decir que hubo una política sistemática de exterminio son deductivas o secundarias. La explicación de Longerich a la falta de documentación es que, por razones de confidencialidad, muchos planes se discutían verbalmente entre Hitler y Himmler; los nazis trataron de forma sistemática de destruir los documentos y archivos referidos a este asunto, con el resultado de que los documentos que han sobrevivido están dispersos en archivos europeos; y los campos de exterminio fueron destruidos a conciencia por los nazis al final de la guerra.

6.118 Irving señaló, correctamente, que el protocolo emitido tras la Conferencia de Wannsee del 20 de enero de 1942 no discutía métodos de asesinato, sino que hablaba en términos de encontrar soluciones. Irving alegó que el acta de la conferencia hace referencia a la "evacuación de los judíos", al haberse decidido la emigración como solución a la cuestión judía. Por qué, preguntó Irving, no se debería dar a "evacuación" su significado normal. Longerich respondió a esta pregunta señalando el párrafo inmediatamente posterior del acta, que él considera el párrafo principal, en el que Heydrich explica lo que va a ser la Solución Final. Heydrich habla de que aquellos judíos que sobrevivan a los pelotones de trabajo "serán tratados de la forma adecuada", ya que si se les dejaba libres serían la semilla de una regeneración judía. Pero Irving le dio otro giro a la redacción del párrafo: afirmó que Heydrich estaba hablando de lo que ocurriría tras liberar (bei Freilassung) a los judíos. Heydrich estaba proponiendo que tras su liberación se dejara a los judíos regenerarse en algún lugar fuera del Reich. Longerich replicó diciendo que la regeneración de los judíos era lo que precisamente Heydrich quería evitar que ocurriera. Si Heydrich hubiera estado contemplando lo que ocurriría después de liberar a los judíos, habría usado el término nach Freilassung.

6.119 Irving dijo además que hay claras indicaciones en el acta de la conferencia de que la Solución Final no se iba a poner en marcha hasta el final de la guerra, cuando el exterminio masivo de los judíos habría sido impensable. Longerich dudó de que no se hubiera podido llevar a cabo la Solución Final si los nazis hubieran ganado la guerra. Pero añadió que claramente Heydrich tenía intención de que los pelotones de trabajo judíos se pusieran a trabajar inmediatamente (nun). Longerich aceptó, sin embargo, que la puesta en práctica del programa de asesinato de todos los judíos no habría podido ser completado hasta el final de la guerra.

6.120 Irving se basó también, para demostrar su argumento de que no se discutió el asesinato de los judíos en Wannsee, en las declaraciones hechas sobre el asunto tras la guerra por la mayoría de los participantes en la conferencia. Tanto Longerich como Browning respondieron que no hay nada sorprendente o convincente en esas negaciones: fueron hechas durante los juicios de Nuremberg y eran claramente autoexculpatorias. Irving también recurrió a un texto extraído de un discurso dado por Himmler una semana o dos después en Praga, que se cita en parte en un libro del historiador Gotz Aly. Himmler se refirió en aquel discurso a la opción de deportar a los judíos al Mar Blanco (en el norte de Rusia), descrita por él como una tierra natal ideal para ellos. Irving sugirió que se deberían tomar al pie de la letra las palabras de Himmler. Pero Longerich no estuvo de acuerdo: señaló que Gotz Aly, el autor del libro en el que se cita el discurso, opina que la política de exterminio se decidió en octubre de 1942. Más aún, añadió Longerich,  no hay pruebas de que se enviara a ningún judío al Mar Blanco ni de que se construyera ningún campo allí.

6.121 Irving se basó también en una carta escrita en junio de 1942 por Walter Furl, el oficial destinado en Cracovia que era responsable del reasentamiento en el Gobierno General, a sus oficiales de las SS en la que describía cómo llegaban trenes de judíos a Cracovia y se les proporcionaba atención médica y alojamiento, antes de ser deportados hacia el Mar Blanco, donde muchos de ellos seguramente no sobrevivirían. Esto, dijo Irving, es otra prueba de que siguió en vigor la política de deportación, y no se aplicó una política de exterminio. Lo que según Irving es importante es que estos judíos no fueron enviados a Auschwitz. Longerich desestimó esta carta considerándola texto de camuflaje, como hizo Aly Gotz, la persona que citó por primera vez el documento y que realizó una profunda investigación en el área. No hay pruebas de que se construyeran campos en la zona ni de que se enviaran trenes desde las ciudades polacas hasta el Mar Blanco, ni de que se construyeran carreteras en aquella dirección. Los demandados dicen que Furl tenía la intención de ocultar el hecho de que se iba a fusilar a aquellos judíos, probablemente en Minsk. Irving respondió que no había razones por las que Furl quisiera ocultarles los hechos a sus camaradas. Si esa hubiera sido la intención de Furl, por qué dijo tan abiertamente que muchos de los judíos seguramente no sobrevivirían. Irving se quejó de que cada vez que aparece un documento que no se ajusta a las tesis de los demandados, lo desestiman por considerarlo texto en clave o un eufemismo.

6.122 Irving dijo haber encontrado pruebas que apoyan su hipótesis de que la política aplicada a los judíos de Europa no era genocida en una carta de Himmler al ministro de Finanzas del 17 de agosto de 1942. Alegó que proponía, en base a los costes, que se alojara los judíos franceses en un campo que se construiría en el área occidental de Francia en lugar de llevarlos a través del Reich hasta Auschwitz. Longerich respondió que esta carta es un puro engaño.

6.123 Irving presentó a continuación un informe de Horst Ahnert sobre una reunión del 1 de septiembre de 1942 en la que Eichmann, que presidió el encuentro, informó a los participantes de que el programa de evacuación de los judíos de Francia iba a completarse al acabar el año. El informe hacía referencia a que el comandante de Auschwitz había pedido que los deportados llevaran consigo mantas, zapatos y cubiertos. Irving respondió que no se habría hecho esta petición si se hubiera ido a ejecutar a los judíos a su llegada. Longerich respondió que sin duda se hizo la petición porque no todos los judíos eran ejecutados al llegar: se enviaba al campo de trabajo a los que eran aptos para ello, donde necesitarían ropa y comida. Irving recurrió a otra sección del informe de esta reunión en la que se decía que se debía realizar la compra de barracones solicitada por el jefe de la Policía de Seguridad en La Haya para construir un campo en Rusia. Irving presentó esta parte del informe como otra prueba de que los judíos holandeses no iban a ser deportados a un campo de exterminio. Longerich no tiene ninguna noticia de la construcción de ningún campo en Rusia. Reconoció, sin embargo, que hay ciertas referencias en documentos de esta época a la construcción de campos para albergar a los judíos. Longerich no podía aceptar la sugerencia que le planteó Irving de que estos documentos demuestran que no había intenciones genocidas hacia los judíos. Las pruebas de que en aquel tiempo se estaba masacrando a los judíos en gran número son, según él, abrumadoras. Argumentó que Eichmann y otros estaba ocultando lo que estaba ocurriendo en realidad.

6.124 Irving presentó otra carta escrita el 28 de diciembre de 1942 por Furl y dirigida a Pohl que hablaba de las medidas que iban a tomar los médicos de ciertos campos para lograr la reducción de la tasa de mortalidad. Esta carta, sugirió Irving, no cuadra con la existencia de una política para exterminar a a todos los judíos. Longerich no estaba de acuerdo: Pohl se encargaba de los campos de concentración de trabajo y no tenía ninguna responsabilidad en los campos de exterminio de la Operación Reinhard. Se concluye entonces, dicen los demandados, que la carta no se refiere a lo que estaba ocurriendo en los campos de exterminio.

6.125 En relación al Informe Kinna del 16 de diciembre de 1942, Irving reconoció que es un documento importante porque indica que se podía asesinar a voluntad a los judíos en Auschwitz. Pero señaló que el autor del informe era un joven oficial de las SS, que pudo cometer imprecisiones en el lenguaje.

6.126 Irving se basó también en el hecho de que no se han descubierto pruebas arqueológicas que confirmen la existencia de cámaras de gas en ninguno de estos campos; es más, el único campo en el que se han hecho excavaciones es Belzec, y sólo acaban de empezar.

6.127 Irving dejó claro que considera las declaraciones de testigos oculares como altamente sospechosas. Al igual que en el caso de Auschwitz, que trataré más adelante, Irving se inclina a desestimar todas esas pruebas en base a que es el producto de coacciones, sobornos o algún otro tipo de inducción, o en base a que no son fiables. Cuando trate el caso de Auschwitz, enumeraré las diversas razones aducidas por Irving para desestimar o al menos tratar con extremo escepticismo las pruebas de testigos oculares. Irving criticó la confianza depositada por los expertos de los demandados en este tipo de pruebas en su totalidad. Pero seleccionó, como ejemplos de su ataque general a su credibilidad, a testigos concretos para hacer críticas específicas.

6.128 Sugirió que Eichmann dijo lo que dijo por un deseo de agradar o quizás porque se veía sometido a cierto impulso psicológico por incriminarse a sí mismo. Sugirió además que Eichmann podía haber estado sufriendo de privación de sueño cuando declaró en el juicio. Señaló que Eichmann dijo erróneamente que actuaba siguiendo una orden de Hitler (siendo Heydrich quien le dijo esto). Sugirió que el periodista pudo haberse inventado la confesión de Eichmann para darle más interés a la entrevista que le concedió cuando aún estaba en libertad.

6.129 En cuanto a Gerstein, Irving dudó de su afirmación en la que dice que era un antinazi encubierto. Sugirió que era más bien improbable que se hubiera permitido a Pfannestiel y a él que observaran hechos que se trataban como alto secreto. Irving sugirió que "[a Pfannenstiel] no le habría importado un comino" el admitir que había sido testigo de los gaseamientos si se le hubiera preguntado. Llamó la atención sobre las muchas afirmaciones fantasiosas hechas por Gerstein en sus diversos testimonios, por ejemplo cuando dijo que Globocnik le había contado que se asesinaba a entre 10.000 y 25.000 judíos cada día en cada uno de los campos, o cuando dijo que había visto pilas de zapatos de veinticinco metros de alto. Browning reconoció que Gerstein solía exagerar, pero no aceptó que se le desacreditara totalmente. Además, dijo Browning, los testimonios de Gerstein fueron corroborados por otros.

6.130 A pesar de los argumentos que presentó y que he resumido, Irving, tras haber sido presionado repetidamente, admitió finalmente que uno de los métodos de liquidación propuestos fue el uso de monóxido de carbono en cámaras de gas. Reconoció además que es muy probable que desde la primavera de 1942 (y antes en el caso de Chelmno) se asesinara deliberadamente a cientos de miles de judíos en los campos. Lo que no reconoce, sin embargo, es que estos campos fueran construidos a propósito como campos de exterminio. Tomando Treblinka como ejemplo, Irving afirmó que las pruebas periciales y las fotografías aéreas indican que no hubo ninguna instalación de exterminio construida a tal fin allí.

6.131 Con respecto a la escala del exterminio en estos campos, Irving reconoció que cientos de miles de judíos fueron asesinados intencionadamente, por algún medio u otro, en Belzec, Sobibor y Treblinka. Reconoció que las pruebas de la época revelan que había trenes diarios que transportaban a gran número de judíos (quizás hasta 5.000 por tren) en dirección este desde varios puntos de partida hasta Treblinka, Sobibor y Belzec. Aunque preguntó en un momento dado de qué forma se habían eliminado los cadáveres, no se retractó de su reconocimiento de que se asesinó a gran número de judíos en los campos de estos tres pueblos.

6.132 En relación a la escala del exterminio que tuvo lugar en los campos, Irving se basó en dos documentos, uno de ellos con las iniciales de Himmler, que informaban de la cantidad de propiedades arrebatadas a los judíos hasta el 30 de abril de 1942, evidentemente durante la ejecución de la Operación Reinhard, para ser distribuidas entre las unidades nazis. La cifra de relojes de pulsera y de bolsillo, un total de 120.000, indica, según Irving, que se arrebataron las propiedades de un relativamente pequeño número de judíos, y que una correspondiente cifra menor fue deportada y asesinada. Browning no aceptó que la lista de propiedades fuera una lista completa de todas las propiedades requisadas. No consideró que estos documentos sirvan para determinar el número aproximado de deportados.
 

Respuesta de Irving: conocimiento y complicidad de Hitler en el programa de gaseamiento

6.133 Volviendo a la cuestión del conocimiento y complicidad de Hitler en el programa de gaseamiento, Irving dijo que no hay pruebas de que Hitler estuviera implicado personalmente en la decisión de trasladar los furgones de gaseamiento que se habían usado en el programa de eutanasia al Este para ayudar en la liquidación de judíos. Longerich respondió que Hitler estaba estrechamente involucrado en el programa de eutanasia, así que es lógico asumir que debió estar implicado de forma similar en el traslado de equipo y personal al frente oriental una vez que se detuvo el programa de eutanasia. Los documentos demuestran que la Führerkanzlerei tomó parte en el traslado, y la Cancillería informaba de sus acciones a Hitler.

6.134 Irving alegó que, al menos hasta octubre de 1943, se mantuvo la solución preferida por Hitler al problema judío, el deportarlos, pero no hasta que no terminara la guerra. Aunque reconoció que, al menos en términos generales, Hitler era consciente de que los Einsatzgruppen estaban fusilando a gran número de judíos, afirmó que las pruebas no demuestran la implicación de Hitler o su conocimiento de la Operación Reinhard, es decir, la operación que supuso el asesinato de cientos de miles de judíos en cámaras de gas en los campos de exterminio Reinhard. Irving dijo que, aunque Hitler no tenía ninguna excusa para no conocer el programa de exterminio a partir de octubre de 1943, los documentos no sirven para determinar su conocimiento en los dieciocho meses anteriores. En este contexto, Irving destacó de nuevo que no hay ninguna "Hitler Befehl" (orden de Hitler). El eminente historiador alemán Hilfberg dijo en un principio que la hubo, pero en ediciones posteriores de sus obras eliminó todas las referencias a que existiera dicha orden. Irving criticó la afirmación de Browning de que Hitler dio señales y creó expectativas como "temerosamente vagas". Pero reconoció que, si Hitler hubiera sido informado de los asesinatos antes de octubre de 1942, no habría planteado ninguna objeción.

6.135 En cuanto a la Conferencia de Wannsee, Irving dijo que Hitler no estuvo presente y no hay pruebas de que estuviera al tanto de las discusiones que tuvieron lugar allí. La afirmación de Heydrich de tener la autorización de Hitler o era pro forma o era una afirmación falsa pensada para mostrar más seguridad ante los presentes.

6.136 Irving subrayó el hecho de que desde 1938 hasta el 24 de julio de 1942, como demuestra su Charla de Sobremesa de aquel día, Hitler siguió hablando del Plan Madagascar. Browning reconoció que hasta más o menos 1940 hubo un plan concreto en el que los nazis estuvieron trabajando y que podrían haber tratado de poner en práctica, pero dijo que pasado 1940 se convirtió en una fantasía antisemita. Irving sostuvo que la solución preferida por Hitler era la deportación y no el genocidio.

6.137 Irving aceptó que el General de las SS Wolff, que tenía como misión entre otras cosas actuar como un enlace entre Himmler y Hitler, habló a Hitler de los transportes de judíos a los campos de exterminio. Pero presentó el relato de los hechos recopilado por Wolff tras la guerra (desestimado por Longerich por considerarlo un texto interesado) en el que decía que estaba seguro de que Hitler no sabía lo que estaba ocurriendo. Irving presentó un extracto manuscrito de un documento que se encuentra en el Archivo de Munich en el que Wolff dice en 1952 que sólo unas setenta personas, de Himmler a Hess (cuya vinculación se remontaba a los años '20) estuvieron implicadas en el exterminio de los judíos. Cuando se obtuvo el documento completo, se vio que Wolff había dicho que "probablemente" (wohl) sólo setenta de esas personas habían estado implicadas. También queda registrado en el documento que Wolff dijo que Bormann y Himmler eran los verdaderos culpables; opinaban que había que enfrentarse al problema judío sin que Hitler "se manchara las manos". Según Wolff, Himmler dijo que había cargado con todo este peso sobre sus hombros por el pueblo alemán y por su Führer. Irving se basó en este documento, procedente de alguien cercano tanto a Himmler como a Hitler, como una prueba convincente de que Hitler no estuvo implicado o siquiera fue consciente de los asesinatos en los campos de exterminio.

6.138 Con respecto al documento Wolff, Longerich lo describió como "interesante" en que se refiere a que se asesinó a millones de judíos y a que "la idea del gaseamiento" posiblemente surgió cuando estalló una epidemia. Observó que en su traducción Irving tradujo Ausrottung como "exterminio". Pero a Longerich no le resultó convincente el documento que registraba la entrevista: Wolff estaba claramente interesado en distanciarse de los hechos del Holocausto. Si no dijera en esta entrevista que Hitler no conocía los asesinatos, se podría deducir, siendo él el enlace entre Himmler y Hitler, que él también estuvo implicado. Más aún, Wolff era, y siguió siendo, un admirador de Hitler muy dispuesto a retratarle favorablemente. Longerich no pudo aceptar que Himmler estuviera actuando unilateralmente, sobre todo por decir haber asumido la carga de llevar a cabo esta durísima orden puesta sobre sus hombros por Hitler en una carta a Berger el 28 de julio de 1942. En cualquier caso, Longerich consideró que la cifra de setenta implicados en el "espantoso secreto" era demasiado baja. El propio Wolff dijo en la entrevista que Himmler era servil. Longerich observó que su descripción no encajaba con el concepto de Himmler como alguien que actuaba por su cuenta. La entrevista a Wolff es en su opinión demasiado poco importante y no se debería tener en cuenta.

6.139 Irving rechazó las críticas que se le hicieron diciendo que al usar la entrevista a Wolff seleccionó la parte que se ajustaba a sus tesis sobre la ignorancia de Hitler de la política de exterminio masivo, suprimiendo o ignorando el resto, en particular las referencias de Wolff a los gaseamientos y al asesinato de millones de judíos. Irving supuso que Wolff se refería a la idea de los gaseamientos porque lo había leído en los periódicos desde los tiempos de la guerra.

6.140 Irving alegó que, aunque puede haber documentos que al menos posiblemente incriminen a Himmler, no implican a Hitler. Más aún, afirmó que, cuando Himmler dijo el 28 de julio de 1942 que Hitler había puesto sobre sus hombros la puesta en práctica de esta orden tan difícil, lo que quería decir era que Hitler había dejado totalmente en manos de Himmler el cómo vaciar el Ostland de judíos. En otras palabras, Hitler no tomó parte en los hechos. Asimismo, Irving se basó en las declaraciones de Himmler del 4 de octubre de 1943 en las que dijo que "no hablamos de esto entre nosotros", indicando que no se informaba del exterminio a Hitler. Irving señala que en su discurso del 6 de octubre de 1942, Himmler dice que fue él, y no Hitler, quien tomó la decisión de extender los fusilamientos a las mujeres y los niños.

6.141 Irving rechazó la afirmación de Longerich según la cual es inconcebible que Himmler no discutiera con Hitler el exterminio de judíos por gaseamiento. Desestimó esa afirmación como una mera especulación basada en poco más que el hecho de que se reunían y hablaban con regularidad. En aquel momento había otras muchas cuestiones acuciantes que había que atender. Longerich respondió que es absurdo decir, como hace Irving, que Himmler podría haber llevado a cabo este vasto y caro plan, de compleja logística, a espaldas de Hitler. Browning dijo de forma similar que, conociendo la relación que había entre Himmler y Hitler, Himmler no era un hombre que actuara sin la autoridad del Führer. Tanto Browning como Longerich dicen que fue una orden de Hitler lo que inició las ejecuciones, que se llevaron a cabo con el total conocimiento y aprobación de Hitler.

6.142 Irving destacó la ausencia en la carta del Gauleiter Greiser a Himmler del 1 de mayo de 1942, referida al "tratamiento especial" aplicado a 100.000 judíos en la zona bajo su jurisdicción, de cualquier referencia a Hitler autorizando el asesinato de éstos. La carta habla en todo momento de que la autorización proviene de Himmler y Heydrich. Greiser, dijo Irving, querría haberse asegurado de que Hitler aprobaba la "acción especial". Longerich reconoce que no hay referencias a una autorización de Hitler, pero dice que está claro que Greiser estaba muy dispuesto a dirigir la operación y no sentía la necesidad de la aprobación de Hitler.

6.143 Irving se refirió al testimonio de Frank, Gobernador General del Gobierno General, en Nuremberg, en el que éste recordaba haberle preguntado a Hitler el 2 de julio de 1944 sobre los rumores de que se estaba exterminando a los judíos. Según Frank, Hitler respondió reconociendo que se estaban realizando ejecuciones, pero aparte de eso dijo no saber nada. Cuando Frank le insistió, Hitler le sugirió a Frank que le preguntara a Himmler.

6.144 En respuesta a las críticas que se le hicieron por omitir mencionar que Frau Schroeder le había escrito a la periodista Gita Sereny que Hitler sabía lo que ocurría con el problema judío por sus conversaciones privadas con Himmler, Irving declaró en esta vista el 21 de febrero del 2000 que no lo había hecho porque la Sta. Sereny no había presentado ningún texto o notas de esa y otras entrevistas. Para responder a esto, los abogados de la Sta. Sereny dijeron que el 10 de febrero del 2000 informaron a Irving de que no había notas porque Frau Schroeder había proporcionado la información sobre Hitler por medio de una carta que había sido hecha pública. Los abogados le dieron a Irving el número asignado a la carta al revelarla al público. Irving rechazó la sugerencia que se le planteó más adelante de que su primera respuesta del 21 de febrero era falsa, y él lo sabía. Dijo que no había tenido tiempo de buscar la carta que le habían indicado los abogados de la Sta. Sereny. Rehusó retirar la alegación según la cual la Sta. Sereny se había inventado toda la historia.


[ Anterior | Índice | Siguiente[an error occurred while processing this directive]