The Nizkor Project: Remembering the Holocaust (Shoah)

The Case for David Irving
por Nigel Jackson
un extracto


[de un usuario australiano] Acompaño el primer capítulo del libro The case for David Irving (The selective censorship of history and free speech) [El Caso de David Irving (La censura selectiva de la Historia y la libertad de expresión], escrito por Nigel Jackson, y que es uno de nuestros ejemplos más activos y prolíficos de los "derechos" de los negadores del Holocausto. El libro es de unas 207 páginas, con numerosas referencias a la incapacidad o fallo de las críticas a Irving destinadas a demostrar que Leuchter se equivoca, que Irving se equivoca o que los negadores del Holocausto no se merecen la canonización inmediata. Dada la insistencia del autor en que no es ni antisemita ni anti-semita, es sorprendente que se mencione con cierta regularidad la religión de los judíos (y ninguna otra más).
EXTRACTO DE "THE CASE FOR DAVID IRVING" del australiano Nigel Jackson, que apoya a Irving, publicado en 1994 por Veritas Publishing Company Pty Ltd, Cranbook, Australia Occidental, 1994

Capítulo Uno: Los Historiadores Revisionistas

"Para descubrir el misterio de lo 'histórico', debo sentirlo de alguna forma y sentir la Historia como algo que es profundamente mio, que es de un modo profundo mi Historia, que es de un modo profundo mi destino"
 
- Nicolas Berdyaev, The Meaning of History
Cuando se prohibió la entrada en Australia al historiador británico David Irving a principios de 1993, hizo uso de la tecnología moderna para hablar a los australianos a través de un vídeo, "La Búsqueda de la Verdad en la Historia". Incluso aunque los oponentes de Irving intimidaron a los propietarios de ciertas salas y se cancelaron reservas con los representantes en Australia de Irving, varios miles lograron ver el reportaje, que concluye con una poderosa declaración de intenciones de Irving. Considera el derecho a la libertad de expresión como un antiguo derecho que, aunque se usa constantemente, puede entrar en decadencia y morir. Dice que la libertad de expresión es esencial para un historiador que trata de descubrir la verdad. Dispuesto a admitir que se podría demostrar que se equivoca en algunas cosas, Irving dice que sin la libertad de expresión, se le negaría incluso el derecho a demostrar que se equivoca.

La Historia no es algo de un mero interés académico. Como escribió George Orwell en "1984", "Quien controla el pasado controla el futuro; quien controla el presente controla el pasado".

A primeros de 1992, publiqué una carta abierta al pueblo australiano en la que advertía que nuestra libertad de expresión tradicional había sido grandemente recortada por una legislación ostentosamente dirigida contra el envilecimiento de las razas, la violencia y el odio.

Expresé la esperanza en que publicaría más adelante apéndices y declaraciones adicionales para demostrar lo que estaba diciendo. Ha llegado ahora un momento en el que es particularmente apropiado defender a un grupo de personas que, no sólo en Australia sino en todo el mundo, se ven amenazadas por la censura política disfrazada de legislación contra el "racismo". Me refiero a los "historiadores revisionistas", siendo ahora David Irving el más conocido por el público.

Si se hiciera caso a la "sabiduría" de los medios de comunicación, la de varias revistas que por alguna razón u otra son consideradas cultas, la de diputados de todos los partidos y la de portavoces (más o menos representativos) de varias minorías étnicas, se llegaría a la creencia de que estos historiadores revisionistas no son verdaderos historiadores, sino más bien "pseudo-estudiosos", "extremistas", "racistas", "neonazis", "fascistas" o "ultraderechistas". Hay todo un arsenal de términos insultantes disponible para ser adoptado por aquellos que, por indiferencia, apatía, oportunismo, cobardía o cualquier otra motivación, están dispuestos a caer en imágenes preconcebidas que les atrapan.

La verdad es bien distinta: y la mejor forma de verlo es leer una selección juiciosa de los libros y ensayos publicados por los revisionistas.

El Institute for Historical Review,  una vilipendiada comunidad de estudiosos e investigadores radicada en Estados Unidos, ha publicado un breve panfleto obra de su director, Tom Marcellus, titulado La Tradición del Revisionismo Histórico. Es un buen punto de partida para la defensa.

Marcellus atribuye la frase "historiadores revisionistas" al Profesor Harry Elmer Barnes, que fundó una escuela de investigación histórica tras la Primera Guerra Mundial. El revisionismo significaba para él "nada más que el esfuerzo destinado a corregir el registro de la Historia a través de una recopilación más completa de hechos históricos, una atmósfera política más tranquila, y una actitud más objetiva".

El término, explica Marcellus, surgió con un grupo de estudiosos (franceses, británicos, americanos, alemanes y de otros países) cuyas investigaciones minaron la presunción de la responsabilidad única de Alemania del estallido de la Primera Guerra Mundial. Se ha empleado a posteriori para denominar todas las investigaciones históricas que chocan con la versión del establishment. (Marcellus también podría haber añadido "o la versión establecida", una frase más amplia).



Versión original en texto normal de este archivo disponible por ftp.

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