Ron Casey entrevista
a David Irving
julio de 1995
Transcripción de una entrevista
en un programa
Ron Casey:
Tenemos en directo a David Irving en Londres,
y en primer lugar quiero preguntarle si fue expulsado de Canadá
y Alemania debido a sus puntos de vista controvertidos o por algún
detalle técnico legal. Buenos días, Sr. Irving.
David Irving:
Buenos días. Aquí es poco
después de medianoche. La respuesta a su pregunta es que siempre
se recurre a un pretexto. Se sacan de la manga algún pretexto. Tratan
de suprimir mis puntos de vista.
Casey:
Quiero hablar de este asunto, pero ¿por
qué le vetan, o por qué fue usted, según lo que dicen
los periódicos de hoy, expulsado de Alemania y Canadá? ¿Cuál
fue la razón legal?
Irving:
Se me procesó en Alemania en 1993,
en enero, por haber dicho en una conferencia que la cámara de gas
del campo de concentración de
Auschwitz
que se enseña a los turistas es una invención, un engaño.
Las autoridades
de Auschwitz han admitido ahora que lo que dije era cierto, que realmente
la cámara de gas fue construida por los comunistas polacos en 1948,
pero esto no ha evitado que el gobierno alemán me haya condenado
a pagar una multa de 30.000 marcos, unos 25.000 dólares australianos,
por haber hecho esa observación.
El condenarme en Alemania implica que
el gobierno alemán puede prohibir mi estancia en territorio alemán,
y lo han hecho, así que es una reacción en cadena.
Casey:
¿Y Canadá?
Irving:
En Canadá fue un asunto
muy técnico. La comunidad judía de Canadá protestó
porque iba a comenzar una gira de conferencias por Canadá en noviembre
de 1992, y trataron de conseguir que el gobierno canadiense prohibiera
mi entrada, pero el gobierno canadiense dijo que había estado en
Canadá unas 50 veces sin causar problemas ni incumplir la ley, así
que no podían evitar mi entrada.
Sin embargo, cuando fui a Canadá,
se me detuvo al terminar una conferencia sobre la libertad de expresión
en Victoria, Columbia Británica, y tras una batalla judicial de
dos semanas que comenzó en Columbia Británica y terminó
en Ontario, traté de abandonar Canadá voluntariamente e ir
a Estados Unidos, donde tengo un visado permanente, pero por alguna razón
se me negó la entrada en Estados Unidos.
Ahora se sabe que mis oponentes en
Canadá
habían introducido información falsa sobre mi en el ordenador
del Departamento de Inmigración americano. Son
los trucos que emplean.
Casey:
¿Qué hay del supuesto incumplimiento
de leyes o de su ficha delictiva que hace que nuestro departamento de inmigración
haga difícil su entrada en Australia? Se
está juzgando este asunto ahora mismo.
Irving:
Esa es la ficha delictiva.
Casey:
Lo que constituye la ficha delictiva es
que usted dijo en Alemania en 1993 que no hubo ningún campo de exterminio.
Irving:
Correcto. Opiné, como historiador
de cierta reputación, que lo que muestran a los turistas en Auschwitz
es un engaño. Dos años después, las autoridades
de Auschwitz, la gente que gestiona el museo estatal de allí, han
decidido ser sinceras y han admitido que es un engaño.
Lo que enseñan a los turistas
fue construido por los comunistas polacos en 1948, tres años después
del final de la guerra. No hablo del resto del campo. Hablo de lo que ahora
enseñan a los turistas.
Casey:
Volvamos al otro tema. ¿Qué
hay de los otros detalles, los otros supuestos delitos que usted ha cometido?
¿Ha proporcionado
alguna información falsa a algún departamento de inmigración?
Irving:
No. Estoy tan sorprendido como usted y
posiblemente tan sorprendido como el juez de Perth. Creo que cada vez que
venzo a los australianos- vencí al gobierno australiano, por supuesto,
hace un año en el Tribunal Federal y el gobierno australiano cambió
inmediatamente la ley para hacer todavía posible mantenerme fuera.
Me hace preguntarme quién lleva la batuta en Australia.
Casey:
Déjeme preguntarle, Sr. Irving,
si usted viniera a Australia y diera un ciclo de conferencias, ¿le
gustaría debatir sus teorías sobre el Holocausto con personalidades
destacadas de la comunidad judía de Australia?
Irving:
Si se pudiera hacer pacíficamente.
Casey:
Por ejemplo, un debate televisivo.
Irving:
Más bien no. No he escrito libros
ni artículos de prensa sobre el Holocausto. Soy un experto en Hitler
y el Tercer Reich, así que la gente me pide mi opinión sobre
ello algunas veces, pero nunca he escrito sobre este tema. No tengo interés
en el asunto.
Casey:
Si no ha escrito sobre esto, ¿por
qué provoca tantas agresiones de la comunidad judía?
Irving:
Creo que probablemente es porque hablo
con cierta autoridad. Soy muy conocido como historiador. He escrito treinta
libros que están en la mayoría de las bibliotecas. Hago mi
trabajo en archivos como cualquier historiador respetable y mis puntos
de vista atraen cierta atención. Creo que es por lo que me prestan
atención en lugar de a la chusma neonazi extremista.
Casey:
¿Cuál de sus libros es el
que parece ofender más? ¿Es 'Hitler's War'?
Irving:
Creo que mi biografía de Hitler
les ha puesto nerviosos porque traté de ser todo lo objetivo que
se podía ser con ese hombre y creo que es [texto perdido]
Casey:
Usted ha publicado un libro sobre la guerra
de Churchill en el que cuestiona su papel y lugar en la Historia como gran
estadista.
Irving:
Creo que no se puede negar que Churchill
fue un gran hombre, de considerable presencia y carácter, además
que un excelente orador y un gran escritor. Creo que fue una gran tragedia
para Gran Bretaña el que se convirtiera en primer ministro en 1940
porque creo que eligió el camino equivocado para Gran Bretaña
y el Imperio Británico.
Creo que si hubiera elegido otro camino
en 1940, el mundo se habría ahorrado mucho sufrimiento y por extensión,
se
habría evitado lo que hoy se denomina el Holocausto.
Casey:
¿Cuál habría sido
el camino adecuado? ¿Firmar la paz con Alemania?
Irving:
Si hubiéramos aceptado la enormemente
generosa oferta de paz que los alemanes nos hicieron en 1940, hecho en
el que están de acuerdo ahora muchos historiadores británicos-
la generación más joven de historiadores británicos
están llegando a admitir que David Irving no se equivocaba del todo
en esto- como usted dijo publiqué el libro en 1987 en Australia
y los otros gradualmente manifiestan estar de acuerdo con mis puntos de
vista.
Casey:
Hace un momento usted ha dicho algo que
me interesa mucho. Ha dicho que se habría evitado el Holocausto.
Irving:
Fuera lo que fuese, sí.
Casey:
No, no, según sus propias palabras,
usted dijo que hubo un Holocausto.
Irving:
Usted es quien dice que yo he dicho eso.
Casey:
Le he oído decirlo.
Irving:
Usted dijo que lo negué. He negado
que hubiera un Holocausto. No me gusta usar esa palabra. No me gusta hablar
del Holocausto como si sólo hubiera habido un Holocausto, simplemente
no me gusta que la comunidad judía haya tratado de convertir en
un monopolio su sufrimiento.
Son los que ganan dinero con la miseria
mientras que los australianos que sufrieron en los campos japoneses de
prisioneros no han ganado nada con su sufrimiento. Y trato de ser
imparcial si puedo.
Casey:
¿Cuál es su estimación
del número de judíos que murieron a manos del régimen
de Hitler en los años de la guerra? ¿Qué cifra- y
no me gusta usar esta palabra- qué cifra aceptaría como el
número de personas asesinadas en campos de concentración?
Irving:
Creo, como cualquier científico,
que tendría que darle un rango de cifras, y tendría que hablar
de un mínimo de un millón, que es un crimen monstruoso, y
un máximo de unos cuatro millones, dependiendo de lo que usted entienda
por asesinar. Si meter a gente en un campo de concentración en el
que mueren por tratos brutales, tifus y epidemias es asesinar, entonces
diría
que fueron cuatro millones porque, sin duda, murieron muchos en los
campos debido a las condiciones del final de la guerra.
Casey:
Esto es cada vez más sorprendente,
Sr. Irving.
Irving:
Sí.
Casey:
No, siga. Porque siempre se me ha dicho
que usted niega el Holocausto, niega la persecución de los judíos
hasta el punto que nos ha hecho creer la comunidad judía, pero aquí
usted acaba de admitir que aceptaría una cifra máxima de
cuatro millones.
Eso es para mi un gran número
de gente y confirma el que hubiera un Holocausto, pero usted dice que podrían
haber sido hasta cuatro millones. Eso no me suena como si usted estuviera
tratando de negarlo. Acaba de decir cuatro millones.
Irving:
Se ha mentido mucho sobre mi desde que
este desafortunado asunto comenzó. La gente ha tendido a mentir
y han tratado de calumniarme, y es muy difícil a una distancia de
12.000 millas seguir luchando contra esta fea campaña, por lo que
en verdad le agradezco mucho el permitirme hablar.
Casey:
Simplemente me sorprende que haya tanta
oposición a su propuesta de visitar Australia, y en este programa
usted ha admitido que el Holocausto pudo llevarse la vida de cuatro millones
de personas.
Aquí el ser culpable o no es
como estar embarazada. No se puede estar un poco embarazada, o se está
embarazada o no se está. Lo que me ha dicho usted es que aceptaría
una cifra de cuatro millones, así que todo lo que los judíos
han dicho sobre el Holocausto es cierto, y es realmente una cifra terrible,
pero nunca he oído que se diga que David Irving acepta una cifra
de cuatro millones de víctimas del Holocausto. Esto es para mi ciertamente
sorprendente.
Irving:
Depende de las definiciones. Depende de
lo que entendemos por esa fea palabra, Holocausto, y creo que la comunidad
judía fue muy lista al inventar la palabra hacia 1970. Han inventado
la palabra, pero han rehusado definir a qué se refieren con esto.
Si se incluye a toda la gente que murió
por cualquier causa, entonces es posible que se pueda llegar hasta los
cuatro millones, pero murió un terrible número de personas
en la Segunda Guerra Mundial, veinte o treinta millones de rusos, muchos
ingleses, así como no pocos australianos. Se limitó a la
comunidad judía.
Casey:
Muy bien, ha sido un placer hablar con
usted, Sr. Irving. Gracias por dejar las cosas claras una vez más,
y éste es el final de la entrevista. Si el tribunal
dictamina que usted puede venir a Australia, espero que quiera debatir,
discutir quizás es una palabra más adecuada, sus teorías
sobre el Holocausto, sus teorías sobre la persecución de
los judíos y la muerte de judíos en campos de concentración
en la Segunda Guerra Mundial, espero que quiera discutir esto públicamente
en televisión con líderes de la comunidad judía.
Irving:
Tiene mi palabra.
Casey:
De acuerdo. Gracias, David Irving por
hablar con nosotros desde Londres. Gracias por su tiempo.
Versión
original en texto plano de este archivo disponible por
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