The Nizkor Project: En Memoria del Holocausto (Shoah)

Nuremberg, crimenes de guerra, crimenes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
12 de marzo a 22 de marzo de 1946

Octogésimo Séptimo Día: Jueves, 21 de marzo de 1946
(3 de 10)


[SIR DAVID MAXWELL FYFE continúa con el interrogatorio de HERMANN WILHELM GORING]

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P: Según sus declaraciones en el interrogatorio, lo que usted hizo fue hablar con Himmler, preguntándole si había recibido la orden, y entonces usted dijo: "Le dije la agitación que causaría en mi sección, ya que no podríamos entender esas medidas, y que si volvía a recibir órdenes como esas, que por favor me informara antes de llevarlas a cabo para que pudiera evitar que se llevaran a cabo si fuera posible". Y después usted dijo que "habló con el Führer y le confirmó que había dado la orden y le dijo por qué". Usted, según ese testimonio, aún tenía suficiente influencia en Alemania, en su opinión, como para incluso impedir a Himmler dar una orden como esa o llevar a cabo, discúlpenme, he dicho "dar", llevar a cabo una orden como esa.

R: Le está dando a mi testimonio un significado completamente equivocado. Le dije a Himmler claramente que su deber era telefonearme antes de llevar a cabo este asunto, darme la posibilidad, incluso entonces, de utilizar mi muy reducida influencia para evitar que el Führer llevara a cabo este decreto. No quise decir que habría tenido un éxito absoluto, pero es un hecho que yo, como Jefe de la Luftwaffe, debía dejarle claro a Himmler que su deber era primero de todo llamarme por teléfono, ya que era yo la persona más afectada por este asunto. Le dije al Führer con palabras muy claras cómo me sentía, y vi

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por sus respuestas que incluso aunque lo hubiera sabido de antemano, no habría conseguido evitar la aplicación de este decreto. Debemos tener en cuenta que se están tratando dos procedimientos diferentes. No se dio orden a la Luftwaffe de ejecutar a estas personas empleando a personal de la Luftwaffe, sino a la policía. Si el Führer me hubiera dicho: "Seguiré adelante con este decreto que di a la policía", yo no habría podido ordenar a la policía que no aplicara el decreto del Führer. Sólo en el caso de que se hubiera ordenado a mis hombres aplicar este decreto, habría tenido quizás la posibilidad de detenerlo, y querría destacar con énfasis este punto.

P: Bien, puede que su punto de vista sea que usted no habría conseguido nada del Führer, pero yo diría más bien que usted se enteró de esto al mismo tiempo o antes que todos estos oficiales que he mencionado, y usted no hizo nada para impedir que se fusilara a estos hombres y cooperó con esta abyecta serie de asesinatos.

EL PRESIDENTE: Sir David, ¿ha terminado con este asunto?

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Sí.

EL PRESIDENTE: ¿Presentará como prueba estos dos documentos?

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Los presentaré. Se los mostré al testigo. El D-731 será la GB 278 y el D-730 la GB 279.

EL PRESIDENTE: ¿No debería quizás mencionar el segundo párrafo del 731?

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Sí.

EL PRESIDENTE: Dice que aparentemente, en la madrugada del 25 de marzo, se comunicó el asunto a la oficina del adjunto del Reichsmarshal, el segundo párrafo, que comienza con "la fuga".

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Sí. La fuga de entre 20 y 30 prisioneros, estando pendiente aún de determinarse la cifra exacta cuando se haga el recuento, fue comunicada por teléfono desde el Campo de Sagan al Cuerpo de Inspección en la madrugada del 25 de marzo, sábado por la mañana, y transmitida de inmediato de la misma manera por esta oficina a las autoridades superiores que debían ser informadas en caso de fugas masivas. Eran: (1) la Oficina del Adjunto del Reichsmarshal; (2) the OKW, dirigiéndose a los Directores de estos prisioneros de guerra; (3) el Inspector General de Prisioneros de Guerra; y (4) el Director de Operaciones del Ministerio del Aire. Se lo agradezco. Deben recordar que el testigo no admitió ayer por la tarde que se hubiera comunicado la fuga a la oficina de su adjunto.

EL PRESIDENTE: Sí.

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Se lo agradezco encarecidamente.

EL TESTIGO: Se nos comunicó la fuga con relativa rapidez. Querría ahora exponer mi opinión sobre lo que usted ha afirmado, sobre las afirmaciones hechas por usted, aunque sostengo aún que no supe de este incidente hasta después de que ocurriera.

SIR DAVID MAXWELL FYFE:

P: Ya he hecho mis preguntas sobre el incidente. Paso a otro punto. Quiero hacerle dos o tres preguntas sobre sus declaraciones de hace dos días sobre el testimonio de un testigo suyo, Herr Dahlerus, que visitó Londres por primera vez el 25 de agosto de 1939, tras una reunión y una conversación telefónica con usted el 24. Quiero que fije la fecha porque a veces es difícil recordar estas fechas. En aquel momento, usted deseaba que él lograra convencer al Gobierno Británico para convocar una reunión de plenipotenciarios que trataría las cuestiones de Danzig y el Corredor. ¿Es correcto?

R: Es correcto.

P: Usted sabía perfectamente que por lo que respecta al Führer, Danzig y el Corredor no eran los asuntos que ocupaban su mente realmente, ¿verdad? ¿Me permite recordarle lo que dijo el 23 de mayo? "Danzig no es en absoluto el objeto de disputa; se trata de expandir nuestro espacio vital en el Este y de asegurarnos suministros alimentarios, así como la solución del problema báltico". ¿Usted sabía eso?

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R: Sabía que había dicho estas cosas por aquel entonces, pero ya he señalado repetidas veces que esas declaraciones sólo pueden evaluarse correctamente si se analizan con el conjunto de la situación política. En el momento en el que tuvieron lugar estas negociaciones con Inglaterra, sólo nos preocupaban Danzig y el Corredor.

P: ¿Afirma entonces que, a pesar de lo que dijo Hitler el 23 de mayo, en ese momento a Hitler sólo le importaban Danzig y el Corredor? ¿Lo dice seriamente?

R: Mantengo con una total seriedad que en la situación de ese momento era así. Si no, habría sido imposible entender los actos de Hitler. Puede tomar también su libro "Mein Kampf" como base y explicar todos sus actos en base a él.

P: Me interesa en este momento la última semana de agosto. Quiero que recuerde dos puntos de lo que dijo usted sobre Dahlerus, durante la mañana del 25. ¿Recuerda que habló por teléfono con él a las 11:30 del 24? Y el 25, ¿Hitler tenía suficiente confianza en usted como para decirle que iba a comunicar la nota verbal a Sir Neville Henderson, el Embajador británico, el 25? ¿Sabía eso?

R: Sí, por supuesto.

P: En ese momento, cuando estaba usted enviando a Dahlerus y se estaba comunicando la nota verbal al Embajador británico, el plan era que iban a atacar Polonia la mañana del 26, ¿no es así?

R: Parece que ha habido alguna interferencia en una o dos preguntas.

EL PRESIDENTE: Creo que hay un problema técnico. Quizás sea buen momento para hacer una pausa unos minutos.

(Se hizo un descanso).

P: Testigo, usted me dijo que los planes de atacar Polonia la mañana del 26 se cambiaron la noche del 25. Antes de pasar a eso, le haré una o dos preguntas más.

R: No, yo no dije eso.

P: Un momento. Lo siento, pero eso es lo que entendí que dijo usted.

R: No. Dije explícitamente que la noche del 25 el ataque ya había sido cancelado. Es decir, el ataque en la mañana del 26. Es imposible técnica y militarmente cancelar un ataque a gran escala de toda la Wehrmacht la noche antes de un ataque. El plazo más corto posible habría sido entre veinticuatro y cuarenta y ocho horas.

P: En ese momento usted le había pedido a Dahlerus que fuera a Inglaterra el 24. El plan aún era entonces atacar el 26. ¿No era acaso su objetivo, al enviar a Dahlerus, que el Gobierno Británico estuviera aún decidiendo cuál iba a ser su próximo movimiento en el momento en el que tuviera lugar el ataque, creándoles así una dificultad adicional?

R: No, quiero insistir en esto, y quizás debería tener los documentos debido a la fecha, cuando envié a Dahlerus y cuando se entregó una nota a Sir Neville en nombre del Führer, el ataque del 26 ya había sido cancelado y pospuesto.

P: Déjeme recordarle lo que usted mismo dijo el 29 de agosto: "El día en el que Inglaterra dio su garantía oficial a Polonia, a las 5:30 del 25 de agosto, el Führer me llamó por teléfono y me dijo que había detenido el plan de invasión de Polonia. Le pregunté si era por el momento, o para siempre. Dijo: 'No, tendré que ver si podemos eliminar la intervención británica'. Le pregunté: '¿Cree que eso estará aclarado en cuatro o cinco días?' ". ¿No es así?

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R: Eso es lo que dije, pero no dije que esto ocurriera el 25. Dije eso cuando el Führer estuvo seguro de que se daría una garantía. Destaco eso una vez más.

P: Eso es lo que le estaba citando a usted. Cuando se dio la garantía oficial, el tratado se firmó a las 5:30 de la tarde del 25 de agosto. Le estoy citando sus propias palabras. Después de eso, el Führer le llamó por teléfono y le dijo que se cancelaba la invasión. ¿Quiere retirar su afirmación de que tuvo lugar después de que se diera la garantía oficial a Polonia?

R: Lo repito una vez más. Después de enterarnos de que se daría la garantía, usted también debería ver claro que si la firma tuvo lugar a las 5:30 pm del 25, el Führer tuvo que enterarse poco después. El Führer no habría convocado una reunión hasta ese momento. Por tanto, el ataque del 26 sólo podría haber sido cancelado durante la noche del 25. Y cualquier experto militar sabe que eso habría sido totalmente imposible.

Insisto de nuevo en que no he visto el acta ni la he jurado.

P: Reconozco que no sé nada de eso. No sé si usted aún disfrutaba de la confianza de Hitler o no. ¿Pero no es cierto que el Sr. Atolico vino el 25 y le dijo a Hitler que el Ejército y la Fuerza Aérea Italianas no estaban listo para una campaña? ¿Les dijeron eso?

R: Sí, por supuesto me lo dijeron.

P: ¿Y no es por eso por lo que el ataque del 26 se canceló?

R: No, se equivoca por completo, porque cuando surgió la cuestión del apoyo italiano, es un hecho que muchos dudaban de su capacidad. Durante la tensión de los días anteriores quedó claro que las exigencias de los italianos, que nosotros no podíamos satisfacer, se formularon para mantener a Italia fuera de la guerra. El Führer estaba convencido de que Inglaterra sólo había dado una garantía tan clara a Polonia porque mientras tanto el Gobierno Británico se había enterado de que Italia no tenía intención de entrar en guerra como socia del Eje.

P: Le citaré su propio relato de lo que dijo el Führer. "Tendré que ver si podemos impedir la intervención británica". ¿No es cierto que usted intentó a través del Sr. Dahlerus de todas las maneras posibles impedir la intervención británica?

R: Nunca lo he negado. Mi objetivo era evitar la guerra con Inglaterra. Si hubiera sido posible evitar esta guerra llegando a un acuerdo con Polonia, eso se habría aceptado. Si la guerra con Inglaterra hubiera podido ser evitada a pesar de una guerra con Polonia, esa era también mi misión. Eso se ve claro en el hecho de que, incluso después de que comenzara la campaña polaca el 1 de septiembre de 1939, aún intenté por todos los medios posibles evitar entrar en guerra con Inglaterra e impedir que la guerra se extendiera.

P: En otras palabras, lo que usted estuvo intentando hacer a partir del 25 fue conseguir que Inglaterra aceptara ayudar al Reich a recuperar Danzig y el Corredor Polaco, ¿no es así?

R: Por supuesto, eso está muy claro.

P: ¿Recuerda la conversación con el Sr. Dahlerus? Se trata de la conversación en la que usted coloreó parte de un mapa. Quiero simplemente que lo recuerde. Si le digo las 11:30 del 29 de agosto, eso no significará nada para usted. Quiero que lo visualice para que pueda hacerle una o dos preguntas.

¿Recuerda que en aquel momento estaba usted alterado por la conversación que había tenido lugar en la que Hitler le entregó a Henderson la respuesta alemana y en la que se mencionó el ultimátum? ¿Lo recuerda?

R: Sí, por supuesto estaba alterado porque eso afectaba totalmente a mi postura.

P: ¿Y es esto correcto? El Sr. Dahlerus dice en la página 72 de su libro que usted lanzó una diatriba contra los polacos. ¿Recuerda

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que le cita diciendo: "Wir kennen die Polen"? ¿Recuerda eso?

R: Sí, por supuesto. Debe tener en cuenta la situación del momento. Me habían hablado de los excesos cometidos, y no iba a decirle a un hombre neutral, Dahlerus, "Considero a Alemania totalmente culpable y a los polacos completamente inocentes". Es cierto que dije eso, pero lo provocó la situación.

P: ¿Sigue admirando a Bismarck?

R: Admiro totalmente a Bismarck, pero nunca he dicho que me considerara un Bismarck.

P: No, no quería decir eso. Pensaba en que quizás usted recuerde su observación sobre los polacos. ¿Recuerda esto?: "Haut doch die Polen, dass Sie am Leben verzagen", "ataquemos a los polacos hasta que pierdan el coraje de vivir". ¿Es eso en lo que pensaba usted en aquel momento?

R: No, no tenía esos pensamientos ni mucho menos, ya que durante años busqué sinceramente la amistad con Polonia.

P: Usted ha sido muy franco sobre sus intenciones en general y no voy a dedicar tiempo a eso, pero quiero exponer uno o dos puntos secundarios.

¿Recuerda el fragmento que leí del libro del Sr. Dahlerus sobre el avión y el sabotaje, en el que dijo que usted le dijo, mencionando al acusado Ribbentrop...? ¿Recuerda ese fragmento? Usted ha dado sus explicaciones y tan sólo quiero...

R: Sí, sí, di mis explicaciones y lo dejé muy claro.

P: Su explicación era que Herr Dahlerus se había confundido con su temor a que su avión fuera derribado durante su viaje. ¿Es una forma correcta de resumir su explicación? Dice que Herr Dahlerus se confundió. Que lo que usted estaba expresando era su preocupación por la posibilidad de que su avión fuera derribado. ¿No es así? Así es como lo entendí.

R: No, creo que lo he expresado muy claramente. ¿Quiere que vuelva a ello? Lo repetiré.

Dahlerus, que estuvo aquí, en el estrado de los testigos, empleó las palabras: "debo corregirme a mi mismo" cuando se le preguntó por Ribbentrop. Cito a Dahlerus. Dijo: "Lo relacioné con Ribbentrop porque poco antes se había mencionado su nombre en relación a otro asunto".

Y entonces expliqué que estaba realmente muy nervioso por la posibilidad de que ocurriera algo. Lo he explicado muy claramente y no hace falta que lo repita.

P: La pregunta que le hice, testigo, creo que todos estamos de acuerdo, es si su preocupación tenía que ver con su avión, y la cuestión que quiero dejarle clara ahora es que ese incidente no tuvo lugar el día en el que Dahlerus se preparaba para su tercera visita, sino cuando estaba en Inglaterra y le llamó por teléfono durante su segunda visita. Le llamó la noche del 27 de agosto, y en la página 59 de su libro dice:

"Antes de irme del Ministerio de Exteriores británico llamé por teléfono a Goering para confirmar que partiría hacia Berlín en avión a las 7 p.m. Parece que pensó que era muy tarde. Sería de noche y le preocupaba que mi avión fuera atacado por los británicos o sobre territorio alemán. Me pidió que no colgara, y un minuto después volvió y me dio una descripción concisa de la ruta que debía seguir el avión sobre Alemania para evitar que le dispararan. También me aseguró que las baterías antiaéreas que encontraríamos a lo largo de nuestra ruta serían informadas de nuestra llegada".
Lo que quiero decir es que su explicación es incorrecta, que la ha confundido con este incidente anterior del que habla el Sr. Dahlerus, y que el Sr. Dahlerus está en lo cierto cuando habla del segundo incidente que tuvo lugar dos días después.

R: Eso no es en absoluto contradictorio. En cuanto al primer vuelo, la cuestión era que ya había oscurecido, lo que aumentaba mucho más el peligro, y destacaré en relación al segundo viaje que

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los preparativos para la guerra en todos los países habían llegado a un punto en el que volar era peligroso.

Insisto una vez más en que tuve que corregir a Dahlerus cuando fue interrogado por mi abogado, y que no le dije que Ribbentrop hubiera planeado atacarle. Insisto por última vez en que von Ribbentrop no sabía nada de mis negociaciones con Dahlerus.

P: ¿Dijo usted realmente eso? ¿Recuerda el 29 de agosto...? Primero de todo, el 28 de agosto a las 10:30 p.m., cuando Henderson y Hitler se reunieron, eso fue antes de que surgieran las dificultades. Fue la reunión en la que Hitler estudió las negociaciones directas con los polacos. Dijo: "Debemos llamar al Mariscal de Campo Goering para tratar esto con él". Eso está en nuestro Libro Azul, y que yo sepa nunca se ha negado. Le pidieron asistir a la reunión de Hitler y Ribbentrop con Sir Neville Henderson.

R: No, debo interrumpirle. El Führer dijo: "Tendremos que ir a buscarle", pero nadie me llevó allí, y eso tampoco está en el Libro Azul.


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