The Nizkor Project: En Memoria del Holocausto (Shoah)

Nuremberg, crimenes de guerra, crimenes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
12 de marzo a 22 de marzo de 1946

Octogésimo Cuarto Día: Lunes, 18 de marzo de 1946
(7 de 9)


[El Sr. JUEZ JACKSON continúa con el interrogatorio de HERMANN WILHELM GORING]

[Página 196]

P: ¿Puede decirnos qué cargo ejerció en el Ejército Alemán?

R: Fue Jefe del Estado Mayor del Ejército, y le señalé repetidas veces al Führer tras el comienzo de la guerra que en algún momento tendría que encontrar un jefe que supiera algo de esos asuntos.

[Página 197]

P: Ha dejado la purga de Röhm en una cierta indefinición. ¿Qué es lo que hizo Röhm para acabar siendo fusilado? ¿Qué actos cometió?

R: Röhm tenía planeado derribar el Gobierno, y también tenía intención de asesinar al Führer. Quería después llevar a cabo una revolución, dirigida en primer lugar contra el Ejército, el Cuerpo de Oficiales, y contra los grupos que consideraba reaccionarios.

P: ¿Y tenían pruebas de ese hecho?

R: Teníamos suficientes pruebas de ese hecho.

P: Pero nunca fue juzgado en un tribunal, donde habría tenido oportunidad de contar su versión de los hechos, al igual que usted nos cuenta la suya.

R: Correcto. Quería llevar a cabo un putsch, por lo que el Führer consideró correcto cortar de raíz este asunto, no por medio de un proceso, sino aplastando la revuelta de inmediato.

P: ¿Se publicaron los nombres de las personas muertas en esa purga tras el arresto de Röhm?

R: Algunos nombres, pero creo que no todos.

P: ¿Quién mató a Röhm? ¿Lo sabe?

R: No sé quién llevó a cabo esta acción personalmente.

P: ¿A qué organización se le dio la orden?

R: Eso tampoco lo sé, porque la ejecución de Röhm fue decretada por el Führer y no por mi, ya que yo era la autoridad competente en el norte de Alemania.

P: ¿Y quién detuvo a los que debían ir a campos de concentración, y cuántos fueron?

R: La policía llevó a cabo el arresto de los que, primero de todo, iban a ser interrogados, de los que no estaban acusados de los delitos más graves, y de los que aún no se sabía si estaban implicados o no. Algunas de estas personas fueron liberadas muy pronto, otras un tiempo después. No sabría decirle cuántos fueron arrestados. La policía hizo los arrestos.

P: ¿Quiere decir la Gestapo?

R: Supongo que sí.

P: Y si Milch declaró que vio setecientos u ochocientos en Dachau en 1935, tiene que haber habido un número mucho mayor de arrestos, ya que usted dice que muchos fueron liberados. ¿Sabe el número de los que fueron arrestados?

R: Repito que no sé exactamente cuántos fueron arrestados porque los arrestos necesarios, o los arrestos de los que se consideraba que habían ejercido algún papel en esto, no pasaron por mi. Mi acción terminó, por así decir, el día en el que la revuelta fue aplastada. Entendí algo diferente de lo que dijo Milch, y le pasé una nota a mi abogado para que se aclarara por medio de una pregunta si Milch afirmaba que esas setecientas personas estaban todas implicadas en el Putsch de Röhm, o si se refería a que vio allí a setecientas personas en total. Así lo entendí yo. Pero para aclarar esto tendríamos que interrogar de nuevo a Milch, ya que creo que esta cifra de quinientos, seiscientos o setecientos es demasiado alta para el número total de personas arrestadas por el Putsch de Röhm.

P: Entre los que fueron asesinados estaba von Schleicher y su mujer. ¿Era uno de sus opositores políticos?

R: Cierto.

P: Y también Erich Klausner, que había sido el Jefe de Acción Católica en Alemania.

R: Klausner fue también uno de los fusilados. De hecho, el caso de Klausner fue el que provocó, como he declarado recientemente, que pidiera al Führer que diera órdenes de inmediato de cesar toda acción, dado que en mi opinión Klausner fue ejecutado sin ningún motivo.

P: Y Strasser, que había sido el número dos de Hitler y que había mostrado estar en desacuerdo con él en diciembre de 1932. ¿Strasser fue asesinado?

[Página 198]

R: No se puede afirmar que Strasser fuera el número dos de Hitler. Ejerció un papel muy importante dentro del Partido antes de la toma del poder, pero fue expulsado del Partido antes de la toma del poder. Strasser tomó parte en esta revuelta, y también fue ejecutado.

P: Y cuando llegó un punto en el que sólo quedaban dos en la lista de personas a asesinar, usted intervino y pidó que se parara. ¿Correcto?

R: No, no es del todo correcto. Lo dejé muy claro, y querría repetirlo brevemente. No intervine cuando sólo quedaban ya dos en la lista. Intervine cuando vi que se ejecutó a muchos que no tenían nada que ver con este asunto. Y cuando lo hice, quedaban dos personas que habían ejercido un papel muy activo, y el propio Führer había ordenado que los ejecutaran. El Führer estaba especialmente furioso con uno de ellos, el principal instigador de la acción. Lo que quiero dejar claro es lo que le dije al Führer: "Es mejor que renuncie a la idea de ejecutar a esos dos, y que ponga fin a todo esto de inmediato". Eso es lo que quise decir.

P: ¿En qué día ocurrió eso? ¿Ha fijado la hora?

R: Sí, puedo indicarle una hora concreta. Que yo recuerde, el día decisivo fue el sábado; el sábado, entre las 6 y las 7 de la tarde, el Führer llegó en un avión procedente de Munich. Mi petición de detener la acción la hice el domingo, entre las 2 y las 3 de la tarde.

P: ¿Y qué pasó con los dos hombres que quedaban en la lista, fueron llevados a juicio?

R: No. Que yo recuerde, a uno lo llevaron a un campo de concentración, y al otro lo pusieron bajo arresto domiciliario, si no recuerdo mal.

P: Volviendo a la época en la que conoció a Hitler, usted dijo que era un honbre que tenía un objetivo serio y concreto, que no estaba contento con la derrota de Alemania ni con el Tratado de Versalles. ¿Lo recuerda?

R: Lo siento mucho, la traducción no ha funcionado bien y no le he entendido. Repita, por favor.

P: Cuando usted conoció a Hitler, según he entendido de su testimonio, se encontró con un hombre con un objetivo serio y concreto, que no estaba contento con la derrota de Alemania en la guerra anterior y que no estaba contento con el Tratado de Versalles.

R: Creo que no me entendió muy bien, porque no lo expresé de esa manera en absoluto. Dije que me había impactado que Hitler tuviera puntos de vista muy concretos sobre la inutilidad de protestar; y en segundo lugar, que opinaba que había que librar a Alemania del Dictado de Versalles. No se trataba sólo de Adolf Hitler; todos los alemanes, todos los patriotas alemanes sentían lo mismo, y yo, que era un patriota ferviente, sentía amargamente la vergüenza del Dictado de Versalles, y me asocié a este hombre, del que sentía que percibía con gran claridad las consecuencias de este dictado, siendo probablemente el hombre que encontraría las formas y maneras de eliminarlo. Todo lo demás que decía el Partido sobre Versalles era, disculpen la expresión, mero parloteo.

P: Así que, si le he entendido bien, desde el primer momento, pública y notoriamente, el postulado del Partido Nazi era que había que eliminar el Tratado de Versalles, y que protestar no servía de nada.

R: Desde el primer momento el objetivo de Adolf Hitler y su movimiento fue liberar a Alemania de las opresoras cadenas de Versalles, es decir, no de todo el Tratado de Versalles, sino de las condiciones que ahogaban el futuro de Alemania.

P: ¿Y hacerlo por medio de la guerra si era necesario?

R: No debatimos eso en absoluto en aquella época. Sólo debatimos una condición básica, que Alemania debía crear una nueva estructura política que por sí sola permitiera presentar objeciones a este dictado, este dictado unilateral, todo el mundo siempre lo llamó Paz, mientras que los alemanes siempre lo llamamos Dictado, y no meras objeciones, sino objeciones que tendrían que ser atendidas.

[Página 199]

P: Ese era el medio. El medio era la reorganización del Estado Alemán, pero su objetivo fue librarse de lo que ustedes llamaban el "Dictado de Versalles".

R: La liberación de los términos del Dictado de Versalles que a la larga harían imposible la vida alemana, ese era el objetivo y la intención. Pero no llegamos tan lejos como para decir: "Queremos iniciar una guerra contra nuestros enemigos y vencer". El objetivo era más bien ajustar los métodos a los acontecimientos políticos. Esas fueron las consideraciones básicas.

P: ¿Y es por eso por lo que usted y todas las demás personas que se unieron al Partido Nazi otorgaron a Hitler el poder de tomar decisiones en su nombre, y aceptaron en su juramento del cargo obedecerle?

R: De nuevo me está haciendo varias preguntas. Primera pregunta: la lucha contra el Dictado de Versalles fue el factor más decisivo en mi decisión de unirme al Partido. Para otros quizás otros puntos del programa o de la ideología, que quizás parecían más importantes, pudieron ser más decisivos. Dar al Führer poderes absolutos no fue una condición básica para deshacerse de Versalles, sino para poner en práctica nuestro concepto del principio de liderazgo. Darle nuestro juramento antes de que se convirtiera en el Jefe de Estado fue, dadas las condiciones del momento, algo lógico para los que se consideraban miembros de su cuerpo de liderazgo. No sé, y no puedo decir con exactitud, cómo se hacía el juramento antes de la llegada al poder. Sólo puedo decirles lo que hice yo. Tras un cierto periodo de tiempo, y tras conocer mejor la personalidad del Führer, le di la mano y le dije: "Uno mi destino al suyo, para bien o para mal; me dedicaré a usted en los buenos tiempos y en los malos tiempos, incluso hasta la muerte". Lo decía en serio, y sigo pensando lo mismo.

P: Si me respondiera tres o cuatro preguntas con un "sí" o un "no", estaría dispuesto a dejarle ofrecer toda su versión de los hechos. En primer lugar, ustedes querían un Estado Alemán fuerte que pudiera imponerse a las condiciones de Versalles.

R: Queríamos un Estado fuerte de cualquier manera, sin importar Versalles; pero para deshacerse de Versalles, el Estado tenía que ser primero de todo fuerte, ya que un Estado débil nunca consigue hacerse oír. Lo sabíamos por experiencia.

P: ¿Y adoptaron el principio de liderazgo porque consideraban que serviría a los fines de un Estado fuerte?

R: Correcto.

P: Y este objetivo, que era uno de los objetivos del Partido Nazi, modificar las condiciones de Versalles, fue un objetivo público y notorio que la gente por lo general apoyaba. Fue una de las mejores formas de conseguir que se les uniera gente, ¿verdad?

R: El Dictado de Versalles era algo que todo alemán, en mi opinión, no podía evitar apoyar modificar, y no hay duda de que fue un factor muy atrayente para unirse al movimiento.

P: Algunos de los hombres que participaron en este movimiento no está aquí. Y para que quede registrado, ¿tiene usted alguna duda de que Adolf Hitler esté muerto?

R: Creo que no puede haber ninguna duda sobre eso.

P: ¿Y se puede decir lo mismo de Goebbels?

R: No tengo ninguna duda sobre Goebbels, ya que alguien en quien confío plenamente me dijo que vio a Goebbels muerto.

P: Y tampoco tiene ninguna duda de la muerte de Himmler.

R: No estoy seguro de eso, pero creo que ustedes lo sabrán mejor, dado que ustedes conocen mucho mejor que yo el asunto, ya que murió siendo prisionero suyo. Yo no estaba allí.

P: ¿No tiene ninguna duda de la muerte de Heydrich?

R: Estoy completamente seguro de eso.

P: ¿Y probablemente de la de Bormann?

R: No estoy completamente seguro de eso. No tengo pruebas. No lo sé, pero supongo que sí.

[Página 200]

P: Y esas personas son las que usted ha mencionado en su testimonio como las principales responsables. Hitler, de todo, Goebbels, por incitar disturbios contra los judíos, Himmler, por engañar a Hitler, y Bormann, que le engañó cuando preparaba su testamento.

R: La influencia ejercida sobre el Führer varió en diferentes momentos. La principal influencia sobre el Führer, al menos hasta finales de 1941 o principios de 1942, si es que se puede llamar influencia, fue ejercida por mi. Desde entonces hasta 1943 mi influencia fue reduciéndose gradualmente, y después languideció con rapidez. En general, no creo que nadie tuviera sobre el Führer la influencia que yo tuve. Después de mi, o aparte de mi, si se puede hablar de influencia, Goebbels, con quien el Führer pasaba bastante tiempo, ejerció una influencia en cierta dirección desde el primer momento. Esta influencia se redujo durante un tiempo y acabó siendo muy pequeña, para después incrementarse mucho en los últimos años de la guerra.

Antes de la toma del poder y durante los años inmediatamente posteriores a la toma del poder, Hess tuvo una cierta influencia, pero sólo en su ámbito particular. A lo largo de los años, Himmler fue incrementando su influencia. A partir de finales de 1944, esta influencia se redujo rápidamente. La influencia más decisiva sobre el Führer durante la guerra, y en especial desde 1942, después de que Hess se fuera en 1941 y que pasara un año, fue la ejercida por Herr Bormann. Tuvo al final una desastrosamente gran influencia. Eso sólo fue posible porque el Führer se volvió muy desconfiado después del 20 de julio, y porque Bormann estaba con él constantemente y le exponía y describía todos los asuntos. En general, estas son las personas que ejercieron alguna influencia en algún momento u otro.

P: ¿Usted asumió el mando de una organización especial de inteligencia en 1933 dedicada a monitorizar las conversaciones telefónicas de funcionarios públicos y de otros dentro y fuera de Alemania?

R: He explicado que creé una organización técnica que, como dice usted, monitorizaba las conversaciones de extranjeros importantes desde y hacia otros países, telegramas y comunicaciones por radio transmitidas no sólo desde Alemania hacia otros países, sino también desde un país extranjero a otro por radio, siendo interceptadas estas comunicaciones. También interceptaba conversaciones telefónicas hechas dentro de Alemania por (1) todos los extranjeros importantes, (2) compañías importantes de la época, y (3) personas que por cualquier motivo político o de seguridad debían ser vigiladas.

Para evitar cualquier abuso por parte de la policía, este departamento tenía que obtener mi autorización personal antes de escuchar una conversación telefónica. A pesar de de esto, por supuesto es posible que hubiera pinchazos sin control, al igual que es técnicamente posible en todo el mundo hoy en día.

P: ¿No comunicó a nadie los resultados de esos informes?

R: No, el procedimiento fue el siguiente: los informes que eran interesantes para el Ministerio de Exteriores eran entregados al Ministerio de Exteriores. Los informes que eran importantes para el Führer eran enviados al Führer. Los informes que eran importantes para los militares eran enviados al Ministro de Guerra o al Ministerio del Aire o al Ministerio de Economía. Mi adjunto o yo decidíamos si un informe era importante para un departamento u otro. Un hombre tenía como trabajo y responsabilidad asegurarse de que estos informes secretos eran entregados sólo al jefe. Yo podía por supuesto ordenar en cualquier momento que un informe u otro quedara sólo en mi poder sin entregarse a nadie más. Existía esa posibilidad.

P: ¿Tuvo serias dificultades con otras autoridades policiales que querían hacerse con el control de esa organización?

R: Correcto. La policía trató de hacerse con este departamento. Pero no lo consiguieron, y quizás organizaron ocasionalmente algún sistema por su cuenta. Pero el control decisivo, que pasaba por el Ministerio de Servicios Postales, sólo podía ser ordenado técnicamente por mi.

[Página 201]

P: ¿Ha escuchado las pruebas presentadas por la fiscalía contra todos los acusados de este caso?

R: Sí.


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