The Nizkor Project: En Memoria del Holocausto (Shoah)

Nuremberg, crimenes de guerra, crimenes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
12 de marzo a 22 de marzo de 1946

Octogésimo Tercer Día: Sábado, 16 de marzo de 1946
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HERMANN WILHELM GOERING: INTERROGATORIO (continúa)

Dr. STAHMER: Sr. Presidente, he aplazado intencionadamente un asunto que aún no he tratado, los esfuerzos de Goering destinados a mantener la paz en los meses de julio y agosto de 1939, antes del estallido de la guerra. He aplazado este asunto por las siguientes razones. En un principio, tenía intención de hacer subir a Goering al estrado de los testigos tras el interrogatorio del testigo Dahlerus. Debido a que Dahlerus aún no había llegado, y a que quería evitar una interrupción del proceso, llamé a declarar primero a Goering.

Solicito ahora que se decida si puedo volver a llamar a declarar a Goering tras el interrogatorio del testigo Dahlerus, que ya está aquí. Lo considero adecuado para ahorrar tiempo, ya que en mi opinión esto haría innecesario un buen número de preguntas. Otra posibilidad sería volver a hacerle preguntas sobre este punto tras el interrogatorio de la fiscalía. Si no es posible, trataré ahora mismo este asunto. Sin embargo, considero aconsejable plantear este asunto tras el interrogatorio de Dahlerus.

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Señoría, quizás pueda ayudarles en este punto. Si el Tribunal acepta esta solicitud sin que establezca un precedente para otros casos, no tendré objeciones, ya que en el caso de Dahlerus entendemos que alguien tendrá que tratar el asunto en detalle, los hechos ocurridos en la última quincena. También supondría un ahorro de tiempo el entrar en detalles una sola vez, y sería más bien difícil que el Dr. Stahmer interrogue al testigo Dahlerus sin entrar en detalles. Aunque apoyo firmemente la postura del Tribunal de no volver a llamar a declarar a un acusado salvo que se dé una circunstancia excepcional, creo que en este caso podría permitirnos ahorrar tiempo.

EL PRESIDENTE: ¿Quiere decir que si se llamara a declarar al testigo Dahlerus, podría dejar de ser necesario que el acusado Goering declarara sobre estos hechos?

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Podría hacer que dejara de ser necesario, y en cualquier caso supondría, creo, que el acusado Goering tendría que responder sólo a unas pocas preguntas. Pero si se hacen ahora, será difícil evitar que ambos testigos traten los mismos asuntos.

EL PRESIDENTE: Al Tribunal sólo le interesa ahorrar tiempo, y dado que el abogado de la defensa, el Dr. Stahmer, ha informado al Tribunal de que puede ahorrar tiempo, el Tribunal está dispuesto a aceptar esta propuesta, y permitir que se llame a declarar al testigo Dahlerus antes de que se hagan estas preguntas al acusado Goering. Pero no se debe considerar un precedente que permita volver a llamar a declarar a otros testigos.

Dr. STAHMER: Gracias, Señorías. En ese caso, no tengo más preguntas para el acusado en este momento.

Dr. OTTO NELTE (abogado del acusado Keitel):

P: En su presentación, la fiscalía ha mencionado con frecuencia al acusado Keitel en relación a órdenes, directrices y otras cuestiones. Siempre se han citado como órdenes de Keitel, decretos de Keitel, y la fiscalía ha basado en esto, y en otras cosas, los cargos presentados contra el acusado Keitel. Deseo aclarar, preguntándole a usted, cuál era la

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posición del Mariscal de Campo Keitel, qué poder y qué responsabilidad tenía como Jefe del OKW, o a través de otros cargos oficiales. ¿Conoce el decreto del 4 de febrero de 1938 por el cual fue creado el Alto Mando de las Fuerzas Armadas (OKW) y por el que el Mariscal de Campo Keitel fue nombrado Jefe del OKW?

R: Conozco, por supuesto, ese decreto, ya que yo contribuí a la redacción del decreto. El Führer trató conmigo la completa remodelación del 8 de febrero, y las consecuencias y cambios organizativos, de todo su Estado Mayor.

P: ¿Recuerda el diagrama presentado por la fiscalía que explicaba la organización de las Fuerzas Armadas Alemanas?

R: Sí, recuerdo que se expuso aquí en el panel.

P: Haré que se lo muestren.

¿Cree que el OKW ocupa el lugar correcto en este diagrama?

R: No, no es correcto. Dice arriba del todo "Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas", después hay una línea, y debajo dice "Jefe del Alto Mando de las Fuerzas Armadas". Desde aquí salen líneas que indican subordinación y van directas a los Comandantes en Jefe del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. Eso no es correcto.

El Alto Mando de las Fuerzas Armadas, así como el Jefe del Alto Mando de las Fuerzas Armadas, no deberían estar ubicados ahí. Deberían estar separados, a un lado, ya que los tres Comandantes en Jefe de las tres secciones de las Fuerzas Armadas estaban inmediatamente por debajo del Führer, al igual que el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, y no estaban subordinados de ninguna manera al Mando Supremo de las Fuerzas Armadas ni al Jefe del Alto Mando de las Fuerzas Armadas.

En febrero el Führer reorganizó todo su Estado Mayor. Como Jefe del Estado (Staatsoberhaupt) dirigía la Cancillería del Estado, y ese día nombró a Meissner, que era Secretario de Estado, Ministro de Estado, y le transfirió la dirección de la Cancillería del Estado. Así él, junto con el Departamento de Protocolo del Ministerio de Exteriores, quedó a cargo de todos los asuntos que fueran puramente relativos al Jefe del Estado. Decidió que, como Canciller del Reich y Jefe del Gobierno, la organización debería ser la Cancillería del Reich; el Secretario de Estado de la Cancillería del Reich pasó a ser ese día Ministro del Reich y Jefe de la Cancillería del Reich. Este cargo tenía como responsabilidad mantener la relación entre los Ministerios y toda la maquinaria del Gobierno del Reich. La función de este Ministro, como órgano del Führer, no era la promulgación, sino la ejecución, de las órdenes y decretos del Führer.

A su vez el Führer, como líder del Partido, tenía bajo su responsabilidad la Cancillería del Partido, que dirigía entonces el Adjunto al Führer(Stellvertreter des Führers), Rudolf Hess, y que ejercía un alto cargo en esa organización. Tras su marcha, Bormann no se convirtió en Adjunto al Führer (Stellvertreter des Führers), sino en Jefe de la Cancillería del Partido (Chef der Parteikanzlei).

Después estaba la Cancillería Privada del Führer (Privatkanzlei des Fuehrers), con un Reichsleiter como jefe. Militarmente, se creó como su gabinete militar o mando militar, o como solía llamarse en otros tiempos, la "Maison Militaire", el Alto Mando de las Fuerzas Armadas (Oberkommando der Wehrmacht, OKW).

Esta reorganización era necesaria porque tras retirarse Blomberg como Ministro de Guerra, no se había nombrado ningún nuevo Ministro de Guerra, y el Führer, dado que como Jefe del Estado era el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, estaba decidido no sólo a ser formalmente este Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, sino a además ejercer esa función realmente. Por tanto, necesitaba un Estado Mayor, el Alto Mando de

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las Fuerzas Armadas, y Keitel fue nombrado Jefe del Alto Mando de las Fuerzas Armadas (OKW).

En Alemania la palabra "jefe" en sentido militar tiene un significado diferente al de Comandante en Jefe. La responsabilidad y el derecho a dar órdenes recae en el Comandante o en el Comandante en Jefe. El asistente es, en administración del mando, en la planificación, administración y transmisión de órdenes, y en el mantenimiento de los enlaces, el jefe del estado mayor. Así, el General Keitel era el Jefe del Estado Mayor Militar del Comandante en Jefe, llamado el Alto Mando de las Fuerzas Armadas (OKW). Por un lado, se ocupaba de toda la maquinaria del Estado Mayor del Comandante en Jefe, en lo que afectaba a asuntos organizativos militares, cuestiones técnicas y dirección militar, es decir, estrategia, en la medida en que el Führer quería que se planificaran estas órdenes estratégicas desde un punto central. Así, en el Alto Mando se creó un departamento puramente estratégico, el Estado Mayor de Operaciones de las Fuerzas Armadas (Wehrmachtsfuehrungsstab).

P: Si le he entendido bien, se ha de traducir OKW como Alto Mando de las Fuerzas Armadas, pero al parecer se le ha denominado de distintas formas; primero como Estado Mayor del Alto Mando de las Fuerzas Armadas, como por ejemplo cuando Keitel era denominado el Jefe del OKW, y después como la Oficina del OKW del Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, es decir, Hitler. ¿Es correcto?

R: Es correcto en sí, aunque no muy claro. El Alto Mando de las Fuerzas Armadas es el Estado Mayor del Mando Supremo de las Fuerzas Armadas de la misma manera en que yo, como Comandante en Jefe de las Fuerza Aérea (Oberbefehlshaber der Luftwaffe) tenía por un lado mi Estado Mayor (Generalstab der Luftwaffe), y por el otro, la oficina de mi adjunto jefe, y que constituían el estado mayor con el que trabajaba, con lo que el Alto Mando actuaba para el Führer, como Comandante Supremo, como una organización similar. El Jefe de mi Estado Mayor no podía dar órdenes directas a los comandantes de la Fuerza Aérea, ni a los Generales al Mando de cuerpos aéreos o divisiones. Las órdenes sólo podían darse "Por orden del Comandante en Jefe", firmando "I.A.", es decir, "Im. Auftrag" (por orden de).

El jefe de un estado mayor, por tanto, incluso el Jefe del Alto Mando de las Fuerzas Ármadas, no tenía ninguna función de mando, salvo con los miembros de su departamento y las pocas organizaciones administrativas vinculadas a ese estado mayor. Una orden o directriz del Alto Mando de las Fuerzas Armadas, por ejemplo, dirigida a mi como Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, sólo era posible si las instrucciones comenzaban de la siguiente manera: "El Führer ha ordenado...", o "Por orden del Führer, le informo por la presente..."

Debo insistir en esto. En cierto momento le dije al General Keitel, "sólo obedezco órdenes del Führer. A mi se me presenta personalmente sólo el original de órdenes firmadas por Adolf Hitler. Las instrucciones, directrices u órdenes que comiencen con 'Por orden del Führer', van a mi jefe de estado mayor, que me presenta un informe verbal indicando los puntos más importantes. Así, no me supone ninguna diferencia que se firmen: "Por orden del Führer, Keitel, General", o "Meier, P.F.C.". Pero si son una orden directa de usted, una orden que me quiere dar, ahórrese tiempo y papel, porque no significará nada para mi. Soy el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, inmediata y exclusivamente subordinado al Führer".

P: ¿Sabe si Hitler, por un lado, y los Comandantes en Jefe de las secciones de las Fuerzas Armadas por otro, seguían estas funciones de mando descritas por usted, o si en otras secciones de las Fuerzas Armadas el procedimiento era diferente?

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R: No sé si mis dos colegas se lo dejaron tan claro como yo al Jefe del Alto Mando; pero es obvio que los otros dos Comandantes en Jefe no permitieron interferencias en sus derechos y prerrogativas.

P: ¿Se puede aplicar lo mismo a Himmler como Jefe de las SS?

R: Las SS nunca estuvieron subordinadas al Alto Mando de las Fuerzas Armadas (OKW). Dentro de las Fuerzas Armadas estuvieron desde el principio de la guerra las Waffen SS, divididas en divisiones y cuerpos. Era una unidad de combate sin más. Táctica y estratégicamente estaban subordinadas a las unidades del Ejército a las que estuvieran asignadas; en cuestiones de personal y desarrollo, estaban subordinadas a Himmler; y no tenían relación con el OKW. En este caso podía ocurrir también que el Jefe del Alto Mando de las Fuerzas Armadas, en cuestiones de desarrollo y organización de las Waffen SS, transmitiera órdenes o decretos del Führer.

En este momento querría corregir un error cometido durante el interrogatorio del Mariscal de Campo Kesselring llevado a cabo por el Juez Jackson. El Mariscal de Campo Kesselring habló de las Waffen SS como "Garde Truppe". Entonces le preguntaron, "¿A quién tenía que proteger?". Cuando utilizamos la palabra "Garde", no la empleamos en el sentido en el que se ha traducido, "guardia", es decir, centinelas, sino, como quería decir el Mariscal de Campo Kesselring, "Tropa de Élite", al igual que en el lenguaje militar ruso hay un "Garde Korps", al igual que en el antiguo Ejército Imperial había un "Garde Korps", y al igual que antiguamente en otros ejércitos. Durante los primeros años de la guerra, no se consideraba a las Waffen SS como una unidad de guardia, sino como una "unidad de élite", por lo que respecta a personal, etc.

P: Querría pedirle que nos dijera algo sobre la relación oficial entre Adolf Hitler y el Mariscal de Campo Keitel, es decir, en qué relaciones oficiales pensaba Hitler cuando creó el OKW. Dicho de otra manera, querría saber qué se suponía que tenía que ser Keitel y cuáles fueron sus funciones oficiales desde 1938.

R: Creo que acabo de explicarlo.

P: Quería preguntarle, por ejemplo, si era el consejero de Hitler.

R: Consejero es una expresión discutible. Puedo permitir que alguien me aconseje sobre si cree que lloverá en las próximas tres horas, cuando voy salir a montar; pero también puedo hacer que alguien me aconseje en cuestiones muy importantes y decisivas. Eso depende del temperamento y la actitud de la persona que quiere ser aconsejada y del de la persona que quiere aconsejar.

Con la personalidad dinámica del Führer, no era adecuado dar consejos no solicitados, y había que tener una relación muy buena con él. Es decir, había que tener una gran influencia, como la que yo tenía, y espero que me entienda correctamente, como tuve durante muchos, muchos años, para poder presentarle, sin que lo pidiera, no sólo consejos, sino también sugerencias o incluso una persistente confrontación. Por otro lado, si no se tenía esta relación con el Führer, las sugerencias y consejos eran bruscamente rechazados cuando tomaba sus decisiones, o cuando no quería permitir que el que aconsejaba consiguiera tener esa influencia o esa posición influyente. Debo decir que el Jefe del Alto Mando de las Fuerzas Armadas ciertamente no era un consejero en cuestiones decisivas e importantes. Era un consejero en asuntos cotidianos en la medida en que puede haberle sugerido al Führer en algún momento que se debía decir esto o lo otro a los comandantes, o que con respecto al movimiento de tropas, había que señalar esto o lo otro. A fin de cuentas, el consejo del Jefe del Estado Mayor sigue siendo más importante que el consejo del jefe de una organización o de una oficina del Estado. Era de esta forma: en la esfera de decisiones estratégicas y tácticas importantes, la responsabilidad principal recaía en el consejero del Estado Mayor, los Comandantes en Jefe, el Jefe de Estado Mayor, y el Führer; en asuntos de pura estrategia y tácticas, en el Jefe del Mando de Operaciones de las Fuerzas Armadas; en cuestiones organizativas o acontecimientos del día, en el Jefe del Alto Mando. Dado que el Führer,

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como he dicho antes, ejercía algunos de los cargos más altos, tenía que limitar sus firmas. Con frecuencia pasaban semanas hasta que se conseguía la necesaria firma del Führer, en especial durante la guerra, cuando tenía una cantidad enorme de trabajo, así que los secretarios de las respectivas oficinas estatales fueron autorizados a firmar "por orden" ("Im Auftrage"). Esto explica que apenas hubiera decretos u órdenes firmadas con "Por orden de", o "Por orden del Führer" que no tuvieran la firma de Keitel, que era muy trabajador.

P: El trabajo del Mariscal de Campo era entonces algo muy desagradecido, es decir, desagradecido en la medida en que con frecuencia estaba en situación de tener que mediar entre los diversos departamentos y el Comandante Supremo, Hitler; presentarle a éste las quejas de ellos, y actuar en nombre de las dos partes, ayudando aquí y conteniendo allá.

R: Eso nuevamente dependía mucho de las personalidades. No hace falta decir que si se llegaba a un choque entre el Führer y yo, u otros Comandantes en Jefe, el Jefe del Alto Mando de las Fuerzas Armadas, si se me permite decirlo así, quedaba atrapado por ambas partes. Se encontraba entre las ruedas de molino de fuertes personalidades; uno protestaba porque, al hablar con el Führer, no había hecho suficiente presión; y el Führer, cuando Keitel hacía una protesta formal, hacía oídos sordos y decía que se ocuparía personalmente.

Era un trabajo ciertamente muy desagradecido y duro; y recuerdo una vez en la que el Mariscal de Campo Keitel vino a verme y me preguntó si no podía conseguir que se le diera un mando en el frente, que le bastaba, aun siendo Mariscal de Campo, con tener una división con tal de poder irse, ya que no hacía más que ser vapuleado por unos y otros. Le respondí que daba igual si el trabajo era desagradecido o apreciado; tenía que cumplir con su deber donde se lo ordenara el Führer.


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