The Nizkor Project: En Memoria del Holocausto (Shoah)

Nuremberg, crimenes de guerra, crimenes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
12 de marzo a 22 de marzo de 1946

Octogésimo Segundo Día: Viernes, 15 de marzo de 1946
(5 de 7)


[el Dr. STAHMER continúa con el interrogatorio de HERMANN WILHELM GORING]

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P: ¿Cuál era su actitud hacia un ataque a Rusia en ese momento?

R: Al principio estuve muy sorprendido y le pedí al Führer que me diera unas horas para exponerle mi punto de vista. Fue toda una sorpresa. Después, por la noche, tras esta conversación que había tenido lugar por la tarde, le dije al Führer lo siguiente:

Le insté a no comenzar una guerra con Rusia ni en ese momento ni poco tiempo después. No me motivaban cuestiones de Derecho Internacional o razones similares. Mi punto de vista se basaba sólo en cuestiones políticas y militares. Primero, en todo momento desde la llegada al poder yo, quizás de todos los líderes de Alemania, era el único que siempre consideraba que el conflicto con Rusia era una amenaza para Alemania. Sabía, al igual que muchos otros, que había tenido lugar durante diez años un extremadamente fuerte programa de rearme y entrenamiento en Rusia, y que el nivel de vida había sido rebajado en todos los ámbitos en favor de este tremendo rearme. La productividad de la industria alemana y un análisis de la productividad de la industria americana, la británica, y la de otros países, siempre mostraba claramente que consistía

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sólo en máquinas directa o inmediatamente necesarias para un gigantesco programa industrial de rearme.

Se podía por tanto estimar la velocidad y dimensiones del rearme ruso. Si Alemania se hubiera desarrollado en la línea comunista, por supuesto, en mi opinión, el rearme ruso se habría dirigido hacia otros peligros. Pero desde que habíamos llegado al poder, claro está, el contraste interno político e ideológico ejerció en mi opinión un papel amenazador. He acabado entendiendo que estos contrastes no necesariamente tienen que acabar en conflictos entre Estados, porque los intereses políticos nacionales y estatales siempre serán más fuertes y mayores que todos los contrastes y las concordancias ideológicas. Pero yo también vi una amenaza, porque, ¿qué debía suponer este tremendo rearme ruso en un momento en el que Alemania no podía hacer nada? Le dije al Führer que a pesar de esta actitud general de Rusia, siempre temí este peligro y siempre lo había reconocido, pero le pedía que apartara este peligro y que, si era posible, dirigiera los intereses de Rusia en contra de Inglaterra. Y ciertamente le dije:

"Estamos en este momento luchando contra una de las grandes potencias mundiales, el Imperio Británico. Si usted, mi Führer, no opina exactamente lo mismo, tendré que contradecirle, porque estoy claramente convencido de que tarde o temprano la segunda gran potencia mundial, Estados Unidos, nos atacará. Esto no dependerá de la elección del Presidente Roosevelt, el otro candidato tampoco podrá evitarlo. Lucharemos contra dos de las grandes potencias mundiales. Su toque maestro al principio de la guerra fue conseguir una guerra en un solo frente, usted siempre lo ha señalado. En caso de choque con Rusia en este momento, se unirá a la lucha contra Alemania la tercera gran potencia mundial. Estaremos de nuevo solos contra prácticamente el mundo entero; las demás naciones no cuentan. Y tendremos de nuevo dos frentes".
Y respondió:
"Entiendo perfectamente sus argumentos, reconozco la amenaza rusa más que nadie, pero si tuviéramos éxito y lográramos ejecutar nuestros planes tal y como se han preparado en nuestra lucha contra el Imperio Británico, y si sólamente alcanzaran un éxito a medias, Rusia no atacaría. Sólo si nos viéramos profundamente inmersos en un grave conflicto en el Oeste, compartiría su opinión de que la amenaza rusa se incrementaría enormemente".
Yo incluso opinaba que la rápida aceptación por parte de los rusos de la solución de la crisis polaca se dio para que Alemania, libre por ese lado, tuviera más posibilidades de entrar en este conflicto, ya que así tendría lugar el conflicto germano-franco-británico, y sería totalmente comprensible para los intereses rusos el provocar este conflicto y salir de él tan bien como antes. Además le dije al Führer que, según mis informes y pruebas, el rearme ruso alcanzaría la cúspide en el año 1942-43, o quizás incluso en 1944. Antes de eso debíamos sin embargo lograr, si no una paz por medio de nuestra victoria, al menos llegar a un acuerdo con Inglaterra. Eso sin embargo sólo sería posible si se lograban éxitos decisivos contra Inglaterra. En aquel momento se estaba utilizando toda la potencia de la Fuerza Aérea Alemana en el ataque a Inglaterra. Si se abría ahora un nuevo frente y había que concentrar tropas para el ataque a Rusia, una parte considerable de estas fuerzas, más de la mitad, dos tercios, tendrían que ser empleadas en el Este. A efectos prácticos, dejaría de haber bombardeos aéreos intensos contra Inglaterra. Todos los sacrificios hechos hasta entonces habrían sido en vano, se daría a Inglaterra la posibilidad de reorganizarse y de reconstruir en paz su destruida industria aeronáutica.

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Mucho más decisivo que estas consideraciones era el hecho de que con un despliegue de esta clase contra Rusia mi plan, que había presentado al Führer, de atacar Inglaterra a través de Gibraltar y Suez, tendría que ser abandonado de forma más o menos definitiva. El ataque a Gibraltar había sido tan metódicamente preparado por la Fuerza Aérea que, según todas las expectativas, no podía fracasar. La Fuerza Aérea Británica allí estacionada en el pequeño aeródromo al norte de la Roca de Gibraltar no tenía ninguna importancia. El ataque de mis paracaidistas a la Roca habría sido un éxito. La ocupación simultánea del otro lado, el lado africano, y un posterior avance sobre Casablanca y Dakar habría sido al menos una salvaguarda contra la intervención americana, como la campaña que posteriormente tuvo lugar en el Norte de África. Y queda abierta la cuestión de hasta qué punto se podría haber ido más allá de esto por medio de un acuerdo y haber usado también las islas de Cabo Verde. Es obvio lo que habría supuesto estar situado con aviones y submarinos en bases norteafricanas y haber atacado todos los convoyes que venían de Ciudad del Cabo y de Sudamérica desde posiciones tan favorables. Pero si el Mediterráneo hubiera quedado cerrado en el oeste, no habría sido difícil, avanzando sobre Trípoli, llevar el proyecto de Suez a su conclusión, cuyo momento y éxito se podía calcular de antemano.

La eliminación del Mediterráneo como teatro de operaciones, el punto clave de Gibraltar, el Norte de África hasta Dakar y Suez, y posiblemente ampliado hacia el sur, habría requerido pocas fuerzas, unas cuantas divisiones por un lado y otras cuantas en el otro, para eliminar la total inseguridad de la larga línea de costa italiana y la posibilidad de un ataque.

Le insté a tener en cuenta estas consideraciones y considerar sólo después de la conclusión de ese plan la situación militar y política con respecto a Rusia. Ya que si se daban estas condiciones, estaríamos en una situación favorable en caso de una intervención de Estados Unidos, gracias a esta posición de flanco. Le expliqué todas estas razones en gran detalles y le señalé una y otra vez que estaríamos cambiando un caso relativamente seguro por uno más inseguro y que, tras hacernos con esa posición, habría muchas más posibilidades de llegar bajo determinadas circunstancias a un acuerdo con Inglaterra en un momento en el que las dos, ambas armadas, estarían una frente a la otra, una a este lado del Canal, la otra al otro lado. Esas eran mis razones para retrasar la fecha, ya que también le dije que un aumento de los éxitos en esta dirección podría permitirnos desviar políticamente los preparativos rusos, donde fuera posible, hacia otros canales, contra nuestros enemigos de entonces. Destaco sin embargo que el Führer, limitado por cuestiones de cautela, al principio hizo sólo preparativos generales y me dijo entonces que iba a mantener en reserva el ataque, y que la decisión final no se tomó hasta que tuvo lugar el golpe de Simovic en Yugoslavia.

EL PRESIDENTE: Haremos ahora un descanso.

(Se hizo un receso).

Dr. STAHMER:

P: La fiscalía ha presentado el documento 376-PS, notas del 29 de octubre de 1940. En el párrafo 5 dice lo siguiente:

"Al Führer le preocupa la posibilidad de una guerra posterior con América y el estudio de la ocupación de las islas atlánticas".
¿Qué puede decir de este estudio? R: Conozco muy bien este documento, porque me lo han presentado aquí. Es una carta que el representante de la Luftwaffe en el OKW, el entonces Teniente Coronel (Oberstleutnant) von Falkenstein, escribió al Jefe del Estado Mayor de mi Fuerza Aérea. Es un estudio de una

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referencia a esos puntos que acabo de exponer, es decir, la ocupación de Gibraltar, el Norte de África, y quizás las islas del Atlántico, primero como base de combate contra Inglaterra, nuestro enemigo de entonces, y después, en caso de que América entrara en la guerra, para tener una mejor posición de flanco para actuar contra sus convoyes. Pero era simplemente una nota del Estado Mayor; ya entonces, por decisión propia, sin hablar con el Führer de antemano, había abandonado mis investigaciones de la posibilidad de llevar a cabo dicho plan. Por tanto, no tuvo mayor consecuencia.

P: Tengo otra pregunta sobre este asunto. Se ha presentado aquí un plan de organización para el año 1950 elaborado por un tal Mayor Kammhuber.

R: También puedo responder a esta pregunta brevemente. Conozco este documentos, ya que la acusación lo ha mencionado en dos o tres ocasiones. Una consulta a un oficial experto de Estado Mayor de cualquiera de las Potencias representadas probaría de inmediato que este documento tiene un valor secundario. Es simplemente un estudio del Estado Mayor, en concreto, de la subordinada Sección de Organización, dedicado a definir el mejor esquema de una organización del liderazgo. Se trataba de si había que concentrarse en flotas aéreas o en fortificaciones terrestes. Investigaba si se debían usar escuadrones mixtos de bombarderos y cazas, o escuadrones formados sólo por bombarderos o cazas, y otras cuestiones similares que siempre son tratadas por los departamentos del Estado Mayor, sin importar si hay guerra o paz. Se ha de dar por hecho que esos estudios, por supuesto, se basan en ciertas suposiciones que entran en el ámbito de la especulación estratégica. En este caso el Mayor tomó como base la situación hacia 1950, con una guerra en dos frente, que no quedaba totalmente descartada, con Inglaterra y Francia en el Oeste, y por otro lado con Rusia en el Este. La suposición básica era que Austria y Polonia estaban en nuestras manos, y otras similares. Nunca recibí este estudio. Sólo lo he conocido al llegar aquí. Pero no tiene importancia porque se elaboró en mi Ministerio y lo hizo mi Estado Mayor, y por tanto se hizo por orden mía. Y es que situaba esos trabajos dentro del marco general de mantener constantemente a prueba con maniobras y ejemplos la organización, el liderazgo y la composición. Es completamente irrelevante para un análisis político, y está fuera de contexto en el ámbito de este juicio.

P: Hace unos días se mencionó un discurso que se dice que usted dio ante oficiales de la Fuerza Aérea, y en el que usted dijo que tenía previsto disponer de una Fuerza Aérea que, llegada la hora, caería como una hueste vengadora sobre el enemigo. El oponente debía quedarse con la sensación de haber perdido incluso antes de comenzar a combatir con ustedes. Haré que le entreguen este discurso, y querría que nos dijera qué importancia tuvo esto y cuál era su finalidad.

R: La fiscalía ha utilizado dos veces esta cita, una al principio y la segunda vez el otro día, en el interrogatorio de la fiscalía del Mariscal de Campo Milch. Esto tiene que ver con un discurso que se publicó en un libro mío titulado "Discursos y Textos", que ya se ha presentado al Tribunal como prueba. El discurso se titula: "Camaradería, Cumplimiento del Deber y Voluntad de Sacrificio", un discurso dado ante mil tenientes el día que prestaron juramento en Berlín, el 20 de mayo de 1936.

Le expliqué detalladamente a miles de jóvenes aviadores, en el día en el que se convirtieron en oficiales, los conceptos de camaradería, cumplimiento del deber y voluntad de sacrificio. Esta cita ha sido sacada totalmente de contexto. Por tanto, me tomo la libertad de pedirle al Tribunal permiso para leer un breve párrafo anterior, para que se vea en el contexto adecuado, y también solicito que se me permita describir el ambiente. Ante mi hay mil jóvenes tenientes llenos de esperanza, a los que ahora tengo que imbuir del apropiado espíritu combativo. Eso no tiene nada que ver con una guerra

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ofensiva, y lo importante era que mis muchachos, si acababan yendo a la guerra, de una manera o de otra, fueran valientes y hombres con capacidad de actuar. La breve cita anterior a ésta es la siguiente:
"No os pido nada imposible. No os pido que seáis muchachos modélicos. Quiero ser generoso. Entiendo que la juventud tiene sus locuras, si no, no sería juventud. Haréis tonterías, y os llevaréis algún palo por ello. Pero eso no es lo decisivo. Lo decisivo es que seáis gente honorable y decente, que seáis hombres. Podéis divertiros todo lo queráis, pero una vez entréis en el avión, tenéis que ser hombres, decididos a aplastar toda resistencia. Eso es lo que os exijo, valientes y atrevidos muchachos".
Después viene el párrafo que se acaba de leer. Tengo visiones de la posesión de un arma que se lanzará como una hueste vengadora contra el enemigo. Eso no tiene nada que ver con la venganza, ya que "hueste vengadora" es un "término técnico", un término corriente en Alemania. Podría también haber dicho que el oponente usaría otra palabra para expresar lo mismo. No leeré nada más, pero estas palabras, si las leyera, serían comprendidas de inmediato. Hay que darse cuenta de a quién estaba hablando.

P: ¿En qué grado colaboró usted en los preparativos económicos y militares del Caso "Barbarroja"?

R: Como Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, tomé lógicamente todas las medidas necesarias en el ámbito puramente militar para preparar esa campaña. Hice los preparativos militares obvios que siempre son necesarios en un nuevo despliegue estratégico, y que todo oficial tenía el deber de llevar a cabo, y por el que los oficiales de la fuerza aérea recibían su autoridad a través de mi. No creo que el Alto Tribunal esté interesado en los detalles de cómo llevé a cabo el despliegue de mi flota aérea. La cuestión decisiva en el momento de los primeros ataques era, como antes, aplastar la fuerza aérea enemiga con toda la fuerza disponible como principal objetivo. Independientemente de los preparativos puramente militares, que eran una tarea normal, los preparativos económicos parecieron necesarios debido a nuestra experiencia previa en la guerra anterior con Polonia y en el Oeste; doblemente necesarios en el caso de Rusia, ya que aquí nos encontrábamos con una forma de vida económica completamente diferente de la del resto de países del Continente. Aquí se trataba de economía de Estado y de propiedades estatales; no había economía privada ni propiedad privada dignas de mención. El que me encargara de esto fue nuevamente el resultado de que como Plenipotenciario del Plan de Cuatro Años yo dirigía toda la economía y daba las instrucciones necesarias. Por tanto, le encargué al Departamento de Economía de Guerra que elaborara un plan económico general para la invasión, consultando a expertos económicos en Rusia, en especial dado que era de esperar que un avance sobre Rusia, según el procedimiento establecido mucho tiempo atrás, destruiría gran parte de su economía. El resultado de estos estudios de movilización económica fue el llamado Portafolios Verde. Opino que en toda guerra futura, al igual que en guerras anteriores en otros lugares, siempre tendrá que haber una movilización económica, aparte de la movilización militar y la política; si no, nos encontraremos con situaciones muy desagradables.

Se ha citado repetidas veces el Portafolios Verde, y también se han sacado de contexto citas. Para ahorrar tiempo, no leeré más fragmentos de este Portafolios Verde. Quizás se podrá hacer cuando se presenten las pruebas documentales. Pero si leyera el Portafolios Verde entero, de principio a fin, de la a a la z, el Tribunal vería que es un trabajo muy útil y adecuado, que sólo se puede aplicar de esta manera a fuerzas armadas que han avanzado en un territorio con una estructura económica completamente diferente. Este Portafolios Verde contiene mucho material

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positivo y tiene aquí y allá frases que, citadas solas, como se ha hecho, dan una imagen incorrecta. Prevé todo, entre otras cosas las compensaciones. Si una economía está en poder de un Estado en el momento en el que se entra en guerra con éste, y si se toma el control de esta economía, el objetivo es mantener esta economía, por supuesto, sólo en base a los intereses de las necesidades de guerra, no es necesario decir esto. Pero para ahorrar tiempo, no leeré las páginas que me exonerarían claramente, ya que en general estoy diciendo que nuestras reclamaciones a la economía estatal rusa que tuvieron lugar tras la conquista de estos territorios para satisfacer intereses alemanes fueron tan naturales y un puro deber para nosotros como lo está siendo ahora para Rusia desde que ocupó territorios alemanes, con la salvedad de que nosotros no desmantelamos y transportamos toda la economía rusa hasta el último tornillo, como se está haciendo aquí. Son medidas resultado de la guerra. Naturalmente, asumo toda la responsabilidad por esto.

P: Se ha presentado una nota añadida a unos archivos como documento 2718-PS, y dice lo siguiente:

"Nota para los archivos relativos al resultado de la reunión de hoy con los Secretarios de Estado dedicada a 'Barbarroja'.

1. La guerra sólo seguirá adelante si Rusia puede proporcionar alimento para todas las Fuerzas Armadas en el tercer año de guerra.

2. Sin lugar a dudas, cinco millones de personas morirán de hambre si nos llevamos de este país lo que necesitamos".

¿Le informaron del tema tratado en esta reunión con los Secretarios de Estado y de esta nota?

R: No he conocido este documento hasta que me lo entregaron aquí. Es un documento poco fiable. No podemos ver claramente quién asistió, dónde se trató esto, ni quién fue el responsable del sinsentido que se expresa aquí. Por supuesto, dentro del marco de todas las reuniones de expertos oficiales se trataron muchas cosas que demostraron ser completas tonterías.

En primer lugar, se habría alimentado a las Fuerzas Armadas Alemanas, incluso sin haber guerra con Rusia. Por tanto, no se puede decir, como se podría concluir de esto, que para alimentar a las Fuerzas Armadas Alemanas teníamos que atacar Rusia. Antes del ataque a Rusia se alimentaba al Ejército Alemán, y se le habría seguido alimentando después. Pero si teníamos que avanzar sobre Rusia, era un hecho que el Ejército tendría que alimentarse siempre de ese territorio.

La alimentación de varios millones de personas, dos o tres si hago recuento de todo el despliegue de tropas en Rusia, incluyendo todos sus apéndices, no podría haber provocado el hambre de muchos millones de personas del otro lado. Es imposible que el soldado de un lado coma tanto que en el otro lado no quede suficiente para alimentar al triple de ese número. El hecho es que la población tampoco se moría de hambre. Sin embargo, la hambruna era una posibilidad, no porque hubiera que alimentar al Ejército Alemán con comida de Rusia, sino debido a la destrucción o el traslado a la retaguardia por parte de los rusos de todas las herramientas agrícolas y las reservas de semillas. Primero de todo fue imposible llevarse la cosecha de los campos, que habían sido en parte destruidos por las tropas rusas en retirada, en una cantidad que ni siquiera se aproximara a lo necesario debido a la falta de herramientas. Y no se pudieron trabajar los campos para obtener las cosechas de primavera y otoño debido a la falta de herramientas y semillas.

Esta crisis no fue a más no porque las tropas rusas habían destruido o se habían llevado todo, sino porque Alemania tuvo que recurrir intensivamente a sus propias reservas. Había que conseguir tractores, maquinaria agrícola, guadañas y otras cosas, incluso semillas, así que por lo pronto las tropas no fueron alimentadas por el

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país y hubo que enviar comida desde Alemania, y hasta paja y heno. Sólo gracias a grandes esfuerzos de organización y administración y cooperando con la población local se pudo lograr alcanzar gradualmente un equilibrio en el sector agrícola, así como obtener un excedente para los territorios alemanes.

Que yo sepa, sólo hubo una hambruna en Leningrado, como también se ha mencionado aquí.

Leningrado era una fortaleza asediada. En toda la Historia Militar no he conseguido encontrar pruebas de ningún caso en el que el ejército que asedia proporcione generosamente suministros de comida a los asediados para que puedan resistir más tiempo; lo único que veo en la Historia Militar es que los que asedian hacen todo lo posible para forzar la rendición de la fortaleza cortando el suministro de alimentos. Ni desde el punto de vista del Derecho Internacional ni desde el punto de vista de los usos y costumbres de la guerra teníamos ninguna obligación de proporcionar comida a fortalezas y ciudades asediadas.


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