The Nizkor Project: En Memoria del Holocausto (Shoah)

Nuremberg, crimenes de guerra, crimenes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
12 de marzo a 22 de marzo de 1946

Octogésimo Día: Miércoles, 13 de marzo de 1946
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[El Sr. JUEZ JACKSON continúa el interrogatorio del Mariscal de Campo Albert Kesselring]

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P: Se habían completado los preparativos de la Luftwaffe para esta invasión, y la invasión sólo se detuvo porque el número de buques que podían cruzar el Canal no era suficiente, ¿cierto?

R: Sí. Debo completar la declaración anterior diciendo que, por supuesto, tendría que haber habido un cierto intervalo de tiempo entre la campaña frances y la campaña inglesa para poder reponer el material necesario de la Fuerza Aérea.

P: Usted le dijo también a la Investigación de Bombardeo Estratégico que Hitler había ordenado el bombardeo no sólo de objetivos militares, incluida la producción industrial, sino también el bombardeo de objetivos políticos. ¿Es cierto?

R: Pasada cierta fecha, sí.

P: Es decir, paralizar el gobierno del enemigo. A eso se refería usted al hablar de un objetivo político, ¿verdad?

R: No me refería a eso al hablar de objetivos políticos, respondí a la pregunta de una manera diferente. Lo entendí de una manera distinta, entendí que esta orden entró en vigor en una fecha posterior.

P: ¿Asistió usted al discurso dado por Hitler en agosto de 1939?

R: Sí.

P: ¿Les informaron en ese momento de que el ataque a Polonia comenzaría de inmediato o en breve?

R: Durante esa reunión no se llegó a tomar la decisión final de comenzar la campaña polaca. Aún seguían las negociaciones, y aún esperábamos que dieran resultados favorables.

P: ¿Le ordenaron el 15 de agosto que tuviera preparada la Luftwaffe para atacar Polonia?

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R: Desconozco los detalles de esa orden, pero debo admitir que durante los meses anteriores hicimos preparativos de aviones y bases, en una dirección defensiva general, siempre pensando en una situación defensiva.

P: ¿Esperaba usted que Polonia lanzara un ataque aéreo contra Alemania? ¿Eso es lo que declara usted?

R: En cualquier caso, estudiamos por nuestra parte esa posibilidad. La situación política general era demasiado oscura como para que nosotros pudiéramos hacernos una idea clara e incontestable de ésta.

P: Usted ha declarado básicamente que nunca se reunió con líderes del Partido ni habló de política ni tuvo ninguna otra clase de contacto con políticos.

R: Así es.

P: ¿No era su inmediato superior el político nº 2 de Alemania? ¿No sabía usted eso?

R: Sí, pero debo señalar que las conversaciones con el Reichsmarschall se dedicaron al 99 por cien a problemas militares y organizativos.

P: Pero usted sabía que en todo momento él era uno de los líderes de la política nazi.

R: Por supuesto.

P: Usted ha declarado que conocía la orden según la cual había que ejecutar a los Comisarios soviéticos.

R: Sin duda.

P: Y que usted no la aprobaba y no la llevó a cabo.

R: No respondí ayer de esa manera.

P: ¿Qué respondió?

R: Dije lo siguiente: que la Fuerza Aérea, que no luchaba en tierra, no estaba afectada por este problema, y que no recuerdo recibir una notificación oficial de esa orden.

P: ¿Quién ejecutó esa orden? ¿Quién se esperaba que la ejecutara?

R: Estuve en Rusia hasta noviembre de 1941, y no puedo darle ninguna información sobre esto.

P: ¿Oyó hablar alguna vez de las SS?

R: Sí, por supuesto.

R: ¿Y no es un hecho que la ejecución de esa orden fue responsabilidad de las SS?

R: No sabía nada de eso.

P: ¿Con qué fin consideraba usted que se crearon las SS?

R: En mi opinión, las SS, cuando se utilizaban en operaciones militares, eran una sección especial del Ejército, una especie de guardia del Ejército.

P: ¿Las SS eran la guardia del Ejército, o de quién?

R: No, quiero decir que las divisiones de las SS estaban, puramente desde el punto de vista de efectivos y material, muy por encima de la media del equipamiento de las divisiones normales del Ejército.

P: ¿Quién dirigía las SS?

R: Himmler dirigía las SS. Cuando estas divisiones se usaban dentro del Ejército, estaban tácticamente bajo el mando de los Comandantes de Ejército, Comandantes de Grupos de Ejército o los mandos del Cuartel General de Cuerpo a los que estuvieran adscritos.

P: Pero cuando llevaban a cabo misiones especiales, estaban a las órdenes de Himmler, ¿correcto?

R: Sí, sin duda. Hay una distinción muy clara. P: Usted declaró ayer que no consideraba que tuviera que obedecer la orden sobre comandos de Hitler y que no la ejecutó. ¿Es correcto?

R: En el teatro de operaciones del Mediterráneo, sí.

P: ¿Eso se debió a que la orden le permitía actuar a discreción, o porque usted se otorgó a si mismo esa discreción?

R: Yo asumí esas reservas, en primer lugar por cuestiones ideológicas, y en segundo lugar porque en el Mediterráneo tenía, como dije ayer, un

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mando doble, y las órdenes alemanas no se podían incluir en la administración general sin modificaciones.

P: Bien, entonces, ¿el punto hasta el que se cumplía una orden de esa clase dependía en cierta forma del carácter y el valor del oficial al que se daba esa orden?

R: Querría expresarlo de una manera diferente. Estas órdenes, por ejemplo esa orden sobre comandos, se podían interpretar de diferentes maneras, en la medida en que era ciertamente muy posible que el Comandante Supremo considerara que una operación era una misión especial, o una medida táctica que estaba justificada militarmente por la situación militar.

P: Cuando se dio la orden sobre comandos, ¿usted estaba al mando de las fuerzas en Italia?

R: Con ciertas limitaciones. No estuve plenamente al mando hasta septiembre de 1943.

P: Pediré que le muestren el documento 498-PS, prueba 501.

Le llamo la atención sobre el párrafo nº 6 de esa orden, que dice lo siguiente:

"Haré responsable, según las ordenanzas militares, de la no ejecución de esta orden, a todos los comandantes y oficiales que hayan sido negligentes en su deber de comunicar a las tropas esta orden, o que hayan impedido la ejecución de esta orden"
¿Ve ese párrafo en la orden?

R: Sí, acabo de leerlo.

P: ¿Informó usted alguna vez de que no estaba cumpliendo esa orden, o engañó a sus oficiales superiores para hacerles creer que se estaba cumpliendo?

R: Esa cuestión se trató con decisión en un caso especial en el cuartel general. Tenía que ver con la acción de comando "Pescara", en la que Adolf Hitler ordenó el fusilamiento de ciertas personas a pesar de que nosotros, mis tropas y yo, no queríamos hacerlo. Creo que en especial la influencia de Jodl como intermediario fue decisiva, haciendo que se olvidara esta cuestión y que se mantuviera con vida a estas personas, tanto en hospitales como en campos de prisioneros de guerra.

Pero no me gustaría llamarlo engaño, la palabra que acaba usted de emplear, ya que quiero destacar que en mi sector militar consideraba que las órdenes de esta clase eran, por así decir, órdenes orientativas, y esta orden sobre comandos ciertamente permitía diversas interpretaciones.

P: En otras palabras, el punto hasta el que se cumplían estas órdenes dependía de los comandantes. Hitler no podía depender de que el cumplimiento de una orden tan enérgica como ésta estuviera en manos de sus comandantes. ¿Esa era la situación del Ejército alemán?

R: No, pero la situación puede explicarse así: si se informaba a un superior de que una operación era una operación de comando en el sentido de esa orden, se tenían que llevar a cabo las medidas necesarias. Dependía sin embargo de la forma en que informaban de la operación las unidades afectadas, y ayer expliqué detalladamente que gradualmente se había aceptado un concepto unificado según el cual los hombres de uniforme que llevaban a cabo una acción táctica no eran comandos en el sentido de esta orden.

P: Usted declaró ayer, y otro testigo ha declarado aquí también, que si alguien se resistía a una orden de Hitler, eso suponía la muerte. Usted también declara que una orden absoluta según la cual había que ejecutar a comandos, so pena de castigo si no se hacía, dejaba a su discreción hacerlo o no, y quiero que le diga al Tribunal definitivamente qué hecho es cierto, y entonces dejaremos este asunto.

R: Debo repetir lo que dije antes, que el teatro de operaciones italiano no se puede comparar con el resto de teatros de operaciones. Dentro de la cooperación de Hitler con Mussolini había siempre un alto grado de compensaciones mutuas,

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y por tanto, estas órdenes del OKW no siempre se aplicaban al teatro de operaciones italiano.

P: Entonces, ¿se aplicaban en todas partes, que usted sepa, excepto en el teatro de operaciones italiano?

R: No sabría decirlo. He tenido ocasión de decir repetidas veces que me limitaba exclusivamente a mi esfera de operaciones, que era considerable.

P: Si le he entendido bien, usted declaró que castigó saqueos cometidos por sus soldados en Italia.

R: En cuanto me enteraba de algún caso, les castigaba, y ordené muy estrictamente a los Comandantes de Ejércitos y a los Comandantes de la Fuerza Aérea que hicieran lo mismo.

P: Pero el castigo aplicado por saqueo era siempre de poca importancia, ¿verdad?

R: Todo lo contrario. Llegué hasta el punto de hacer que ejecutaran sumariamente a los culpables, y de esa manera logré detener el desorden que reinaba.

P: Así que un general alemán considera que el fusilamiento es el castigo adecuado para un soldado por saqueo.

R: Esa conclusión tan extrema no está justificada. Quiero hacer las siguientes observaciones sobre ese asunto: Si un Ejército, como era el caso del 14º Ejército en aquella época, caía en cierto desorden, estaban justificadas las medidas más estrictas posibles para proteger la reputación del Ejército y a la población, y para conseguir que se mantuviera el orden. Tuve acaloradas discusiones sobre ese asunto en concreto en el cuartel general.

Aparte de eso, opinaba que todos los castigos acaban siendo inútiles, y por tanto, durante un tiempo consideré que las penas eran puramente medios educativos y no realmente un castigo. Por tanto, durante un tiempo las penas fueron más bien leves.

P: Usted declaró que adoptó medidas enérgicas para proteger los tesoros artísticos de Italia.

R: Cuando se me informaba de la existencia de un tesoro artístico, sí.

P: ¿Qué medidas adoptó, y contra quién las adoptó?

R: Eran principalmente medidas preventivas: primero, excluyendo a lugares artísticos y culturales de la zona de operaciones militares; segundo, evacuando estos lugares si podían ser bombardeados por el enemigo; y tercero, cooperando con el General Wolff para hacer que se llevaran estos tesoros culturales y artísticos a lugares seguros. Me refiero a los tesoros artísticos de Cassino y Florencia.

P: ¿Sabía por ejemplo que se sacaron obras de arte de Monte Cassino y se llevaron a Berlín?

R: Me enteré de eso mucho después, en Mondorf. En aquel momento todo lo que recordaba era que se habían entregado en Roma a El Vaticano.

P: ¿Sabía que se sacaron obras de arte de Monte Cassino para entregárselas a Goering? ¿Se enteró de eso?

R: Una vez oí algo de una estatua de un santo, pero realmente no puedo darle más detalles.

P: Y si Goering recibió ese objeto de Monte Cassino, ¿fue un quebrantamiento de sus órdenes?

R: La división "Hermann Goering" se encontraba en ese sector. La dirigía el antiguo adjunto a Hermann Goering, y está claro que hay una relación, pero no puedo decirle hasta qué punto.

P: Tengo unas pocas preguntas más relacionadas con sus interrogatorios.

EL PRESIDENTE: Quizás sea mejor que hagamos un descanso de 10 minutos.

(Se hizo un receso).

Sr. JUEZ JACKSON: Creo, Señorías, que evitaremos ciertas repeticiones, y ahorraremos quizás algo de tiempo, si cedo la palabra ahora a Sir David Maxwell Fyfe, que ha

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preparado algunos de los temas que iba a abordar yo ahora. Creo que está en mejor situación para llevar a cabo el interrogatorio.

EL PRESIDENTE: Como usted prefiera, Sr. Juez Jackson.

SIR DAVID MAXWELL FYFE:

P: Testigo, ¿le han dicho por qué quería el Dr. Stahmer que declarara? ¿Le ha dicho el Dr. Stahmer qué debía declarar?

R: Me comunicaron los puntos individuales, sin definir directamente todas las preguntas.

P: Quiero leerle una frase, para que la tenga presente, de la argumentación del Dr. Stahmer: Cuando Rotterdam se convirtió en una zona de combate en mayo de 1940, usar bombarderos era una necesidad militar, ya que las tropas paracaidistas que estaban combatiendo cercadas y que no disponían de apoyo de la artillería habían pedido urgentemente ayuda a los bombarderos.

¿Recuerda el incidente? Quiero que piense en ello.

R: Sí, sin duda.

P: ¿Recuerda si la Investigación de Bombarderos de Estados Unidos le preguntó por este incidente en el interrogatorio del 28 de junio? ¿Lo recuerda?

R: Por supuesto.

P: En respuesta a la pregunta, "¿Y Rotterdam?", usted dijo: "Primero, se había defendido Rotterdam en las partes que después fueron atacadas. Segundo, en este caso se podía ver que era necesario asumir una actitud firme. Este ataque llevó de inmediato la paz a Holanda. Model lo pidió y el OKW lo aprobó. Fue una parte muy pequeña del centro de Rotterdam".

¿Recuerda haber dicho eso?

R: Sí, dije más o menos eso, y ayer repetí esas palabras.

P: Quiero tratar primero los aspectos estratégicos. Pasaré después a los aspectos tácticos. Su fin estratégico y su objetivo real era adoptar una actitud firme y lograr una paz inmediata, ¿cierto?

R: No se me asignó esa misión de tan alto nivel, pero como dije ayer, para mi la conclusión del informe del General Wenninger sobre el ataque fue que logró la rendición total de Holanda.

P: Pero quiero que piense en sus propias palabras: "Esto lo aprobó el OKW; había que asumir una actitud firme" ¿No era su objetivo con este ataque el lograr una ventaja estratégica aterrorizando a la población de Rotterdam?

R: Lo niego con la conciencia muy tranquila. Y tampoco dije, cuando estuve en Mondorf, que tenía que adoptar una actitud firme. Tan sólo dije que había que darle a Student el apoyo que había solicitado. Sólo teníamos una misión, y era proporcionar apoyo artillero a las tropas de Student.


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