[an error occurred while processing this directive] Nuremberg, crimenes de guerra, crimes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
27 de febrero a 11 de marzo de 1946

Sexagésimo Noveno Día: Miércoles, 27 de febrero de 1946
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EL PRESIDENTE: Se ha informado al Tribunal de que el testigo mencionado ayer, Wieland, está en un campo de prisioneros de guerra o en una prisión cerca de Londres, Inglaterra, y que por tanto se le puede traer aquí para ser interrogado en breve. Por tanto, el Tribunal querría que los abogados de la defensa decidan si desean que se traiga aquí al Coronel Westhoff y a este hombre, Wieland, durante la presentación del caso por parte de la fiscalía para interrogarlos, o si prefieren que comparezcan cuando los acusados presenten sus casos. Pero, como he dicho en relación a todos los testigos, sólo pueden comparecer una vez. Si se les interroga como parte del caso de la acusación, todos los acusados deberán ejercer su derecho a interrogar a los testigos en ese momento. Si por otro lado la defensa decide que prefieren que estos testigos comparezcan durante el caso de la defensa, entonces de la misma manera sólo se llamará a declarar a los testigos una vez, y se deberá ejercer entonces el derecho a interrogarlos.

Asimismo, la declaración o informe presentado ayer, y el Tribunal decidió que era admisible, se leerá durante el caso de la fiscalía en el momento en que lo decida la fiscalía.

Dr. NELTE (abogado del acusado Keitel): Sr. Presidente, permítame anunciar una decisión cuando haya discutido el asunto con mis colegas. Espero poder hacerlo esta tarde.

EL PRESIDENTE: Entiendo que quiera consultar al resto de abogados de la defensa antes de anunciarnos su decisión. Muy bien, hagánoslo saber cuando les resulte más conveniente. Continúe, Coronel Smirnov.

CORONEL SMIRNOV: Sr. Presidente, querría proceder a interrogar al testigo.

(El testigo subió al estrado).

EL PRESIDENTE: ¿Cómo se llama?

EL TESTIGO: Rajzman, Samuel.

EL PRESIDENTE: Repita este juramento. Juro ante Dios Todopoderoso que le diré al Tribunal toda la verdad, sin ocultar nada de lo que sé. Que Dios me ayude, amén.

(El testigo repitió el juramento).

EL PRESIDENTE: Puede sentarse.

CORONEL SMIRNOV:

P: Testigo Rajzman, ¿puede por favor decirle cuál era su oficio antes de la guerra?

R: Antes de la guerra era contable en una firma de exportaciones.

P: ¿Cuándo y en qué circunstancias se convirtió en interno del Campo nº 2 de Treblinka?

R: En agosto de 1942 me llevaron allí desde el gueto de Varsovia.

P: ¿Cuánto tiempo permaneció en Treblinka?

R: Estuve allí internado durante un año, hasta agosto de 1943.

P: Eso quiere decir que conoce bien las reglas que controlaban el trato dado a las personas internadas en este campo.

R: Sí, conozco bien esas reglas.

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P: Quiero que le describa este campo al Tribunal.

R: Llegaban convoyes cada día. Su número dependía del número de trenes que llegaban, a veces tres, cuatro o cinco trenes llenos de judíos de diferentes países: Checoslovaquia, Alemania, Grecia, y Polonia. Inmediatamente después de su llegada, la gente tenía que salir de los trenes en cinco minutos y alinearse en el andén. Todos los que estaban allí eran divididos en grupos: hombres, mujeres y niños, todos separados. Se les obligaba a desnudarse de inmediato, y este procedimiento tenía lugar bajo los latigazos de los guardias alemanes. Los trabajadores empleados en esta operación recogían al momento toda la ropa y se la llevaban a barracones. Después se obligaba a la gente a caminar desnudos por la calle hasta las cámaras de gas.

P: Querría que le dijera al Tribunal cómo llamaban los alemanes a la calle que llevaba a las cámaras de gas.

R: La llamaban la Calle "Himmelfahrt".

P: Es decir, la "carretera del Cielo".

R: Sí... Si al Tribunal le interesa, puedo entregarles un plano del campo de Treblinka que hice cuando estuve allí, y puedo señalarle al Tribunal esta calle en el mapa.

EL PRESIDENTE: No creo que sea necesario presentar un plano del campo, a no ser que realmente quiera hacerlo.

CORONEL SMIRNOV: Sí, estoy de acuerdo con que no es realmente necesario.

CORONEL SMIRNOV:

P: Por favor, díganos, testigo, ¿cuánto vivía una persona tras su llegada al Campo de Treblinka?

R: Todo el proceso de desnudarse y caminar hasta las cámaras de gas duraba, para los hombres, entre ocho y diez minutos, y para las mujeres, unos quince minutos. Las mujeres tardaban quince minutos porque tenían que raparles el pelo antes de ir a las cámaras de gas.

P: ¿Por qué les cortaban el pelo?

R: Según la idea de las autoridades, ese pelo se usaba en la fabricación de colchones para mujeres alemanas.

EL PRESIDENTE: ¿Quiere decir que sólo transcurrían diez minutos entre el momento en el que salían de los vagones y el momento en el que entraban en las cámaras de gas?

EL TESTIGO: Por lo que respecta a los hombres, estoy seguro de que no eran más de diez minutos.

CORONEL SMIRNOV:

P: ¿Incluido desnudarse?

R: Sí, incluido desnudarse.

P: Por favor, testigo, díganos si se llevaba a la gente a Treblinka en camiones o en trenes.

R: Casi siempre llegaban en trenes, y sólo se llevó en camiones a gente de los pueblos y aldeas de alrededor. Los camiones llevaban el rótulo "Expedition Speer", y procedían de Vengrova Sokolova.

P: Por favor, díganos cómo era el aspecto de la estación de Treblinka un tiempo después.

R: Al principio no había ningún cartel en la estación, pero pocos meses después el comandante del campo construyó una estación de ferrocarril de primera clase con carteles. En los barracones donde se almacenaba la ropa se pusieron carteles que decían "restaurante", "oficina de billetes", "telégrafo", "teléfono", etc. Había incluso horarios de trenes indicando salidas y llegadas de trenes desde y hacia Grodno, Suvalki, Viena y Berlín.

P: Si le he entendido bien entonces, testigo, se construyó una especie de estación falsa, con señales, horarios de trenes, indicaciones de salida de trenes hacia Suvalki, etc.

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R: Cuando la gente salía del tren, tenían realmente la impresión de que estaban en una estación muy grande desde la que podían ir a Suvalki, Viena, Grodno u otros lugares.

P: ¿Y qué le ocurría después a estas personas?

R: Estas personas eran llevadas directamente por la Himmelfahrt Strasse a las cámaras de gas.

P: Díganos por favor, cómo se comportaban los alemanes mientras asesinaban a sus víctimas en Treblinka.

R: Si se refiere a las ejecuciones, todos los guardias alemanes tenían una función especial. Citaré sólo un ejemplo. Teníamos a un Scharführer, un tal Menz, cuya función especial era vigilar el llamado "lazareto". En este lazareto se exterminaba a todas las mujeres demasiado débiles y a los niños pequeños, es decir, a quienes no tenían fuerzas para ir por si solos hasta las cámaras de gas.

P: ¿Podría quizás, testigo, describirle este lazareto al Tribunal?

R: Era parte de una plaza rodeada por una valla de madera. Todas las mujeres, ancianos, enfermos y niños eran llevados allí. En las puertas de este lazareto había una gran bandera de la Cruz Roja. Menz, que se especializó en el asesinato de todas las personas llevadas a este lazareto, no dejaba que nadie más hiciera este trabajo. Puede haber habido cientos de personas que querían mirar y saber lo que les esperaba, pero insistió en hacer solo este trabajo. He aquí un ejemplo de cuál era el destino de los niños que estaban allí. Se llevó a este edificio desde el tren a una niña de diez años acompañanada de su hermana de dos. Cuando la niña mayor vio que Menz había sacado un revólver para disparar a su hermana de dos años, se lanzó sobre él llorando y le preguntó, "¿Por qué quiere matarla?". No mató a la pequeña, la arrojó viva al horno, y después mató a la hermana mayor.

Otro ejemplo: trajeron a una anciana y a su hija al edificio...

...esta última estaba a punto de dar a luz. La llevaron al lazareto, la tumbaron sobre un montón de hierba, y varios alemanes vinieron a ver el parto. Este espectáculo duró dos horas. Cuando nació el niño, Menz le preguntó a la abuela, es decir, a la madre de esta mujer, a quién prefería ver muerto primero. La anciana rogó que la matara a ella. Pero por supuesto hizo lo contrario; mató primero al recién nacido, después a la madre, y finalmente a la anciana.

P: Díganos, testigo, ¿significa algo para usted el nombre de Kurt Franz?

R: Este hombre era el ayudante del comandante del campo, el adjunto a Stengel, el mayor asesino del campo. Kurt Franz era conocido por haber publicado en enero de 1943 un informe según el cual se había asesinado a un millón de judíos en Treblinka, un informe que le hizo ganarse el ascenso de Sturmbannführer a Obersturmbannführer.

P: Testigo, ¿podría decirle al Tribunal cómo mató Franz a una mujer que afirmaba ser la hermana de Sigmund Freud? ¿Recuerda este incidente?

R: Llegó un tren de Viena. Yo estaba en el andén cuando salió la gente de los vagones. Una anciana se acercó a Kurt Franz, sacó un documento y dijo que era la hermana de Sigmund Freud. Le rogó que le asignara un trabajo sencillo en una oficina. Franz leyó este documento con mucha atención y dijo que debía haber un error, le enseñó el horario de trenes y le dijo que en dos horas saldría un tren hacia Viena. Le dijo que tenía que dejar todos sus documentos y objetos de valor e ir a los baños; después de bañarse, tendría sus documentos y su billete preparado para volver a Viena. Por supuesto, la mujer fue a los baños y nunca volvió.

P: Por favor, díganos, testigo, ¿cómo es que a usted no le mataron en Treblinka?

R: Ya estaba desnudo y a punto de pasar por la Himmelfahrt Strasse hacia las cámaras de gas. Habíamos llegado unos 8.000 judíos en mi transporte desde Varsovia. En el último minuto, antes de que nos llevaran hacia la calle, un ingeniero,

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Galevski, un viejo amigo mío que conocía de Varsovia, me vio. Era un supervisor de los trabajadores judíos. Me dijo que tenía que darme la vuelta, y como necesitaban un intérprete de hebreo, francés, ruso y polaco para hacer traducciones al alemán, logró conseguir un permiso para que me liberaran.

P: ¿Era usted por tanto un miembro del pelotón de trabajo del campo?

R: Al principio mi trabajo consistía en cargar la ropa de las personas asesinadas en los trenes. Cuando llevaba dos días en el campo, trajeron a mi madre, mi hermana y dos hermanos desde la ciudad de Vengrova. Tuve que ver cómo se los llevaban a las cámaras de gas. Días después, mientras cargaba ropa en los vagones de mercancías, mis camaradas encontraron los documentos y una fotografía de mi mujer y mi hijo. Eso es todo lo que me queda de mi familia, una fotografía.

P: Díganos, testigo, ¿cuántas personas llegaban diariamente al campo de Treblinka?

R: Entre julio y diciembre de 1942 estuvo llegando cada día una media de tres transportes de sesenta vagones. En 1943 los transportes llegaron con menos frecuencia.

P: Díganos, testigo, ¿cuál era la media diaria de personas exterminadas en el campo?

R: De media, creo que asesinaban en Treblinka a entre 10.000 y 12.000 personas diariamente.

P: ¿Cuántas cámaras de gas había?

R: Al principio había sólo tres cámaras de gas, pero después construyeron otras diez. Estaba previsto incrementar este número hasta veinticinco.

P: ¿Pero cómo sabe eso? ¿Por qué dice, testigo, que planearon incrementar el número de cámaras de gas hasta veinticinco?

R: Porque llevaron todo el material de construcción a la plaza, y al verlo pregunté: ¿Por qué? Si ya no quedan judíos". Dijeron: "después de vosotros vendrán otros, y todavía hay mucho trabajo por hacer..."

P: ¿Cuál era el otro nombre de Treblinka?

R: Cuando Treblinka se convirtió en un sitio muy conocido, pusieron un enorme cartel donde ponía "Obermaidanek".

P: ¿Qué quiere decir con "muy conocido"?

R: Con eso quiero decir que las personas que llegaban en los transportes se enteraban rápidamente de que no estaban en una estación elegante, sino en una trampa mortal.

P: Testigo, díganos por qué se construyó esta estación falsa.

R: Se hizo con el único fin de evitar que la gente que salía de los trenes se pusiera nerviosa. Querían que se desnudaran con calma y que no hubiera incidentes.

P: Si le he entendido bien, este instrumento criminal sólo tenía un fin, un objetivo psicológico, mantener la calma de los condenados durante los primeros momentos.

R: Sí, ese era exactamente el objetivo psicológico.

CORONEL SMIRNOV: No tengo más preguntas para este testigo.

EL PRESIDENTE: ¿Quieren los abogados de la defensa hacer alguna pregunta?


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