[an error occurred while processing this directive] Nuremberg, crimenes de guerra, crimenes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
14 de febrero a 26 de febrero de 1946

Sexagésimo Octavo Día: Martes, 26 de febrero de 1946
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EL PRESIDENTE: Sí, adelante.

(Jacob Grigoriev sube al estrado).

EL PRESIDENTE: ¿Cómo se llama?

R: Jacob Grigoriev.

P: Repita este juramento.

Yo, Jacob Grigoriev, ciudadano de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, llamado a declarar como testigo en este juicio, juro en presencia del Tribunal que le diré al Tribunal nada más que la verdad sobre todo lo que sé con respecto a este caso.

(El testigo repitió el juramento).

EL PRESIDENTE: Puede sentarse.

CORONEL SMIRNOV:

P: Díganos, por favor, testigo, en qué pueblo vivía usted antes de la guerra.

R: En el pueblo de Kusnezovo, Región de Porkhov, distrito de Pskov.

P: ¿En qué pueblo le sorprendió el estallido de la guerra?

R: En el pueblo de Kusnezovo.

P: ¿Existe hoy en día aún este pueblo?

R: Ya no.

P: Por favor, cuéntele al Tribunal lo que ocurrió.

R: En un día que jamás se podrá olvidar, el 28 de octubre de 1943, soldados alemanes asaltaron de repente nuestro pueblo y comenzaron a asesinar a los pacíficos ciudadanos, disparándoles, persiguiéndoles dentro de las casas. Ese día estaba trabajando junto al arroyo con mis

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dos hijos, Alexei y Nikolai. De repente vino hacia nosotros un soldado alemán y nos ordenó que le siguiéramos.

EL PRESIDENTE: ¿Ha dicho que estaba trabajando en el campo con sus dos hijos?

EL TESTIGO: Sí, con mis dos hijos.

CORONEL SMIRNOV: Continúe.

R: Nos hicieron atravesar el pueblo e ir a la última casa, en las afueras. Estábamos un total de 19 de nosotros en esa casa. Así, estábamos allí sentados en esa casa. Me senté cerca de la ventana y miré por ella. Vi a mi mujer y a mi hijo de nueve años. Los persiguieron hasta cerca de la casa, y se los llevaron de vuelta, no sé a dónde.

Poco después llegaron tres soldados alemanes con ametralladoras, acompañados de un cuarto con un revólver de gran calibre. Se nos ordenó ir a otra habitación. Fuimos todos los 19 y nos alineamos contra un muro, incluidos mis dos hijos, y empezaron a dispararnos con sus ametralladoras. Yo estaba junto al muro, un poco doblado. Tras la primera ráfaga me tiré al suelo, donde me quedé tumbado, demasiado asustado como para moverme. Miré a mi alrededor y vi a mi hijo Nikolai, al que habían disparado y que yacía en el suelo boca abajo. Después, pasado un rato, empecé a preguntarme cómo podría escapar. Saqué las piernas de debajo del hombre que había caído sobre mi y empecé a pensar en una forma de escapar. En lugar de eso, en lugar de planear mi huida, perdí la cabeza y grité a pleno pulmón: "¿Puedo irme ahora?" En ese momento mi hijo pequeño, que seguía vivo, me reconoció.

CORONEL SMIRNOV: ¿Ese era su segundo hijo?

R: El segundo. Habían matado al primero y estaba tumbado a mi lado. Mi hijo pequeño me llamó, "Papá, ¿aún estás vivo?"

P: ¿Estaba herido?

R: Le habían herido en la pierna. Le calmé. "No tengas miedo, mi pequeño. No te dejaré aquí. De una manera o de otra, saldremos de aquí. Te sacaré de aquí". Poco después la casa comenzó a arder. Abrí la ventana y me tiré por ella, cargando con mi hijo pequeño, que estaba herido en la pierna. Comenzamos a arrastrarnos lejos de la casa, escondiéndonos para que no nos vieran los alemanes, pero en nuestro camino fuera de la casa nos topamos con un seto alto. No podíamos apartarlo, así que comenzamos a romperlo. En ese momento nos descubrieron los soldados alemanes, y empezaron a dispararnos. Entonces le susurré a mi hijo pequeño que se escondiera mientras yo corría. No podía cargar con él, y corrió una corta distancia y se escondió entre la maleza, mientras yo huía. Corrí una corta distancia y salté dentro de un edificio cercano a la casa incendiada. Me senté allí durante un rato y después decidí correr más lejos. Así que huí a un bosque cercano, no lejos de nuestro pueblo, donde pasé la noche. Por la mañana me encontré con Alexeiev N., del pueblo de al lado, que me dijo: "Tu hijo Alexei está vivo, consiguió arrastrarse hasta el pueblo siguiente". Después, el segundo día me encontré con Vitya Kuznetzov, un niño pequeño del mismo pueblo que había escapado de Leningrado y que estuvo viviendo en nuestro pueblo durante la ocupación.

Me contó lo que había ocurrido en la segunda cabaña, a la que habían llevado a mi mujer y a mi hijo. Los soldados alemanes, tras meter a la gente en la cabaña, abrieron la puerta y empezaron a disparar con sus ametralladoras. Según la historia de Vitya, quemaron a personas que aún vivían, incluido mi hijo pequeño Petya, que sólo tenía nueve años. Cuando salió corriendo de la cabaña vio que Petya aún vivía: estaba sentado bajo un banco, y se tapaba los oídos con sus pequeñas manos.

P: ¿Qué edad tenía el habitante más viejo de este pueblo destruido por los alemanes?

R: El habitante más viejo era Ustinia Artemieva, de 108 años de edad.

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P: Dígame, testigo, cuál era la edad de la víctima más joven asesinada por los alemanes.

R: Cuatro meses.

P: ¿Cuántos aldeanos fueron asesinados en total?

R: 47.

P: ¿Por qué los alemanes exterminaron a los habitantes de su pueblo?

R: Nadie sabe el motivo.

P: ¿Qué dijeron los alemanes?

R: Cuando vino el soldado alemán a nuestra era, le preguntamos: "¿Por qué nos estáis matando?" Respondió: "¿Conocéis el pueblo de Maximovo?". Es el pueblo que está al lado del nuestro. Le dije: "Sí". Entonces me dijo, "Ese pueblo, Maximovo, está 'kaput', los habitantes están 'kaput' y vosotros también estaréis 'kaput' ".

P: ¿Y por qué "kaput"?

R: "Porque", dijo él, "habéis escondido a partisanos en vuestro pueblo". Pero mentía, porque no teníamos partisanos en el pueblo y nunca nadie había participado en acciones partisanas, ya que no quedaba nadie. En el pueblo sólo quedaban ancianos y niños pequeños, el pueblo nunca había visto ni un partisano ni sabía quiénes eran esos partisanos.

P: ¿Había muchos hombres adultos en su pueblo?

R: Había un hombre de 27 años, pero era un hombre enfermo, retrasado y con parálisis. Sólo teníamos ancianos y niños pequeños. Todos los demás estaban en el Ejército.

P: Por favor, díganos, testigo, ¿los habitantes de su pueblo fueron los únicos que sufrieron este destino?

R: No, no fueron los únicos. Los soldados alemanes fusilaron a 43 personas en Kuryshevo, a 47 en Vshivovo, y en el pueblo de Pavlovo, donde vivo ahora, quemaron vivas a 23 personas. En todo un grupo de pueblos de nuestra comunidad que tenían un total de 400 habitantes, ejecutaron a todos los civiles, tanto jóvenes como ancianos.

P: Por favor, repita esa cifra, ¿cuántas personas fueron eliminadas en su comunidad?

R: Unas 400 personas sólo en nuestra comunidad.

P: Por favor, díganos quién de su familia sobrevivió.

R: De mi familia sólo sobrevivimos uno de mis hijos y yo. Fusilaron a mi mujer, embarazada de seis meses, a mi hijo Nikolai, de dieciséis años, a mi hijo pequeño Petya, de nueve años, y a mi cuñada, la mujer de mi hermano, junto con sus dos hijos, Sasha y Tonya.

CORONEL SMIRNOV: No tengo más preguntas para este testigo, Sr. Presidente.

EL PRESIDENTE: ¿Quiere algún otro fiscal hacerle alguna pregunta al testigo? ¿Quiere algún abogado de la defensa hacerle preguntas al testigo? El testigo puede retirarse.

CORONEL SMIRNOV: Sr. Presidente, paso al cargo siguiente de mi exposición, "Discriminación contra la Población Soviética".

La discriminación contra la población soviética era un modo de proceder habitual para los criminales hitlerianos. Fue llevada a cabo por los criminales continuamente y en todas partes.

En esta parte de mi exposición presentaré documentos de los propios criminales

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alemanes que acaban de ser obtenidos y puestos a disposición de la fiscalía soviética. Fueron requisados por la Comisión Estatal Extraordinaria en el Campo de Prisioneros de Guerra de Lamsdorf.

Presento al Tribunal como prueba URSS 415 un comunicado de la Comisión Estatal Extraordinaria sobre "Los Crímenes Cometidos por el Gobierno Alemán y el Alto Mando Alemán contra Prisioneros de Guerra Soviéticos en el Campo de Lamsdorf". El informe lleva adjuntos varios documentos originales de los criminales fascistas alemanes descubiertos en los archivos del campo.

Presentaré algunos de estos informes a Sus Señorías. Son valiosos por el hecho de que prueban que incluso bajo el régimen asesino establecido en uno de los campos de concentración alemanes mayores y más crueles, los criminales, fieles a los principios caníbales de sus "teorías", discriminaron desvergonzadamente a los ciudadanos soviéticos. Citaré unos pocos fragmentos breves del informe en cuestión de la Comisión Estatal Extraordinaria. El fragmento que citaré,Señorías, lo encontrarán en la página 123 del libro de documentos, el párrafo 4. Indica las características generales del campo:

"Como resultado de las investigaciones hechas, la Comisión Estatal Extraordinaria averiguó que en Lamsdorf, en el distrito de la ciudad de Oppeln, existió de 1941 a mayo de 1945 un campo fijo alemán, el nº 344.

En 1940-41 en este campo había prisioneros de guerra polacos; a partir de finales de 1941 empezaron a llegar prisioneros soviéticos, ingleses y franceses".

Omito las dos frases siguientes y sigo citando:
"Se privó a los prisioneros de guerra de sus abrigos y botas. Tenían que ir descalzos hasta en invierno. Pasaron al menos 300.000 prisioneros de guerra por el campo durante sus años de funcionamiento: 200.000 soviéticos y 100.000 polacos, ingleses, franceses, belgas y griegos.

El método habitual de exterminio de prisioneros soviéticos en el campo de Lamsdorf era la venta de los cautivos a organizaciones alemanas para hacerles trabajar en diversas empresas alemanas, en las que eran explotados sin piedad hasta que, perdidas todas sus fuerzas, morían de agotamiento.

A diferencia de los numerosos intercambios comerciales practicados por los representantes de Sauckel, que vendían ciudadanas soviéticas esclavizadas a amas de casa alemanas de forma individual, en el campo de Lamsdorf se organizó un negocio de internos al por mayor en el que los prisioneros eran agrupados en cuadrillas de trabajo. Había en el campo un total de 1.011 de esos pelotones de trabajo".

Al presentar los documentos siguientes, querría pedirle al Tribunal que entienda correctamente las afirmaciones de las que estoy presentando pruebas para corroborarlas.

No quiero ni mucho menos dar a entender que el régimen establecido por los alemanes para los prisioneros de guerra británicos, franceses o de otros países se distinguía por su humanidad y bondad y que los prisioneros de guerra soviéticos fueron los únicos exterminados por la administración de los campos con diversos métodos criminales.

En absoluto. El Campo de Lamsdorf llevó a cabo su objetivo, el exterminio de prisioneros de guerra sin importar su nacionalidad o ciudadanía. Pero de todas formas, incluso en este "campo de la muerte" en el que las condiciones de los prisioneros de guerra de todas las nacionalidades eran terribles, los fascistas alemanes, cometiendo Crímenes contra la Humanidad y fieles a los principios de sus teorías, crearon condiciones especialmente horribles para los ciudadanos soviéticos.

Presentaré al Tribunal en forma de unos pocos breves fragmentos una serie de documentos tomada de los archivos de este campo y presentada al Tribunal en su versión original. Todos estos documentos prueban la manifiesta discriminación aplicada a los prisioneros

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de guerra soviéticos por la administración del campo, siguiendo órdenes del Gobierno del Reich y del Alto Mando.

Presento al Tribunal como prueba URSS 421 un memorándum sobre la "Utilización del Trabajo de los Prisioneros de Guerra Soviéticos", enviado por el Jefe del Departamento de Prisioneros de Guerra del 8º Distrito Militar a la Administración de los Complejos Industriales a los que eran enviados los prisioneros de guerra. Solicito al Tribunal que acepte este documento como prueba. Se presenta el original. Cito el punto 10 de este memorándum, y Sus Señorías encontrarán el fragmento citado en el último párrafo de la página 150 del libro de documentos:

"Se han aprobado las siguientes directrices sobre el trato de los prisioneros de guerra rusos.

Los prisioneros de guerra rusos han estado en la escuela del bolchevismo, se les debe considerar bolcheviques y se les ha de tratar como a bolcheviques. Según instrucciones soviéticas deben, incluso siendo prisioneros, resistirse activamente al Estado que les ha capturado. Por tanto, debemos tratar desde el primer momento a todos los prisioneros de guerra rusos con una severidad inmisericorde si nos dan el más mínimo pretexto para hacerlo.

Los civiles que intenten por cualquier medio acercarse a los prisioneros de guerra rusos para intercambiar impresiones con ellos, entregarles dinero, comida, etc. serán arrestados, interrogados y entregados a la Policía".

Citaré además la introducción a este memorándum. Sus Señorías la encontrarán en la página 149 del libro de documentos, párrafo 2.
"El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ha publicado una orden que regula la utilización del trabajo de los prisioneros de guerra soviéticos. Según esta orden sólo se podrá tolerar la utilización de prisioneros de guerra rusos si se lleva a cabo bajo condiciones mucho más duras que las aplicadas a los prisioneros de guerra de otras nacionalidades".
Así, las instrucciones destinadas a aplicar un régimen especialmente cruel a los prisioneros de guerra soviéticos por el mero hecho de ser prisioneros soviéticos no fueron resultado de ninguna acción arbitraria de la Administración del Campo de Lamsdorf. Fueron dictadas por el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. Al redactar este memorándum, la Administración del Campo de Lamsdorf estaba cumpliendo órdenes directas del Mando Supremo.

Cito otros dos puntos importantes del memorándum. Primero el apartado 4, que Sus Señorías encontrarán en la página 149 del libro de documentos, el último párrafo. Es muy breve:

"El equipamiento de los alojamientos rusos debe reducirse desde el punto de vista de la comodidad al nivel más bajo posible".
Trataré de explicar más tarde lo que significa eso.

El segundo punto importante es el apartado 7, que Sus Señorías encontrarán en la página 170 del libro de documentos, párrafo 3. Cito:

"Las raciones de comida para los prisioneros de guerra rusos que trabajen serán distintas de las raciones asignadas a los prisioneros de otras nacionalidades. Se dará más adelante información más detallada sobre este tema".
Ese era el memorándum dirigido a los dueños de las industrias a las que fueron enviados los prisioneros de guerra rusos para trabajar como esclavos.

Presento al Tribunal la prueba URSS 431, que es otro memorándum, dirigido esta vez a los soldados que vigilaban a los prisioneros de guerra soviéticos. Presentamos el original del documento, y solicito al Tribunal que lo acepte como prueba y lo incluya en el sumario. Pido permiso al Tribunal para citar unos pocos fragmentos de este documento. La primera página del texto dice que es

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un apéndice a una "Directriz del Estado Mayor de la Wehrmacht". Después se indican el número y documento, que no son tan importantes.

Leo ahora la introducción a este memorándum, página 152 del libro de documentos:

"Por primera vez en esta guerra el soldado alemán se enfrenta a un adversario educado tanto en el plano militar como en el político, cuyo ideal es el comunismo y que considera al nacionalsocialismo su peor enemigo".
Omito el párrafo siguiente y continúo:
"Aun cautivo, el soldado soviético, por inofensivo que parezca externamente, aprovechará cualquier oportunidad para mostrar su odio a todo lo alemán. Debemos aceptar el hecho de que los prisioneros habrán recibido instrucciones especiales sobre su comportamiento si son capturados e internados".


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