[an error occurred while processing this directive] Nuremberg, crimenes de guerra, crimenes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
14 de febrero a 26 de febrero de 1946

Sexagésimo Séptimo Día: Lunes, 25 de febrero de 1946
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Dr. NELTE (abogado del acusado Keitel): Sr. Presidente, querría que se me permitiera hacer una observación preliminar sobre la presentación de pruebas del acusado Keitel. Espero que la discusión de las diversas solicitudes de pruebas será así acortada considerablemente. En mi solicitud por escrito verán que la mayoría de los testigos se centran en un punto principal de las pruebas una y otra vez: la posición del acusado Keitel como Jefe del OKW y por sus otras funciones oficiales, su personalidad, en particular también sus relaciones con Hitler, y aclaraciones sobre la cadena de mano de las Fuerzas Armadas.

Presentaré pruebas que demuestran que la impresión que tienen el público y la fiscalía de la personalidad del acusado Keitel, sus competencias y sus actividades, es incorrecta. Ningún otro nombre ha sido mencionado con tanta frecuencia a lo largo de este proceso como el de este acusado. Todos los documentos que tratan de alguna manera asuntos militares han sido atribuidos al OKW, y a su vez, el OKW ha sido sinónimo de Keitel. El acusado cree, y pienso que con cierta justificación...

EL PRESIDENTE: El Tribunal apreciará los puntos generales que quiere probablemente argumentar en nombre del acusado Keitel cuando llegue el momento de hacer su discurso final, pero no considera el Tribunal que sea necesario que lo haga ahora.

Dr. NELTE: Lo menciono sólo para que el Tribunal pueda entender plenamente mi solicitud de todos estos testigos. Creo que Sir David comparte conmigo esta opinión, ya lo comentó conmigo el sábado, y era mi intención exponer de manera preliminar el objetivo de las pruebas que de otra manera tendrían que presentarse en cinco o seis casos diferentes.

EL PRESIDENTE: ¿Quiere decir, Dr. Nelte, que podrá hablar de todos sus testigos con una serie de observaciones?

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¿Puede ayudarnos, Sir David?

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Creo que puedo ayudar.

Aparte de los testigos que también son acusados mencionados por el Dr. Nelte, que por supuesto el Tribunal ya ha aceptado, el Dr. Nelte pide la comparecencia del Mariscal de Campo von Blomberg, el General Halder, el General Warlimont y el Juez Militar Jefe del OKW, el Dr. Lehmann. La fiscalía no tiene objeciones a estos testigos, porque se les llama para declarar sobre la posición del acusado Keitel como jefe del OKW.

En cuanto al testigo Erbe que, creo, es un funcionario civil convocado para hablar de un punto específico, su posición en el Comité de Defensa del Reich...

EL PRESIDENTE: ¿Se han aceptado ya los interrogatorios?

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Sí. Siempre hemos dicho que bastaría con interrogatorios y no se le debería llamar a declarar como testigo verbal.

En cuanto al testigo siguiente al que quiere llamar a declarar el Dr. Nelte, Römer, para decir que el decreto que ordenaba marcar a los prisioneros de guerra rusos fue publicado por error y revocado de inmediato por orden de Keitel, eso es obviamente relevante para un punto del caso, y no tenemos objeciones.

No tenemos objeciones hacia el General Reinecke, llamado a declarar sobre diversos asuntos relacionados con los prisioneros de guerra.

En cuanto al Sr. Romilly, siempre y cuando se limite todo a interrogatorios, ya aprobados, y no se le haga comparecer aquí, no tenemos objeciones.

Mi amigo el Sr. Champetier de Ribes tiene algo que decir sobre el Embajador Scapini. Le he pedido que se encargue de ese asunto.

Llegamos así a dos testigos, el Dr. Junod y el Sr. Petersen, y la fiscalía no ve por qué son necesarios estos testigos además del General Reinecke. Por supuesto, estaremos en contra si el objetivo del testimonio es tratar de demostrar que la Unión Soviética no trató a sus prisioneros de guerra adecuadamente. Si ese es el fin, protestaremos.

El Tribunal ya ha concedido la comparecencia del Dr. Lammers.

Finalmente hay tres testigos llamados todos a declarar para demostrar que en las conversaciones de Hitler con el acusado Keitel tenía que haber dos taquígrafos. La fiscalía no considera eso una parte vital del caso, y si el Dr. Nelte presenta una declaración jurada de uno de estos caballeros, la fiscalía no está en situación de discutir ese punto, ni desea hacerlo. Francamente, si se me permite decirlo, y con todos los respetos, no nos interesa lo más mínimo ese punto, y por tanto nos contentamos con una declaración jurada.

Resumiendo, y estoy simplemente tratando de ayudar al Dr. Nelte, las únicas cuestiones que por lo que respecta a la fiscalía requieren ser tratadas con más detalle son las cosas que tiene que decir la Delegación Francesa sobre el Embajador Scapini, mis objeciones al Dr. Junod y el Sr. Petersen, y mi sugerencia de una declaración jurada de los tres últimos testigos. Si se me permite decirlo, tenemos poco que discutir sobre los testigos del Dr. Nelte. Por lo general, la fiscalía los considera obviamente relevantes y no tenemos objeciones.

Se ha dado una circunstancia bastante triste con respecto al testigo Blomberg, creo que se ha informado al Dr. Nelte. Por lo que sé, el Mariscal de Campo von Blomberg está muy enfermo en este momento y no puede comparecer, así que estoy seguro, Dr. Nelte, de que el acusado Keitel será el más interesado en aceptar algún método para obtener su testimonio que no requiera la presencia de von Blomberg.

Dr. NELTE: Le agradezco a Sir David su gentileza, que ha facilitado mi tarea.

Querría añadir con respecto al testigo Dr. Erbe que le enviaré preguntas por escrito. Al testigo Petersen ya le he enviado preguntas por escrito y dependiendo de las respuestas, le haré comparecer o no. En cuanto al testigo Junod, creo que debo decir que su interrogatorio es relevante porque la acusación soviética ha dicho que Keitel rechazó una oferta

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de aplicar la Convención de Ginebra. El Dr. Junod será interrogado como testigo para declarar que por orden del Departamento de Prisioneros de Guerra del OKW, se puso en contacto con la Unión Soviética para tratar de conseguir que se aplicara la Convención de Ginebra, pero no lo logró. Creo que si sólo se interrogara sobre esta cuestión como testigo al General Reinecke, quizás se podría alegar que él, como jefe del Departamento de Prisioneros de Guerra, no puede proporcionar un testimonio suficiente ni declarar sobre lo que hizo el Dr. Junod. Por tanto, solicito que se apruebe este testigo.

En cuanto a los taquígrafos, solicito que se apruebe presentar una declaración jurada.

Sobre el Embajador Scapini querría simplemente señalar que fue el representante permanente del Gobierno Francés de Vichy, y que estuvo especialmente dedicado al cuidado de los prisioneros de guerra en Alemania. Creo que es una razón adecuada para considerarle relevante. Lo cierto es que desconozco su dirección, y espero que la fiscalía francesa pueda ayudarme en este aspecto.

Sr. CHAMPETIER DE RIBES: No tenemos objeciones al testimonio del antiguo Embajador Scapini si su testimonio puede, en nuestra opinión, ayudar por poco que sea a conocer la verdad. Pero las razones que da el Dr. Nelte para llamar a declarar a este testigo me parece que prueban la total falta de relevancia de su testimonio. El antiguo Embajador Scapini, dice el abogado de la defensa, podría señalar que ejerció libremente su control de los campos de prisioneros de guerra y además que estos prisioneros de guerra tenían un portavoz, y esto estamos dispuestos a aceptárselo a la defensa. Es totalmente cierto que Alemania consintió que el antiguo Embajador Scapini, que como sabemos fue herido en la guerra de 1914 y quedó ciego, visitara los campos de prisioneros y que escuchara a los prisioneros de guerra franceses, aunque no pudiera verlos.

Pero la cuestión no es averiguar si los alemanes estuvieron dispuestos a permitir que un inspector ciego visitara los campos. La única cuestión planteada por la Acusación es si, a pesar de las visitas de este inspector y a pesar de la presencia de un portavoz especial en los campos, hubo en estos campos actos contrarios a las leyes y costumbres de la guerra.

Sobre este punto el antiguo Embajador Scapini obviamente no podrá dar ninguna respuesta, ya que por supuesto no ocurrió nada en su presencia. Es por eso por lo que la fiscalía francesa considera que su testimonio no arrojará ninguna luz en esta búsqueda de la verdad.

Dr. NELTE: No sabía que el Embajador Scapini era ciego. En realidad, no fue él mismo quien hizo las inspecciones. La delegación que encabezaba hacía inspecciones regulares de los campos de prisioneros de guerra de soldados franceses. Es cierto que en los campos de prisioneros de guerra ocurrieron hechos que no respetaban la Convención de Ginebra, pero la cuestión a tratar es si el acusado Keitel y el OKW como autoridades supremas hicieron, o en cualquier caso trataron de hacer, todo lo que estaba en su mano como autoridades supremas.

El OKW no dio órdenes individuales para cada campo. Sólo daba instrucciones sobre cómo tratar a los prisioneros de guerra, y tenía que permitir a las potencias protectoras visitar los campos.

EL PRESIDENTE: ¿Bastará con un interrogatorio, suponiendo que consideremos apropiado interrogar al Sr. Scapini?

Dr. NELTE: ¿Un interrogatorio en Nuremberg? ¿Podría comparecer en Nuremberg el Embajador Scapini?

EL PRESIDENTE: Estaba preguntando si bastaría con un interrogatorio. Imagino que el Sr. Scapini no está en Nuremberg. Me refiero por supuesto a un interrogatorio por escrito.

Dr. NELTE: Asumo que debería primero interrogar por escrito al Embajador Scapini, y dependiendo de sus respuestas...

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EL PRESIDENTE: Sí, por escrito. ¿Le parecería correcto, Sr. Champetier de Ribes?

Sr. DE RIBES: Sí, me parecería correcto.

EL PRESIDENTE: Dr. Nelte, quizás deberíamos hacer ahora un descanso hasta las dos y cuarto.

(Se hizo un receso).

EL PRESIDENTE: Creo, Dr. Nelte, que habíamos terminado con sus testigos, ¿no es así?

Dr. NELTE (abogado del acusado Keitel): Sí, eso creo. Tan sólo me reservo el derecho a alguna alegación nueva después de que la fiscalía soviética termine de presentar su caso, ya que podría desear llamar a declarar a algún otro testigo. En cuanto a los documentos, querría plantear unas pocas preguntas que son de un interés especial para mi, o mejor dicho, para el acusado Keitel.

EL PRESIDENTE: Adelante.

Dr. NELTE: El Tribunal conoce el punto central de mis pruebas. Para probar que en muchos casos la fiscalía se equivoca al asumir que el OKW y el acusado Keitel son responsables, puedo basarme en un gran número de documentos que han presentado.

Entiendo que estos documentos no serán presentados por mi como pruebas, debido a que ya se han presentado. Solicito al Tribunal examinar estos documentos, y que aprueben que en mi defensa del acusado pueda referirme a esos documentos sin tener que presentarlos o citarlos.

Querría añadir que el Tribunal, habiendo sido informado de la estructura de las Fuerzas Armadas o de parte de ésta, y sobre las competencias de los diversos mandos, podrá juzgar cuáles de los documentos presentados no son adecuados para basar las alegaciones de la fiscalía sobre la responsabilidad del acusado Keitel.

Estoy también convencido de que el Tribunal en sus conclusiones estudiará cuidadosamente todo documento que sea relevante para la cuestión de la culpabilidad, incluso aunque la defensa no presente esos documentos, e incluso aunque la defensa no pueda hacer una presentación completa dado el gran número de documentos. Hay miles relacionados con el acusado Keitel.

Además, querría plantearle otra cuestión al Tribunal que es importante para la presentación de pruebas en nombre del acusado Keitel, y que es de una importancia general.

Durante la sesión del 1 de febrero de 1946, el fiscal francés hizo la siguiente afirmación:

"El último capítulo, el cuarto, se titula: 'La Organización Administración de la Acción Criminal'. Debo señalar que para este cuarto capítulo la Delegación Francesa examinó más de 2.000 documentos, contando sólo los documentos alemanes orginales, y de esos, me he quedado sólo con unos cincuenta".
Según el discurso de apertura del Fiscal Jefe Americano, no cabe duda de que estos 50 documentos fueron seleccionados únicamente con el fin de incriminar al acusado. El 11 de febrero, si no recuerdo mal, me dirigí a la Fiscalía Francesa pidiéndoles que pusieran a mi disposición los restantes 1.950 documentos que la Fiscalía Francesa no ha usado.

A día de hoy, no he recibido respuesta. El Tribunal entenderá las dificultades de mi situación. Sé que ahí hay documentos que estoy seguro que contienen hechos que exoneran a mi cliente. Pero no puedo especificar esos documentos. Ruego al Tribunal por tanto que tome una decisión en esta cuestión, el que la fiscalía ponga a mi disposición esos documentos para que los analice.

EL PRESIDENTE: Con respecto a estos documentos concretos que está pidiendo, ¿va a decir algo sobre ellos?

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Dr. NELTE: Desconozco el contenido de estos documentos. Sólo sé que la Fiscalía Francesa tenía estos 2.000 documentos.

EL PRESIDENTE: Bien, si quiere tratar esto ahora, pediré al fiscal francés que responda a lo que ha dicho usted.

Dr. NELTE: Con la venia, dejo en manos del Tribunal la decisión de estudiar esta cuestión a puerta cerrada o aquí y ahora.

EL PRESIDENTE: Bien, creo que será mejor que escuchemos ahora al fiscal francés.

Sr. DUBOST: Teníamos en nuestro poder un cierto número de documentos de origen dudoso cuando comenzamos a preparar el caso. Hemos eliminado todos los documentos que no podían pasar un examen crítico serio. Hemos rechazado todos los que consideramos que eran pruebas insuficientes. Finalmente, nos quedamos con 50 documentos que parecían relevantes y que han sido citados por mis colegas. El Tribunal no ha aceptado todos estos 50 documentos, algunos han sido rechazados, y si no recuerdo mal, fueron tres o cuatro de cuyo origen no estábamos muy seguros. Dadas estas circunstancias, es totalmente incorrecto decir que hemos impedido a la defensa el acceso a 1.950 documentos.

Le entregamos al Tribunal, y por tanto a la defensa, los 50 documentos que nos parecía que tenían suficiente valor probatorio.

Si he entendido bien esta petición de la defensa, desean que el Tribunal les proporcione documentos que en algunos casos han sido rechazados por el Tribunal por no tener suficiente valor probatorio o por no haber sido certificados adecuadamente.

El Tribunal decidirá si se debería acceder a esta petición. Por lo que a mi respecta, me opongo enérgicamente a esta petición porque supondría incluir documentos que, tras ser examinados por nosotros y presentados al Tribunal, resultaron no haber sido convenientemente certificados.

EL PRESIDENTE: Sí, Sr. Dubost, nuestra postura es ésta: la Fiscalía Francesa dijo que había examinado un gran número de documentos, y la fiscalía francesa, en ejercicio de sus poderes, consideró innecesario citarlos excepto un cierto número de ellos; pero es la Fiscalía Francesa la única que ha ejercido esos poderes, y lo que pide el Dr. Nelte es verlos con el fin de saber si hay algo en los documentos que ayude a su caso. ¿Tendría la Fiscalía Francesa objeciones a eso?

Es posible que la Fiscalía Francesa ya no tenga en su poder algunos de los documentos, pero ¿se opondría la Fiscalía Francesa a que el Dr. Nelte examine los que sigue teniendo?


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