[an error occurred while processing this directive] Nuremberg, crimenes de guerra, crimenes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
14 de febrero a 26 de febrero de 1946

Sexagésimo Séptimo Día: Lunes, 25 de febrero de 1946
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Sir DAVID MAXWELL FYFE: Hay dos conceptos legales que hay que tener en cuenta al estudiar ese punto. Puedo hablar con conocimiento sólo del Derecho inglés, pero entiendo que el Derecho de Estados Unidos es prácticamente el mismo.

En Inglaterra hay un delito de conspiración recogido en el derecho común. También hay ciertos delitos tipificados, pero existe un delito de conspiración en el derecho común. La clave de ese delito es, como ya he dicho, llegar a un acuerdo para cometer un acto ilegal o un acto legal por medios ilegales. Por lo que respecta a las condenas por conspiración, no hay dudas en la ley inglesa. Si alguien se une a una conspiración en una fecha posterior para cometer un acto ilegal, puede ser condenado por conspiración para cometer ese acto sin importar lo tarde que se una.

La analogía típica que estoy seguro que el docto juez americano conoce es la de una obra de teatro. El hecho de que un personaje no aparezca hasta el tercer acto no significa que tenga menos influencia en el plan del autor de la obra de presentar toda la historia narrada por la obra. Es una analogía muy útil porque expone el punto de vista.

Ese es un aspecto de la ley, y sobre ese no hay dudas.

El otro aspecto de la ley es hasta qué punto los que actúan coordinados para cometer un crimen son responsables de los actos de cada uno, es decir, sin tener en cuenta el delito de conspiración. Por poner un ejemplo, uno bastante fantasioso pero que creo que explica este punto: supongan que hubiera una conspiración de guardarraíles destinada a descarrillar trenes, y que varios guardarraíles acordaran en diciembre hacer descarrilar un tren el uno de enero, y hacer descarrilar otro tren el uno de febrero. Entre el uno de enero y el uno de febrero, se une a la conspiración otro guardarraíles. Espero que haya explicado bien este punto a Su Señoría y al docto juez americano. A mi entender, habría ciertas dudas sobre si ese guardarraíles sería responsable de un crimen cometido en el descarrilamiento que tuvo lugar el uno de enero.

Espero haber dejado claro mi planteamiento. Estoy pensando en alguien que se une a la conspiración el 15 de enero, después de haber tenido lugar el primer descarrilamiento, durante el cual una persona murió, siendo así culpables de asesinato los que conspiraron para el primer descarrilamiento. Pero con respecto a la persona que se une después de eso, hay ciertas dudas sobre si adquiere una responsabilidad retroactiva. Según la ley

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inglesa, sería como mínimo dudoso, y sin duda, algo discutible; según la ley americana, y según la información que me han dado, sería culpable.

Sr. BIDDLE: Creo que ha dejado eso muy claro, Sir David, pero lo que quiero saber es lo que alega la fiscalía en este caso.

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Lo siento mucho si he sido demasiado teórico, pero es un punto bastante difícil y quería enmarcarlo en las leyes que conozco mejor.

En cuanto al caso actual, la fiscalía dice que los acusados son responsables de las consecuencias de los actos cometidos para lograr los objetivos de la conspiración. Es bastante difícil hablar en general del asunto, pero si tomamos por ejemplo, de nuevo hablo de memoria, al acusado Speer, que entra en escena más bien tarde, si no recuerdo mal, se convierte en Ministro de Producción y Armamento y hace las peticiones de mano de obra esclava que fueron satisfechas por el acusado Sauckel.

La fiscalía alega que no habría ninguna dificultad en condenar al acusado Speer por todos los cargos, asumiendo que el Tribunal aceptara las pruebas de la fiscalía. Con sus acciones ha conspirado para cometer un Crimen contra la Paz; se ha unido a la conspiración para llevar a cabo una guerra de agresión; ha tomado parte en una guerra de agresión al hacer las peticiones de mano de obra esclava; ha instigado un crimen de guerra, el maltrato de población de países ocupados; y también, al instigar la acción del acusado Sauckel, ha cometido crímenes contra la humanidad al participar en actos condenados por el código penal de todos los países civilizados; y probablemente, hablo ahora de memoria, estas acciones han tenido lugar en países donde es discutible si eran estrictamente países ocupados tras una invasión, como en Checoslovaquia.

Siguiendo el método con el que se elaboró nuestra Acusación, la fiscalía alega que no hay dificultad en condenar a un acusado que aparece en una fecha posterior en cada uno de los cargos.

Sr. BIDDLE: Una pregunta más y habré terminado. Entenderá que estoy haciendo estas preguntas sólo porque estamos tratando de determinar qué testigos deberían comparecer, y por tanto el año 1921 como comienzo de la conspiración es un año obviamente nada remoto en el tiempo cuando analizamos los testigos. ¿No es así?

Sir DAVID MAXWELL FYFE: ¿Un año no...?

Sr. BIDDLE: No remoto en el tiempo en relación a la conspiración.

Sir DAVID MAXWELL FYFE: No, es parte de la Acusación.

Dr. HORN: Sr. Presidente, ¿puedo hacer unas breves observaciones sobre esto?

Me he basado en la Acusación general para determinar el momento en el que comenzó la conspiración. La Acusación general dice única y simplemente que la fecha concreta que se puede considerar como el comienzo de la conspiración es cualquier momento anterior al 8 de mayo de 1945.

El Fiscal Jefe de Estados Unidos expuso en su discurso de apertura el programa del Partido en el formato en el que fue redactado en 1921 y revisado, creo, en 1925, y lo caracterizó como legítimo e irreprochable, según la traducción al alemán, en la medida en que estos objetivos no se alcanzaran por medio de la guerra.

Suponiendo que el Liderazgo del Partido hubiera tenido intención de lograr estos objetivos por medio de la guerra, primero de todo no estaría claro cuándo surgió esta intención, y tanto la defensa como la acusación deberían probar a partir de qué fecha se trató de lograr estos objetivos por medio de la guerra.

Además, difícilmente puede negarse que sólo unas pocas personas, y quizás sólo una, conocían los planes de guerra.

En cuanto a los diversos acusados, y mi cliente, los momentos en los que contactaron con el Partido son bastante diferentes.

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En primer lugar, eran miembros ordinarios del Partido, así que tenían que asumir, como hizo el Fiscal Jefe, que el programa del Partido, que decidieron apoyar, era legalmente irreprochable.

Surge una cuestión para la defensa, y por encima de todo, sobre la forma de plantear la defensa: ¿cuándo entro el cliente en el círculo que sabía que los objetivos se lograrían por medio de la guerra, objetivos que hasta entonces había considerado legítimos e irreprochables, es decir, objetivos que según sus suposiciones previas, no se tratarían de lograr por medio de la guerra? ¿Entró el acusado Ribbentrop en el círculo de conspiradores cuando en 1932 se puso en contacto con círculos del Partido? ¿Cuando era Embajador en Londres, lo sabía ya y era por tanto partícipe de la conspiración, o no supo hasta la fecha del Documento Hoszbach que los objetivos políticos del Partido se iban a lograr por medio de guerra? Y si no es así, ¿cuándo fue?

La defensa debe ser consciente del peligro de que la fiscalía acuse al acusado de unirse a la conspiración desde el momento en el que se puso en contacto con el Partido y sus fines. En relación a esto me remito a las palabras que acaba de pronunciar Sir David, que dijo que la conspiración comenzó en 1921. Pregunto, ¿es mi deber o mi trabajo, para refutar que estuviera planeando o preparando guerras o ejerciendo un papel decisivo en estos planes y preparativos, probar a través de testigos que mi cliente, por ejemplo, hasta 1939 estuvo luchando por mantener relaciones pacíficas?

Pido al Tribunal que estudie desde este punto de vista las solicitudes de testigos y documentos indicadas en mi informe. Además, mantengo expresamente que esta discusión no ha aclarado la pregunta: "¿Cuándo comenzó la conspiración?"

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Señoría, no quiero repetir ninguna argumentación general. Deseo que el Dr. Horn sepa a qué acusaciones tiene que enfrentarse Ribbentrop, y ya las he expuesto, pero quiero dejarlas bien claras.

Según la entrada en "Das Archiv", Ribbentrop se puso al servicio del Partido Nazi en 1930, y entre 1930 y enero de 1933 fue uno de los instrumentos a través de los que tuvo lugar la toma del poder por parte del Partido Nazi. Esa publicación semioficial dice que algunas reuniones de Hitler, von Papen y los nazis con representantes del Presidente von Hindenburg tuvieron lugar en la casa de Ribbentrop en Berlín-Dahlem. Ese es el primer punto. Es bastante claro y está todo en la transcripción.

La segunda etapa tuvo lugar cuando ejerció ciertos cargos de 1934 a 1936, lo cual indica que era un político nazi importante en pleno ascenso y un negociador en asuntos exteriores. En 1936 justificó la acción de Alemania que quebrantó el Tratado de Versalles. El acusado lo justificó ante la Liga de Naciones. Por tanto, tiene que responder a eso.

Ese mismo año negoció el Pacto Anti-Comintern. Tiene que explicar eso.

A partir de entonces hay una sucesión de documentos alemanes, todos indicados en la transcripción del 8 y el 9 de enero, que demuestran con exactitud el papel que ejerció este acusado en diez casos de agresión contra diez países distintos.

Alego respetuosamente ante el Tribunal que este acusado tiene que responder a un caso perfectamente claro. No hay dudas en absoluto.

Ya he resumido el caso sobre Crímenes de Guerra y Crímenes contra la Humanidad. Una vez más el Dr. Horn lo encontrará expuesto, con todos los documentos mencionados, en la transcripción del 9 de enero.

Alego respetuosamente que sin importar lo que pueda añadir él, la particularidad y claridad del caso contra el acusado Ribbentrop son manifiestas.

Dr. HORN: Sr. Presidente, en mi presentación de la defensa contra los cargos presentados por Sir David Maxwell Fyfe, he ofrecido pruebas que refutan estos cargos. Sin embargo, no me he limitado a refutar esos cargos mencionados, sino que además, y debo repetir lo que acabo de decir

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para estudiar todos estos cargos desde el punto de vista de la conspiración, ya que, según lo alegado por la fiscalía, el acusado Ribbentrop tomó parte en esta conspiración, y es imposible evitar la pregunta: ¿cuándo comenzó la conspiración? Suponiendo que mi cliente participara en una conspiración, esa participación no comenzó en 1930 como alega la fiscalía, estoy en condiciones de refutarlo, sino en 1932. Pero querría probar a través de testigos y de otros medios que ni entonces ni después se unió a ninguna conspiración.

EL PRESIDENTE: Bien, quizás ahora podría tratar los documentos que quiere presentar.

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Señoría, con respecto a los documentos, he tenido ocasión de tratar el asunto informalmente con el Dr. Horn, y entiendo que por lo que respecta a los documentos 1 a 14, el Dr. Horn lo que realmente quiere es disponer de estos libros como libros de trabajo que pueda leer y usar y, si es necesario, tomar fragmentos de ellos para ilustrar sus argumentos en un momento dado. Por supuesto, no tenemos ninguna objeción a eso. Continuamente he adoptado el punto de vista de que no debería haber ninguna objeción a ningún libro empleado como material de trabajo por la defensa.

Lo que quiero pedir es que, si el Dr. Horn o algún otro abogado de la defensa desean usar un fragmento de un libro cuando presenten su caso, que nos indiquen qué fragmento es y si es necesario, con qué fin pretenden usarlo. Digo "si es necesario" porque en muchos casos estará muy claro con qué fin se quiere usar, pero en algunos casos puede tener un sentido especial, y si nos lo indican, se podrá tratar cualquier cuestión relativa a la relevancia cuando se presente al Tribunal.

EL PRESIDENTE: Pero me parece que eso es necesario para que se puedan traducir los documentos.

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Sí, es cierto.

EL PRESIDENTE: Me refiero a que se debería traducir la parte del libro o la parte del documento que el Dr. Horn quiera usar.

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Pero en cuanto a proporcionar a la defensa copias de trabajo, la fiscalía proporcionará con gusto toda la ayuda que pueda dar. Es un asunto en el que esperamos ansiosamente colaborar.

Los cinco últimos documentos nombrados son de una categoría bastante diferente. No los he tratado con el Dr. Horn, pero alego respetuosamente, y es el punto de vista unánime de la acusación, que será difícil justificar como pruebas ante el Tribunal archivos completos de periódicos. Pero una vez más, si el Dr. Horn los quiere sólo como referencia, entonces es una posibilidad.

No estoy seguro en este caso de si desea usarlos o de si simplemente quiere tenerlos como referencia. No sé nada del nº 19, el número retirado de circulación del Daily Telegraph, pero supongo que el Secretario puede tratarlo con los propietarios.

Dr. HORN: El último punto que querría plantear es ese: ahora que el juicio ha avanzado tanto que necesito estos documentos para usarlos para refutar acusaciones, querría poder disponer lo antes posible con la ayuda del Tribunal de copias de estos periódicos, son tres o cuatro periódicos encuadernados en volúmenes de un mes.

EL PRESIDENTE: ¿Nos dirá algo del número retirado del Daily Telegraph? No nos ha indicado por qué puede ser relevante.

Dr. HORN: El 30 o el 31 de agosto de 1939 se retiró una edición del Daily Telegraph porque contenía amplios detalles del texto del memorándum que el entonces Ministro de Exteriores del Reich, von Ribbentrop, le había leído al Embajador británico Henderson en Berlín. Se dice, y también lo afirma la fiscalía, que Ribbentrop le leyó esta nota a Henderson tan rápidamente que este último no fue capaz de entender los puntos esenciales.

Con el ejemplar del Daily Telegraph del 31 de agosto de 1939 podríamos ver hasta qué punto el Embajador Henderson estaba en situación de entender las declaraciones de

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Ribbentrop o la presentación verbal de ese memorándum tal como von Ribbentrop lo leyó. Solicito por tanto que se obtenga este número del Daily Telegraph, y estoy convencido de que la acusación podrá conseguir este ejemplar con los medios de los que ellos disponen, pero nosotros no.

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Señoría, esta es la primera vez que oigo hablar de esta copia retirada.

EL PRESIDENTE: ¿La primera vez que se entera de que se retiró una copia?

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Nunca había oído, salvo por lo que ha dicho el Dr. Horn, que se retirara una copia, y probablemente tendré que investigar este asunto.

Sólo quiero decir una cosa, por supuesto el Dr. Horn ha planteado un punto sobre la cuestión entre este acusado y Sir Nevile Henderson. Según el caso del acusado Goering expuesto en los interrogatorios del Dr. Stahmer, hizo que se proporcionara oficiosamente el contenido de este memorándum al Sr. Dahlerus a espaldas del acusado Ribbentrop. Eso es lo que plantea en los interrogatorios, por lo que de ninguna manera eso lleva a concluir que el relato de Sir Nevile Henderson de la entrevista es incorrecta, incluso aunque apareciera una descripción del documento.

No quiero apoyarme en la memoria de Sir Nevile, pero investigaré este asunto, del que he oído hablar ahora por primera vez.

Dr. HORN: Debo añadir como más información para el Tribunal que el acusado Goering proporcionó el memorándum al Embajador Henderson en una fecha muy posterior. Es por tanto decisivo saber si Sir Neville Henderson conoció este memorándum, y cuándo, y si eso tuvo lugar en un momento adecuado para darle tiempo aún a comunicárselo al Gobierno Polaco.

¿Puedo por tanto solicitar que se obtenga esa edición tan importante del Daily Telegraph?

EL PRESIDENTE: Gracias, Dr. Horn.

Continuaremos con las pruebas contra el acusado Keitel.


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