[an error occurred while processing this directive] Nuremberg, crimenes de guerra, crimenes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
14 de febrero a 26 de febrero de 1946

Sexagésimo Séptimo Día: Lunes, 25 de febrero de 1946
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EL PRESIDENTE: Dr. Horn, creo que el último del que habló usted fue Dahlerus.

Dr. HORN:(abogado del acusado Ribbentrop): Correcto, Sr. Presidente.

Solicito al Tribunal llamar a declarar como siguiente testigo al General Kostring, antiguo agregado militar en Moscú, y actualmente en prisión en Nuremberg. En este caso estoy dispuesto a renunciar a la comparecencia en persona del testigo si se permite la presentación de una declaración jurada.

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Señoría, estamos en contra de la presentación de este testigo, así que el Dr. Horn puede explicar sus razones todo lo que desee.

EL PRESIDENTE: ¿Están en contra?

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Estamos en contra

EL PRESIDENTE: Proceda.

Dr. HORN: Deseo de todas formas solicitarle al Tribunal que llame a declarar a este testigo.

Al principio hubo posibilidad, según se me dijo, de que el testigo fuera llamado a declarar por la fiscalía. Dado que no ha sido así, solicito que se apruebe este testigo, ya qué tomó parte en las negociaciones germano-rusas que tuvieron lugar de agosto a septiembre de 1939 en Moscú, y siguió ejerciendo su cargo hasta el comienzo de las hostilidades con la Unión Soviética. El testigo puede por tanto hablarnos de la actitud de los círculos oficiales alemanes y de ciertas personalidades hacia el pacto germano-ruso. Solicito por estas razones al Tribunal que llame a declarar al testigo.

GENERAL RUDENKO: Como ya ha dicho Sir David Maxwell Fyfe, la fiscalía se opone a la comparecencia de este testigo. Tan sólo quiero definir la postura de la fiscalía en este caso. El hecho de que el testigo participara o estuviera presente en las negociaciones de agosto-septiembre de 1939 es de escaso interés para el Tribunal. El Tribunal parte principalmente del hecho de la existencia de este acuerdo y de su traicionero quebrantamiento por parte de Alemania. Así, llamar a declarar a este testigo para que describa estas negociaciones tan sólo alargaría el proceso.

Dr. HORN: Sr. Presidente, lo siento, no he podido entender la respuesta y el razonamiento del General.

EL PRESIDENTE: ¿Puede repetirlo, General?

GENERAL RUDENKO: Muy bien. Decía, en referencia a la protesta de Sir David hecha en nombre de la fiscalía, que quería explicar que su testimonio sobre su presencia en las negociaciones de 1939 en Moscú no tiene ningún interés para el Tribunal. El Tribunal parte del hecho de que se llegó a este acuerdo en 1939 y de que Alemania lo quebrantó traicioneramente.

Considero superfluo llamar a declarar a este testigo ante el Tribunal, ya que no tiene relación con el caso.

Dr. HORN: Solicito el permiso del Tribunal para señalar que el General Kostring ha estado durante semanas en prisión en Nuremberg a disposición de la fiscalía. Por tanto, solicito al Tribunal que apruebe su comparecencia como testigo por las razones que he mencionado.

EL PRESIDENTE: El Tribunal estudiará la cuestión. Dr. Horn, el Tribunal no entiende de qué manera el hecho de que el General Kostring esté en prisión en Nuremberg puede ser una respuesta a la objeción hecha en nombre de la fiscalía según la cual al Tribunal no le interesan las negociaciones que tuvieron lugar en septiembre de 1939, sino la ruptura del tratado. El Tribunal querría saber si tiene algo que responder a esa objeción. La única objeción que ha hecho hasta ahora es que el General Kostring está aquí, en Nuremberg.

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Dr. HORN: Sr. Presidente, el General Kostring declarará que el pacto con Rusia se firmó con toda la intención de respetarlo por parte de Alemania y por parte de mi cliente.

No quiero decir nada más sobre este punto en este momento, y solicito al Tribunal que llame a declarar al testigo por la razón indicada.

EL PRESIDENTE: Muy bien, el Tribunal estudiará su petición.

Dr. HORN: El testigo siguiente es el Consejero de Embajada Dr. Hesse, que trabajaba anteriormente en el Ministerio de Exteriores en Berlín y que supuestamente está ahora en el campo de Ausburg.

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Señoría, no hay objeciones a este testigo. No sé si el Dr. Horn quiere que comparezca en persona o si bastará con una declaración jurada. La fiscalía no tiene una postura firme en esta cuestión, pero solicitamos al Dr. Horn que acepte presentar declaraciones juradas siempre que sea posible, y sugerimos que podría considerarlo en este caso.

Dr. HORN: En este caso me bastará con una declaración jurada.

El testigo siguiente es el antiguo embajador en Bucarest, Fabricius, supuestamente bajo custodia Aliada en la zona de ocupación americana, o posiblemente ya liberado.

Sir DAVID MAXWELL FYFE: No hay objeciones en este caso. Al parecer este testigo hablará de una entrevista ya presentada como prueba al Tribunal y dará una versión diferente de los hechos. La fiscalía no tiene ninguna objeción dadas las circunstancias.

EL PRESIDENTE: El Tribunal lo estudiará.

Dr. HORN: El siguiente testigo es el Profesor Karl Burckhardt, Presidente de la Cruz Roja Internacional en Ginebra y anteriormente Comisionado de la Liga de Naciones en Danzig.

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Con la venia, el Dr. Burckhardt está obviamente en un puesto muy especial. Como Presidente de la Cruz Roja Internacional, es una persona con la que están en deuda todos los beligerantes, sin importar el país, y la fiscalía considera que si puede hablar de testimonios procedentes del propio Hitler, es decir que si puede probar, diciendo que Hitler le informó de que el acusado Ribbentrop intercedió por alguien, o si puede decir que vio cartas de Ribbentrop destinadas a Hitler, la fiscalía no plantearía ninguna objeción.

Si tan sólo va a decir que Ribbentrop le dijo algo, la fiscalía protestará.

Por tanto, alegamos que lo razonable sería que presentara una declaración jurada sobre sus fuentes de información, y si se hace eso y estamos satisfechos con las fuentes de información, estoy completamente seguro de que la fiscalía no dudará en absoluto en aceptar el testimonio del Dr. Burckhardt.

El segundo punto alegamos que es irrelevante: la cuestión de los resultados de las promesas inglesas de proteger a Polonia en su postura hacia Danzig.

Dr. HORN: Aparte de las razones que ya he presentado en mi solicitud, también puedo decir que el Profesor Burckhardt visitó a Ribbentrop y a Hitler en el año 1943, y por tanto, puede dar un testimonio detallado. Eso responde a la primera cuestión de Sir David.

Estoy de acuerdo sin embargo con que el Profesor Burckhardt presente una declaración jurada y se ahorre ser interrogado en persona. El testigo siguiente es el Embajador suizo Feldscher, que fue, por lo que sabemos, Embajador en Berlín.

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Sugiero, Señoría, que es el mismo caso que el Dr. Burckhardt. Se debería tratar de la misma manera.

Dr. HORN: Estoy de acuerdo, Sr. Presidente.

El siguiente testigo es el antiguo Primer Ministro de Gran Bretaña, el Sr. Winston Churchill.

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Sir DAVID MAXWELL FYFE: Con la venia, la fiscalía se opone a esta solicitud, y con el máximo respeto hacia el Dr. Horn, alega que no hay ninguna razón relevante en la solicitud presentada al Tribunal. La primera parte es al parecer un relato de una conversación que no toca ningún hecho de este caso, y la segunda parte es también un análisis de una conversación, que al parecer tuvo lugar unos años antes de la guerra, del Embajador alemán con un caballero que por aquel entonces no ejercía ningún cargo oficial en Inglaterra. Pero la fiscalía alega que la relevancia que la conversación pueda tener para cualquiera de los hechos del caso no sólo no es aparente, sino que ni siquiera existe.

Dr. HORN: En contra de esta alegación de Sir David quiero primero señalar lo siguiente:

El Primer Ministro Winston Churchill era en aquel tiempo el Líder de la Oposición en el Parlamento de Su Majestad. Como tal, podemos atribuirle un cierto cargo oficial, en especial dado que, por lo que sé, como Líder de la Oposición incluso se le paga un salario.

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Estoy seguro de que al Dr. Horn jamás se le ocurriría basarse en un punto en el que está mal informado.

El Sr. Churchill no fue Líder de la Oposición en ningún periodo, y seguro no lo fue de 1936 a 1938, cuando el acusado Ribbentrop era embajador. El Sr. Attlee era entonces el Líder de la Oposición. El Sr. Churchill no ejercía ningún cargo; era un miembro sin cargo del Partido Conservador, un miembro independiente del Partido Conservador en aquel momento.

No quería que mi amigo se equivocara.

Dr. HORN: En cualquier caso, Sr. Presidente, el Sr. Churchill era uno de los estadistas más conocidos en Alemania. Estas declaraciones que hizo Churchill en aquel momento cuando se le convocó a la embajada fueron transmitidas de inmediato a Hitler por parte de Ribbentrop, y fue con toda probabilidad una de las razones por las que Hitler hizo las declaraciones citadas en el llamado Documento Hoszbach, presentado como 386-PS, afirmaciones y declaraciones tan sorprendentes para los allí reunidos, y en las que la fiscalía vio la primera prueba concreta de una conspiración según la definición de la Acusación.

Además, quiero decir que el fiscal británico, el Teniente Coronel Griffith-Jones, mencionó que tras la ocupación de Checoslovaquia por Alemania, diversas personas de Inglaterra y de Polonia se preocuparon mucho. Así, comenzaron las negociaciones entre Inglaterra y Polonia, y se firmó un pacto de protección. Como resultado de estas declaraciones de Churchill ya mencionadas, y las de otros estadistas británicos importantes, según las cuales Inglaterra crearía una coalición contra Alemania en pocos años para oponerse a Hitler con todos los medios disponibles, como resultado de esas declaraciones, Hitler se vio impulsado aún más enérgicamente a incrementar su armamento y a preparar planes estratégicos. Por estas razones, considero las declaraciones de Churchill extremadamente importantes y solicito que se llame a declarar a este testigo.

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Ya he expuesto mi punto de vista, Señoría. No creo que pueda añadir nada más.

EL PRESIDENTE: El Tribunal querría disponer de las observaciones del Dr. Horn sobre este asunto por escrito, ya que sólo disponen de ellas a través de lo que han oído.

Dr. HORN: Como siguientes testigos solicito a Lord Londonderry, Lord Kemsley, Lord Beaverbrook y Lord Vansittart. Ya se han enviado interrogatorios a estos testigos.

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Se va a tratar a estos testigos a través de interrogatorios, y no tenemos ninguna objeción a ese procedimiento.

Dr. HORN: Como siguiente testigo querría hacer comparecer al Almirante Schuster, última dirección conocida, Kiel.

Sir DAVID MAXWELL FYFE: Estamos en contra de la comparecencia del Almirante Schuster. El argumento por el que se solicita es que tomó parte en las negociaciones que

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culminaron con el Tratado Naval Germano-Británico de 1935. Al parecer el punto que se quiere plantear es que se firmó este tratado por iniciativa del acusado.

La fiscalía alega que ese punto es irrelevante; que las negociaciones previas al tratado son irrelevantes, y que el tratado está simplemente para que el Tribunal lo incluya en el sumario, y sobre él mi amigo puede plantear cualquier argumentación que desee.

Pero por lo general, la fiscalía quiere destacar que hablar de negociaciones sobre antiguos tratados sería una pérdida de tiempo intolerable cuando el Tribunal tiene que tratar tantos asuntos tan vitales.

Dr. HORN: En este juicio estamos analizando el problema de los planes y los preparativos. En relación a esto no es en absoluto inapropiado escuchar testimonios sobre lo que el Gobierno Alemán, y en especial Ribbentrop, habían planeado y preparado por aquel entonces. Los planes y preparativos que tuvieron lugar dentro de las negociaciones que llevaron a la firma del Tratado Naval fueron más allá de la mera firma del tratado. El tratado fue considerado por von Ribbbentrop, y el Almirante Schuster puede testimoniar ese hecho, como la primera piedra de una estrecha alianza de Inglaterra con Alemania. Para dejar claras al Tribunal estas intenciones y la política que siguió el acusado von Ribbentrop, considero importante a este testigo, y solicito a Sir David que modifique su postura.

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Me temo que no será así. Mis colegas y yo hemos estudiado esta cuestión muy cuidadosamente y he planteado nuestra postura general hacia negociaciones previas a tratados, en especial hacia tratados duraderos. Con el máximo deseo de ser razonable y de ayudar al Dr. Horn, lo lamento profundamente, pero no puedo en este momento acceder a su petición.

GENERAL RUDENKO: Querría añadir a lo que mi colega Sir David ha declarado las siguientes observaciones:

El Dr. Horn nos ha pedido que justifiquemos nuestros argumentos. Creo que hay una profunda divergencia en este punto entre la fiscalía y la defensa: la defensa, al llamar a declarar a testigos, trata de demostrar los intentos de los acusados de firmar acuerdos que promovieran la paz. Nosotros partimos de otro hecho, la traicionera ruptura de tratados firmados y la comisión de crímenes que quebrantaban estos acuerdos. Parece bastante superfluo, en vista de estas consideraciones, llamar a declarar a testigos para probar que el acusado luchó para conseguir que se firmaran acuerdos de paz. La ruptura de estos acuerdos y su traicionero incumplimiento son hechos muy conocidos.

EL PRESIDENTE: Dr. Horn, para probar la relevancia de este tipo de testimonios, querría hacerle una pregunta.

Asumiendo que Ribbentrop quería llegar a acuerdos con Inglaterra y que no quería que Alemania entrara en guerra con Inglaterra, ¿qué relevancia tendría esto en relación a la acusación de que Alemania estaba planeando una guerra con Polonia?

Dr. HORN: Sr. Presidente, para poder responder a esa pregunta de forma concluyente por lo que respecta a la forma de plantear la defensa, tendría que retrotraerme a las condiciones políticas y diplomáticas existentes en el periodo anterior a la Segunda Guerra Mundial. En cuanto a las razones para llamar a declarar a testigos, no querría entrar en discusiones sobre esas cuestiones básicas antes de que haya examinado cuidadosamente todas las posibles pruebas a mi disposición y de que me haya formado una clara opinión y una base para plantear mi defensa. La norma que expuso el Presidente sobre las razones para llamar a declarar a testigos, que el Tribunal nos ayudará a localizar a los testigos y a las pruebas documentales, he entendido que quería decir que para llamar a declarar a testigos sólo tenemos que exponer razones que con toda probabilidad serán confirmadas por los testigos tras un interrogatorio preliminar.

Para que quede claro, no quiero comprometerme definitivamente asumiendo una postura sobre esta cuestión.

EL PRESIDENTE: Es una cuestión clave a considerar para determinar qué pruebas son relevantes. Pero ya que no quiere comprometerse sobre este punto, puede proceder.


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