[an error occurred while processing this directive] Nuremberg, crimenes de guerra, crimes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
14 de febrero a 26 de febrero de 1946

Sexagésimo Día: Viernes, 15 de febrero de 1946
(5 de 8)


[Página 59]

CORONEL SMIRNOV: Presentaré ahora mismo al Tribunal esta directriz como prueba URSS 16. Es una copia fotostática del documento certificada por la Comisión Estatal Extraordinaria. El Tribunal encontrará el texto de esta directriz en la página 210 del libro de documentos. Esta directriz la firma Keitel y se titula "Guerra Anti-Partisanos". El documento es del 16 de diciembre de 1942. Citaré este documento casi en su totalidad, comenzando por el título:
"Contenido: Guerra Anti-Partisanos.

Alto Secreto.

Se ha informado al Führer de que ciertos miembros de la Wehrmacht que tomaron parte en combates contra bandoleros..."

Mi colega el Coronel Pokrovsky, Sr. Presidente, le explicó ayer al Tribunal que todo movimiento de resistencia de la población civil era calificado de "bandidaje". Por tanto, no dedicaré más tiempo del Tribunal a descifrar este término fascista alemán. "...tuvieron después que rendir cuentas por su comportamiento en combate".

Por ello, el Führer ordenó:

"Si la represión de bandidos en el Este, así como en los Balcanes, no se lleva a cabo de la forma más brutal posible, en poco tiempo las fuerzas de las que disponemos serán insuficientes para exterminar esta plaga.

Las tropas tienen por tanto el derecho y el deber de recurrir en esta lucha a cualquier medio, incluso contra mujeres y niños, con la única condición de que permitan alcanzar el éxito".

Recalco que la directriz habla de cualquier medio contra mujeres y niños. Sigo citando:
"Los escrúpulos de cualquier clase son un crimen contra el pueblo alemán y contra el soldado que está en el frente y que sufre las consecuencias de los ataques de bandoleros y no puede entender por qué se debería tener alguna contemplación con ellos y sus compinches.

Estos principios deben ser la base de las operaciones contra bandoleros en el Este.

2. Ningún alemán que tome parte en acciones contra bandoleros o sus colaboradores será considerado responsable de actos violentos ni desde un punto de vista disciplinario, ni desde un punto de vista judicial.

Los comandantes de tropas encargadas de combatir contra bandoleros están obligados a asegurarse de que a todos los oficiales de las unidades bajo su mando se les notifique inmediatamente y con detalle esta orden, de que sus asesores legales también sean informados de esto, y de que no se aplicará ninguna sentencia que contradiga esta orden.

/s/Keitel".

Termino con esto la presentación de documentos relativos a las dos primeras secciones de la lista leída ante el Tribunal al comenzar la presentación. Los documentos que he presentado hasta ahora al Tribunal prueban tres hechos:
1. Los principales criminales instigaron directamente la perpetración de espantosos

[Página 60]

crímenes contra amplios círculos de la población civil por parte de las Fuerzas Armadas Alemanas.

2. Adiestramiento especial de unidades criminales por parte del Liderazgo Hitleriano para llevar a cabo sus planes de exterminio en masa de razas enteras.

3. Se desataron los más bajos instintos de los criminales en una atmósfera de total impunidad para los perpetradores de los crímenes.

Estos objetivos fueron alcanzados plenamente por los principales criminales de guerra. Los hitlerianos cometieron crímenes contra la población civil de los territorios ocupados de la Unión Soviética y de los países orientales ocupados que, por sus dimensiones, la crueldad de los métodos aplicados, así como el cinismo y la brutalidad intencionadas de los organizadores y perpetradores de los crímenes, no tienen precedente en la historia del mundo.

ESTABLECIMIENTO DEL RÉGIMEN DE TERROR FASCISTA

Querría exponer con exactitud lo que la orden de Keitel para la "pacificación" de los territorios ocupados significó en la vida de la población civil.

La introducción de este régimen de terror fue la primera señal de la llegada de las autoridades fascistas, civiles o militares, al territorio de la URSS o a otros países del Este de Europa.

Además, este régimen de terror no se limitó exclusivamente a las más salvajes formas de brutalidad. También asumió la forma de abusos desvergonzados perpetrados contra el honor y la dignidad de las víctimas de los fascistas alemanes. Los terroristas cometieron primero sus crímenes contra los ciudadanos que consideraban políticamente activos y más capaces de resistirles.

Como confirmación de este hecho les remito a un documento que ya he presentado al Tribunal como prueba URSS 6, un informe de la Comisión Estatal Extraordinaria sobre "Crímenes Cometidos por los Alemanes en el Territorio de la Región de Lvov". El Tribunal encontrará el fragmento que voy a citar en la página 58 del libro de documentos, el último párrafo:

"Ya antes de la toma de Lvov los destacamentos de la Gestapo disponían, cumpliendo una orden del Gobierno Alemán, de listas de los representantes más destacados de la comunidad condenados a priori a la aniquilación. Los arrestos masivos y las ejecuciones comenzaron inmediatamente después de la toma de Lvov. La Gestapo arrestó a un miembro de la Unión de Autores Soviéticos, un autor de numerosas obras literarias, el Profesor Thaddeus Boi-Yelensky; a un profesor del Instituto Médico, Roman Renzky; al Rector de la Universidad, el profesor de Medicina Forense Vladimir Seradsky; al Doctor en Derecho Roman Longsham-de-Berye, junto con sus tres hijos, el profesor Thaddeus Ostrovsky, el profesor Jan Grek, el profesor de Cirugía Heinrich Hilrevich..."
A continuación hay una larga lista de treinta y un nombres de intelectuales destacados de la ciudad de Lvov. Me abstengo de listar sus nombres y continúo la cita en el párrafo siguiente:
"F. B. Groer, profesor del Instituto Médico de Lvov, que por suerte escapó a la muerte, le ha dicho a la Comisión lo siguiente:
'Cuando fui arrestado la medianoche del 5 de julio de 1941 y me subieron a un camión, me encontré allí con los profesores Grek y Boi-Yelensky y otros. Nos llevaron al hostal del "Colegio Teológico Abragamovitch". Mientras nos llevaban por el pasillo, los miembros de la Gestapo se burlaron de nosotros, nos golpearon con culatas de rifles, nos tiraron del pelo y nos golpearon en la cabeza. Más tarde vi desde el hostal del Colegio Teológico Abragamovitch a los alemanes escoltando a cinco profesores, llevando cuatro de ellos el cuerpo ensangrentado del hijo del famoso profesor Rouff, asesinado por los alemanes durante su interrogatorio. El joven Rouff también había sido un especialista. Todo el grupo de profesores,

[Página 61]

con escolta, fue llevado a las colinas Kadetsky. Quince o veinte minutos más tarde oí fuego de rifle desde la dirección que habían tomado los profesores' ".
Para destruir la dignidad los alemanes recurrían a los métodos más refinados de tortura y después fusilaban a sus víctimas.

B. O. Galtsman, un habitante de Lvov, ha declarado ante la Comisión Especial que vio en persona cómo, en julio de 1941:

"Veinte personas, incluidos cuatro profesores, abogados y médicos fueron llevados por las SS al patio de la casa del número 8 de la calle Artshevsky. Conozco el nombre de uno de ellos, el Doctor en Derecho Kreps. Entre ellos había cinco o seis mujeres. Los SS les obligaron a limpiar las escaleras de las siete entradas de la casa de cuatro pisos con la lengua, y después de limpiar así las escaleras, se obligó a esas mismas personas a recoger basura del patio con los labios. Había que llevar toda la basura a un punto en el patio..."
Omito el final de este párrafo y continúo con el siguiente:
"Los invasores fascistas ocultaron cuidadosamente el exterminio de los intelectuales. A repetidas peticiones de información de sus familiares y amigos sobre el destino de estos hombres de ciencia, los alemanes respondían 'no se sabe nada'. En otoño de 1943, por orden del Reichsminister Himmler, los hitlerianos quemaron los cuerpos de los profesores asesinados. Los antiguos internos del Campo de Yanovsky Mendel y Corn, que se encargaron de exhumar los cuerpos, le han contado a la Comisión lo siguiente:
'Durante la noche del 5 de octubre de 1943, por orden de la Gestapo, abrimos una fosa entre las calles Cadestkaya y Bouleskaya a la luz de focos y sacamos de allí treinta y cinco cuerpos. Quemamos todos esos cadáveres.

Al sacar los cuerpos de la fosa encontramos los documentos del profesor Ostrovsky, del Doctor en Ciencias Naturales Otoshek, y del profesor del Instituto Politécnico Kasimir Bartel.

La investigación demostró que durante los primeros meses de la ocupación los alemanes arrestaron o asesinaron a más de setenta de los científicos, ingenieros y artistas más destacados de la ciudad de Lvov' ".

Lo que acabo de leer no debe llevar a la conclusión de que los líderes de organizaciones locales y los representantes de la intelectualidad fueron las únicas víctimas del terror fascista. Tan sólo quería dejar claro que el terror fascista se dirigió en primer lugar contra estas personas.

Una de las características del terrorismo hitleriano fue el hecho de que lo decretaron los líderes fascistas alemanes y lo llevaron a cabo los verdugos como un reino general de terror.

Para confirmar esto, les remito a un documento ya presentado al Tribunal pero no leído. Es la prueba URSS 63, un informe de la Comisión Estatal Extraordinaria para la Investigación de Atrocidades Alemanas en la ciudad de Kerch.

Kerch es una ciudad relativamente pequeña. Está separada de Lvov por muchos cientos de kilómetros. Los invasores alemanes llegaron a Lvov a principios de julio de 1941, pero no llegaron a Kerch hasta noviembre. En enero de 1942 fueron expulsados de allí por unidades del Ejército Rojo.

Así, todo el periodo de la primera ocupación de la ciudad de Kerch por los alemanes no duró más de dos meses. Pero estos son los crímenes perpetrados por los fascistas alemanes en esta ciudad. El Tribunal encontrará el fragmento en cuestión en la página 227 del libro de documentos, párrafo 5:

"Tras capturar la ciudad en noviembre de 1941, los hitlerianos dieron de inmediato una orden que decía lo siguiente:

[Página 62]

'Todas las reservas de alimentos familiares deben ser entregadas al Mando Alemán. Los propietarios de bienes no entregados y descubiertos serán fusilados'.

Con la orden siguiente, la nº 2, el Ayuntamiento ordenó a los habitantes registrar de inmediato todas las gallinas, patos, pollos, pavos, gansos, ovejas, vacas, terneros y ganado en general. Se prohibió a los propietarios de aves de corral usar aves o ganado para cubrir sus necesidades sin un permiso especial del Comandante alemán. Tras la publicación de estas órdenes comenzó un registro en profundidad de todos los apartamentos y casas.

Los miembros de la Gestapo se comportaron de una forma indignante. Por un kilogramo de judías o harina en exceso hallado, se ejecutaba al cabeza de familia.

Los alemanes iniciaron sus monstruosas atrocidades envenenando a 245 niños en edad escolar".

Más tarde verán los pequeños cuerpos de estos niños en nuestro documental. Los cuerpos de los niños fueron arrojados al foso de la ciudad.
"Según instrucciones dadas por el Comandante alemán, se ordenó a todos los escolares presentarse en la escuela a una hora concreta. A su llegada, los 245 niños, con sus libros en las manos, fueron enviados a una fábrica fuera de la ciudad, supuestamente para hacer ejercicio. Allí se ofreció a los niños, que tenían hambre y frío, café y tartas envenenadas. Dado que no había suficiente café para todos, los que no bebieron nada fueron enviados a la enfermería, donde un ordenanza alemán mojó sus labios en un veneno de acción rápida. En pocos minutos todos los niños estaban muertos. A los niños de los cursos superiores se los llevaron en camiones y los ejecutaron con fuego de ametralladora en un lugar a unos ocho kilómetros de la ciudad. Los cuerpos del primer lote de niños asesinados fueron llevado al mismo lugar, una trinchera antitanque muy larga y muy grande".
Sigo citando:
"La noche del 28 de noviembre de 1941 se publicó en la ciudad una orden de la Gestapo, la nº 4. De acuerdo con esta orden, los habitantes que previamente se habían registrado con la Gestapo se tenían que presentar el 29 de noviembre entre las 8 y las 12 horas en la calla Sermaya con comida para tres días. Debían presentarse todos los hombres y las mujeres, sin importar su edad o su salud. Se amenazó a los que no se presentaran con ser ejecutados públicamente.

Se dijo a los que fueron a la plaza el 29 de noviembre que se les había convocado para enviarlos a trabajar. A mediodía había ya unas 7.000 personas reunidas en la plaza. Había chicos, chicas, niños de todas las edades, ancianos y mujeres embarazadas. La Gestapo se llevó a todos a la prisión de la ciudad.

En la prisión los alemanes llevaron a cabo un monstruoso y traicionero exterminio de la población civil según un plan elaborado previamente por la Gestapo. En primer lugar, se pidió a los prisioneros que entregaran las llaves de sus apartamentos y que indicaran su dirección exacta al comandante de la prisión. Después les quitaron todos sus objetos de valor, incluidos relojes, anillos y otros abalorios.

A pesar del frío, le quitaron las botas, la ropa interior, los zapatos, los trajes y los abrigos a todas las personas encarceladas. Los canallas fascistas separaron a muchas mujeres y chicas adolescentes del resto de internos y las encerraron en celdas separadas, donde las desgraciadas criaturas se vieron sometidas a formas de tortura particularmente horribles. Fueron violadas, les cortaron los pechos, les rajaron el vientre, les cortaron pies y manos y les sacaron los ojos.

Después de expulsar a los alemanes de Kerch el 30 de diciembre de 1941, soldados del Ejército Rojo descubrieron en el patio de la prisión una masa informe de cuerpos de chicas jóvenes, desnudas, mutiladas e irreconocibles, que habían sido torturadas salvaje y cínicamente hasta la muerte por los fascistas.

[Página 63]

Los hitlerianos seleccionaron como lugar para la ejecución en masa una trinchera antitanque cercana al pueblo de Baguerovo. Durante tres días se llevó en autobuses a este lugar a familias enteras que habían sido condenadas a muerte.

Cuando el Ejército Rojo entró en Kerch en enero de 1942, se investigó la fosa de Baguerovo. Se descubrió que esta trinchera, de un 1 kilómetro de longitud, 4 metros de ancho y 2 metros de profundidad, estaba llena hasta rebosar de cuerpos de mujeres, niños, ancianos y chicos y chicas adolescentes. Cerca de la trinchera había charcos congelados de sangre. Cerca había esparcidos gorras de niño, juguetes, lazos, botones arrancados, guantes, botellas de leche, chupetes y zapatos pequeños, todo mezclado con manos, pies y otras partes de cuerpos humanos. Todo estaba salpicado de sangre y sesos.

Los salvajes fascistas dispararon a la población indefensa con balas expansivas. Cerca del borde de la trinchera yacía el cuerpo mutilado de una mujer joven. En sus brazos estaba un bebé cuidadosamente envuelto en una manta con lazos blancos. Junto a esta mujer yacía una niña de ocho años y un niño de cinco, asesinados con balas expansivas. Sus pequeñas manos aún se agarraban al vestido de la madre".

Las circunstancias de las ejecuciones han sido confirmadas por las declaraciones de numerosos testigos que tuvieron la suerte de escapar indemnes de la fosa abierta. Voy a citar dos declaraciones:

Anatolyi Ignatievich Bondarenko, de veinte años y hoy en día soldado del Ejército Rojo, declaró:

"Cuando nos llevaron a la trinchera antitanque y nos alinearon frente a esta temible fosa, aún creíamos que nos habían llevado allí para rellenar la trinchera con tierra o para cavar una nueva. No pensábamos que nos habían llevado allí para fusilarnos, pero cuando oímos los primeros disparos de las armas automáticas con las que nos apuntaban, me di cuenta de que nos iban a asesinar. Me lancé de inmediato a la trinchera y me escondí entre dos cadáveres. Así, ileso y medio desmayado, me quedé allí hasta que empezó a anochecer. Mientras estuve en la trinchera oí a varios de los heridos gritar a los gendarmes que les ejecutaban: '¡Acaba conmigo, canalla!" o "¡Has fallado, sinvergüenza! ¡Dispara otra vez!".

Después, cuando los alemanes se fueron a cenar, un habitante de mi pueblo dijo desde la trinchera: 'salid los que aún estéis vivos'. Me levanté y dos de nosotros comenzamos a sacar a los vivos de debajo de los cadáveres. Yo estaba cubierto de sangre. Había una ligera niebla flotando sobre la trinchera, vapor que salía de la masa de cadáveres que se estaban congelando rápidamente, de los charcos de sangre, y del último aliento de los moribundos. Sacamos a Theodor Naoumenko y a mi padre, pero mi padre había muerto por el impacto de una bala expansiva en el corazón. Más tarde esa noche llegué a la casa de unos amigos en el pueblo de Baguerovo y me quedé con ellos hasta la llegada del Ejército Rojo".


[ Anterior | Índice | Siguiente ] [an error occurred while processing this directive]