[an error occurred while processing this directive] Nuremberg, crimenes de guerra, crimes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
14 de febrero a 26 de febrero de 1946

Quincuagésimo Noveno Día: Jueves, 14 de febrero de 1946
(9 de 15)


[continúa el CORONEL POKROVSKY]

[Página 21]

Un cierto número de prisioneros de guerra que evitaron la aniquilación inmediata fueron trasladados a campos especiales donde fueron asesinados gradualmente por el hambre o por trabajos agotadores. Leeré ahora ante el Tribunal el último párrafo de la página 37 del informe del Gobierno Yugoslavo, mencionado anteriormente por mi y presentado como prueba URSS 36. Está en la página 340 del libro de documentos.
"Uno de esos campos se estableció en 1942 en Boten, cerca de Rognan. Se llevó a este campo a unos 1.000 prisioneros de guerra yugoslavos, y en unos pocos meses todos, hasta el último hombre, murieron de enfermedades, hambre, torturas físicas o ejecuciones por fusilamiento. Eran obligados todos los días a hacer trabajos durísimos en una carretera y algunas presas. Su jornada de trabajo duraba desde el amanecer hasta las 18 horas, bajo las peores condiciones climáticas en esta lejana área norteña de Noruega. Durante su trabajo, los prisioneros eran golpeados incesantemente y en el propio campo estaban expuestos a terribles maltratos.

Así por ejemplo, en agosto de 1942 el mando alemán del campo ordenó a los prisioneros que eliminaran todo el vello de sus axilas y genitales, o si no serían fusilados. Ningún prisionero recibió cuchillas de los alemanes, aunque los alemanes sabían que no tenían ni una. Los prisioneros se pasaron toda la noche arrancándose los cabellos con las manos y ayudándose unos a otros. Por la mañana los guardias mataron a cuatro prisioneros e hirieron a tres con fuego de rifle.

El 26 de noviembre de 1943, los soldados alemanes irrumpieron en mitad de la noche en el hospital y sacaron a rastras al patio a ochenta prisioneros enfermos; después de obligarles a desnudarse con el terrible frío que hacía, fusilaron a todos. El 26 de enero de 1943 otros cincuenta prisioneros murieron sufriendo por las palizas recibidas. Durante el invierno muchos prisioneros eran asesinados de la siguiente manera: se les enterraba hasta la cintura en la nieve y les arrojaba agua por encima, formando estatuas de hielo. Se determinó que 880 prisioneros de guerra yugoslavos fueron asesinados en el campo antes mencionado de diversas formas".

Más adelante, en la página 38, prueba URSS 36, hay información sobre el fusilamiento de prisioneros de guerra yugoslavos en el campo de Bajsfjord (Noruega). Después del 10 de julio

[Página 22]

de 1942, cuando estalló una epidemia de tifus en el campo que se extendió a otros seis campos, los alemanes consideraron que la única solución era fusilar a todos los pacientes. Esto se hizo el 17 de julio de 1942. En esa misma página, la 38, se hace referencia a un informe noruego del 22 de enero de 1942 elaborado en base a declaraciones de guardias noruegos de este campo que habían huido. Se dice en este informe que de 900 prisioneros de guerra yugoslavos, se fusiló a 320, mientras que el resto, con la intención de aislarlos, fueron enviados a otro campo, Bjerfjel. Leeré ante el Tribunal la página 38 de la prueba URSS 36, comenzando por el quinto párrafo contando por abajo, página 341 de su libro de documentos.
"Cuando estalló una epidemia de tifus en el campo nuevo, se fusiló a una media de 12 hombres al día durante las siguientes cinco o seis semanas. A finales de agosto de 1942, sólo 350 de estos prisioneros volvieron a Bajsfjord, donde tropas de las SS alemanas continuaron exterminándoles. Finalmente, quedaron vivos sólo 200 hombres que fueron transferidos al campo de Osen".
Omito ahora dos párrafos y paso al último párrafo del mismo informe:
"El 22 de junio de 1941 llegó a Noruega un transporte de 900 prisioneros yugoslavos. La mayoría eran intelectuales, trabajadores y campesinos, prisioneros del antiguo Ejército Yugoslavo, partisanos capturados y hombres detenidos por ser 'elementos políticamente sospechosos'. Algunos de ellos, unos 400, fueron llevado al campo aún inacabado de Korgen, mientras que el otro grupo de 500 fue llevado veinte kilómetros más lejos, a Osen. El comandante de ambos campos de junio de 1942 a finales de marzo de 1943 fue el Sturmbannführer de las SS Dolps...

Constantemente había personas que morían de hambre. Se puso a cuarenta y cinco en un barracón en el que normalmente sólo habrían entrado seis hombres... No había medicinas... Trabajaban bajo condiciones de lo más difíciles construyendo carreteras, con un frío implacable, sin ropa o gorros, con viento y lluvia, doce horas al día.

Los prisioneros del campo de Osen solían dormir en camisa, sin ropa interior, sin nada para cubrirse, sobre el suelo desnudo. Dolps visitaba personalmente los barracones y llevaba a cabo inspecciones. Los prisioneros a los que sorprendían durmiendo con la ropa interior puesta eran ejecutados al momento por Dolps con su subfusil. Igualmente mataba a todos los que se presentaban a la revista, en la que participaba personalmente, con la ropa interior sucia... A finales de 1942 sólo quedaban vivos 90 del primer grupo de 400 en Korgen. De los 500 prisioneros que fueron llevados al campo de Osen a finales de junio de 1942, en marzo de 1943 sólo quedaban vivos treinta".

Leeré ante el Tribunal un fragmento de la página 39, prueba URSS 36, comenzando por el tercer párrafo contando por abajo, página 342 de su libro de documentos:
"Además de este terrible trato dado a los soldados capturados del Ejército Nacional Yugoslavo de Liberación y de los Destacamentos de Partisanos, los alemanes trambién trataron a los prisioneros de guerra del antiguo Ejército Yugoslavo contraviniendo totalmente el Derecho Internacional y la Convención de Ginebra sobre el Trato a Proporcionar a Prisioneros de Guerra, de 1929. En abril de 1941, inmediatamente después de la ocupación del territorio yugoslavo, los alemanes llevaron al cautiverio a Alemania a unos 300.000 suboficiales y hombres. La Comisión Estatal Yugoslava dispone de muchas pruebas del ilegal maltrato sufrido por estos prisioneros. Daremos unos pocos ejemplos.

El 14 de julio de 1943, en el campo de las SS de oficiales de Osnabrück, se separó a 740 oficiales yugoslavos capturados y se les llevó a un campo

[Page 23]

penitenciario especial llamado Campo D. Aquí se les amontonó en cuatro barracones; se prohibió todo contacto con el resto del campo. El trato recibido por estos oficiales no respetaba la Convención de Ginebra, al igual que pasaba con el trato recibido por los demás prisioneros. En este campo penitenciario se puso a todos los que los alemanes consideraban seguidores del Movimiento de Liberación Nacional, y contra los que solían aplicar medidas de castigo colectivas.

Los alemanes jugaban con las vidas de los prisioneros y con frecuencia los ejecutaban por puro capricho. Así, por ejemplo, en el campo antes mencionado de Osnabrück, el 11 de enero de 1942 un guardia alemán disparó a un grupo de prisioneros, hiriendo gravemente al Capitán Peter Nozinic. El 2 de septiembre de 1942 un guardia disparó al Teniente yugoslavo Vladislav Vajs, que quedó incapacitado durante mucho tiempo por la herida que recibió. El 22 de septiembre de 1942, un guardia de la torre de la prisión disparó de nuevo contra un grupo de oficiales. El 18 de diciembre de 1942 el guardia disparó a otro grupo de oficiales porque desde sus barracones estaban viendo pasar a unos prisioneros ingleses. El 20 de febrero de 1943, un guardia disparó a un oficial simplemente porque este oficial estaba fumando. El 11 de marzo de 1943 un guardia abrió fuego contra las puertas de un barracón y mató al General Dimitri Pavlovic. El 21 de junio de 1943 un guardia disparó al Teniente Coronel yugoslavo Branko Popandic. El 26 de abril de 1944 un suboficial alemán, Richards, disparó al teniente Vladislav Gaider, que murió posteriormente de sus heridas. El 26 de junio de 1944 el capitán alemán Kunze disparó a dos oficiales yugoslavos, hiriendo gravemente al Teniente Djorjevic. Todos estos disparos se hicieron sin ninguna razón seria o pretexto, y sólo como resultado de órdenes brutales dadas por los comandantes alemanes de los campos, que amenazaban con usar armas de fuego incluso en caso de faltas de lo más insignificantes. Todos estos incidentes ocurrieron en un único campo. Pero fue el trato dado en todos los demás campos a los oficiales y soldados yugoslavos en manos de los alemanes".

En el informe gubernamental checoslovaco se describe un incidente que querría mencionar aquí. Su importancia recae no en el hecho de que arroja nueva luz sobre los métodos empleados en los crímenes fascistas, sino en que tuvo lugar en el momento en el que los hitlerianos se dieron cuenta claramente de que sus días estaban contados. Este incidente se describe en el Apéndice 4 del informe del Gobierno Checoslovaco, y lo describiré brevemente y con mis propias palabras.

En Gavlichok Brod había un aeródromo en el que se ubicaban varias instalaciones militares, mientras que el antiguo asilo de dementes era utilizado como hospital de las SS. Cuando surgió la cuestión de las formalidades de la rendición de las unidades militares alemanas del aeródromo (en 1945), el Capitán Sula, junto con uno de sus compañeros oficiales del Ejército Checoslovaco fue al aeródromo. No volvió ninguno de los dos. Más tarde Unidades Nacionales Checas tomaron el aeródromo y el hospital y se llevó a cabo una investigación. Se descubrió que los negociadores, junto con otras seis personas que habían desaparecido previamente en Gavlichkov Brod, fueron llevados por los alemanes al hospital de las SS, donde fueron sometidos a torturas crueles. En el caso del Capitán Sula, los alemanes le cortaron la lengua, le sacaron los ojos y le abrieron el torso. El resto sufrió tratos similares. Castraron a la mayoría.

Tengo en mi poder pruebas fotográficas que demuestran este hecho, y las estoy entregando al Tribunal. Mi presentación ha durado varias horas. Pero sin duda, no hay tiempo ni palabras suficientes para describir ni una milésima parte del sufrimiento de los soldados de mi Madre Patria y del resto de países democráticos que tuvieron la desgracia de caer en manos de los verdugos fascistas.

[Página 24]

Sólo he podido mostrarle al Tribunal de una forma muy condensada la manera en la que se llevaron a cabo las monstruosas directrices fascistas sobre el maltrato de prisioneros de guerra y su exterminio masivo, un maltrato ante en el que no son nada los horrores de la Edad Media.

Trataremos aquí, aunque sea brevemente, de aclarar las lagunas. Ante sus ojos tendrán a decenas de miles de testigos. Han sido llamados a declarar ante el Tribunal sobre este caso. No puedo llamarles a declarar por su nombre y ustedes nunca les tomarán juramento, pero aún así sus testimonios nunca podrán ser refutados, porque los muertos no mienten. La mayoría de las películas sobre atrocidades alemanas que presentará la acusación soviética muestran crímenes contra prisioneros de guerra. El testimonio silencioso de los prisioneros indefensos quemados vivos en hospitales, de prisioneros mutilados hasta quedar irreconocibles, de prisioneros torturados y muertos de hambre serán, estoy seguro, mucho más elocuentes que todas mis palabras.

La sangre gotea de las manos de los acusados, la sangre de las víctimas de Rostov y Kharkov, la de los mártires de Auschwitz y de todos los campos de exterminio creados por los hitlerianos.

El enemigo atacó traicioneramente a nuestro país. El pueblo se alzó en armas para defender su Madre Patria, su libertad y su independencia, el honor y las vidas de sus familias. Se unieron a las filas de los combatientes. Cayeron en manos del enemigo. Ahora ven cómo les deshonró el enemigo cuando estaban indefensos y desarmados.

Ojalá estos grandes criminales, los principales responsables de las maldades de los fascistas, sean forzados a responder ante los mártires cayendo sobre ellos todo el peso del Derecho Internacional por las atrocidades indescriptibles que verán con sus propios ojos, y por los muchos otros crímenes que permanecerán para siempre sin conocerse.


[ Anterior | Índice | Siguiente ] [an error occurred while processing this directive]