[an error occurred while processing this directive] Nuremberg, crimenes de guerra, crimes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
14 de febrero a 26 de febrero de 1946

Quincuagésimo Noveno Día: Jueves, 14 de febrero de 1946
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EL PRESIDENTE: Tengo que anunciar algo que afecta a la defensa de los acusados. El Tribunal celebrará sesión abierta el sábado por la mañana a partir de las 10 para atender la solicitud de la defensa de hacer un receso.

Escucharán a un representante de cada parte, es decir, a un fiscal de la acusación y a un abogado de la defensa, durante quince minutos cada uno, y después de esa sesión abierta, el Tribunal celebrará una sesión cerrada sobre cuestiones de procedimiento.

CORONEL POKROVSKY: Durante mi presentación de ayer hablé de cuatro fotografías que tenemos en nuestro poder, y de las que presentamos dos al Tribunal en ese momento. Debo disculparme porque ayer por razones técnicas no pudimos presentar las otras dos en el momento adecuado. La primera de estas fotografías muestra la distribución de comida a los prisioneros. La segunda, a prisioneros soviéticos hambrientos buscando y comiendo tortas de oleaginosas usadas como comida para el ganado. Presento ahora los originales de estas dos fotografías como pruebas URSS 358 y 359.

Una autopsia de los cuerpos exhumados realizada durante la investigación de crímenes fascistas en el llamado "Lazareto" de Slavuta confirma que:

"El Mando y los guardias del Stalag recurrieron repetidas veces a formas refinadas de tortura. Entre los cuerpos exhumados a los que se les hizo la autopsia, el examen médico forense determinó que los cuerpos de cuatro prisioneros de guerra, asesinados con arma blanca, habían recibido heridas de bayoneta que penetraron en la cavidad del cráneo".
Encontrarán este fragmento, Señorías, en la página 153 del libro de documentos.

Los hitlerianos obligaron a prisioneros enfermos y heridos, a pesar de su extrema debilidad y su estado de agotamiento agudo, a llevar a cabo trabajos que estaban completamente por encima de sus fuerzas. Los prisioneros tenían que llevar cargas pesadas, fueron forzados a llevar a hombros los cuerpos de ciudadanos soviéticos asesinados y sacarlos fuera del Stalag. Los prisioneros exhaustos que se desmayaban por el camino eran ejecutados. El camino de ida y vuelta al trabajo, según un informe del sacerdote católico de Slavuta, estaba marcado con pequeños montículos de tumbas, como si fueran mojones. Los fanáticos fascistas no siempre tenían la paciencia de esperar a la muerte de un prisionero de guerra, y enterraron a personas que aún estaban vivas. Cito un documento que ya he presentado al Tribunal. Encontrarán esta cita una vez más en la página 153 de su libro de documentos:

"Como resultado del descubrimiento de una 'cantidad considerable de granos de arena' en el tracto respiratorio inferior de los cuerpos de cuatro prisioneros, granos que penetraron hasta los bronquios más pequeños, y que no habrían llegado tan lejos si no hubieran sido propulsados por la respiración de una persona asfixiada por la arena, los expertos médicos forenses concluyeron que en el 'Grosslazarett' los guardias del Mando habían enterrado vivos a ciudadanos soviéticos. Esto se hizo con la connivencia de los médicos alemanes".
El prisionero de guerra Pankin, antiguo interno del "Grosslazarett", supo de un

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caso en febrero de 1943 en el que se trajo a un paciente inconsciente a la morgue. Allí recobró la consciencia, pero cuando se informó al oficial a cargo de los barracones de que se había llevado a un hombre vivo a la morgue, ordenó que lo dejaran allí. Se enterró al hombre enfermo. Algunos prisioneros, desesperados por el intolerable régimen, ignoraron los riesgos inmensos que suponía la acción y trataron de fugarse, tanto solos como en grupos. Los mártires que lograron salir del infierno del "hospital" buscaron refugio entre la población local de Slavuta y las aldeas cercanas. Las bestias hitlerianas ejecutaban sin piedad a todo el que proporcionara alguna ayuda a un fugitivo.

La ciudad de Slavuta está en el distrito de Shepetov. El 15 de enero de 1942 el Comisario del Distrito de Shepetov, el Dr. Worbs, promulgó una orden especial según la cual si no se hallaba a los responsables directos de haber ayudado a prisioneros fugados, se ejecutaría a diez rehenes. El Padre Zhukovsky informó de que 26 pacíficos ciudadanos fueron arrestados y ejecutados por ayudar a prisioneros de guerra.

Un examen médico de los 525 prisioneros liberados del "Grosslazarett" reveló que 435 sufrían inanición extrema, 59 complicaciones debidas a heridas infectadas no atendidas, y 31 alteraciones neuropsiquiátricas.

Cito con el permiso del Tribunal los párrafos último y penúltimo de la columna izquierda de la página 5 de nuestro documento. En su archivo esta cita está en la página 154 del libro de documentos:

"Durante los dos años de ocupación de Slavuta, los hitlerianos, con la connivencia de los doctores alemanes Borbe, Schturp y más personal médico del 'Grosslazarett', exterminaron a unos 150.000 hombres y oficiales del Ejército Rojo".
Los verdugos fascistas alemanes, plenamente conscientes de la brutalidad desatada de sus crímenes, trataron de ocultar por todos los medios las pruebas de las atrocidades cometidas. Trataron especialmente de camuflar los lugares donde fueron enterrados los prisioneros de guerra soviéticos. Así, por ejemplo, en la cruz de la Tumba Número 623 sólo se indicaban los nombres de ocho personas, cuando resulta que tras abrir la tumba, se vio que había treinta y dos cuerpos. Eso mismo pasó con la Tumba Número 264 cuando se abrió.

En otras tumbas se pusieron capas de tierra entre varias filas de cadáveres. Por ejemplo, se encontraron diez cuerpos en la Tumba nº 625. Cuando se retiró una capa de tierra de diez centímetros de grosor, se encontraron dos filas más de cuerpos en la misma tumba. Esto mismo pasó en la excavación de las Tumbas nº 627 y 628.

Se camuflaron numerosas tumbas con flores, árboles, plantas, caminos, etc. pero ningún disfraz podrá jamás ocultar los sangrientos crímenes cometidos por los malhechores hitlerianos.

Si no me equivoco, uno de los participantes en este juicio, olvidando evidentemente dónde se encontraba y bajo qué circunstancias, expresó su deseo de seguir el procedimiento fijado por la ley alemana. El Tribunal hizo inmediatamente las averiguaciones pertinentes, y la idea de trabajar de acuerdo con las normas de la ley alemana fue por supuesto rechazada. En este momento estoy en condiciones de presentarle al Tribunal documentos que en mi opinión son importantes para nuestro caso, aunque fueron preparados de acuerdo con las normas prescritas por las leyes alemanas.

Entre los numerosos documentos hallados en los archivos policiales de la ciudad de Djitomir, tropas del Ejército Rojo encontraron correspondencia. Es una investigación policial. Los autores de este documento no podían prever que se leería en una sesión del Tribunal Internacional dedicado a juzgar a los principales criminales de guerra.

Los documentos que forman parte de esta correspondencia eran exclusivamente para los jefes de policía, y fueron elaborados según todas las normas habituales de las leyes alemanas y de las investigaciones policiales de la Alemania fascista.

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Según este punto de vista, los que quieran examinar la documentación en cuestión, quedarán satisfechos.

Pero además esta correspondencia nos es útil. Se dice tanto en este relativamente pequeño número de páginas, que tendría que analizar la documentación sección por sección para que pudieran apreciarla completamente y desde todos los ángulos. Presento esta correspondencia tanto en forma de copias fotostáticas del original alemán como en forma de traducciones al ruso. Repito, es una investigación policial. Se presenta el documento al Tribunal como prueba URSS 311, y hemos pedido, de acuerdo con los deseos del Tribunal, la copia original, que posiblemente recibiremos de Moscú hoy mismo.


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