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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
2 de febrero a 13 de febrero de 1946

Quincuagésimo Cuarto Día: Viernes, 8 de febrero de 1946
(10 de 22)


V. CRÍMENES DE GUERRA

Tras preparar y llevar a cabo el pérfido asalto contra las naciones amantes de la libertad, la Alemania Fascista convirtió la guerra en un sistema de bandidaje militarizado.

El asesinato de prisioneros de guerra, el exterminio de población civil, el saqueo de territorios ocupados y otros crímenes de guerra fueron cometidos como parte de un programa totalitario de guerra relámpago, "Blitzkrieg", planeado por los fascistas. En particular, el terrorismo practicado por los fascistas en los territorios soviéticos temporalmente ocupados alcanzó proporciones desmesuradas y se llevó a cabo con una crueldad inenarrada.

(a) Ejecución Masiva de Ciudadanos Pacíficos

"Debemos", dijo Hitler a Rauschning, "seguir una política de despoblación sistemática. Si me pregunta que quiero decir con 'despoblación', me refiero al traslado de grupos raciales enteros. Y eso es lo que voy a hacer; ese es, en general, mi objetivo. La naturaleza es cruel, así que nosotros también podemos ser crueles. Si puedo enviar a la flor de la nación alemana al infierno de la guerra... sin remordimientos por verter preciosa sangre alemana, ¡entonces sin duda tengo derecho a mover a millones de una raza inferior que se multiplican como moscas!"

La acusación soviética dispone de numerosos documentos recopilados por la Comisión Estatal Extraordinaria de la Unión Soviética para el Proceso e Investigación de Crímenes cometidos por los agresores fascistas alemanes y sus cómplices que son pruebas irrefutables de incontables crímenes perpetrados por autoridades alemanas.

Disponemos de un documento, conocido como "Apéndice nº 2 a la Orden de Operaciones nº 8 del Jefe de la Sipo y el SD", fechado en Berlín, 17 de junio de 1941, y firmado por Heydrich, que en aquel tiempo ejercía el cargo de adjunto a Himmler. Este documento fue elaborado con la colaboración del Alto Mando de las Fuerzas Armadas Alemanas. Los apéndices a la Orden nº 8, así como las Órdenes nº 9 y 14 y sus apéndices dejan claro que el exterminio sistemático del pueblo soviético en campos de concentración fascistas en los territorios de la URSS y de otros países ocupados por los agresores fascistas se llevó a cabo con los nombres de "filtración, medidas de limpieza, purgas, medidas extraordinarias, tratamiento especial, liquidación, ejecución" y otros.

[Página 183]

La perpetración de estos crímenes fue confiada a los "Sonderkommandos" creados especialmente para este fin por un acuerdo entre el Jefe de la Policía y el SD y el Alto Mando de las Fuerzas Armadas Alemanas.

El Apéndice nº 1 a la Orden nº 14 demuestra que estos "Sonderkommandos" actuaban independientemente en base a sus poderes especiales y de acuerdo con directrices generales que se les habían dado dentro del entorno de las normativas de campaña, manteniendo un contacto estrecho con los comandantes de campaña y los oficiales de contrainteligencia.

Se ha de señalar que durante la ofensiva alemana contra Moscú los fascistas crearon un "Sonderkommando Moscú" especial que se suponía que iba a llevar a cabo asesinatos masivos de los habitantes de Moscú.

El Gobierno de Hitler y el Mando Militar Alemán temían que estas monstruosas órdenes nº 8 y nº 14 pudieran caer en manos del Ejército Rojo y el Gobierno Soviético, y tomaron todas las medidas posibles para mantener completamente en secreto estas órdenes. En la Orden nº 14 Heydrich declaró:

"Destaco especialmente que las Órdenes de Operaciones nº 8 y nº 14, así como las normativas pertinentes, deben ser destruidas de inmediato en caso de peligro inminente. Se me deberá informar de su destrucción".
Aparte de las órdenes antes mencionadas que contenían el programa y el plan para la aniquilación fascista de la población soviética, se dieron numerosas órdenes y regulaciones a la "administración" civil y a las autoridades militares alemanas que ordenaban el exterminio masivo y ejecuciones masivas del pueblo soviético. La orden de Keitel del 12 de diciembre de 1941 dice lo siguiente:
"En opinión del Führer, el castigo por medio de la cárcel o incluso el trabajo forzado de por vida serían considerados signos de debilidad. Sólo se puede conseguir una intimidación efectiva con ejecuciones o medidas que dejen a la población en la más absoluta ignorancia de la suerte del criminal. Este último objetivo se puede lograr por medio de la deportación de criminales a Alemania. Las instrucciones adjuntas para el proceso de criminales concuerdan con la opinión del Führer. Las ha aprobado. Keitel".
Entre los medios empleados por los hitlerianos para el exterminio de ciudadanos soviéticos estaban también la infección intencionada con tifus y el asesinato por medio de gas venenoso en furgones de gaseamiento y similares. Tras investigaciones de la Comisión Estatal Extraordinaria de la Unión Soviética, se averiguó que en el frente, detrás de la línea principal de defensa, los hitlerianos construyeron sistemáticamente campos de concentración especiales donde se retuvo a decenas de miles de niños, mujeres que no podían trabajar, y ancianos. Los alrededores de estos campos estaban minados. No había edificios ni alojamientos de ningún tipo dentro del área de los campos, ni siquiera barracones, y los internos tenían que acampar sobre el suelo desnudo. Se disparaba a los internos ante el menor intento de infringir las implacables normas establecidas del campo.

Se encontró en estos campos a muchos miles de pacientes de tifus que, en contacto con la población llevada allí desde los pueblos de alrededor, los infectaron sistemáticamente con la enfermedad.

El documento que presentará la acusación soviética describe con detalles estos horrendos crímenes perpetrados por los ocupantes fascistas alemanes.

La acusación dispone de un documento firmado por el Untersturmführer Becker del 16 de mayo de 1942. Este documento es un informe para sus superiores sobre el uso de furgones de gaseamiento. Esto es lo que dice este monstruoso documento:

"El lugar de ejecución se encuentra a unos 10-15 kilómetros de una carretera, y es difícil llegar allí por su localización. Con clima húmedo o lluvioso es totalmente inaccesible.

Si las personas a ejecutar son conducidas o introducidas en vehículos en este punto, se dan cuenta de inmediato de lo que les espera y se inquietan; esto se debería evitar subiéndoles en camiones en un punto de reunión y llevándolos hasta el lugar de ejecución.

[Página 184]

Di orden de que se diera a los camiones del grupo D el aspecto de una caravana y que se añadiera una ventana a cada lado de los vehículos más pequeños, y dos en los más grandes, todos del tipo del típico camión usado en granjas. Sin embargo, estas máquinas acabaron siendo tan conocidas que no sólo los funcionarios, sino incluso la población las llamaba las "Máquinas de la Muerte" en cuanto las veían. En mi opinión, es imposible camuflarlos y mantenerlos en secreto durante mucho tiempo. También di orden de que durante la asfixia por gas los operarios se alejaran de la máquina para que su salud no se viera afectada por escapes de gas.

En relación a esto, querría llamar la atención sobre esto: en ciertas unidades se ordena a los hombres descargar los camiones tras el gaseamiento. He llamado la atención de los comandantes de los "Sonderkommandos" en cuestión sobre el inmenso daño físico y moral que este tipo de trabajo podría causar a los hombres, si no de inmediato, sin duda más adelante. Los hombres se quejaban de dolores de cabeza después de cada descarga. Sin embargo, no quieren cambiar el procedimiento, ya que temen que si se confía el trabajo a prisioneros, puedan utilizarlo como oportunidad para escapar. Para proteger a los hombres de este daño, pediría que se dieran órdenes apropiadas.

El procedimiento de envenenamiento con gas no siempre se lleva a cabo de una manera correcta. Así que para terminar lo antes posible, los conductores siempre pisan a fondo el acelerador. Como consecuencia de esta medida, los condenados mueren por asfixia en lugar de desmayarse primero como se había pretendido inicialmente. Gracias a mi explicación sobre la forma correcta de utilizar el acelerador, la muerte sobreviene más rápidamente y además los condenados se duermen pacíficamente. Se dejaron de observar caras crispadas y excreciones, dos síntomas que anteriormente se habían observado.

Hoy visitaré el Grupo B, por lo que enviaré otro informe. Dr. Becker, Untersturmführer."


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