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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
2 de febrero a 13 de febrero de 1946

Quincuagésimo Cuarto Día: Viernes, 8 de febrero de 1946
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(b) La Preparación de Crímenes de Guerra

Mientras tomaba medidas estratégicas y diplomáticas para preparar su ataque depredador contra la URSS, el Gobierno Hitleriano concibió y planeó de antemano la perpetración de crímenes de guerra en el territorio de la URSS. El llamado "Caso Barbarroja" era un plan estratégico. Pero este plan estaba complementado con una serie de instrucciones y órdenes diseñadas para abarcar todas las medidas relativas a los problemas que surgirían en la invasión de la Unión Soviética. Entre estas medidas debemos mencionar, en primer lugar, las instrucciones dadas el 13 de marzo de 1941 por el Cuartel General del Alto Mando alemán.

Estas instrucciones tratan varios problemas organizativos de carácter civil, y en particular, los problemas relativos a la organización de autoridades administrativas. Es importante señalar que estas instrucciones ponían a las tropas alemanas destinadas a Prusia Oriental y al llamado Gobierno General (es decir, Polonia) bajo las leyes y regulaciones aplicables a la zona de operaciones al menos cuatro semanas antes del inicio de la campaña.

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Por estas instrucciones, el Alto Mando de las Fuerzas Armadas Alemanas fue autorizado a asumir poderes ejecutivos y a delegarlo a los Generales al Mando de los Grupos de Ejércitos y los Ejércitos. Y no podemos dejar pasar en estas instrucciones el apartado "B", que caracteriza las misiones y objetivos perseguidos por los conspiradores.

Este apartado dice:

"En el teatro de operaciones del ejército, en relación a la preparación de la administración política, se han encomendado al Reichsführer de las SS, por orden del Führer, tareas especiales destinadas a la preparación de la administración política originadas por la lucha definitiva y decisiva entre dos sistemas políticos opuestos. Dentro de los límites de las tareas asignadas, el Reichsführer de las SS actúa independientemente bajo su propia responsabilidad".
La Humanidad conoce ahora bien el significado de esas "tareas especiales", cuya ejecución se confió exclusivamente al General de las SS y sus oficiales, que aprovecharon plenamente este derecho a actuar "independientemente" y "bajo su propia responsabilidad". Supuso un terror inaudito, saqueos, violencia, y asesinato de prisioneros de guerra y ciudadanos pacíficos.

Estas instrucciones tratan además de una forma muy específica problemas como el saqueo y la explotación depredadoras de las áreas ocupadas por las tropas alemanas. La directriz la firma el acusado Keitel. En otras instrucciones dadas en junio de 1941 como complemento del "Plan Barbarroja", se dan órdenes que, disfrazadas de directrices sobre propaganda, describen el tratamiento implacable de todos los que se opongan a los agresores alemanes. En cuanto a la propaganda real, las directrices mencionan con franqueza los usuales métodos sucios hitlerianos: la calumnia, las mentiras y la provocación, a las que recurrirían las llamadas "compañías de propaganda".

Finalmente, no se puede dejar de lado otra instrucción, conocida con el nombre de "Órdenes sobre la Jurisdicción Militar en el Área Barbarroja y medidas especiales a tomar por las tropas". Estas órdenes, a la vez que defienden una actuación completamente arbitraria por parte de las autoridades y las tropas alemanas con la población civil en los territorios capturados por las Fuerzas Armadas Alemanas, comienzan con una demanda a los tropas alemanas de "protegerse" implacablemente de acciones hostiles de la población civil.

En las normas que prescriben la adopción de medidas draconianas contra poblaciones pacíficas y partisanos, vemos indicaciones del castigo brutal a imponer a las personas definidas en esas órdenes como "elementos sospechosos".

Con el permiso del Tribunal, leeré sólo dos apartados de estas normas, los apartados 4 y 5:

"4. En los lugares en los que sea demasiado tarde para adoptar estas medidas o donde no haya sido posible hacerlo de inmediato, se deberá entregar a los elementos sospechosos a un oficial sin demora; éste decidirá si les ha de ejecutar o no.

5. Está absolutamente prohibido retener a estos sospechosos para ser juzgados ante los tribunales que en una fecha posterior se instituirán para la población local".

Así, según estas llamadas "normas", el destino y la vida de toda persona detenida dependía exclusivamente del oficial, y estaba prohibido, como destacaba la orden, "retener a los sospechosos para juzgarlos". En otras palabras, se daba una orden concreta de exterminar a los "sospechosos". Además, en el caso de ataques a las Fuerzas Armadas Alemanas, la orden prescribía "medidas masivas de represión", es decir, el exterminio total de personas completamente inocentes.

La altura del cinismo al que llegó el Alto Mando alemán aplicando este terror sanguinario se puede ver en el hecho de que esta orden "libraba" a los soldados alemanes, oficiales, y funcionarios de cierta responsabilidad por la

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perpetración de crímenes contra la pacífica población soviética. Según estas "órdenes", los comandantes de las tropas alemanas tenían derecho a confirmar sólo las "sentencias" que, como dice este documento, concordaran con "los objetivos políticos de los líderes".

Por tanto, mucho antes del 22 de junio de 1941, el Gobierno Hitleriano y el Alto Mando Alemán, cuyos representantes se sientan ahora en el banquillo, planearon y prepararon en detalle los crímenes de guerra que fueron cometidos posteriormente en el territorio de la URSS. Estos planes revelan inexorablemente que los acusados premeditaron los monstruosos crímenes organizados por ellos.


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