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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
2 de febrero a 13 de febrero de 1946

Quincuagésimo Tercer Día: Jueves, 7 de febrero de 1946
(10 de 18)


[Página 142]

El 7 de noviembre de 1943, durante el discurso al que ya hemos aludido, el acusado Jodl, hablando del trabajo que le correspondía hacer a las poblaciones de los territorios ocupados por Alemania, declaró (prueba RF 1431, que cité hace un tiempo):

"En mi opinión, ha llegado el momento en el que no debemos tener ningún escrúpulo a la hora de tomar medidas firmes y decididas en Dinamarca, Holanda, Francia y Bélgica para forzar a miles de desempleados a trabajar en fortificaciones, que es más esencial que ningún otro trabajo. Se han dado ya las órdenes necesarias".
Sauckel se expresó en términos similares. Jodl también defendía esta confiscación de servicios para utilizar la mano de obra potencial de los territorios ocupados occidentales con fines militares de interés exclusivamente para Alemania. No importaba que el Artículo 52 de la Convención de la Haya prohibiera esa acción.

Para él también la guerra total y el triunfo de Alemania estaban por encima del respeto a las convenciones internacionales o las costumbres de la guerra.

Paso ahora a la responsabilidad del acusado Keitel en el ámbito del expolio económico y el saqueo de tesoros artísticos. Seré muy breve. Señalo al Tribunal tres documentos que ya se han presentado. Tan sólo los menciono: pruebas RF 1441 (1-FA) y RF 1400 (137-PS, presentados el 18 de diciembre de 1945 por la acusación americana como prueba USA 379) y finalmente el RF 1443 (138-PS), presentado ayer como prueba RF 1310.

Además, tan sólo presentaré al Tribunal hoy una breve carta, de cinco líneas, enviada por Keitel a Rosenberg, Jefe del Einsatzstab. Es la prueba RF 1444, documento 148-PS, que dice lo siguiente:

"Honorable Ministro.

En respuesta a su carta del 22 de febrero, le informo de que he ordenado al Alto Mando del Ejército que haga los preparativos necesarios con su delegado para permitir el trabajo de sus destacamentos de operaciones en el área operativa".

Se puede decir por tanto que las actividades de Rosenberg recibieron el apoyo y ayuda constantes del Ejército desde el primer momento, y de esta manera Keitel también contribuyó personalmente al saqueo de los tesoros artísticos de Francia y los países occcidentales. Estas medidas se revestían al principio de una apariencia de justificación legal. No tenían lugar, según Keitel, como si fueran premios por las victorias, sino como una garantía para futuras negociaciones de paz. Pero estas medidas degeneraron rápidamente para convertirse en un saqueo general de los tesoros artísticos de toda clase en poder de estos países occidentales, quebrantando lo estipulado en los artículos 46, 47 y 56 de la Convención de La Haya, que prohibe la confiscación de propiedad privada y el pillaje o confiscación de obras de arte y científicas por parte de los miembros del ejército ocupante.

He llegado ahora a la última parte principal de mi declaración, que trata, página 28, el quebrantamiento de convenciones y leyes de la guerra relativas a prisioneros de guerra. En este ámbito en particular, Keitel y Jodl son culpables de medidas especialmente intolerables, contrarias a las leyes de la guerra.

Para comenzar, han quebrantado el Artículo 6 del Apéndice de la Convención de La Haya, que estipula que "el trabajo llevado a cabo por prisioneros de guerra no será excesivo y no estará relacionado con operaciones bélicas".

En un memorándum firmado en su nombre del 31 de octubre de 1941, Keitel, como jefe del OKW, obliga a prisioneros de guerra soviéticos internados en el Reich a hacer trabajos relacionados con operaciones bélicas. Esto lo demuestra la prueba RF 1445, 194-EC, presentada por la acusación americana el 12 de diciembre de 1945 como prueba USA 214. En este texto Keitel dice lo siguiente:

[Página 143]

"El Führer acaba de ordenar que incluso la capacidad de trabajo de los prisioneros de guerra rusos se ha de poner a disposición de la economía de guerra alemana a gran escala".
Esta es la señal para la creación inmediata de un programa de incorporación de estos prisioneros a la economía de guerra alemana. Es cierto que este documento, de 1941, afecta sólo a prisioneros de guerra rusos; pero a partir del 21 de marzo de 1942, la incorporación de todos los prisioneros de guerra a la industrica bélica alemana, y más en concreto a la industria armamentística, fue puesta en práctica. El decreto firmado por Hitler que nombraba a Sauckel Plenipotenciario General para la Mano de Obra, al que ya se ha hecho referencia, permite además el uso de todos los prisioneros de guerra en la industria armamentística alemana. Esto lo demuestra la prueba RF 1440, que revela el quebrantamiento de los artículos 27, 31, 32 y 33 de la Convención de Ginebra.

Un mes después, el 20 de abril de 1942, Sauckel se expresó así sobre su programa de movilización de la fuerza laboral, prueba RF 144, 016-PS, presentada el 11 de diciembre de 1945 por la acusación americana como prueba USA 168:

"Es absolutamente necesario hacer el máximo uso posible de todos los prisioneros de guerra y emplear al mayor número posible de nuevos trabajadores civiles, tanto hombres como mujeres, si se quiere cumplir el programa de trabajo de esta guerra".
Sauckel logró así incorporar a 1,658.000 prisioneros de guerra la economía de guerra del Reich a 6 de febrero de 1943, como anunció en un discurso en Posen. Esto lo demuestra la prueba RF 1447, documento 1739-PS, presentada el 8 de enero de 1946 por la acusación francesa como prueba RF 10.

Los 1,658.000 prisioneros de guerra fueron los siguientes:
Belgas Franceses Británicos Yugoslavos Polacos Rusos Otros Total
55.000 932.000 45.000 101.000 33.000 488.000 4.000 1,658.000

El hecho de que la economía de guerra alemana tuviera a su disposición un contingente tan grande implica una colaboración perfecta entre los departamentos de mano de obra de Sauckel, y Keitel, que, como Jefe del Alto Mando, era el responsable de esta reserva de mano de obra y del uso que se le daba.

Este flagrante quebrantamiento de las Convenciones de La Haya y Ginebra vinieron luego acompañadas de medidas inspiradas o autorizadas por los acusados y que fueron aún más graves porque ya no sólo no respetaron los derechos de prisioneros de guerra, sino que además incluyeron asaltos físicos a sus personas que podían causarles la muerte. Estas infracciones inciden sobre todo en los siguientes puntos: primero de todo, puesta en peligro de la seguridad (página 32 de mi presentación).

La prueba RF 1448, 823-PS, presentada el 30 de enero de 1946 como prueba RF 359, nos ofrece un informe elaborado por la oficina del Estado Mayor de Operaciones del Alto Mando del Ejército. Habla de la creación de campos para prisioneros de las fuerzas aéreas británica y americana en ciudades alemanas bombardeadas. El Mando de Operaciones de la Luftwaffe propuso este plan para que la presencia de estos prisioneros de la fuerza áerea protegiera a la población de las ciudades en cuestión de posibles ataques de las fuerzas aéreas británica y americana y para transferir todos los campos existentes de prisioneros de la Fuerza Aérea a estos lugares.

[Página 144]

Jodl aprobó esta medida en nombre del Estado Mayor del Alto Mando, considerando que si se limitaba a la creación de campos nuevos, no estaría en contra de la Ley Internacional.

Si no conocemos la razón de esta decisión, podemos creer como el acusado Jodl que no es contraria a la Ley Internacional. Pero esta medida, como especifican las primeras líneas de este documento, es por encima de todo una manera de indirecta de proteger a la población urbana alemana. Los prisioneros de guerra Aliados son sólo una forma de evitar posibles ataques, y para lograr este fin no se duda en empeorar sus condiciones exponiéndolos a los peligros de la guerra. Es un grave quebrantamiento de las obligaciones relativas a la seguridad de los prisioneros impuestas por el Artículo 9 de la Convención de Ginebra a la potencia que tenga prisioneros de guerra.

Keitel escribe sólo dos palabras en la primera página del documento, "Sin objeciones", y añade sus iniciales.

Paso ahora (página 34) a las medidas tomadas contra los prisioneros fugados.

Las características de estas medidas se volvieron después especialmente graves, como demuestra la prueba RF 1449, documento 1650-PS, presentada el 13 de diciembre de 1945 por la acusación americana como prueba USA 246. El Tribunal está suficientemente informado de esto y no es necesario, creo, que lo lea.

Este documento habla de la "Kugelaktion", diseñada para parar las fugas de oficiales y suboficiales.

Su único fin era entregar a los prisioneros fugados a organizaciones policiales. Éste es el "Sonderbehandlung" del que se habla en órdenes e informes, pero este "tratamiento especial", como saben, era nada más y nada menos que exterminio.

Sin embargo, según los términos del Artículo 47 y siguientes de la Convención de Ginebra, la Potencia que tiene prisioneros de guerra sólo puede aplicar castigos disciplinarios, en forma de arrestos, a los prisioneros fugados. Keitel no tuvo problemas en abandonar estos métodos y cambiarlos por medios más radicales.


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