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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
2 de febrero a 13 de febrero de 1946

Quincuagésimo Tercer Día: Jueves, 7 de febrero de 1946
(6 de 18)


[Página 131]

Sr. Presidente, caballeros, en cuanto a la participación del acusado Goering en Crímenes contra la Humanidad, sobre todo en relación con los campos de concentración, no trataré este punto, pero pediré al Tribunal cuando tenga tiempo que examine unos pocos párrafos en los que resumo brevemente este punto. Pero este es un documento que, por lo que sé, no se ha presentado al Tribunal y querría presentarlo hoy. Habla de experimentos pseudomédicos que creo que aún no han sido tratados.

Se les ha hablado frecuentemente de los experimentos del Dr. Rascher consistentes en exponer a ciertas personas alternativamente a calor y a frío, pero hay una cuestión que trato en la página 17 de mi informe y que concierne al documento que presento hoy como prueba RF 1427. Es un documento que originalmente tenía el número 170-L. Es un informe del Mayor Leo Alexander, del Ejército Británico, sobre una institución conocida como el "Instituto Kaiser Wilhelm". El Mayor Leo Alexander llevó a cabo ciertas investigaciones en el momento de la derrota de Alemania por parte de las Fuerzas Aliadas. Llevó a cabo una relacionada con los experimentos del Dr. Rascher, y otra relacionada con los llevados a cabo en el "Instituto Kaiser Wilhelm".

Este informe que presento al Tribunal se titula "Neuropatología y Neurofisiología, incluida la Electroencefalografía, en Alemania durante la Guerra". Este "Instituto Kaiser Wilhelm" era un instituto que investigaba el cerebro. Había estado originalmente en Berlín-Buch (página 18 de mi informe), y se subdividió en tres secciones, la primera en Munich, la tercera en Gotinga. La segunda, la que me interesa, se estableció en Dillenburg, en Hessen-Nassau, donde había un departamento especial de patología dirigido por el Dr. Hallervorden. Lo que es interesante, Sr. Presidente...

EL PRESIDENTE: ¿Podemos ver el original?

Sr. MOUNIER: ¿El original? Aquí está, Sr. Presidente.

(Se entregó un documento al Presidente).

EL PRESIDENTE: ¿Se menciona la serie "L" en la declaración jurada del Mayor Coogan?

Sr. MOUNIER: Sr. Presidente, querría señalar que este número 170-L se refiere al libro de documentos del Mayor Leo Alexander sobre los experimentos del Dr. Rascher. Es el mismo número.

EL PRESIDENTE: Dado que este documento ya se ha presentado como prueba en la serie "L", creo que es el 170-L, el Tribunal lo tratará por el momento como prueba y considerará más adelante si es admisible.

Sr. MOUNIER: Sí, Señoría. En cualquier caso, querría recordarle al Presidente, que ciertamente se ha dado cuenta de ello, que reproduzco en este informe que ya se ha comunicado a la defensa el fragmento que considero relevante para mi informe. El fragmento se cita completo en mi informe.

EL PRESIDENTE: ¿Qué fragmento quiere citar?

Sr. MOUNIER: Páginas 20 y 21 de mi informe.

EL PRESIDENTE: Sí. ¿Quiere leerlas?

Sr. MOUNIER: Aceptaré lo que decida el Tribunal. Si el Tribunal considera que esta lectura es superflua, me limitaré a señalar que lo que encuentro chocante en este documento es la forma en la que el Dr. Hallervorden ordenó el envío de cerebros para examinarlos:

"Había oído que iban a hacer eso, que iban a matar a algunos hombres en diferentes instalaciones con monóxido de carbono", explicó el Dr. Hallervorden a su interrogador británico, el Mayor Alexander. "Fui y les dije, 'Escuchen, amigos, ya que van a matar a todas esas personas allí, al menos conserven los cerebros para que podamos usarlos'. Entonces me preguntaron, '¿Cuántos pueden examinar?' 'Un número ilimitado, cuantos más mejor', les dije. Les di pinzas, botes, cajas y las instrucciones necesarias para extraer y fijar el cerebro".

[Página 132]

Llamo la atención del Tribunal sobre la verdaderamente horrible naturaleza de las medidas tomadas con las personas que iban a ser asesinadas tan sólo para examinar sus cerebros, ya que fueron, según dijo, escogidas en las diferentes instalaciones con un método excesivamente simple y rápido.

La mayoría de las instalaciones no tenían suficientes doctores, así que ya fuera por exceso de trabajo o por indiferencia, habían encargado la tarea de seleccionar a los pacientes a matar a los enfermeros, tanto hombres como mujeres. Todo el que pareciera estar cansado o supusiera un "caso" desde el punto de vista de los enfermeros era anotado en una lista y llevado al Centro de Exterminio.

Lo peor del asunto era la brutalidad del personal. Seleccionaba a los que no les gustaban y los anotaban en la lista.

Termino aquí mi cita, Sr. Presidente, pero lo que querría hacer después, a no ser que el Tribunal vaya a pedirle al Dr. Stahmer que hable...

EL PRESIDENTE: Sí, ahora oiremos lo que el Dr. Stahmer tiene que decir.

Dr. OTTO STAHMER (abogado del acusado Goering): Siento tener que contradecir lo que se acaba de exponer, ya que no hay pruebas de que ocurrieran estas cosas o de que el acusado Goering sea responsable. El acusado Goering afirma que no sabía nada de estos hechos y que no tenía nada que ver con asuntos de esa índole. Por lo que sé, la propia acusación...

EL PRESIDENTE: Tengo que interrumpirle. Dr. Stahmer. Tendrá oportunidad de presentarnos argumentos para demostrar que las pruebas presentadas ahora contra el acusado Goering no tienen nada que ver con él. Tendrá todo tipo de oportunidades de hacer eso en el momento apropiado cuando usted presente su defensa.

La única cuestión que estamos considerando ahora, la cuestión técnica, es si este documento es un documento admisible. Estamos considerando esto, por supuesto, pero no es el momento apropiado para que usted presente su argumentación según la cual el documento no tiene nada que ver con Goering y Goering no sabía nada de esto. Esa será su defensa. No es una objeción sobre la admisibilidad del documento. Un argumento es demostrar que Goering no sabía nada del documento y que no sabía nada de los experimentos. ¿Entiende lo que quiero decir?

Dr. STAHMER: Sí, Señoría.

Sr. MOUNIER: Sr. Presidente, sólo quería, presentando...

EL PRESIDENTE: Sr. Mounier, continúe.

Sr. MOUNIER: Querría decirle, Sr. Presidente, que al citar ese breve fragmento...

EL PRESIDENTE: Quizás el Tribunal debería por ahora quedarse con el original.

Sr. MOUNIER: Mi objetivo, Sr. Presidente, al citar este breve fragmento es demostrar la forma verdaderamente atroz en la que trataban a las personas para obtener el material necesario para estos supuestos experimentos. Según la acusación esto implica a Hermann Goering porque el Tribunal tendrá en cuenta el hecho de que estos experimentos se hicieron con el fin de obtener información de un carácter científico o pseudocientífico sobre los efectos en el cerebro de los aviadores de todos los accidentes que podían ocurrirles.

Estos experimentos están relacionados con los del Dr. Rascher, con el que se intercambió alguna correspondencia. El acusado Hermann Goering no puede haber desconocido esta correspondencia, ya que afectaba directamente a la Fuerza Aérea, que dirigía. Cito, por ejemplo, una carta del 24 de octubre de 1942 dirigida a Himmler por el Dr. Rascher y que presento al Tribunal como prueba RF 1409. Para ahorrarle tiempo al Tribunal, no leeré esta carta. Tan sólo haré referencia a otro documento que

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ya se ha citado como documento 343-PS. Fue presentado por la acusación americana como prueba USA 463 el 20 de diciembre de 1945 (prueba RF 1428), y es una carta que demuestra que ya el 20 de mayo de 1942 el acusado Goering encargó al Mariscal de Campo Milch que transmitiera a las SS su agradecimiento especial por la ayuda que habían proporcionado a la Luftwaffe con estos experimentos pseudomédicos.

Por tanto, consideramos que en este aspecto la responsabilidad del acusado Hermann Goering está claramente demostrada.

Sr. Presidente, caballeros, he terminado los apartados referidos al acusado Hermann Goering sobre los que quería llamar la atención del Tribunal. Hay una conclusión en mi informe contra el acusado Hermann Goering. Con el permiso del Tribunal, no la leeré. Diré que esta conclusión es un fragmento de un viejo libro de 1669 que seguramente conoce todo el mundo, por lo menos en Alemania. Se titula "Simplizius Simplizissimus", de Grimmelshausen. Es un libro en el que se ve a personas invocando sueños. Por desgracia, parece que el régimen nacionalsocialista logró que fueran realidad.


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