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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
2 de febrero a 13 de febrero de 1946

Cuadragésimo Noveno Día: Sábado, 2 de febrero de 1946
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Sr. FAURE: Sr. Presidente, ¿puedo pedir el permiso del Tribunal para llamar al testigo Jacobus Vorrink?

EL PRESIDENTE: Sí.

EL PRESIDENTE:

P: ¿Cómo se llama?

R: Vorrink.

P: ¿Su nombre de pila?

R: Jacobus.

P: ¿Jura hablar sin odio ni temor, decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad? Levante la mano derecha y diga "Lo juro".

(El testigo levantó la mano derecha).

R: Lo juro.

Sr. FAURE: Siéntese.

P: Sr. Vorrink, ¿es usted un senador holandés?

R: Sí, Señor.

P: ¿Es usted Presidente del Partido Socialista de Holanda?

R: Sí, Señor.

P: ¿Ejercía estas funciones en 1940, en el momento de la invasión de Holanda por parte de los alemanes?

R: Sí.

P: Querría pedirle que explicara brevemente la siguiente situación: antes de la invasión, existía en Holanda un Partido Nacionalsocialista. Querría que usted dijera cuál era la situación tras la invasión de los alemanes y durante la ocupación en cuanto a los diversos partidos políticos de Holanda, y más especialmente en cuando al Partido Nacionalsocialista, y cuáles eran las actividades de este Partido vinculadas a la ocupación alemana.

R: Preferiría hablar en holandés. Siento no saber ni inglés ni francés lo suficiente como para usar estos idiomas, pero para no retrasar el proceso, daré mis respuestas en alemán. Es la única razón por la que uso el idioma alemán.

La situación política en Holanda tras la invasión de los alemanes fue que primero de todo el Ejército Alemán quería mantener el orden público en Holanda. Pero los verdaderos nazis llegaron inmediatamente con la Wehrmacht y trataron de dirigir y organizar la vida pública en Holanda según sus conceptos. Entre los alemanes había tres categorías princiaples. En primer lugar, estaban los que creían en la teoría de "la sangre y la tierra" (Blut und Boden). Quería que todo el pueblo holandés asumiera sus conceptos nacionalsocialistas. Debo decir que en ciertos aspectos esto fue nuestra desgracia, porque

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estas personas, en base a su teoría de "la sangre y la tierra", nos amaban demasiado, y cuando ese amor no fue correspondido, se volvió odio.

La segunda categoría eran los políticamente informados, y estas personas sabían a la perfección que los nacionalsocialistas holandeses de Holanda eran un grupo muy pequeño y muy odiado. En las elecciones de 1935 sólo recibieron un 8 por ciento de los votos, y dos años después este porcentaje se vio reducido a la mitad. Estas personas eran la personificación de la falta de tacto. Por ejemplo, cuando las ruinas de Rotterdam estaban aún humeando, encontraron adecuado organizar una manifestación en la que el líder holandés de los nacionalsocialistas holandeses, Mussert, dedicó a Goering una nueva campana como agradecimiento a lo que había hecho por Holanda. Afortunadamente, esto no le evitó ser derrotado.

En tercer lugar, estaban los llamados conspiradores, los que querían destruir la unidad nacional de Holanda y que intentaron primero a través de Seyss-Inquart ganarse el favor del pueblo alemán con la adulación. Al igual que Seyss-Inquart, siempre insistieron en que los dos pueblos eran razas hermanas y por tanto debían trabajar juntas, mientras que tras el escenario enfrentaban entre sí a los distintos grupos nazis.

En Holanda existían por aquel entonces el Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Holandeses, el Frente Nacionalsocialista Holandés, y el llamado Frente Nacional. Todos estos tres movimientos tenían contactos con ciertas organizaciones alemanas. Los alemanes trataron primero de averiguar si era posible usar estos grupos para sus fines. Sin embargo, lentamente reconocieron que no era posible trabajar con estos grupos, así que decidieron apoyar sólo al movimiento nacionalsocialista.

Estos nacionalsocialistas ocuparon gradualmente puestos clave en la administración holandesa. Fueron nombrados Secretarios Generales de la administración interna, Comisionados de las Provincias, alcaldes, etc.

Querría mencionar en relación a esto que en aquel tiempo no había suficientes personas cualificadas para ser alcalde, así que se organizaron breves cursos de instrucción, que lograron el récord de obtener alcaldes holandeses en tres semanas. Se pueden imaginar la clase de alcaldes que eran.

Además, se convirtieron en administradores de organizaciones y empresas comerciales nazificadas, lo que les dio cierto poder en Holanda, y se comportaron como cobardes lacayos nazis.

Por ejemplo, el Sr. Rost von Tonningen usó millones de florines holandeses para financiar la guerra contra Rusia y luchar así contra el bolchevismo, según decía él. Finalmente, en diciembre de 1942 Seyss-Inquart declaró que el Partido Nazi sería el representante de la vida política de Holanda. Si no hubiera sido tan trágico, habría sido para reírse. Mussert fue entonces nombrado Líder de Holanda. Debo añadir que el Partido Nazi sólo tenía una presencia marginal desde el punto de vista político, con la única pero importante excepción de que estas personas tenían ocasionalmente la oportunidad de tratar cuestiones de personal. También añadiré que a veces se interesaban en los jóvenes holandeses y persuadieron a varios miles de ellos para que entraran en formaciones de las SS, y durante el último año fue aún peor. Por aquel entonces llegaron al punto de alistar a chicos jóvenes en las SS sin el permiso de sus padres. Incluso obligaron a alistarse a las SS a chicos de correccionales. A veces, yo mismo conocí algunos casos, chicos que por ciertas razones estaban siempre enfrentándose a sus padres fueron alistados en las SS. Para darse cuenta del daño hecho, deben, como yo he hecho a veces, hablar con estos niños, que están ahora en campos en Holanda. Así verán qué crimen más monstruoso se cometió con estos jóvenes.

Sr. FAURE: ¿Debo concluir entonces que todos estos métodos empleados por los alemanes tenían como fin lograr la nazificación de Holanda, y que si había, como usted ha indicado, distintas tendencias entre los

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alemanes, estas tendencias diferían sólo en los medios a emplear y no en cuanto al fin, la germanización?

R: La nazificación de Holanda abarcó prácticamente todas las esferas de nuestra vida nacional. Trataron de introducir en todos los ámbitos el principio de liderazgo. Querría señalar, por ejemplo, que en contra de lo que esperábamos, no prohibieron los sindicatos socialistas, sino que trataron de utilizarlos. Enviaron a un comisionado nazi que le dijo a la gente: "La era de la democracia ha pasado, sigan trabajando bajo el liderazgo del Comisionado y aún podrán ayudar a los trabajadores. No es necesario cambiar nada". Intentaron lo mismo hasta con los partidos políticos holandeses.

Como Presidente del Partido Socialista Democrático de los Trabajadores de Holanda, mantuve una larga conversación con Mussert, que me dijo personalmente que era una pena que cesara el buen trabajo cultural hecho para educar a los trabajadores. Ambos queríamos el socialismo y todo lo que teníamos que hacer era trabajar juntos con calma. Rechacé eso en esa misma conversación. Le dije que para nosotros, la democracia no era una cuestión de oportunismo, sino una parte de nuestra ideología, y que no estábamos preparados para traicionar nuestras convicciones y nuestros principios.

Trataron de mantener a los trabajadores en sus organizaciones, pero lentamente los trabajadores, miles y decenas de miles de ellos, abandonaron estas organizaciones. Cuando finalmente se creó el Frente Nacional de Trabajo, con el Sindicato Católico y el Cristiano, ciertamente había una organización, pero ya no había miembros.

P: ¿Puede decirnos con exactitud si se iniciaron en su país persecuciones contra los judíos?

R: Uno de los peores capítulos de nuestros sufrimientos en Holanda fue la persecución de los judíos. Puede que sepan que en Holanda, y especialmente en Amsterdam, teníamos una fuerte minoría judía. Estos judíos jugaban un papel muy activo en la vida pública y cultural de Holanda, y se puede decir que no había antisemitismo en Holanda.

Cuando los alemanes llegaron a Holanda nos prometieron que no harían daño a los judíos de ninguna manera. Sin embargo, ya en las primeras semanas hubo una ola de suicidios. En los meses siguientes comenzaron las medidas contra los judíos. Se obligó a los profesores de las universidades a abandonar sus puestos de trabajo.

Se destituyó al Presidente del Tribunal Supremo. Después, los judíos tuvieron que registrarse, y más adelante llegó el tiempo en el que los judíos fueron deportados en gran número.

Estoy orgulloso de decir que la población holandesa no sufrió esto sin protestar. Los estudiantes holandeses fueron a la huelga cuando se expulsó a sus profesores judíos, y los trabajadores de Amsterdam hicieron huelga durante varios días cuando comenzó la persecución de los judíos. Pero se ha de ver esto con los propios ojos, como yo, para saber qué sistema más bárbaro era este nacionalsocialismo.

La Policía Verde sellaba secciones enteras de ciudades, entraba en las casas, incluso subía a los tejados, y se llevaba tanto a jóvenes como a viejos y los subía a sus camiones. No se hacía diferencia entre jóvenes y viejos. Hemos visto cómo a ancianas de más de 70 años que yacían enfermas en casa y no tenían más deseo que el que se les permitiera morir tranquilamente en su hogar, las ponían en camillas y las sacaban de sus casas para enviarlas a Westernborg y de allí a Alemania, donde murieron.

Recuerdo muy bien a una madre a la que sacaron a rastras de su casa entregando su bebé a una desconocida, que no era judía, y pidiéndole que cuidara a su hijo. En este momento aún hay cientos de familias en Holanda que cuidan a estos niños pequeños judíos como si fueran suyos.

P: ¿Puede decir si, aparte de estas medidas contra los judíos, los alemanes actuaron contra otras religiones, otras iglesias?

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R: Desde el principio los alemanes trataron de controlar las Iglesias. Todas las Iglesias, tanto la Católica como las Protestantes, protestaban cuando los alemanes no respetaban derechos humanos. Las Iglesias protestaron contra los arrestos arbitrarios de personas, y contra la deportación masiva de nuestros trabajadores, y siempre defendieron a los judíos.

Obivamente, los dignatarios de la Iglesia, los sacerdotes y pastores, sufrieron por ello, y cientos de nuestros pastores y sacerdotes fueron llevados a campos de concentración, y de los 20 párrocos y sacerdotes que conocí en el campo de concentración de Sachsenhausen, sólo uno ha vuelto a Holanda.

P: ¿Puede decirnos qué medidas se adoptaron con respecto a la cultura, la propaganda y la enseñanza?

R: Lo que más nos indignaba en Holanda no era nuestra derrota militar. Somos un pueblo pequeño, y debo decir que durante esos cinco días luchamos lo mejor que pudimos. Quizás habría sido posible mantener una actitud correcta hacia las Fuerzas de Ocupación si no hubiera sido por la decisión de los nazis de dominarnos, no sólo en un sentido militar, sino también rompiendo nuestros espíritus y aplastándonos moralmente. Por tanto, nunca desperdiciaban una oportunidad de entrometerse en nuestra vida cultural en sus esfuerzos para nazificarnos.

En cuanto a la prensa, por ejemplo, nos obligaron a publicar en nuestra prensa editoriales que eran escritas por alemanes, e imprimirlas en la primera plana para crear la impresión de que el editor jefe del periódico las había escrito. Se puede decir que estas medidas fueron el comienzo de la muy extensa prensa clandestina de Holanda, porque no quisimos permitir que los alemanes nos mintieran sistemáticamente. Teníamos que tener una prensa que nos dijera la verdad.

También en cuanto a la radio pronto se prohibió escuchar emisoras extranjeras, y se aplicaron castigos excesivamente duros a personas que no respetaron esta prohibición, y había muchas personas en Holanda que escuchaban radios extranjeras, especialmente la BBC. En Holanda siempre nos alegraba oír la radio británica, que nunca dudó en transmitir completos a la gente los afectados discursos de Hitler y Goering, mientras que a nosotros no se nos permitía oír los discursos de Churchill. En esos momentos nos volvimos profundamente conscientes de las razones por las que habíamos creado nuestra resistencia, y también supimos por qué nuestros amigos Aliados luchaban con todas sus fuerzas para librar al mundo de la tiranía nazi.

Fue lo mismo en el ámbito artístico. Se forzó a un buen número de gremios de pintores, músicos y escritores a organizarse. Un autor no podía siquiera publicar un libro sin presentárselo a un nazi analfabeto.

También se introdujeron en la vida de las escuelas, y trataron de influir en la educación elemental. Por ejemplo, en los libros de texto de niños de 6 a 12 años ordenaron que se eliminaran frases enteras, como por ejemplo la siguiente frase: "Cuando la Reina les visitó, la gente la aclamó". Organizaron en las escuelas y en edificios públicos auténticas cacerías de fotografías de nuestra Familia Real.

Sr. FAURE: Gracias.

EL PRESIDENTE: ¿Ha terminado su interrogatorio?

Sr. FAURE: Sí.

EL PRESIDENTE: ¿General Rudenko?

GENERAL RUDENKO: No hay preguntas.

EL PRESIDENTE: ¿Tienen alguna pregunta el fiscal británico o el fiscal americano? ¿Quiere interrogar al testigo ahora algún miembro de la defensa?

Dr. STEINBAUER (abogado del acusado Seyss-Inquart): Sr. Presidente, para evitarle al testigo tener que hacer el largo viaje desde Holanda por segunda vez, querría interrogarle hoy, aunque mi cliente no esté presente.

Dr. STEINBAUER:

P: Testigo, cuando Seyss-Inquart asumió el Gobierno de Holanda por el decreto del 18 de mayo de 1940, ¿Estaban la Reina o miembros del Gobierno Holandés aún en territorio holandés?

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R: No, ya no estaban en territorio holandés.

P: ¿Mantuvo el Gobierno de Seyss-Inquart, el Comisionado del Reich, en su puesto a los funcionarios del Gobierno anterior?

R: Sí.

P: ¿Sabe que de los nueve secretarios generales nombrados por el antiguo Gobierno Real y que aún estaban en el cargo, sólo uno fue destituido?

R: Sí.

P: ¿Sabe además que de los once Comisionados de las Provincias, sólo cuatro fueron destituidos del Gobierno por razones políticas?

R: No conozco la cifra exacta, pero es posible.

P: ¿Sabe cuántos alcaldes fueron nombrados por el Gobierno Real, y en particular si es correcto que más de la mitad aún ejercían su cargo en 1944?

R: Sí, eso creo.

P: No ha respondido del todo a la pregunta que le hizo el fiscal. Le preguntó cuántos partidos políticos había en el Parlamento en el momento de la invasión.

R: El Partido Católico, dos partidos cristianos protestantes, dos partidos liberales, el Partido Socialdemócrata, el Partido Comunista, y algunos partidos minoritarios.

P: Hablaré ahora de dos cuestiones mencionadas por usted, las escuelas y las iglesias. ¿Es correcto que el sistema educativo holandés durante el régimen de Seyss-Inquart estuvo bajo la dirección de un holandés?

R: Estuvo dirigido por un holandés todo el tiempo, pero no le consideramos un holandés. Este holandés está hoy en día en prisión porque traicionó a su país.

P: ¿Pero no era alemán?

R: Era un traidor holandés.

P: ¿Es cierto que Seyss-Inquart mostró un gran interés en el sistema educativo holandés?

R: No lo recuerdo.

P: Por ejemplo, añadió un curso a la escuela elemental.

R: Correcto.

P: Y de esta manera los adolescentes habrían ido más tarde al Servicio de Trabajo.

R: Correcto.

P: ¿Mostró interés en un deseo largamente anhelado de los holandeses sobre la pronunciación del idioma holandés, y nombró un comité especial para investigar la cuestión?

R: Se interesó por una cuestión de la que no sabía nada, obtuvo su información de las personas equivocadas.

P: ¿Pero hizo algo?

R: Sí, pero en una dirección errónea.

P: ¿Es cierto que se propuso aumentar el número de profesores?

R: No, no es así.

P: ¿Y qué empleó a alumnos como profesores y redujo gastos?

R: Lo hizo porque quería influir sobre la juventud holandesa.

P: ¿Sabe, por ejemplo, que debido a protestas, Seyss-Inquart anuló medidas que se habían tomado contra la Academia Comercial de Rotterdam?

R: ¿Puede repetir la pregunta? No la entendí.

P: ¿Sabe que Seyss-Inquart, debido a protestas, actuó para que no se interfiriera en la Academia Comercial de Rotterdam?

R: No lo sé.

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P: En cuanto a las iglesias, aparte de la deportación, según usted dice por razones políticas, ¿se impidió a católicos y protestantes practicar su religión?

R: Los alemanes interfirieron profundamente en el derecho a culto. Pusieron a espías en las iglesias para que escucharan los sermones, con la idea de denunciar a los sacerdotes.

P: Sí, pero eso ha pasado también en otros países. Por favor, ¿podía el sacerdote o el párroco continuar predicando según su conciencia?

R: No, sin duda no de acuerdo con su conciencia.

P: ¿Sabe que durante toda la ocupación se permitió hacer la oración por la Reina en iglesias de todas las religiones?

R: Esto no se permitió en absoluto. Varios religiosos fueron arrestados por esa razón precisamente.

P: ¿Sabe que Seyss-Inquart evitó que se confiscaran 27 conventos? ¿Es correcto?

R: No sé nada de eso.

P: Pero quizás sepa que evitó la destrucción de sinagogas en Rotterdam y La Haya. La policía quería [¿destruir?]las, y él evitó que lo hicieran. ¿Sabe algo de esto?

R: No sé si quería evitarlo, pero en cualquier caso fueron destruidas, y los que las destruyeron no fueron castigados, y más tarde tomaron parte en la peor persecución de los judíos.

P: Testigo, ¿sabe que de los clérigos católicos y protestantes deportados a Alemania, Seyss-Inquart logró que se enviara a dos tercios de vuelta a Holanda?

R: No lo sé.


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