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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
21 de enero a 1 de febrero de 1946

Cuadragésimo Tercer Día: Viernes, 25 de enero de 1946
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Página 39, último párrafo, indica qué clase de gente era la que constituía el personal de la prisión: "Se les reclutaba del NSKK (Cuerpo Motorizado Nacionalsocialista) y de las SA en base a sus puntos de vista políticos y porque estaban fuera de toda sospecha y aceptarían una disciplina dura". Esto también está en el archivo del Fiscal de Colonia.

En Rheinbach, los condenados a muerte y que iban a ser ejecutados en Colonia eran golpeados hasta la muerte por cualquier ruptura de la disciplina. Podemos imaginar con facilidad la brutalidad de los hombres a cargo de los prisioneros. El texto oficial alemán nos proporciona detalles sobre las ejecuciones. Los condenados eran guillotinados. Casi todos los condenados se sorprendían, dicen los documentos alemanes que estamos analizando, y expresaban su insatisfacción por ser guillotinados, en lugar de ser fusilados, por acciones patrióticas de las que eran declarados culpables. Consideraban que se merecían ser tratados como soldados.

Entre los ejecutados en Colonia hubo jóvenes de dieciocho y diecinueve años de edad, y una mujer. Algunas mujeres francesas que eran prisioneras políticas eran llevadas a la prisión de Lubeck para ser ejecutadas en Hamburgo. Casi siempre se las acusaba de lo mismo, "colaborar con el enemigo". Los archivos están incompletos, pero tenemos los del Fiscal de Colonia. En todos los casos los delitos cometidos eran del mismo tipo. Keitel rechazaba sistemáticamente todas las peticiones de clemencia que le hacían llegar.

Aunque la suerte de los que estaban en las prisiones era muy dura, y a veces terrible, fue infinitamente menos cruel que el destino de los franceses que tuvieron la desgracia de ser internados en campos de concentración. El Tribunal dispone de buena información sobre estos campos. Mis colegas de las Naciones Unidas han presentado una larga declaración sobre este asunto. El Tribunal recordará que ya se le ha mostrado un mapa que indicaba la localización exacta de todos los campos que hubo en Alemania y los países ocupados. Por tanto, no volveremos a la distribución geográfica de los campos.

Con el permiso del Tribunal, querría ahora hablar de las condiciones en las que franceses y ciudadanos de los países occidentales ocupados fueron llevados a estos campos. Antes de partir, los internos, que eran víctimas de arrestos arbitrarios como los que les describí esta mañana, eran reunidos en prisiones o campos de reunión en Francia.

El principal campo de reunión en Francia estaba en Compiègne. Desde allí salía la mayoría de los deportados que iban a ser enviados a Alemania. Hubo otros dos campos de reunión, Beaume La Rolande y Pithiviers, reservados especialmente para judíos, y Drancy. Las condiciones en las que la gente era internada en esos campos eran bastante similares a las condiciones en las que vivían

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los internos de las prisiones alemanas. Con su permiso, no entraré más en detalle en esto. El Tribunal habrá incluido en el sumario las declaraciones del Señor Blechmanll y el Señor Jacob en el documento 457, que presento ahora como prueba RF 328.

EL PRESIDENTE: ¿En qué libro está esto?

Sr. DUBOST: Está en el decimoprimer grupo de documentos del archivo nuevo.

EL PRESIDENTE: ¿Es el libro descrito como "deportación"?

Sr. DUBOST: Correcto. Se titula "Deportación" y es el decimoprimer documento del libro.

EL PRESIDENTE: Sr. Dubost, no está en el índice. ¿Es el 457?

Sr. DUBOST: 457.

EL PRESIDENTE: Sí, lo tenemos.

Sr. DUBOST: Para evitar hacer estas presentaciones demasiado largas y demasiado pesadas, con citas y testimonios extensos que a fin de cuentas son muy similares, nos limitaremos a leerle al Tribunal un fragmento del testimonio del Sr. Jacob sobre la conducta de la Cruz Roja Alemana. Este fragmento se encuentra en la página 4, al final del documento francés:

"Recibimos la visita de varios alemanes prominentes, como Stulpnagel, Du Paty de Clem, Comisionado para Cuestiones Judías, y el Coronel Barón von Berg, Vicepresidente de la Cruz Roja Alemana. Este von Berg era muy formal y muy espectacular. Siempre llevaba la insignia pequeña de la Cruz Roja, lo que no le impedía ser inhumano y un ladrón".
Y en la página 6, el penúltimo párrafo, el Coronel von Berg fue, como ya hemos dicho antes, muy espectacular.

Omito dos líneas.

EL PRESIDENTE: ¿Ahora qué párrafo?

Sr. DUBOST : Página 6, las tres últimas líneas.

"A pesar de su cargo de Vicepresidente de la Cruz Roja Alemana, de la que se atrevía a llevar la insignia, escogió al azar a varios de nuestros camaradas para que los deportaran".
En cuanto al centro de reunión de Compiègne, el Tribunal verá en el documento 174-F, páginas 14 y 15, algunos detalles sobre el destino de los internos. No creo que sea necesario leerlo.

En Noruega, Holanda y Bélgica hubo campos de reunión, al igual que en Francia. El más típico de estos campos, y ciertamente el mejor conocido, es el Campo de Breendonck, en Bélgica, del que es necesario dar al Tribunal unos pocos detalles porque un gran número de belgas fueron internados aquí y murieron por las privaciones, dificultades y torturas de toda clase, o fueron ejecutados fusilándolos o ahorcándolos.

Este campo fue creado en la Fortaleza de Breendonck en 1940, y el fragmento es de un documento que ya hemos presentado como 231-F, también conocido como UK-76, unos pocos detalles sobre las condiciones de ese campo. Es el cuarto documento de su nuevo libro de documentos. Está marcado como 231-F, y se titula "Informe sobre el Campo de Concentración de Breendonck".

EL PRESIDENTE: ¿Cuál ha dicho que era el nombre del campo?

Sr. DUBOST: Breendonck, B-r-e-e-n-d-o-n-c-k.

Pediremos al Tribunal que tenga la bondad de concedernos unos pocos minutos. Nuestro deber es exponer en más detalle las condiciones en este campo porque un considerable número de belgas fue internado allí y su internamiento adoptó una forma bastante especial. Leeré unas pocas páginas:

"Los alemanes ocuparon este fuerte en agosto de 1940, y llevaron allí a los internos en septiembre. Eran judíos. El Gobierno Belga no ha conseguido averiguar cuánta gente fue internada de septiembre

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de 1940 a agosto de 1944, cuando el campo fue evacuado y Bélgica liberada. De todas formas, se considera que pasaron entre 3.000 y 3.600 internos por el campo de Breendonck. Unos 250 murieron por privaciones; 450 fueron fusilados, y 12 ahorcados.

Pero debemos tener en cuenta el hecho de que la mayoría de los prisioneros de Breendonck fueron transferidos en diversos momentos a campos en Alemania. La mayoría de los prisioneros transferidos nunca volvió. Por tanto, se deberían añadir a los que murieron en Breendonck todos los que no sobrevivieron a su cautiverio en Alemania.

Se recibieron varias categorías de prisioneros en el campo: judíos, cuyo régimen era más severo que el del resto; comunistas y marxistas, de los que había muchos, a pesar del hecho de que los que los interrogaban no tenían nada firme contra ellos; personas que pertenecían a la Resistencia; personas que habían sido denunciadas a los alemanes; rehenes, entre ellos..."

EL PRESIDENTE (interrumpiendo): Sr. Dubost, ¿dónde está ahora?

Sr. DUBOST: El cuarto párrafo de la segunda página.

"...rehenes, entre ellos el Señor Fougery, un antiguo ministro, y el Señor van Kesbeek, un diputado liberal, que fueron internados allí durante diez meses en represalia por el lanzamiento de una granada en la plaza mayor de Malinas. Ambos murieron después de su liberación como resultado del maltrato que sufrieron en ese campo.

También había en ese campo algunos agentes del mercado negro, y el Gobierno Belga dijo de ellos que no fueron maltratados, y que incluso se les dio trato preferente". Está en el párrafo (b) de la página 2.

"Los prisioneros eran obligados a trabajar. Se infligían castigos colectivos de los más repugnantes por los más nimios pretextos. Uno de estos castigos consistía en obligar a los internos a arrastrarse por debajo de las camas, y salir y ponerse en pie cuando se lo ordenaban; esto se hacía con el acompañamiento de latigazos". Verán eso al principio de la página 3 del primer párrafo.

En el segundo párrafo de la misma página hay una descripción de las condiciones de los prisioneros que fueron separados del resto y puestos en aislamiento. Se les obligaba a llevar una capucha cuando tenían que salir de sus celdas o cuando tenían que estar en contacto con otros prisioneros.

EL PRESIDENTE: Es un informe largo, ¿no?

Sr. DUBOST: Es por eso por lo que estoy resumiéndolo en lugar de leerlo, y no creo que pueda hacerlo más breve, ya que me lo dio el Gobierno Belga, que le da mucha importancia a las brutalidades, excesos y atrocidades que fueron cometidos por los alemanes en el Campo de Breendonck, y sufridos por toda la población, especialmente las élites belgas.

EL PRESIDENTE: Muy bien. ¿Está entonces resumiéndolo?

Sr. DUBOST: Lo estoy resumiendo, Sr. Presidente.

EL PRESIDENTE: Muy bien.

Sr. DUBOST : Había llegado en mi resumen a la descripción de la vida de estos prisioneros que habían sido puestos en celdas y que a veces llevaban esposas y grilletes en los pies. No podían abandonar sus celdas sin ser forzados a llevar una capucha.

Uno de estos prisioneros, el Sr. Paquet, declara que pasó ocho meses bajo ese régimen, y cuando un día trató de quitarse la capucha para ver por dónde caminar, recibió un violento golpe con la culata de un fusil que le rompió tres vértebras del cuello.

En la página 8 está lo siguiente: disciplina, trabajo, brutalidades, asesinatos. Se nos cuenta que el trabajo de los prisioneros consistía en sacar la tierra

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que cubría el fuerte y llevarla fuera del foso. Este trabajo se hacía a mano. Era muy doloroso y peligroso, y causó la pérdida de muchas vidas humanas.

Se usaban pequeñas vagonetas. Los SS tiraban las vagonetas por los raíles y con frecuencia rompían las piernas de los prisioneros que no eran advertidos de que se acercaban. Los SS convirtieron esto en un juego, y a la mínima parada, corrían hacia los internos y les golpeaban.

Una página más adelante, en el párrafo 5, en mitad de la página, se nos dice que con frecuencia, sin ningún motivo, los prisioneros eran arrojados al foso que rodeaba la fortaleza. Según el informe del Gobierno Belga, docenas de prisioneros se ahogaron. Algunos prisioneros fueron asesinados después de que los hubieran enterrado hasta el cuello, y los SS acabaron con ellos dándoles patadas o golpeándoles con un palo. Comida, ropa, correspondencia, atención médica, toda esta información se encuentra en este informe, como en todos los informes similares que ya les he leído.

La conclusión es importante y se debería leer una parte, segundo párrafo:

"Los antiguos internos de Breendonck, muchos de los cuales han estado en los campos de concentración de Alemania, Buchenwald, Neuengamme, Oranienburg, dicen que por lo general las condiciones habituales en Breendonck en cuanto a disciplina y comida eran peores. Añaden que en los campos en Alemania que estaban más abarrotados se sentían menos bajo el dominio de sus guardias, y tenían la sensación de que sus vidas corrían menos peligro".
Las cifras dadas en este informe son sólo cifras mínimas. Por citar un ejemplo, en el último párrafo de la última página: El Sr. Verheirstraeten declara que puso a 120 personas en sus ataúdes durante dos meses, de diciembre de 1942 a enero de 1943. Si se tienen en cuenta las ejecuciones del 6 y el 13 de enero, que se llevaron las vidas de 20 personas, vemos que durante ese tiempo, es decir, durante dos meses, 80 personas murieron por enfermedad o maltratos. Los internos eran trasladados de estos campos a Alemania en convoyes, y se debería dar una descripción de éstos al Tribunal.

El Tribunal debería saber primero de todo que sólo de Francia, excluyendo los tres departamentos de Alto Rhin, Bajo Rhin, y Mosela, partieron 326 convoyes entre el 1 de enero de 1944 y el 25 de agosto del mismo año, es decir, una media de diez convoyes a la semana. Cada convoy transportaba entre 1.000 y 2.000 prisioneros, y sabemos ahora, por lo que acaba de decir nuestro testigo, que cada vagón llevaba a entre 60 y 120 individuos. Parece que salieron de Francia, excluyendo los tres departamentos del norte antes mencionados, tres convoyes en 1940, 19 convoyes en 1941, 104 convoyes en 1942, 257 convoyes en 1943. Son cifras del documento 274, página 14 del libro que presentamos al Tribunal esta mañana.

Estos convoyes casi siempre salían del campo de Compiègne, donde se registró a más de 50.000 internos, y de allí partieron 78 convoyes en 1943 y 95 convoyes en 1944.

El objetivo de estas deportaciones era aterrorizar a la población. El Tribunal recordará el texto que leí: que las familias, al no conocer el destino de los internos, quedaban presas del terror, y esto daba ventaja para capturar más trabajadores que sustituyeran los recursos laborales alemanes que se habían agotado por la guerra con Rusia.

La forma en la que se llevaron a cabo estas deportaciones no sólo hizo posible más o menos seleccionar esta mano de obra, sino que además constituyó la primera etapa de una nueva política alemana que vemos surgir ahora: es pura y simplemente el exterminio de todas las categorías raciales o intelectuales cuya actividad política aparentara ser una amenaza para los líderes nazis.

[Página 181]

Estos deportados, encerrados 80 ó 120 en cada vagón sin importar la época del año, que no podían ni sentarse ni agacharse, no recibían ni comida ni bebida durante su viaje. Sobre esto, querría presentar en particular el testimonio del Dr. Steinberg, tomado por el Teniente Coronel Badin, del Comité para la Investigación de Crímenes de Guerra del Enemigo de París, documento 392-F, que presentamos como prueba RF 330, el número 12 de su libro de documentos. Leeremos unos pocos párrafos de la página 2. Párrafo 3, el tercero contando desde el final:
"Se nos amontonaba en vagones de ganado, unos 70 por vagón. Las condiciones sanitarias eran terribles. Nuestro viaje duró dos días. Llegamos a Auschwitz el 24 de junio de 1942. Debo señalar que no se nos dio ninguna comida cuando partimos y que tuvimos que vivir durante esos dos días con la poca comida que habíamos traído de Drancy".
A veces la Cruz Roja Alemana negaba el agua a los deportados. El Ministerio de Prisioneros y Deportados recabó pruebas de esto, y están en el documento 274-F, el libro encuadernado, página 12, párrafo 3, líneas cuarta y quinta.

Es sobre un convoy de mujeres judías que partió de la estación de Bobigny el 19 de junio de 1942. "Viajaron durante tres días y tres noches, muriéndose de sed. En Breslau rogaron a las enfermeras de la Cruz Roja Alemana que les dieran un poco de agua, pero fue en vano".

Además, el Teniente Geneste y el Dr. Bloch han declarado hechos similares y otros hechos distintos, que están en el documento impreso, prueba RF 321, titulado "Campos de Concentración", que hemos podido proporcionarles en tres idiomas: francés, ruso y alemán, habiéndose agotado la versión en inglés. Página 21, al principio de la página:

"En la estación de Bremen la Cruz Roja Alemana se negó a darnos agua, diciendo que no había agua". Es el testimonio del Teniente Geneste del O.R.C.G. En cuanto a esta conducta de la Cruz Roja Alemana, y para concluir este asunto, todavía hay una cosa más que decir. Este mismo documento les da, en la página 162, párrafo 3, pruebas de que una ambulancia con una cruz roja llevaba gas en contenedores de hierro destinados a las cámaras de gas del campo de Auschwitz.

(Se levantó la sesión hasta el 28 de enero de 1946 a las 10 horas).


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