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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
21 de enero a 1 de febrero de 1946

Cuadragésimo Tercer Día: Viernes, 25 de enero de 1946
(2 de 7)


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EL PRESIDENTE: El Tribunal ha estudiado los argumentos que se le han presentado, y opina que el documento presentado por la acusación francesa es un documento de un comité creado para la investigación de crímenes de guerra según lo estipulado en el Artículo 21 del Estatuto. El hecho de que no esté tomado bajo juramento no impide que sea un documento del tipo definido en el Artículo 21 y que debe ser incluido en el sumario por el Tribunal. La cuestión de su valor probatorio será por supuesto estudiada según el Artículo 19 del Estatuto, y por tanto, de acuerdo con el Artículo 19 y el Artículo 21 del Estatuto, se admitirá el documento como prueba, y se rechaza la moción del abogado de la Gestapo.

El Tribunal desearía que todos los documentos originales sean entregados al Secretario General del Tribunal y que cuando se analicen en la Sala, estén presentes en la Sala los documentos originales.

Dr. BABEL (abogado de las SS): Me han informado de que el General Giraud y su familia fueron deportados a Alemania por orden de Himmler, pero que fueron tratados muy bien, se les alojó en una villa, y se les llevó de vuelta a Francia en buen estado de salud. También que las cosas les fueron bien y que siguen bien hoy en día. No veo...

EL PRESIDENTE: Abogado, perdóneme por interrumpirle, pero el Tribunal no está estudiando el caso del General Giraud y su familia. ¿Puede oírme?

Lo que estaba diciendo es que usted estaba presentando una moción en relación a

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la deportación del General Giraud y nos estaba presentando lo que usted alega que son hechos sobre esa deportación. El Tribunal no está estudiando esa cuestión. El Tribunal ya ha decidido que no puede incluir en el sumario los hechos sobre la deportación del General Giraud.

Dr. BABEL: Pensaba que lo que tenía que decir podía servir de explicación para la acusación y acelerar el juicio en este aspecto. Ese era el fin de mi observación.

EL PRESIDENTE: ¿Qué es lo que ha declarado?... Simplemente le estoy señalando que no estamos estudiando el caso del General Giraud.

Dr. BABEL: Sí.

Sr. DUBOST: ¿Tengo el permiso del Tribunal para continuar? Considero necesario volver a la prueba que tengo intención de presentar. Debo demostrar que a través de la uniformidad de métodos de tortura usados en cada departamento de la Policía Alemana...

EL PRESIDENTE: ¿Ha terminado el documento que acabamos de aceptar?

Sr. DUBOST: Sí, Sr. Presidente. He terminado con esto y leeré ahora otros documentos. Pero primero querría resumir las pruebas que tengo que presentar esta mañana leyendo estos documentos.

Dije que iba a demostrar cómo, a través de la uniformidad en el maltrato infligido por todas las secciones de la Policía Alemana a prisioneros durante los interrogatorios, nos enfrentamos a la materialización de una voluntad común de la que no podemos darles pruebas directas, como hicimos ayer, con respecto a los rehenes, presentando documentos firmados por Keitel, pero a la que llegaremos de una forma igual de certera, ya que esta uniformidad en los métodos implica una uniformidad en la voluntad que sólo podemos atribuir al líder de la policía, es decir, el Gobierno Alemán, al que pertenecían los acusados.

Este documento 555-F que acabo de leer habla del maltrato de prisioneros en Fort Montluc, Lyon.

Paso al documento 556-F, que presentaremos como prueba RF 303, sobre el régimen carcelario en Marsella, y que está después del documento 555-F en el libro de documentos.

El Tribunal observará que es un documento oficial del Servicio de Seguridad Militar de Vaucluse sobre las atrocidades cometidas por alemanes contra presos políticos, y que este documento incluye la declaración por escrito del Sr. Mousson, jefe de un servicio de inteligencia que fue arrestado el 16 de agosto de 1943 y después transferido el 30 de agosto de 1943 a la prisión de St. Pierre, en Marsella. En el último párrafo de la primera página de este documento podemos leer:

"Transferido a Marsella, a la prisión de St. Pierre el 30 de agosto de 1943, puesto en la sala P, 25 metros de largo por 5 metros de ancho. Estamos apelotonados, somos 75 y muchas veces hasta 80. Dos colchones de paja para cada tres. Condiciones higiénicas repulsivas: piojos, pulgas, chinches de las camas, comida en mal estado. Sin razón aparente, todos los camaradas son golpeados y puestos en celdas dos o tres días sin comida".
Página siguiente, cuarto párrafo:
"Encarcelado de nuevo el 15 de mayo de una forma bastante brutal. Fui encarcelado en la prisión de Ste. Anne y...", quinto párrafo: "Condiciones de vida en Ste. Anne: higiene deplorable; comida proporcionada por la Sociedad de Socorro Nacional".
Página siguiente, párrafo dos:
"Condiciones de vida en Petites Beaumettes: comida, la justa para mantenerse con vida; ningún paquete, la Cruz Roja da muchos, pero recibimos pocos".
La prisión de Poitiers. Se refiere, repito, a prisiones totalmente bajo control de los alemanes. La prisión de Poitiers, documento 558-F, que presentamos como prueba RF 304. Adjunto a la última página de este documento hay un informe de la Sección de Prensa del Servicio de Información Americano de París del 18 de octubre de 1944. El Tribunal debería saber que todos estos informes

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se incorporaron a los documentos que fueron presentados por la Oficina Francesa para la Investigación de Crímenes de Guerra. Leemos en el número dos:
"El Sr. Claeys fue arrestado el 14 de diciembre de 1943 por la Gestapo y encerrado en la prisión "Pierre Levee" hasta el 26 de agosto de 1944. Estando en prisión, pidió un colchón, ya que le habían herido en la guerra. Se le dijo que lo conseguiría si confesaba. Tuvo que dormir sobre paja de sólo una pulgada de grosor. Siete hombres en una sala de 4 m. por 2 m. por 2,80 m. Uso del baño sólo dos veces al día. Veinte días sin salir de la celda. El baño le causaba grandes molestias debido a las heridas. Los alemanes se negaron a hacer nada para arreglar esto".
Párrafo 4 (b).
"Otro prisionero pesaba 120 kilogramos y perdió 30 kilogramos en un mes. Se le mantuvo en una celda de aislamiento durante un mes. Fue torturado allí y murió de gangrena en las piernas producida por las heridas causadas por la tortura. Murió después de diez días de agonía, sólo y sin ayuda".
En el párrafo 5 (a) los métodos de tortura:
"Se mantenía a la víctima doblada, con sus manos alrededor de su pierna derecha. Después era arrojada al suelo y golpeada durante veinte minutos. Si se desmayaba, le echaban un cubo de agua a la cara. Esto era para que hablara.

El Sr. Francheteau fue tratado así durante cuatro días de un total de seis. En algunos casos no se ató a la víctima. Si caía, lo levantaban cogiéndole del pelo y continuaban".

Página dos.
"Otras veces ponían a la víctima desnuda en una celda de castigo especial, y se ataban sus manos a una rejilla de hierro por encima de su cabeza. Después le golpeaban hasta que hablaba.

(b) Dar golpes de la manera anterior no era habitual, pero el Sr. Clayes tiene amigos que han visto torturas eléctricas. Se enganchaba un cable eléctrico al pie y se ponía otro cable en distintas partes del cuerpo.

6. La tortura era aún más horrible debido a que los alemanes en muchos casos no tenían una idea clara de la información que quería y torturaban sin ningún objetivo concreto".

Y justo al final, las cinco últimas líneas.
"Una tortura consistía en colgar a la víctima de las manos, que estaban atadas a la espalda, hasta que los hombros terminaban completamente dislocados. Después le hacían cortes en las plantas de los pies con cuchillas de afeitar, y hacían caminar a la víctima sobre sal".
Las prisiones del Norte: es el documento 560-F, que viene a continuación en su libro de documentos y se presenta como prueba RF 305. También procede de la Comisión Americana de Crímenes de Guerra. En la página 1, en el apartado "A" podrán leer:
"Un informe general del Profesor Paucot sobre las atrocidades cometidas por los alemanes en el norte de Francia y en Bélgica. El informe cubre las actividades de la policía alemana en Francia en: Arras, Bethune, Lille, Valenciennes, Malo les Bains, La Madeleine, Quincy, Loos; en Bélgica, en: Saint Gilles, Fort de Huy, y Camp de Belveroo. Este informe está acompañado por setenta y siete declaraciones de víctimas. Un estudio de estos testimonios permite concluir que la barbarie brutal de los métodos usados durante los interrogatorios fue la misma en los diversos lugares citados".
Esta síntesis que les he leído es del informe americano. Considero innecesario destacar esto, ya que está confirmado en la primera página. El Tribunal puede seguir leyendo en las páginas 4, 5, 6 y 7 una descripción detallada de las

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atrocidades, sistemáticas e iguales en todas partes, que la policía alemana infligía para forzar confesiones.

En la página 7, en el quinto párrafo, verán:

"Un prisionero capturado mientras trataba de escapar fue dejado en su celda a merced de la furia de los perros de la policía, que lo hicieron pedazos".
En la página 17, segundo párrafo del texto alemán, está reproducido el informe del Sr. Prouille, que, como excepción, leeré debido a las características de los hechos.
"Condenado por el Tribunal alemán a dieciocho meses de cárcel por posesión de armas, y tras haber estado en las prisiones de Arras, Bethune y Loss, fui enviado a Alemania.

Debido a los malos tratos en Prusia Oriental, me vi obligado a pedir que me curaran los ojos. Tras llevarme a una enfermería, un doctor alemán me puso gotas en los ojos. Pocas horas después, tras dolorosos sufrimientos, me quedé ciego. Tras pasar varios días en la prisión de Frenes, me enviaron a la clínica de Quize-Vingt, en París. El Profesor Guillamat me examinó y certificó que me habían quemado los ojos con un agente corrosivo".

El número 561-F, que leeré, es un documento de la Comisión Americana de Crímenes de Guerra que presentamos como prueba RF 306. El Tribunal encontrará en la página 2 pruebas de que el Sr. Herrera fue testigo de torturas infligidas a numerosas personas y de que vio a un polaco, de nombre Riptz, al que le quemaron las plantas de los pies. Después le abrieron la cabeza con un hacha. Cuando se curó la herida, lo ejecutaron. Cito:
"El Comandante Grandier, que se rompió una pierna durante la guerra, fue amenazado por los que realizaban los interrogatorios diciéndole que le romperían la otra pierna. Así lo hicieron. Cuando estaba enloqueciendo debido a una inyección hipodérmica, los alemanes se deshicieron de él".
No queremos utilizar su tiempo más de lo necesario, pero es bastante importante que el Tribunal conozca estos documentos oficiales americanos en su totalidad, ya que todos estos hechos exponen con gran exactitud las torturas perpetradas por los diversos servicios policiales alemanes en numerosas regiones de Francia y son prueba de la similitud de los métodos usados.

El documento 571-F, que presentamos como prueba RF 307, del que sólo leeremos un párrafo de cuatro líneas, página treinta y seis, tercer párrafo contando desde abajo en el texto alemán, cuarto párrafo de la página veinte, dice así:

"El Sr. Robert Vanessche, de Tourcoing, declara:

Fui arrestado el 22 de febrero de 1944 en Mouscron, Bélgica, por la Gestapo, por agentes vestidos de paisano. Durante el interrogatorio llevaban uniforme militar".

Omito un párrafo.
"Fui interrogado por segunda vez en Cand en la prisión alemana principal, donde permanecí treinta y un días. Allí me encerraron dos o tres horas en una especie de ataúd de madera donde apenas se podía respirar por tres agujeros de la parte de arriba".
Página 38 del mismo documento:
"El Sr. Remy, residente en Armentières, dice:

Arrestado el 2 de mayo de 1944 en Armentières, llegué al cuartel general de la Gestapo del 18 de la Rue François Debats, en La Madeleine, a eso de las tres de ese mismo día. Fui sometido a interrogatorio en dos ocasiones distintas. La primera vez, durante una hora aproximadamente, tuve que estar tumbado boca abajo, y recibí unos 120 latigazos con un látigo. El segundo interrogatorio duró un poco más. Ocurrió lo mismo: me pusieron boca abajo y me azotaron. Como no hablaba, me desnudaron y me pusieron en la 'bañera'.

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El 5 de mayo fui sometido a un nuevo interrogatorio en Loos. Esa vez me colgaron de los pies y llovieron golpes sobre mi cuerpo. Como me negaba a hablar, me desataron y volvieron a ponerme boca abajo. Como el sufrimiento me hizo gritar, me dieron patadas en la cara con sus botas. Como resultado, perdí diecisiete dientes".
Después vienen los nombres de dos de los torturadores, pero no nos conciernen. Estamos simplemente tratando de demostrar que los torturadores usaban en todas partes los mismos métodos. Esto sólo se podría haber hecho en cumplimiento de órdenes dadas por sus jefes.

Página 48, el testimonio del Sr. Guerin, el primer párrafo, octava línea:

"Como me negué a admitir nada, uno de los interrogadores me puso mi bufanda en la boca para apagar mis gritos. Otro policía alemán puso mi cabeza entre sus piernas y otros dos, uno a cada lado, comenzaron a golpearme con una porra en la espalda. Cada uno de ellos me golpeó unas veinticinco veces, cada vez que me levantaba. La sesión duró dos horas. A la mañana siguiente comenzaron de nuevo, y duró tanto como el día antes. Me infligieron estas torturas porque el 11 de noviembre había tomado parte junto a mis camaradas de la Resistencia en una manifestación en la que pusimos una corona en el memorial a los caídos en la guerra de 1914-1918".
Página 48, página 29 del texto alemán. Informe del Sr. Alfred Deudon. Párrafo tres. Éstos son los maltratos que recibió:
"El 18 de agosto me golpearon partes sensibles con un martillo. El 19 de agosto me sumergieron en agua. El 20 de agosto me pusieron la cabeza en un torno. El 21 y el 24 de agosto me encadenaron todo el día y toda la noche. El 26 de agosto me encadenaron todo el día y toda la noche y me colgaron de los brazos".
Página 40, página 30 del texto alemán. Informe del Sr. Delltombe, arrestado por la Gestapo el 14 de junio de 1944. Párrafo dos:
"El jueves, 15 de junio, a las ocho de la mañana me llevaron al sótano de torturas. Allí me exigieron que confesara el sabotaje llevado a cabo por mi grupo y que denunciara a mis camaradas y revelara dónde se escondían. Como no lo hice, comenzó la tortura. Me hicieron poner las manos detrás de la espalda. Me pusieron unas esposas especiales y me colgaron de las muñecas. Después me azotaron con un látigo, sobre todo en la espalda y en la cara. Ese día la tortura duró tres horas.

Viernes, 16 de junio, ocurrió lo mismo durante hora y media, ya que no pude soportarlo más, y me devolvieron a mi celda en una camilla.

Sábado, las torturas comenzaron con aún más dureza. Al final me vi obligado a confesar mi sabotaje, ya que estos bestias me clavaron agujas en los brazos. Me dejaron en paz hasta el 10 de agosto; después me llevaron a la oficina y me dijeron que me habían condenado a muerte. Me metieron en un tren de deportados que iba a Bruselas, donde fui liberado el 3 de septiembre por patriotas de Bruselas".

Página 56:
"Se sometía a las mujeres a los mismos tratos que a los hombres, y al daño físico, el sadismo de los torturadores añadía la angustia moral, especialmente mortificante para una mujer o una chica joven, de ser desnudada por sus torturadores. El embarazo no las libraba de los latigazos. Cuando la brutalidad provocaba abortos, las dejaban sin ningún cuidado, expuestas a todos los problemas y complicaciones de estos abortos criminales".
Este es el texto del resumen elaborado por el oficial americano que llevó a cabo esta investigación.

El Tribunal verá en la página 58, página 36 en el texto alemán, al

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final del texto francés, el informe de Madame Sindemans, que fue arrestada en París el 24 de febrero de 1944 "por cuatro soldados armados con una ametralladora y otros dos alemanes vestidos de paisano que tenían revólveres":
"Mirando en mi bolso, encontraron tres tarjetas de identificación. Registrando mi habitación descubrieron la tinta y el sello de la Kommandantur y los pases de trabajador alemán que había conseguido robarles el día antes.

Me esposaron de inmediato y me llevaron para interrogarme. Al no obtener ninguna respuesta de mi, me abofetearon en la cara con tal fuerza que me caí de la silla. Después me golpearon con una porra de goma en toda la cara. Este interrogatorio comenzó a las 10 de la mañana y terminó a las once de la noche. Debo decirles que entonces estaba embarazada de tres meses".


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