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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
21 de enero a 1 de febrero de 1946

Trigésimo Noveno Día: Lunes, 21 de enero de 1946
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Todas las protestas noruegas fueron en vano, vistas las exigencias alemanas. La amenaza constante de la nueva emisión de billetes de la Reichskreditkasse como instrumento de pago obligatorio por encima de la moneda noruega obligó a las autoridades financieras locales a aceptar el sistema de recaudación en cuenta sin un contravalor real, algo menos peligroso que la emisión de billetes, sobre cuya circulación la administración noruega no tenía ningún poder de control.

Esto lo demuestra claramente la carta secreta enviada el 17 de junio de 1941 por el General von Falkenhorst, comandante en Noruega, al comandante del Reich, Reichsleiter Terboven, de la que se encontró una copia hace no mucho en Noruega y que presento al Tribunal como prueba RF 119.

En este documento, tras haber declarado que no se pueden reducir los gastos de la Wehrmacht en Noruega, von Falkenhorst escribe:

"Soy de todas formas de la opinión de que el problema no se puede resolver en absoluto de esta manera. El único remedio es abandonar completamente el

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sistema monetario actual; es decir, introducir moneda del Reich. Pero esto por supuesto no pertenece a mi jurisdicción. Es por ello por lo que también lamento no poder ofrecerle ningún otro remedio, incluso aunque soy perfectamente consciente de la seriedad de la situación en la que se encuentra".
A las indemnizaciones por el supuesto mantenimiento del ejército de ocupación se debe añadir una suma de 360,000.000 coronas pagadas por el Tesoro noruego para el alojamiento de las tropas alemanas. Esta información nos llega a través de un informe del Gobierno Noruego que presento como prueba RF 120.

De la suma de aproximadamente 12,000.000 coronas recaudadas para el supuesto mantenimiento de las tropas de ocupación, gran parte se usó para otras cosas; es de destacar que en gastos de policía y propaganda el ocupante empleó 900,000.000 coronas.

Esto se encuentra en un segundo informe del Gobierno Noruego que presento como prueba RF 121.

Segundo: Compensaciones:

El acuerdo de compensación de 1937 para el intercambio de bienes entre Noruega y Alemania siguió en vigor durante la ocupación, pero el Banco de Noruega tuvo que adelantar los fondos necesarios para los exportadores noruegos.

Los alemanes también llegaron a acuerdos de compensación en nombre de Noruega con otros países ocupados, con países neutrales y con Italia.

En el momento de la liberación, el balance acreedor de la compensación noruega ascendía a 90,000.000 coronas, pero este balance no muestra la situación real, ya que:

1. Las importaciones destinadas a las necesidades militares alemanas en Noruega se gestionaron a través de la compensación de una manera muy abusiva;

2. Con ciertos bienes: cuero, pieles y pescado, los alemanes decidieron que la exportación debía ir hacia el Reich. Después vendían estos productos en otros países, sobre todo en Italia por lo que respecta al pescado;

3. Los alemanes, que eran los amos, y de los que dependía la fijación de los precios, elevaron sistemáticamente el precio de todas las materias primas importadas por Noruega, y se usaron en su mayor parte para satisfacer las necesidades militares de los ocupantes. Por otro lado, bajaron sistemáticamente los precios de los productos exportados desde Noruega.

A pesar de todos sus esfuerzos y todos sus sacrificios, y debido a las operaciones fraudulentas de los ocupantes, las autoridades noruegas no pudieron evitar una inflación muy peligrosa.

En el informe del Gobierno Noruego, que presenté como prueba RF 120 hace un momento, se ve que la circulación fiscal, que en abril de 1940 ascendía a 712,000.000 coronas, aumentó progresivamente hasta alcanzar el 7 de mayo de 1945 3.039,000.000 coronas. Una inflación de estas dimensiones, que es la consecuencia de las actividades de los ocupantes, nos permite medir el empobrecimiento de este país.

El mismo informe indica que los alemanes no consiguieron confiscar el oro del Banco de Noruega, ya que fue escondido a tiempo.

Examinemos ahora, caballeros, las confiscaciones al detalle.

Los alemanes realizaron en Noruega numerosas confiscaciones que fueron o no seguidas de los llamados pagos regulares.

Según el informe del Gobierno Noruego, aquí tenemos una lista de los bienes requisados:

Carne................................................30.000 toneladas
Leche, huevos, etc...............................61.000 toneladas
Pescado.................................................26.000 toneladas
Fruta y verdura.....................68.000 toneladas
Patatas.......................................500.000 toneladas
Vinagre y productos similares ....112.000 toneladas

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Grasas............................................... 10.000 toneladas
Trigo, harina....................................3.000 toneladas
Otros artículos.....................................5.000 toneladas
Heno y paja.............................30.000 toneladas
Otros artículos del mismo tipo..13.000 toneladas
Jabón.................................................8.000 toneladas
Pero esta declaración que acabo de leer al Tribunal sólo incluye las compras oficiales que se hicieron con moneda noruega o que se pagaron a través de compensación; no incluye las compras secretas. Aún no es posible determinar o estimar el volumen total de éstas. Podemos sin embargo decir que la exportación de pescado, que fue a Alemania, en la mayoría de los casos, para un sólo año (1942) llegó a un total de unas 202.400 toneladas, mientras que las confiscaciones oficiales durante toda la ocupación no pasaron de las 26.000 toneladas.

Al igual que en otros territorios ocupados, los alemanes forzaron la continuación del trabajo bajo amenaza de arresto.

Se ocultó a los alemanes la mayor parte de la flota; a pesar de eso, requisaron todos los barcos que pudieron, especialmente la mayoría de la flota pesquera.

Aunque el ocupante no pudo requisar todo el material rodante ferroviario, se llevaron los tranvías a Alemania, así como unas 30.000 locomotoras.

Si observamos el informe del 10 de octubre de 1944 de los Servicios Económicos Alemanes, que presenté como prueba RF 116, veremos que el autor del informe considera que el esfuerzo exigido a Noruega estaba por encima de sus posibilidades, y escribe:

"La economía noruega ha sido gravemente minada por las confiscaciones de los ocupantes. Es por esta razón por la que tuvimos que limitar el coste de la ocupación a sólo una parte de los gastos de la Wehrmacht".
Tras haber mencionado que el coste de ocupación que se había calculado para enero de 1943 ascendía a 7.535,000.000 coronas, lo que corrobora los datos del Gobierno Noruego, el autor del informe alemán dice:
"Esta cifra de más de 5.000,000.000 RM es muy alta para Noruega. Países mucho más ricos, como por ejemplo Bélgica, pagan gastos que apenas son mayores, y Dinamarca no proporciona ni la mitad de esta suma. Estas elevadas exacciones sólo han sido posibles a través de anticipos consentidos por Alemania. Por tanto, no es sorprendente que el comercio exterior germano-noruego debería tener un carácter muy activo para Alemania. Es decir, que consiste en anticipos. Noruega, debido a su muy pequeña población, apenas puede poner mano de obra a disposición de la economía de guerra alemana. Es por tanto uno de los pocos países que son deudores nuestros en la compensación".
Más adelante el autor añade:
"Si deducimos de estos 140,000.000 RM -los gastos de ocupación y varios créditos calculados para después- nos queda una cifra muy alta para el dinero recaudado en Noruega; es decir, aproximadamente 4.900,000.000 RM".
EL PRESIDENTE: Quizás sea buen momento para un descanso.

(Se hizo un receso).

Sr. GERTHOFFER: Continuamos con la exposición del pillaje económico en Noruega. Tuve esta mañana el honor de narrarles cómo los ocupantes pudieron conseguir grandes cantidades de medios de pago en Noruega. Veremos ahora, a partir de los primeros datos que se nos han dado, el uso que dieron los ocupantes a estos pagos. Los alemanes requisaron, al igual que en el resto de países ocupados, considerable propiedad

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privada, a través de todo tipo de pretextos; eran propiedades pertenecientes a judíos, masones, asociaciones de scouts, etcétera. Ha sido imposible hasta ahora llevar a cabo una evaluación muy directa de este expolio. Podemos dar algunas indicaciones de él en este momento sólo de memoria. Según el informe del Gobierno Noruego, en 1941 los alemanes requisaron todos los equipos de radio...

EL PRESIDENTE: ¿Tiene alguna evidencia que demuestre los hechos que está afirmando ahora?

Sr. GERTHOFFER: Se basan en indicaciones contenidas en el informe del Gobierno Noruego que acabo de presentar como prueba RF 121.

EL PRESIDENTE: Sí.

Sr. GERTHOFFER: Según el mismo informe, en 1941 los alemanes requisaron casi todas las radios que eran de propiedad personal. El valor de estos equipos de radio era aproximadamente de 120,000.000 kronen. Los alemanes impusieron grandes multas a las comunidades noruegas con pretextos de lo más variados, especialmente bombardeos Aliados y actos de sabotaje.

En su informe el Gobierno Noruego da dos o tres ejemplos de estas multas colectivas: el 4 de marzo de 1941, tras un ataque a Lofoten, la población de la pequeña comunidad de Ostvagey tuvo que pagar 100.000 kronen. Las comunidades también tenían que sustentar a familias alemanas y a las familias de los seguidores de Quisling.

El 25 de septiembre de 1942, tras un ataque británico a Oslo, cien ciudadanos fueron obligados a pagar 3,500.000 kronen.

En enero de 1941 Trondheim, Stavanger y Vest-Oplan tuvieron que pagar 60.000, 50.000 y 100.000 kronen respectivamente.

En septiembre de 1941 el municipio de Stavanger fue obligado a pagar 2 millones de kronen por un supuesto sabotaje de líneas de telégrafo.

En agosto de 1941 Rogaland tuvo que pagar 500.000 kronen, y Alesund 100.000 kronen.

Se puede por tanto afirmar como un hecho que durante la ocupación de Noruega, a través de diversos procedimientos que apenas difirieron de los empleados en otros países, los alemanes no sólo agotaron todos los recursos financieros de ese país, sino que además lo endeudaron gravemente.

No ha sido posible proporcionar un relato detallado de las exacciones alemanas, ya fueran hechas después de confiscaciones seguidas o no de indemnizaciones, o ya fueran hechas a través de compras, aparentemente llevadas a cabo de común acuerdo, reguladas ficticiamente por esos mismos medios de pago extorsionados a Noruega.

En el informe que he presentado como prueba RF 121 el Gobierno Noruego elaboró tablas con los daños y pérdidas sufridos por su país. Proporcionaré un resumen de este informe al Tribunal.

El Gobierno Noruego calcula que los daños y pérdidas sufridos por la industria y el comercio ascienden a un total de 440 millones de kronen, de las que los alemanes pagaron, sin duda ficticiamente, sólo unos 7 millones de kronen.

Otras pérdidas fueron:

buques mercantes, por un valor de 1773 millones de kronen, de las que el Gobierno Alemán no ha pagado nada;

en puertos e instalaciones la suma es de 74 millones de kronen, de las que el Gobierno Alemán ha pagado ficticiamente sólo un millón;

en ferrocarriles, canales, aeropuertos y otras instalaciones, el expolio puede representarse con la cifra de 947 millones de kronen, de las que Alemania ha pagado ficticiamente 490 millones de kronen;

carreteras y puentes, 199 millones de kronen, con un pago de 67 millones.

El expolio de la agricultura llegó a los 242 millones de kronen, de las que el pago asciende a sólo 46 millones;

propiedad personal, 239 millones de los que no se ha pagado nada.

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Varias confiscaciones no incluidas en las categorías anteriores ascienden a 1556 millones de kronen, por las que el ocupante pagó ficticiamente 1154 millones de kronen.

El Gobierno Noruego ha estimado que los años de mano de obra aplicados al esfuerzo de guerra alemán representan una suma de 226 millones de kronen. Calcula, por otro lado, que los años de mano de obra perdidos por la economía nacional debido a la deportación a Alemania y el trabajo forzado al servicio de Alemania ascienden a 3122 millones de kronen.

Los pagos forzosos a instituciones alemanas ascienden a 11.054 millones de kronen, de las que Alemania no ha devuelto nada. El total general, según el Gobierno Noruego, es de 21.000 millones de kronen, que son más de 4.700 millones de dólares.

Noruega sufrió mucho durante la ocupación alemana. Además, aunque sus recursos son considerables, sobre todo la madera de sus bosques, los minerales como el níquel, el wolframio, el molibdeno, el zinc, el cobre y el aluminio, debe importar bienes de consumo de primera necesidad para alimentar a su población.

Como los alemanes tenían control absoluto del tráfico marítimo, nada podía entrar en Noruega sin su permiso. Podían por tanto por presiones, como tuvieron que hacer en Francia por medio de la línea de demarcación entre las dos zonas, imponer sus exacciones más fácilmente. Las raciones, fijadas por los ocupantes, eran insuficientes para garantizar la supervivencia de la población noruega. La malnutrición continua en un periodo de años provocó consecuencias terribles: multiplicación de enfermedades, incremento de mortalidad, y se ha comprometido el futuro de la población por las deficiencias físicas que sus miembros más jóvenes han tenido que sufrir.

Estas son las pocas observaciones que tenía que hacer sobre la cuestión de Noruega. Hablaré ahora con el permiso del Tribunal de la parte del caso relativa a Holanda.

Saqueo económico de Holanda:

Al invadir Holanda contraviniendo todos los principios de las leyes internacionales, los alemanes se instalaron en un país abundantemente surtido de la riqueza más variada, en un país en el que los habitantes eran los mejor alimentados de Europa, y que, en proporción con la población, era uno de los más ricos del mundo. La reserva de oro de Holanda era superior a la cantidad de billetes en circulación. Cuatro años después, cuando los Aliados liberaron este país, encontraron a la población sufriendo una verdadera hambruna, y aparte de la destrucción resultado de las operaciones militares, un país casi enteramente arruinado por el expolio de los ocupantes.


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