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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
Del 7 de enero al 19 de enero de 1946

Trigésimo Octavo Día: Sábado, 19 de enero de 1946
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Tendré el honor de presentar sucesivamente al Tribunal:
(1) Observaciones generales sobre el saqueo económico de los países ocupados de Europa Occidental;

(2) el caso especial de Dinamarca;

(3) el de Noruega;

(4) el de Holanda.

Mi colega el Sr. Delpech presentará una quinta parte que cubrirá Bélgica y el Gran Ducado de Luxemburgo. Tendré el honor de presentarles la sexta parte, sobre Francia, y también la conclusión. Finalmente el Sr. Delpech les dará información específica en una presentación especial sobre el saqueo de obras de arte en los países ocupados de Europa Occidental.

Durante la presentación ofreceremos un cierto número de documentos. Sólo citaremos los fragmentos que nos parezcan más importantes. Cuando el mismo documento hable de varias cuestiones diferentes, citaremos esos fragmentos sobre cada cuestión al presentarlo, indicando en cada momento la referencia en el libro de documentos, ya que es imposible darles a conocer todos los fragmentos al mismo tiempo, debido a la complejidad de los hechos.

En sus discursos y en sus escritos Hitler nunca ocultó los objetivos económicos de la agresión de la que Alemania iba a ser culpable. Las teorías de la raza y el espacio vital incrementaron la envidia de los alemanes a la vez que estimulaban sus instintos beligerantes.

Tras haber conquistado Austria y Checoslovaquia sin derramamiento de sangre, se volvieron hacia Polonia y se prepararon para atacar los países de Europa Occidental, donde esperaban encontrar lo que les faltaba para asegurar su hegemonía.

Este hecho lo revela particularmente el documento EC-606, descubierto por el Ejército de Estados Unidos, que presento al Tribunal como prueba RF 92. Son las actas de una reunión presidida por el acusado Goering y celebrada el 30 de enero de 1940, a la que asistieron el Teniente Coronel Conrath y el Director Lange, del Grupo de Construcción de Máquinas. Este es el fragmento principal del acta:

"El Mariscal de Campo Goering me dijo al principio que tenía que informarme de las intenciones del Führer y de las medidas económicas resultado de éstas.

Dijo:

El Führer está firmemente convencido de que sería posible llevar la guerra hacia una conclusión decisiva con un gran ataque en el Oeste en 1940. Asume que Bélgica, Holanda y el Norte de Francia serán posesiones nuestras; el Führer basa su opinión en el cálculo de que las áreas industriales de Douai y Lens, de Luxemburgo, de Longwy y Briey podrían, por lo que respecta a las materias primas, reeemplazar a los envíos de Suecia.

Por tanto, el Führer ha decidido, independientemente de lo que ocurra en el futuro, utilizar totalmente nuestras reservas de materias primas a expensas de la posibilidad de alargar la guerra. Considera que esta decisión está justificada, ya que se basa en el punto de vista de que las mejores reservas no son las reservas de materias primas, sino las reservas de materiales bélicos manufacturados. Además, cuando comience la guerra aérea, se debe tener en cuenta que nuestras fábricas de finalización de producto pueden ser destruidas. El

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Führer también opina que se debe lograr la producción máxima en 1940, y por tanto que se deberían dejar a un lado los programas de producción a largo plazo para acelerar aquellos que se puedan terminar en 1940".
Cuando comenzó la invasión de los países de Europa Occidental, había abundancia de productos de toda clase; pero después de cuatro años del saqueo metódico y de la esclavización de la producción, estos países estaban arruinados, y toda su población fue debilitada físicamente como resultado de restricciones rigurosas.

Para lograr estos resultados, los alemanes emplearon todo tipo de métodos, en particular la violencia, el engaño y el chantaje.

El objetivo de esta presentación será especificar los principales expolios ordenados por los líderes alemanes en los países de Europa Occidental, y demostrar que constituyen, en lo que concierne a estos países, Crímenes de Guerra incluidos en la jurisdicción del Tribunal Militar Internacional para los Principales Criminales de Guerra.

No es posible elaborar una hoja de balance exacta del saqueo alemán y del beneficio derivado como resultado de la esclavización de la producción de los países ocupados. Por un lado, no tenemos suficiente tiempo. Por otro lado, nos enfrentamos a una verdadera incapacidad resultado del carácter secreto de ciertas operaciones y de la destrucción de archivos por acciones bélicas o por destrucción deliberada en el momento de la debacle alemana.

De todas formas, los documentos ahora obtenidos y la información recopilada hacen posible dar una estimación mínima de las dimensiones del expolio. Sin embargo, pediré el permiso del Tribunal para hacer tres observaciones preliminares:

(1) Los numerosos actos de saqueo individual cometidos por los alemanes no serán analizados en esta presentación, ya que pertenecen al ámbito de una jurisdicción diferente.

(2) Sólo mencionaremos en el sumario los resultados económicos incalculables de las atrocidades alemanas; por ejemplo, las pérdidas financieras experimentadas por los parientes directos de personas asesinadas que eran el sostén de la familia, o las pérdidas sufridas por ciertas víctimas de maltrato, que están total o parcialmente, temporal o permanentemente, incapacitadas para el trabajo; o el daño resultante de la destrucción de localidades o edificios con fines vengativos o intimidatorios.

(3) Finalmente, caballeros, no analizaremos el daño resultado de operaciones puramente militares, que no se pueden considerar resultados económicos de crímenes de guerra. Cuando se mencionen daños causados por operaciones militares, será necesario cierto análisis.

Con el permiso del Tribunal haré unas pocas observaciones generales sobre el saqueo económico de Europa Occidental. Se ha de entender el saqueo económico como la toma de riqueza de toda clase, así como la esclavización de la producción de los diversos países.

Para alcanzar esos resultados en países que por lo general estaban altamente industrializados, y donde existían numerosas reservas de productos manufacturados y abundantes reservas de productos agrícolas, el proyecto alemán se enfrentó a verdaderas dificultades.

Al principio, aunque los alemanes habían usado este procedimiento hasta el máximo, las confiscaciones no eran adecuadas. De hecho, tenían que encontrar las oportunidades de descubrir toda clase de cosas, que a veces escodían los habitantes, y por otro lado, tenían que mantener en su propio beneficio la actividad económica de estos países.

La forma más simple de convertirse en amos de la distribución de productos existentes y de la producción fue tomar posesión de casi todos los medios de pago y, si era necesario, obligar a su distribución a cambio de productos o servicios, combatiendo así además la subida de precios.

Enfrentadas al hambre, las poblaciones se vieron así naturalmente forzadas a trabajar, directa o indirectamente, en beneficio de Alemania.

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La primera parte de esta presentación se dividirá en cinco capítulos:

(1)Confiscación de moneda por parte de los alemanes;
(2) Esclavización de la producción de los territorios ocupados;
(3) Compras individuales, que no se deberían confundir con actos individuales de saqueo;
(4) El mercado negro, organizado por, y en beneficio de, Alemania;
(5) Estudio de la cuestión del saqueo económico desde el punto de vista de la Ley Internacional y en particular de la Convención de La Haya;

Primer capítulo, confiscación de moneda por parte de los alemanes.

Para tener a su disposición todos los medios de pago, los alemanes usaron métodos casi idénticos en los diversos países ocupados. Primero, tomaron dos medidas importantes. Una fue la emisión de papel moneda en la ordenanza del 9 de mayo de 1940, publicada en el "Verordnungsblatt fur die besetzten franzosischen Gebiete", gaceta oficial alemana, que se mencionará a partir de ahora con sus siglas oficiales, V.O.B.I.F., y que presento al Tribunal como prueba RF 39; esta ordenanza afectaba a Noruega y a Dinamarca, y el 19 de mayo de 1940 se aplicó a los territorios ocupados de Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Francia. Los alemanes procedieron a emitir billetes de banco de la Reichskreditkasse, que eran de curso legal sólo en los países ocupados respectivos.

Los alemanes tomaron a continuación una segunda medida: el bloqueo de la moneda existente dentro de los países ocupados como resultado de la ordenanza del 10 de mayo de 1940, publicada en la V.O.B.I.F., página 38, que presento como prueba RF 94. Con respecto a Holanda, estas ordenanzas son las del 24 de junio, 7 de agosto, 16 de agosto y 17 de septiembre de 1940, que se han presentado como prueba RF 95, 96, 97 y 98; con respecto a Bélgica, estas ordenanzas son las del 17 de junio y del 2 de julio de 1940, presentadas como pruebas RF 99 y 100.

Estas medidas, especialmente la emisión de papel moneda, dejadas exclusivamente al capricho de los alemanes, sin ninguna posibilidad de control por parte de la administración financiera de los países ocupados, sirvieron, como veremos, como poderosos medios de presión a la hora de imponer el pago de enormes tributos de guerra con el pretexto de mantener a las tropas de ocupación, así como el de supuestos acuerdos de pago conocidos como "compensaciones" que funcionaban casi exclusivamente en beneficio de la Potencia Ocupante.

Esta última obtuvo así para ella, bajo falsos pretextos, medios de pago de los que se benefició acumulando sumas considerables en su único beneficio.

Todos los productos agrícolas e industriales, materias primas, bienes de todo tipo, o servicios, por los que Alemania aparentemente hacía pagos regulares por medio de o bien billetes de la Reichskreditkasse o bien de los llamados acuerdos de compensación, o por medio de tributos de guerra conocidos como indemnizaciones para el mantenimiento de las tropas de ocupación, fueron tomados con pleno conocimiento de que no habría ninguna consideración en un futuro próximo. Así, podemos estar seguros de que, por norma, esas regulaciones fueron puramente ficticias y fueron el procedimiento fraudulento más usado para lograr el saqueo económico de los países ocupados de Europa Occidental.

Estas cuestiones se examinarán de una forma más exacta más adelante. Me limitaré por el momento a señalar al Tribunal que, para conseguir el saqueo económico de países ocupados con su propio dinero, fue necesario que este dinero conservara un poder adquisitivo apreciable. Por tanto, los esfuerzos de los alemanes se dirigieron hacia la estabilización de los precios. Se promulgó sucesivamente una norma estricta que prohibía el incremento de precios en varios decretos: V.O.B.I.F., páginas 8, 60 y 535, presentadas como prueba RF 101. Sin embargo, la aplicación de esas medidas no pudo evitar que actuaran las leyes de la economía. El pago de tributos, que era excesivo considerando los recursos de los países invadidos y las compras masivas hechas en estos países por la Potencia Ocupante, sólo podían tener como resultado principal una subida continua de los precios. Los líderes del Reich

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eran perfectamente conscientes de la situación, y vigilaron muy atentamente esta subida de precios, que después trataron de moderar.

Sabemos esto sobre todo por los informes secretos de Hemmen, Presidente de la Comisión del Armisticio para las cuestiones económicas alemanas, que trataremos cuando examinemos el caso particular de Francia.

Capítulo 2, Esclavización de la producción de los países ocupados.

Cuando los alemanes invadieron los países de Europa Occidental, hubo un gran desorden como resultado. La población huyó ante el avance del enemigo. Las industrias estaban paradas. Tropas alemanas vigilaban las fábricas y evitaban que nadie entrara.

No puedo darles una lista de las fábricas afectadas por esta situación, ya que prácticamente no hubo excepción.

De todas formas, como ejemplo, presentaremos al Tribunal el original de uno de los numerosos carteles exhibidos en industrias de Francia. Presento este cartel como prueba RF 102. Está fechado en París, 28 de junio de 1940. Parte del texto está en alemán, y la otra parte en francés. Este es el texto en francés:

"Por orden del General Mariscal de Campo Goering del 28 de junio de 1940, el Generalluftzeugmeister tomó posesión de esta fábrica como administrador. Sólo pueden entrar personas con permisos especiales del Generalluftzeugmeister, Verbindungsstelle, París".
Apenas habían ocupado los militares las fábricas cuando técnicos alemanes, que iban detrás de las tropas, procedieron metódicamente a llevarse las mejores máquinas.

Esto lo revela un informe secreto del Coronel Helder de diciembre de 1940 y procedente de la Sección Económica del OKW, páginas 77 y 78, según el cual se iba a organizar la retirada de miles de máquinas de los territorios, quebrantando los términos del Artículo 53 de la Convención de La Haya.

Este documento se presenta como prueba RF 103.

Por otro lado, inmediatamente después de la invasión, la población trabajadora -con sus recursos siendo agotados- rondó lógicamente en torno a estas fábricas con la esperanza de hacerse con algún medio de subsistencia. Hubo problemas del mismo tipo en todos los países ocupados: detener el saqueo de maquinaria, que estaba teniendo lugar a un ritmo alarmante, y mantener en activo a los trabajadores.

Por su parte, los alemanes obligaron a las fábricas a volver al trabajo con el pretexto de garantizar la subsistencia de la población. La ordenanza del 20 de mayo de 1940, publicada en la V.O.B.I.F., página 31, que presentamos como prueba RF 104, aplicable a Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Francia, ordena que se retome el trabajo en todos los almacenes e industrias de suministro de alimentos o agricultura. El mismo texto preveía el nombramiento de administradores temporales en caso de ausencia de los directores o en otros casos de emergencia.

(Se levantó la sesión hasta el 21 de enero de 1946 a las 10 horas).


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