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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
Del 7 de enero al 19 de enero de 1946

Trigésimo Séptimo Día: Viernes, 18 de enero de 1946
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TRIGÉSIMO SÉPTIMO DÍA

VIERNES, 18 DE ENERO DE 1946

Sr. EDGAR FAURE: Sr. Presidente, Señorías. En la sesión de ayer expliqué al Tribunal los principios de las directrices elaboradas por los alemanes para asegurarse la confiscación de materias primas y el control de las finanzas en los países ocupados.

Estas directrices quedarán demostradas con numerosos documentos, que serán presentados al Tribunal a lo largo de la presentación del caso sobre el expolio económico y el trabajo forzado. No citaré estos documentos en este momento ya que, como señalé ayer, el objetivo de mi introducción se limita a los conceptos iniciales de los alemanes en estos asuntos. Sólo citaré un documento que revela las verdaderas intenciones de los alemanes en el primer periodo. Este documento tiene nuestro número 3-bis, y lo presento como prueba ante el Tribunal.

Se refiere en particular a Noruega. Es una copia fotostática, certificada y autenticada, del acta de una reunión celebrada en Oslo el 21 de noviembre de 1940.

EL PRESIDENTE: ¿Dónde se encuentra?

Sr. FAURE: Acabo de presentar este documento al Tribunal, y en el libro que les acaban de dar encontrarán el fragmento que voy a citar en francés:

"Oslo, 21 de noviembre de 1940".
EL PRESIDENTE: ¿Están los documentos de nuestros libros marcados de alguna forma?

Sr. FAURE: Como hay sólo cinco documentos en este libro, no los hemos numerado. Es el cuarto documento del libro.

EL PRESIDENTE: ¿Se titula "Reunión bajo la presidencia del Comisario del Reich"?

Sr. FAURE: Sí, es ése.

EL PRESIDENTE: ¿Fechado en Oslo, un día de noviembre de 1940?

Sr. FAURE: Es ése, sí, Señoría.

EL PRESIDENTE: Un momento. Cuando usted presenta un documento como prueba, se le da un número, ¿no es así?

Sr. FAURE: Sí.

EL PRESIDENTE: ¿Cuál será el número de éste?

Sr. FAURE: Número RF-3-bis.

EL PRESIDENTE: Sí. ¿Cuál es la fecha? La fecha del mío es indescifrable.

Sr. FAURE: 21 de noviembre de 1940.

EL PRESIDENTE: Muy bien.

Sr. FAURE: Este documento es el acta de una reunión celebrada en Oslo bajo la presidencia del Comisario del Reich. Querría señalar al Tribunal que presentamos este documento por ser especialmente importante, ya que Noruega es un país que fue ocupado por los alemanes en una fecha muy temprana. La fecha del 21 de noviembre de 1940 que ven es una referencia al periodo más temprano de la ocupación alemana, y además en el texto de la reunión hay una alusión a la situación de los siete meses anteriores.

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Encontrarán ahí expuesta con exactitud la psicología de la ocupación tal y como era en el periodo que va de abril de 1940 a noviembre de 1940, es decir, al mismo tiempo o incluso antes del momento en el que los alemanes, mientras invadían los demás países, hicieron las proclamas tranquilizadoras que leí ayer al Tribunal.

Asistieron 40 personas a la reunión, entre ellas el Secretario de Estado Dr. Landfried representando al Ministerio de Economía del Reich. El Comisario del Reich habló así:

"La reunión de hoy es la continuación de una reunión que se celebró en Berlín. En esta ocasión querría lo primero de todo destacar y declarar sin lugar a dudas que la colaboración entre la Wehrmacht y el Comisario del Reich es ejemplar. Debo protestar contra la idea de que la Wehrmacht llevó a cabo su trabajo en el área financiera de una manera confusa e irresponsable. Debemos también tener en cuenta las circustancias particulares que se daban en Noruega y que aún se dan en parte. El Führer decidió que ciertas tareas debían llevarse a cabo en un plazo determinado.

En la reunión de Berlín se fijaron los siguientes puntos que podemos tomar como guía para la reunión de hoy. No hay duda de que el país de Noruega ha sido utilizado para la ejecución de las tareas de la Wehrmacht durante los siete últimos meses hasta un punto en el que ya no es posible seguir explotando el país sin ofrecer alguna compensación si queremos cumplir los objetivos futuros de la Wehrmacht.

Consideré desde el principio que mi misión obvia como Comisario del Reich era, lo primero de todo, movilizar todas las fuerzas económicas y materiales del país para ponerlas al servicio de la Wehrmacht y sin emplear los recursos del Reich, en tanto en cuanto esté en situación de organizar los mismos recursos en el país".

Dejaré de citar las palabras del Comisario del Reich en este punto, y citaré ahora los términos de la respuesta del Dr. Landfried, que encontrarán un poco más abajo en el documento:
"Estoy muy agradecido por poder decir que hemos tenido éxito aquí en Noruega en la movilización de las fuerzas económicas de este país para satisfacer las necesidades alemanas, y hasta un punto que no fue posible lograr en todos los demás países ocupados. Le doy mis gracias cordiales en nombre del Ministerio de Economía. Ha logrado que los noruegos hagan esfuerzos supremos".
Creo que el Tribunal habrá observado las diversas expresiones usadas en este documento y que son bastante características. El Comisario del Reich dice: "consideré desde el principio que mi misión obvia como Comisario del Reich era, lo primero de todo, movilizar todas las fuerzas económicas y materiales del país para ponerlas al servicio de la Wehrmacht", y el Dr. Landfried dice: "hemos tenido éxito aquí en Noruega en la movilización de las fuerzas económicas de este país para satisfacer las necesidades alemanas, y hasta un punto que no fue posible lograr en todos los demás países ocupados".

Así, vemos que el Dr. Landfried no dice que los alemanes en Noruega estuvieran aplicando un concepto particular de ocupación ni que en los otros países usaran un procedimiento diferente. Dice que no fue posible hacerlo tan bien en los otros países. La única limitación que reconoce es un límite impuesto por los hechos o la oportunidad de las medidas, que pronto se superarán, pero en ningún caso una limitación legal. La idea de una limitación legal jamás pasa por su mente, ni tampoco por la de ninguna de las 40 personas presentes.

Esto no es una cuestión sobre una opinión o iniciativa de una autoridad administrativa regional, sino sobre una doctrina oficial del Gabinete del Reich y del Alto Mando, ya que asistieron 40 altos cargos en esta reunión, y en especial el representante del Ministro de Economía.

Querría destacar en este punto que esta doctrina alemana y estos métodos alemanes para la movilización de los recursos de los países ocupados necesariamente se extendieron al trabajo de los habitantes.

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Dije ayer que los alemanes se aseguraron para ellos desde el principio las dos claves de la producción. Por ello, tenían en su poder el capital, que era la mano de obra. Dependía de su decisión que la mano de obra trabajara o no, que hubiera desempleo o no. Esto explica por qué, de una forma general, los alemanes tomaron medidas brutales como el desplazamiento y la movilización de trabajadores sólo después de cierto tiempo.

En el primer periodo, es decir, mientras existieron en los países ocupados reservas y materias primas, favorecía más a los intereses de los alemanes utilizar la mano de obra localmente, al menos a una gran escala. Este trabajo les permitía producir en su beneficio con la riqueza de estos países productos manufacturados, que además confiscaban. Así, además de la ventaja ética de mantener las apariencias, evitaron el transporte inicial de materias primas. Las consideraciones o dificultades en el transporte siempre fueron muy importantes en la economía de guerra alemana.

Pero cuando después de un tiempo, que fue más o menos largo, los países ocupados se vieron empobrecidos en sus materias primas y verdaderamente arruinados, en ese momento los alemanes dejaron de interesarse en permitir a la mano de obra trabajar allí. Habrían tenido que proporcionar ellos las materias primas, y por tanto, eso habría supuesto un transporte doble, el de la materia prima en una dirección y el de los productos manufacturados en la otra. En ese momento resultó más ventajoso para ellos exportar trabajadores. Esta consideración coincidió además con las necesidades surgidas de la situación económica de Alemania en aquel tiempo y con consideraciones políticas.

Sobre la cuestión de la utilización de mano de obra, leeré al Tribunal unas pocas frases de un documento que presento como prueba RF-4. Es el mismo documento que acabo de leer y está en el mismo libro de documentos. La nota que encontrarán en el libro de documentos contiene la frase que concierne a artículos que aparecieron en el periódico "Pariser Zeitung" del 17 de julio de 1942. Presento al mismo tiempo al Tribunal una copia fotostática autenticada de la página del periódico, de la colección de la Bibliothéque Nationale. Este artículo lo firma el Dr. Michel, que era el Jefe de la Administración Económica en Francia. Su título es "Dos Años de Economía Dirigida en Francia". Es un artículo escrito como propaganda alemana, ya que apareció en un periódico alemán publicado en París con una página en francés. Naturalmente quiero señalar al Tribunal que no aceptaremos de ninguna manera todas las ideas que se plantean en este artículo, pero querríamos destacar varias frases del Dr. Michel como reveladoras del mismo procedimiento del que he hablado hace un momento, que consistía en utilizar la mano de obra primero en el lugar en el que se encontraba, mientras hubiera materias primas, para después deportar esta mano de obra a Alemania.

EL PRESIDENTE: ¿Ha asignado un número a la prueba?

Sr. FAURE: Número 4. Cito:

"La tercera fase se caracteriza por la transferencia de órdenes del Reich a Francia para utilizar las fuerzas productivas de la industria francesa".
EL PRESIDENTE: Usted estaba leyendo "Afin D'utiliser", ¿verdad?

Sr. FAURE: Sí, "Afin D'utiliser."

EL PRESIDENTE: Muy bien, ya entiendo. Usted leyó otra frase, distinta de la que está en este libro.

Sr. FAURE: Sí, es un error en mi informe. La primera frase no tiene importancia. Comienzo en:

"Para utilizar las fuerzas productivas de la industria francesa, el Reich comenzó a transferir a Francia sus pedidos de artículos industriales que eran útiles para el esfuerzo de guerra. Basta una cifra para demostrar el éxito de la transferencia de pedidos alemanes: el valor de las transacciones hechas hasta

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hoy se expresa en una cifra que excede los cientos de billones de francos. Circula una nueva sangre, fluye en las venas de la economía francesa, que trabaja hasta el límite de sus capacidades".
Se han omitido algunas frases que estaban en el original, ya que no son de interés, y querría leer la siguiente:
"Cuando las reservas de materias primas tendieron a disminuir a medida que la guerra se prolongaba, comenzaron a alquilar mano de obra francesa disponible".
El Dr. Michel usa aquí fórmulas muy elegantes que cubren la intención real, es decir, el comienzo de la transferencia de mujeres en el preciso instante en el que las materias primas, de las que los alemanes se habían apropiado desde el comienzo de la ocupación, habían comenzado a agotarse.

La conclusión que querría plantear en mi presentación es la siguiente: que los alemanes han considerado siempre el trabajo, el trabajo humano, como una herramienta a su servicio. Este concepto ya existía incluso antes de la imposición oficial del trabajo forzado u obligatorio, del que les hablaremos ahora.

Para los alemanes, el trabajo de otros ha sido siempre obligatorio y para su beneficio; por otro lado, querría mencionar ahora que tenían intención de que continuara siendo así incluso después del final de la guerra.

Éste es el último punto que querría destacar, pero demuestra la amplitud y la seriedad del concepto alemán y de los proyectos alemanes. Citaré en relación a esto un documento que será la prueba RF-5 de nuestro libro de documentos. Aquí está el documento, que presento al Tribunal, una obra publicada en francés en Berlín en 1943 por el Doctor Friedrich Didie titulada "Trabajadores para Europa". La publica la Editorial Central del Partido Nacionalsocialista. Comienza con un prefacio del acusado Sauckel, y tiene su firma sellada.

Citaré al Tribunal un párrafo de esta obra, que es la última página de mi informe. Es la prueba RF-5, y este párrafo se encuentra en la página 23, cito:

"Un gran porcentaje de trabajadores extranjeros permanecerá en nuestro territorio, incluso después de la victoria, y después de readaptarlos al trabajo de construcción, completarán lo que la Guerra les ha impedido finalizar, y llevarán a cabo los proyectos que hasta ahora no han sido más que proyectos".
Así, en un libro de propaganda, escrito por tanto con mucha prudencia y con la intención de confundir, encontramos este reconocimiento público por parte de los alemanes de que pretendían quedarse incluso después de la guerra con los trabajadores de otros países para garantizar la grandeza de Alemania sin ninguna limitación en tiempo u objetivos. Esto es una política de explotación perpetua.

Con la venia, he terminado mi introducción, y el Sr. Herzog presentará el informe sobre trabajo forzado.

Sr. HERZOG: Sr. Presidente y Señorías.

La doctrina nacionalsocialista, por el lugar tan destacado que reserva a la idea del Estado, por el desprecio con el que trata a los individuos y los derechos personales, incluye un concepto del trabajo que concuerda con los principios de su filosofía general.

El trabajo no es, según esta filosofía, una de las formas de manifestación de la personalidad individual, es un deber impuesto por la comunidad a sus miembros.

"La relación del trabajo, según las ideas nacionalsocialistas", ha dicho un escritor alemán, "no es meramente una relación jurídica entre el trabajador y quien le contrata; es un fenómeno vivo en el que el trabajador se convierte en una rueda de la máquina nacionalsocialista de producción colectiva". El concepto de trabajo obligatorio es por tanto para el nacionalsocialismo necesariamente complementario al concepto de trabajo.

El Servicio de Trabajo Obligatorio fue primero de todo impuesto al pueblo alemán. Una ley del 26 de junio de 1935 instituyó el Servicio de Trabajo Alemán, ley que

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lleva la firma de Hitler y la del acusado Frick, Ministro de Interior. Esta ley se publicó en el "Reichsgesetzblatt", Parte I, página 769. La presento al Tribunal como documento RF-6.

A partir de 1939 se añadió la movilización de trabajadores al servicio de trabajo obligatorio. El acusado Goering promulgó decretos a tal efecto como Plenipotenciario del Plan de Cuatro Años. No me ocuparé más de este asunto; está relacionado con la conspiración organizada por los acusados para cometer sus Crímenes contra la Paz, y mis colegas americanos ya han informado al Tribunal de ésta. Simplemente señalo que la movilización de trabajadores era aplicable a extranjeros residentes en territorio alemán, porque considero que este hecho es la prueba de que el principio de reclutamiento obligatorio de trabajadores extranjeros existía antes de la guerra. Lejos de ser el resultado espontáneo de las necesidades de la industria de guerra alemana, el reclutamiento obligatorio de trabajadores extranjeros es la puesta en práctica de una política coordinada. Presento al Tribunal un documento que demuestra esto. Es el documento 382 de la clasificación francesa, que presento como prueba RF 7. Es un memorándum del Alto Mando de los Ejércitos Alemanes del 1 de octubre de 1938; el memorándum, elaborado antes de la invasión de Checoslovaquia, incluye una clasificación de posibles quebrantamientos de la Ley Internacional; figura además la explicación que el Alto Mando de las Fuerzas Armadas considera posible dar en cada quebrantamiento. El documento es una lista con cuatro columnas; en la primera se listan los quebrantamientos de la Ley Internacional; en la segunda hay un ejemplo concreto; en la tercera están por un lado los puntos de vista de la Ley Internacional, y por otro lado, las conclusiones que se pueden sacar de ellos; la cuarta columna está reservada para la explicación del Ministerio de Propaganda.


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