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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
Del 7 de enero al 19 de enero de 1946

Trigésimo Cuarto Día: Martes, 15 de enero de 1946
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Como ejemplo de la ocultación del rearme practicada por Raeder, recordaré al Tribunal el documento C-141, prueba USA 47, que está en la página 22 del libro de documentos. En ese documento Raeder dice que:
"En vista de las obligaciones que ha de cumplir Alemania por el tratado y la conferencia de desarme, se deben dar pasos para evitar que la primera Media Flotilla de torpederas

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sea vista públicamente como una formación de barcos torpederos, ya que no estaba previsto incluir estas torpederas en el número de barcos con torpedos que se nos permiten".
El documento siguiente, C-135, que será la prueba GB 213, y que está en la página 20 del libro de documentos, es de un interés inusual porque sugiere que ya en 1930 existía la intención de atacar Polonia entre los círculos militares alemanes. Este documento es un fragmento de la historia de la organización de la guerra y del esquema de movilización. El texto alemán de este documento lleva el encabezamiento "850/38", que sugiere que fue escrito en el año 1938. El fragmento dice así:
"Dado que en virtud del Tratado de Versalles estaban prohibidos todos los preparativos de movilización, se limitaron al principio a un pequeño cuerpo de colaboradores y no se fue más allá de la teoría. A pesar de todo, existía en aquel tiempo una 'Orden de Creación', y unas Instrucciones para la Creación, los antecedentes del actual esquema de movilización.

Se definió una Organización de Creación e instrucciones adaptables para la creación para cada año-A, el nombre en clave para un año de movilización.

Como se ha dicho, las 'Organizaciones de Creación' de aquel tiempo se debían considerar puramente teóricas, ya que no tenían ninguna base de hombres y material. Proporcionaron de todas formas una valiosa base para la creación de una Organización de Guerra como nuestro objetivo final".

Párrafo dos:
"Las crisis entre Alemania y Polonia, que se estaban volviendo cada vez más graves, nos empujaron, en lugar de hacer preparativos teóricos para la guerra, a preparar de una forma práctica un conflicto puramente germano-polaco.

La idea estratégica de un asalto rápido a la base polaca de Gdynia fue el fundamento, y la flota en servicio activo iba a ser reforzada por las fuerzas auxiliares que serían indispensables para lograr este fin estratégico, y se tomarían las baterías costeras y antiaéreas esenciales, en especial las de Pillau y Swinemunde. Así, en 1930 se creó el Plan de Refuerzo".

Si el Tribunal pasa la página y va al párrafo 3, al segundo subapartado:
"Hitler había hecho una clara petición política indicando que se construyera para él en cinco años, es decir, antes del 1 de abril de 1938, fuerzas armadas que pudiera poner en la balanza como instrumento de poder político".
Esa entrada señala el hecho de que la toma del poder por parte de los nazis en 1933 fue una señal para que Raeder pusiera toda su energía en el rearme. Mi colega americano, el Sr. Alderman, ha narrado ya la historia detallada de estos acontecimientos, y simplemente remitiré al Tribunal en primer lugar al documento C-189, prueba USA 44, que está en la página 66 del libro de documentos. En ese documento Raeder le dice a Hitler en junio de 1934 que se ha de desarrollar la flota alemana para oponerse a Inglaterra, y que por tanto, a partir de 1936 se ha de armar a los barcos grandes con cañones grandes para equipararlos a la clase King George de acorazados británicos. Además, en el último párrafo se hace referencia a la demanda de Hitler de que se mantenga completamente en secreto la construcción de submarinos, en especial en atención al plebiscito del Sarre. En noviembre de 1934, Raeder mantuvo otra conversación con Hitler sobre la financiación del rearme naval, y en esa ocasión Hitler le dijo que en caso de necesidad haría que el Doctor Ley pusiera de 120 a 150,000.000 de marcos del Frente de Trabajo a disposición de la Armada. La referencia es el documento C-190, prueba USA 45, en la página 67 del libro de documentos. El Tribunal puede considerar que esa propuesta de fraude a los trabajadores alemanes era una típica acción nazi.

EL PRESIDENTE: ¿Es buen momento para interrumpir la sesión?

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MAYOR ELWYN JONES: Con la venia.

(Se hizo un receso hasta las 14 horas).

MAYOR ELWYN JONES: Con la venia, el documento siguiente al que quiero que el Tribunal preste atención es el documento C-23, prueba USA 49, en la página 3 del libro de documentos, que dice que el desplazamiento verdadero de ciertos acorazados alemanes excedía en un 20 por ciento el desplazamiento notificado a los británicos. Alego que es un uso del engaño típico de Raeder.

El documento siguiente, al que hago referencia brevemente, es el C-166, prueba USA 48, página 36 del libro de documentos. Es otro de esos documentos engañosos, y ordena que los cruceros auxiliares, que se estaban construyendo en secreto, sean denominados "buques de transporte".

Después viene el documento C-29, prueba USA 46, en la página 8 del libro de documentos, firmado por Raeder y que habla del apoyo dado por la Armada Alemana a la industria armamentística alemana, y alego que es un ejemplo de la implicación de Raeder en los aspectos generales de la política nazi, y del estrecho vínculo entre los políticos nazis, los jefes de las fuerzas armadas alemanas, y los fabricantes de armamento alemanes.

EL PRESIDENTE: ¿Se ha presentado anteriormente eso?

MAYOR ELWYN JONES: Se ha presentado anteriormente, Señoría, como prueba USA 46.

 Hay un comentario final sobre el rearme naval posterior a 1939 en el documento C-155, en la página 24 del libro de documentos, que es un documento nuevo y será la prueba GB 214. Es una carta de Raeder a la Armada Alemana del 11 de junio de 1940. El original, presentado ahora al Tribunal, muestra lo ampliamente que fue distribuida esta carta. Se indica en la lista de distribución que se harán 467 copias. Esta carta de Raeder es a la vez una carta de autojustificación y de disculpa. El fragmento dice así:

"El más destacado de los numerosos temas de discusión en el Cuerpo de Oficiales son las posiciones de los torpedos, y el problema de si el programa de construcción naval hasta otoño de 1939 previó la posibilidad del estallido de la guerra ya en 1939, o si no se debería haber puesto el enfásis desde el principio en la construcción de submarinos.

Si entre el Cuerpo de Oficiales se difunde la opinión de que todo el programa de construcción naval ha sido dirigido incorrectamente y que desde el principio se debería haber puesto el énfasis en los submarinos y tras su consolidación en los barcos grandes, debo destacar las siguientes cuestiones:

La construcción de la Flota fue dirigida de acuerdo con las necesidades políticas, que fueron decididas por el Führer. El Führer esperó hasta el último momento poder evitar el amenazador conflicto con Inglaterra hasta 1944-45. En aquel momento la Armada habría dispuesto de una flota con una poderosa superioridad en submarinos y con una proporción mucho más favorable en la fuerza de todos los demás tipos de barcos, en particular los diseñados para la guerra en alta mar.

El desarrollo de los acontecimientos forzó a la Armada, en contra hasta de las expectativas del Führer, a una guerra que tuvo que aceptar aun estando en la etapa inicial de su rearme. El resultado es que los que representan a la opinión de que se debería haber puesto el énfasis desde el principio en la construcción de submarinos parecen tener razón. No hablaré de hastá qué punto se habría podido mejorar apreciablemente de alguna manera este desarrollo, con las dificultades debidas al personal, el adiestramiento y los astilleros, en vista de los límites políticos del Tratado Naval Anglo-Alemán. Tampoco hablaré de cómo la temprana y necesaria creación de una fuerza aérea efectiva frenó el desarrollo deseable de las otras ramas de las fuerzas. Indicaré sin embargo con orgullo la admirable y de gran alcance , a pesar de las restricciones políticas de los años de la República de Weimar, preparación para la construcción de submarinos, que llevó al inmensamente rápido

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desarrollo del arma de submarinos, tanto en equipo como en personal, posible inmediatamente después de la llegada al poder".
El Tribunal no verá ahí ninguna traza de reticencia a cooperar con el programa nazi. Por el contrario, las pruebas indican que Raeder dio la bienvenida al poder nazi y se convirtió en uno de sus pilares. Mi objetivo ahora será explicar la relación entre Raeder, la Armada y el Partido Nazi. La acusación alega que Raeder, más que ningún otro, fue responsable de conseguir la adhesión incondicional de la Armada Alemana al movimiento nazi, una adhesión que Donitz haría incluso aún más firme y fanática.

El 2 de agosto de 1934, el día de la muerte de Hindenburg, Raeder demostró de una forma particularmente clara su adhesión a Hitler, cuando él y todos los hombres bajo su mando hicieron un nuevo juramento de lealtad con una ceremoniosidad considerable, jurando esta vez lealtad a Adolf Hitler y no a la Madre Patria. El juramento está en el documento D-481, en la página 101 del libro de documentos. Será la prueba GB 215, y puede ser de interés para el Tribunal ver cómo era el nuevo juramento.

El último párrafo dice así:

"El juramento de lealtad hecho por miembros de las Fuerzas Armadas es el siguiente:

Hago este sagrado juramento en nombre de Dios: obedeceré incondicionalmente al Líder del Reich y el Pueblo Alemanes, Adolf Hitler, el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, y como un soldado valiente, estaré dispuesto a arriesgar mi vida en todo momento por este juramento".

El Tribunal verá que Raeder puso al Führer en el lugar de su Madre Patria.

No tengo intención de dedicar tiempo del Tribunal a reiterar los pasos con los que la Armada Alemana fue progresivamente arrastrada a una alianza de lo más estrecha con el Partido Nazi. Recordaré al Tribunal hechos históricos, como la incorporación de la esvástica a la enseña bajo la que navegaba la Flota Alemana, y el poner la esvástica en el uniforme de los oficiales navales y los marineros, hechos que hablan por sí mismos.

Los nazis, por su parte, supieron agradecer la obediencia y colaboración de Raeder. Sus servicios en la reconstrucción de la Armada Alemana fueron ampliamente reconocidos por propagandistas nazis y por la prensa nazi. En su 66º cumpleaños, la publicación principal del Partido, el "Volkischer Beobachter", publicó un artículo sobre él que deseo que observe el Tribunal. Está en la página 100 del libro de documentos; es el documento D-448, prueba GB 216. Es un valioso resumen de la contribución de Raeder al desarrollo nazi:

"Se ha de atribuir a Raeder" -dice el 'Volkischer Beobachter' -"el haber ya creado por entonces una fuerza de ataque poderosa a partir de una flota numéricamente pequeña, a pesar de las cadenas de Versalles.

Con la llegada al poder del nacionalsocialismo, comenzó también el periodo más fructífero de la reconstrucción de la Flota Alemana.

El Führer expresó abiertamente su reconocimiento a los fieles servicios de Raeder y a su generosa cooperación nombrándole Almirante General el 20 de abril de 1936".

EL PRESIDENTE: ¿Considera necesario leer todo el documento?

MAYOR ELWYN JONES: Iba a pasar al penúltimo párrafo, Señoría, que creo que es de ayuda.

"Como soldado y como marinero, el Almirante General ha demostrado ser el primer y más destacado colaborador naval del Führer".
Alego que esto es un resumen de su estatus y posición en la Alemania Nazi.

Me propongo ahora hablar de la parte personal de Raeder en la conspiración nazi. Las pruebas indican que Raeder, desde el momento en el que los nazis llegaron al poder, se vio cada vez más implicado en responsabilidades relativas a las políticas generales del Estado Nazi.

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Mucho antes de que fuera ascendido a Almirante General en 1936, se había convertido en miembro del muy secreto Consejo de Defensa dle Reich, uniéndose a él cuando se creó el 4 de abril de 1933. Y así, ya desde una fecha temprana se vio envuelto, tanto militar como políticamente, en la conspiración nazi. El documento relevante sobre esto es el documento EC-177, prueba USA 390, en la página 68 del libro de documentos, que recordaré al Tribunal que contiene la clásica directriz nazi:
"Las cuestiones comunicadas verbalmente no se pueden probar; podremos negarlas en Ginebra".
El 4 de febrero de 1938 Raeder fue nombrado miembro de un recién formado Consejo Asesor Secreto de Asuntos Exteriores, y la base de esta afirmación es el documento 2031-PS, en la página 88 del libro de documentos, que será la prueba GB 217.

Tres semanas después de esto, un decreto de Hitler decía que, además de tener un rango equivalente al de un Ministro del Gabinete, Raeder también tomaría parte en las sesiones del Gabinete. Esto se ha visto ya en el documento 2098-PS, presentado como prueba GB 206.

Alego por tanto que está así claro que la responsabilidad de Raeder en las decisiones políticas del Estado Nazi creció rápidamente de 1933 a 1938 y que, con el paso del tiempo, se convirtió en miembro de todos los principales organismos asesores políticos. Era ciertamente un miembro de los consejos internos de los conspiradores, y alego que por ello debe asumir su responsabilidad por los actos que llevaron a la invasión alemana de Polonia en 1939 y al estallido de la guerra.

Como ejemplo, recordaré al Tribunal que Raeder asistió a dos de las reuniones clave en las que Hitler declaró abiertamente su intención de atacar a países vecinos. Remito al Tribunal al documento 386-PS, que es la prueba USA 25 y se encuentra en la página 81 del libro de documentos, que como recordará el Tribunal es el acta de la reunión con Hitler en la Cancillería del Reich del 5 de noviembre de 1937 sobre asuntos que se dijo que eran demasiado importantes para hablarse en el círculo mayor del Gabinete del Reich. Este documento, que presentó el Sr. Alderman, demuestra de forma concluyente que los nazis premeditaron sus crímenes contra la paz.

Después está la otra reunión con Hitler del 23 de mayo de 1939, cuyas actas están en el documento L-79, prueba USA 27, en la página 74 del libro de documentos. Como recordará el Tribunal, es la reunión en la que Hitler confirmó su intención de atacar deliberadamente Polonia a la primera oportunidad, sabiendo bien que esto provocaría una guerra por toda Europa.

Fueron dos reuniones clave. Pero Raeder estuvo también presente en muchas, muchas otras, para poner sus conocimientos y habilidades profesionales al servicio de la maquinaria de guerra nazi.

Su promoción activa de la planificación y preparación militares para la campaña polaca es ya bien conocida por el Tribunal, y no me propongo reiterar esas pruebas de nuevo. Una vez comenzó la guerra, sin embargo, el acusado Raeder demostró ser un maestro de la más típica de las técnicas conspiradoras, el engaño a gran escala. Hay pocos ejemplos mejores de esta alegación que su gestión del caso del Athenia.

El Athenia, como sabrá el Tribunal, era un barco de pasajeros que fue hundido en la tarde del 3 de septiembre de 1939 cuando se dirigía a América, con la pérdida de alrededor de un centenar de vidas.

El 23 de octubre de 1939 el periódico del Partido Nazi, el "Volkischer Beobachter", publicó, con un titular muy llamativo, el artículo "Churchill Hundió el Athenia". Remito al Tribunal al documento 3260-PS, que será la prueba GB 218, y querría también que el Tribunal examinara un momento la copia del "Volkischer Beobachter" que tengo aquí para ver la escala a la que se perpetró esta mentira deliberada. Tengo una copia fotostática de la

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página relevante del "Volkischer Beobachter" de ese día. El Tribunal lo verá en esta portada, con el subrayado rojo en grande, ahí están las palabras: "Churchill es culpable esta vez".

El fragmento del "Volkischer Beobachter", que está en la página 97 del libro de documentos, dice lo siguiente:

"Churchill hundió el Athenia.

La fotografía de arriba" -y el Tribunal verá que es una buena fotografía de este hermoso barco- "muestra al orgulloso Athenia, el gigante del océano, que fue hundido por un crimen de Churchill. Se puede ver claramente el gran equipo de radio a bordo del barco. Pero no se oyó en ningún lugar una llamada de SOS del barco. ¿Por qué se mantuvo en silencio el Athenia? Porque no se permitió a su capitán decir nada al mundo. Evitó muy prudentemente decirle al mundo que Winston Churchill trató de hundir el barco a través de la explosión de una máquina infernal. Lo sabía bien, pero tuvo que mantenerse callado. Cerca de mil quinientas personas habrían perdido la vida si el plan original de Churchill hubiera salido como quería el criminal. Sí, esperaba con ansia que el centenar de americanos que había a bordo del barco murieran entre las olas para que así la ira del pueblo americano, engañado por él, se dirigiera contra Alemania, como el supuesto autor de los hechos. Fue una suerte que la mayoría escapara del destino que Churchill les reservaba. Nuestra foto de la derecha muestra a dos pasajeros heridos. Fueron rescatados por el carguero City of Flint; y como se puede ver, entregados al barco guardacostas americanos Gibb para recibir tratamiento médico. Son una acusación tácita contra el criminal Churchill. Tanto ellos como las sombras de los que perdieron la vida le llaman al Tribunal del mundo y preguntan al pueblo británico, '¿Hasta cuándo su cargo, uno de los más ricos en tradición de la Historia de Gran Bretaña, será ejercido por un asesino?' ".


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