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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
Del 7 de enero al 19 de enero de 1946

Trigésimo Cuarto Día: Martes, 15 de enero de 1946
(3 de 10)


[Página 253]

P: ¿Qué órdenes se dieron sobre los barcos hospital?

[Página 254]

R: Si se dieron órdenes sobre esto, y si se pusieron por escrito o no, es algo que no recuerdo. Sólo recuerdo que con frecuencia el Oficial Jefe de Submarinos recordaba a los comandantes la absoluta inviolabilidad de los barcos hospital.

P: ¿Conoce algún caso en el que submarinos atacaran algún barco hospital?

R: No, no conozco ningún caso.

P: Si el B.D.U. hubiera estado interesado en destruir a seres humanos indefensos, quebrantando la Ley Internacional, la destrucción de barcos hospital habría sido una medida excelente, ¿no le parece?

R: Sin duda.

Dr. KRANZBUEHLER: No hay más preguntas.

EL PRESIDENTE: ¿Desea algún otro miembro de la defensa interrogar a este testigo?

(No hubo respuesta).

INTERROGATORIO EFECTUADO POR EL TRIBUNAL (Sr. Biddle):

P: ¿Salvó usted alguna vez a los supervivientes de los barcos que usted torpedeó?

R: No, Señoría. No estaba en situación de hacer eso, debido a la situación militar.

P: ¿Quiere decir que hacerlo era peligroso para su submarino?

R: No sólo eso. Gran parte de los hundimientos que hice tuvieron lugar en un convoy o en una mar agitada y con mal tiempo, así que era imposible adoptar medidas de rescate.

EL TRIBUNAL (Sr. Biddle): Eso es todo.

EL PRESIDENTE: Coronel Phillimore, ¿desea volver a interrogar al testigo?

CORONEL PHILLIMORE: Señoría, tengo tres preguntas.

EL PRESIDENTE: Muy bien.

INTERROGATORIO EFECTUADO POR EL CORONEL PHILLIMORE:

P: Cuando fue usted comandante de submarino, ¿cuáles eran las órdenes sobre rescates?

R: Al principio de la guerra se nos dijo que la seguridad de nuestra nave era la cuestión decisiva, y que no se debía poner en peligro el submarino por medidas de rescate. No recuerdo si estas órdenes se pusieron por escrito al estallar la guerra.

P: Cuando usted recibió esta orden del 17 de septiembre de 1942, ¿la interpretó usted meramente como una norma que prohibía los rescates o como algo que iba más lejos?

R: Cuando recibí esa orden, observé que tenía ambigüedades, lo que no era normal en las órdenes del B.D.U., y en esta orden había una clara ambigüedad.

P: No ha respondido a mi pregunta. ¿Entendió usted que la orden quería decir que el comandante del submarino se debía abstener de llevar a cabo medidas de rescate, o algo más?

R: Entendí que esa orden iba más allá, aunque no como una orden real, sino simplemente considerándolo algo deseable.

P: En cuanto al ejemplo que se le dio sobre el Golfo de Vizcaya, ¿conocía usted los hechos de ese incidente?

R: No, no conozco las circunstancias en torno a ese caso.

P: ¿Cuáles son las palabras exactas que empleaba usted al transmitir esa orden a los comandantes?

R: Le decía a los comandantes literalmente lo siguiente: "Nos acercamos ahora a un capítulo muy delicado y difícil; es la cuestión del trato que se debe dar a los botes salvavidas. El Oficial Jefe de Submarinos ha emitido el siguiente mensaje por radio en septiembre de 1942". Después les leía completo el mensaje por radio de septiembre de 1942.

En la mayoría de los casos con esto se cerraba la cuestión, ningún comandante hacía preguntas. En unos pocos casos, los comandantes preguntaban, "¿Cómo se ha

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de interpretar esa orden?" En ese caso, daba los dos ejemplos como forma de interpretación. Y después añadía que oficialmente no se podía ordenar tal cosa, que todos tenían que actuar según su conciencia.

P: ¿Recuerda algún comentario de los comandantes hecho después de leer la orden?

R: Sí, Señor. Varios comandantes, tras leer la orden sin que les hiciera ningún comentario, dieron esta opinión, "está muy claro, pero es condenadamente duro".

CORONEL PHILLIMORE: Señoría, no tengo más preguntas.

EL PRESIDENTE: El Tribunal hará un descanso de 10 minutos.

(Se hizo un receso).

CORONEL PHILLIMORE: Señoría, presentaré ahora al Tribunal dos casos en los que al parecer se aplicó esa orden del 17 de septiembre de 1942. El primer caso se explica en el documento siguiente del libro de documentos, que es el D-645. Señoría, presento ese documento, que será la prueba GB 203.

Es un informe del hundimiento de un arrastrero a vapor, un pesquero de arrastre, el Noreen Mary, que fue hundido por el U-247 el 5 de julio de 1944. La primera página del documento incluye un fragmento del diario de a bordo del submarino. A la referencia temporal 19:43 del documento le sigue un relato del disparo de dos torpedos que fallaron, y después, a las 20:55, el diario dice:

"Salida a superficie.

Barcos de pesca (se indica las características de 3 barcos).

Se ataca al más cercano. Se detiene pasados tres minutos".

Después se indica un disparo efectuado mientras el arrastrero estaba parado, y después, la entrada final:
"Hundido por fuego antiaéreo, con disparos en un costado. Se hundió por la popa".
El Tribunal verá que no se menciona en el diario ninguna acción contra los marineros torpedeados o naufragados.

EL PRESIDENTE: ¿Por qué en la entrada pone 5.7.1943?

CORONEL PHILLIMORE: Señoría, es un error.

EL PRESIDENTE: ¿Un error?

CORONEL PHILLIMORE: Es una errata. Debería haberlo señalado.

Señoría, la página siguiente del documento es un comentario sobre la acción hecho por el Mando de Submarinos, y la última línea dice:

"Éxito reconocido: pesquero Noreen Mary hundido por fuego antiaéreo".
Después viene una declaración jurada de James MacAlister, que era marinero en el Noreen Mary cuando tuvo lugar el hundimiento. Señoría, leo el último párrafo de la primera página de la declaración jurada. Ha hablado antes sobre cómo vio las estelas de los torpedos que no acertaron en el arrastrero. El último párrafo dice:
"A las 21:10 horas, mientras aún estabámos pescando, el submarino emergió a estribor, a unas 50 yardas al noreste de nosotros, y sin ningún aviso abrió fuego de inmediato contra el barco con una ametralladora. Estábamos a 18 millas al oeste del Cabo Wrath, con rumbo noroeste y a 3 nudos. El tiempo era bueno y claro, soleado, con buena visibilidad. El mar estaba en calma, con un ligero viento".
Señoría, después se habla de los disparos en el párrafo siguiente, y después, si se me permite citar el segundo párrafo de la página 2...

EL PRESIDENTE: ¿Por qué no leer el primero?

CORONEL PHILLIMORE: Con la venia:

"Cuando emergió el submarino, vi hombres bajando de la falsa torre. El patrón pensó al principio que el submarino era británico, pero cuando abrió fuego, aflojó de inmediato el freno para soltar el peso del aparejo (es decir, la red de arrastre) y puso el barco a  velocidad máxima, que era unos 10 nudos. El submarino nos persiguió, disparando su ametralladora, y con las

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primeras ráfagas mató a dos o tres hombres, incluido el patrón, que estaban en cubierta y no tuvieron tiempo de refugiarse. El submarino comenzó entonces a usar un cañón más pesado de su falsa torre, y el primer disparo de éste hizo estallar la caldera, envolviendo todo en vapor y deteniendo el barco.

Para entonces la tripulación ya se había refugiado, pero a pesar de ello mataron a todos excepto a cuatro. El submarino comenzó entonces a girar alrededor del barco, y pasó todo a lo largo de babor con ambos cañones disparando continuamente. Nos íbamos escorando lentamente hacia babor, pero no nos incendiamos.

Un compañero y yo tratamos de soltar el bote salvavidas, que estaba a  popa, pero mataron a mi compañero mientras lo hacíamos, así que dejé de intentarlo. Entonces bajé a la despensa, que estaba bajo la línea de flotación, para protegerme. El barco se escoraba más y más hacia babor, hasta que finalmente a las 22:10 se escoró totalmente y se hundió, y los cuatro hombres que quedaban con vida a bordo fueron arrojados al mar. No sé si los otros tres hombres habían buscado refugio mientras tanto, ya que no les oí ni vi hasta que estuvieron en el agua.

Nadé hasta alcanzar la proa rota de nuestro salvavidas, que estaba volcado, y me las arreglé para subirme a ella. Ni siquiera en ese momento se sumergió el submarino, sino que navegó deliberadamente en mi dirección, y cuando estaba sólo a unas 60 ó 70 yardas, me disparó directamente con una corta ráfaga de la ametralladora. Como sus intenciones eran bastante obvias, me tiré al agua y me quedé allí hasta que el submarino dejó de disparar y se sumergió, después de lo cual me volví a subir al fondo del bote. El submarino nos había estado disparando durante toda una hora".

Señoría, después la declaración describe cómo el Segundo Jefe de Máquinas y otros trataron de salvarse y de ayudarse unos a otros, para después ser recogidos por otro arrastrero.

El último párrafo de esa página:

"A bordo del Lady Madeleine nos curaron las heridas al Segundo Jefe de Máquinas y a mi. Supe después que el Segundo Jefe de Máquinas tenía 48 heridas de metralla, y también una pieza de cable de acero de 21 pulgadas de largo incrustada en su cuerpo".
Y después hay una frase que no me interesa, y la última frase:
"Yo tenía 14 heridas de metralla".
Señoría, los dos últimos párrafos de la declaración jurada:
"Esta es mi cuarta experiencia de guerra, tras haber servido en los balleneros Sylvester (hundido por una mina) y New Seville (torpedeado), y en el arrastrero Ocean Tide, que embarrancó.

Como resultado de este ataque de submarinos, las bajas fueron seis muertos, dos desaparecidos, dos heridos".

Señoría, el documento siguiente, D-647, lo presento como prueba GB 204. Señoría, es un fragmento de una declaración del Segundo Oficial del barco Antonico, torpedeado, incendiado y hundido el 28 de septiembre de 1942 en la costa de la Guayana Francesa. El Tribunal verá que la fecha del incidente es unos 11 días después de que se promulgara la orden. Señoría, leeré a partir de las palabras "que el testigo vio los muertos", ligeramente más allá de la mitad de la primera página. Se ha relatado el ataque al barco, que en ese momento se había incendiado:
"Que el testigo vio los muertos en la cubierta del Antonico mientras él y su tripulación trataban de botar su bote salvavidas; que el ataque fue repentino, durando unos 20 minutos; y que el testigo, una vez en el bote salvavidas, trató de alejarse del costado del Antonico para evitar verse arrastrado por el Antonico y también porque era el objetivo del agresor; que era una noche oscura, y por tanto era difícil ver el submarino, pero que el fuego a bordo del Antonico iluminaba los alrededores de la zona en la que se hundía, ayudando al enemigo a ver los dos botes salvavidas tratando de alejarse; que el enemigo ametralló sin piedad a los marineros indefensos del

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bote número 2, en el que estaba el testigo, matando al Segundo Práctico Amoldo de Andrade de Lima, e hiriendo a tres miembros de la tripulación; que el testigo ordenó a los que le acompañaban arrojarse por la borda para salvarse de las balas; al hacer eso, se protegieron y dejaron de estar a la vista poniéndose tras el bote salvavidas, que ya estaba lleno de agua; incluso así, se siguió atacando al bote salvavidas. En aquel momento, el testigo y sus compañeros estaban a unos 20 metros del submarino".
Señoría, no tengo el diario de a bordo del submarino de este caso, pero pueden considerar que, dado lo que decía la orden con respecto a entradas en el diario de a bordo, que no se debía escribir nada comprometedor, no sería de más ayuda que en el caso del incidente anterior.

Señoría, el documento siguiente, D-646/A, lo presento como prueba GB 205. Es una emisión narrada por un Reportero de Guerra Naval alemán en el servicio de propaganda de onda larga emitido desde las Islas Frisias. La emisión se hizo en inglés, y la fecha es 11 de marzo de 1943. Es, y cito:

"Santa Lucía, en las Antillas Menores, era un lugar ideal para el romance, pero hoy en día es peligroso navegar en estas aguas; peligroso para los británicos y americanos y para todos los pueblos de color que están a su entera disposición. Recientemente, un submarino que operaba en estas aguas avistó un velero enemigo. Se lanzaron ráfagas de balas trazadoras contra las velas, y la mayoría de los negros de la tripulación saltaron por la borda. Sabiendo que podía ser un barco señuelo, el submarino se acercó con cautela hasta unas 20 yardas, lanzando entonces unas cuantas granadas de mano por encima de la borda. El resto de los negros se arrojó entonces al mar. El velero se hundió. Sólo quedaron restos. Botes salvavidas repletos de hombres, y marineros nadando. Los tiburones se afilaron los dientes en la distancia con expectación. Ese fue el destino de que los que navegaban para Gran Bretaña y América".
Señoría, no tengo intención de leer la página siguiente del documento. Es un fragmento del diario de a bordo del submarino que se cree que hundió este barco. Era de hecho el U-105.

Señoría, leí eso porque alego que demuestra que la política del enemigo consistía desde el principio en tratar de aterrorizar a las tripulaciones, y que concuerda con la orden sobre barcos de rescate y el asesinato de marineros.

Con la venia, en vista del interrogatorio llevado a cabo por la defensa, la acusación no se queja de que se atacara a barcos de rescate. No tienen derecho a protección. El punto importante de la orden es que se debía dar prioridad a atacarlos, y la orden, por tanto, está estrechamente relacionada con la orden del 17 de septiembre de 1942. Debido al programa Aliado de construcción, se había hecho imperativo el evitar que los barcos tuvieran tripulación.

Señoría, paso al periodo después de que el acusado sucediera al acusado Raeder. Señoría, el documento siguiente es el 2098-PS. Se ha citado, pero creo que no se ha presentado. Lo presento formalmente como prueba GB 206. Señoría, no lo leeré. Simplemente dice que el acusado Raeder debía recibir un rango equivalente a Ministro del Reich, y ruego al Tribunal que considere que al suceder a Raeder, el acusado Donitz supuestamente debió disfrutar también de ese derecho.

EL PRESIDENTE: ¿Esto es a partir de 1938?

CORONEL PHILLIMORE: A partir de 1938.

El documento siguiente, D-648, lo presento como prueba GB 207. Es una declaración jurada de un funcionario, o más bien es un informe oficial certificado por un funcionario del Almirantazgo Británico. El certificado está en la última página, e indica el número de reuniones, las fechas de las reuniones y los presentes, reuniones del acusado Donitz o su representante con Hitler, desde el momento en el que sucedió a Raeder hasta el final. El certificado dice:

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"He recopilado a partir de ellos" -es decir, a partir de documentos capturados- "la lista adjunta de ocasiones en las que el Almirante Donitz asistió a reuniones en el cuartel general de Hitler. Se añade la lista de otros altos cargos que asistieron a las mismas reuniones cuando esta información estaba en los documentos capturados relacionados. Certifico que la lista es un extracto fidedigno del conjunto de documentos que he examinado, y que están en posesión del Almirantazgo Británico, Londres".
Señoría, no leeré la lista. Simplemente ruego al Tribunal que preste atención al hecho de que el Almirante Donitz o su adjunto, el Konteradmiral Voss, estuvieron presentes en cada una de estas reuniones; y entre los que constantemente acudieron están los acusados Speer, Keitel y Jodl, Ribbentrop y Goering, y también Himmler o sus Tenientes Fegelein o Kaltenbrunner.

Señoría, la conclusión que quiero que extraiga el Tribunal del documento es que desde el momento en el que sucedió a Raeder, este acusado fue uno de los gobernantes del Reich, y conoció sin duda todas las decisiones, las grandes decisiones de política.


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