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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
Del 7 de enero al 19 de enero de 1946

Trigésimo Cuarto Día: Martes, 15 de enero de 1946
(2 de 10)


[Página 250]

P: ¿Considera que el Gran Almirante Donitz era un Almirante con el que ninguno de sus subordinados podía hablar?

R: No.

P: ¿O era justo lo contrario?

R: Todo el mundo podía dirigirse a él en todo momento.

P: ¿Ha estado usted en una patrulla como comandante de un submarino?

R: Sí, en nueve ocasiones.

P: ¿De cuándo a cuándo?

R: Del principio de la guerra a abril de 1941.

P: ¿Cuántos barcos hundió?

R: Hundí veinte barcos.

P: Después de hundir barcos, ¿ha destruido los sistemas de rescate o ha disparado a los supervivientes?

R: No.

P: ¿Tenía usted órdenes de hacerlo?

R: No.

P: ¿Era peligroso para el submarino? ¿Se terminaba el peligro para un submarino después del ataque a un mercante?

R: No, el peligro para el submarino no termina cuando termina el ataque.

P: ¿Por qué no?

R: Porque en la mayoría de los casos, cuando se hunde un barco, el barco puede mandar mensajes de radio con su posición, y por tanto, en el último momento puede conseguir que otros barcos vayan a ese punto.

P: ¿Existe algún principio en el arma de submarinos según el cual el combate está antes que el rescate?

R: Nunca oí ese principio expresado de esa manera.

P: Antes de la orden de septiembre de 1942, ¿sabía usted de alguna otra orden por la que se prohibieran los rescates cuando existiera peligro para el submarino?

R: Sí, pero no sé cuándo ni en qué documentos se recogió esa orden. Se había ordenado que, en principio, la seguridad de la nave fuera la principal preocupación.

P: ¿Se ordenó esto una sola vez, o varias veces?

R: No sabría decirlo.

P: ¿Sabe que la orden de septiembre de 1942 se dio como consecuencia de un incidente en el que submarinos alemanes, no respetando las órdenes, habían realizado un rescate?

R: Sí, señor.

P: ¿Y que los submarinos fueron entonces atacados por aviones aliados?

R: Sí, señor.

P: Hace un momento usted dijo que la orden de septiembre de 1942 era ambigua, ¿verdad?

R: Sí, señor.

P: ¿Le dio a entender a los comandantes que la orden incluía la destrucción de los sistemas de rescate y de sus tripulaciones?

R: No, en absoluto, ya que daba los dos ejemplos a los comandantes sólo si preguntaban, y ellos mismos podían concluir eso de estos dos ejemplos.

P: ¿En qué frase de la orden ve usted que se esté pidiendo veladamente asesinar a los supervivientes o destruir los sistemas de rescate? Un segundo, le leeré una frase de la orden. La leo del documento D-630:

"(1) No se debe hacer ningún intento de rescatar a tripulaciones de barcos hundidos, y esto incluye recoger a personas en el agua y ponerlas en botes salvavidas, enderezar botes salvavidas volcados, y entregar comida y agua. Está estrictamente prohibido".
¿Lo ve en esta frase?

R: No.

[Página 251]

P: "Todas las medidas de rescate están en contra de las necesidades más básicas de la guerra, según las cuales se deberían destruir los barcos y las tripulaciones".

¿Lo ve en esta frase?

R: Sí.

P: ¿Dice esa frase algo sobre destruir marineros naufragados?

R: No, tripulaciones.

P: Al final de la orden está la frase "Sean duros". ¿Ha óido usted esa frase aquí por primera vez?

R: No.

P: ¿Utilizó esta frase el Oficial Jefe de Submarinos para endurecer a los comandantes y sus tripulaciones?

R: Sí.

P: ¿Ha hablado usted de la orden con el Capitán de Corbeta Kuppisch?

R: Sí.

P: ¿Recuerda eso con exactitud?

R: Recuerdo todo lo que me permite mi memoria después de tanto tiempo.

P: ¿Dónde tuvo lugar esa reunión?

R: En la oficina del Mando de Submarinos, probablemente en París.

P: ¿Qué cargo ejercía Kuppisch en aquel tiempo?

R: Que yo recuerde, estaba a cargo de los convoys enemigos, pero no puedo decirlo con exactitud.

P: ¿El oficial superior de Kuppisch era Hessler?

R: ¿Oficial superior? No lo diría. Hessler estaba al mismo nivel que Kuppisch, un especialista.

P: ¿Era el superior de Kuppisch el Almirante Godt?

R: Sí, por su cargo de Jefe de Estado Mayor.

P: ¿Ha hablado usted con el Capitán Hessler o el Almirante Godt, o con el Gran Almirante, sobre cómo interpretar la orden de septiembre?

R: No recuerdo si lo hablé con Hessler, no lo recuerdo; pero ciertamente, ni con Godt ni con el Gran Almirante.

P: Usted dijo que el Capitán Kuppisch le había hablado de la opinión dominante en la oficina del Mando de Submarinos sobre la forma en la que se trató a los aviadores del Golfo de Vizcaya.

R: Sí.

P: ¿Le dijo que esa era la opinión del Gran Almirante?

R: No lo recuerdo. Ha pasado demasiado tiempo. Para nosotros, los jefes de las flotillas, era un hecho que la opinión expresada por un responsable del Mando sobre interpretación de normas era la opinión oficial del Mando de Submarinos. Nos dirigíamos personalmente al Almirante Godt sólo en casos en los que los Especialistas del Mando se negaban a comprometerse y asumir la responsabilidad de una respuesta.

P: ¿No sabía usted que lo que ocurrió con estos aviadores en el Golfo de Vizcaya fue exactamente lo contrario de lo que usted ha descrito?

R: No le entiendo.

P: Continúo: se reprochó al comandante que no trajera de vuelta a estos aviadores incluso aunque esto le habría forzado a terminar su patrulla.

R: No, no sabía eso.

P: ¿Le dijo el Capitán de Corbeta Kuppisch en ese segundo ejemplo que usted mencionó que los marineros naufragados deberían haber sido asesinados y las instalaciones de socorro cercanas a la costa americana destruidas?

R: No, sólo dijo que era lamentable que se hubiera rescatado a las tripulaciones.

P: ¿Y usted concluyó que era preferible asesinar a los náufragos?

R: No saqué ninguna conclusión, ya que escuché estos ejemplos sin hacer ningún comentario.

[Página 252]

P: ¿Conoce los reglamentos del Mando de Submarinos? ¿Contienen los principios generales de la guerra submarina?

R: Sí.

P: ¿Hay en los reglamentos alguna orden que diga, o aconseje, que se ha de asesinar a los marineros naufragados o destruir las instalaciones de rescate?

R: Que yo sepa, no.

P: ¿Qué nivel de confidencialidad tenían estos reglamentos?

R: Que yo recuerde, "Geheime Kommandosache", Alto Secreto.

P: ¿Recuerda que en el Reglamento 511, se ordenaba lo siguiente?

Dr. KRANZBUEHLER: Sr. Presidente, cito una orden que presentaré como prueba más adelante. No puedo hacerlo ahora porque aún no tengo el original.

"Reglamento del Oficial Jefe de Submarinos nº 511, 20 de mayo de 1943
Subir a bordo a oficiales de barcos hundidos.

(1) Si lo permiten las instalaciones de alojamiento a bordo, se traerá a los capitanes y jefes de máquinas de los barcos hundidos. El enemigo trata de impedir esto y ha dado la orden siguiente: '(a) No se autoriza a los capitanes a identificarse cuando se les interrogue, y deberían utilizar si es posible a marineros escogidos especialmente para este fin. (b) La tripulación ha de decir que los Capitanes y Jefes de Máquinas se quedaron a bordo'. Si a pesar de un interrogatorio intenso no es posible encontrar a los Capitanes o Jefes de Máquinas, se deberá subir a bordo al resto de oficiales del barco.

(2) No se traerá a los capitanes y oficiales de barcos neutrales que puedan hundirse según el Reglamento nº 101 (por ejemplo, barcos suecos fuera del área de Goteborg), ya que el internamiento de estos oficiales quebrantaría la Ley Internacional.

(3) En caso de que no se pueda hacer prisioneros a los oficiales del barco, se debería traer a miembros de la tripulación si lo permiten las instalaciones de alojamiento y las operaciones posteriores, con el objetivo de interrogarlos para fines militares y propagandísticos.

(4) En caso de hundir un destructor, corbeta o arrastrero solitario, intenten en cualquier caso hacer prisioneros si se puede hacer sin poner en peligro la nave. Los interrogatorios de los prisioneros en campos de interrogatorios pueden proporcionar datos valiosos sobre tácticas antisubmarinos, y sobre dispositivos y armas empleados por el enemigo; esto mismo es aplicable a las tripulaciones de aviones derribados".

  Dr. KRANZBUEHLER:

P: ¿Conoce esa orden? 

R: Esa orden me es familiar.

P: ¿Conoce la orden 513?

"Reglamento del Mando de Submarinos, 1 de junio de 1944, Transporte de Prisioneros.

(1) Las declaraciones de prisioneros son la mejor y más segura fuente de información sobre tácticas enemigas, armas, bases y métodos, e interrogar a prisioneros de aviones y destructores puede ser de importancia máxima para nosotros; por tanto, en la medida de lo posible y sin poner en peligro la nave, se ha de hacer todo lo posible para hacerse con esos prisioneros.
(2) Como los prisioneros suelen tener muchas ganas de hablar cuando son capturados, interróguenlos de inmediato a bordo. Es de especial interés conocer la forma de localizar submarinos desde aviones, si se hace con radar o por localización pasiva; por ejemplo, determinando, por la electricidad o el calor, la localización del submarino. Informen inmediatamente de los prisioneros capturados para entregarlos a barcos que estén regresando".

¿Conoce esa orden?

[Página 253]

¿Ha observado y tratado de aclarar la contradicción entre esas órdenes sobre el rescate de tripulaciones aéreas y la historia que nos contó sobre la destrucción de tripulaciones aéreas?

R: No, porque la orden de septiembre de 1942 incluye la orden de traer como prisioneros a los capitanes y jefes de máquinas.

P: ¿Supo usted de algún caso en el que un submarino trajera a los capitanes y jefes de máquinas, asesinando al resto de la tripulación?

R: No.

P: ¿Considera posible que se pudiera dar esa orden, es decir, que se debía rescatar a parte de la tripulación y asesinar al resto de la tripulación?

R: No, señor. No se puede dar esa orden.

P: ¿Sabe usted, a través de sus reuniones informativas, si algún comandante de submarino destruyó instalaciones de rescate o asesinó a marineros náufragos?

R: No.

P: ¿Se permitía atacar a buques neutrales fueran de las áreas de bloqueo fijadas?

R: Sólo en caso de que no llevaran marcas indicando que eran neutrales, de acuerdo con las especificaciones.

P: ¿Fue el Oficial Jefe del Mando de Submarinos muy estricto en la aplicación de esta orden sobre barcos neutrales?

R: Dado que no conozco esos casos, no puedo decir nada sobre ese asunto.

P: ¿Sabe que se amenazaba a los comandantes con consejos de guerra si no obedecían las órdenes dadas para la protección de los neutrales?

R: Sí, recuerdo un caso acontecido en el Caribe.

P: ¿Recuerda una orden de 1944 que ordenaba que se detuviera e inspeccionara a los barcos neutrales?

R: Sí, se ordenó, no recuerdo la fecha, que los barcos españoles y portugueses en particular en el Atlántico Norte debían ser detenidos e inspeccionados.

P: ¿Transmitió esa orden a los comandantes?

R: Que yo recuerde, esta orden se dio por escrito y está en uno de los reglamentos oficiales. Transmitía órdenes a los comandantes sólo en los casos en los que no se incluían en un reglamento.

P: Al transmitir esa orden, ¿añadió usted si se debía o no poner en práctica esa orden?

R: Sí, recuerdo que dije, cuando llegó por radio esa orden y los comandantes aún no la conocían- que debían ser extremadamente cuidadosos al detener a barcos neutrales, ya que siempre existía el peligro de que un barco neutral informara de la posición del submarino por radio. Debido a la superioridad aérea del enemigo en el Atlántico Norte, siempre era más seguro o mejor no verse obligado a llevar a cabo estas detenciones.

P: ¿Tenía usted orden de hacer esas observaciones adicionales?

R: No. Que yo recuerde, uno de los miembros del Estado Mayor -creo que fue el Capitán Hessler- me dijo que él destacaba que detener cualquier barco, neutrales incluidos, aumentaba el peligro para el submarino.

P: ¿Debido a la superioridad aérea?

R: Sí.

P: ¿Se le ha hablado de la orden sobre "los llamados barcos de rescate"? ¿Lo recuerda?

R: Sí.

P: ¿Eran estos barcos de rescate reconocidos por la Ley Internacional como barcos hospital, con marcas especiales?

A. Que yo sepa, no.


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