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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
Del 7 de enero al 19 de enero de 1946

Vigésimo Noveno Día: Martes, 8 de enero de 1946
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Paso ahora a la página 2, cuárto párrafo del texto en inglés, quinto párrafo del texto en alemán:
"Si la suerte de Sus Excelencias los Obispos ha sido causa de ansiedad para la Santa Sede, no lo ha sido menos, y lo sigue siendo, la situación de un número inmenso de sacerdotes y miembros de órdenes religiosas.

En el territorio ahora denominado 'Warthegau', más de dos mil sacerdotes ejercían su ministerio antes de la guerra, y ahora se han visto reducidos a una cifra muy pequeña.

Según los informes recibidos desde distintos lugares por la Santa Sede, en los primeros meses de la ocupación militar unos cuantos miembros del clero secular fueron fusilados o asesinados de alguna otra manera, mientras que otros, algunos centenares, fueron encarcelados, o tratados de forma humillante, obligados a realizar trabajos indecorosos para su condición, y expuestos a la burla y el desprecio.

Después, mientras un cierto número de religiosos eran exiliados u obligados de alguna forma u otra a refugiarse en el Gobierno General, muchos otros fueron enviados a campos de concentración. A principios de octubre de 1941, los sacerdotes de las diócesis del 'Warthegau' encerrados en Dachau ya eran varios centenares; pero su número se incrementó considerablemente ese mes, tras una abrupta intensificación de medidas policiales que culminaron en el encarcelamiento y deportación de otros cuantos centenares

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de religiosos. 'Kreise' (distritos) enteros se quedaron así sin un sólo clérigo. En la ciudad de Poznan, la atención espiritual de unos 200.000 católicos quedó en manos de no más de cuatro sacerdotes.

No menos doloroso fue el destino reservado al clero regular. Muchos miembros de órdenes religiosas fueron fusilados o asesinados de alguna otra forma; del resto, la gran mayoría terminaron encarcelados, deportados o expulsados.

Asimismo, se tomaron medidas de gran amplitud contra las instituciones que preparaban candidatos al clero. Los seminarios diocesanos de Gniezno y Poznan, de Wladislavia y de Lodz, fueron cerrados. El seminario de Poznan, dedicado a la preparación de sacerdotes destinados a trabajar con los católicos polacos, también fue cerrado.

Se cerraron los noviciados y casas de instrucción de las órdenes religiosas y congregaciones.

Ni siquiera se permitió a las monjas continuar con sus obras benéficas sin ser molestadas. Se creó para ellas un campo de concentración especial en Bojanowo, donde a mediados de 1941 se internó a unas cuatrocientas hermanas, empleándolas en trabajos manuales. El Ministerio del Reich de Exteriores respondió a una representación de la Santa Sede enviada a través de la Nunciatura Apostólica de Berlín en el Memorándum Pol. III, 1886 del 23 de septiembre de ese año que sólo se trataba de una medida temporal adoptada con el consentimiento del Reichstatthalter de Wartheland para solucionar la falta de alojamiento para las monjas católicas polacas. En este mismo memorándum se admitía que como resultado de la reorganización de las instituciones benéficas, muchas monjas católicas se habían quedado sin trabajo.

Pero a pesar de que se declaró que esta medida era temporal, lo cierto es que hacia finales de 1942 había todavía varios centenares de monjas encerradas en Bojanowo. Se sabe que durante algún tiempo se privó a las monjas hasta de ayuda espiritual.

Asimismo, en la cuestión de la educación y la instrucción religiosa de la juventud, no se prestó ninguna atención en el 'Warthegau' a los derechos de la Iglesia Católica.

Se cerraron todas las escuelas católicas".

Paso ahora a la página 4...

EL PRESIDENTE: ¿Quién era el Ministro del Reich de Exteriores cuando se envió ese documento?

CORONEL WHEELER: Era el acusado von Ribbentrop.

Paso a la página 4, el decimo párrafo del texto en inglés, página 5, cuarto párrafo del texto en alemán:

"Se prohibió el uso del polaco en los servicios, e incluso en el Sacramento de Penitencia. Es más -y esto es una cuestión digna de mención especial y está en contra de la ley natural y las disposiciones aceptadas por los sistemas legales de todas las naciones-, para celebrar un matrimonio entre polacos se fijó un límite mínimo de edad de 28 años para los hombres y 25 años para las mujeres.

La acción católica fue tan duramente vapuleada que quedó completamente destruida. El Instituto Nacional, que estaba en cabeza de todo el Movimiento de Acción Católica en Polonia, fue suprimido; como resultado, todas las asociaciones pertenecientes a éste, que estaban floreciendo, así como todas las instituciones católicas culturales, de caridad y servicios sociales, fueron abolidas.

No queda ya en todo el 'Warthegau' ni una sola publicación de prensa católica, y ni siquiera una librería católica.

Se tomaron medidas graves repetidamente con respecto a las propiedades eclesiásticas.

Muchas de las iglesias cerradas al culto público pasaron a tener usos seculares. No se libraron de ese insulto ni siquiera las catedrales

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de Gniezno, Poznan, Wladislavia y Lodz. Se confiscaron residencias episcopales, se expropiaron o embargaron propiedades inmobiliarias pertenecientes a seminarios, conventos, museos diocesanos y bibliotecas, y fondos de la iglesia".
Paso ahora al tercer párrafo completo de la página 5, un párrafo de dos líneas:
"Incluso antes de que se viera afectada la propiedad eclesiástica, se habían abolido las asignaciones para el clero".
Pasando ahora a la página 6, el cuarto párrafo completo del texto en inglés:
"Las normas administrativas publicadas por la oficina del Statthalter para la aplicación de la Ordenanza del 13 de septiembre de 1941 hicieron la situación de los católicos en esa región aún más difícil.

Por ejemplo, el 19 de noviembre de 1941 el Reichstatthalter aprobó un decreto por el que, entre otras cosas, al igual que en el anterior del 13 de septiembre, las propiedades de las antiguas personas jurídicas de la Iglesia Católica Romana se transferían a la 'Romisch- Katholische Kirche deutscher Nationalitat im Reichsgau Wartheland' al efecto de que, a petición del antes mencionado
'Religionsgesellschaft'  esa propiedad sería reconocida por el Reichsstatthalter como 'propiedad no polaca'. Por este decreto se perdieron prácticamente todos los bienes de la Iglesia Católica en el 'Warthegau'.

Paso ahora a la página 7, el segundo párrafo completo:
"Si pasamos del 'Warthegau' al resto de territorios del Este, por desgracia nos encontramos allí también con acciones y medidas contra los derechos de la Iglesia y de la fe católica, aunque varían en gravedad y extensión de un lugar a otro.

En las provincias que fueron declaradas anexionadas al Reich Alemán e incorporadas al Gaue de Prusia Oriental, Danzig-Prusia Occidental, y Silesia Superior, la situación es prácticamente la misma que la descrita anteriormente con respecto a seminarios, el uso de la lengua materna polaca en servicios, obras de caridad, asociaciones de Acción Católica y la separación de los fieles según la nacionalidad. Allí también hay que deplorar el cierre de iglesias al culto, el exilio, deportación y muerte violenta de no pocos clérigos (reducidos en dos tercios en la diócesis de Culma, y al menos en un tercio en la diócesis de Katowice), la supresión de la instrucción religiosa en las escuelas, y por encima de todo la total supresión de facto del Obispado. Después de que al Obispo de Culma, que se había marchado durante las operaciones militares, no se le concediera permiso para volver a su diócesis, en febrero de 1941 se expulsó al Obispo de Plock y a su Auxiliar, muriendo ambos en prisión; el obispo, el venerable octogenario Monseñor Julian Anthony Nowowiejski, murió en Dzialdowo el 28 de mayo de 1941, y el Auxiliar Monseñor Leo Wetmanski, en un 'campo de tránsito' el 10 de octubre del mismo año.

En el territorio llamado Gobierno General, al igual que en las provincias polacas que habían sido ocupadas por tropas soviéticas en el periodo de septiembre de 1939 a junio de 1941, la situación religiosa es tal como para causar a la Santa Sede una viva aprensión y una seria preocupación. Sin detenernos a describir el trato dado en muchos casos al clero (sacerdotes encarcelados, deportados e incluso ejecutados), la confiscación de propiedades eclesiásticas, el cierre de iglesias, la supresión incluso de asociaciones y publicaciones de carácter simple y exclusivamente religioso, el cierre de las escuelas católicas de secundaria y superiores, y de la Universidad Católica de Lublin, basta mencionar dos series de medidas especialmente graves: las que afectan a los seminarios y las que afectan al Obispado.

Cuando se ocuparon en parte o completamente los edificios de varios seminarios, la intención durante algún tiempo (noviembre de 1940-febrero de

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1941) fue limitar estas instituciones destinadas a la formación de sacerdotes a dos: el de Cracovia y el de Sandomir; después se permitió reabrir el resto, pero sólo a condición de que no se admitieran nuevos estudiantes, lo que en la práctica inevitablemente significa que todas estas instituciones tendrán que cerrar pronto".
Omito el párrafo siguiente.
"Se ha mencionado varias veces a clérigos deportados o confinados en campos de concentración. La mayoría fueron transferidos al Altreich, donde su número ya excede el millar".
EL PRESIDENTE: ¿Qué era el "Altreich"?

CORONEL WHEELER: El Altreich es el Antiguo Reich de Alemania.

EL PRESIDENTE: Sí.

CORONEL WHEELER:

"Cuando la Santa Sede pidió que se les liberara y se les permitiera emigrar a países neutrales de Europa o América (1940), se rechazó la petición; tan sólo se prometió que se les reuniría a todos en el campo de concentración de Dachau, que estarían excusados de hacer trabajos demasiado pesados, y que a algunos se les permitiría decir misa a la que podría acudir el resto.

El trato dado a los clérigos encerrados en Dachau, que durante un tiempo en 1941 fue ciertamente más suave de alguna manera, se volvió peor de nuevo al final de ese año. Especialmente tristes fueron las noticias que llegaron durante muchos meses en 1942 de ese campo informando de la frecuente muerte de sacerdotes, incluso de algunos jóvenes sacerdotes".

Salto dos párrafos:
"No se permite a los polacos católicos casarse en el territorio del Altreich; igualmente, las solicitudes de instrucción religiosa o instrucción preparatoria para la Confesión y la Comunión de los hijos de estos trabajadores, en principio, no se aceptan".
Lo que ocurrió con las quejas -incluso las de El Vaticano- sobre cuestiones religiosas en los territorios conquistados está recogido en el documento 3266-PS, prueba USA 573, que presento ahora como prueba. Es una carta del Cardenal Arzobispo de Breslau dirigida al Secretario de Estado Papal, del 7 de diciembre de 1942. Viene acompañada de una certificación vaticana similar a las ya leídas.

Esta carta demuestra la responsabilidad de la Cancillería del Partido en decidir la política y ejercer la autoridad final en cuestiones religiosas en los territorios ocupados. Cito en la página 1, el primer párrafo de esta carta, y le recuerdo al Tribunal que el acusado Bormann era en aquel tiempo Jefe de la Cancillería del Partido Nazi y que el acusado Kaltenbrunner era el Jefe de la Reichssicherheitshauptamt, la RSHA. Cito el documento 3266-PS, comenzando por la sexta línea:

"No sólo protesté por algunos de las ultrajes más graves cometidos contra la Iglesia en cada momento que ocurría un incidente individual, sino que además hice una protesta formal en un documento que, como portavoz de la Jerarquía, envié al Jefe Supremo del Estado y a los Ministerios del Reich el 10 de diciembre de 1941. No hemos recibido ni una palabra por respuesta.

Su Eminencia sabe muy bien que la mayor dificultad para abrir negociaciones proviene de la autoridad que la Cancillería del Partido Nacionalsocialista ejerce sobre la cancillería del Reich y los Ministerios del Reich. Esta 'Parteikanzlei' marca el camino que ha de seguir el Estado, mientras que los Ministerios y la Cancillería del Reich están obligados y forzados a ajustar sus decretos a estas directrices. Además, hay que tener en cuenta el hecho de que la Oficina Suprema para la Seguridad del Reich, la 'Reichssicherheitshauptamt' disfruta de una autoridad que está por encima de toda acción judicial y de toda apelación.

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De ella dependen las Oficinas Secretas para la Seguridad Pública, llamadas 'Geheime Staatspolizei' (un nombre abreviado normalmente con 'Gestapo'), habiendo una por provincia. No hay posibilidad de apelar en los tribunales contra los decretos de esta Oficina Central y de las Oficinas Secretas, y no tiene efecto ninguna queja a los Ministerios. Es habitual que los consejeros de los ministerios dén a entender que no han actuado como ellos habrían querido debido a la oposición de estas oficinas del Partido. Por lo que respecta al poder ejecutivo, la organización llamada las SS, es decir, 'Die Schutzstaffeln der Partei', tiene autoridad suprema en la práctica.

Hemos presentado nuestras quejas también por varias cuestiones muy graves y fundamentales al Líder Supremo del Reich, el Führer. O no se da ninguna respuesta, o al parecer son corregidas por la antes mencionada Cancillería del Partido, que no se considera vinculada a cumplir el Concordato firmado con la Santa Sede".

Presento ahora el documento número 3279-PS, prueba USA 574. Es un fragmento del Cargo número 17 contra el acusado Hans Frank, Gobernador General de Polonia, titulado "Maltrato y Persecución del Clero Católico en las Provincias Occidentales", enviado por el Gobierno Polaco según los términos del Artículo 21 del Acuerdo de las Cuatro Potencias del 2 de agosto de 1945. Nos proporciona cifras adicionales que indican la extensión de la persecución de sacerdotes. Cito:
"El fragmento adjunto, que trata de las 'Condiciones Generales y Resultados de la Persecución' es del texto del Clero Católico de las Provincias Occientales Anexionadas de Polonia. Es una traducción fidedigna al inglés del original en polaco.

Se envía al Tribunal Militar Internacional de acuerdo con el Artículo 21 del Estatuto del Tribunal.

Firmado: Dr. Tadeuez Cyprian, Vicerrepresentante Polaco en la Comisión sobre Crímenes de Guerra de Naciones Unidas en Londres, firmando en nombre del Gobierno Polaco y de la Comisión Central para la Investigación de los Crímenes de Guerra Alemanes en Polonia, cuyo sello adjunto".

EL PRESIDENTE: Creo que no es necesario que lea usted esos certificados.

CORONEL WHEELER: Este es el único que tengo, Señoría. Leo ahora este fragmento:

"Condiciones Generales y Resultados de la Persecución:

11. La situación general del clero en la Archidiócesis de Poznan a comienzos de abril de 1940 se resume en las siguientes palabras del segundo informe del Cardenal Hlond:

5 sacerdotes fusilados; 27 sacerdotes confinados en duros campos de concentración en Stutthof y en otros campos; 190 sacerdotes en prisión o en campos de concentración en Bruczkov, Chlodowo, Gerusski, Kazimierz, Buskupi, Lad, Lublin y Puszczykovo; 35 sacerdotes gravemente enfermos debido a los malos tratos; 122 parroquias sin sacerdotes.

12. En la diócesis de Chelmno, donde había unos 650 sacerdotes antes de la Guerra, sólo se permitió permanecer allí al 3 por ciento, siendo el 97 por cierto restante encarcelado, ejecutado o enviado a campos de concentración. 

13. Llegado enero de 1941, unos 700 sacerdotes habían sido ejecutados, otros 3.000 estaban en prisión o en campos de concentración".

Les remito también al documento 3268-A-PS, prueba USA 356, fragmentos de la Alocución del Papa Pío XII al Colegio Sacro, 2 de junio de 1945, que ya se ha presentado como prueba y que se ha citado ampliamente. No lo

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leeré de nuevo. Este documento da cifras muy reveladoras sobre los sacerdotes y frailes confinados en el campo de concentración de Dachau.

El Tribunal recordará, de la lectura anterior de este documento, el encarcelamiento de 2.800 sacerdotes y frailes en Dachau de 1940 a 1945, de los que unos 800 habían muerto llegado abril de 1945, incluido un Obispo Auxiliar.

Este documento es un resumen contundente de los pasos principales de la lucha de los conspiradores nazis contra la Iglesia Católica.

Resumiendo, la acusación alega que las pruebas presentadas al Tribunal demuestran que el intento de supresión de las Iglesias Cristianas en Alemania, Austria, Checoslovaquia y Polonia era una parte fundamental de la conspiración de los acusados para eliminar la oposición interna, y además para preparar y llevar a cabo una guerra de agresión, demostrando seguir el mismo patrón conspiratorio de sus otros Crímenes de Guerra y Crímenes contra la Humanidad. 


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