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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
Del 7 de enero al 19 de enero de 1946

Vigésimo Octavo Día: Lunes, 7 de enero de 1946
(5 de 10)


[Página 19]

EL PRESIDENTE: Coronel Taylor, ¿leyó usted el párrafo 5 (1) de la página 10?

CORONEL TAYLOR: ¿El 5 (1) de la página 10? Leí la primera frase, Señoría. ¿Quiere que lo lea entero?

EL PRESIDENTE: Creo que quizás usted debería llegar hasta el final.

CORONEL TAYLOR:

"En ocasiones, las condiciones existentes en los asilos de lunáticos requirieron la actuación de la Policía de Seguridad. Muchas instituciones habían sido saqueadas por los rusos en su retirada y no quedaba ni un solo alimento. Era habitual que el personal de guardia y cocina hubiera huido. Los internos de varias instituciones se escaparon y se convirtieron en un peligro para la seguridad general; por tanto, se liquidó en Aglona (Lituania) a 544 lunáticos; 109 en Mariampol (Lituania) y en Magutovo, cerca de Luga, otros 95".
Volviendo a la página 17, el primer párrafo de esa página:
"Cuando se decidió incluir en las operaciones alemanas a Leningrado e incluir también en las actividades del Grupo Einsatz A a esta ciudad, dí orden el 18 de julio de 1941 a secciones de los Comandos Einsatz 2 y 3 y al Mando del Grupo de que avanzaran hasta Novosselye para preparar estas actividades y de que estuvieran listos para desplegarse lo antes posible en el área que rodea a Leningrado y en la propia ciudad. El avance de las fuerzas del Grupo Einsatz A, que se pretendía usar en Leningrado, se realizó de acuerdo con el Grupo Panzer 4 y por expreso deseo de éste".
La cita final de este documento es el último párrafo de la página 18:
"Los Comandos Einsatz del Grupo Einsatz A de la Policía de Seguridad participaron desde el principio en la lucha contra la molestia causada por los partisanos. La colaboración estrecha con las Fuerzas Armadas y el intercambio de experiencias vividas en la lucha contra los partisanos tuvo como resultado un profundo conocimiento del origen, organización, fuerza, equipo y sistema usado por los partisanos rojos a medida que pasó el tiempo".
A la vista de estos documentos, querría pasar a algunas de las declaraciones juradas que quedan y que se han entregado al Tribunal en el Libro de Documentos 1. Estos testimonios son de oficiales responsables tanto de la Wehrmacht como de las SS, y proporcionan un trasfondo a los documentos.

La declaración número 12 es una declaración de Schellenberg, y en vista de que su contenido ha sido comentado ya en el testimonio de Schellenberg y de Ohlendorf, no tengo intención de leerla. Habla prácticamente de lo mismo, y no veo razón por la que malgastar el tiempo del Tribunal leyéndola. Querría que se incluyera en el sumario, sujeta a la regla habitual de que la defensa podrá hacer preguntas a Schellenberg sobre cualquiera de estos temas. La declaración está disponible en francés y ruso, así como en inglés y en alemán para la defensa, así que paso a la siguiente.

Paso a la declaración número 13, que será la prueba USA 558. La declaración de Schellenberg será la 557. Es una declaración jurada de Wilhelm Scheidt, un capitán retirado del Ejército Alemán que trabajó en la Sección de Historia Militar del OKW de 1941 a 1945. Arroja mucha luz sobre las relaciones entre la Wehrmacht y las SS en los estamentos superiores en lo relativo a la guerra anti-partisanos. Leeré esta declaración:

"Yo, Wilhelm Scheidt, pertenecí a la Sección de Historia Militar del OKW de 1941 a 1945.

[Página 20]

Sobre la cuestión de la guerra anti-partisanos, declaro que recuerdo lo siguiente de los documentos que vi del Estado Mayor de Operaciones del OKW y de las conversaciones mantenidas en el cuartel general del Führer con el General de División Walter Scherff, al que el Führer había encargado elaborar la Historia de la guerra.

La guerra anti-partisanos era al principio responsabilidad del Reichsführer de las SS Heinrich Himmler, que envió fuerzas policiales a hacerse cargo de este asunto.

Sin embargo, en los años 1942 y 1943, la guerra anti-partisanos se desarrolló hasta tal punto que el Estado Mayor de Operaciones del OKW tuvo que prestarle una atención especial. Se demostró necesario llevar a cabo grandes operaciones contra los partisanos con tropas de la Wehrmacht en territorio ruso y yugoslavo. Las operaciones partisanas amenazaron durante mucho tiempo con cortar las líneas de comunicaciones y las vías de transporte necesarias para proporcionar suministros a la Wehrmacht alemana. Por ejemplo, un informe mensual sobre los ataques a las líneas férreas en la Rusia ocupada reveló que, sólo en el área rusa, hubo cada mes entre 800 y 1.000 ataques durante ese periodo, causando entre otras cosas la pérdida de entre 200 y 300 locomotoras.

Era bien conocido que en la guerra partisana había crueldad en ambos bandos. Se sabía bien que se tomaban represalias contra rehenes y comunidades de cuyos habitantes se sospechara que eran partisanos o que los habían apoyado. Está fuera de toda duda que estos hechos los tenían que saber los oficiales superiores del Estado Mayor de Operaciones del OKW y del Estado Mayor del Ejército. Se sabía también que Hitler consideraba que el único método que podía tener éxito en la guerra anti-partisana era emplear castigos crueles como medio disuasorio.

Recuerdo que cuando tuvo lugar la revuelta polaca en Varsovia, el Gruppenführer de las SS Fegelein informó al Generaloberst Guderian y a Jodl de las atrocidades cometidas por la Brigada Rusa Kaminski de las SS, que luchaba en el lado alemán",

Los documentos del extranjero y los testimonios de Ohlendorff y Schellenberg hablan de los preparativos realizados por el OKW, el OKH y el cuartel general de Hitler para la guerra antipartisana. Demuestran concluyentemente que estos preparativos se hicieron conjuntamente, y que el Alto Mando de las Fuerzas Armadas no sólo era plenamente consciente, sino que además participó activamente en estos planes.

Pasando ahora al campo de batalla, quiero leer tres declaraciones del General Hans Rottiger, que serán las Declaraciones números 15 y 16, pruebas USA 559 y 560. El General Rottiger fue General de Tropas Panzer, el equivalente a un Teniente General del Ejército Americano, y fue Jefe de Estado Mayor del Cuarto Ejército Alemán, y posteriormente del Grupo de Ejércitos Centro en el Frente Oriental, durante el periodo de tiempo del que habla.

La primera declaración es la siguiente:

"Como Jefe de Estado Mayor del Cuarto Ejército desde mayo de 1942 a junio de 1943, al que se añadió después el área del Noveno Ejército, tuve con frecuencia ocasión de ocuparme oficialmente de la guerra anti-partisanos. Durante estas operaciones las tropas recibieron órdenes de las autoridades supremas, como por ejemplo el OKH, de usar los métodos más duros posibles. Estas operaciones eran llevadas a cabo por tropas del Grupo de Ejércitos y del Ejército, como por ejemplo, batallones de seguridad.

Al principio, de acuerdo con las órdenes que se dieron por canales oficiales, se hacían pocos prisioneros. Según las órdenes, los judíos, los comisarios políticos y los agentes eran entregados al SD.

[Página 21]

El número de enemigos muertos mencionado en los informes oficiales era muy alto en comparación con nuestras bajas. Viendo los documentos que se me han mostrado, ahora soy consciente de que la orden de las autoridades supremas de ser lo más duros que fuera posible en la guerra anti-partisana sólo podía tener como objetivo lograr una aniquilación implacable de judíos y otros elementos indeseables, recurriendo para este fin a la lucha militar del Ejército contra los partisanos".
La segunda declaración:
Como complemento a mi declaración anterior, declaro lo siguiente: "Como expresé verbalmente el 28 de noviembre, mi entonces Comandante en Jefe del Cuarto Ejército indicó a sus tropas muchas veces que no actuaran contra los partisanos de una forma más severa que la requerida en aquel tiempo y aquella posición. Esta lucha sólo debía llegar a la aniquilación del enemigo después de que fallaran todos los demás métodos para lograr una rendición. Aparte de las razones humanitarias, teníamos interés en hacer prisioneros, ya que muchos de ellos podían ser usados como miembros de las unidades locales voluntarias de guerra anti-partisana.

Junto a la necesaria lucha activa contra los partisanos, había propaganda dirigida a ellos, y también a la población, con el objetivo de hacer que cesaran en sus actividades partisanas por medios pacíficos. Por ejemplo, se urgía continuamente a las mujeres a que hicieran salir a sus hombres de los bosques o a que evitaran de otras formas que se unieran a los partisanos, y esta propaganda tuvo buenos resultados. En la primavera de 1943, el área del Cuarto Ejército podía considerarse limpia de partisanos. Sólo en sus límites, y de vez en cuando, se veía a partisanos, cuando se metían en el área del Cuarto Ejército procedentes de las áreas vecinas. El Ejército se vio obligado por esta razón, por orden del Grupo de Ejércitos, a proporcionar fuerzas de seguridad al ejército vecino en el sur".

La tercera declaración de Rottiger, número 16:
"Durante mi periodo de servicio en 1942-1943 como Jefe de Estado Mayor del Cuarto Ejército del Grupo de Ejércitos Centro, se incorporaron unidades del SD aparentemente con el fin de realizar acciones de contrainteligencia en las áreas del frente. Estaba claro que estas unidades del SD causaban grandes problemas a la población civil local, con el resultado de que mi oficial al mando pidió al Comandante en Jefe del Grupo de Ejércitos, el Mariscal de Campo von Kluge, que ordenara a las unidades del SD apartarse de las áreas del frente. Esto se hizo de inmediato. La razón de esto fue sobre todo que los excesos de las unidades del SD, en forma de ejecuciones de judíos y otras personas, alcanzaron tales proporciones que amenazaban la seguridad del Ejército en sus áreas de combate, ya que enfurecieron a la población civil. Aunque en general las misiones especiales de las unidades del SD eran bien conocidas y parecían llevarse a cabo con el conocimiento de las autoridades militares supremas, nos opusimos a estos métodos hasta donde pudimos debido al peligro que entrañaban para nuestras tropas".
Querría ahora presentar un documento final, el último documento, 1786-PS, que será la prueba USA 561. Es un extracto del Diario de Guerra del Subjefe del Estado Mayor de Operaciones de las Fuerzas Armadas, del 14 de marzo de 1943. Quiero leer los dos últimos párrafos, que hablan del problema de enviar a sospechosos de ser partisanos a campos de concentración en Alemania.

El Tribunal verá en los fragmentos que leeré que el Ejército estaba principalmente preocupado con mantener un trato suficientemente severo a los sospechosos de ser partisanos sin que al mismo tiempo se obstruyera la obtención de mano de obra en los territorios ocupados.

[Página 22]

Leeré los dos últimos párrafos:
"El Intendente General, junto con el Estado Mayor de Economía, han propuesto que los deportados sean enviados o a campos de prisioneros o a centros de entrenamiento dentro de su propia área, y que la deportación a Alemania sólo tenga lugar cuando los deportados estén en libertad condicional y en casos menos serios.

Según el punto de vista del Estado Mayor de Operaciones de las Fuerzas Armadas, esta propuesta no tiene en cuenta lo suficiente la severidad requerida, y lleva a hacer una comparación con el trato dado a la 'población pacífica' que ha sido movilizada para trabajar. Recomienda, por tanto, el transporte a campos de concentración en Alemania que ya hayan sido puestos por el Reichsführer SS bajo su jurisdicción, campos que está preparado para transferir a las Fuerzas Armadas en caso de una extensión a la provincia de éstas. El Alto Mando de las Fuerzas Armadas ordena por tanto: que los sospechosos de ser partisanos o de apoyarlos que no vayan a ser ejecutados sean entregados al Líder Superior de las SS y la Policía competente, y que se deje clara a la población la diferencia entre 'trabajo de castigo' y 'trabajo en Alemania' ".

Finalmente, querría presentar un grupo de cuatro declaraciones juradas que demuestran que las acciones anti-partisanos en el Frente Oriental estuvieron bajo el mando de la Wehrmacht y fueron apoyadas por ésta, y que las características de estas acciones eran totalmente conocidas por la Wehrmacht.

La primera es la Declaración nº 17, prueba USA 562, de Ernst Rode, que fue Brigadeführer de las SS y General de División de la Policía, y que fue miembro del Mando personal de Himmler de 1943 a 1945:

"Yo, Ernst Rode, fui anteriormente Jefe del Mando del Reichsführer de las SS, habiendo asumido este cargo en la primavera de 1943, como sucesor del anterior Obergruppenführer de las SS Kurt Knoblauch. Mi rango final fue el de General de División de la Policía y de las Waffen SS. Mi función era proporcionar las fuerzas necesarias para la guerra anti-partisanos a los líderes superiores de las SS y la Policía, y garantizar el apoyo de las Fuerzas Armadas. Esto tenía lugar a través de conversaciones personales con los oficiales principales del Estado Mayor de Operaciones del OKW y el OKH, sobre todo con el General Warlimont, el General von Buttlar, el Generaloberst Guderian, el Generaloberst Zeitzler, el General Heusinger, después el General Wenk, el Coronel Graf Kielmannsegg y posteriormente, el Coronel von Bonin. Ya que la guerra anti-partisanos estaba también bajo el mando único de cada Comandante en Jefe del Ejército en las áreas de operaciones -por ejemplo, en el Grupo de Ejércitos Centro bajo el mando del Mariscal de Campo Kluge, y después bajo el de Busch- y dado que las tropas policiales estaban constantemente ocupadas en los Comisariados del Reich, la dirección de esta guerra recayó casi totalmente en manos del Ejército. Asimismo, las órdenes no eran dadas por Himmler, sino por el OKH. Las tropas de las SS y la Policía transferidas a áreas de operaciones desde los Comisariados del Reich para apoyar a los Grupos de Ejército estaban también bajo el mando de éste. Esas transferencias con frecuencia causaban problemas a la lucha anti-partisanos en los Comisariados del Reich. Según un acuerdo específico entre Himmler y el OKH, la dirección de las operaciones individuales quedaba en manos del líder de las tropas que dirigía al contingente de tropas más numeroso. Era por tanto posible que un General del Ejército tuviera a las SS y la Policía bajo su mando y que, por otro lado, tropas del Ejército quedaran bajo el mando de un General de las SS y la Policía. Las acciones anti-partisanos en áreas operativas nunca podían ser ordenadas por Himmler. Como mucho, podía solicitar al OKH que las ordenara, hasta 1944, la mayoría de las veces a través de la intervención del Generalquartiermeister Wagner, o a través del Secretario de Estado Ganzenmuller. El OKH daba entonces las órdenes necesarias a los grupos de ejército correspondientes.

[Página 23]

La dureza y crueldad con la que los rusos llevaban a cabo la intrínsecamente diabólica guerra partisana había ya provocado que Hitler aprobara leyes draconianas para hacerle frente. Estas órdenes, que fueron dadas a las tropas a través del OKW y el OKH eran aplicables tanto a tropas del Ejército como a las de las SS y la Policía. No había absolutamente ninguna diferencia en la forma en la que estos dos componentes llevaban a cabo esta guerra. Los soldados del Ejército estaban igual de llenos de rencor contra el enemigo que los de las SS y la Policía.

Como resultado de este resentimiento, las órdenes eran ejecutadas implacablemente por ambos componentes, algo que también era parte de las intenciones o deseos de Hitler. Como prueba de esto, se puede tomar como ejemplo una orden del OKW y el OKH que decía que todos los partisanos capturados, judíos, agentes y comisarios políticos, debían ser entregados sin demora por las tropas al SD para recibir tratamiento especial. Esta orden también decía que en la guerra anti-partisanos no se podían hacer más prisioneros que los mencionados anteriormente. El hecho de que la guerra anti-partisanos fue ejecutada por tropas del Ejército implacablemente y hasta el límite es algo que sé a través de conversaciones con líderes de tropas del ejército, por ejemplo, con el General Herzog, Comandante del 38º Cuerpo de Ejército, y con su Jefe de Estado Mayor, el Coronel Pamberg, del Estado Mayor, corroborando ambos mi opinión. Hoy tengo claro que la guerra anti-partisanos se convirtió gradualmente en una excusa para la aniquilación sistemática de judíos y eslavos".

Señoría, me han indicado que me equivoqué al leer y dije "Hitler" en lugar de "Himmler".

Quiero presentar a continuación otra declaración más breve de Rode que demuestra que los Einsatzgruppen del SD estaban bajo mando de la Wehrmacht. Es la Declaración número 18, prueba USA 563:

"Por lo que sé, los Grupos de Combate del SD incluidos en los Grupos de Ejércitos individuales estaban totalmente subordinados a éstos, tanto tácticamente como de cualquier otra forma. Los Comandantes en Jefe conocían por tanto las misiones y métodos operativos de estas unidades. Aprobaban claramente estas misiones y métodos operativos, ya que al parecer nunca se opusieron a ellos. El hecho de que prisioneros como los judíos, agentes y comisarios que eran entregados al SD sufrieran la misma muerte cruel que las víctimas de las llamadas purificaciones es una prueba de que aprobaban las ejecuciones. Esto también se correspondía con lo que querían las autoridades supremas políticas y militares. Se hacía mención frecuentemente de estos métodos con total naturalidad en mi presencia en el OKW y el OKH, y eran condenados por la mayoría de los oficiales de las SS y de la Policía, igual que por la mayoría de los oficiales del ejército. En esas ocasiones siempre señalé que habría estado al alcance de la autoridad de los Comandantes en Jefe de los Grupos de Ejércitos el oponerse a esos métodos. Estoy totalmente convencido de que una protesta enérgica y común de todos los Mariscales de Campo habría provocado un cambio en estas misiones y métodos. Si llegan a decir que entonces les habrían reemplazado Comandantes en Jefe aún más implacables, en mi opinión, será una excusa estúpida y cobarde".
Querría leer a continuación la última declaración, la número 24, en el Libro de Documentos 1.

EL PRESIDENTE: Coronel Taylor, a no ser que vaya usted a terminar esta parte en concreto, creo que sería mejor que nos retiráramos ahora.

CORONEL TAYLOR: Terminaré con dos declaraciones, Señoría, pero me llevará probablemente diez minutos hacerlo. 


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