[an error occurred while processing this directive] Nuremberg, crimenes contra la Humanidad, crimenes de guerra

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
Del 3 al 14 de diciembre de 1945

Decimosexto Día: Lunes, 10 de diciembre de 1945
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Hitler hizo pública una proclama el día del ataque para anunciar este acto de perfidia al mundo. El texto de estas declaraciones ya ha sido presentado ante el Tribunal por mis colegas británicos, así que querría tan sólo comentarlo en este punto citando esta frase:
"Por tanto, hoy he decidido poner el destino de Europa de nuevo en manos de nuestros soldados".
Este anuncio le dijo al mundo que se había arrojado el dado; los planes concebidos ocultamente casi un año antes, y desarrollados secretamente de forma continua desde entonces, se habían puesto en marcha. Estos conspiradores, habiendo preparando cuidadosa y totalmente esta guerra de agresión, procedieron ahora a iniciarla y ejecutarla.

Esto nos lleva a analizar los motivos del ataque. Antes de entrar en las razones positivas, querría primero señalar que no sólo se daba el hecho de que Alemania se había comprometido solemnemente a no atacar la U.R.S.S., sino que además durante el periodo que va de agosto de 1939 a la invasión de 1941, la Unión Soviética se mantuvo fiel a sus acuerdos con Alemania y no mostró ninguna intención agresiva hacia territorios del Reich Alemán. El General Thomas, por ejemplo, señala en su borrador de "Hechos Básicos para una Historia de la Economía de Guerra y Armamento Alemana", que es nuestro documento 2353-PS y que presenté antes como prueba USA 35, que en cuanto al tratado de comercio germano-soviético del 11 de agosto de 1939, los soviéticos realizaron sus entregas desde entonces hasta el final.

Thomas señala que las entregas de los soviéticos se hacían por lo general rápido y bien, y dado que los alimentos y materias primas enviados eran considerados esenciales para la economía alemana, se hicieron esfuerzos para cumplir también por su parte. Sin embargo, a medida que avanzaron los preparativos para la campaña, los nazis se preocuparon menos de cumplir con las obligaciones contraídas por ese acuerdo. En la página 315 de su libro Thomas dice, y leo de la página 9 de la traducción al inglés:

"Más adelante disminuyó la urgencia de las entregas rusas, ya que los preparativos para la campaña en el Este ya estaban en marcha"- con esto se refiere claramente a las entregas alemanas a Rusia, no a lo que los rusos enviaban.

"Los rusos realizaron sus envíos según lo planeado hasta justo antes del ataque; incluso en los últimos días se entregaron transportes de caucho del Lejano Oriente por medio de trenes expreso". 

Y en la página 444 este autor expone este punto aún más claramente cuando dice, y leo del primer párrafo de la página 14 de la traducción al inglés:
"Además de las negociaciones italianas, hasta junio de 1941 se prestó una enorme atención a las negociaciones con Rusia. El Führer dio la orden de que para camuflar..."
EL PRESIDENTE: ¿Está ahora leyendo un documento?

SR. ALDERMAN: Sí.

EL PRESIDENTE: ¿Dónde está eso?

SR. ALDERMAN : Es la página 14 de la traducción al inglés de estas notas.

EL PRESIDENTE: Gracias.

"El Führer dio la orden de que, para camuflar los movimientos de tropas alemanes, se debían entregar los pedidos hechos por Rusia a Alemania

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lo más rápido posible. Dado que los rusos sólo hacían envíos de grano cuando los alemanes entregaban pedidos hechos por los rusos, y dado que, en el caso de las empresas individuales, estas entregas a Rusia les hacía imposible atender pedidos de las Fuerzas Armadas alemanas, la oficina Wi Rue tuvo que llevar a cabo numerosas negociaciones individuales con empresas alemanas para coordinar los pedidos rusos con los de los alemanes atendiendo a la prioridad. De acuerdo con los deseos del Ministerio de Exteriores, se indicó a la industria alemana que aceptara todos los pedidos rusos, incluso aunque fuera imposible atenderlos en el límite de tiempo fijado para la fabricación y entrega. Debido a que en mayo especialmente se tenían que hacer grandes envíos a la Armada, se indicó a las empresas que permitieran que el equipo pasara por la Comisión de Aceptación Rusa para después retardar su transporte hasta el punto de hacer imposible que se entregara en la frontera antes del comienzo del ataque alemán".
La Unión Soviética no sólo se mantuvo fiel al tratado con Alemania, sino que además las pruebas demuestran que no tenía ninguna intención agresiva hacia ningún territorio alemán. Nuestro documento C-170, que es la prueba USA 136, es, como he dicho antes, un archivo sobre las relaciones ruso-germanas que se encontró en los archivos del Alto Mando Naval y que cubre todo el periodo que va desde el tratado hasta el ataque. Las entradas de este archivo demuestran de forma concluyente lo que acabo de afirmar. Creo que bastará con leerle al Tribunal unas pocas entradas, entre las que hay informes del Embajador alemán en Moscú de hasta junio de 1941. Leeré la primera entrada, "165", en la página 21 de la traducción al inglés. Es del 4 de junio.
"Al parecer, no ha habido cambios en la relación entre Alemania y Rusia; los envíos rusos continúan, con gran satisfacción. El gobierno ruso está dispuesto a todo para evitar un conflicto con Alemania".
En la entrada 167, en la página 22 de la traducción al inglés, dice:
"6 de junio. El Embajador en Moscú informa: Rusia sólo luchará si es atacada por Alemania. La situación se considera en Moscú mucho más seria que antes. Todos los preparativos militares se han hecho con cautela- hasta donde se ha podido averiguar, sólo defensivos. La política de Rusia sigue orientada a mantener la mejor relación posible con Alemania".
La siguiente es la entrada 169, también en la página 22, del 7 de junio:
"Del informe del Embajador en Moscú: todo lo observado lleva a pensar que Stalin y Molotov, que son los únicos responsables de la política exterior rusa, están haciendo todo lo posible para evitar un conflicto con Alemania. El comportamiento en todo momento del Gobierno, así como la actitud de la prensa, que informa de todos los hechos sobre Alemania de una forma objetiva e irrefutable, lo demuestran. El cumplimiento leal del tratado económico con Alemania demuestra lo mismo"- es el Embajador alemán el que les habla a ustedes.
Por tanto, las razones que llevaron al ataque a la Unión Soviética no pudieron ser defensa propia o ruptura de tratados. La verdad, sin lugar a dudas, es que, como han demostrado claramente las pruebas presentadas sobre la planificación y preparativos, hubo más de un motivo que llevara a la decisión de los conspiradores nazis de lanzar su agresión contra la U.R.S.S. Todos, sin embargo, parecen fundirse en un único gran motivo de la política nazi. El patrón en el que se puede decir que encajan estas diversas razones que llevaron a la decisión de atacar es la ambición tradicional nazi de expandirse hacia el Este

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a costa de la U.R.S.S. Esta versión nazi de un anterior lema imperial, "Drang nach Osten", o el empuje hacia el Este, había sido un principio fundamental del Partido Nazi casi desde su nacimiento, y se apoyaba en dos bases gemelas, la estrategia política y el engrandecimiento económico. Políticamente, dicha acción suponía la eliminación del poderoso país del Este, que podía constituir una amenaza a las ambiciones alemanas, y adquisición de "Lebensraum", mientras que en el aspecto económico, ofrecía oportunidades magníficas para el saqueo de enormes cantidades de alimentos, materias primas y otros suministros, yendo mucho más allá de cualquier explotación legítima con fines militares según los principios de la Convención de Ginebra. Es indudable que las demandas de alimentos y materias primas de la economía de guerra alemana sirvieron para estimular el atractivo del aspecto económico de esta teoría, a la vez que las dificultades que Alemania estaba experimentando para derrotar a Inglaterra reafirmaron en los conspiradores nazis el lema imperial temporalmente olvidado de eliminar como factor político a su único y formidable oponente en el continente.

Ya en 1923, Hitler expuso esta teoría con cierto detalle en Mein Kampf, donde dijo, y cito de la página 641 de la edición inglesa de Houghton Mifflin:

"Hay dos razones que me llevan a someter a un examen especial la relación de Alemania con Rusia:

1. Quizás aquí nos estemos enfrentando con la preocupación más decisiva de toda la política exterior alemana; y

2. Esta cuestión es también la piedra de toque de la capacidad política del joven movimiento Nacionalsocialista para pensar claramente y actuar correctamente".

Y en la página 654 de la misma edición:
"Y así, nosotros, los Nacionalsocialistas trazamos conscientemente una línea para apartarnos de la tendencia de la política exterior de nuestro periodo de preguerra. Continuamos en el punto en el que lo dejamos hace 600 años. Detenemos el incesante movimiento alemán hacia el Sur y el Oeste, y volvemos la vista hacia las tierras del Este. Por fin, tras mucho tiempo, rompemos con la política colonial y comercial del periodo de preguerra y saltamos al terreno de la política del futuro.

Si hablamos de tierra en Europa hoy, podemos pensar sobre todo sólo en Rusia y en sus Estados vasallos fronterizos".

La parte política de esta economía u objetivo se refleja claramente en los objetivos declarados de la organización que el acusado Rosenberg creó para administrar los territorios orientales ocupados. Ya he analizado esta información y no tengo que repetirla ahora. De todas maneras, en un discurso que dio dos días antes del ataque a las personas más interesadas en el problema del Este, Rosenberg volvió a exponer, en su típico estilo algo místico, los fundamentos políticos de la campaña y su interrelación con el objetivo económico. Querría leerles un breve fragmento de ese discurso, que es el documento 1058-PS, y que presento ahora como prueba USA 147. La parte que voy a leer está en la página 9 del texto en alemán:
"La tarea de alimentar al pueblo alemán está este año sin duda al principio de la lista de derechos de Alemania en el Este; y aquí los territorios del sur y el Cáucaso Norte tendrán que servir como equilibrio para la alimentación del pueblo alemán. No vemos en absoluto ninguna razón por la que tengamos alguna obligación de alimentar también al pueblo ruso con los productos de ese territorio de excedentes. Sabemos, por supuesto, que esto es una una dura necesidad, carente de todo sentimiento. Será necesaria una muy

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amplia evacuación sin lugar a dudas, y se puede dar por seguro que el futuro deparará años muy duros a los rusos. Una decisión posterior tendrá que determinar hasta qué punto aún se puede mantener industrias allí (fábricas de trenes, etc.) El estudio y ejecución de esta política en el área rusa es para el Reich Alemán y su futuro una tarea enorme y de ninguna manera negativa como pudiera parecer si sólo se tiene en cuenta la dura necesidad de la evacuación. La conversión de la dinámica rusa hacia el Este es una tarea que requiere un carácter fuerte. Quizás esta decisión también será reconocida como positiva por una Rusia del futuro, no dentro de 30 años, pero quizás dentro de 100".
Como he indicado, el fracaso de los conspiradores en su intento de derrotar a Gran Bretaña había servido para aumentar su creencia en la necesidad política de eliminar a la Unión Soviética como potencia europea antes de que Alemania pudierar alcanzar totalmente su papel como dueña de Europa.

Los motivos económicos de la agresión se expusieron claramente en nuestro análisis de la organización creada bajo el mando de Goering y el General Thomas para llevar a cabo la explotación económica de los territorios que ocuparon. La base puramente materialista del ataque era inconfundible, y si quedaba alguna duda de que al menos uno de los objetivos principales de la invasión era robar los alimentos y materias primas que necesitaba la maquinaria de guerra nazi sin importar las horribles consecuencias que dicho saqueo tendría, esa duda queda despejada en el documento 2718-PS que presenté antes como prueba USA 32 durante mi discurso introductorio, y que revela un claro y conciso reconocimiento de que estos planes nazis provocarían sin duda la muerte por hambre de millones de personas al robarles sus alimentos.

En este mismo tono, el 20 de junio de 1941 el General Thomas escribió un memorándum en el que decía que el General Keitel le había confirmado el concepto que Hitler tenía en ese momento sobre la política económica alemana relativa a materias primas. Esta política defendía la casi increible teoría cruel de que se utilizarían menos hombres en la conquista de fuentes de materias primas de los que serían necesarios para fabricar productos sintéticos que reemplazaran a esas materias primas. Es nuestro documento 1456-PS, y lo presento como prueba USA 1481. Querría leer los dos primeros párrafos.

EL PRESIDENTE: Quizás sea mejor que hagamos esto después del receso.

(Se hizo un receso hasta las 14 horas).

EL PRESIDENTE: Veo que el acusado Kaltenbrunner se encuentra en la Sala. ¿Puede ponerse de pie, por favor? (El acusado Kaltenbrunner se puso en pie en el banquillo de los acusados).

EL PRESIDENTE: De acuerdo con el Artículo 24 del Estatuto, usted debe ahora declararse culpable o inocente.

EL ACUSADO KALTENBRUNNER: No creo que yo sea culpable de nada.

SR. ALDERMAN: Con la venia. Acabo de presentar el documento 1456-PS como prueba USA 148. Leo de la página 1 de este documento:

"Lo que viene a continuación es un concepto nuevo del Führer que el Ministro Todt me ha explicado y que me ha confirmado después el Mariscal de Campo Keitel: Párrafo 1.  El desarrollo de la guerra indica que fuimos demasiado lejos en nuestros objetivos de autarquía. Es imposible tratar de conseguir y fabricar todo aquello de lo que carecemos por procedimientos sintéticos u

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otras medidas. Por ejemplo, es imposible desarrollar nuestra economía de combustible de motores hasta el punto en el que podemos depender exclusivamente de ella. Todos estos intentos de lograr la autarquía requieren una enorme cantidad de mano de obra y es sencillamente imposible proporcionarla. Se ha de elegir otro camino. Lo que no se tiene pero se necesita se ha de conquistar. La utilización de hombres que es necesaria una sola vez no será tan grande como la necesaria actualmente para mantener las fábricas sintéticas en cuestión. El objetivo debe ser también hacerse con todos los territorios que sean de especial interés para nuestra economía de guerra conquistándolos. En el momento en el que se diseñó el Plan de Cuatro Años, hice unas declaraciones en las que dejé claro que es imposible para nosotros una economía completamente autárquica porque la necesidad de hombres sería demasiado grande. Mi solución fue siempre proporcionar las reservas necesarias de materiales que escasearan y asegurar su entrega en tiempo de guerra por medio de alianzas económicas".
Con esta nota macabra llego al final de la historia de esta agresión. Hemos visto a los conspiradores nazis planificar, preparar y finalmente iniciar su ataque intencionado contra la Unión Soviética. Otros continuarán con la historia y describirán la forma horrible en la que llevaron a cabo esta guerra de agresión, y los incontables crímenes que cometieron en su inicio. Cuando examino el solemne acuerdo de no agresión, el fundamento y motivos siniestros implicados, los meses de planificación y preparación en secreto y el increíble sufrimiento causado intencionada y deliberadamente, cuando examino todo esto, me siento plenamente justificado para decir que nunca antes -y, que Dios nos ayude, nunca más- en la historia de las relaciones entre naciones soberanas se ha escrito un capítulo tan negro como el que constituye la invasión no provocada del territorio de la Unión Soviética perpetrada por los conspiradores nazis. Sería justo para los responsables -y están aquí ante ustedes, los acusados en este juicio- que el castigo se ajuste al crimen.

Paso ahora a la fase final de la presentación detallada de la parte del caso sobre la guerra de agresión, la colaboración alemana con Italia y Japón y la guerra de agresión contra Estados Unidos. Las partes relevantes de la Acusación se encuentran en la Subsección 7 de la Sección IV (F) del Primer Cargo, en las páginas 9 y 10 del texto en inglés de la Acusación. El material sobre esta infame alianza de las tres potencias fascistas y sobre la guerra de agresión contra Estados Unidos se ha recopilado en un libro de documentos marcado con la letra "Q", que entrego ahora al Tribunal.

Antes de comenzar con el estudio de esta colaboración tripartita, querría pedirle al Tribunal que considerara la importancia de esta fase. Durante la presentación conjunta por parte de las acusaciones británica y americana en los últimos días, hemos visto la esvástica llevada a través de la fuerza de las armas desde una Alemania estrechamente controlada y remilitarizada hasta las cuatro esquinas de Europa. Los elementos de la conspiración que voy a presentar ahora proyectan el plan nazi a un ámbito universal que implica al "Mundo más Viejo" de Asia y al "Nuevo Mundo" de los Estados Unidos de América. El resultado es que las guerras de agresión que se planearon en Berlín y se pusieron en marcha a través de las fronteras de Polonia terminaron casi seis años exactos después con la firma de la rendición en un buque de guerra de Estados Unidos anclado en la Bahía de Tokio.

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La primera alianza formal entre la Alemania de Hitler y el Gobierno japonés fue el Pacto Anti-Komintern firmado en Berlín el 25 de noviembre de 1936. Este acuerdo estaba en principio dirigido a actuar contra las actividades de la Internacional Comunista. Italia se adhirió posteriormente, el 6 de noviembre de 1937.

Ruego al Tribunal que incluya en el sumario estos documentos oficiales de Estado, según el Artículo 21 del Estatuto. El texto en alemán de estos tratados -el Pacto Anti-Komintern Germano-Japonés original, y el posterior Protocolo de Adhesión de Italia- se encuentra en los Volúmenes 4 y 5 de "Dokumente der Deutschen Politik " respectivamente. La traducción al inglés del Pacto Anti-Komintern Germano-Japonés del 25 de noviembre de 1936 se encuentra en nuestro documento 2508-PS; la traducción al inglés del Protocolo de Adhesión de Italia del 6 de noviembre de 1937 se encuentra en nuestro documento 2506-PS. Ambos documentos se encuentran en los libros de documentos que acabo de entregar al Tribunal.

Es un hecho interesante, especialmente a la vista de las evidencias que presentaré sobre la activa participación del acusado Ribbentrop en la colaboración con los japoneses, que fue él quien firmó el Pacto Anti-Komintern en representación de Alemania en Berlín, incluso aunque en aquel tiempo, noviembre de 1936, no era el Ministro de Exteriores alemán, sino simplemente el Embajador Plenipotenciario Especial de Hitler.

El 27 de septiembre de 1940, unos cuatro años después de que se firmara el Pacto Anti-Komintern, y un año después de que se iniciara la guerra en Europa, los Gobiernos alemán, italiano y japonés firmaron otro pacto en Berlín, una alianza militar y económica de diez años. Debo observar de nuevo que el acusado Ribbentrop firmó en nombre de Alemania, esta vez como Ministro de Exteriores. El texto oficial alemán de este pacto, así como los textos japonés e italiano, además de una traducción al inglés, se encuentran en nuestro documento 2643-PS, que ha sido certificado con la firma y sello del Secretario de Estado de Estados Unidos. Presento ahora el documento 2643-PS como prueba USA 149.


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