[an error occurred while processing this directive] Nuremberg, crimenes contra la Humanidad, crimenes de guerra

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
Del 3 al 14 de diciembre de 1945

Decimosegundo Día: Martes, 4 de diciembre de 1945
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El 15 de octubre de 1939 el acusado Keitel escribió una carta clasificada como alto secreto sobre "Fall Gelb", el nombre en clave de la operación contra los Países Bajos. En ella decía:

"La protección del área del Ruhr, desplazando el servicio de informes de A./C. y la defensa aérea a una zona lo más avanzada posible en el área de Holanda, es importante para las operaciones bélicas. Cuando más territorio holandés ocupemos, más efectiva podrá ser la defensa del área del Ruhr. Este punto de vista debe determinar la elección de objetivos del ejército, incluso aunque el ejército y la armada no estén directamente interesados en esas conquistas territoriales. Debe ser el objetivo de los preparativos del ejército, por tanto, ocupar, tras recibir una orden especial, el territorio de Holanda, en primer lugar en el área de la línea Grebbe-Marse. Dependerá de la actitud militar y política de los holandeses, así como de la efectividad de sus inundaciones, el que se puedan y deban ampliar los objetivos".

La operación "Fall Gelb" había sido al parecer planeada para que tuviera lugar a comienzos de noviembre de 1939. Poseemos una serie de diecisiete cartas, del 7 de noviembre hasta el 9 de mayo, posponiendo casi de un día para otro el Día D de la operación, así que a principios de noviembre todos los planes y preparativos principales ya se habían hecho.

El 10 de enero de 1940 un avión alemán hizo un aterrizaje forzoso en Bélgica. En él se encontraron los restos de la orden de una operación, que el piloto había tratado de quemar, en la que se exponían detalles considerables de los aeródromos belgas que iban a ser capturados por la Fuerza Aérea. Se han encontrado otros muchos documentos que ilustran la planificación y preparación para esta invasión en la segunda mitad de 1939 y principios de 1940, pero no exponen el asunto con más detalle y no exponen los planes e intenciones del Gobierno alemán y sus Fuerzas Armadas más claramente que las pruebas a las que ya me he referido.

El 10 de mayo de 1940, a alrededor de las 5 de la mañana, comenzó la invasión de Bélgica, Holanda y Luxemburgo.

Y así marcharon una vez más las fuerzas de agresión. Los tratados, las garantías, los derechos de los Estados Soberanos no significaban nada. La fuerza bruta, encubierta por el mayor elemento sorpresa que podían asegurar los nazis, iba a hacerse con lo que se consideraba necesario para dar el golpe de gracia contra Inglaterra, el enemigo principal. El único fallo de estos tres infelices países fue que estaban en medio del camino del invasor alemán en sus planes contra Inglaterra y Francia. Eso era todo, y fueron invadidos.

(Se hizo un receso).

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El 6 de abril de 1941 Fuerzas Armadas alemanas invadieron Grecia y Yugoslavia. De nuevo se golpeó sin advertencia y con la cobardía y el engaño que el mundo ahora siempre esperaba del autodenominado "Herrenvolk". Fue una violación de la Convención de La Haya. Fue una ruptura del Pacto de París. Fue una ruptura de una garantía específica dada por Hitler el 6 de octubre de 1939.

Entonces había dicho:

"Inmediatamente después de completar el Anschluss, informé a Yugoslavia de que, a partir de ese momento, la frontera con este país sería también inalterable y de que sólo deseamos vivir en paz y amistad con él".

Pero el plan de agresión contra Yugoslavia había sido diseñado, por supuesto, mucho antes de eso. En la acción agresiva hacia el Este, hacia Ucrania y los territorios soviéticos, los alemanes ya habían estudiado la seguridad del flanco sur y las líneas de comunicación.

Los hechos que llevaron a la invasión de Yugoslavia por Alemania son bien conocidos. A las tres en punto de la mañana del 28 de octubre de 1940 el Gobierno italiano presentó un ultimátum de tres horas al Gobierno griego, y la presentación de ese ultimátum vino seguida inmediatamente del bombardeo aéreo de ciudades griegas de provincias y del avance de tropas italianas en territorio griego. Los griegos no estaban preparados. Al principio se vieron forzados a retirarse. Pero más adelante, el avance italiano fue primero detenido, después hecho retroceder hacia la frontera albanesa, y a finales de 1940, el Ejército italiano había sufrido serios reveses a manos de los griegos.

De la postura alemana sobre el asunto está, por supuesto, la prueba de lo que ocurrió cuando el 12 de agosto de 1939 Hitler se reunió con Ciano.

Recordarán que Hitler dijo entonces:

"En general, lo mejor que podría ocurrir es que los neutrales fueran liquidados uno tras otro. Este proceso podría llevarse a cabo más fácilmente si, en cada ocasión, un miembro del Eje cubriera al otro mientras se enfrenta a un neutral incierto. Italia podría considerar a Yugoslavia como un neutral de esta clase".

Después la reunión siguió con otros asuntos, y cuando se reunieron de nuevo el 13 de agosto, durante largas discusiones, Hitler dijo esto:

"En general, sin embargo, después del éxito de un miembro del Eje, se lograría un fortalecimiento no sólo estratégico, sino también psicológico del otro miembro y también de todo el Eje. Italia llevó a cabo ciertas operaciones exitosas en Abisinia, España y Albania, y siempre contra los deseos de la entente democrática. Estas acciones individuales no sólo han reforzado los intereses locales italianos, sino que también han reforzado su situación general. El mismo caso se dio con la acción alemana en Austria y Checoslovaquia. El refuerzo del Eje por medio de estas operaciones individuales fue de la mayor importancia para el choque inevitable con las Potencias Occidentales".

Y así vemos de nuevo que se siguió el mismo procedimiento. Esa reunión había tenido lugar el 12 y el 13 de agosto de 1939. Menos de dos meses después Hitler daba garantías a Yugoslavia de que

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Alemania sólo deseba vivir en paz y amistad con este Estado, con el Estado cuya liquidación hacía sugerido recientemente a su socio del Eje.

Después vino el ultimátum italiano a Grecia y la guerra contra Grecia, y el revés italiano.

Hemos encontrado, entre los documentos capturados, una carta sin fecha de Hitler a Mussolini que debe haber sido escrita alrededor del momento de la agresión italiana contra Grecia.

"Permítame", dijo Hitler, "al comienzo de esta carta garantizarle que en los últimos 14 días mi corazón y mis pensamientos han estado más que nunca con usted. Es más, Duce, tenga por segura mi decisión de hacer todo lo posible para hacerle más fácil la situación actual... Cuando le pedí que me recibiera en Florencia, hice el viaje con la esperanza de poder expresar mis puntos de vista antes del comienzo del amenazador conflicto con Grecia, sobre el que sólo había recibido información general. En primer lugar, quería pedirle que pospusiera la acción, si era posible, hasta una época del año más favorable, en cualquier caso hasta después de la elección presidencial americana. Pero de todas formas quería pedirle, Duce, que no llevara a cabo esta acción sin una previa ocupación relámpago de Creta, y para ello, también quería presentarle algunas sugerencias prácticas con respecto al empleo de una división paracaidista alemana y una división aerotransportada adicional... Yugoslavia debe permanecer al margen, si es posible; sin embargo, según nuestro punto de vista, está interesada en cooperar en la liquidación de la cuestión griega. Sin garantías de Yugoslavia, es inútil arriesgar ninguna operación exitosa en los Balcanes. Por desgracia, debo insistir en el hecho de que iniciar una guerra en los Balcanes antes de marzo es imposible. Por tanto, ejercer alguna influencia amenazadora sobre Yugoslavia tampoco tendría ningún éxito, dado que el Estado mayor serbio es plenamente consciente del hecho de que no podría haber ninguna acción práctica tras esa amenaza hasta marzo. Por tanto, se ha de vencer a Yugoslavia, si es posible, por otros medios y otras vías".

El 12 de noviembre de 1939, en una orden clasificada como alto secreto, Hitler ordenó al O.K.H. que hiciera preparativos para ocupar Grecia y Bulgaria si era necesario. Al parecer se iban a usar diez divisiones para evitar la intervención turca. Creo que dije 1939; debería ser, por supuesto, el 12 de noviembre de 1940. Y para acortar el tiempo, se iban a incrementar las divisiones alemanas en Rumanía.

El 13 de diciembre Hitler dio una orden al O.K.W., el O.K.L., el O.K.H., el O.K.M. y el Estado Mayor, la operación "Marita", el nombre de la invasión de Grecia. En esa orden se decía que la invasión de Grecia había sido planeada e iba a comenzar en cuanto el tiempo fuera ventajoso. Se dio una orden adicional el 11 de enero de 1941.

El 28 de enero de 1941 Hitler vio a Mussolini. Los acusados Jodl, Keitel y Ribbentrop estuvieron en la reunión. La conocemos a través de las notas de Jodl sobre lo que ocurrió. Sabemos que Hitler dijo que uno de los fines de la concentración de tropas alemanas en Rumanía era su uso en el plan "Marita" contra Grecia.

El 1 de marzo de 1941 tropas alemanas entraron en Bulgaria y se desplazaron hacia la frontera griega. Ante esta amenaza de ataque contra Grecia

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por fuerzas alemanas e italianas, tropas británicas desembarcaron en Grecia el 3 de marzo, de acuerdo con la declaración del Gobierno británico del 13 de abril de 1939 según la cual Gran Bretaña se sentiría obligada a darle a Grecia y a Rumanía respectivamente todo el apoyo que estuviera en su mano en caso de que alguno de los dos países fuera víctima de una agresión y resistiera dicha agresión. Por supuesto, las operaciones italianas ya habían hecho efectivo este compromiso.

El 25 de marzo de 1941 Yugoslavia, parcialmente vencida por "los otros medios y otras vías" a los que Hitler se había referido, firmó el Pacto Tripartito, que ya había sido firmado por Alemania, Italia y Japón. El preámbulo del pacto decía que las tres potencias permanecerían unidas y trabajarían juntas.

El mismo día, el acusado Ribbentrop escribió dos notas al Primer Ministro yugoslavo asegurándole la intención de Alemania de respetar absolutamente la soberanía e independencia de su país. Esa declaración fue tan sólo otro ejemplo de las traiciones empleadas por la diplomacia alemana. Ya hemos visto los preparativos que se habían hecho. Hemos visto los intentos de Hitler de tentar a los italianos a agredir a Yugoslavia. Hemos visto en enero sus órdenes sobre los preparativos para invadir Yugoslavia y después Grecia. Y ahora, el 25 de marzo, firma un pacto con ese país y su Ministro de Exteriores escribe garantías sobre el respeto de su soberanía e integridad territorial.

Como resultado de la firma de ese pacto, elementos antinazis de Yugoslavia llevaron a cabo inmediatamente un golpe de estado e instauraron un nuevo gobierno, y como consecuencia, dejando de estar dispuesta a respetar la integridad territorial y soberanía de su aliado, Alemania tomó la decisión inmediata de invadir. El 27 de marzo, dos días después de la firma del Pacto Tripartito, Hitler dio la orden de que se invadiera Yugoslavia y se usara como base para continuar la operación combinada germano-italiana contra Grecia.

Después de esto, von Brauchitsch ordenó despliegues adicionales y otras instrucciones para la operación "Marita" el 30 de marzo de 1941.

Se dijo -y cito- que:

"Las órdenes dadas con respecto a la operación contra Grecia siguen siendo válidas mientras no se vean afectadas por esta orden. El 5 de abril, si el tiempo lo permite, las Fuerzas Aéreas atacarán a tropas en Yugoslavia, comenzando a la vez el ataque del 12º Ejército contra Yugoslavia y Grecia".

Como sabemos ahora, la invasión comenzó realmente en las primeras horas del 6 de abril.

Los tratados, pactos, garantías y compromisos de cualquier tipo son apartados e ignorados dondequiera que se vean afectados los intereses agresivos de Alemania.

Paso ahora al último acto de agresión en Europa -mis colegas americanos se encargarán con los aspectos relacionados con Japón- paso ahora al último acto de agresión en Europa del que se acusa a estos conspiradores nazis, el ataque a Rusia.

En agosto de 1939, Alemania, aunque sin duda con la intención de atacar a Rusia cuando se diera alguna oportunidad adecuada, firmó un tratado de no agresión con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Cuando Bélgica y los Países Bajos fueron ocupados y Francia se hundió en junio de 1940, Inglaterra -aunque con la inestimable ayuda moral y económica de los

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Estados Unidos de América- se quedó sola en el campo de batalla como la única representante de la democracia frente a las fuerzas de agresión. En ese momento sólo el Imperio Británico se interponía entre Alemania y el logro de su objetivo, dominar el Mundo Occidental. Sólo el Imperio Británico- e Inglaterra como su ciudadela. Pero era suficiente. La primera derrota, y quizás la decisiva, que sufrió el enemigo fue la campaña contra Inglaterra, y esa derrota tuvo una profunda influencia en el transcurso de la guerra.

El 16 de junio de 1940 Hitler presentó a los acusados Keitel y Jodl una directiva -que se vieron incapaces de obedecer- ordenando la invasión de Inglaterra. Comenzaba -un inglés siempre estará orgulloso de eso- diciendo que:

"Dado que Inglaterra, a pesar de su desesperada situación militar, no muestra ningún signo de querer llegar a un acuerdo, he decidido preparar una operación de desembarco contra Inglaterra y si es necesario llevarla a cabo. El objetivo es eliminar el territorio inglés como base para la guerra contra Alemania. Los preparativos de la operación completa han de terminar a mediados de agosto".

Pero la primera condición esencial para ese plan era -y cito-:

"la Fuerza Aérea británica debe ser moral y realmente aplastada hasta el punto en el que ya no pueda ejercer una fuerza agresiva considerable contra el ataque alemán".

El acusado Goering y su Fuerza Aérea sin duda hicieron los esfuerzos más extenuantes para lograr esa condición, pero en una de las páginas más espléndidas de la Historia de nuestro Imperio, fue derrotada totalmente. Y aunque el bombardeo de las ciudades y pueblos de Inglaterra continuó durante el oscuro invierno de 1940-1941, el enemigo decidió finalmente que Inglaterra no iba a ser subyugada con esos medios, y así, Alemania se giró hacia el Este, con el primer objetivo principal sin cumplir.

El 22 de junio de 1941 las Fuerzas Armadas alemanas invadieron Rusia, sin advertencia, sin declaración de guerra. Era, por supuesto, una ruptura de la serie habitual de tratados; no tuvieron más importancia en este caso de la que tuvieron en el resto. Fue una violación del Pacto de París; fue una flagrante contradicción del Tratado de No Agresión que Alemania y Rusia habían firmado un año antes, el 23 de agosto.

El mismo Hitler dijo, hablando de ese acuerdo, que "los acuerdos sólo se iban a mantener mientras sirvieran a algún fin".

El acusado Ribbentrop fue más explícito. En una entrevista con el Embajador japonés en Berlín el 2 de febrero de 1941, dejó claro que el objetivo del acuerdo había sido simplemente, por parte de Alemania, evitar una guerra en dos frentes.

A diferencia de lo que Hitler y Ribbentrop y los demás planeaban en los consejos secretos de Alemania, conocemos lo que decían al resto del mundo.

El 19 de julio Hitler dijo en el Reichstag:

"En estas circunstancias", dijo, "consideré adecuado negociar como una prioridad una somera definición de intereses con Rusia. Dejaría claro de una vez por todas lo que Alemania cree que debe considerar su esfera de interés para proteger su futuro y, por otra parte, lo que Rusia considera importante para su existencia.

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A partir de esta clara delineación de la esfera de intereses se creó la nueva regulación de las relaciones ruso-germanas.

Cualquier esperanza de que ahora, al finalizar el plazo del acuerdo, pudiera surgir una nueva tensión ruso-germana sería una tontería. Alemania no ha dado ningún paso que la lleve fuera de su esfera de interés, y Rusia tampoco. Pero la esperanza de Inglaterra de lograr una mejora de su situación fabricando una nueva crisis europea es, en lo que respecta a las relaciones ruso-germanas, una ilusión.

Los estadistas ingleses perciben todo más bien lentamente, pero pronto aprenderán a entender esto con el tiempo".

Todas las declaraciones fueron, por supuesto, una sarta de mentiras. No pasaron muchos meses desde que se firmó el acuerdo hasta que se pusieron en marcha los preparativos para atacar a Rusia. El acusado Raeder nos da las posibles razones de esto en una nota que envió al Almirante Assmann:

"El temor de que no se pudiera mantener la superioridad aérea en el Canal en el otoño de 1940, un hecho del que se dio cuenta el Führer sin duda antes que el Mando de Guerra Naval, que no estaba tan informado de los verdaderos resultados de los ataques aéreos en Inglaterra (nuestras pérdidas), seguramente le hizo, ya en agosto y septiembre" -era agosto y septiembre de 1940- "considerar si, incluso antes de la victoria en el Oeste, sería posible una campaña en el Este con el fin de eliminar primero a nuestro último oponente serio en el Continente. El Führer no expresó abiertamente este temor, sin embargo, hasta bien entrado septiembre".

Puede que no le hablara de sus intenciones a la Armada hasta bien entrado septiembre, pero a principios de ese mes sin duda le había hablado al acusado Jodl de ellas.

Tenemos una directiva del O.K.W. del 6 de septiembre de 1940 firmada por el acusado Jodl, y cito:

"Se darán indicaciones para que se incrementen las fuerzas de ocupación en el Este durante las próximas semanas. Por razones de seguridad" -y cito- "esto no debería crear en Rusia la impresión de que Alemania se prepara para una ofensiva en el Este".
Se dan órdenes al Servicio de Inteligencia alemán sobre la respuesta a preguntas del Servicio de Inteligencia ruso, y cito:

"La fuerza total de las tropas alemanas en el Este ha de ser camuflada con cambios frecuentes en esta área. Se ha de crear la impresión de que el grueso de las tropas en el Sur se ha movido, mientras que la ocupación en el Norte es muy pequeña".

Y vemos así el comienzo de las operaciones.

El 12 de noviembre de 1940 Hitler presentó una directiva, firmada por el acusado Jodl, en la que se decía que había comenzado la actividad política para determinar la actitud de Rusia, pero sin referencia al resultado de los preparativos contra el Este, que habían sido ordenados oralmente.

Es de suponer que la U.R.S.S. no habría tomado parte en reuniones como aliada en aquel momento si se hubiera sabido que en aquellos momentos se daban órdenes sobre los preparativos a hacer para la invasión de Rusia, y que la orden para la operación, llamada "Plan Barbarroja", estaba en plenos preparativos. El 16 de noviembre se dio la orden, y cito:

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"Las Fuerzas Armadas alemanas han de estar preparadas para derrotar a la Rusia soviética en una rápida campaña antes del final de la guerra contra Gran Bretaña".

Y más adelante, en la misma orden, y cito de nuevo:

"Todas las órdenes que serán dadas por los Comandantes Supremos de acuerdo con esta instrucción han de ocultarse con términos que hagan ver que se tratan de medidas de precaución en caso de que Rusia cambiara su actitud actual hacia nosotros".


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